CRISTO CRUCIFICADO Carmen Rebollo Gutiérrez
•A utor, época y siglo: anónimo, siglo XVII •U bicación y procedencia: Capilla de Jesús •M aterial (estado de conservación y medidas): Madera tallada y policromada
Colgada en el penúltimo tramo del muro de la Epístola en la capilla de Jesús Nazareno luce la imagen de un Cristo crucificado de un tamaño de mediado tamaño ejecutado en madera policromada. Tiene perdido parte del pie izquierdo. Es un Cristo de tres clavos, de una cuidada y proporcional anatomía realizada con realismo, sin estridencias en la postura. Se representa muerto, con los ojos cerrados y la boca ligeramente entreabierta en un gesto compungido que ayuda a configurar el arco de unas cejas tenuemente caídas. Inclina la cabeza hacia la derecha, del mismo lado por el que cae un mechón del cabello del mismo color que la afilada y partida barba. Le falta parte de la corona de espinas que justificaría la sangre que resbala por el rostro, aunque los distintos tonos y matices de la pintura podrían indicar la realización de lo que parecen repintes y que se repiten en la sangre que resbala desde las manos y escurre por los antebrazos, la del costado y las de las desolladas rodillas. En todos los casos están presente dos tonos muy diferentes, un rojo vivo y un tono marrón; con el color más oscuro se consigue un efecto más detallado, a base de gotas dibujadas que siguen un recorrido más creíble, mientras que con el tono más rojizo la sangre se finge de una manera más burda, a partir de trazos sin ningún detalle. El paño de pureza se representa atado con una cuerda sobre la que se vuelve la tela bajo el vientre y anudado a la derecha, de donde el paño cuelga con cierto volumen. 80