SALMOS (Sal)
Los Salmos son una colección de ciento cincuenta poemas u oraciones prehechas o preestablecidas, todo el que los oran o cantan, repiten unos rezos con fórmulas ya realizados, dichos Salmos son de géneros y estilos diversos, su contenido se presenta en forma de plegaria, oración o rezo. Ellos tienen su origen en la recopilación de los cánticos del Templo de Jerusalén y se enriquecieron con oraciones personales, además, de lamentaciones. La numeración de los Salmos es diferente en el Antiguo Testamento hebreo con respecto a la Versión griega larga del Antiguo Testamento los Setenta (LXX), por último, la Iglesia Ortodoxa Griega agrega en su Biblia un Salmo adicional, el “Salmo 151”. Como se nombró anteriormente los Salmos son rezos u oraciones y estas palabras son sinónimos puesto que significa lo mismo, en tal sentido, los términos rezo u oración designan la comunicación
que el ser humano
entabla
con Dios, sea está
espontáneamente, con fórmulas preestablecidas, de manera oral o mental, por lo tanto, rezar u orar no tiene diferencia y aquellos cristianos que lee o recitan los Salmos hacen una oración preestablecida o previamente escrita, asimismo, en ninguna parte de la Biblia se hace diferencia en cuanto a las palabras rezar u orar, por lo que esto es invento y doctrina de hombre, es decir, de los pastores protestantes y si al que lee esto le queda todavía una duda le bastara consulta el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, no obstante, los hermanos protestante ponen en sus Biblias solo la palabra “orar” evitando su sinónimo “rezar”.
Jesús Ungido y Rey, de la misma naturaleza de Dios Padre, es decir, es Dios Hijo, un solo Dios y la plenitud de la Santísima Trinidad en Él. Por lo demás, ungido se traduce por Cristo en griego o Mesías en hebreo. Sal 2,2.6-9: Se sublevan los reyes de la tierra, y sus fuerzas unen los soberanos en contra del Señor y de su Ungido. Yo soy quien ha consagrado a mi rey en Sión, mi monte santo. Voy a comunicar el decreto del Señor: Él me ha dicho: Tú eres hijo mío, yo te he engendrado hoy. Pídeme y serán tu herencia las naciones, tu propiedad, los confines de la tierra. Las regirás con un cetro de hierro y quebrarás como cántaro de arcilla.
113