PRIMEROS PASOS DE BOLÍVAR PARA ENTRAR EN EL PERÚ
había “perdido el poder naval del Pacífico, y sin el mar es imposible salvar estas posesiones. En cuatro años La Serna no recibió el menor auxilio, ni material ni de otro género”. El descuido de América por parte de España no era reciente, décadas antes el conde de Aranda, un importante ministro tanto de Carlos III como de su hijo, Carlos IV, ya había advertido la situación: “me temo que no podamos sostener el peso de nuestras colonias, ni por su extensión, ni por su disposición de alguna parte de ellas, como el Perú y Chile, tan distantes de nuestras fuerzas”. Aranda llegó a proponer un plan para impedir lo que estaba claro que iba a suceder. Recomendó al rey la creación de tres reinos americanos, México, Perú y Tierrafirme, con un príncipe español a la cabeza, y el rey de España como emperador. De esta manera, creía él, los americanos tendrían la soñada independencia y no se destruiría la influencia española. Junto a las razones ya dadas, había, cómo no, una necesidad económica perentoria para acabar con la guerra, y esto era la dificultad que tenían las minas peruanas y sobre todo las del Alto Perú para exportar sus productos a Europa, ya sea desde los puertos peruanos o argentinos. Serían los mismos mineros españoles y criollos los que hubieran conspirado junto con los comerciantes de la costa para terminar con el aislamiento regional y restablecer las rutas tradicionales de exportación. 3. PICHINCHA, UN MAL PRESAGIO DE LA AMBICIÓN BOLIVARIANA Para “hacer lo que convenga” en el Perú, Bolívar necesitaba primero pasar por Quito que estaba en manos españolas. El Libertador pensó que la mejor manera de atacar ese baluarte colonial era desde Guayaquil y de paso apoderarse de ese puerto prácticamente controlado por Perú desde tiempos muy remotos. Es así como las tropas comandadas por Sucre llegaron en mayo de 1821 a Guayaquil sin que San Martín se opusiera, al contrario, le dio toda clase de facilidades. La falta de malicia del Protector —algunos historiadores como Virgilio Roel creen que fue su indolencia— no le hizo sospechar las consecuencias que esto acarrearía. Es más, el Perú, en un acto histórico poco o insuficientemente realzado por los historiadores y gobiernos peruanos, envió desde Trujillo una división de 1,622 hombres al mando de Santa Cruz, en auxilio de Sucre. Esto sí fue un acto de fraternidad cercano a la imprudencia, ya que en Lima San Martín a duras penas se defendía de los asedios de las fuerzas del virrey. Decíamos que la batalla de Pichincha es un acto histórico insuficientemente realzado, y esto sorprende por ser el Perú un país donde se resaltan y festejan 23
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