El Nuevo Miliario Número 3, diciembre de 2006 SUMARIO -Editorial: Pongamos que hablo de Madrid... y un mea culpa
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-Las vías romanas del norte de Marruecos, por Enrique Gozalbes
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-Cañada y Calzada de la Plata: Tramo 1, por Santiago Bayón
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-Las vías romanas 19 y 20 del Itinerario de Antonino, por Raúl Villanueva
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-Madrid romano: nuevos puntos de vista, por Carlos Caballero
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-”El Beneficio”: una ya vieja alternativa para Miaccum
49
-Titulcia, un enclave arqueológico aún por conocer, por Lorenzo Galindo y Vicente M. Sánchez
24
-Vías y restos romanos en la Sierra de Guadarrama, por Alejandro Beltrán
65
-La calzada romana entre Emerita Augusta y Caesar Augusta a su paso entre Complutum y Segontia, por Elena Martín
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-Revisión 2006 de la A-24, por Enrique Suja
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-Los Beatles y Segobriga: algunas curiosidades y datos inéditos sobre las excavaciones en el teatro de Segobriga en la década de los 60 del siglo XX, por Santiago Palomero
89
-El camino de Albacete al Pozo de la Peña, Chinchilla de Montearagón (Albacete), por F.J. López Precioso, R. Noval, Mª.T. Molina y A. Collados
95
-La calzada de La Losilla (Albacete), por J.L. Fernández, J. Rodríguez Morales e I. Moreno
103
-La triste e increíble historia de la cándida (Eréndira) calzada Carthago Nova - Segobriga a su paso por La Losilla, Chinchilla (Albacete), por “D. Quixote y Sancho”
106
-Los Congresos Internacionales de Caminería: el paradigma de la diversidad
108
-Ingenieros contra arqueólogos: no existe tal lugar
110
-La Vía de la Plata en la historiografía moderna, por Isaac Moreno
112
-Un segundo comentario a la obra de Manuel Durán Fuentes, con motivo de la segunda edición de su libro “La construcción de Puentes Romanos en Hispania”, por Santiago Palomero
115
-Lo que se dice...
117
-La Vega Baja de Toledo y la privatización de la arqueología española, por J. Carrobles
125
-Juanelo y su artificio. Antología
126
-Convocatorias
128
-Renovación de suscripciones
130
-Pautas para la presentación de originales
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El Nuevo Miliario Consejo de redacción: Carlos Caballero, Santiago Palomero, Guillermo Sven Reher Colaboradores de este número: Gonzalo Arias, Santiago Bayón, Alejandro Beltrán, Jesús Carrobles, Antonia Collados, José L. Fernández Montoro, Leonardo Fernández Troyano, Lorenzo Galindo, Enrique Gozalbes, Jesús Jiménez Guijarro, Francisco J. López Precioso, Elena Martín Blas, Mª.Teresa Molina, Isaac Moreno, Rocío Noval, Jesús Rodríguez Morales, Vicente M. Sánchez, Jesús Sánchez, Manuel Santonja, Enrique Suja, Francisco Vázquez Cañas, Raúl Vega, Raúl Villanueva. Fotos de portada: Mosaico de las Musas de Complutum, foto Creative Commons; Contraportada: Piedra Escrita, Cenicientos, foto C. Caballero Contacto: Carlos Caballero; c/. Espronceda, 14; 28003 MADRID; tel. 627 301 219. Guillermo-Sven Reher Díez; c/, Jordán 23 5º Dcha; 28010 MADRID; tel. 658159256 Correo – e: miliario2005@terra.es Imprime: Cyan, proyectos y producciones editoriales. c/. Fuencarral, 70, Madrid Patrocina: Fundación Juanelo Turriano. Depósito Legal: M-51.322-2005 ISSN: 1885-9534
El Nuevo Miliario no comparte necesariamente las opiniones vertidas por sus colaboradores, que son únicamente responsabilidad de los firmantes de los trabajos
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El Nuevo Miliario
nº 3, diciembre 2006
Editorial Pongamos que hablo de Madrid... y un mea culpa Bueno, pues aquí estamos de nuevo, con la mejor
Lo normal es que yo trabaje sólo lo justo para la
de las sonrisas miliarias, dispuestos a sacar el nú-
revista, como en el número 1, cuyo editorial sobre
mero 3, después de las críticas (constructivas, to-
"Cañadas, cordeles y veredas" no ha sido objeto
do hay que decirlo) y las alabanzas (que alguna
de ninguna crítica, a pesar del lirismo, la política y
también la hubo) con que fue recibido el número
ser contado en primera persona. Pero reconocerán
anterior.
conmigo que yo no tengo la culpa de que un Ministro con cartera (socialista) protagonice una
La portada con el Ministro Caldera y algunos sesu-
aventura romántica con un miliario que transita
dos comentarios del miliario que suscribe estos
desde el franquismo a la democracia y que eso
textos han generado cierta polémica sobre lo que
sea noticia para aparecer en portada... junto con
uno de nuestros amables suscriptores no ha duda-
"La calzada de la Plata" y "El Miliario de
do en llamar "abuso de la lírica y la política".
Somport". Pero no se les pase por alto, que en el mismo editorial llamamos la atención a la Junta de
Pero permítanme, con todo que aluda a un cúmulo
Comunidades de Castilla la Mancha (también so-
de circunstancias que
cialista) por el problema de la urbanización en la
debemos
a
Vega Baja de Toledo y en "La Losilla" en Chinchilla
nuestros lectores para
(Albacete) y el peligro de destrucción de un tramo
evitar malinterpretacio-
de la calzada Carthago-Nova – Segóbriga. O sea
nes: el autor habitual
una de cal y otra de arena, que es lo que decía el
de los editoriales es un
título. Pero es que además a esta vía, por si fuera
servidor, o sea el milia-
poco y porque no nos fiamos de la Administración
rio dibujado que apare-
(de ninguna) les pusimos de vigilantes a los
ce sonriente, indiferen-
Hernández y Fernández de la fraternidad detecti-
te o triste, según la
vesca miliaria (de cuya autoría soy i-responsable)
temporada. Puede a al-
para que nos informasen número a número de las
gunos parecerles inusual
peregrinas y quijotescas aventuras que, sin dudar-
que un miliario piense, hable y escriba o se transmita te-
lo, allí tendrán lugar, como se comprueba en este
lepáticamente, pero es que los miliarios aunque
nuevo número. Aprovecho también para pedir di-
muchos se crean que somos de piedra y en efecto
sculpas en este mea culpa editorial a los que se
los somos, también tenemos corazón, como la
sintieron aludidos de una forma inadecuada o por
estatua del Príncipe Valiente. Y por supuesto que
mis expresiones algo "chelis" (Maestro Umbral
tenemos un alma zen y derecho a la lírica y a la
dixit). Aquí en el Nuevo Miliario el cliente siempre
prosa.
lleva razón. El Miliario puede no ser "inocente", ni
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aclarar
El Nuevo Miliario
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sólo de "piedra", pero no quiere ser maleducado.
ganó en la votación del Consejo de Redacción 3 a
Los "implicados" saben que los quiero y yo sé que
0 y fue encargado a un reconocido arqueólogo y
ellos a mí también a pesar de mi estilo "freaky" y
museólogo de prestigio. En un próximo número
políticamente poco correcto (por ejemplo llamo
nuestro enviado especial viajará a Toledo y transi-
"abuelo" al Maestro Gonzalo Arias). Carlos,
tará por su Vega Baja, salvo que se tercie en su ca-
Guillermo y Santiago son como unos padres para
mino algún otro desmán. El Miliario Extravagante,
mí y yo lo reconozco, a pesar de sus admonicio-
nuestro antecesor, nunca fue "inocente", pues se de-
nes, soy un hijo un poco "consentido", pero ellos
cantó por la Democracia y el Pacifismo, de una ma-
no tienen la culpa de haberme adoptado demasia-
nera sutil e inteligente a la vez que abría caminos
do crecidito. No puedo prometer ser "bueno" pero
antiguos y nuevos. Por eso en El Nuevo Miliario
lo intentaré...
aspiramos "a la gloria de la extravagancia" en el sentido más literal del término. De ahí que la per-
Decía que lo normal es que en el editorial y poco
plejidad, la ironía y el sentido del humor sean las
más se acabe mi trabajo y así será en los siguien-
únicas armas pacíficas con las que el Miliario se
tes números, pero no pude contenerme, y les pido
opone a los que maltratan el Patrimonio. ¿No es
disculpas por ello, a "entrevistar" al Ministro perso-
suficiente utopía sacar un nuevo número cada seis
nalmente. Sé que dicha entrevista ha sido juzgada
meses?...
por algunos
como "inadecuada por exceso de
sahumerio", pero para otros ha sido "jugosa"...y re***
conozco que el tripartito de El Nuevo Miliario ha tenido mucha paciencia conmigo, pero es justo reconocer que los tres miembros del Consejo de Redacción me pusieron pegas y que si la entrevista
En éste, en concreto, como la canción de Sabina,
pasó por dos votos contra uno, mi siguiente fechoría,
hablaremos de Madrid; bueno, para ser exactos
la de la creación del Miliario Torrente (una versión
navegaremos por Madrid antes de que fuese
dura de los Hernández y Fernández) fue derrotada
Madrid:
también 2 a 1, y sólo quedó la música del Fary y lo de "apatrullar la Mancha", permaneciendo el
-Carlos Caballero ha "cocinado" para ustedes un
resto cerrado bajo siete llaves en los "Archivos
"estado de la cuestión" en el que, cual "popular co-
secretos del Miliario" hasta su apertura dentro de
cido madrileño", aparecen (casi) todos los nom-
50 años. Por tanto ningún miembro del Consejo de
bres y teorías que intentan explicar el Madrid
Redacción hace valoraciones políticas, otra cosa
Romano:
es que me las "consientan" a regañadientes. Ergo también "Mea Culpa".
"Las niñas ya no quieren ser princesas y a los niños les da por perseguir
Pero ahí se acabó todo porque el artículo del
el mar dentro de un vaso de ginebra
puente de Toledo (Madrid) firmado por Al-arif no
Pongamos que hablo de Madrid"
tiene nada que ver conmigo ni con los editores,
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El Nuevo Miliario
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-En nuestra "Revista Antecessor" El Miliario
"Donde el deseo viaja en ascensores
Extravagante el Maestro Arias popularizó una cu-
un agujero queda para mí
riosa teoría que hacía nacer Madrid en un cruce
que me dejo la vida en sus rincones
de dos vías romanas, la calle de Atocha y la de
pongamos que hablo de Madrid"
Alcalá (la teoría "romántica"): -Madrid también es km.0 desde su Puerta del Sol, por eso este editorial quiere recordar con mucho " Allí donde se cruzan los caminos
cariño al recientemente fallecido Julio Gavín, crea-
donde el mar no se puede concebir
dor de la Asociación de Amigos del Serrablo y dar-
donde regresa siempre el fugitivo
le las gracias por restaurar más de 35 iglesias
pongamos que hablo de Madrid"
románicas con sus manos y las de sus ayudantes, abriéndonos un nuevo camino pirenaico, en el que
Madrid es lo que se ve y lo que no se ve; hay todo
se respira la ternura, la luz, el paisaje y el buenha-
un submundo, castizo en La Corrala, gay en
cer de este "arquitecto del cielo".
Chueca, étnico en Lavapiés y "underground" en Malasaña . Por eso y como no podía ser de otra forma las excavaciones suburbanas de las gran-
"Los pájaros visitan al psiquiatra
des obras civiles también serán objeto de análisis,
las estrellas se olvidan de salir
pero además habrá quien defenderá nuevos plan-
la muerte viaja en ambulancias blancas
teamientos sobre viejas mansiones, un viejo asun-
pongamos que hablo de Madrid".
to de la temática miliarista, enriquecido ahora con resultados de nuevas investigaciones en el piede-
Para acabar nos quedamos con el sentido de la to-
monte del Guadarrama y en la vieja Titulcia del
lerancia, del humor y de la vida de nuestro colega
Jarama.
miliarense Raúl... que "torea" la "broma" de un cáncer como un valiente torero... mientras quede torero, como bien reconoce. Nada lo dicho, que
"El sol es una estufa de butano
hay que intentar "torear" y engañar a la "Bicha" vi-
la vida un metro a punto de partir
viendo lo más y lo mejor posible:
hay una jeringuilla en el lavabo pongamos que hablo de Madrid". " Cuando la muerte venga a visitarme que me lleven al sur donde nací - Desde la Universidad llegan, en fin, nuevos vien-
aquí no queda sittio para nadie
tos que soplan en forma de revisiones sobre cami-
Pongamos que hablo de Madrid".
nos trazados por viejos ríos, como el Guadarrama o el Henares, y a esa labor se entregan Alejandro
Vale, viator, no podemos ser menos que Raúl, to-
Beltrán y Elena Martín.
rearemos el Miliario... hasta que quede Miliario.
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Las vías romanas del norte de Marruecos Enrique Gozalbes Cravioto Universidad de Castilla-La Mancha Estudios sobre las vías romanas El estudio de las vías romanas de Marruecos, aún en la actualidad, descansa en las interpretaciones formuladas en el siglo XIX por Charles Tissot (1878). Este personaje fue Cónsul general de Francia en Tánger, cargo ejercido entre 1871 y 1876, en una época en la que eran muy complicadas las comunicaciones en el país, por seguridad y
otra que el Itinerario de Antonino, con los datos sobre distancias y mansiones. Tissot no siempre fue leal a algunas fuentes de información que le aportaron datos; en esas mismas fechas, con menor bagaje de conocimientos es cierto, había hecho ya lo mismo el Vice-cónsul español en Larache, Teodoro De las Cuevas. Éste había localizado ya la importante colonia romana de Iulia Valentia Banasa, en el
Fig. 1. Las vías romanas de Marruecos, a partir del Itinerario de Antonino, según Tissot (1878)
por el atraso sumo de las infraestructuras, Tissot logró recorrer el territorio, buscando las antiguas vías romanas, y planteando la identificación de las ruinas antiguas que observaba. Naturalmente, la fuente literaria básica para el estudio no podía ser
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El Nuevo Miliario
curso del Sebú, lo que comunicó a Tissot; éste utilizó los datos, recogió los vestigios de Banasa como descubrimiento propio sin citar a De las Cuevas (Pons, 1988: 249-250). Pocos años más tarde el propio De las Cuevas rectificaba en algunos puntos el re-
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corrido de la vía romana, a partir de la identificación de la estación de Frigidae, mencionando la existencia de un puente inédito en la zona (De las Cuevas, 1885). Durante todo el periodo de la colonización francoespañola en Marruecos (de 1912 a 1956) el estudio de Tissot, y su identificación de los topónimos romanos, fue canonizado. Tan sólo Chatelain (1944) documentó ya el dato aportado por Tissot (Saavedra, 1884: 219), a saber que las vías romanas en Marruecos no debían estar pavimentadas, puesto que en este caso el empedrado de Volubilis desaparecía nada más cruzar las puertas de la ciudad. Pudo percatarse bien de estos datos en sus excavaciones, iniciadas en el año 1915 con prisioneros alemanes de la Primera Guerra Mundial. En 1948 dos españoles, el Padre César Morán y el bibliotecario Guillermo Guastavino, emprendieron un estudio de vías en el Norte de Marruecos. En sus recorridos pudieron percatarse de lo mismo, haciendo algunas observaciones acerca de la bifurcación de las vías en la zona de Ad Mercuri, y sobre todo acerca de nuevas ruinas romanas en el recorrido de caminos antiguos (Morán y Guastavino, 1948). Por su parte Miguel Tarradell, pese a aportar una metodología de trabajo moderna, no era demasiado aficionado al andar por esos campos, por lo que no tiene nada de extraño que en su trabajo la localización de nuevos asentamientos fueran, siempre, en zonas costeras, o a partir de informaciones en zonas relativamente bien comunicadas (Tarradell, 1954). No existe ningún tipo de novedades hasta que en 1962 Maurice Euzennat publicó su estudio sobre las vías romanas de Marruecos en el Itinerario de Antonino. El autor era en aquel entonces Jefe del Servicio de Antigüedades de Marruecos, y aportó conocimientos novedosos sobre los vestigios. Euzennat destacaba cómo en el caso de la Tingitana la fotografía aérea no aportaba nada al conocimiento, pues al tratarse las vías romanas de simples pistas sus huellas en el paisaje eran nulas. En cualquier caso, la principal aportación de Euzennat fue la de negar que la statio de Ad Mercuri, bifurcación de las dos vías de Antonino, se pudiera identificar con el campo de ruinas de Dchar Jdid, como aparecía seguro desde el estudio de Tissot. Por un lado, la distancia de 18 millas recogida en el Itinerario es inferior a la real, y en el lugar no sólo se hallaba una statio, sino una impor-
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tante ciudad, de considerables dimensiones. Ésta no sería otra que la colonia romana de Iulia Constantia Zilis (o Zilil según otros manuscritos). A partir de esta consideración, Ad Mercuri se debía encontrar más al Norte. La statio siguiente, la de Ad Novas, se encontraría más hacia el Sur, en la zona de Beni Arós, en la orilla izquierda del río Jarrub, donde se habían localizado importantes restos romanos en diversos lugares, en especial sendos castella militares del Alto y Bajo Imperio (Euzennat, 1962). Asentamientos que, a partir de los informes de interventores militares, había localizado Tarradell. En los años sucesivos, las exploraciones arqueológicas de Michel Ponsich, en las regiones de Tánger (Tingi) y de Larache (Lixus), a partir de la cartografía de asentamientos antiguos, le permitieron trazar sobre el mapa algunas vías de comunicación antiguas. Desde entonces no se han producido novedades significativas. Tanto es así que en la obra de síntesis de Chevallier (1997) simplemente se retoman las conclusiones de Euzennat (con el añadido de fotos de pistas de la región de Tánger, posibles vías antiguas según las hipótesis de Ponsich). Llegados a este punto, es preciso señalar que en el Itinerario de Antonino se reflejan tan sólo, de forma expresa, tres ejes viarios en la Tingitana. Y sobre todo, destaca el que todas estas vías partan de un único punto, la colonia romana de Tingi, actual Tánger.
