cofradía marraja
Miserere mei, Deus
C
uando en la noche del tercer viernes de Cuaresma el Capellán de la Cofradía dé la entrada al canto del salmo 50 del salterio o libro de los salmos del Antiguo Testamento el acto central de la semana de cultos de los marrajos en el tiempo cuaresmal, el Solemne Miserere a Nuestro Padre Jesús Nazareno, alcanzará el momento más significativo y el más esperado en cada nueva celebración de esta ceremonia cuyo origen y tradición se pierde en el tiempo pero que sin duda deviene consustancial a la existencia misma de la Cofradía y a las liturgias y cultos llevados a cabo desde hace siglos en honor a su Titular. Presidiendo la Imagen el altar de la iglesia, imponente altar que deslumbra revestido con la majestad de su presencia, una sencilla procesión de hermanos y cofrades formando tercio de penitentes con hachotes de cera seguirán en el inicio de la ceremonia al sudario de la Cofradía que saliendo de la Capilla Marraja, acompañado por las notas y el canto del Coro de Peregrinos del Tannhäuser de Wagner, guiará el cortejo para
entrar en Santo Domingo y dirigirse al encuentro del Nazareno. Y una tenue luz de vela iluminará a su compás el recinto a la manera de aquellas primitivas procesiones marrajas y aquellos antiguos misereres que viera en otras épocas la iglesia del antiguo convento de los dominicos y que guardan, en el fondo y en la forma, una clara identidad inmune al paso del tiempo con esa misma ceremonia penitencial de los marrajos que anualmente en ese viernes de la Cuaresma tiene lugar. El recogimiento, un halo especial y emotivo, y el respeto si cabe aún mayor que el que acompaña desde su inicio la solemnidad de la celebración envolverá la atmosfera del templo, y de la misma forma a todos los allí reunidos esa noche, cuando las voces de la Masa Coral Tomas Luis de Victoria interpreten uno a uno tras el inicial “Misericordia, Dios mío”, el conjunto de los 20 versos y el Gloria final del salmo de una obra polifónica de “factura e inspiración geniales”. Y tal vez al decir de muchos el Miserere más importante de las composiciones musi-
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Cartagena Semana Santa 2017
Del 7 al 16 de abril | Declarada de Interés Turístico Internacional
cales dedicadas al sentido lamento de arrepentimiento y penitencia brotado del corazón del Rey David después de haber ofendido a Dios, el Miserere de Orlando di Lasso. Han sido en este sentido infinidad los misereres debidos a los más ilustres creadores musicales del renacimiento, el clasicismo, el periodo romántico, o los más cercanos de otros tantos compositores del pasado siglo XX, algunos de ellos obras realizadas ex profeso para la Cofradía Marraja, los que han enriquecido llegada la Cuaresma el acto penitencial de los marrajos ante la imagen del Nazareno. Y desde que en el año 1967 interviniera por primera vez en este acto interpretando precisamente el Miserere del célebre polifonista del Renacimiento español del que tomaron su nombre, de nuevo la Masa Coral Tomás Luis de Victoria invitará a la reflexión serena, llegado este momento de la ceremonia, al escuchar en sus voces la genial partitura de Orlando di Lasso. La extraordinaria creación de uno de los más grandes músicos del siglo XVI