2 REYES (2Re o 2R)
Este libro sigue con la historia de los dos reinos en que se dividió el pueblo judío, posterior a la muerte de Salomón y en él se quiere demostrar que la decadencia de dichos reinos fue el castigo que recibieron debido a la infidelidad contra Yahvé. Una mujer venera a el profeta Eliseo, se postra ante él y se abraza a sus pies y no comete idolatría, similarmente, a imagen de Cristo este profeta resucita a un muerto. 2Re 4,27.32-37: Pero en cuanto llegó donde el hombre de Dios que estaba en el monte, le abrazó las piernas. Guejazí se acercó para separarla, pero el hombre de Dios le dijo: Déjala su corazón está repleto de tristeza, Yahvé me lo ha ocultado y no me lo ha dado a conocer. Eliseo entró en la casa; allí estaba el niño muerto, tendido en su cama. Entró, cerró la puerta y luego oró a Yahvé. Después se tendió encima del niño, puso su boca en la del niño, sus ojos en los de él, sus manos en las de él, así estuvo recostado sobre él, y la carne del niño se calentó. Bajó luego a la casa y caminó de un lado al otro, subió de nuevo y volvió a tenderse sobre el niño. Así lo hizo siete veces. Al final el niño se movió y abrió los ojos. Eliseo llamó a Guejazí y le dijo: Di a la sunamita que venga. La llamó, ella subió y le dijo: Toma a tu hijo. Ella se echó a sus pies y se postró en tierra, luego tomó a su hijo y salió. Eliseo es imagen de Jesús y al igual que Él multiplica los panes 2Re 4,42-44: Llegó un hombre […]; en su saco traía al hombre de Dios veinte panes de cebada y de trigo […]. Eliseo le dijo: Dáselos a esos hombres para que coman. […]: Dáselos y que coman, porque esto dice Yahvé: Comerán y sobrará. Les sirvieron, comieron y les sobró tal como lo había dicho Yahvé.
Eliseo aunque estaba ya muerto intercede por un difunto y este último revive milagrosamente, esto también habla a favor de las reliquias de los santos. 2Re 13,20-26: Murió Eliseo […] unas personas que llevaban a enterrar a un difunto, divisaron a una de esas bandas. Depositaron entonces al muerto en la tumba de Eliseo […]. Cuando el hombre toco los huesos de Eliseo, revivió […].
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