Las vías marítimas Desde Tingi se bifurcaban las comunicaciones por mar y por tierra. Tingi era el puerto de entrada en la provincia romana de la Mauritania Tingitana. Sin duda, este carácter principal lo tenía desde antes de la romanización. Sin embargo, fue en época de Augusto cuando Roma adoptó la decisión política más trascendental. La administración romana había concedido el territorio mauritano al rey Iuba II, prisionero desde muy pequeño y educado en Roma, pero antes sustrajo tierras del reino, con colonias y municipios en Argelia y N.O. de Marruecos. En concreto, Tingi pasó a ser municipio primero, y en momento impreciso muy posterior incluso colonia romana. En la decisión de Augusto era preciso fijar una comunicación bien establecida con sus municipio y colonias extra-territoriales, adscritos a la administración de la Bética. En este sentido, la administración
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romana fijó la comunicación entre los puertos de Baelo y de Tingi como la precisa comunicación. Como señalaba Estrabon acerca de Baelo, "habitualmente se embarca aquí para pasar a Tingi de la Maurosía, y tiene también mercado y salazones". También Plinio (NH. V, 2) menciona la travesía entre Tingi y Baelo y veremos después el testimonio similar del Itinerarium Maritimum. Las vías por mar de la Tingitana en el Itinerario de Antonino son las siguientes: 1. A Tingi litoribus navigatur usque ad Portus Divinos (It. Ant. 9-11). Se trata de una comunicación no terrestre sino naval, con imprecisiones en las distancias que Gonzalo Arias, comentando trabajos míos anteriores, atribuía a la dificultad de medir en millas lo que eran travesías marítimas (Arias, 2004: 26-27). En efecto, contra lo reflejado de forma muy errónea en un trabajo muy antiguo sobre esta comunicación (Blázquez y Delgado Aguilera, 1901), esta vía no era terrestre sino que refleja una comunicación naútica. En el principio del Itinerarium Provinciani Antonini Augusti se documentan realmente los puertos (y no simples desembarcaderos). Partiendo de Exploratio Ad Mercurios se citan Tingi a 174 millas, Rusadder a 318 millas de ésta última, y Caesarea maritima, la capital de la Mauritania Caesariense (Argelia) a 493 millas de ella. Rusadder no es otra que la actual ciudad de Melilla, como sabemos por otras muchas fuentes clásicas, el principal puerto de toda la costa mediterránea; la distancia de 318 millas de Tingi es coincidente con la que después se ofrece de forma pormenorizada, con la cita de las stationes marítimas menores o desembarcaderos. La identidad de muchos de estos topónimos no parece nada clara: Ad Septem Fratres, topónimo que dio lugar al nombre de Ceuta, con toda probabilidad no se hallaba en ésta, sino al Oeste (zona de Beliunex); Ad Abilem mucho más probablemente es el nombre del enclave romano de Ceuta; Ad Aquilam Minorem probablemente corresponde a la zona del río Negrón, al Sur de Ceuta; Ad Aquilam Maiorem parece corresponder al actual cabo Negro; Ad Promuntorium Barbari se suele identificar con el cabo Mazari; Taenia Longa es probablemente Uad Lau, etc. 2. A Tingi Mauritania... per maritima loca Carthaginem usque Ab Exploratione, quod Mercurios dicitur (It. Ant. 2-3). Esta es la única alusión a una vía que sorprenderá a algunos estudio-
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sos del Marruecos antiguo que no la han tenido en consideración. El hecho de hallarse la referencia al principio del documento, fuera de la parte de Marruecos que generalmente se conoce por la recopilación de Roget (1923: 39-40), sin duda explica este silencio. En la referencia del documento se refleja una navegación entre el puerto de Tingi y el enclave meridional atlántico de Exploratione, quos Mercurius dicitur, con 174 millas de distancia, cifra indudablemente errónea para hacerla corresponder con las distancias que luego se ofrecen para la ruta terrestre.
Tánger, punto de partida de las vías El puerto de Tingi, como arranque de las vías tiene su lógica, puesto que en el texto del Itinerarium Maritimum (495, 4-5), una especie de addenda al de Antonino, se refleja la comunicación usual De Hispaniis a Bellone traiectus Tingi Mauritaniam, stadia CCXX. Las vías partían de Tingi porque el puerto de Tánger era, en especial en su comunicación con Baelo Claudia (Bolonia, Tarifa), el que servía para la entrada y salida de viajeros y mercancías, marcando la conexión con las principales rutas navales del Mediterráneo (Gozalbes, 2000). Por otra parte, en el entorno de Tingi los vestigios de caminos y obras públicas debieron ser bastante más monumentales, y sin duda diversificados. Sobre la variedad de los mismos, no tanto acerca de sus características, ya trató Ponsich (1964; 1970) a partir de los vestigios arqueológicos. Volveremos acerca de una de ellas, la comunicación hacia el Sur (hacia Ad Mercuri) más adelante. Nos interesa algo más reflejar la calidad y cierta monumentalidad de los caminos en las inmediaciones de la propia ciudad antigua de Tingi. De hecho, es muy posible que a la salida de esta ciudad los caminos estuvieran empedrados. En 1674 un anónimo informante español, espía en la plaza inglesa de Tánger, indicaba que existían vestigios de caminos romanos muy bien empedrados: "un arrezife o dos que de la ciudad salen y entran en la Berbería, que en lo fuerte y bien empedrado, aunque el día de oy roto en muchas partes, parecen estos caminos obras suyas y semejantes a los arrezifes que de ellos V. S. havrá notado en España" (La Vérone, 1972: 142). El mismo informante indicaba además que "ay tres cuartos de legua de la ciudad, y sobre el río que llaman de los Judíos, una puente ya rota y caída,
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de la qual todavía quedan dos o tres arcos en pie, que me ha certificado un buen architecto de la ciudad, es de las obras más hermosamente acabadas y fuertes que en su vida ha visto.... es de piedra muy fuerte, y por los lados toda la piedra está labrada como en puntas muy menudas de diamante. Está roto por allí el camino que entra a la puente, y todo empantanado y perdido, que todo denota muchissima antigüedad, y que esta puente fue sin duda de los mismos romanos".
1. Ab Exploratione, quod Mercurius dicitur-Tingi colonia. Se trata de una ruta que une ciudades marítimas, la ruta occidental, tal y como refleja el texto: litoraria mansionibus his. Estas ciudades están bien localizadas algunas de ellas, como es el caso de Sala, de Thamusida, de Banasa, hay cierta discusión respecto a Frigidis, no la hay en cuanto a Lix colonia, ni a Tabernis, habiéndose producido novedades en los últimos años respecto a Zilil.
Dicho puente, no obstante, no era para el paso de personas, sino que formaba parte de un magnífico acueducto; el franciscano español Manues Castellanos, en 1898 mencionaba los vestigios del gran acueducto romano que atravesaba el Uad alYahud, "por un puente cuyos cimientos son lo único que existe hoy" (Castellanos, 1898: 62). Hacia 1890 el diplomático francés Henry de la Martinière realizó algunas fotografías que se conservan en la Biblioteca Nacional de París. En las mismas, a mi alcance inéditas, se ve descender por la ladera hacia el curso del río varias grandes pilastronas, con alguna timida señal del arranque de los arcos.
De forma tradicional la colonia romana de Iulia Constantia Zilis se identificaba con la actual población de Arcila. Euzennat puso en duda este hecho en su estudio de 1962. En excavaciones arqueológicas más recientes, reutilizados en obras tardías, se han localizado en Dchar Jdid (donde antes se creía estaba Ad Mercuri) un conjunto de pedestales con el nombre de la colonia de Zilil (Lenoir, 1987). A la luz de este descubrimiento no cabe duda de que este gran campo de ruinas, de poco más de 30 hectáreas de recinto interior urbano (unos 8.000 habitantes), correspondía con la antigua colonia fundada por Augusto. El hecho obliga a replantear toda la cuestión de la travesía de las vías romanas por el Norte de Marruecos.
Entre dichas fotografías hay una diferente, que sí parece representar los vestigios de un antiguo puente. Del mismo se conservaba un gran arco, con bastante luz, y el arranque de otro, así como dos aliviaderos (fig. 2). "Pretendido puente romano", según Tissot (1878: 45), en la zona Oeste de la bahía, entre Tánger y el lugar conocido como "Tanya Balia" (Tanger el Viejo), asentamiento medieval y moderno (pese a su nombre). Según La Martinière, "se ve el arco de un antiguo puente bizantin, destruido en la Edad Media árabe para evitar, con sus piedras, a los navíos cristianos perseguir a los corsarios" (La Martinière, s.f.: 18). El franciscano español del siglo XIX, afirmaba que el puente era romano, y que había sido destruido por los "moros" que huían de una armada enemiga (Castellanos, 1898: 61). En cualquier caso, el puente a la luz de la fotografía inédita (Biblioteca Nacional de París), parece indudablemente romano (fig. 2).
Las vías terrestres El Itinerario de Antonino tan sólo menciona dos vías terrestres que, partiendo desde Tingi, cruzaban el territorio ocupado de Norte a Sur. En la mención del texto itinerario las estaciones y las distancias comienzan por el Sur.
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De hecho, la propia conexión hacia el Sur, la vía Zilil-Banasa, hasta ahora se consideraba que la vía romana no era otra que la carretera construida por los españoles en la época del Protectorado, que modernizaba el viejo camino anterior, entre Arcila y Larache, pasando por el poblado de Lalla Djilalia, donde se encuentra Tabernae (Morán y Guastavino, 1948: 13). Sin embargo, la revisión de la ubicación de la colonia de Zilil replantea totalmente este aspecto. La vía romana al pasar por Zilil en dirección meridional giraba hacia la costa (en dirección a Arcila) hasta Dar Sied, lugar donde las obras militares de los españoles en su día afectaron a un importante establecimiento antiguo, ubicado en una posición estratégica como cruce de caminos; desde allí la vía se dirigía hacia el Sur, en dirección a Tabernae, en un trayecto de camino antiguo muy bien identificado por Ponsich (1966: fig. 1). 2. Item ab Tocolosida Tingi (It. Ant. 23-24). Esta vía era la interior de la Tingitana, o la oriental, y desde la ciudad extrema de Tocolosida, pasaba por Volubilis, que fue capital de la provincia al menos en el siglo III, Aquis Dacicis, Gilda, Vopiscianis, Tremulis, Oppido Novo, Ad Novas, Ad Mercurios y Tingi colonia. En lo que respecta al Norte de la Tingitana, sin duda la nueva identificación de Zilil
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también obliga a revisar algunas de las identificaciones que se han planteado. Oppido Novo no está localizado con precisión. No aparece en otras fuentes de la antigüedad, sin duda por ser fundación romana de plena época imperial (como sugiere incluso su nombre), y el hecho de que las stationes previas y posteriores no hayan sido identificadas con total seguridad, ocasiona una cumplida problemática. Generalmente se identifica con Alcazarquivir, y ello parece congruente (Euzennat, 1962: 606). El problema, no definitivo, es que los restos de Alcazarquivir hoy conocidos son escasos como para confirmar esta hipótesis.
Desde Oppido Novo (Alcazarquivir o sus cercanías) la vía romana enlazaba con Ad Novas, de localización imprecisa. Ponsich (1966: fig. 1) creyó reconocer esta vía en un camino antiguo que pasaba por Tlata de Raissana. El único problema de esta identificación es puramente conceptual, ya que atravesaba una zona que está desprovista de vestigios de explotaciones agrícolas romanas, en lo que parece con cierta claridad un territorio libre para la trashumancia indígena. De acuerdo además con esta interpretación la statio de Ad Novas se hallaría en la gran llanura del Tenin de Sidi Yamani, como señaló Tissot (1878: 163-164), a partir de las distancias (45 kms.), puesto que en el Itinerario de Antonino se señalan 32 millas. Por el contrario, mucho más probablemente dicho asentamiento corresponde a las ruinas de Suiar, ciudad alto-imperial, con castellum de esta época y con prolongación temporal en el siglo IV.
El arranque de las vías desde Tingi y la mansio Ad Mercuri
Fig. 2. Foto inédita de Martinière (siglo XIX). Posible puente romano en la bahía de Tánger. [N.del Ed.: Por su indudable interés reproducimos esta imagen, pese a su baja calidad por el mal estado de conservación del original]
En cualquier caso, las distancias, y la importancia del río Lukus y su curso alto, hacen congruente la identificación de Oppido Novo con la zona de Alcazarquivir. Apenas a cinco kilómetros al S.E. de Alcazarquivir se encuentra, junto al monte Gani, un lugar conocido como Cunna, una suave loma alargada en el que los restos de cerámicas y ladrillos antiguos son muy numerosos (Morán y Guastavino, 1948: 17). Sin duda, este lugar también puede reunir las características para la identificación de la ciudad antigua. Pese a todo, en el siglo XI el geógrafo al-Bakri decía sobre Ksar Sanhaya, ciudad sobre el río Lukus (y que corresponde con toda probabilidad con Alcazarquivir según muchos estudiosos): "se ven aquí los restos de monumentos antiguos porque allí es donde se establecieron los reyes del Magrib en tiempos antiguos".
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Las dos vías terrestres partían de una bifurcación que recibe el nombre de Ad Mercuri. El mapa de las vías romanas de Tissot (fig. 1) interpreta la existencia de una vía que muy pronto gira hacia el Oeste, y básicamente ocupa una posición paralela, muy cercana, a la de la vía occidental durante un largo trayecto. La interpretación no era muy lógica, aunque esta consideración resulte opinable. Por el contrario, si la vía interior se desplaza más hacia el Este la existencia de las dos vías gana en lógica, puesto que se produce una mayor distancia entre una y otra. En su estudio sobre las vías romanas del Norte de Marruecos, Morán y Guastavino (1948: 10) ya tenían una intuición que mostraba que el lugar supuesto de Ad Mercuri (y que hoy sabemos erróneo) no correspondía: "confrontados los mapas, el terreno y la información oral de los habitantes de la comarca, resulta que los caminos tradicionales en el país se bifurcan a unos 5 kilómetros más al Norte". No tiene nada de extraño. Esta estación de Ad Mercuri, como hemos visto, hasta hace bien poco se localizaba en las ruinas de Dchar Jdid, hoy reconsideradas con mejor criterio (y prueba epigráfica) con la colonia romana de Zilil. Así pues, la bifurcación tenía que producirse al Norte de la colonia romana. Ahora bien, ¿en qué lugar se hallaba la estación de Ad Mercuri. No en el que se deduce
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de los caminos tradicionales y que señalaban los estudiosos españoles. Naturalmente tampoco en Dchar Jdid.
las que generalmente han llevado a no tener en cuenta ese trazado.
La solución más sencilla, la aportada por Euzennat (1962: 601-602) es la de ubicar Ad Mercuri justo al Norte de la zona de Arcila, y con interrogantes lo ubica en Hajara (en Nahal). Ello entra en la lógica de la existencia en dirección Sur de una importante barrera montañosa, conocida por los españoles de la época del Protectorado como Cuesta Colorada. Esa ubicación tiene a su favor que es un lugar lógico para el paso de la vía, al Occidente de la barrera, de hecho coincidiendo con la misma carretera actual, y la comunicación que existía en el siglo XIX. En la zona hay abundantes restos arqueológicos de época romana, por lo que la interpretación a priori es verosímil.
Como zona de montaña, parece inútil buscar en ella vestigios de granjas romanas. No obstante, por la zona del poblado de El Manzla (que por cierto, da nombre a la comarca en las cartas marroquíes de escala 1/50.000) existe un paso entre dos grandes bloques de montañas, evitando y dejando a un lado el murallón del macizo de Hauita ben Mediar, que fue conocido como Cuesta Colorada por los españoles de la primera mitad del siglo XX. Ello supone un paso mucho más oriental que el generalmente considerado, al Este de la Cuesta Colorada y no al Oeste de la misma. Pero este paso de la vía romana justificaría las cifras del Itinerario de Antonino, desde luego la mayor cercanía de Ad Novas en relación con Zilil.
No obstante, existe algún dato que no encaja en absoluto. Dicha posición es muy cercana a Dchar Jdid, lugar ahora de reubicación de Zilil. Ello correspondería con la lectura más usual del Itinerario, que fija en seis las millas de distancia. Ahora bien, esta distancia parece excesivamente corta como separación de mansiones, y aunque tampoco resulte un argumento decisivo, otros manuscritos incluyen la distancia de 16 millas. Así pues, a 6 ó 16 millas de Zilil, y a 12 de Ad Novas. Tanto en una cifra como en la otra, no siendo coincidente, las diferencias no son muy grandes. Destacamos, no obstante, que tanto en el caso de Ad Mercuri como en el de Ad Novas, el nombre va precedido de la preposición Ad. Debemos recordar aquí la tesis, tantas veces expuesta, por el fundador de El Miliario Extravagante, Gonzalo Arias, acerca de que en los casos en los que aparece esta preposición se refleja el paso "junto a".
Esta nueva reconstrucción tiene a su favor además un dato arqueológico. El equipo francomarroquí (entre otros E. Lenoir y A. Akerraz) que ha excavado en Zilil exploró precisamente esta zona, detectando la existencia del paso que indicamos (hoy un pequeño camino). Al Este de la Cuesta Colorada detectó la existencia de una torre de vigía de época romana, y lo que considera otro puesto de control de mayor importancia, junto a una bifurcación natural, junto a uno de los afluentes del Ued Jarrub. Dominando el camino, el equipo de exploración detectó la existencia de "una plataforma rectangular perfectamente aplanada. No se conserva ninguna elevación, pero sobre los lentiscos los restos de muros de grandes aparejos irregulares en la vertiente Norte, y en la vertiente Sur una escalera con dos largos escalones". La hipótesis de que se trata del templo de Mercurio, que diera lugar al nombre de la bifurcación de caminos, parece bastante verosímil (Lenoir, 1993).
La vía romana partía de Tingi en dirección Sur, exactamente por el trayecto que estableció Ponsich (1964: 276-279). Las fotografías que el autor incluye muestra el trayecto de la vía en algunos puntos. Es un trayecto plenamente paralelo a una carretera moderna, y también al trazado de la línea del ferrocarril, en ambos casos hasta concluir en el curso del río Meharhar. Las comunicaciones modernas continúan el curso del río, por tanto girando hacia el Oeste. Por el contrario, parece poco dudoso que la vía romana antigua continuaba recta en dirección Sur, dejando a un lado (al Este) el enclave romano de Rgaia, localizado pero no excavado (Tarradell, 1954: 109), penetrando en una zona montañosa, cuyas características han sido
Otro dato suplementario podemos también aportar a favor de esta interpretación. En realidad, este fue un camino muy antiguo, y de hecho era el que estaba vigente en la Alta Edad Media, como vemos en el texto de Al-Bakri (siglo XI): "Alcalá de Ibn Jarrub está a una jornada de marcha de Tánger. Es una gran ciudad construida sobre el pico de una montaña, que tiene bosques, jardines, mucho ganado y campos cultivados.... en las cercanías se encuentra una gran ciudad.... situada sobre los bordes del Zalul, río que se encuentra antes de llegar a Alcalá de Ibn Jarrub". La posición relativa en la ruta es la misma, y la ciudad posterior sobre el Zalul no es otra que la sucesora de Zilil, incluso en el nombre.
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ro más al Este de esta ciudad. En cualquier caso, estas interpretaciones suponen que en el Norte de Marruecos la vía oriental del Itinerario de Antonino tiene que desplazarse hacia el Este, ganando bastante lógica las interpretaciones. Porque la posición de Ad Novas se identifica con Suiar, que no corresponde a un único asentamiento, sino a todo un conjunto de restos romanos en la parte baja de Beni Arós, algunos de ellos más al Este que los otros. Y después se abre la última de las encuestas, que la tradicional ubicación de Oppidum Novum en Alcazarquivir pueda abrir paso a una ubicación en el curso del río Lukus, pe-
Son muchas las interrogantes que están en pie. En cualquier caso, las vías que están documentadas en el Itinerario de Antonino no son los únicos caminos existentes. En todo caso, como ocurría en el Marruecos del siglo XIX, según testimonios de viajeros y de diplomáticos, en el momento de iniciarse las lluvias (en el otoño), las pistas se convertían en un lodazal intransitable. La comunicación de cada ciudad con su territorio más próximo se convertía en penosa, y muy problemática con otras urbes.
Fig. 3. Las dos vías del Itinerario de Antonino, con sus estaciones. 1: Ad Mercuri. 2: Ad Novas. 3: Zilil. 4: Tabernae. 5: Lixus. 6: Oppidum Novum.
