COMPENDIO DE INVESTIGACIONES Y DATOS HISTORICOS DEL MUNICIPIO DE VILLA NUEVA, 2021
H
LA COCHA ENCADENADA Quienes se asomaban a ver por el cerco aseguraban que era una cerda negra con los ojos rojos y endemoniados, con una cadena al cuello que arrastraba y que producía un sonido aterrador, mientras se perdía con su gruñido por las oscuras calles de Santiaguito, San Miguelito, el Tabloncito y la Doce avenida. Un día Neyo el hijo de Doña Chus se animó a ver por el cerco muerto por la curiosidad, ellos vivían en la 6ta calle ―El Callejón del Chucho‖ casi llegando a la 12av. de la zona 1, yendo para San Miguelito. Neyo y su familia ya tenía noches de estar escuchando a la cocha, en esa cuadra era el tema del día, los vecinos también la escuchaban y comentaban al día siguiente quedito el suceso, como si se tratase de un secreto o un crimen. —¿Escucho anoche a la cocha doña Queta? —decía calladito doña Tere en la panadería muy temprano. —¡Hay si doña Queta! ¡Hay que llamar al padre para que venga a bendecir la calle! —respondía doña Queta. Neyo se creía muy valiente, escuchaba los rumores y decía todos los días a su familia: —¡Hoy voy a salir en la noche! y voy a matar esa cocha que no ha de ser más que alguna cocha que se sale por la noche a roer por los alrededores. Aunque presumía de valiente todo quedaba en palabras y nunca lo hacía. —¡No Neyo!‖ —decía su abuela Magda mientras se santiguaba—. Es un espíritu maligno del mero diablo, ya ratos que no se oía está cocha, solo se escucha cuando va pasar una desgracia. —¡Babosadas! —decía Neyo—. ¡Hoy si voy a salir con el machete a hacerla picadillo! —¡No seas necio Neyo! —decía su abuela—. Te va ganar el alma. Aquel día Neyo estaba decidido a salir por la noche, afilo el machete por la tarde, se puso un crucifijo de plata que era de su difunto padre y espero el anochecer, fueron largas las horas. En el fondo Neyo tenía miedo. Por aquellos días las calles eran de tierra y las casas de adobe con enormes patios y potreros, solo se dividía de la calle con cercos de alambre de púas y de estacas, era común ver los árboles de piñón y chichicaste en los cercos. Las horas pasaron, en la cena Neyo se sentó con su familia a comer.
- 125 HVNCG
LFML