Dirección: Vicente Suárez 69, Col. Hipódromo Condesa Teléfono: +52 55 5256 4360
Le Laboratoire (CDMX)
Texto: Julien Cuisset*
Foto: Cortesía de Le Laboratoire
Horarios: Lunes a viernes de 11:00 a 14:30 hrs. y de 16:30 a 19:00 hrs. (Se requiere cita previa) https://www.lelaboratoire.mx @Galería Laboratoire @galeríalelaboratoire
Las herencias culturales intangibles
“La política de la humanidad implica el respeto hacia los conocimientos, las técnicas, el arte de vivir de las diversas culturas, incluidas las orales. Integra todo aquello que es válido en la idea actual de desarrollo, pero para insertarlo en el contexto singular de cada cultura o nación. Además, la noción de desarrollo debe completarse con la de involución, es decir, de conservación de las protecciones comunitarias, de salvaguarda de las cualidades que el desarrollo tiende a destruir, de regreso a valores no materiales como la sensibilidad, el corazón y el alma.” Edgar Morin, “La vía para el futuro de la humanidad.” Las tradiciones, expresiones y otros ritos fecundan y alimentan nuestro patrimonio inmaterial. Su diversidad cultural es un factor primordial de resistencia a la hegemonía planetaria (“aldea global” de McLuhan) y su globalización neoliberal galopante: debe de permitir la transmisión y permanencia de un conjunto de conocimientos y técnicas, e inducir un diálogo nutrido y respetuoso entre las diversas culturas. Claude Lévi-Strauss decía: “Al conocimiento del pasado le atribuimos la capacidad de permitirnos comprender el presente y ese presente nos sirve para hacer previsiones sobre el futuro.” En México, varias manifestaciones culturales como la charrería, el mariachi, la cocina tradicional y las ceremonias rituales (los Voladores de Papantla, por ejemplo) forman parte del listado de patrimonio cultural inmaterial de la humanidad de la UNESCO. Son expresiones vivas heredadas que se moldean con el tiempo y contribuyen a darnos un sentimiento de identidad y un vínculo entre pasado y presente, un compromiso en la salvaguardia de dichas manifestaciones. La mundialización actual ha ido fomentando una nueva era transcultural, híbrida e interconectada, en algunos casos, identitaria y propagandista. Tal como lo dice Edgar Morin, los mestizajes (genéticos, étnicos y culturales) son, a la vez, unificadores y diversificadores. No se puede negar la existencia de una tendencia a la homogeneización cultural por desnaturalización, cuando no disolución, de las culturas originarias, ya que se impone un imperialismo dotado de una estructura económica poderosa. Lo importante es encontrar ahí los mecanismos que permitan que las tradiciones se mantengan y puedan (re)florecer en otros contextos y/o territorios. El arte no está exento de las mismas mutaciones endémicas. Las personas dedicadas al arte habitan su tiempo y se adaptan a las nuevas herramientas y contextos socio-politico-económicos. La “servidumbre” numérica actual y el universo hiperconsumista cambian las formas de “fabricar” arte: la volatilidad de la dinámica social fomenta una nueva tendencia mutante, nómada. Dicho intersticio social se mueve en una cultura sin fronteras reales, interconectada y ubicua, que no deja de insertarse en una jungla poco codificada. La “cultura-mundo” *Curador y galerista, fundador y director de Le Laboratoire.
de Gilles Lipovetsky hace hincapié en la hipermodernidad cultural globalizada, donde los antagonismos ya no tienen tanta razón de ser. Una considerable audiencia parece estar dispuesta a informarse, a “consumir” arte. En la era digital tenemos que asumir el hecho de que cada persona tiene la capacidad de “producir” contenidos culturales, tangibles e intangibles: el efecto Google, los algoritmos de Facebook, la experiencia Instagrameable, entre tantas nuevas ventanas informativas, soportan nuestra voluntad de estar mejor informados, pero también de promover las (fútiles y fugaces) egotecas. Pero la cantidad de páginas visitadas (en muchas ocasiones, en micro-comunidades) no es garantía para fomentar un espíritu más crítico y abierto. La intangibilidad del arte no es asunto nuevo. Desde 1959, Yves Klein creó su “Zona de Sensibilidad Pictórica Inmaterial”, serie de obras que ofrecía a coleccionistas, como opción, adquirir una zona inmaterial a cambio de una cantidad de oro previamente acordada, y cuya mitad arrojaba el propio artista al Río Sena de París. Hoy en día, la cripto revolución y los NFT’s agitan fuertemente el mundo del arte digital a través de bienes intangibles. Parecen representar y reflejar una franja notable de la creatividad y de las necesidades de nuestra época. La tokenización implica una universalidad de contenidos y la posibilidad de tasar el valor de lo intangible, otorgando autenticidad y propiedad de un activo dentro del sistema infalsificable de la blockchain. ¿Nuevo instrumento democratizador? ¿Construcción integral de riqueza neoliberal? ¿Nueva y futura forma de preservar (almacenar y compartir) parte de nuestro patrimonio cultural? Los nuevos retos de la conservación y transmisión del patrimonio estriban en la (re)valorización continua de sus culturas, fuente de inspiración para la creatividad y la innovación, en la construcción de significados y sentidos para las futuras generaciones. Del 3 de mayo al 2 de julio de 2022 se expondrá en Le Laboratoire “La parte y el todo es infinito”, el segundo proyecto individual que Georgina Bringas presenta en la galería.