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Cañada y Calzada de la Plata TRAMO 1: Sistema Central (Sierra de Béjar). Baños de Montemayor - Valdefuentes de Sangusín Santiago Bayón Vera (Presidente de ARIC 90 Varas, Asociación para la Recuperación Integral de las Cañadas) El Sistema Central (Sierra de Béjar) El Sistema Central separa la penillanura extremeña de la Meseta Norte, marcando el límite meridional de la meseta castellano-leonesa. La Sierra
propia de la vertiente sur es el típico bosque mediterráneo, siendo el árbol natural la encina, aunque también existen alcornoques y pinares de repoblación. Existen asimismo castaños que pueden ascender hasta los 1000 m. En adelante, se instala
(1) Nuevo enlosado en el Puerto de Béjar
de Béjar forma parte del macizo occidental de la Sierra de Gredos. Esta sierra constituye un inmenso macizo granítico siendo una de sus características destacables la fuerte asimetría entre sus dos vertientes: hacia el sur las pendientes son muy acusadas, mientras que en la vertiente norte la inclinación es mucho menor. Este dimorfismo también se manifiesta en su clima. La vertiente sur goza de un clima templado y muy húmedo mientras que la cara norte resulta de una neta continentalidad, siendo las temperaturas medias anuales bajas (inferiores a los 10ºC) y la precipitación anual elevada (más de 1000 mm). La vegetación
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el roble melojo. En este piso montano la vegetación dominante sería así el robledal si no fuera por la trasformación sufrida en la búsqueda de pastos para el ganado. Los prados bajos son por tanto el resultado de la destrucción por el hombre de las primitivas formaciones vegetales en busca de pastos para el ganado. A esta diversidad de ecosistemas se añade su riqueza faunística, que tiene su principal refugio en el adyacente macizo central de la Sierra de Gredos. La Sierra de Béjar es la unidad que lo identifica con sus fuertes pendientes y su vegetación de ro-
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De arriba abajo y de izquierda a derecha, (2) Miliario moderno en la milla 132; (3) Miliario a la salida del puente de la Malena; (4) Tablero y (5) vista general del puente de La Malena
bles y castaños. Hay que destacar en esta comarca la existencia de un turismo constante lo que se refleja en que, por ejemplo, la vía pecuaria presenta varios indicadores y carteles sobre la Ruta de la Plata señalándola como itinerario turístico. En las zonas de piedemonte de sierra las pendientes son más suaves, en torno al 10%. La altura media del piedemonte oscila entre los 900 y 1000 m. La cercanía de la sierra y sus condiciones climáticas más rigurosas influyen sobre esta unidad incrementando la precipitación y disminuyendo la oscilación térmica. Clima subhúmedo fresco con precipitaciones entre 600 y 1000 mm y temperaturas que van desde los 11 a los 16ºC. Los suelos son delgados, pobres en bases, con escaso poder retentivo del agua y según se adentran en la sierra son más ricos en materia orgánica. Toda la unidad supone una franja de transición entre el encinar y el robledal. El carácter ecotónico entre encinares y robledales es de-
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bido al aumento de altitud. Entre estas zonas de transición a la montaña se encuentra la Cuenca de Sangusín y el Alto Valle del Alagón. En estas comarcas las pendientes son más suaves y la influencia atlántica permite unas mayores precipitaciones que en las zonas circundantes por lo que existe un gradiente de vegetación entre el alcornoque-encina-quejigo-roble, aunque corresponde al dominio potencial del roble melojo. En el Alto Valle del Alagón el uso dominante es el forestal-ganadero. En la Cuenca de Sangusín se da un predominio casi total de pastos con árboles en linderos (robles y fresnos). Estos prados de siega son el dominio del ganado vacuno. Son zonas poco pobladas y pobres a pesar de su potencialidad. Análisis de los obstáculos: A lo largo de la Cañada Real de la Plata se encuentra una variada tipología de obstáculos, que
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contabilizan un total de 361. En líneas generales, de los 587 Km de vía pecuaria analizada se obtiene una superficie aproximada de 7024505 m2 ocupada, que en volumen (para aquellos obstáculos que no son longitudinales) supone un total de 477194,7 m3. El carácter público representa un porcentaje algo menor (40,7%) aunque no muy alejado respecto a lo que supone la apropiación privada de la vía pecuaria (59,3%). El tipo de obstáculo que se repite en más ocasiones (67) es el de vallados / cancelas, correspondiendo tanto a los vallados laterales de fincas, como a la presencia de cancelas, porteras, cancillas, etc. que obstaculizan perpendicularmente el paso por la vía pecuaria y a los que no se le ha dimen-
ferrocarril (tan sólo detectado en una ocasión) son consideradas prevalencias, que han supuesto acuerdos entre distintas Administraciones. En cuanto a los cruces con el ferrocarril, cabe destacar que del total de 14 cruces, 10 de ellos son cruces a nivel, lo que implica una alta peligrosidad en la mayoría de los casos. Muy seguido (en número de 53) aparecen los cultivos herbáceos que, al tratarse de obstáculos longitudinales provocan una importante pérdida de superficie para la vía pecuaria. Añadiendo a estos cultivos herbáceos, los arbustivos y arbóreos, así como las repoblaciones, se obtiene un total de 3679810 m2 de vía pecuaria invadida.
(6) Calzada y cañada, restos de sillares
sionado superficie, sino tan sólo la anchura de la cañada que se encuentran obstaculizando. En segundo lugar, y en número de 54 aparecen los cruces con carreteras sin señalización, que a la hora de evaluar su peligrosidad probablemente habría que añadirle los 9 cruces con señalización detectados, habiendo sido tratados independientemente los solapamientos de la vía pecuaria con la carretera, que en un número total de 36, supone la importante cantidad de 816700 m2 de superficie perdida por el asfalto. Tanto este caso, como el solapamiento con vías de
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Vertederos y escombreras ocupan una posición relevante en cuanto a su número de aparición, 66 en total, suponiendo un total de 38592 m2 ocupados, generando un volumen de escombros en torno a los 30000 m3. Edificaciones, tanto de carácter público como privado, suponen un total de 14, lo que significa una pérdida de 1119749 m2. A ello habría que añadir otro tipo de construcciones que por su peculiaridad se han analizado por separado. Se trata de las gasolineras, en número de 3, y los cementerios, en número de 1; todo ello eleva a 122394 m2 la superficie perdida.
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Las áreas recreativas, detectadas en número de 2, no suelen suponer un obstáculo demasiado lesivo para la vía pecuaria, aunque suponen una superficie de 21305 m2. Junto a ellas se encuentra la presencia de tendidos eléctricos y telefónicos, a los que se le han otorgado dimensiones longitudinales, ya que su presencia es de carácter aéreo (a excepción de los postes o torretas de soporte) y acompañan a la cañada en un total de 31 kilómetros. La presencia de zanjas, el acceso a fincas, el apiladero de maderas o la presencia de zonas de extracción de áridos u otro tipo de materiales supone un porcentaje de obstaculización mucho menor, suponiendo el total de todos ellos un 2,76% de las tipologías de los obstáculos detectados.
UNIDAD 5. Sistema Central (Sierra de Béjar) La vía pecuaria, reducida prácticamente a la anchura de la antigua calzada romana, con la que
coincide en buena parte de su trazado, apenas se ve obstaculizada. Se trata en su mayoría de una colada que discurre por la vertiente oriental del valle del río Cuerpo de Hombre. La propia anchura que supone su clasificación como colada es el mayor obstáculo para el tránsito ganadero por esta vía pecuaria.
UNIDAD 6. Cuenca del Sangusín y Alto Valle del Alagón La zona de transición tras la Sierra de Béjar presenta una fuerte presión ganadera, lo que condi-
ciona la aparición de un importante número de cancillas, así como vallados laterales que intrusan parte del terreno de la vía pecuaria.
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El solapamiento con las carreteras se produce tan sólo en los pasos por núcleos urbanos, separándose posteriormente ambos trazados. Una vez más ello implica la presencia constante de escombreras y vertederos.
PROVINCIA: SALAMANCA TÉRMINOS MUNICIPALES QUE ATRAVIESA LA CAÑADA REAL DE LA PLATA O VIZANA Puerto de Béjar Peñacaballera Cantagallo Béjar Aldeacipreste La Calzada de Béjar Navalmoral de Béjar Valdefuentes de Sangusín TÉRMINOS MUNICIPALES QUE ATRAVIESA LA CALZADA ROMANA Puerto de Béjar Peñacaballera Cantagallo La Calzada de Béjar Navalmoral de Béjar Valverde de Valdelacasa Peromingo Valdefuentes de Sangusín TÉRMINOS MUNICIPALES QUE ATRAVIESA LA VÍA FÉRREA RUTA DE LA PLATA (ASTORGA PLASENCIA) Puerto de Béjar Cantagallo Béjar Navalmoral de Béjar Sanchotello Fresnedoso Ledrada Nava de Béjar TÉRMINOS MUNICIPALES QUE ATRAVIESA EL CAMINO DE SANTIAGO DEL SUR Puerto de Béjar Peñacaballera Cantagallo La Calzada de Béjar Navalmoral de Béjar Valverde de Valdelacasa Peromingo Valdefuentes de Sangusín Cartografía ING
1:50.000 [553] Béjar; 1:25.000
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[553 –I] Ledrada [553- III] Béjar
TRAMO 1: PUERTO DE BÉJAR – VALDEFUENTES DE SANGUISIN La Cañada Real de la Plata y la Calzada Romana abandonan Extremadura para alcanzar la Meseta Norte, por la provincia de Salamanca (Comunidad de Castilla y León). Las características principales de esta comarca son comunes en las zonas serranas con pendientes fuertes y vegetación forestal más abundante. La Sierra de Béjar resulta ser una zona de corredores de cañadas, cordeles, veredas y calzadas que definen el paisaje y resalta el
Pasada a alcantarilla de traza romana, la calzada y la cañada se ponen a la izquierda de la carretera N – 630, se hace visible parte de firme, que aparece bien conservado casi en 2 Kilómetros, sillares de grandes de grandes dimensiones que volveremos a encontrar de las mismas características en el tramo cercano al puente de la Malena, de dudoso origen. En este punto la institución provincial ha colocado un nuevo "miliario" en las obras que se han realizado recientemente, que no entraremos a valorar, ya que este tipo de obras viene a desvirtuar el carácter romano de las obras y nos convierten los caminos en dignos de un "peplum" de las mejores producciones cinematográficas.
(7) Miliario
carácter de espacio de tránsito. Entre la vegetación hay que destacar los robles y castaños. A continuación describiremos el recorrido de la Cañada Real de la Plata que se va solapando con la Calzada Romana en casi todo el recorrido en este tramo, hasta el término municipal de La Calzada de Béjar. La Calzada merece una descripción individualizada por ser el tramo de Castilla y León donde se encuentran los únicos vestigios.
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La altura coincide con el cambio de vegetación, destacando los vistosos castaños presentes en todo el recorrido de la vía pecuaria en el término municipal de Puerto de Béjar. En el kilómetro 82 de la carretera N – 630 la calzada romana se pone del lado derecho de la carretera y continúa por un trecho de un kilómetro en estado de abandono total. En este tramo nos encontramos con una alcantarilla de factura romana hecha para salvar un arroyo y se conserva su factura primitiva sin haber sufrido ninguna modifica-
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ción; está hecha de un pilar en pie que acaba en ángulo y encima de él las lajas de piedra muy anchas y a ambos lados del pilar. Justamente en paraje de la Vega varios autores sitúan la mansio de Caelionicco [Caelionicco (A24) = Finca de la Vega, entre Puerto de Béjar y Peñacaballera (Salamanca). ROLDAN HERVAS 1971]. En la subida al municipio de Puerto de Béjar a la derecha de la calzada, cuya situación corresponde bien a las características de los poblados indígenas en una ladera protegida al oeste por la Sierra. No se ha realizado ninguna excavación que puedan dar fiabilidad a los datos. Entra la cañada junto a la calzada en el término municipal del Puerto de Béjar por el paraje de Las
la citada carretera la cañada la abandona por la izquierda. Continúan construcciones en diseminado también cuando abandona la vía pecuaria la carretera antes citada, a la altura del kilómetro 82: a su izquierda linda con el término municipal de Peñacaballera mientras que a su derecha con las cercas de mampuesto que establecen una anchura de 6 metros. En el paraje de La Vega la vía pecuaria se encuentra con el edificio de una antigua fábrica de curtidos hoy en día abandonada. La calzada y la cañada bajan por una pendiente muy pronunciada por los parajes de La Cuadrilla, Los Linarejos y La Vega. La calzada o camino real,
(8)Miliarios en Calzada de Béjar
Moreras. En este término municipal la Cañada Real de la Plata se denomina Colada de Baños o Romana y su anchura oscila entre 27 y 6 metros. Durante casi un kilómetro y medio domina la población en diseminado a ambos lados de la vía pecuaria, que se extiende no solo cuando coincide con la carretera nacional N – 630 y futura autovía Vía de la Plata, donde se encuentra la antigua Venta del Chusco (nombre de Venta que aparece con frecuencia en la Cañadas Reales como por ejemplo en la Cañada Real Leonesa Occidental en el término municipal del Cepeda de la Mora en la provincia de Ávila). A la altura del kilómetro 82 de
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como algunos autores nos quieren convencer aparece bien conservada en este tramo empedrada con losas pequeñas, y en el paraje de La Vega está delimitada por cercas piedra de mampuesto. Pastizales con grandes pendientes, robles y castaños son las piezas que configuran el paisaje que atraviesa la vía pecuaria, resultando un trayecto agradable para el caminante pero en muy mal estado para los rebaños. Cañada y calzada atraviesan el puente de La Magdalena (La Malena) en su origen romano pero
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que no queda ningún vestigio del mismo ya que lo que podemos observar es una obra de los siglos XVII tardío. Este puente ha sufrido muchas reformas debido a las riadas producida por el río Cuerpo de Hombre a lo largo de los siglos. Nada más atravesar el puente nos encontramos con una explanada en las orillas del río Cuerpo de Hombre que fue descansadero, hoy debido al asfaltado del camino no se puede apreciar el carácter del mismo. Cerca del mismo, se encuentran unos apriscos (del Chinato) construidos en forma circular con todas las cerchas vistas de madera y con un patio empedrado de rollos y en el centro un miliario con el número CXXXIII perfectamente conservado de grandes dimensiones donde
Un kilómetro más adelante cañada y calzada van a caballo entre los términos de Béjar y Adeacipreste por el paraje de El Perucho. Todos estos términos municipales carecen de Proyectos de Clasificación de Vías Pecuarias. Todo este recorrido está salpicado por construcciones aisladas caracteriza de la zona de carácter agroganadero. La vía en este tramo va por una calleja de 6 metros de anchura, generalmente empedrada (sillares al parecer de origen romano trasformados en épocas posteriores, siglo XVIII por el tipo de labra) y con vallas de mampuesto de piedra entre
(9) Infraestructura ganadera
puede leer perfectamente su inscripción, algunos autores lo atribuyen a la época de Nerón. Esta construcción junto con una fábrica de luz a escasos metros merecen una mención especial ya que se trata de construcciones únicas en su género y que nos hablan de la tradición pastoril y ganadera de la zona. La cañada real va a caballo entre los términos municipales de Aldeacipreste y Cantagallo dejando siempre a la derecha el río Cuerpo de Hombre y a su izquierda la Cañada Real Soriana Occidental, atravesando los parajes Las Sauceras (Cantagallo) y Ganchillas (Aldeacipreste).
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castaños, nogales y avellanos que aunque dan apariencia de frondosidad y cerramiento no impide la transitabilidad de la vía. Es un paseo muy agradable aunque inútil para el paso de ganados. Hay que decir que este camino se utilizo mucho en otras épocas especialmente entre los siglos V al XVIII, algunos autores le atribuyen la denominación de Camino Real, ya que era la única comunicación entre Extremadura y la meseta. No existe documento alguno que de fe de ello y no figura en toda la documentación de la Mesta con puerto real. Calzada y Cañada van paralelas al río Cuerpo de
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Hombre y a caballo entre los términos municipales de Aldeacipreste y Cantagallo y deja a la izquierda la llamada colonia de San Francisco, donde el P. Moran vio un miliario y donde seguimos viendo pavimento de la antiguo y varios trozos de miliarios o mojones de señalización que indicaba la media milla, pero aun sin investigar. En este tramo de la calzada se han movido a lo largo de la historia los miliarios, por lo que resulta difícil ubicar su primitivo lugar. A escasos metros nos encontramos con el Parador de Sinforiano, donde solían parar a descansar los pastores que había dejado los rebaños en el descansadero del puente de la Malena, en el podemos apreciar restos de miliarios.
Clasificación de Vías Pecuarias), la vía pecuaria atraviesa el camino o la carretera asfaltada que va desde Béjar a Aldecipreste, a la altura del paraje Monte del Fraile (Casa de los Molinos) es donde se despide el camino pecuario del río Cuerpo de Hombre. Cañada y calzada siguen ascendiendo hacia el municipio de La Calzada de Béjar. A pesar de que este municipio carece de Proyecto de Clasificación su trazado es fácilmente identificable. Hasta llegar al municipio acompaña a la vía pecuaria el arroyo de La Pedrera y el ancho de la misma no supera los 40 metros, delimitados por cercados de piedra mampuesta que la separan de
(10) Miliario integrado en una cerca
Este tramo termina a la altura del Caserío de San Francisco, antigua ermita de San Francisco relacionada con la trashumancia y el Camino de Santiago Sur, donde solían parar los pastores con su ganado para solicitar la protección del mismo a largo del camino, estos hitos aparecen a lo largo del todo el sistema canariego de España. Algunos autores lo remiten como una tradición religiosa antes de la implantación del cristianismo en España, es la sustitución de un ídolo por otro. Entra la cañada real a caballo entre los términos municipales de Béjar y La Calzada de Béjar (municipio que también carece de Proyecto de
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los pastizales cercanos, así como de los robledales y encinares, en esta parte del recorrido nos encontramos pavimentos en buen estado. Antes de entrar en el casco urbano a nuestra derecha están los restos del antiguo fortín romano / árabe, del cual solo queda el recinto y es difícil definir una época ha sufrido varias reformas y usos a lo largo de la historia, más tarde pasaremos la Ermita del Humilladero convertida hoy en albergue de peregrinos del Camino de Santiago del Sur, la entrada del casco urbano de la Calzada de Béjar se realiza por un camino de 7 metros. La vía pecuaria atraviesa la calle principal con
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sopórtales y con signos de carácter religioso que nos dan una idea de que no encontramos en el mencionado Camino de Santiago Sur, abandonando el casco urbano de La Calzada de Béjar por el lado Norte durante un kilómetro discurre por un tramo bien definido, por los parajes de Prado de Oviedo y Bechinas entre cercas de mampuesto que la separan de los pastizales y praderas adyacentes con disponibilidad de agua (fuentes, abrevaderos y charcas) y en buen estado el pasto, ya que apenas se transita por este tramo de la cañada. En definitiva podemos definirlo como modélico a no ser por la anchura que tiene la vía pecuaria, 7 metros. A la altura del paraje El Plantío la cañada se cruza
Béjar, siguiendo hacia el sur por los parajes de Prado Campillo, Prados Merinos (nombre de la raza de oveja que trashumaba, la merina) (Casa de los Vegones del Campillo). En este lugar y en la casa de los Vegones del Campillo sirve de pilar a la pared del pajar otro miliario con el número CXXXIX y El Plantío donde se cruza con la carretera que va desde Béjar a Ciudad Rodrigo, para seguir cañada y calzada por los parajes de Las Bechinas y Prado de Oviedo. Aquí el paso de la calzada es amplio y bordeado por paredes de cercas de piedra hasta entrar el casco urbano de La Calzada de Béjar. En el paraje la Calzada a escasos metros de la Laguna de la Dehesa, la calzada y la cañada to-
(11) Miliario 139, antes en Nuevos Ministerios (Madrid)
con la carretera comarcal C–515 (Béjar – Tamamés) y continua por un camino recto que comienza con una anchura de 15 metros para ir estrechándose hasta 6 metros, atravesando los parajes de Prados Merinos y Prado Completo.
man rumbos diferentes.
