BIOECONOMÍA | AVANCES
Ganancias que aÚn no exploramos
MEDIANTE UNA EXTRUSIÓN IN SITU Y CON EL MISMO SISTEMA PRODUCTIVO PODRÍAMOS DUPLICAR NUESTRA PRODUCTIVIDAD POR HECTÁREA, AL CONVERTIR BIOMASA DE MAÍZ QUE HABITUALMENTE SE PIERDE EN CELULOSA MICROCRISTALINA Y LIGNINA SOLUBILIZADA.
Hay mucho rédito más allá de la cosecha de un maíz, que estamos desaprovechando. La bioeconomía ya sabe qué hacer con esa biomasa.
A
lgunos definen a la bioeconomía como una economía basada en el consumo y la producción de bienes y servicios derivados del uso directo y la transformación sostenible de recursos biológicos, incluyendo los desechos de biomasa generados en los procesos de transformación, producción y consumo, aprovechando el conocimiento de los sistemas, principios y procesos. En este sentido Federico Trucco, CEO de Bioceres y presidente de la Cámara Argentina de Biotecnología, tiene noticias relevantes para el futuro del maíz. “Nuestra expertise se vincula con entender la ciencia y transformarla en negocios. Así como hemos hecho en el mundo de los bioinsumos, estamos trabajando también en el universo de los biomateriales, analizando
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cómo podemos utilizar microorganismos para reconvertir desechos de procesos de transformación de materias primas en moléculas de mayor valor agregado, particularmente tomando el residuo de una planta de biodiésel o etanol de maíz para generar moléculas como PHA o PHB”. La historia no termina ahí. Trucco y su gente están detrás de alimentos funcionales, en la combinación del mundo de las proteínas vegetales con las carnes cultivadas. Es lo que se conoce como molecular farming, es decir, la generación de proteínas animales usando plantas. Se trata de un híbrido que combina la eficiencia productiva de una planta a través de la fotosíntesis en la generación de biomoléculas o proteínas, con la funcionalidad de una