Autor: Prof. Sergio Ortega Castillo Municipio: Camargo, U.E. Vivicha
Reducción a esclavitud o estado análogo
Era en tiempos del pongueaje y latifundio, cuando los patrones eran dueños absolutos de las tierras. Ocurrió en el cantón de Lintaca ubicado en el municipio de Camargo, al sur de Chuquisaca. Pocos eran los dueños de grandes hectáreas, la mayoría de los originarios éramos peones, familias enteras trabajábamos para los patrones, quienes a nuestros ojos eran una especie de zánganos que vivían del trabajo sacrificado de la gente pobre y humilde.
CAMARGO
LO QUE FUE LA ESCLAVITUD EN MI COMUNIDAD
Mis abuelos saben de esto porque les tocó sufrir lo que cuento, también mis padres. Eran considerados como esclavos durante décadas. Los varones desde su adolescencia estaban obligados a trabajar en la agricultura, en la producción de la vid, cereales, tubérculos y hortalizas, así mismo realizaban viajes largos con recua para vender y hacer trueque de productos. Las mujeres, desde niñas se ocupaban de la crianza y cuidado de los animales domésticos en la hacienda. Las mayores preparaban el desayuno, caldeo y merienda para los patrones y peones. Los hijos de los peones eran marginados, no tenían derecho de estudiar, es por esa razón que mi madre no sabe leer ni escribir. Por aquel tiempo los corregidores estaban en su auge y este cargo rotaba sólo entre los hacendados. Para los peones no había remuneración económica, toda la producción se depositaba en las arcas del patrón. A los peones les distribuían tanto como para apenas sobrevivir. Las cosas han cambiado, hoy por hoy somos libres, ya no esclavos, ya no sufrimos los maltratos, pero la cosa ha cambiado porque son los descendientes de los patrones quienes sufren. Nunca supieron trabajar y ocurre que ahora tampoco quieren trabajar en sus propias parcelas de terrenos, pero ya no hay esclavo que lo vaya a hacer por ellos. Algunos hijos de los peones han estudiado, otros migraron al interior y exterior del país. Son conocidos por ser muy trabajadores y responsables y todo lo que ganan lo pueden disponer, viven bien. Las cosas han cambiado, no me imagino vivir como esclavo trabajando de 12 a 16 horas por día, no me imagino qué habría pasado si yo no habría estudiado, si mis padres no se hubieran liberado ellos mismos de ese trabajo de explotación. 77