A dos kilómetros del cruce con la carretera C- 515 y a la altura del paraje La Dehesa, la vía pecuaria cambia bruscamente dirección (NE a NO) realizando un ángulo recto y se separa de La Calzada Romana Vía de la Plata que sigue para el Norte.
Tras el área predominante de la Sierra el paisaje se suavizan en la cuenca del río Sangusin. Esta zona poco poblada junto a dehesas de robles muy aclaradas los prados de siega y pastos con dosel arbóreo de robles y fresnos. Según se asciende hacia el Alto Alagón la influencia atlántica provoca mayor número de precipitaciones. El uso predominante en la zona es forestal,
La calzada va a caballo entre los términos municipales Valdefuentes de Sangusín y Navalmoral de
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La cañada da un giro hacia el este atravesando los parajes del Campo y Saniela ya en el término de Valdefuentes de Sangusín.
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además de ganadero (predominantemente de ganado bovino). La Calzada se dirige hacia el norte y en línea recta y atraviesa los parajes de La Dehesa, La Ollera y La Quejida. En el paraje y junto a la Laguna existente, se encuentra restos de un miliario. Para luego cruzar el río Sangusín. La cañada se introduce en el término municipal de Valdefuente de Sangusín, por la Colada de Navalmoral, que es así como se denomina la Cañada Real de la Plata en este tramo, con una anchura de 4 metros. El camino que transita la vía pecuaria está delimitado por cercas que la separan de las dehesas de encinas. La vía pecuaria se encuentra en este tramo muy erosionada por lo que no puede ser aprovechado su pasto ni por el ganado local. A la altura del río Sangusín, la Cañada Real de la Plata se solapa con la carretera para pasar el puente y juntarse a la Cañada Real Soriana Occidental que no abandonará hasta el término municipal de Los Santos. En esta área de encuentro de las dos cañadas se ha creado espontáneamente un área de recreo muy visitada. Continúan las cañadas por la Cañada Real de Extremadura, nombre que adquiere aquí el paso de las dos cañadas, con una anchura de 75 metros, y aparecen en este paraje de La Vega frecuentemente encinas en el interior de las mismas. Según nos vamos acercando al casco urbano, las cañadas se van estrechando debido a los vallados de piedra que las delimitan, y antes de entrar en el municipio de Valdefuentes de Sangusín nos encontramos con una escombrera que a veces sirve de firme a las mismas. Las cañadas a la altura del cementerio municipal discurren durante dos kilómetros solapadas con la carretera que une Guijuelo con Cristóbal estrechándose a 30 metros.
bre de La Cañada Real de la Plata. Las vías pecuarias vuelven a cruzarse con la carretera de Guijuelo a Cristóbal y continúan por una senda con las misma características pero con una anchura de 25 metros. Poco a poco la altitud se hace más patente por el cambio de la vegetación. Las cañadas reales abandonan el término municipal de Valdefuentes de Sangusín por el paraje de Las rozas donde se encuentra un vertedero controlado. El paso del río Sangusin de la Calzada y el Camino de Santiago del Sur, se debía hacer según algunos autores por un puente del que no queda ningún resto, también es verdad que el río Sangusín nunca llevo mucho caudal. Desde el arroyo del Chapato, frente a Valverde de Valdelacasa el trazado de la calzada puede distinguirse perfectamente atravesando hacia el norte por los parajes de Peña Milanero, La Canaleja y El Chapado, una vez pasado río Sangusín. En este municipio debió encontrase la mansio [Ad Lippos (A24) = Valverde de Valdelacasa (Sala-manca). ROLDÁN HERVÁS 1971] en la llanura de bajada al pueblo por el oeste y rodeada por el arroyo Chapato, justamente en el prado que hay junto al arroyo y en el que se encuentran restos de edificios. Allí podemos encontrar un miliario en la cerca de una casa y se ven abundantes restos de piedra de cantería distribuidos y reaprovechados por diferentes edificios del municipio. La Calzada romana Vía de la Plata sale del término de Valverde de Valdelacasa por el paraje del Coto y solapada con la carretera que une Valdelacasa con Valverde de Valdelacasa.
A la altura del paraje Castaño de Torta las cañadas encuentran dos abrevaderos que quitan la sed al ganado estante que pastorea las mismas. Cruzando el arroyo de Prados Morenos, las cañadas se separan de la carretera para dejarla a su izquierda y continuar por una senda de unos 15 metros de ancho definida por vallados de piedra, un nuevo abrevadero esta vez roturado con el nom-
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Nota: Para las referencias bibliográficas y documentales de la ruta 24 del Itinerario de Antonino, véase Catálogo de vías romanas de Hispania, publicado por Gonzalo Arias.
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Leyenda del Mapa del tramo 1 1. Miliario del Jardín del Coto de Nuestra Señora del Carmen 2.Alcantarilla 3.Puente de la Malena o Magdalena 4.Miliario CXXXIII 5.Miliario pilón 6.Miliario valla 7.Miliario de Parador de Sinforiano 8.Miliario Columna 9.Miliarios CXXXVII…. LVII 10.Fortín de origen romano 11.Alcantarilla 12.Miliario CXXXIX 13.Miliario 14.Miliario CXLII (traído del MOPU) 15.Miliario CXLIII 16.Alcantarilla 17.Miliario CXLIV
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Las vías romanas 19 y 20 del Itinerario de Antonino Raúl Villanueva González El trabajo que sigue es un resumen de la comunicación que presentamos en el VIII Congreso Internacional de Caminería Hispánica, celebrado en Pastrana (Guadalajara) los días 26 al 30 de junio del 2006, titulado: "Revisión de las vías 19 y 20 del Itinerario de Antonino correspondientes a la antigua Gallaecia". Decíamos en el resumen-prólogo que como consecuencia del descubrimiento en 1988 del miliario de Trajano, en el puente del Burgo (Pontevedra), Antonio de la Peña Santos, arqueólogo director de las excavaciones, presenta en el II Congreso de Gallaecia (A Guarda–Pontevedra, mayo 1990) una revisión a las vías romanas pontevedresas ("Consideraciones sobre las vías romanas de la provincia de Pontevedra" Castrelos III-IV, 1990-91, 217-243). Dicho estudio concluye, que por esta provincia sólo pasaba una vía antoniniana y que tendría que corresponderse con la que Saavedra, en sus Discursos ante la Real Academia de la Historia (1862) menciona con el número 19. Peña Santos niega el paso por esta provincia pontevedresa de la ya mítica "Per Loca Maritima" o vía 20, también para Saavedra. A partir de entonces los ambientes universitarios gallegos y con ellos, la gran mayoría de los autores que posteriormente estudiaron las vías romanas gallegas, dan como cierto sus conclusiones sin mayores comentarios. Al día de hoy, creemos que los argumentos que en su día desarrolló Peña Santos no se sostienen, de aquí esta nueva revisión con un nuevo enfoque del paso de las vías 19 y 20 por tierras de la antigua Gallaecia. Por motivos de espacio no nos fue posible hacer un estudio metodológico de las mismas, limitándonos a dar a conocer una nueva visión de ambas vías, concretamente el sistema de medición que se debería conceder a la vía 20 ó Per Loca Maritima, muy diferente a como se venía haciendo hasta la fecha en que para el tramo Bracara Augusta y Grandimiro se utilizaba el estadio de 185 m, con el consiguiente desaguisado en la ubicación de las mansiones, y no la milla, que sería lo esperado, como la utilizada usualmente en el resto del itinerario hispánico. Esto, en realidad, era el principal de la comunicación. Basamos, allí, la crítica a Antonio de la Peña, precisamente en los argumentos que el propio autor utiliza como más sólidos, y que se centran en lo siguiente: a) El aceptar Iria por Pria. b) Los miliarios.
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c) En su convencimiento cuando dice: "hoy por hoy, en la actual provincia de Pontevedra , tan solo existen evidencias objetivas del paso de una vía romana principal, y que su trazado no puede apartarse del pasillo natural de la Depresión Meridiana sin entrar en el resbaladizo campo de la especulación", o cuando dice: "no tiene sentido pensar que la vía XX o Per Loca Marítima discurriese a lo largo de la costa pegada al litoral, dando tantos quiebros que el viaje por ella sería absolutamente interminable". d) El "hallazgo" de Bouza Brey: VICOS CAPORUM. e) Mediciones.
1º) Respecto al cambio de Iria en lugar de Pria Tiene preconcebido, el autor, que Iria al encontrarse en la Depresión Meridiana (desde Santiago a Tuy es coincidente con la actual carretera N-550) tiene y debe corresponderse con la Pria del Itinerario. Para ello, nos dice el autor, utiliza como Fuentes Principales con referencia a las vías romanas de Galicia: el Itinerario de Antonino, la Tabla de Peutinger y el Anónimo de Ravena. Respecto a los Itinerarios de Antonino no utiliza más que la edición de Cuntz (1929), y da la impresión de no haber consultado ni a Wesseling (1735), Parthey y Pinder (1848), ediciones que con otras anteriores se conserva siempre el nombre de Pria. Decíamos que solo utiliza la edición de Cuntz, en la creencia de que éste (Cuntz) reconoce en sus conjeturas la lectura de Iria, sin embargo en la relación de las mansiones nombra a Tria y Pria como variante. Cuntz dice:"nomina non correxi nisi ea quae gravius corrupta sunt"; que, si no estoy confundido, reconoce que cambió nombres que encontró corrompidos. No encontré en ninguna de las ediciones consultadas, juntamente con las ya mencionadas de Wesseling y Parter et Pinder otra mansión que no fuera de nombre Pria. Respecto a la Tabla de Peutinger, hemos de reconocer que sí figura el nombre de Iria, pero también tenemos que decir que la Tabla para Hispania no tiene validez, toda vez que es una restitución de Miller de comienzos del pasado siglo ya que a la original se le perdió la parte correspondiente a la
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Península Ibérica y por lo tanto no vale como prueba documental. En cuanto al Anónimo de Ravena, aunque sí figura una Iria, tampoco se puede considerar como fuente Principal ya que es una relación de ciudades muy posterior al Itinerario, algunas ciudades coinciden en ser mansiones y otras no, por lo tanto no nos va a decir grandes cosas ni a solucionar graves problemas. En otro orden de cosas, el autor nos dice que: "El recorrido de estas vías según el Itinerario, sería el siguiente".
entre algunos núcleos de población, al hacerla más directa. El miliario del Burgo es un claro ejemplo, indicando distancias a la capital conventual lucense, y utilizando en su recorrido dos vías distintas (parte de la 20 hasta Aquis Celenis y parte de la 19 desde esta misma mansión hasta Luco Astúrica. Otro ejemplo, lo tenemos en los de Adriano encontrados entre Redondela y Tuy, que indican distancias no a la capital de convento (Bracara Augusta) y sí a la primera mansión de una principal ( A Tude).
3º) Respecto a los comentarios que figuran en el apartado: c)
A continuación y siguiendo la paginación de Cuntz (copiando de Wesseling) pone la relación de las mansiones y le da a la 430,4 (paginación de W.) el nombre de Iria; y esto no es correcto ya que Cuntz no lo hace, evidentemente. Tanto Pria como Iria son ciudades totalmente distintas, lo quiso el Itinerario y hay ejemplos que lo justifican; como: Prianes (Asturias), Pria (Llanes, Asturias), Priaranza (El Bierzo), Prio (Cantabria), Priabona (Italia), Iria Flavia (Galicia), Iria (Italia), Iria (Portugal).
2º) Los miliarios El que la mayoría de los miliarios que tenemos, se hayan encontrado en el tramo que Peña Santos denomina "Depresión Meridiana", no nos dice otra cosa, que por esa traza pasaba una vía romana (fruto de tres tramos, parte hasta Tuy la vía 19, de Tuy a Redondela una secundaria y a continuación la misma vía 20 o Per Loca Maritima, de mucho tráfico y utilizada para acortar algunas distancias
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Cuando Antonio de la Peña estudió las vías (1990) no existían al descubierto tramos de vías auténticos romanos; hoy sí los tenemos, un tramo de aproximadamente kilometro y medio en Lombo da Maceira- Barro (Pont.) a escasos metros del camino de peregrinos (información facilitada por el arqueólogo de la Diputación Prov. de Pontecvedra; proyecto Interreg III, Vías Atlánticas y notas de prensa -varias- en el periódico Faro de Vigo) y además, en Vigo, tenemos dos tramos de camino romano de los afirmados conocidos como "iniecta glarea" que se pueden ver en las fotos 1 y 2 con los comentarios respectivos a pie de foto, que demuestra que la vía pasaba por Vigo al cumplirse las distancias del Itinerario y, además, acompañarle parte del topónimo actual de la ciudad de Vigo (Vico Spacorum). Y, sí, tiene sentido que la vía discurriese un largo tramo a lo largo de la costa pegada al litoral, por dos motivos suficientemente convincentes: 1º) POR QUE ASI LO QUIERE EL ITINERARIO: PER LOCA MARITIMA, por la costa, es lo que dice y además muy claramente, y 2º) también tiene mucho sentido que hubiese un camino costero (como hoy también los tenemos) para comunicar todas las villas marítimas, cabicastros y ciudades importantes, (Vigo: salinas, salazón etc). Por lo tanto SÍ tiene sentido el paso de la 20 por Vigo.
4º) ¿CAPOROS o COPORI?. El "hallazgo" de Bouza Brey. Éste es el gran argumento de Peña Santos, basado en el "hallazgo" de Bouza Brey. El autor dice que la vía 19 y 20 transcurren juntas desde el origen en Bracara Augusta hasta (probablemente, dice) el río Ulla, límite entre las provincias de Pontevedra y Coruña y para ello se apoya en el elevado número de miliarios encontrados en las
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RESTOS DE CAMINO ROMANO A SU PASO POR LA CIUDAD DE VIGO. Se encuentran documentados en la ciudad de Vigo, al menos, dos tramos de camino romano de los conocidos como "afirmados" y que los antiguos conocían como iniecta glarea, con capa de rodadura a base de gravillas, cuarcitas, cuarzos y otras minúsculas piedras duras muy compactadas.
Fotografía donde se observan restos de camino. Debido a que las excavaciones son recientes y a falta de los informes pertinentes, la empresa ANTA DA MOURA por mediación de una de sus arqueólogas Dª Carmela Torres, tuvo la amabilidad de facilitarnos la foto con el siguiente comentario: "Excavación arqueológica en Areal 16, Vigo. Dirección Xurxo Constenla. La fotografía se corresponde con los restos de un camino romano construido con cantos de cuarzo sobre un lecho de arcilla. Está en mal estado de conservación afectado por cimentaciones modernas (en foto delimitado por linea roja). Sería parte de un camino que discurría en paralelo a la línea de costa, posiblemente relacionado con el localizado en Rúa Hospital nº 5, con ramales en dirección su (hacia el interior), según otros restos localizados en rúa Pontevedra y Areal".
En el informe valorativo depositado en la Consellería de Cultura (Pontevedra) el arqueólogo Sr. Chao, director de la excavación, dice lo siguiente:.."trátase dun empedrado formado por cantiños moi miudos de cuarzo e cuarzita. Aparece disposto nun plano inclinado que vai perdendo cota.....de época romana" Lugar: rua Oliva nº 12. Vigo.
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trazas y principalmente, en "el gran acierto" de Bouza Brey cuando dice: "un hallazgo: Vico Spacorum no es sino VICOS CAPORUM, "las aldeas de los caporos de Plinio, como fácilmente se comprende" (en revista El Miliario Extravagante, 5 de 1964 pág 13). En base a este aserto del jurista Bouza Brey y otros, Peña Santos dice: "De lo que sí estamos seguros es de la ubicación en tierras coruñesas de las restantes mansiones. VICO SPACORUM podría situarse en las proximidades de Rois, y su nombre en el Itinerario está equivocado (CARRÉ ALDAO, 1935:271-272; MORALEJO LASSO, 1973:198; BOUZA BREY, 1978:33) pues en realidad debería decir VICOS CAPORUM, en clara referencia a los Caporos, pueblo citado por Plinio y por Ptolomeo, que se situaría aproximadamente entre el río Sar y Caldas de Reis (ROMERO MASÍA y POSSE MESURA, 1987:69)."
-Partiendo de una forma *SPACOROS, se obtiene por metátesis reciproca de las consonantes oclusivas la inversión *SCAPOROS. El recurso a la metátesis ya había sido utilizado por otros autores (Carré Aldao,Bouza Brey, Moralejo Alvarez, Peña Santos), si bien para sugerir justamente lo contrario: que el testimonio SPACORUM se encontraría deturpado por inversión y debería corregirse como VICOS-CAPORUM. Resulta difícil de mantener una hipótesis que no se corresponde con la tradición manuscrita en lo que respecta al orden de las oclusivas P-C. Y tampoco parece pertinente la enmienda que reubica la S a partir de un único testimonio obviando los diecinueve que confirman la lectura VICO SPACORUM. Esta enmienda altera, además, el caso ablativo VICO, que sabemos tiene otras ocurrencias en el Itinerario con una precisa función.
Para esclarecer esto he consultado con dos especialistas, un filólogo y un epigrafista, pero antes un par de comentarios:
-El desarrollo de una vocal protética E ante grupo inicial compuesto de S + consonante es un proceso establecido y constatado para toda la parte occidental de la Romanía; huelga decir que afecta a todas las palabras que comienzan por S líquida, bien procedan del latín o de otras lenguas. Por tanto, es obligada la evolución *SCAPOROS > ESCAPOROS.
a) El Itinerario de Antonino solo contiene acusativos, ablativos y locativos. b) Plinio IV, 111, no menciona a ningún CAPOROS y sí relaciona a unos COPORI, que se deben situar por encima del río Ulla, c) Una mansión nunca puede ser un grupo de aldeas, con una le llega. Hemos solicitado ayuda a la distinguida filóloga Dª Dolores González de la Peña sobre lo que tratamos, y en amable comunicación personal nos dice lo siguiente, enlazándolo con datos que también le facilitamos de unos ESCAPORO/ESCAPOROS que habíamos encontrado. Dice la especialista: "Claudio González Zúñiga. Historia de Pontevedra (1846) pp 15-16: "...A San Vicente de Trasmañó adonde por encima de los molinos de Riofrío hoy existe el lugar de ESCAPORO..." Celso García de la Riega. Galicia Antigua (1904) p 347: "Perdura como testimonio de la primera [se refiere a Vico Spacorum] además del nombre actual, Vigo, el de ESCAPOROS en un lugar de la parroquia de Trasmañó". El topónimo ESCAPORO/ESCAPOROS, lugar de la parroquia de San Vicente de Trasmañó (Redondela, Pontevedra) puede relacionarse con el testimonio documental VICO SPACORUM.
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-Tras sufrir metátesis reciproca de las consonantes oclusivas, el resultado no experimentó sonorización de la sorda intervocálica –P->-B-. Lo esperable sería *ESCABOROS, pero no ha sido así posiblemente por cruce con el paradigma de ESCAPAR (procedente del latín vulgar EXCAPPARE), sin descartar que haya habido un proceso de geminación expresiva, o que, incluso, se trate de un cultismo. -*SPACOROS > *SCAPPOROS > ESCAPORO(S). En dos foros de historia (http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=6573 y http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=4770) la Doctora Dª Alicia Mª. Canto, profesora titular de Epigrafía y Numismática de la U.A.M., comenta lo siguiente: "Una sugerencia: Debe de ser "Copori" y no "Capori". Los primeros están epigráficamente documentados como antropónimo varias veces (Coporus y Coporicus) y, lo que es más importante, como etnia, asi lo entiendo en CIL II 5250: Caturo / et Virius / Copori / Cel(- - -) f(ilii) et Bo / utia Meid(uniensis) / h(eredes) ex t(estamento) f(aciendum) c(uraverunt), de Lamego, Port. En cambio, no se documentan en epigrafía ni los Caporos como pueblo ni algún antropónimo en
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Capor-. Plinio lo da bien"
es poco menos que asombrosa.
