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CONTRACOSTUMBRE
~ Contracostumbre ~
Por Isabel Pavón
La flor seca
Para ti que, lejos de desilusionarte, siembras flores en el jardín de tu vida. Hacía un año que se habían mudado al campo y acababa de llegar la primavera. Si bien en las habitaciones del interior aún faltaban detalles, la zona exterior iba tomando cuerpo.
Llegó el momento en el que la anfitriona quiso enseñarle las novedades del jardín y comenzaron a pasear por la zona delantera. Celestinos, glicinias enredadas por las paredes, dalias, romeros, rosales, traídos estos el día anterior desde el vivero, las saludaban. A las plantas hay que hablarles, ¿lo sabías? y le explicaba la historia de cada una.
Durante varios meses la dueña trabajó con esmero en el jardín. Amigas y vecinas le regalaban esquejes, semillas que fue sem- Foto: Mari Carmen Fernández brando y, en aquel terreno que encontró un tanto infranqueable, había conseguido que las plan- Mientras la escuchaba, la invitada guardaba un protas explotasen en un sinfín de flores multicolores fundo silencio. Parecía que tanto color le dañaba en que aromatizaban el ambiente. Parecía un vergel de los ojos y se colocó las gafas de sol. los que admiraba en otras casas. Su deseo se había Los tonos se mezclaban. Por entre los diferentes tohecho realidad. nos verdes aparecían los inmaculados blancos, los roPor ser más espaciosa y digna de recibir visitas, la sas, los morados, los rojos y los amarillos. Un estallido nueva casa les había hecho ser más hospitalarios. de vida al que acudían con gusto las mariposas. Bajo el sol del invierno no habían faltado las barbacoas en el almuerzo, ni las cenas al aire libre en el pri- ¡Crear vida valía la pena! mer verano que estrenaron. Sin un hueco donde no apareciera una flor, el recorriIlusionada quiso invitar de nuevo a una persona es- do llegaba a su fin. Fue entonces cuando la invitada pecial para que viese el agradecimiento de la natura- abrió su boca para exclamar con cierto regusto, ¡ahí leza en sus parterres, una amiga de las que son como se ve una flor seca! ¡Fíjate, fíjate, está ahí mismo! ¿es hermanas de sangre, con las que se comparte hasta que no la ves? No conformándose con señalar el lugar, la llevó del brazo hasta posicionarse ante ella y los más ínfimos detalles. decirle ¡mira! Ahí la tienes, seca del todo. Llegó la mujer a la hora del almuerzo, cuando el carbón lucía entre rojo y anaranjado y la humareda as- La dueña de la casa le respondió, sí, se ve que es la cendía ondulante, como si danzase sinuosa al com- única que se ha marchitado, llevaba abierta varios pás de la música que les regalaba la radio. Buena días y..., ¿pero no te has fijado cómo florecen las detemperatura. Buen ambiente. Buena comida. Todo más? listo para el disfrute. La amiga, con los agujeros de la nariz tomando aire, Tras una copa de Sauternes servida para celebrar a tan abiertos como si no hubiese un mañana y con la la bienvenida, las chuletas de cordero comenzaron a mandíbula apretada, no quiso responder. cubrir la parrilla. Comieron, hablaron, rieron. El pastel Isabel Pavón estuvo acompañado por un cremoso café bombón.