EL SECRETO DE LA ABUNDANCIA Nuestros primeros padres contaban que hace mucho tiempo las personas solo se alimentaban de maíz, por eso todos los hombres debían aprender obligadamente a sembrar milpa. Todas las personas sabían cómo agradecer las cosechas al dios de maíz, les ofrecían alfombras de hoja de pino, aves domésticas, ocote, frutas y copal. Sabían comunicarse con sus cultivos y lo hacían siempre. Nuestros antepasados podían ver qué año habría cosechas abundantes que llenaban los campos de maíz cuando llovía normalmente, cuando pasaban muchos azacuanes rumbo al poniente, cuando se oían las voces del cuervo en el cielo. Estas eran las señales que les indicaban que habría una buena cosecha. En aquellos tiempos felices, no había tanto pecado como hay hoy. Los jóvenes
DURANTE LA LECTURA
respetaban a los mayores y expresaban este respeto de diversas maneras: se hincaban para saludar cruzaban las manos mientras
agradecían
la
comida.
Los
hombres se quitaban el sombrero cuando le hablaban a algún anciano. Hoy las cosas han cambiado mucho. Ya no
Subraya las creencias de nuestros antepasados que aparecen en la lectura. En clase opina sobre esas creencias y si todavía se viven.
pasan muchos azacuanes para dar señal de que pronto empezaran las lluvias. En estos días ya no se oyen cuervos en el cielo. La sagrada lluvia a voces se atrasa mucho y otras moja la tierra demasiada y pronta. “Ya no es como antes” dijo el ancianito. “por eso las cosechas ya no son abundantes y ha llegado la pobreza se ha instalado el hombre y el sufrimiento se acerca. Los jóvenes que rodeaban al anciano se quedaron pensativos. Después de un rato, le preguntaron por las causas de este fenómeno que provocaba tanta tristeza, y él les respondió “Es que los hombres de estos tiempos han cambiado mucho, ya no son respetuosos y muchos no son agradecidos, ya no se comunican con sus cultivos y han olvidado al dios del maíz.
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