8 Todo comienza con la preparación de los alimentos:
Por Lucía A. Lozada Laracuente lucia.lozada@gfrmedia.com
L
a alimentación consciente —mindful eating— es una tendencia que cada vez está tomando un mayor auge, no porque se trate de una dieta de moda, sino porque es un estilo de vida que te ayudará a establecer una nueva relación con los alimentos y las emociones que estos provocan, para tener un mejor estado de salud. “En la actualidad, sentarnos a la mesa pendientes a los teléfonos celulares, las computadoras y los televisores es muy frecuente, y nuestras mentes están constantemente ocupadas, ya sea porque estamos usando activamente uno de estos dispositivos o porque estamos pensando en todo lo que tenemos que hacer. Aunque esto es bueno para la productividad, no lo es tanto cuando se trata de comer y digerir”, comentó Mariella Danspeckgruber Borschow, coach de psicología de la alimentación certificada por el Instituto de Psicología de la Alimentación. Al hablar sobre el proceso que dirige a la alimentación consciente, Danspeckgruber Borschow citó a la doctora Lilian Cheung, nutricionista y profesora de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, quien asevera que “comer sin pensar puede estar contribuyendo a la epidemia nacional de obesidad, así como a otros problemas de salud”. También citó a Marc David, fundador del Instituto de Psicología de la Alimentación, quien explica que comer más despacio es un símbolo de relajar nuestro cuerpo, nuestra carrera, nuestros miedos y deseos, y en cualquier cosa que la vida presente. “En pocas palabras, la forma en la que comemos es importante”, apuntó la también instructora de las modalidades de yoga Strala y Ashtanga.
LA ALIMENTACIÓN CONSCIENTE
“La alimentación consciente utiliza una herramienta de meditación llamada atención plena —mindfulness— para atraer nuestra atención a lo que comemos y no solo a la parte de masticar y degustar los alimentos, sino también para concienciar sobre la proveniencia de la comida y cómo afecta al mundo”, destacó la coach, quien ofrece sus servicios a través de su compañía Belliwell. Agregó que la alimentación consciente se trata de asimilar la experiencia alimentaria. “He visto que beneficia enormemente a las personas que luchan con los atracones y con comer en exceso”, destacó, a la vez que mencionó
12PARAPASOS COMER CON ATENCIÓN PLENA ● Se
trata de ganar control sobre tus hábitos de alimentación y, de paso, centrarte en el proceso, sin estrés ni distracciones que muchas personas comen por un impulso emocional. “Básicamente, muchos de nosotros no estamos conscientes del hecho de que estamos comiendo alimentos para lidiar con emociones y sentimientos difíciles, sin mencionar que tampoco estamos conscientes de lo que estamos comiendo: si nos
gusta o no y cómo se siente la comida en nuestro cuerpo”, advirtió Danspeckgruber Borschow.
BENEFICIOS IMPORTANTES
“Al prestar atención a los motores y a las sensaciones emocionales y físicas, creamos el espacio para tomar una decisión sobre cómo que-
remos avanzar en nuestra relación con la comida. Al comer más lento y probar y disfrutar plenamente la comida, a menudo terminamos comiendo menos, ya que la experiencia es más satisfactoria. También podemos darnos cuenta de que, en realidad, no nos gusta lo que estamos comiendo o cómo se hizo lo que estamos comiendo y, finalmente, hacer mejores elecciones de alimentos para nosotros y nuestro planeta”, reveló Danspeckgruber Borschow. Otro beneficio de la alimentación consciente es que mejora la digestión. “Cuando comemos bajo la respuesta al estrés, nuestra digestión se ve afectada, por lo que no podemos descomponer y absorber los alimentos, tan bien como cuando nuestra respuesta es descansada y relajada”, precisó la coach. En resumen, algunos de los beneficios de la alimentación consciente son: disminuir el estrés, tener una mejor digestión, reducir la ingesta de calorías, la pérdida de peso, tener menos atracones y disfrutar del momento. Esta práctica te permitirá hacer elecciones más sanas, sin tener sentimientos de privación.
1. Pregúntate de dónde obtienes tu comida. ¿De dónde proviene? ¿Qué tan lejos ha viajado? ¿Es un alimento fresco, que no ha sido procesado? 2. Cocina en casa. Esto es importante para la fase cefálica de la digestión que ocurre antes de que los alimentos entren al estómago. 3. Antes de comenzar a preparar tu comida, analiza tus niveles de hambre. Es mejor comer cuando tienes hambre, pero no cuando estás “muerto del hambre”. 4. Prepara un buen espacio para comer. Siéntate en una mesa sin tener tu teléfono a la mano. Elimina el desorden. 5. Una vez con la comida frente a ti, piensa en las diferentes personas que ayudaron a cultivarla, prepararla y transportarla, aportando aprecio y gratitud por todo su trabajo. 6. Inhala y exhala profunda y lentamente diez veces, antes de probar tu comida. 7. Echa un vistazo a tu comida y decide conscientemente en qué quieres que consista tu primer bocado. 8. Huele la comida y, luego, toma el primer bocado, manteniéndolo en la boca. 9. Después, toma conciencia de cómo estás masticando, moviendo la comida alrededor de tu boca. Siente cómo sacas diferentes sabores, cómo se mezclan y cómo cambian. 10. Intenta masticar 18 veces. Ve si puedes respirar conscientemente, mientras masticas. 11. Al tragar, nota cómo la comida baja por el esófago y llega hasta el estómago. 12. Continúa masticando cada bocado 18 veces, teniendo en cuenta tus niveles de saciedad. Deja de comer cuando te sientas agradablemente lleno. Para Danspeckgruber Borschow este es el mejor momento para comenzar a alimentarse conscientemente y, de paso, “también es una de las mejores maneras de comenzar a practicar la atención plena, que es una herramienta muy necesaria ante la situación que estamos viviendo”, finalizó diciendo.