Internacional
La política y la distribución de las vacunas Leidy Vargas y Pablo Mandrile*
Táctica sin estrategia Frente a la situación global en relación a la vacunación contra el Covid-19 de la población, resulta indispensable ampliar los marcos de reflexión política y ética para enfrentar un reto vital para la humanidad
Fernando Zhiminaicela - Pixabay
Cuando Antonio Guterres, secretario general de la ONU, denuncia que 10 países han cooptado el 75 % de las vacunas producidas en el mundo, el sentimiento que nos embarga a muchos es el de una profunda desilusión respecto del sistema político y la legislación internacional, los cuales parecen revelarse insuficientes o miopes ante el desafío vital que representa la pandemia de Covid-19. Las respuestas brindadas hasta el momento por la comunidad de naciones parecieran no estar a la altura del problema a afrontar, de manera especial en cuanto a la elaboración y distribución justa y equitativa de vacunas. Los acuerdos para las patentes de la Organización Mundial del Comercio 1994/2005, establece criterios base para la producción y distribución de estos fármacos (como de cualquier otro
16
Ciudad nueva - Junio 2021
producto) se basa en principio que los “derechos de propiedad intelectual son derechos privados”. La mayoría de las fórmulas vacunatorias aprobadas hasta el momento han sido desarrolladas por laboratorios privados, que son los únicos propietarios de las patentes y, por lo tanto, los únicos autorizados a producirlos y a comercializarlos. Frente a la angustia y a la zozobra que provoca esta situación, se torna indispensable ampliar los marcos de reflexión política y ética habitualmente utilizados en el debate público, buscando nuevos conceptos y criterios, sabiamente realistas, para enfrentar este verdadero reto vital. Paradigmas obsoletos Tristemente asistimos durante los últimos meses a una verdadera carrera inmunológica entre Estados “soberanos” y
grandes empresas farmacéuticas (denominadas colectiva e informalmente Big Pharma) por la fabricación y/o aprovisionamiento de las ansiadas vacunas. Una lucha geo-sanitaria táctica —pero no estratégica— dominada por dos paradigmas de acción política que se revelan a todas luces obsoletos ante desafíos globales como la pandemia: el paradigma tecnocrático-economicista y el paradigma soberanista. En cuanto al primero, la carrera entre países por las vacunas pareciera obedecer exclusivamente a una lógica mercantil del tipo oferta-demanda, discurso tecnocrático-economicista al cual nos hemos acostumbrado en las últimas décadas que tácita o explícitamente relega o niega cualquier pensamiento o criterio de acción pública que no se oriente hacia la “eficacia” económica.