PRODUCCIÓN ANIMAL
REPENSANDO LA LECHERÍA
En un simposio sobre nutrición, bienestar y tecnología lechera, expertos internacionales y locales del sector abordaron los principales desafíos productivos y del futuro global del agronegocio.
La vaca Holando Argentina, de alta genética, requiere las mejores condiciones para expresar su potencial.
U
n encuentro para hablar sobre producción lechera fue el contexto ideal para pensar en las cuestiones de fondo que hacen al sector, el cual no atraviesa su mejor momento en Argentina. Expertos locales e internacionales se dieron cita en Buenos Aires, en la sede de la Universidad Católica Argentina y convocaron a 500 asistentes que escucharon sobre temas como nutrición, bienestar animal e innovación tecnológica. Israel Flamenbaum, médico veterina-
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rio (PhD) y consultor experto internacional, fue contundente: “Una vaca que pastorea muchas horas al sol o que está semiconfinada en un sistema ‘dry lot’ es una vaca que no producirá lo que podía dar”, asestó el experto, en un claro mensaje para el sistema de producción argentino y refiriéndose a las consecuencias del estrés calórico. Sobre el sistema de producción local, el consultor israelí hizo hincapié en que “en Argentina, el estrés calórico es uno de los pocos temas que puede limitar la producción e impedir que se produzcan
2.000 a 3.000 litros más de leche por vaca por lactancia”, detalló y comparó: “Tienen animales ‘Fórmula 1’ corriendo sobre calles de tierra”. Flamenbaum sabe bien de lo que habla, a partir de su experiencia en su país. “En Israel, el productor tambero entendió que para lograr altos niveles de producción debe confinar a la vaca. Todos los países que no encierren a las vacas de tambo van a desaparecer de este negocio, exceptuando algunos países en el mundo que tienen condiciones de producción muy especiales”, alertó.