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Conclusiones y recomendaciones para la acción
Igualdad, no discriminación y democracia La investigación evidencia que, aun cuando Honduras avanza positivamente en la promoción de la situación y condición de las mujeres en la sociedad, hay obstáculos que persisten y desafíos que enfrentar. Al igual que muchos países del mundo, el principal desafío nacional estriba en el paso de la igualdad formal o jurídica, a la igualdad de hecho o sustantiva. Las discriminaciones y las desigualdades se mantienen y se profundizan aún más cuando el género se entrecruza con la etnia, la orientación sexual e identidad de género, la raza, la clase social o la edad (la “interseccionalidad” de las discriminaciones que señala el Comité ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer en Recomendación General N° 28). Es innegable que la participación de las mujeres hondureñas en la vida política y pública se ha incrementado, aunque persisten importantes brechas en el goce y ejercicio pleno -en igualdad y sin ningún tipo de discriminación- de sus derechos políticos. El espacio público continúa siendo un ámbito predominantemente masculino, donde se excluye a las mujeres y aún más si ellas son indígenas o afrodescendientes. Los logros alcanzados son todavía insuficientes y las mujeres no han dejado de ser percibidas como extrañas o recién llegadas a la política. El ejercicio de los derechos políticos y de la ciudadanía no puede analizarse separadamente de la noción de democracia. La democracia es un sistema de gobierno y de convivencia donde tanto la voluntad como las necesidades de las personas, así como los beneficios a que acceden, se consideran en un marco de igualdad. Siendo regla de la democracia la distribución y reconocimiento de poderes, recursos y oportunidades para todos los seres humanos, su principal reto es la inclusión de todos los intereses sociales
Violencia contra las mujeres en la política | Investigación en partidos políticos de Honduras
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