Estrés y afectaciones visuales Por: Guillermo Rubén Ávalos Ceja. M.E.V. Universidad Autónoma del Estado de México
uando en el futuro se hable acerca de las características de la vida de los humanos durante las décadas finales del siglo XX y las iniciales del siglo XXI, se tendrá que mencionar que la mayoría de la gente vivía, literalmente, ahogada en un mar de estrés. No sabemos como serán los años por venir, pero es muy probable que las cosas, en ese sentido, no cambiarán de manera notoria. Estamos tan acostumbrados a este hecho que ya lo hemos naturalizado por completo. Nos parece muy normal que las personas vayan a través de la existencia con enormes cargas de tensión por diferentes causas y es extraño encontrarnos con alguien que viva con tranquilidad y parsimonia. De hecho, cuando
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AÑO 23 • VOL. 23 • JUL-AGO • MÉXICO 2021
interactuamos con alguien así, solemos sentirnos impacientes y quisiéramos que actuará con mayor prisa. Sabemos que esta manera acelerada de vivir nos causa problemas de diversos tipos, desde insomnios hasta jaquecas, alcanzando periodos de verdadera angustia que pueden llevarnos a buscar ayuda profesional. Sin embargo, es común que veamos las complicaciones generadas por el estrés como algo que no pasará a mayores, como algo que podremos controlar y equilibrar en el momento que así lo decidamos. Desgraciadamente hay cada vez más evidencias de que esto no es así. Se van acumulando estudios que indican que este mal acarrea muchos más problemas de salud de lo
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