"Este pueblo es persistentemente mal citado como "Capori", fiando más en Ptolomeo, o suponiendo que esa mansio del Itinerario tiene que ver con ellos. Pero ellos y su ciudad Noeta son citados por Plinio el Viejo (IV, 111) como Copori, y eso es lo que confirman los testimonios epigráficos, que creo deben zanjar la cuestión"
Es muy posible pudiera haber habido error en el Itinerario, máxime cuando la cifra parece "exacta", X millas. Hemos hecho una pequeña comprobación: si a la distancia de 179 millas (Bracara-Luco, s/ Itinerario) le restamos la suma de las distancias que indican los miliarios de O Burgo (96 millas a Luco) y el de Arcade (66 millas a Bracara), nos quedarían 17 millas que forzosamente tendrían que corresponder a la distancia entre el miliario de O Burgo y el de Arcade.
En atención personal me dice que en Ptolomeo, existen variantes según las ediciones, así en la de Nobbe consta CAPORÓN, en la de Münster de 1540 dice:CEPORÓN y en la de Stevenson de 1932: CAPORI. La diferencia de los COPORI de Plinio es sólo en una vocal. Por nuestra parte creemos que poco hay que decir, no es correcta la lectura de Capori atribuida a Plinio, siendo Copori lo escrito por aquel; tanto Bouza Brey como Peña Santos erraron al imputarle esos Capori a Plinio; tampoco consultaron la epigrafía existente y menos aún tuvieron en cuenta las formas gramaticales que el Itinerario da a las mansiones. Aún existe otro epígrafe (CIL II, 2585) que nos habla de un posible PRINCEPS CO(pororum) tal como lo entienden hoy la mayoría de epigrafistas, entre ellos Arias, Le Roux, Tranoy en IRL Nº 34.
5º) Las mediciones El autor estudia las distancias entre Tude y Aquis Celenis, solamente dos son las mansiones a identificar: Búrbida y Turoqua. Se apoya para ello, y con muy buen criterio, en el Itinerario y en los miliarios que fijan distancia: -miliario de O Burgo, A L. LXXXXVI mp -miliario de Arcade, A B. LXVI mp -miliario de O Padrón –Sajamonde- a Tude XVII mp Hace las comprobaciones pertinentes siguiendo la carretera nacional 550. En este tramo el posible camino romano prácticamente no toca a la carretera, y habría de tenerse en cuenta. Búrbida la ubica a las 16 millas que le indica el Itinerario, y después de múltiples operaciones aritméticas, llega a la conclusión de que si se eliminan diez millas al tramo Turoqua – Aquis Celenis la coincidencia en colocar Turoqua en Pontevedra
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Hemos comprobado esta distancia (siempre por la N-550 como hace Peña Santos) y nos salen, salvo error, 12,3 Kms, es decir 8,31 millas; por lo tanto el "error" existente no sería de las X millas que se habla sino de algo menos, concretamente 8,69 millas (17 – 8,31 = 8,69 mp), aproximadamente 9 millas, que al no ser cifra "exacta" veo muy difícil el representar a Turoqua en Pontevedra. Turoqua habrá que buscarla por traza distinta, y como comentaremos más adelante, el camino romano Tude – Aquis Celenis debe tenerse como sumatorio de al menos dos, muy importante como lo certifican los miliarios que le acompaña. Deberíamos tener en cuenta que al eliminar esas X millas, el tramo Turoqua-Luco que el Itin. indica 104 mp, se reduciría a 94 mp y que flaco favor le estaríamos haciendo al miliario del Burgo, ya que indican muy claramente LXXXXVI M.P. Entiendo que este miliario no apoya la teoría de creer error en el Itinerario, y sí me hace pensar que se están mezclando varios iters en uno. Entiendo que la mansión de Turoqua habrá que buscarla por otras latitudes. Tampoco tengo muy claro si las distancias llegarían para alcanzar Luco desde Iria Flavia (para Peña Santos la Pria del Itinerario) con las millas del miliario del Burgo
STADIA, esa gran desconocida de la vía 20. ¿Millas o Estadios?. Arias Bonet incluye a la vía 20 dentro de esas "rutas polémicas" difíciles de representar, y en este caso la dificultad estriba en querer identificar a esas Estadias con la medida de origen griego, el estadio de 185 m, que es lo que en realidad significa. El Stadiasmos es lo medido con estadios y aparentemente de tal forma debería de ser. Es posible que la palabra Estadia tenga en algún momento un doble significado. Desconozco si son simples casualidades o por el contrario obedezca
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a algo que no entiendo por el desconocimiento total del griego. Al final todo se reduce a una anécdota de trabajo de campo. Conocíamos que la Estadiometria era un procedimiento de medición indirecta de distancias, mediante miras estadimétricas o ESTADIAS y taquímetros. Esas miras topográficas (ESTADIAS), graduadas, conocidas también como parlantes, eran las usadas en los trabajos topográficos para calcular la distancia desde el aparato (origen) a donde se encontraba la mira (punto observado). Si dejamos correr la imaginación y al origen le llamamos lugar de salida de la vía y al lugar donde se encuentra la mira, decimos que es la "mansión", tendríamos un símil "caminero" que nos hiciese reflexionar sobre esas estadias del Itinerario. Muy posible que esa stadia topográfica (mira) tenga un origen de Stare "estar de pie". Por lo tanto siempre serían distancias desde el
zarían siquiera para llegar a la isla de Ibiza y por el contrario si las medimos en millas romanas dan exactamente los 592 kms necesarios para llegar posteriormente, después de rodear la isla de Ibiza, volver a la península y costeando llegar más menos kilométro a Carthago Spartaria. En otro orden de cosas, hay algo que me llamó poderosamente la atención en el Itinerario de Antonino, edición G. Parthey et Pinder (1848) cuando en sus notas críticas a la vía 20 (pág 204) encontramos lo siguiente: - 423. 8 (se refiere a Aquis Celenis) stadia mp Q, stadia mpm T (manuscrit. Q y T) - 424. 1 (se refiere a Vico Spacorum) stadia mpm CXCV T, (manusc. T). - 424 2 (se refiere a Ad Duos Pontes) stadia mpm
TRAZAS DE LAS VIAS 19, 20 Y SECUNDARIA TUY-REDONDELA.
origen a la mansión correspondiente. ¿Qué ventajas plantea este sistema?, pues que aunque se pierdan mansiones de ubicación intermedia, siempre se podrían representar todas las mansiones por muy dislocadas que estén. Nos recuerda Roldán Hervás en su "Itineraria Hispana", p 27, que "...sólo los viajes por mar se hacen en estadios, computados por los romanos como 1/8 de milla, cuando no también en algún caso en millas romanas". Un claro ejemplo es el periplo: "Insula Diana Lesbos Ebusos, ab hac insula Cartagine Spartaria....estadia CCCC"; los 400 estadios (72 kms) no alcan-
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T U, stadia mp Q (man. T U Q) - 424. 3 (se refiere a Grandimiro) stadia mpm T U V, stadia mp Q (man. T U V Q) Esos mpm (con rasgo encima de la segunda m) puede significar miliarium passum o como en algunos sitios pone la edición de 1512 de Godofredus, milia plus minus. Creo que tanto de una forma como de la otra están hablando de millas. Entiendo que esos "stadia mpm"se deben corresponder a esas estadias medidas en millas.. Si a la Per Loca Maritima no le retiramos su condición de ser un camino costero tal como lo dice su nombre, y así lo
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LAS VÍAS ROMANAS 19 Y 20 SEGÚN EL ITINERARIO DE ANTONINO
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quiso el Itinerario, estas distancias "stadias" en millas se ajustan a las distancias intermansionarias tal como veremos a continuación; la exactitud es realmente asombrosa y como se suele decir coincidente al metro.
LA VIA "PER LOCA MARITIMA" Vamos a fragmentar su traza en cuatro tramos, prestando mayor atención a los tres primeros, Bracara Augusta-Vico Spacorum, Vico SpacorumBrigantium y Brigantium - Luco Augusti, ya que el cuarto desde Luco Augusti a Asturica Augusta es un tramo suficientemente conocido con alguna dificultad al adentrarse en El Bierzo.
a) PRIMER TRAMO: BRACARA AUGUSTA – VICO SPACORUM. Partía la vía romana de Bracara haciendo su salida por la necrópolis de los Maximinos tal como apuntábamos en el capítulo 3 apartado 4. Hasta Barcelinhos, atravesaba a Bracelos por el río Cávado y orillándole llegaría a Esposende, es posible una mansión en el castro de S. Lourenço o en la misma foz del Cávado en el posible Promontorium Avarum, seguiría orillando hasta alcanzar el Neiva (antiguo Naebis) para atravesarlo por un posible puente romano donde quedan restos de estribo a los pies de Castelo de Neiva, restos romanos y un ara a los Lares Rurales; alcanzaría el Limia y lo atravesaría por las proximidades de Darque hasta llegar al castro de Santa Lucia, castro muy romanizado, hoy en la villa de Viana do Castelo (estupendo topónimo viario), quizá y por las distancias otra posible mansión de nombre Atrium de las crónicas medievales. Llegaría el camino a Äncora y después a Caminha, castro también muy romanizado. Otra posible mansión de nombre quizá Caminia; no atravesaba aquí el Miño por su dificultad; pasaba por el castro y la villa romana de Lobelhe (Vilanova de Cerveira) para llegar a Tude tras pasar por Valença do Minho. Desde Tude a La Guardia, la antigua Abóbriga de Plinio, pasaba por todos los castros del litoral ribereño. Abóbriga es muy posible fuese también mansión romana, los restos del oppidum del Trega lo avalan así como también las distancias; alcanzaría Bayona La Real, antigua Erizana después de pasar entre castros y villas del litoral existentes, esta Erizana con castro en Monte do Boi es posible también fuese mansión por su importancia y las
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distancias proporcionales existentes a Abóbriga y a Vico Spacorum. Llegaría a Vigo después de pasar por todos los cabicastros de la ría y villas encontradas (Panxón, Toralla, Alcabre...). Hemos comprobado la distancia del recorrido que comentamos varias veces, para arriba, para abajo, mapas digitales y otros de la cartografía nacional y los resultados son, cuando menos sorprendentes, kilómetro arriba kilómetro abajo se ajustan a los 185 kms del Itinerario, es decir a las 125 millas. La toponimia viaria es numerosa e importante. La romanización costera es innegable. Toda la costa sembrada de tégula y muchos restos de ánfora, castros y varias villas. Äncora posiblemente un embarcadero de la época romana. Parte de este tramo de Vía lo estudia nuestro buen amigo Tamuxe (1975) ("La vía romana per loca marítima por el bajo Miño y costa Atlántica"), entre Tude y Vico Spacorum y por la parte portuguesa lo hace el profesor Carlos Alberto Brochado de Almeida, dándolo como romano; su, "per loca" la lleva un poco más al interior ("Proto-Historia e Romanizaçao da bacia inferior do Lima" 1990). También es de contemplar lo que nos comenta D. Angel Blázquez y Jiménez al rematar la "MEMORIA de los los resultados obtenidos en viajes y excavaciones practicados en 1921-22" (1923), decía: "El comisionado ha visto restos de una magnifica calzada que iba por la costa, desde Tuy, pasando por, la Guardia, Vigo y Redondela y ha encontrado vestigios de las vías del interior y del litoral en bastante lugares, acompañando fotografías". Algo miraría, no lo dudo, ya que hoy día algo se puede observar, pero me da que se refiere al empedrado del antiguo camino Real. Creemos que el camino Real que de Vigo iba a La Guardia, solapó a casi toda la traza del romano como ya es normal y tiene sucedido en otros muchos lugares. Sólo recoger dos documentos que algo nos dicen, uno de 1139 delimitando coto: "usque ad petram in qua stat cruz, que est Inter. Figueros et Portozelo, iuxta viam que venit per marinam" (E. Flores, E. Sag.22 apéndice VIII) y otro ya tardío de 1529 de la: "estrada que vay da Guarda para tui" (ACT. Becerro Negro, fol. 80) que recoge Elisa Ferreira Priegue en "Los caminos medievales de Galicia" (1988). LA MANSIÓN VICO SPACORUM Los hallazgos arqueológicos que se vienen produciendo en Vigo en estos últimos 10/15 años han dado unos resultados muy altos de presencia romana. Restos de construcciones, necrópolis, sali-
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nas, tanques de salazón, calzadas, ánforas a nivel de playa, una preciosa ara funeraria de una viguesa llamada Ivlia, etc... Si a todos estos últimos hallazgos se le suman los ya conocidos y concretamente esas veintinueve estelas funerarias y un ara funeraria de Flacinia aparecidas en 1953 también en la misma necrópolis del Areal a escasos metros de esa otra Ivlia aparecida sobre la calzada que ya comentamos en el apartado cuatro, son cuando menos sorprendentes; además de esa basa romana con su fuste (hoy desaparecida) por la necrópolis de la entrada sur en la c/ Marques de Valterra. Muchas son las intervenciones arqueológicas que se han realizado en áreas del casco viejo y zona del Areal.
"Ecclesiam etiam S. Maria de Vico, .....per fontem S. Eugenia, inde per locum quem vocant viam veterem..." (Archivo Catedral de Tuy). Subía por la calle Real (ya es típico este nombre por donde pasa camino romano), atraviesa el casco viejo de Vigo dejando un tramo de la vía romana que se encuentra musealizada in situ tal como comentamos en el apartado 4, foto 2. Ante los hallazgos que se vienen realizando, hace pensar que Vigo fue un núcleo industrial marítimopesquero (tanques salazón, salinas) de relevante importancia; los trozos de camino romano documentados (fotos 1 y 2 capitulo 4), las necrópolis de entrada y salida a lo largo del camino, y si además las distancias del Itinerario se cumplen, forzosa-
Plano realizado por el teniente Rodríguez Muñiz en 1595. Se pueden ver los dos puentes, que otros anteriores se supone dieron nombre a la mansión: Ad Duos Pontes. Un sello: Archivo General de Simancas. En un privilegio de Ordoño II consta: "ambas pontes" y en otro de 1463 figura: "Judgado de Entramas las pontes" (Celso García de la Riega: "Galicia Antigua" (1904).Hoy el río Tomeza (derecha) se encuentra casi todo canalizado. Es muy difícil que coincidiendo las distancias, esos documentos que hablan de "entre ambos puentes" y el dibujo de Muñiz donde se ven esos dos puentes enfrentados, no se corresponda Pontevedra. con la mansión Ad Duos Pontes.
La vía 20 entraba en Vigo por los arenales de Coia procedente de Bouzas, Alcabre, pasaba por delante de la Iglesia de San Francisco, antiguamente llamada de Santa Eugenia, que en documentos del rey Fernando II de León del año 1170 posiblemente se hacía referencia a esta vía romana:
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mente deben corresponderse con la Per Loca Maritima del Itinerario de Antonino.
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b) SEGUNDO TRAMO, VICO SPACORUM – BRIGANTIUM Sale la vía de Vigo por la necrópolis del Areal en orillamar y continúa hasta bordear el castro de la Guia, pasa el del Sino y el de las Torres de Padín y continuando por el antiguo camino Real atraviesa Redondela pasa Cesantes y el lugar de Sobreira donde aparecieron dos miliarios, atraviesa el Verdugo y llega a Pontevedra, la Ad Duos Pontes del Itinerario, después de pasar el puente del Couto. Aquí otro miliario. La distancia Vico Spacorum / Ad Duos Pontes. = Stadia Ad Duos Pontes – Stadia Vico Spacorum = 150 – 125 = 25 millas = 37 kilómetros, que sí se ajustan por el litoral y antiguo camino Real.
LA MANSIÓN AD DUOS PONTES. Miliario de Adriano indicando a Luco Augusti 96 millas, apareció a escasos metros del puente de El Burgo de construcción medieval documentado como Pontis Veteri en escritura del Monasterio del Lérez (Murguia 1988). Los hallazgos romanos se encuentran dentro del casco histórico y corresponden a ánforas próximo al miliario, tégulas, estructuras, cerámicas, trozo de mosaico, ánforas por el río Lérez.
"Dotatio Ecclesiae S. Jacobi per Regem Adefonsum III in die Consecrationis Templi Era 937 Anno 899.Coelico glorioso........& ejusdem saltum Magnimiri vocatum, Ecclesiam S. Eulalia in Montenigro, quam obtinuit Theodemirus Episcopos, cum universis praestationibus suis..." ("España Sagrada" E. Flores –1765-, apéndice tomo XIX p340-341 Madrid.) "Donación a la Iglesia de Santiago por el rey Alfonso III en el día de la consagración del templo. Año 899. ..."y la iglesia de Sta. Eulalia de Montenegro más el bosque de MAGNIMIRI que Teodomiro obispo consiguió con todas sus prestaciones..." Teodomiro fue obispo de Iria cuya Iglesia fue Santa Eulalia hoy Santa María. Se sabe que Tristán de Montenegro era de los Montenegro al norte de Pontevedra. Este Magnimiri es lo mismo que Grandimiro; magni y grandi es lo mismo, grande, alto. Las distancia Aquis Celenis / Grandimirum = Stadia Grandimirum – Stadia Aquis Celenis = 180 – 165 = 15 millas que se podrían ajustar a lo que hoy es el Castro Lupario (Rois-La Coruña) . Un oppidum con recintos muy romanizado. Estudiado por Fernando Acuña Casatroviejo "Noticias Arqueológico-numismáticas del Castro Lupario" C.E.G. 1971
LA MANSIÓN AQUIS CELENIS
LA MANSIÓN DE TRICONDO
Desde Ad Duos Pontes se sale por A Santiña, Pedrapicada, Alba, Cerponzóns, Barro, Caldas de Reyes la antigua Aquis Celenis. Por mediación del arqueólogo de la Diputación Provincial de Pontevedra sabemos del hallazgo de un tramo de 1,5 kms de ager romano casi tocando al camino de peregrinos por la zona de Barro.
Esta mansión se encuentra a XXII millas de Grandimirum y a XXX de Brigantium (Coruña) pudiendo corresponderse con el castro de Burgao Parroquia de Trasmonte. De Grandimiro pasaba a Pedreira, la Rocha, Santiago, Puente Sionlla, Rua Travesa, Sigúeiro, Vilanova, Cabanas, A Igrexa, Burgao.
La distancia entre ambas mansiones son: Stadia Aquis Celenis – Stadia Ad Duos Pontes = 165 – 150 = 15 millas = 22,2 kms que sí se ajustan al camino que hemos seguido que no es otro que el de los peregrinos.
