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locomotora eléctrica: ésta matará á aquélla; pero .¿cuándo ha de verificarse el sublime crimen? No es fácil predecirlo, porque depende de muchas circunstancias. La locomotora eléctrica será de marcha mucho más ordenada que la locomotora de vapor, sin esa complicación de sacudidas y movimientos irregula res que hacen del monstruo de hierro un monstruo incómodo y temible. Sin aquella respiración de humo sucio y molesto, caminará la locomotora eléctrica á lo largo de los carriles, pulcra y tranquila. Podrá uti lizar, como varias veces hemos explicado, multitud de fuerzas naturales; como son las caídas de agua que hoy se precipitan estériles en el seno de los montes y de lassoledades; ypodrá, finalmente, aprovechar todo el peso del tren para la adherencia. Aun empleando el carbón de piedra y el vapor que su convulsión engendra, llegaría á producir grandes economías. Pero á pesar de todas estas ven tajas que ya en otros artículos hemos analizado, el triunfo de la tracción eléctrica ha de ser más lento de lo que el deseo quisiera que fuese. No ya una sociedad entera, ni siquiera una in dustria como es la industria de los ferrocarriles, se da por vencida y se entrega á las nuevas ideas, por hermosas que puedan ser, sin larga lucha y tenaz resistencia. De todas maneras, la lucha ha comenzado, y hoy