SUPLEMENTO TAMBO | MANEJO
Los réditos del bienestar animal Un triángulo de procedimientos pensado para mitigar los efectos adversos del estrés calórico en la vaca lechera. Su producción lo compensará ampliamente. CLAUDIO E. GLAUBER
Especial para CHACRA | cglauber@fvet.uba.ar
L
as altas temperaturas del verano atentan contra su negocio. En la Argentina, durante seis meses aproximadamente, el 70% del rodeo lechero bovino se encuentra expuesto en mayor o menor medida a los efectos adversos que ocasiona el estrés calórico. ¿Qué hacer? En principio hay que pensar en buenas medidas de prevención. Involucran instalaciones adecuadas y con correcto mantenimiento, alimentación conforme a una mínima fermentación ruminal y un programa sanitario completo y eficaz para cada categoría y rodeo. A eso se suman rutinas cotidianas del tambo como los horarios de ordeñe y la oferta a las vacas de agua con sombra. Resultan imprescindibles para prevenir los efectos adversos del estrés calórico en tambos, independientemente de sistemas de producción (semipastoriles o confinamiento) y/o escala.
Inconfundible La temperatura de confort para la vaca lechera, con un valor de humedad relativa ambiente razonable, oscila entre los 7 y 28°C. Cuando los registros de temperatura, humedad y viento cálido superan su límite de confort, la vaca tiene dificultad para disipar el calor corporal. En ese caso, se pueden observar signos clínicos del estrés calórico como jadeo, aumento de frecuencia respiratoria, 62 | REVISTA CHACRA
hipertermia (temperatura mayor a 38,5°C), disminución de la rumia y signos subclínicos como menor consumo de alimentos, trastornos digestivos e inmunosupresión. La frecuencia respiratoria (si las vacas respiran más de 80 veces por minuto significa que sufren severamente estrés calórico) y la hipertermia resultan ser los dos indicadores fisiológicos o signos clínicos de la vaca que sufre estrés térmico. Cuando esta situación se prolonga en el tiempo, se puede observar además una disminución de los valores de producción de hasta un 20%, y problemas reproductivos tales como bajas tasas de preñez, mortalidad embrionaria y menor fertilidad en las vacas, lo cual se relaciona con menor intensidad y duración de los celos, así como tasas de fertilidad global más bajas.
Las vacas del lote preparto, los lotes de alta producción y la crianza artificial son los más afectados por el calor y la humedad. Los animales jóvenes son más sensibles al calor. En la crianza artificial de terneras, también se detecta un aumento en la proporción de animales enfermos (nacen más débiles y el postparto en las vacas se complica). El lote de vaca seca y corral de partos son puntos críticos donde el confort es importante.
Qué hacer Se recomienda proveer sombra, agua segura de bebida en bebederos suficientes y funcionales, alimentación e instalaciones adecuadas para minimizar los efectos del calor sobre la salud de las vacas. También modificar horarios de ordeñe y evitar arreos