LA MANSIÓN DE GRANDIMIRUM Es posible que el nombre de Grandimirum se corresponda con el de Magnimiri que figura en el siguiente documento:
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LA MANSIÓN DE BRIGANTIUM De Burgao y a XXX millas la mansión Brigantium, pasaba por Sobreira, Montaos, Costa, Calle, Poulo, Buscás Andemil, Bruma, y siguiendo prácticamente el camino de peregrinos por Sergude, Alvedro, Eiris, entraría en Brigantium por la calle Real. Si a los textos de Dión Casi (XXXVII 53) que mencionan una Brigancio ciudad de Gallaecia y al de Orosio , "Brigantia Gallaetia civitas" se le añade el
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itinerario de Antonino que aparentemente sí parece ubique en Coruña la ciudad de Brigantium, no debería quedar duda alguna. La Brigantium del Itinerario debe corresponderle la ciudad de Coruña en función de las distancias que la fijan con mayor precisión que los textos que la complementan de Orosio y Dión Casio.
c) TERCER TRAMO, BRIGANTIUM – LUCO AUGUSTI Me da la impresión que en este tramo de vía se produce un error por omisión, se aprecia muy claramente la falta de millas, no es posible llegar a Luco con las millas que da el Itinerario. El problema, entiendo, radica en un error por homeoteleuton, es decir: al error producido por saltar de una palabra a otra similar omitiendo el texto intermedio. Se aplica principalmente a la trascripción de textos bíblicos o antiguos. Gonzalo Arias lo explica con varios ejemplos de las omisiones que detectó él y varios investigadores extranjeros en el Itinerario de Antonio.(ver: El Miliario Extravagante, 16, 1988). Pongo el itinerario corregido tal como lo interpreto y entre corchetes, lo omitido: BRIGANTIUM [FLAVIUM BRIGANTIUM] CARANICO LUCO AUGUSTI
XXX XVIII [XXX] XVII
Se justifica: se omite una línea por ser homónima a la anterior (salvo el acompañante Flavium). En todo caso no tiene importancia alguna el existir una Brigantium detrás de otra, en el iter 25 una mansión Aquae Bilbitanorum a XVI mp de otra Bilbili. Por lo tanto Betanzos sería Flavium Brigantium, Baamonde se correspondería con Caranico y Luco Augusti con la capital del convento lucense. Parece que no es posible la etimología Brigantium > Betanzos y creemos, como caso hipotético con posibilidad limitada: BRIGANTIA (por segmentación) > briga-antia > (castrum) - UNTIA (nombre de Betanzos en las crónicas antiguas). Quizá la combinación Flavium/Bravío acompañase en la formación del primer elemento Flavium Brigantium
d) CUARTO TRAMO, LUCO AUGUSTI – ASTURICA AUGUSTA Casi todo su recorrido transcurre por el camino
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real; así Timalino debe ubicarse en el castro de Baralla, Ponte Naviae en As Nogais, Uttaris en el castillo de Auctares en Vega de Valcarce, Bergido en el castro Ventosa (Pieros), Interamnio Flavio en Bembibre y Asturica en Astorga. El tramo Bergido - Asturica es muy curioso, si ubicamos un Interamnium en Onamio, en el castro que da al río Paradasolana, se encuentra enfrentado al Vendeñuelo y por su izquierda baja del monte otro regato que en su conjunto se encuentra "entrerríos" y Onamio es lo que significa, comprobaremos que las distancias se ajustan al metro. Castro Ventosa, Cacabelos, Ponferrada, Onamio (¿interamnium?), Paradasolana, Castillo del Monte, Matavenero, Poibueno (antiguo Monasterio) con fuerte subida a Fonfria, Viforcos, Brazuelos y Astorga. El tramo Astorga - Viforcos fue estudiado ya por Ernest Loewinsohn y lo da como romano. Lo he medido y pateado y las coincidencias son asombrosas. También son asombrosas las mediciones por el alto de la Cruz de Hierro.
LA VIA 19. Item a Bracara Asturicam mp CCXCVIIII. Salía de Bracara Augusta esta vía por la necrópolis do Campo da Viña, para dirigirse a Prado, Fornelos y llegar a Ponte de Limia (aquí la mansión de LIMIA), después de atravesar el río Limia se acercaría por Labruja, Sapardos y rebasando Valença do Minho llegaría a Tuy (aquí la mansión TUDE), continuaba por la Ponte do Louro y orillando el Miño alcanzaría el Puente de Fillaboa, lo atraviesa y sube por el Tea arriba hasta Ponteareas, pasando posteriormente por Ribadetea, Castro, Padrón y Sequeiros hasta llegar a Borbén (aquí la mansión de BURBIDA); Moscoso, Oitabén, Eiras, cruzaría el Verdugo para alcanzar en difícil pendiente el castro Barbudo, Puente Caldelas y Tourón (aquí la mansión de TUROQUA), sube a Mirón, Almofrey, baja a Calvelo y por aquí cruza el río Lérez para alcanzar Filgueira, San Andres de Xeve, ermita de San Roque, Cruce o Foxo, A Picota, Ponte da Picota, A Pedrado, Vilacoba, Amil, Cosoirado, Soer, San Andrés de Asar para, atravesando el Puente Taboada, alcanzar Caldas de Reyes (aquí la mansión de AQUIS CELENIS); pasamos a Cuntis, Arcos, A Ponte do Porto Carreira y llegar a La Estrada (aquí la mansión de PRIA); por Cereixo, San Jorge de Cereixo, Sequeiros, Olives, Froiz, Barreiro y Escuadro llegamos a Silleda, cruzamos el Puente Taboada, pasamos Prado, Bendoiro, Pedrouzos de Arriba,
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Santiso, Mesón do Viento y llegamos a Erbo (aquí la mansión de ASSECONIA); por Cancelas, Ponte das Abellas, Moimenta, llegamos a Trascastro y al Castro de A Golada (aquí la mansión de BREVIS); Castro de Amarante, Antas de Ulla, Carreiros, Puente sobre el Ulla, Monterroso y dejando la carretera nacional tomamos un viejo camino que por Siete Iglesias que nos conduce a Arada, Arxona, Milleiros. Ligonde, Airese, Rego y por la montaña llegaremos a Marzán (aquí la mansión de MARTIAE), por Entrambas aguas llegaremos a la capital del convento lucense, LUCO AUGUSTI. Posteriormente hasta Asturica Augusta por las mismas mansiones y recorrido que las de la vía 20. Las distancias se han comprobado varias veces y se ajustan muy bien al Itinerario de Antonino. Concluimos en la creencia de que la vía Per Loca Maritima se debe medir en millas romanas y no en estadios como se venía haciendo hasta ahora, y que ésta pasaba por la ciudad de Vigo, el Vico Spacorum del Itinerario de Antonino y por Pontevedra, la Ad Duos Pontes romana. Por la Depresión Meridiana pasaba una vía muy importante de comunicación entre Brigantium y Bracara Augusta, y la formaba la vía 20 y una secundaría que unía Redondela con Tuy y la 19 por tierras portuguesas hoy. El Miliario de El Burgo, que fija distancia a Luco de LXXXXVI mp, se cumple muy bien; el tramo Pontevedra / Caldas fija las Stadias 15 millas (165-150 = 15) y el tramo entre Caldas de Reyes con Lugo según la vía 19 indica una cifra de 81 millas que sumándolas para cubrir todo el recorrido Pontevedra - Lugo dan las 96 exigidas por el miliario de El Burgo en Ad Duos Pontes.
la definen como ciudad industrial marinera en los siglos I al IV d- C (salinas, salazón...) y tramos de calzada romana "iniecta glarea" a orilla del mar y sí tiene sentido el paso por ella de la Per Loca Maritima, entre otras cosas por cumplirse, también, las distancias del Itinerario de Antonino (stadia CXXV millas = 185 km que son exactamente los que hay desde Bracara Augusta por la costa (per loca maritima) hasta la ciudad de Vigo, al margen de acompañarle el topónimo actual. - Al norte del río Ulla no existió nunca ninguna etnia que hiciera mención a los Caporos como quiere de la Peña al pretender llevar a tierras coruñesas al Vico Spacorum por una mala lectura de Vicos Caporum. Quedó suficientemente aclarado que esa etnia es la de los Copori. - En base a todo ello, creo que al día de hoy ya no existen pruebas mínimamente sólidas que indiquen que por la provincia de Pontevedra pase únicamente una vía romana, la vía 19, acompañando a la 20 por una misma traza desde su nacimiento en Bracara hasta el río Ulla, y sí que ambas rutas van totalmente desdobladas desde su nacimiento hasta Luco Augusti, como de tal forma lo precisa el Itinerario de Antonino y se constata en la arqueología de campo.
b) Respecto a nuestra propuesta de la Vía 20
- Consideramos que por la Depresión Meridiana pasó una importante vía de comunicación romana, como lo certifican los miliarios, restos de camino (Barro) y otros signos epigráficos y estructurales; y su traza se corresponde a la suma de varias como quedó razonado anteriormente.
- Somos conscientes que sería muy necesario una propuesta acompañada de una metodología viaria suficiente basada en la cartografía de yacimientos, la documentación medieval, la toponimia, la fotografía aérea, las prospecciones, la estructura y el reconocimiento del camino y aquellos otros signos como puentes, epigrafía, etc, etc. Por motivos limitados de espacio es imposible y creemos suficiente la comprensión a esas Stadias, que tanto sueño les privó a muchos investigadores, que dan solución (al metro) a las distancias intermansionarias y posibilitando la ubicación de las mansiones. Todas las distancias de ambas vías las hemos comprobado y se ajustan muy bien al Itinerario. Si lo hemos conseguido, mi satisfacción personal y caso de no ser así, ya sabemos...la investigación continúa.
- Iria, no consta en ninguna edición del Itinerario de Antonino, hay equivocación en la relación que presenta de la Peña.
En Vigo, a 12 de Noviembre de 2006.
CONCLUSIONES DEFINITIVAS: a) Respecto a la teoría de Antonio de la Peña
- En Vigo hay restos suficientes e importantes que
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Madrid romano: nuevos puntos de vista Carlos Caballero Arqueólogo La búsqueda de unos míticos orígenes romanos para la ciudad de Madrid alimentó decenas de trabajos desde que la villa se convirtiera en capital de España en 1561 y fuera para muchos una necesidad imperiosa encontrarle a la ciudad unas raíces remotas. Se entendió siempre que Madrid había de corresponderse con alguna de las ciudades romanas mencionadas por las fuentes, y así se equiparó primero con la Mantua ptolemaica, identidad que se consagró al ocupar un lugar en 1656 en el frontispicio del plano de Texeira (Madritum sive
se desplazó a ese lugar el emplazamiento de la Miaccum antoniniana. A estos indicios iniciales tampoco se unieron muchos más en el primer momento de expansión de la arqueología madrileña, ya en el siglo XX, coincidiendo con el funcionamiento del Instituto Arqueológico Municipal capitaneado por José Pérez de Barradas y nacido como consecuencia natural de los trabajos acometidos por él junto a Obermaier y Wernert. El intenso control llevado a
Cenicientos. Piedra Escrita
Mantua carpetanorum urbis regia), y más tarde, fue relevada por la identidad con la Miaccum del Itinerario de Antonino. Durante siglos, sin embargo, la investigación arqueológica respondió a tan tenaz empeño con unos resultados ciertamente parcos (de Carrera, 1994): apenas algunas inscripciones embutidas en muros del casco antiguo, un presunto miliario junto a la Puerta de Moros y, más recientemente algunas cerámicas recuperadas en el entorno del núcleo primigenio de la ciudad, en las cercanías del Palacio Real. A finales del XIX, con los inicios de la arqueología en Madrid, se obtuvieron las primeras noticias sobre la villa romana de Carabanchel, en la posesión de los Montijo, y
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cabo por este equipo en las explotaciones de graveras y areneros del bajo Manzanares, alimento infinito de la voraz ciudad en expansión, aportó un sinfín de valiosísima documentación para el conocimiento, fundamentalmente, del Paleolítico y la Edad del Bronce madrileños, pero tuvo mucha menor incidencia en el mundo romano, donde sólo se conocieron con detalle los yacimientos de Villaverde, Cantarranas y la Casa de Campo. Poco a poco, sin embargo, una vez salvado el colapso provocado por la guerra, y gracias primero a los sucesores de Pérez de Barradas en el Instituto y después al esfuerzo de la Universidad y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la
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existencia de un territorio madrileño habitado por romanos fue cobrando fuerza. Así se conocieron las villae de Valdetorres de Jarama o de La Torrecilla, y se pusieron en marcha tímidamente proyectos de investigación sobre el mundo romano que permitieron valorar por vez primera monumentos como la Piedra Escrita de Cenicientos, estudiar calzadas romanas o investigar el patrimonio romano bajo las ciudades en expansión, como sucedió en uno de los estudios precursores, el de la calle Sur de Getafe. Poco después, ya en los primeros años 80 del siglo XX, el estudio de la ciudad de Complutum, primero como consecuencia del crecimiento de la ciudad, y después como resultado de la implica-
sede del Museo arqueológico municipal (Museo de San Isidro). No obstante, un mayor conocimiento del mundo romano madrileño es consecuencia de las grandes obras civiles, que desde hace decenio y medio se desarrollan a buen ritmo en toda la Comunidad con sus siempre contradictorios efectos para el patrimonio arqueológico: al tiempo que se documentan centenares de yacimientos, sus estructuras se destruyen para dar paso a la nueva infraestructura. Estas épocas dieron a conocer nuevos enclaves: desde los últimos coletazos de la villa romana de Villaverde, excavada por Ángel Fuentes al construirse el nudo Supersur, la construcción de las autopistas radiales, las diversas vías de circunvalación (M-40, M-50), la ampliación del
Talamanca. Puente de supuesto origen romano (Foto: Creative Commons)
ción municipal y del esfuerzo de unos cuantos ilusionados pioneros encabezados por Antonio Méndez y Modesto Quijada, sentó las bases de la investigación moderna de un Madrid romano. Las competencias en materia de cultura, transferidas a las Comunidades Autónomas en 1985, sirvieron para sistematizar el procedimiento de excavaciones arqueológicas en la capital y su entorno y fue así como, poco a poco, más lentamente al principio, se fue llenando de puntos nuevos el mapa del Madrid romano. Así se documentó la presencia romana, más que testimonial, en el núcleo primigenio de la ciudad, en la colina de las Vistillas, en lugares como la Casa de San Isidro, actualmente
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aeropuerto de Barajas, la construcción de nuevos barrios (no sólo en la capital, también en la mayoría de los municipios colindantes… y no tanto), las líneas del AVE o las sucesivas ampliaciones del Metro han proporcionado un sinfín de nuevas noticias de enclaves romanos que configuran un nuevo paisaje para el Madrid de hace 2.000 años. Desglosar aquí todos los hallazgos, enriquecidos además con los trabajos vinculados con algunos proyectos promovidos por la Administración o por las Universidades, sería una labor que excedería con creces el espacio disponible en este texto1, pero se recogen algunos de los más significativos, que han contribuido a modificar la visión ge-
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neral existente, y que serán analizados en cuatro apartados distintos.
IV d. C. se superpuso la edificación principal, hasta que esta villa tardía quedó también abandonada y sus ruinas sólo fueron esporádicamente ocupadas en la etapa altomedieval.
1) Las villae: Uno de los principales avances se ha obtenido en el conocimiento de las villae romanas: dado que la vida de carácter urbano en Madrid en época romana se reduce prácticamente a la ciudad de Complutum (pues sin duda resulta discutible el carácter estrictamente urbano que pueda atribuirse hoy a otros enclaves recogidos por las fuentes clásicas y susceptibles de haber estado en territorio madrileño, como Titultia, Miaccum, Varada, Mantua, Egelesta o Caracca), un aspecto fundamental viene de la mano del estudio de las villae romanas, la mayoría de ellas integradas en el territorio complutense o señalando sus límites. Entre ellas destaca la de El Val, en Alcalá de Henares, un establecimiento con tres fases sucesivas de ocupación (que cubren los siglos I a VI d.C.), actualmente integrado ya en la ciudad; además, sobresale en Valdetorres del Jarama el monumental edificio octogonal de funcionalidad no definidida (parte quizás de una villa o de un palatium), que se empezó a construir a mediados del siglo IV d.C. y se abandonó, probablemente sin llegar a estrenarse, a comienzos del s. V; finalmente, se conocen las villae de El Rasillo, El Guijo y El Encadenado, localizadas durante la construcción de la nueva pista del aeropuerto de Barajas (Esteban, 2005; Pozuelo y Vigil-Escalera, 2003). En cuanto a Madrid, en el territorio del actual municipio, se localizaban también varias villae, de las que la mejor conocida es La Torrecilla, en el curso bajo del Manzanares, junto a la desembocadura del Arroyo Culebro. Las excavaciones han revelado una residencia que conoció varias fases y sobrevivió hasta fines del s. V d. C. Por lo demás, tanto en el curso final del Manzanares, como en algunos lugares del este de la capital, se recogieron vestigios romanos registrados por Pérez de Barradas (1929) y Fuidio (1934). Además, se documentaron los restos de la villa de Carabanchel, que proporcionó materiales de amplia cronología que abarcan desde los momentos finales de la II Edad del Hierro, hasta época bajoimperial; conviene, en este sentido, apuntar que recientemente, nuevos trabajos acometidos en el entorno han permitido ampliar el conocimiento que se tenía de este yacimiento2. En cuanto a la villa de Villaverde Bajo, se sabe que un primer enclave, de los siglos I al III, fue destruido a finales de este siglo. En el s.
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Precisamente en el conocimiento del mundo suburbano es donde más ha avanzado la investigación en los últimos años: así, además de enclaves de menores dimensiones integrados en el sistema romano, como La Gavia, en Madrid (El Cerro de La Gavia…, 2005), o supervivientes a la llegada
Galapagar. Calzada romana
de los romanos, como el Pontón de la Oliva, en Patones, o El Llano de la Horca, en Santorcaz (que actualmente excava el Museo Arqueológico Regional), otras villae se han documentado en la zona sur de la provincia, como Tinto Juan de la Cruz (Barroso et al, 2001), y Cacera del Valle o La Indiana (Morín et al. 1997), todas ellas en Pinto, o La Pingarrona, en Boadilla del Monte (Alfaro y Martín, 2000), además de los diversos yacimientos, probablemente testimonios de una o varias villae, descubiertos en Villaviciosa de Odón y
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Boadilla (Vega, 2005) durante la anterior ampliación de la denominada carretera de los pantanos. Un capítulo aparte merecen, dentro de este apartado, los enclaves productivos del alfar de Velilla de San Antonio, o las graveras de Retamares (Bernal y Sánchez, 2006) y Viña Machaca (Domínguez Bolaños, 2006), documentados durante las obras de ampliación del Metro. En todos los casos se repite un mismo esquema: las villae se asientan próximas a una vía importante de comunicación, normalmente cerca de un río principal,
Galapagar. Miliario
sobre alguna de sus terrazas más elevadas, y con una pequeña vega y un bosque en los que abastecerse de productos agrícolas y cinegéticos.
