Yo nunca escribe: José Armando Ramírez Galloso1
Yo nunca salí del clóset, fuera de todas las cosas, nunca lo sentí necesario... Nunca había pensado desde cuándo es que empecé a formar parte de la «comunidad». Yo siempre fui diferente, a mí no me gustaban las típicas cosas que a todo niño deberían interesarle, es más, recuerdo que de niño me inscribieron en clases de futbol, y pues, no me gustaban...; yo amaba muchas otras cosas, me llamaba mucho la atención el básquet, las artes marciales, la música y muchas otras cosas más, más que el hecho del deporte que me obligaran a ir y que para mí era una tortura; agradezco mucho que después de algunas clases, y algunas negativas por mi parte, mi papá me dijera «si sientes que eso no es para ti, pues no es para ti, tranquilo». Para mí fue el primer gran gesto de comprensión y tolerancia, ese fue uno de los pilares de mi seguridad y me sirvió hasta el día de hoy para no sentirme culpable por no encajar con los demás niños.
de sentirme culpable, dejé de sentirme triste, dejé de pensar que estaba destinado al rechazo o a la soledad.
Le doy gracias a la vida por no caer en esa etapa oscura, por no atravesar esa incertidumbre de no saber qué va a pasar cuando se enteren, de tener que vivir una doble vida, agradezco mucho no haber pasado por eso, bueno, al menos hasta ese momento. Fue entonces cuando crecí y entré en razón de todo lo que nos espera a las personas como yo, todo el rechazo, la incertidumbre, el tener que esperar a estar listo para contar la verdad, para ser tú mismo, para ser libre, saber si quieres contarlo, o no, y también cuidar que esa decisión sea tuya, que nadie te vea y vaya corriendo a contárselo a los demás para dejarte en ridículo, como si fuera de interés público. En ese momento entendí que, a pesar de todo, las personas de nuestra comunidad siempre llegan a esa etapa oscura, en donde el arcoíris no está, por más que tratemos de Cuando tenía 14 años fue la primera vez que sentí que de huir, por más que intentemos ignorarlo y patearlo, en algún verdad algo no cuadraba. Yo tenía un amigo muy cercano, momento llega, y con un peso que uno no se imagina, mienese con el que uno siempre se sienta y cuadra para hacer las tras más tratas de huir, más fuerte se vuelve. tareas y todo; en algún momento de aquel año escolar, empecé a sentirme extraño cuando se juntaba con otros amigos, Por más que trate de huir siempre aparece el tema, siemquizá se sintió un poco abrumado o asustado por mi forma pre tratamos de mantenernos al margen de conversaciones acaparadora y de búsqueda de exclusividad, debo admitirlo. Verlo con otros amigos para mí era muy incómodo. No fue sobre el tema LGBTIQ+, alguna conversación en el trabajo, hasta días después, una noche en mi cuarto, cuando estaba en la familia, en tu grupo de amigos, en donde las persosolo, que me di cuenta que lo que sentía no era solamente nas suelen ser muy hirientes, donde solemos escuchar «los incomodidad o enojo por verlo con otros amigos, esos eran entiendo, pero que no se besen en la calle», «no me gusta celos, celos de verlo con otras personas, de que ya no fué- verlos agarrados de la mano», «van a confundir a los niños», ramos tan íntimos o que ya no nos vieran como los amigos «quieren pedir privilegios», «que vivan su vida, pero encerrainseparables. Y fue esa noche en la que fui consciente de lo dos en su casa, nadie los juzga, solo que no se expongan». que me pasaba, y me abordó un sentimiento de culpa, un Escuchar ese tipo de cosas es bastante hiriente, porque musentimiento de temor, de incertidumbre, de no saber ¿por chas veces esas personas no saben que alguien en su círculo qué a mí?, ¿qué hice de malo para ser diferente?, ¿en qué está escuchando, alguien que está fingiendo ser otra persopaso me equivoqué para terminar sintiendo eso?, sintiéndo- na, que se está ocultando para evitar ese odio, ese prejuicio, me tan miserable y desafortunado. Aún sigue siendo bas- esa intolerancia, esos ataques, y solo escuchamos y tratamos tante triste pensar en todo lo que sientes cuando descubres de no involucrarnos para evitar que sospechen de nosotros, que eres diferente, pero cuando estuve a punto de derrum- que nos descubran, que se enteren de que somos diferentes, barme, recordé aquellas palabras de mi papá, aquella frase y muchas veces hasta los apoyamos y decimos «sí..., quizá tan reconfortante. Quizá él no lo sabe, pero esa frase fue tan tienes razón...» para evitarnos la confrontación. importante para mí. Aquella frase no solo significaba que no Siempre he pensado que no es justo que tengamos que esimportaba si no me gustaba el futbol, sino que no importaba si me gustaran otras cosas, que nada cambiaba, que todo pecificar qué somos, tener que explicar que somos diferentes, estaría bien, y fue esa misma noche que mi mente se tran- ¿por qué tenemos que hacerlo?, no es justo. Suelo comparar quilizó. Sentí que en alguna parte estaría mi lugar y que todo mi vida como estar buceando, debajo del agua es un lugar estaría bien, que debía estar tranquilo, en ese momento dejé muy tranquilo, no oyes nada más que tus pensamientos, solo
José Armando Ramírez Galloso (1999) actualmente es bombero voluntario, cuenta con experiencia en rubros de prevención contra incendios y rescates. Además, adora la música y ha tenido experiencia en producción musical y obras teatrales desde shows online hasta producciones más grandes en teatros como El Pirandello y Plaza San Miguel Central. 1
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