EL DÍA QUE ME SEPARÉ por DIANA CRUZ
El día que me separé enloquecí, en la noche estaba indispuesta, al amanecer estaba comprando pintura y al medio día ya llevaba pintados dos muros del lugar en el que solía dormir en compañía. Pinté un cuarto, el cuarto en el que muchísimos recuerdos se conglomeraban, que entre rayones de un bebé y los abrazos que se dibujaban en las paredes, anunciaba que ahí existió una familia, una familia que yo adoraba, pero tal vez, nunca quise. Vivir y existir en familia es complejo, todo se expresa en rituales, desde que despiertas, hasta que llega la hora de dormir. El ritual implica muchas cosas, desde las más triviales como la repetición, hasta lo más complejo como lo es la carga sagrada que converge dentro. Sí, por más que me cueste aceptar, y mis padres no me brindaran una, tener una familia es sagrado. ¿Cómo le quitas a un ser humano lo sagrado de un día a otro sin dejarlo un poco desahuciado? Más allá de las doctrinas, siempre nos acompaña algo sagrado en nosotros, algo constante, algo en lo que creemos y nos
mantiene firmes en esto, la vida. Yo hice eso, de un día para otro quité la repetición y lo sagrado en mi vida, eliminé los rituales colectivos y sí, me puse a pintar un cuarto. En la época que nos toca vivir tenemos más o menos interiorizado que cuando queremos cerrar ciclos nos pintamos el cabello o nos cortamos el flequillo solas, no podía hacer nada de esto porque ya tengo el cabello mal cortado y mal pintado. Pintar el cuarto donde vivía con mi familia, fue mi manera de intentar cortar de tajo un ciclo en mi vida. Yo soy Diana, la mujer que pintó un cuarto en unas horas porque quería cerrar un ciclo y el cabello no era una opción. Lo confieso: era, y seguramente todavía soy, una mujer ambiciosa. Una mujer que lo quiere todo y lo quiere ahora, justo como lo canta Mercury en I want it all. Cuando digo todo es todo. Soy una mujer ambiciosa que quiere una carrera exitosa, las nalgas duras, una melena envidiable, el esposo perfecto, el hijo perfecto y la casa perfecta. Me confieso ambiciosa porque además de