2) Las vías romanas y sus mansiones: Pese a ser un área marginal, en la que tan sólo destaca la ciudad de Complutum, los diferentes estudios realizados han ido, poco a poco, dejando fuera de toda duda que el territorio madrileño
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desempeñaba un papel destacado en la red viaria romana de Hispania. No obstante, tanto el trazado de las rutas principales, como la ubicación de las mansiones, siguen siendo lugares comunes de discusión ya que, como es sabido, los datos proporcionados por el Itinerario de Antonino permiten tener la certeza de que las mansiones de Titultia y Miaccum se encontraban en territorio madrileño, si bien no es posible precisar dónde, aunque sobre esas dudas se volverá más adelante, después de una visión de conjunto sobre la red viaria romana en Madrid. Ante todo, las fuentes y los datos arqueológicos disponibles coinciden en señalar que la red viaria se estructuraba en torno a dos grandes ejes, uno de dirección norte – sur, y otro suroeste – noreste. Así, el único paso de la Sierra cuyo uso en época romana está constatado, el puerto de la Fuenfría, daría acceso a una ruta que, en esencia, seguiría el curso del Guadarrama. Los trabajos arqueológicos han sido variados en la zona, desde los más tempranos ligados a la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades (vgr., Blázquez, 1911), hasta los actuales, pasando por la intervención realizada por Mariné (1988), el proyecto desarrollado por la Comunidad de Madrid a finales del siglo XX (Caballero, Fernández, Martín, 2003 y 2004), que no hubiera sido posible sin la iniciativa de los técnicos Fernando Velasco y Antonio Méndez, o las labores que se vienen desarrollando últimamente en los diversos caminos que conforman la red vinculada al Puerto, en su coronación y en su piedemonte, estos últimos como consecuencia de las diversas carreteras de nuevo trazado que acompañan al desmedido crecimiento urbanístico de Galapagar. En consecuencia, la bibliografía generada es relativamente abundante, con algunas nuevas interpretaciones (Rodríguez Morales y Moreno, 2002) y, en especial, a raíz del proyecto realizado a finales de los años 90. En el camino se localizan elementos singulares, como el significativo vado del Toril, en Galapagar, excavado en 1999 por la empresa Groma, Estudio de Arqueología y Patrimonio, al que acompañan restos de calzada intervenidos en 1994, aunque llama particularmente la atención el hecho de que el camino está jalonado, especialmente en el arranque de la subida al puerto, por una serie de miliarios del siglo III que atestiguan diferentes intervenciones en la ruta, y que también han sido objeto de un trabajo de recopilación y sistematización (Caballero, Fernández y Martín, 2003) que recoge toda la bibliografía anterior generada por la ruta. En ese trabajo se aporta,
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además, la primera lectura del miliario de Galapagar, actualmente conservado en el Ayuntamiento de la localidad, y se ordena la información existente acerca de los diversos miliarios asociados a esa zona del piedemonte. El paso de la Fuenfría comunicaba las ciudades de Segovia y Toledo, coincidiendo, en este tramo, con la ruta descrita por el Itinerario de Antonino (número 24 en la relación de Saavedra). Sin embargo, su recorrido plantea también discrepancias entre los investigadores, en particular de Gonzalo Arias, quien diseña una alternativa completamente nueva a partir de la teoría de los empalmes (vgr. Arias, 1995). Una vez abandonada la sierra el camino seguiría por el piedemonte jalonado por los asentamientos romanos de El Beneficio (Collado Mediano) y Monesterio (San Lorenzo de El Escorial), hasta alcanzar Galapagar, para mantener después sentido sur, hasta la confluencia de los ríos Aulencia y Guadarrama, donde se registra la presencia de un yacimiento de amplia estratigrafía (el despoblado de Villarejo) cuya potencialidad no ha sido, sin embargo, suficientemente valorada por la bibliografía; al respecto puede verse una nota en este mismo número de El Nuevo Miliario. Al sur de ese punto, la ruta del Guadarrama saldría del territorio madrileño en dirección a Toledo y pasaría junto al yacimiento de Santa María de Abajo (Carranque). Fernández – Galiano (1989, 2001) describe la presencia en ese punto, junto al yacimiento, de un vado tradicionalmente utilizado para salvar el Guadarrama. En la zona, por otro lado, se ha constatado la presencia de varios lugares en los que el río es vadeable, y siempre se ha asociado al más antiguo camino por la zona la existencia de la "Vereda de la Calzadilla", que daría servicio a varias villae romanas situadas en vegas de cortos arroyos tributarios del Guadarrama que, actualmente, son de curso estacional (Rodríguez y Barrio, 2003). Del anterior camino se desprendería, en algún punto del piedemonte situado posiblemente hacia Los Molinos, una segunda ruta de sentido norte – sur. En esencia, el trazado ha sido establecido por Gonzalo Arias, asociándolo al empedrado de La Machota (Zarzalejo), y pasaría por El Escorial y Fresnedillas para llegar a El Santo, en Aldea del Fresno (Arias, 1995), un lugar de peregrinaje tradicional cuya antigüedad viene subrayada por la presencia de vestigios romanos y visigodos. En todo caso, esta ruta seguiría su recorrido, ya en tierras toledanas, hacia La Torre de Esteban Hambrán. En cuanto al camino de La Machota, en
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cambio, la factura del empedrado parece claramente posterior, con los clásicos picos de balizamiento de los caminos de la Edad Moderna (Moreno, 2004: 226), y hay que relacionarlo, más bien, con el camino de El Dehesón, en El Escorial, con el que indudablemente comparte características constructivas. Finalmente, la llamada "calzada de Fuentevieja" constituiría una corta variante de este camino por el Guadarrama. Se trata de diversos tramos empe-
El Escorial. Camino de El Dehesón
drados acompañados de obras de fábrica menores (García de Mateos, 1995), que tendrían una continuación en dirección sur, ceñida al curso del río Perales, y daría servicio a los enclaves romanos de Quijorna, Perales de Milla y Villamanta, en una zona en la que se situaría la ciudad de Mantua, municipio desde época flavia (Contreras, Jiménez, Martín, 1993). Es probable, además, que el Puerto de Malagosto fuera una alternativa al de la Fuenfría, como una
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de las posibles continuaciones naturales hacia el sur de la comunicación entre Coca y Segovia. La idea original, debida a Francisco Alonso Otero (1988), y matizada por Dimas Fernández-Galiano (1989), se referiría a la ruta recogida en el Anónimo de Ravena, IV, 44 (Fernández, Martín, Caballero, 2000: 181) que, procedente de Albeceia, atravesaría la Sierra por el puerto de Malangosto para dirigirse a al puente de Talamanca, primero, y Complutum, después, dejando a su paso el extraño edificio octogonal tar-
San Lorenzo de El Escorial. Monesterio: pilae correspondientes a un hyppocaustum
dorromano de Valdetorres. Desde la ciudad complutense cabe, además, suponer una continuación meridional del camino, hacia Torres de la Alameda. De confirmarse la más que probable existencia romana de esta ruta, habría que considerar una alternativa lógica, esbozada también por FernándezGaliano (1989), que seguiría el curso del Jarama al sur del puente de Talamanca, hacia los diferentes enclaves de Barajas, Velilla de San Antonio, Titulcia y Aranjuez, en una ruta identificable con la 25 antoniniana.
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Con todo, un eje de similar importancia cruzaba de este a oeste el territorio madrileño. Se trataba de una ruta desprendida de la vía Emerita – Caesaraugusta en Complutum, y cuyo destino era, posiblemente, el camino del Guadarrama, para lo que debía de atravesar el territorio actualmente ocupado por la ciudad de Madrid, a donde llegaría cruzando el Abroñigal por el más antiguo paso conocido, el puente de Ventas (Corella, 2000). Manteniendo siempre el rumbo, el camino se dirigiría a la zona ocupada por el puente de Segovia, donde existiría un vado ya documentado en época medieval (Fernández Casado, 1974; Corella, 2000). Este trazado este – oeste, identificado por Arias (2004) y Fernández Casado (1974: 6), alcanzaría la zona sur de la Casa de Campo (junto a los arroyos de Meaques y Retamares) y, más adelante, Boadilla del Monte y, siguiendo el arroyo de la Vega (Alfaro y Martín Bañón, 2000; Vega, 2005), Villamanta, donde la presencia romana está ampliamente constatada en el arroyo Grande, y Aldea del Fresno, para confluir en El Santo con el camino que venía desde la sierra. La misma línea descrita por el itinerario anterior, pero con un trazado algo más meridional, sería la formada por una ruta que, desde Alcalá de Henares, llegara a Carranque siguiendo todo el curso bajo del arroyo Culebro. Partiría de Alcalá hacia el sureste cruzando el puente de Zulema (Cezón, 2006) y, una vez atravesado el Henares, mantendría el rumbo, en dirección a Mejorada del Campo y Velilla de San Antonio, para, siguiendo casi con seguridad la Cañada Real, atravesar el Manzanares por el vado de La Torrecilla (Fernández-Galiano, 1989), actualmente inexistente por las grandes transformaciones en la zona, pero registrado aún en la cartografía de comienzos del siglo pasado (Blasco, Lucas, 2000: 13). Junto a él se localiza, además, la villa de La Torrecilla, tras la cual el camino remontaría el arroyo Culebro hasta alcanzar Pinto (La Indiana, Tinto Juan de la Cruz). En ese lugar, la ruta dejaría de ceñirse al curso del Culebro (Vigil-Escalera, 1997: 205), pero mantendría el rumbo para, tras pasar por Titulcia, unirse, en las proximidades de Carranque, a la ruta norte – sur ya descrita. Como es sabido, todo este entramado viario incluía, aparte de la ciudad de Complutum, otras dos mansiones, Titultia y Miaccum, sobre cuyo emplazamiento se sigue debatiendo en la actualidad. En ambos casos las interpretaciones clásicas conviven con otras modernas sin que exista un argu-
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mento concluyente para inclinarse por ninguna, especialmente porque los datos aportados por el Itinerario de Antonino no son suficientes por sí mismos para obtener una solución definitiva. a) Titultia: en este mismo número de El Nuevo Miliario se vuelve a plantear la posibilidad de que la mansio se localizase junto al tramo final del río Aulencia, hipótesis también apoyada por Gonzalo Arias; como alternativa, Rodríguez Morales y García Romero (2003) han propuesto Móstoles. Paralelamente, el equipo encargado de la excavación de Carranque aporta también sólidos argumentos –la envergadura del yacimiento, su situación junto a la "vereda de la calzadilla" y su distancia a Toletum, en particular. Finalmente, la interpretación tradicional, que ubicaba la mansio en Bayona de Tajuña, ha recibido recientemente nuevos impulsos, gracias a las excavaciones realizadas en el casco urbano de la localidad de Titulcia (que, en todo caso, revelan la existencia de una imponente ciudad romana, como también puede verse en otra contribución en este mismo número de El Nuevo Miliario) y a la existencia del monumento de Ciempozuelos3, recientemente identificado como un arco de triunfo por Armin Stylow (2004), y relacionado con el rango municipal que tuvo el enclave titulciano en época romana. El problema, ciertamente, no tiene solución en el estado actual de los conocimientos: a favor del Aulencia juegan, sin duda, la distancia medida desde Segovia y el carácter de encrucijada viaria, circunstancias que también acompañan a Móstoles; a favor de los otros dos lugares, la distancia desde Complutum o Toletum y las dimensiones y características de los yacimientos, peor conocido el de Titulcia (Bayona), en tanto que buena parte del actual núcleo urbano se dispone sobre el romano (y prerromano); además, es preciso tener en cuenta alguna cuestión territorial sobre la que se tratará más adelante, y que obliga a considerar la hipótesis de que Titultia se localice en la zona más meridional de la provincia de Madrid; en sentido similar a éste se había manifestado también Santiago Palomero (2001). b) Miaccum: en cuanto a esta mansio situada entre Segovia y Titultia, sabida es la existencia de una interpretación más que centenaria que la localiza en los alrededores de Madrid, junto a la Casa de Campo, idea que se ha revitalizado en los últimos tiempos (Fuentes, 2000). Otros la sitúan en el piedemonte serrano, en los yacimientos de Monesterio (San Lorenzo de El Escorial) o El Beneficio (Collado Mediano), que comparten ca-
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racterísticas, amplia cronología y situación junto a una vía de comunicación. Estos últimos yacimientos aportan, además, el cumplimiento de las distancias desde Segovia (Jiménez Guijarro, 2005; Caballero, Fernández y Martín, 2004). En el estado actual de la investigación, cualquiera de los dos podría corresponder a Miaccum, de modo que no existen elementos suficientes para inclinarse categóricamente por uno u otro. Dado que los argumentos a favor de El Beneficio se defienden en otro lugar de este mismo número de El Nuevo
Galapagar. Cruce sobre el arroyo del Toril. (Foto: GROMA, Estudio de Arqueología y Patrimonio)
Miliario, es preciso decir aquí que, a favor del yacimiento situado en San Lorenzo de El Escorial cabría esgrimir su ubicación, al pie de un yacimiento de la II Edad del Hierro (lo que podría estar hablando de la inserción del yacimiento de Monesterio en el sistema de traslados al llano generalizados por Roma desde época Flavia), en una encrucijada y junto a un paso principal del río Guadarrama, actualmente salvado mediante el Puente del Herreño. El yacimiento de Monesterio, por lo demás, en la breve campaña realizada en
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1997, además de una estela funeraria actualmente conservada en el Museo Arqueológico Regional, proporcionó desde una escasa muestra de materiales campanienses (formas Morel 2160 y Lamboglia 2), hasta Terra Sigillata Hispánica Tardía anaranjada y gris, denominada tiempo atrás "Paleocristiana"; se identificaron, además, entre las producciones Hispánicas Tardías las formas Mezquíriz 17 y 15/17, todo ello asociado a una estructura doméstica que incluía un hyppocaustum. Visto lo anterior, quizás sea más propicio considerar que la mansio no estaba estrictamente junto al camino, sino que se accedía a ella mediante un corto diuerticulum, o que no cabe esperar un asentamiento urbano al que asociar Miaccum, sino varias posadas próximas y de similares características, como Monesterio y El Beneficio. En todo caso, queda mucho camino por recorrer para dar por zanjada esta cuestión.
tendrían un límite común en el entorno de la ciudad de Madrid, y que ese límite estaría marcado por numerosas villae romanas (La Torrecilla, Carabanchel, Villaverde, Retamares, Meaques, etc.). Al norte de la ciudad, y en toda la rampa del piedemonte serrano quedaría, sin embargo, toda una zona marginal cuya existencia estaría condicionada no sólo por la planificación derivada de la distribución de los centros rectores, sino también por factores físicos, como la presencia de zonas de más difícil acceso y de entornos naturales capaces de constituir unidades cerradas o bosques más o menos inaccesibles (como el Monte de El Pardo y la Casa de Campo, según sostiene Fuentes, 2000: 203). Se trata de condicionantes físicos con fuerza suficiente como para determinar la distribución de asentamientos y el trazado de la red viaria.
4) La ciudad de Madrid en época romana: 3) Los límites de las ciudades: El avance de las investigaciones sobre la época romana en Madrid permite tener un más amplio mapa de distribución de asentamientos en el que se aprecia que, probablemente, la zona centro de la provincia era el límite entre dos o más unidades de carácter urbano. La rápida imposición del sistema económico romano, con su característica sociedad urbana, implica que los centros rectores controlaban amplias áreas, pero en muchas de ellas el control se ejercía tan sólo de modo marginal. Paralelamente, tiene lugar una importante reorganización territorial que hace que, en el actual territorio madrileño, la zona oriental quede incluida en el Conventus Iuridicus Caesaraugustanus, mientras que la occidental pertenecerá al Carthaginensis; al menos, eso parece desprenderse tanto de las fuentes literarias (Plinio, NH, III, 24, cita a Complutum entre los pueblos estipendiarios del Convento Cesaraugustano, y se sabe que la ciudad fue municipalizada en época Flavio), como de la existencia de vestigios arqueológicos que señalan límites efectivos, como el terminus augustalis de Colmenar Viejo y, probablemente, la Piedra Escrita de Cenicientos, límite a su vez con la Provincia Lusitania (Canto, 1994). Desde la perspectiva territorial, cabe considerar que el territorio madrileño dependía de tres municipios distintos, Complutum, Mantua y Titultia4, que
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Finalmente, cabe preguntarse por la labor encomendada a la ciudad de Madrid en esta época. El nacimiento de la ciudad en un cruce de vías romanas, intuido a partir de algunos indicios, no parece un planteamiento descabellado, al menos a partir de los momentos finales del Imperio Romano, a la luz de la distribución de hallazgos arqueológicos tardorromanos en la capital. "Madrid empezó siendo un cruce de vías romanas en un desnudo paraje de la Meseta", había escrito Gonzalo Arias en 1963, y esa idea, que ha sido la piedra angular de muchos de sus trabajos, merece ser revisada a medida que se aportan nuevos datos. La distribución de villae refleja, ya se explicó que probablemente también por razones territoriales, una particular concentración en la capital, en las proximidades de la vía que, desprendiéndose de la gran ruta Emerita – Caesaraugusta, busca el tramo medio del Guadarrama. En cambio, para el otro puntal de la teoría de Arias, la llamada vía del Esparto, las pruebas aportadas tienen menor entidad. Es cierto que Ángel Fuentes (2000: 199) ha explicado cómo muchos de los yacimientos romanos de los que se tienen noticias en la Ciudad Universitaria (como Cantarranas o el Puente de los Franceses) debieron de desaparecer a lo largo de los años 30 del siglo XX, con la construcción de la Universidad y con la instalación en ese lugar de la línea de frente durante la guerra iniciada en 1936. No obstante, intervenciones realizadas a finales del siglo pasado en el entorno (en el Colegio Nuestra Señora de África) proporcionaron notables
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vestigios materiales tardorromanos probablemente pertenecientes a un enorme basurero (Guiral, 1997). Por otra parte, tanto en el curso final del Manzanares, como en algunos lugares del este de la capital, se recogieron vestigios romanos registrados por Pérez de Barradas (1929) y Fuidio (1934); pero, pese a todos estos datos, la distribución del poblamiento habría que atribuirla más bien a la existencia de una vía de sentido este – oeste a la que se ceñirían los enclaves, y a la localización, al norte de lo que hoy es el casco urbano
época romana y que no se incorporará a las fuentes hasta que Al Himyari la describa como una "ciudad importante de Al-Andalus, levantada por el emir Muhammed ben al-Rahman", y a las fuentes itinerarias, hasta que, en el s. X, algunas fuentes, particularmente Istajri, mencionen por vez primera Mayrit como un lugar de paso que permite establecer una variante en el tradicional camino Complutum – Toletum. No obstante, la desmedida expansión urbanística de la Comunidad de Madrid, que ha desvelado la presencia de muchos más enclaves romanos de los que se suponía hace sólo un decenio, y la aplicación de nuevas tecnologías (vgr. Bermúdez, 2006), puede en cualquier momento aportar esos datos que faltan, por lo que las conclusiones de un trabajo como éste han de ser siempre provisionales. Hasta entonces, los arqueólogos habremos de conformarnos con tratar de extraer la mayor información disponible de los grises indicios, fundamentalmente arqueológicos, que apuntan más bien a que la ciudad ocupaba una posición periférica en el territorio de los tres municipios romanos existentes en el centro de la Península. Noviembre de 2006
Notas:
Colmenar Viejo, Ermita de los Remedios. Terminus Augustal reutilizado como piedra de altar (Foto: Fernando Colmenarejo)
de la capital, de un enorme bosque del que el actual Monte del Pardo no sería sino un reducto (Fuentes, 2000: 203). En definitiva, cabe pensar que los indicios manejados por Arias para construir la hipótesis de la vía del Esparto no bastan para suponer que todo el camino tuviera un origen cronológicamente común, ni que atravesara la ciudad de Madrid. Al menos, las conclusiones sólo pueden, hoy día, presentarse con una fuerza mucho menor que aquellas que se refieren a la existencia, en la misma época, de un camino que uniera Complutum y el curso medio del Guadarrama a través de lo que hoy es la ciudad de Madrid, ciertamente una zona marginal en
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1) Y se remite, para ello, al Anuario de Actuaciones Arqueológicas de la Comunidad de Madrid, visitable en http://www.madrid.org y, desde allí, siguiendo el enlace de la Consejería de Cultura y Deportes, el menú "Enlaces relacionados". 2) Se trata de materiales recuperados en las labores del cementerio de Carabanchel (Caballero et al, 2002) y de nuevos trabajos realizados en 2005 a raíz de la construcción de una carretera en el entorno de la cárcel. 3) En realidad, y como se sabe, en el lecho del río Jarama, limítrofe entre Ciempozuelos y Titulcia. 4) En este caso, teniendo en cuenta su posible ubicación en Carranque o en la antigua Bayona de Tajuña; pero la hipótesis no es válida para el despoblado de Villarejo ni para Móstoles, pues se solaparían los territorios controlados por los municipios de Titultia y Mantua. Por una cuestión puramente territorial es preciso desplazar Titultia hacia el sur.
