MOMENTOS DE LA POESÍA IBEROAMERICANA
Rafael Cadenas: poema, exilio y vida n Por María Antonieta Flores Luego de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, el inicio de la nueva etapa democrática venezolana estuvo marcada por el gobierno de Rómulo Betancourt y por el sueño de un cambio inspirado en la Revolución Cubana que llevó al surgimiento de un movimiento guerrillero y a la lucha armada cuyos líderes y participantes ya derrotados, terminaron, en su mayoría, asimilados al sistema años después y actuando en la vida política nacional desde la estructura partidista. Pero, como lo ha demostrado el tiempo, ese sueño se materializó con otros rostros e intereses, pero este es otro tema. Este conflicto de los sesenta determina, en gran medida, el surgimiento del grupo Tabla redonda en 1959. Grupo comprometido con la realidad política y con la realidad estética de la palabra, logró no colocar el discurso literario de sus integrantes al servicio de la política y de los principios ideológicos vinculados al Partido Comunista de Venezuela (PCV). Y este es, probablemente, su mayor logro. Ubicar las ideas en su lugar, a la poesía y la literatura en el suyo tan humano, y dejar lo demás al territorio del panfleto. Sus años de mayor acción cultural se ubican entre 1961 y 1966. Entre sus propósitos logrados estuvo la publicación de una revista y la edición de libros. Su principal ideólogo y promotor fue el poeta y periodista, Jesús Sanoja Hernández, autor de un solo y extraordinario libro titulado La mágica enfermedad. Entre los integrantes hay que mencionar al historiador Manuel Caballero (quien fue el esposo de la poeta Hanni Ossott, deslumbrante poeta venezolana), el escritor Oswaldo Barreto, los poetas Arnaldo Acosta Bello, Jesús Enrique Guédez, Ángel Eduardo Acevedo, Darío Lancini, Pepe Barroeta y 36
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Rafael Cadenas
quien nos ocupa, el maestro Rafael Cadenas. Y es bajo el sello de Tabla redonda que se edita el mítico poemario Los cuadernos del destierro (1960). La crítica nacional reconoce en este libro un hito para la poesía venezolana, pues supo atrapar en sus poemas en prosa el sentimiento de una generación y constituyó un aporte a la literatura del continente. Muy bien lo señala otro gran maestro, el poeta Juan Liscano, cuando escribe que Los cuadernos respondieron en su forma estilística, en su desesperación existencial, en su poder de autoacusación y en su duda esencial, a la sensibilidad de la