Desde los zulos
Dhalia de la Cerda @Dahliadelacerda
El feminismo, los hombres y yo
«T
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odos los hombres son potenciales feminicidas y poÉl la secundaria la tuvo que estudiar a huevo para que lo tenciales agresores», decía cuando recién llegué al fecontrataran en mejores empleos. Me daba la mitad de su minismo. Todos. «Mi lucha es para las mujeres, resolver que sueldo, pero empecé a tratarlo en consecuencia porque leí se dejen de matar entre ellos es igual a seguirles lavando la propuesta teórica de una señora blanca y ella decía que los calzones», también decía. Presumía ser misándrica y mi hasta el varón más pobre tenía una mujer a su servicio y esa activismo se basaba en tuitear o escribir sobre lo opresores tenía que ser yo. Empecé a señalarle su machismo de forma que son los varones, todos, así sin matices. Y cómo las mujeobsesiva, empecé a romper nuestros acuerdos porque ninres somos los seres más oprimidos de la gún hombre me iba a dar órdenes. Dios lo historia, sobre nuestra materialidad rea- Yo quería ser sanada y pensé haga un santo por soportarme en esa épolidad, es decir, la panocha, así también ca. Me corté el cabello y me dejé crecer los que sufrir en colectivo y sin matices. Desde luego era separatista, estar muy muy encabronada pelos de las axilas porque no quería ser en mis talleres y espacios no había lugar con los varones me iba sanar, obediente a una feminidad creada para el para los varones y cuando me veía en la pero no fue así. Porque el fe- ojo masculino. Es una cosa bien loca, lopenosa necesidad de aceptar hombres quísima porque de entrada nunca me sentí minismo no sustituye a la te- identificada con el feminismo blanco, ese en mis talleres les daba la orden estricta de callarse y escuchar, pobre de aquel rapia y no es una comunidad que dice que las mujeres estamos hartas terapéutica. El feminismo es de ser la ama de casa o que hemos sido que se atreviera a cuestionarme, lo trataba con pasivo-agresividad y lo manda- un movimiento político. históricamente silenciadas o confinadas a ba a leer Los hombres me explican cosas. lo privado, pero respecto a los varones mi Y luego lo presumía en redes: Hoy mandé a un señor a leer feminismo era blanco, blanquísimo. Malditos opresores, Los hombres me explican cosas. Y esperaba la lluvia de likes. todos. Pasaba de largo las críticas que hacen las feministas No había lugar para lugares crisis: Todas las mujeres esnegras al separatismo porque, aunque me identificaba mutamos oprimidas, nos oprimen por una realidad material y cho más con el feminismo negro y decolonial mi postura biológica: la vagina. Y todos los hombres son opresores. La respecto a los varones seguía siendo la misma: «Son unas realidad, también material, que se llama la vida diaria, me basuras y mi lucha es por y para las mujeres. El feminismo daba guiños de que quizás —y solo quizás— había matino es la madre de todas las luchas. Mi feminismo es interces. Por ejemplo: «Mi novio, el macho opresor por excelenseccional porque las incluye a todas, no a todos. Ellos no cacia, esa criatura con pene lleno de privilegios, hijo sano del ben en mi feminismo». patriarcado» tenía tres trabajos: mesero en una fonda, barLa realidad material de la vida cotidiana me decía, me man en un bar y pintor de casas para ganar mensualmente gritaba, me imploraba: morra, guacha, guacha quién limpia lo que yo ganaba sentada en una oficina cinco horas. Él es la mierda cuando se tapa el drenaje en el centro de Aguasel primero de su familia en terminar la secundaria, creció en calientes, morra, quién tiene las cifras más altas de muertes un ambiente profundamente violento donde tenía que deviolentas, de población en los sistemas industriales carcefenderse de tiro por viaje a golpes, pero desde mi primera larios, en las desapariciones. Pero yo me hacía de la vista postura teórica era el enemigo, mi enemigo tenía tres trabagorda. Como que la virgen me hablaba. Reflexionaba, sí, jos para ayudarme a pagar la licenciatura en Filosofía, licenpero en cómo darle la vuelta a la realidad material para que ciatura que dicho sea de paso estaba estudiando por gusto. la victima fuera yo. Para ser más oprimida que el señor moreno y empobrecido que limpiaba mierda en el centro de la ciudad, pensaba: seguro ese señor llega a su casa y tiene una mujer a su servicio, pensaba. Pero esa mujer no eres tú, me decía la lógica, pero yo le seguía jugando al Micky. No es que yo fuera una mezquina, ni una berrinchuda, ni una pendeja. Es que soy mujer y sé que esto será contradictorio, pero vaya que tengo experiencias para desconfiar de los varones. Todas las mujeres las tenemos. Mi problema es que yo llegué al feminismo tan herida, tan agredida, tan subestimada, había vivido tantas experiencias de sexismo, de misoginia, de violencia y de discriminación que el feminismo