Un esfuerzo definitivo
Desde la ventada de mi apartamento las personas son pequeñas pulgas que caminan por las calles retorcidas de la periferia. Este es un edificio de prefabricado. Hay filtraciones en las paredes. Hay estalagmitas y estalactitas dentro de cada habitación. Volver a los inicios. Al origen. A la forma aborigen. A la vida dentro de las cuevas. Es esta una ciudad del tiempo. En todo tiempo hubo luz. La ciudad de la luz es indiferente a nosotros. La luz es anterior y posterior a nosotros. La luz es perdurable. La luz es todo lo que no somos. A veces quisiera subir a la azotea. Tener una lupa para mirar a la gente-insecto que sobrevuela los suburbios, pasa distraída a tres metros del pavimento, pero no consigue volar más allá. Se necesita una escalera grande y otra chiquita para llegar a una azotea. Se necesita no tener alas para llegar hasta allí. Mi marido no ha regresado del puerto donde consiguió un puesto como vigilante nocturno. 139