Lev 21,1-23: Yahvé dijo a Moisés: “Habla a los sacerdotes, […]. Serán santos para su Dios y no profanarán su Nombre porque son ellos los que ofrecen los sacrificios […] porque el sacerdote está consagrado a Dios. Al sacerdote lo tendrás por santo para ti porque yo soy Santo Yahvé, […]. El sacerdote que ha sido puesto más alto que sus hermanos, sobre cuya cabeza se ha derramado el óleo de unción, y que ha sido consagrado […] porque yo soy Yahvé, que a ellos los santifico. Dios Hijo estará en medio de Israel y se paseará entre ellos. Lev 26,11-12: […]. Me pasearé en medio de ustedes y seré Dios de ustedes mientras ustedes serán mi pueblo.
NÚMEROS (Núm o Nm) Este libro se llama “Números” porque empieza dando las cifras de un censo del pueblo hebreo; similarmente, contiene tradiciones, leyes y costumbres relacionadas con la estancia en el Sinaí, por lo que narra la marcha de los israelitas en el desierto desde el Sinaí hasta las vísperas de la entrada a la Tierra Prometida, dicho de otra manera, relata como el pueblo judío peregrino por el desierto entre dificultades, infidelidades y arrepentimiento. Moisés intercede ante Dios mediante el ruego, por el pueblo de Israel y por Miriam Núm 11,1-2: El pueblo murmuró malvadamente a los oídos de Yahvé. Yahvé lo oyó y se enojó: se encendió el fuego de Yahvé contra el pueblo y devoró las primeras tiendas del campamento. Entonces el pueblo le suplicó a Moisés. Moisés intercedió ante Yahvé y el fuego se apagó. Núm 12,13-16: Entonces Moisés suplicó a Yahvé: Por favor, detente Sánala. Pero Yahvé le respondió a Moisés: Si su padre la hubiera escupido en la cara, habría tenido que esconderse de vergüenza durante siete días. Que sea pues excluida del campamento por siete días, después de lo cual se reintegrará. Miriam quedó pues fuera del campamento por siete días, y mientras ella no regresara el pueblo no se movió. Entonces el pueblo partió de Jaserot y acampó en el desierto de Parán.
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