CS.EC.5.4.8 Caracterizar las constituciones como expresión política de la sociedad y no solo como instrumentos jurídicos, mediante el análisis de las demandas sociales que estas recogen.
Las constituciones como formas de expresión política y social
Saberes previos ¿Has leído nuestra Constitución? ¿Existen allí postulados que representan tus aspiraciones o no?
Desequilibrio cognitivo Tomada de: www.efeverde.com
¿La Constitución es una herramienta jurídica o también es una forma de expresión política que refleja el momento de una nación?
Las demandas sociales de la población son las que deben señalar el camino para la estructura de una Constitución.
Hemos visto que la Constitución es la ley suprema que rige a una sociedad, por tanto, es un instrumento jurídico que organiza el Estado, su funcionamiento, estructura y garantiza los derechos de la población y establece sus deberes (deconceptos.com). La Constitución también marca la distinción entre un Estado y otro, entre un modelo social y otro, entre una forma de gobierno y otra. Pero las constituciones no son solo instrumentos jurídicos. También son instrumentos que recogen las demandas sociales de la población que cuestionan el orden establecido y que expresan sus necesidades que no han sido atendidas por los modelos de Estado imperantes, pudiendo incluso demandar cambios en la estructura misma de este (Muñoz, 2008).
Tomada de: Archivo editorial
Las demandas sociales son expresadas a través de los movimientos sociales, que son acciones colectivas con alto grado de organización, permanencia en el tiempo, cuyas propuestas giran en torno a la transformación de la sociedad con una perspectiva de futuro (Muñoz, et. al.)
Los movimientos sociales cuestionaron fuertemente las prácticas políticas de los años ochenta y noventa.
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Como lo concibe Muñoz, los movimientos sociales a nivel mundial cobran fuerza a partir de los años ochenta del siglo pasado, con las luchas reivindicatorias de derechos humanos, feministas, ecologistas, pacifistas, étnicos, grupos GLBTI, defensores de niñez y adolescencia. Todos ellos hacen énfasis en sus demandas específicas y cuestionan fuertemente el modelo neoliberal que se implementaba América Latina desde el Consenso de Washington de 1989, aunque sin lograr articular una propuesta colectiva de cambio.