LOS TRES BURRITOS PEQUEÑOS Autor: Prof. Gonzalo Castillo Laura
CAMARGO
Municipio: Camargo, U.E. 12 de Abril
Reducción a esclavitud o estado análogo
Érase una vez en un hermoso pueblito lleno de pastura verde llamado Camarguiño en el cual vivía un grupo de burritos, entre ellos había tres pequeñines. Un día, el dueño de los burritos, un hombre muy justo, les dio un trabajo a los chiquititos. Tenían que trasladar quintales de harina. ¡No hay problema! los tres eran fuertes y entre dos podrían cargar un quintal por vez y turnarse. Pero no era tan sencillo como parecía, sobre todo por el hijo del dueño que empezó a abusar de ellos, y les hacía cargar un quintal a cada uno. Cuando el dueño no veía, este malandrín no les daba alimento ni agua para beber. Estos pobres burritos tenían que trabajar muy duro. Pero cierto día, el dueño se dio cuenta que los burritos pequeños estaban flacos y sedientos, se preguntaba por qué si él dejaba suficiente alimento y comida. Una mañana se escondió para ver qué pasaba y observó como su propio hijo maltrataba a estos burritos y quedó sorprendido. ¡Su propio hijo maltratando a los animales más pequeñitos! Tomó una decisión y puso a los burritos muy cómodos al día siguiente con bastante comida y agua y les dijo que descansaran, mientras que le dijo a su hijo qué él solo iba a cargar esos quintales ese día y que no se atreva a pedirle agua ni alimento. Terminada la jornada, el hijo estaba tan cansado y sediento que se le había secado la lengua y no podía ni hablar. El hijo abusivo, pidió perdón a su padre y se disculpó con los burritos pequeños diciéndoles que no debió hacerlos trabajar por tantas horas y con tanto peso si apenas eran unos pobres chiquitines. Pero como se sabe, los burritos son buenos y lo perdonaron, ahora son más grandes y fuerte e incluso le ofrecen paseos en su lomo al que un día les hizo trabajar como esclavos.
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