Segunda carta de San Pedro (2Pe o 2P) Esta carta fue puesta bajo el nombre de San Pedro y escrita hacia finales del siglo I o comienzos del II entre los años 90 a 100 d.C, en Asia. Dicha carta invita a mantenerse fiel a la devoción cristiana católica y a la fe que ella enseña y profesa. Jesús es Dios. 2Pe 1,1: […] renovados por nuestro Dios y Salvador Jesucristo. Los Apóstoles son testigo de la verdad sobre Dios Hijo
2Pe 1,16-18: Porque no les hicimos conocer el poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo basados en fábulas ingeniosamente inventadas, sino como testigos oculares de su grandeza. En efecto, él recibió de Dios Padre el honor y la gloria, cuando la Gloria llena de majestad le dirigió esta palabra: “Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección”. Nosotros oímos esta voz que venía del cielo, mientras estábamos con él en la montaña santa.
Ninguna de las profecías debe ser de interpretación personal, porque lleva a errores y separaciones, esto se vivió en el siglo V después de Jesús lo que originó el nacimiento de la Iglesia Copta, como también en el siglo XI posterior a Cristo con el cisma que dio origen a la Iglesia Ortodoxa Griega y en el siglo XVI de la era cristiana con la división realizada por los hermanos separados, porque no han seguido la sana doctrina que Jesucristo dejo a su Iglesia Católica y dichos hermanos sólo enseñan parte de la doctrina pero con errores. 2Pe 1,20-21: Sépanlo bien: ninguna
profecía de la Escritura
puede ser
interpretada por cuenta propia, pues ninguna profecía ha venido por iniciativa humana, sino que los hombres de Dios han hablado movidos por el Espíritu Santo.
Los falsos profetas introducen errores en la doctrina, por eso la Iglesia Católica siempre ha definido la sana doctrina que debe regir al pueblo de Dios.
2Pe 2,1-3: Así como hubo falsos profetas en el pueblo de Israel, también entre ustedes habrá falsos maestros. Introducirán novedades dañinas, pero sin tardar se perderán por 198