La obra. Cap. 5: Originalidad |139
una respuesta (ídem, págs. 42-168). Satanás será atado en el futuro milenio (ídem, págs. 47-52); hay tres venidas de Cristo según la doctrina de Ubertino da Casale, la primera ya tuvo lugar, la segunda no será personal (ídem, págs. 54-55); se espera la conversión de judíos, paganos y herejes (ídem, pág. 58), y también el regreso de Elías y de Enoc (ídem, págs. 69-78).
C. Protestantismo 71. Se intentó asustar a los lectores de Lacunza agitando ante ellos el fantasma del protestantismo. El autor de la Diatriba quería relacionar las ideas de Lacunza sobre la gran ramera de Apocalipsis 17 con las de Lutero y Calvino. Nuestro jesuita, habiendo previsto tal maniobra, se adelanta. Se separa de Bossuet que aplicaba la profecía a la Roma pagana de los tiempos antiguos y de los protestantes que la aplicaban a la Roma papal de la Edad Media y de los tiempos modernos. Se jacta de haber encontrado el término medio entra ambas teorías a las que considera erróneas por igual: para él, Babilonia es la Roma cristiana, pero todavía en el futuro, cuando pasará de ser esposa a prostituta. Lacunza no ha tenido necesidad de tomar prestada de los teólogos protestantes su idea de la Babilonia apocalíptica. Oigamos a Doellinger: «Un hombre incluso como san Buenaventura, a quien los papas habían colmado de honores y que, como general de su orden y cardenal, estaba unido a Roma por lazos muy estrechos, no tuvo ningún escrúpulo en declarar en su comentario sobre la revelación de Juan que Roma era la ramera que embriagaba a los reyes y a los pueblos del vino de su fornicación; porque en Roma, dice, se reunían los príncipes y dignatarios de la Iglesia menospreciando a Dios, se abandonaban al libertinaje, uniéndose a Satanás en el saqueo del tesoro de Cristo. Muestra a continuación como los prelados, perdidos por Roma, manchan con sus crímenes a la curia, y esta a su vez, imitando a sus superiores su orgullo e indolencia envenena y vuelve miserable al pueblo cristiano entero.»