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Penetró después su inteligencia luminosa en las siniestras y negras regiones de los contagios; y tanta luz proyectó, que llegó á ver las misteriosas márge nes del negro mar de la nada, y flotando en él vió al microbio, punto mínimo de vida en la extensión dél no ser. Ya lo hemos dicho: la ciencia á que Pasteur se dedicó no es de nuestra competencia; pero también lo hemos dicho: hay entre todas las ciencias una pro funda y recóndita fraternidad. Y nunca hemos podi do pensar en la gran obra realizada por Pasteur, sin pensar á la vez en los dos grandes creadores del cálculo infinitesimal, bajo sus dos aspectos conside rados, ya bajo el aspecto de lo infinitamente pequeño, ya bajo el aspecto de la llamada teoría de los limites-. quiero decir, sin pensar en Newton y Leibnitz. El gran geómetra inglés y el gran matemático germa no abrieron un nuevo mundo al introducir en la ciencia las cantidades infinitamente pequeñas. Luis Pasteur ha abierto también nuevos horizontes al in troducir en la fisiología y en la medicina lo infini tamente pequeño de la vida. Las matemáticas se han renovado por aquel con cepto sublime, mediante el cual parece que se busca el germen de toda cantidad. De un lado, la nada; del otro lado, lo infinitamente pequeño: y por la acu mulación de infinitamente pequeños las cantidades finitas.