CS.EC.5.2.10. Analizar la definición de democracia representativa, identificando sus límites y dificultades, considerando la distancia entre gobernantes y gobernados, electores y elegidos, los riesgos de tomar decisiones en nombre del electorado y la ausencia de rendición de cuentas.
Dificultades y límites de la democracia representativa
Saberes previos ¿Recuerdas qué gobiernos en nuestro país han perdido legitimidad y han terminado expulsados por la presión social?
La democracia es un sistema que permite a los ciudadanos elegir a sus representantes para las diferentes funciones del Estado; estos asumen la responsabilidad de administrarlo dentro de los principios o propuestas planteadas en la campaña electoral. Al elegir a sus representantes, el pueblo se despoja de su poder y lo entrega a los gobernantes para que actúen en su nombre, creándose un pacto social que legitima el poder de las autoridades (Rousseau, 2002).
Desequilibrio cognitivo ¿Cuáles son las dificultades que se le presentan a una democracia real?
La legitimidad del poder se puede perder si es que la sociedad expresa su resistencia y adopta la desobediencia civil, hasta que se vuelva a reconstruir una nueva situación política y se nombren nuevas autoridades (Habermas, 1973). Causas de la pérdida de la legitimidad
a. Usurpación del poder, lo que significa que desde adentro hay grupos que desconocen la autoridad y se toman el poder.
b. Cuando el mandatario se convierte en tirano y atropella los derechos de todos.
Tomada de: Archivo editorial
d. Si los derechos del pueblo no se garantizan.
La rendición de cuentas, un proceso de maduración en la democracia ecuatoriana.
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c. Cuando el Ejecutivo asume las funciones legislativas o impide su funcionamiento o deja de aplicar las leyes aprobadas por el Legislativo.
e. Si no se cumplen las ofertas de campaña.
Fuente: Maya ediciones, 2016.
Rousseau, uno de los críticos de la democracia representativa, decía que en el instante en que un pueblo actúa a través de sus representantes, ya no es libre. Para él, la democracia directa, donde las personas actúan por sí mismas y deciden a través del voto, es la mejor forma de democracia, porque así la soberanía del pueblo es ejercida y no representada (Rousseau, 2002). Sin embargo, si se quiere que el pueblo actúe a través del voto y, por ejemplo, apruebe cada una de las leyes, nos encontraremos con una tarea muy difícil. De ahí la necesidad que sean sus representantes quienes en su nombre aprueben las leyes, en la Asamblea o Parlamento.