LA TATUCITA VIAJERA Autora: Prof. Rogelia Abiyuna Yabandire
ASCENSIÓN DE GUARAYOS
Municipio: Ascensión de Guarayos, U.E. Santa Teresita
Servidumbre Costumbrista.
Cierta vez una tatucita quería salir de su entorno familiar, entonces ella le dijo a su mamá: - Ya que salimos de vacaciones, mamita, quisiera ir a trabajar para tener platita, ¿Puedo ir mamita?, iré con mi tía y ahí me quedaré para que no te preocupes por mí. ¡Por favor, por favor! - A tanta insistencia la mamá tatú aceptó la petición de su hija. Ella llamó a la tía tatú explicándole la visita de la tatucita. La tía tatú dijo: - Esta bien, no tengas pena que aquí estará bien mi sobrinita tatucita, déjala que experimente la vida de la ciudad y aquí se va a ganar mucha plata-. La mamá, con un poco de preocupación, todavía, le dijo a su hermana: -Entonces, espérala por favor, te la encargo mucho a mi tatucita. Fue una despedida triste, las dos se pusieron a llorar y se abrazaron y la tatucita le decía: Te llamaré, mamita, te llamaré-. De esta manera, la tatucita emprendió su viaje de aventura hacia la ciudad. Cuando llegó a la ciudad, la tatucita se emocionó mucho y pensó que le iría muy bien. La tía tatú la estaba esperando y le recibió con mucha amabilidad. Los días pasaban y la tatucita pedía a su tía que le ayude a buscar trabajo, pero la tía le decía: - Iremos mañana, mientras tanto tú ayúdame con los quehaceres de la casa, porque yo igual te voy a pagar-. Pero la verdad es que nunca le pagaba y ya habían pasado dos meses, y la tía tatú le hacía trabajar sin darle ni un centavo. La tatucita se ponía a llorar, pero no sabía si decirle a su mamá, porque su tía le decía que no podía ser tan mal agradecida, ya que ella le daba comida, un lugar donde dormir y vivir. Tampoco podía comunicarse con su mamá porque no tenía teléfono y cada vez que la mamá le preguntaba a su hermana por su hija tatucita, la hermana le decía que estaba bien y que no encontraba trabajo porque era medio flojita. La tatucita le decía a su tía: -Llámela por favor a mi madre, necesito hablar con ella- pero la tía no le hacía caso. Pero, la madre, intuía que algo andaba mal y se fue a la ciudad a ver a su hermana y a su hija sin decir nada. Cuando vio a su madre entrar, la tatucita se levantó del piso y corrió a abrazar a su madre, la madre no podía creer lo que vio, su hija estaba arrodillada en las gradas, trapeando los escalones con las manos, la hermana sorprendida le dijo: -Es que se rompió el trapeador y ella quería ayudarme de todas maneras-. La tatucita le dijo a su madre: -Mami, lléveme por favor, ya no quiero estar aquí-, la madre le preguntó: - Pero, ¿por qué quieres irte? -, la tatucita solo respondió: -Ya no quiero estar acá- y la tía descarada le decía: -Pero sobrina linda, ¿por qué te quieres ir? Quédate toda la vacación, si aquí te queremos tanto-, pero la tatucita insistió en no quedarse ni un minuto más, así que la mamá tatú se la llevó otra vez para su pueblo. Una vez en la casa, la tatucita le contó que su tía la levantaba muy temprano a preparar el desayuno para todos sus primitos y ella comía al final si es que sobraba comida. También lavaba la ropa de todos y cocinaba, en la tarde tenía que limpiar la casa y en la noche servir la cena para todos, y que recién podía irse a dormir cuando la cocina estuviera bien limpia.
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