Primera carta a Timoteo (1Tim o 1Tm)
Timoteo fue uno de los Obispos colaboradores de San Pablo. Además, esta carta es de tipo pastoral puesto que en ella se afirma como deben ser los Ministros de la Iglesia Católica, por otro lado, debido a su estilo y contenido parece no ser de San Pablo sino de algún discípulo suyo y fue escrita entre los años 90 a 100 del siglo I d.C, mientras que otros piensan que se escribió entre los años 65 a 66 d.C. Las falsas doctrinas son contrarias a la sana doctrina de la Iglesia Católica 1Tim 1,3-4: Al partir para Macedonia te rogué que te quedaras en Éfeso; debías advertir a algunos que no cambiaran la doctrina ni se metieran en leyendas y recuentos interminables de ángeles. Esas cosas alimentan discusiones, pero no sirven para la obra de Dios, que es cuestión de fe. 1Tim 4,1-3: El Espíritu nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe para seguir espíritus seductores y doctrinas diabólicas. Aparecerán hombres mentirosos con la conciencia marcada con la señal de los infames. Estos prohíben el matrimonio y no permiten el uso de ciertos alimentos, a pesar de que Dios los creó para que los comamos y luego le demos gracias. Así lo hacen los creyentes que conocen la verdad. 1Tim 6,2-5: […]. Si alguno enseña en otra forma y no se atiene a las palabras auténticas, que son las de Cristo Jesús, nuestro Señor, y a la enseñanza que honra a Dios, es un ciego que no entiende nada. Ese padece la enfermedad de las discusiones y cuestiones inútiles, de donde proceden envidias, discordias, insultos, […] para ellos la religión es puro negocio. 1Tim 6,20-21: Timoteo, conserva el depósito, evita las palabrerías inútiles y mundanas así como las discusiones procedentes de una falsa ciencia. Por darle crédito, algunos se han alejado de la fe. La gracia esté con todos ustedes. El Obispo, no es un invento de la Iglesia Católica 1Tim 3,1-7: Si alguien aspira al cargo de obispo, no hay duda de que ambiciona algo muy eminente. Es necesario, pues, que el obispo sea irreprochable, casado una sola vez, casto, dueño de sí, de buenos modales, que acoja fácilmente en su casa y con capacidad para enseñar. No debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desprendido del 182