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"El Beneficio": una ya vieja alternativa para Miaccum Jesús Jiménez Guijarro Director Servicio de Arqueología de Collado Mediano Técnico Fac. Museos- Subdirección General de Museos (Comunidad de Madrid) jesus.jimenez.guijarro@madrid.org Desde hace más de un siglo las pesquisas de numerosos investigadores, de nada dudoso comportamiento acientífico, del mundo romano y especialmente de sus vías de comunicación pusieron su centro de atención en la Sierra de Guadarrama. La razón es de sobra conocida por todos: la búsqueda del pretendido paso de la calzada romana desde Segovia hacia Miaccum…dondequiera que ésta se encontrase ésta última y dando por supuesto que Segovia se encontraría sino en el mismo solar de la actual ciudad castellana, sí en sus proximidades. Sin duda las pesquisas por estas tierras madrileñas tuvieron mucho que agradecer a los hallazgos epigráficos realizados en las cercanías de Villalba y publicados por E. Hübner (1869). Desde los primeros, y en cierto modo –pese a su modestia- espectaculares, hallazgos de Blázquez (digamos a guiño de humor ‘El Viejo’, como cariñosamente nos enseñó ese otro gran investigador que comparte su mismo apellido) en torno a la localidad de Cercedilla, las claves de la investigación giraron en torno a la resolución del enigma de Miaccum, al menos una vez parecían bastante claras las correspondencias de Cauca, Segovia y posiblemente Complutum, como acabamos de ver. Dos fragmentos de miliario, ajados y maltrechos por el tiempo –también se intuye que por la mano impía del hombre-, sirvieron para dotar de una cronología ‘indudablemente’ (entonces al menos) romana a un buen tramo de vía empedrada que discurría por la Fuenfría procedente de las tierras segovianas y que, aparentemente, descendía hacia las tierras madrileñas por esa localidad de Cercedilla para dirigirse hacia los predios de Collado Mediano (Blázquez y Sánchez Albornoz, 1920). No muy lejos en el tiempo de las pesquisas de Antonio Blázquez, el modesto cura párroco de Collado Mediano descubría, por el azar que tantas veces acompaña a la arqueología, las ruinas de lo que parecía ser evidente muestra de la antigüedad (Jiménez Guijarro, 2006;e.p.). Pero la mofa de la Historia roba protagonismo a quien lo merece y a
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veces se lo da a quien no lo busca –o tampoco presenta méritos para ello-, y así, tratando el párroco de San Ildefonso de buscar más ciencia que la del Seminario, recurrió a la docta Academia de la Historia a quien, puntual y cumplidamente, comunicó el hallazgo arqueológico realizado en el municipio serrano, al tiempo que solicitaba a los ‘mineros de ocasión’ que desistiesen, no ya en su extracción de ‘gabarro’, sino también en su búsqueda de un tesoro que se resistía a comparecer. Y la burla que señalábamos llegó cuando la dicha carta, por error en el destinatario, no llegó a quien debía llegar y durmió el sueño ajado de los justos en un anaquel de aquella sabia Institución hasta 1997. En aquél año, los trabajos de reorganización –digamos también de revitalización- de la Real Academia de la Historia llevados a cabo por Martín Almagro Gorbea, permitieron que aquella carta, sencilla y aparentemente inútil, viera la luz (Maier,1998) y que empezase una de las historias más rocambolescas, y en parte divertidas (también con sus cruentas dosis de humor negro), que ha vivido el autor de estas líneas. Mientras tanto, otro investigador de docta pluma y cristalina y sabia visión de la temática de la caminería romana –también buen y paciente caminante-, se percataba de las posibilidades que ofrecía un municipio como Collado Mediano (Arias Bonet, 1987). Así fue como, también por azar (no en vano seguía otra pista… como suele acontecer en tantas ocasiones al arqueólogo de campo), Gonzalo Arias redescubrió (por segunda vez) el yacimiento de El Beneficio. A la vista de los restos no dudó en elaborar y publicar la escueta hipótesis de que aquella ruina sencilla, no muy alejada de lo que se creía fue la calzada que Saavedra denominó XXIV en su estudio del Itinerario de Antonino, pudiese ser la buscada Miaccum. Negro sobre blanco quedó el lance y El Beneficio se sumió, de nuevo, en el sueño de los laureados. Mientras tanto, con el paso del tiempo y el barrunto de los laureles de la gloria, Miaccum había sido establecida, a capón, en las inmediaciones de Madrid, cerca de la Casa de Campo por la similitud
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fonética de la vetusta mansio y el Arroyo de Meaques. Así las cosas encajaban algo mejor y Titulcia podía bajarse hasta las cercanías del Tajo aunque, según A. Blázquez y Sánchez Albornoz (1920), seguía observándose un error en las distancias expresadas por el Itinerario. Saavedra había solucionado esta cuestión indicando la ausencia de la mención a una mansio justamente –y no deja de ser curioso- al descender la Sierra de Guadarrama; mansio que colocó, también ‘a capón’ en las inmediaciones de Guadarrama, allá donde se encontraban las ruinas de un ventorro abandonado. También en las cercanías –relativas- de donde se halló un tesorillo de aúreos romanos (Quiñones, 1620); también cerca de donde procedían algunas monedas de bronce, halladas con motivo de las
entre otros, nombres personales como los de Amparo Martín, Carlos Caballero, Sonia Fernández o de aficionados con buenas lecturas y buen tino como Arturo Mohíno. Así, en el mismo momento en el que las viejas líneas del párroco de Collado veían de nuevo la luz, se redescubría (una vez más) un fragmento de miliario en Galapagar (Caballero et alii, 2002), se atisbaban restos de calzada (reales o no) por varios municipios –cada vez más- y sobre todo se llamaba la atención sobre los restos arqueológicos carpetanos existentes en los Cierros de la Asunción y lo que parecía más destacado, el redescubrimiento del potencial arqueológico que tenían los predios del actual apeadero de ferrocarril de San Yago, donde décadas atrás, Hübner avistase desde la ventana de un tren
Figura 1.- Vista general de la Vía empedrada en el acceso a la posada.
obras de construcción del nuevo camino de Guadarrama, que fueron remitidas a la Real Academia de la Historia y que el Padre Alejandro Panel estudió, por regia orden, en 1719. Y dado por bueno el discurrir de la ‘calzada’ por los municipios del noroeste de la Comunidad de Madrid, y dada por más válida la construcción ad hoc de la retahíla de mansiones desde Segovia hasta Complutum, el tiempo dio paso a nuevas investigaciones y no menos sorprendentes hallazgos. Entre ellos destacan sin duda los derivados de la ingente labor de la Carta Arqueológica de la Comunidad de Madrid. Y destacan en esta labor,
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–más lento que los de ahora, sin duda- los restos epigráficos de varias aras votivas romanas. Así, antes de que apareciese en escena el ajo de todas las salsas y quisiese vestir con plumas ajenas el hallazgo de otros a golpe de promesa y verborrea politiquera de baja estopa –pagado todo con el dinero público...con generosidad excesiva-, empezó a circular la hipótesis de que Miaccum pudo encontrarse en las cercanías de la finca de Monesterio, en El Escorial (Fernández Galiano, 1989). Aparentemente esta hipótesis se avalaba en unos descubrimientos arqueológicos de los que no tenemos, hasta la fecha, más que parcas evi-
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dencias, y lo sabe bien (mejor que nadie) quien nos impele a ofrecer dato sobre dato. Antes señaló también D. Fernández Galiano (Ibid.) su creencia en que allá pudiera ubicarse la Miaccum romana y en este mismo asunto abundaron y ahondaron otros investigadores (Caballero Casado, 1997). Lamentablemente, con el patinazo posterior del ‘reconocimiento’ de Titulcia en la villa romana de Carranque (Fernández Galiano, 2001), hay quien ha preferido dejarse a este investigador en el tintero. Nosotros, también negro sobre blanco, no lo hemos descuidado (Jiménez Guijarro, 2006 b) aunque, por impuesta carestía de espacio –que denota la elección de un tipo de letra infame- debimos dejar de mencionarlo en otra obrita que ha tenido o tendrá, quizás, algo más de difusión
una Tesis, acuciado por los problemas de pecunio que achuchan a la práctica totalidad de los investigadores de campo despojados del oropel que la Universidad reserva sólo a los elegidos en comandita, y empujado al precipicio por insidias y envidiosos revestidos momentáneamente de poder, reculó en Collado Mediano con el encargo explícito de buscar las raíces de aquél municipio. A esta labor fui invitado amablemente por Cristina Ruiz, arqueóloga generosa que debía ocupar un lugar que yo alcancé, exclusivamente, por cuestiones administrativas. El regalo que me hizo entonces no he conseguido pagárselo aún –ni tal vez logre hacerlo nunca-. Con gran parte de esta información en la mente e
Figura 2.- Vista general del área termal. En primer plano, bajo la cubierta de protección, suspensurae de latericium del caldarium.
(Jiménez Guijarro, 2006 a). Y en esas estábamos cuando este modesto prehistoriador, buscando el desvelo de su pasión megalítica y neolítica con la que concluir
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incluso una copia ajada de la mencionada carta del párroco de San Ildefonso empezamos a excavar un lugar que ya habíamos sondeado en 1997. Pero esta vez la fortuna mostró otro rostro diferente, e iluminó lecturas viejas, y de golpe acudieron
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a la mente la carta mil veces leída del párroco de Collado Mediano, y regresaron los desvelados paseos por Cercedilla, y las opiniones de Gonzalo Arias tomaron todo su sentido–no en vano fue la primera persona a quien recurrimos para pedir su opinión al avanzar las excavaciones, pese a que Caballero incida en el “olvido” a su cita en el librito de marras ya glosado (Caballero Casado, 2006:7677; sirva este inciso incisivo de cariñosa estocada a mi amigo)-. Y excavamos, y excavamos, y creamos un Servicio de Arqueología, y dimos a conocer, porque lo creíamos importante, el hallazgo (y redescubrimos por tercera vez el yacimiento de El Beneficio). Y llegaron los miopes ávidos de hallazgos y los que se quieren lucir medallas que robaron, y los envidiosos, y los malos (que los hay y de
les formados por grandes bloques de granito (Fig.1), un relleno de tierra y piedra menuda, organizado estratigráficamente. Camino este que alcanza, procedente de la Sierra, el edificio que a continuación describiremos, y lo supera –como no podía ser de otro modo- dejándolo a un lado para buscar, en rectilíneo discurrir, las tierras de Collado Villalba y Galapagar. Si interesante es la calzada, más aún lo son los restos de un edificio notable, parcialmente destruido, pero del que se han conservado en un estado aceptable algunos elementos, como las termas (Fig. 2). Y digo termas por alusiones (Caballero Casado, 2006), porque aquí no hay un suelo calefactado, sino un conjunto de tres salas,
Figura 3. Excavación de la calzada
sexo variado y condición diversa) y decidieron hacer escarnio de la hipótesis con mente lenta y miope comportamiento. No faltaron airadas opiniones en Internet, ni llegó jamás la ayuda tan solicitada como imprescindible de la Dirección General de Patrimonio (la ley lo dice también….aunque quien deba cumplirla prefiera seguir favoreciendo a los amigos sólo). Y así llegamos hasta lo que de veras interesa: ¿qué hay en realidad en Collado Mediano?. Hay un trazado viario romano bien conservado, que además hemos sondeado adecuadamente y que presenta, constreñido por los bordillos latera-
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articuladas de modo canónico y que conforman, en una misma ala del edificio – la orientada al Sur, el circuito organizado del baño romano: caldarium, con restos de la suspensura del balneum, tepidarium y frigidarium con su pequeña bañera bien conservada. Y digo termas porque en el derrumbe que cubría los arruinados hyppocausta aparecieron numerosos tubulii. Hoy, el avance de las excavaciones, que aún continúan a un ritmo destacado en cuanto a trabajo de campo, laboratorio e investigación se refiere, nos permite avanzar más respecto a las noticias publicadas (Jiménez Guijarro, 2006 a; 2006 b; e.p.) en
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cuanto a la arquitectura del edificio –sin menosprecio del trabajo de caracterización de la arquitectura en el que estamos, junto a N. Morère, inmersos-. Hoy tenemos la certeza de que los trabajos de extracción de ‘gabarro’ –una suerte de lamprófido-, y también de la búsqueda del tesoro que antes mencionamos, destrozaron al menos cinco estancias (hoy desaparecidas) que conformaban un ala lateral adosada al Este del edificio termal. De ellas, dada la profundidad alcanzada en aquellas excavaciones, no tenemos más evidencia que el arranque de unos muros y algunos centímetros de depósito adosado a los mismos y que confiamos que nos ofrezcan datos de interés acerca de la funcionalidad de estas estancias según avancen nuestros trabajos. Respecto a la cronología, contamos con un dato de elevado interés como es la existencia de dos fases sucesivas de edificación. Este hecho no solo tiene un interés cronológico, dada la superposición de dos edificios aparentemente semejantes en planta, sino que nos permite obtener interesantes conclusiones acerca de la implantación inicial romana en la zona. Dado que los restos documentados de esta primera fase corresponden casi exclusivamente a los niveles de cimentación/fundación, poco podemos avanzar respecto a la funcionalidad de los espacios presentes. De la zona de contacto entre las fases I y II proceden algunos de los más interesantes materiales que nos permiten ofrecer una cronología para el siglo I d.C. para la fundación inicial del edificio. Los materiales de esta primera fase son, sin embargo, muy escasos, lo cual parece ser una evidencia clara de la intencionalidad del desmontaje de la primera fase en el momento en que se decide construir la segunda –la de mayor esplendor-. De momento no hemos solucionado la razón o el motivo que subyace a la sustitución de una construcción por otra. Sí existe la certeza de la intencionalidad de limpiar y preparar la zona a la hora de edificar la segunda construcción, momento en el que los cimientos de la primera fase se emplean como soporte directo para algunos de los muros de la segunda y parte de la techumbre, convenientemente fracturada, se empleó para nivelar el terreno; este hecho ha supuesto para nosotros una ventaja al servir de notable capa de separación entre las dos fases constructivas. Para algunos de los especialistas que han visitado
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el yacimiento los potentes derrumbes de tejas que colmatan algunas de las estancias –especialmente las Estancias 5 (frigidarium), 8, 9 y 13- corresponderían a rellenos de amortización efectuados por los últimos ocupantes del yacimiento (a los que llaman erróneamente ‘ocupas’ –y digo erróneamente puesto que no ‘ocupa’ quien ya vivía allí-). Nuestra opinión, basada en los datos empíricos, apunta a que se tratan de genuinos derrumbes del tejado –algo que hemos podido corroborar además recuperando un fragmento de techumbre, con su disposición original in situ-. Alcanzamos esta interpretación basándonos en el tamaño de las tejas –que aparecen normalmente prácticamente completas- y en su disposición ordenada. En cuanto a los materiales, dejaremos de lado los procedentes de la primera fase, que como hemos dicho son muy pobres y se reducen a algunos fragmentos de cuenco de la forma Ritt.8. Los materiales de la Fase II presentan una clara preponderancia de los elementos datados a partir del 320 A.D., con notable representación de la forma 37T y de los platos y fuentes -Formas Palol 3, Lamboglia 59, 74 Palol 4- (Jiménez Guijarro, e.p.). En lo referente a las decoraciones se aprecia un recurso casi exclusivo a la temática –cronológicamente tardía- de los grandes círculos y lúnulas, todo ello dentro de un monótono y abrumador predominio de las cerámicas lisas de engobes pobres, de mala calidad y pastas anaranjadas propias de las producciones denominadas ‘africanas’. El apartado de la cerámica de cocina es amplio y el material aparece disperso de forma desigual por las diferentes estancias; destacan algunas fuentes de asar con morfología similar a las fuentes de imitación rojo pompeyano, todas ellas con notables evidencias de sometimiento basal al fuego, lo que nos ha permitido realizar una aproximación a la temática culinaria de la posada.
CONCLUSIÓN Las conclusiones preliminares a las que hemos llegado hasta la fecha, y aún siendo necesario avanzar y concluir los trabajos en curso, son interesantes (Fig.4). La existencia del tramo viario ahora descubierto nos permite añadir un elemento más del posible trazado de la Vía XXIV del Itinerario de Antonino. Así, tenemos la certeza de que este camino descendía de la Sierra de Guadarrama hacia el actual término mu-
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nicipal de Collado Villalba por un lugar diferente a aquél por el que, sin evidencia alguna, lo hicieron descender Blázquez y Sánchez Albornoz y por lo tanto aquella hipótesis de trabajo debe quedar descartada y superada por los nuevos hallazgos. El problema queda planteado respecto a por dónde discurría este camino antes de alcanzar la posada de El Beneficio. Las opciones son tres, como hemos señalado en otra ocasión (Jiménez Guijarro, 2006 b), atendiendo al hecho de que entre La Fuenfría y El Beneficio media la serranía de El Castillo. O bien se enlazaba directamente superando el Collado de Roblelpoyo, o mediante un rodeo por el Oeste (El Jaralón-Peña Rubia) o el Este (laderas de El Castillo-La Paloma) de los altozanos de la mencionada serranía.
Segovia. La topografía y la ausencia de cualquier evidencia arqueológica invitan a suponer que cualquiera de los otros dos hipotéticos trazados resultan inviables, además, por los desniveles que deben superarse –obviando la lógica búsqueda del trazado longitudinal más acertado-. Ahora bien, ¿podría haber cumplido el edificio de El Beneficio cualquier otra función distinta a la de una posada?. Honestamente, con los datos que poseemos creemos que no. Bien es cierto que la ausencia de excavaciones arqueológicas en posadas de cronología romana en nuestro país no nos ayuda mucho a la hora de establecer paralelos. No
Figura 4.- Mapa sintético con la propuesta de desarrollo de la Vía XXIV del Itinerario de Antonio y el Divertículo de Talamanca.
Cualquiera de las tres posibilidades presenta similares problemas y un hecho común: la ausencia generalizada de evidencias arqueológicas. El trazado que nos parece más lógico es el que desde La Fuenfría, y una vez superada la actual localidad de Cercedilla se dirige por la actual carretera de Los Molinos a Collado Mediano. Aquí el camino discurriría a media ladera y en el fondo de valle, habiendo sido alterado por diversas construcciones, y especialmente por la mencionada carretera y por el trazado del ferrocarril que enlaza Madrid y
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obstante, la propia configuración del edificio, el hecho de que, siendo una construcción de porte modesto -en su totalidad de mampostería- cuente con un destacado espacio termal y sobre todo la evidencia de que el edificio se encuentre estrechamente ligado a una vía empedrada, así como su propia ubicación o el hecho de que las millas de separación entre Segovia y Miaccum, señaladas por el Itinerario de Antonino, se cumplan aquí perfectamente, nos imposibilitan a ofrecer de momento otra interpretación para el enclave.
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Nuestra valoración no quita interés ni importancia a otros yacimientos. Lo digo específicamente por el caso de Monesterio. Alguno podría pensar en el hecho de que Monesterio hubiese sido la buscada Miaccum y entonces El Beneficio no fuese más que una mutatio dependiente de ella. Podría ser, y digo podría porque tan sólo el avance de las investigaciones en ese otro enclave podría arrojar algo de luz. Y digo podría porque no sería muy sencillo explicar la existencia de una mutatio y una mansio a tan escasa distancia, a no ser por su uso diferenciado. Y digo podría porque creo, honestamente, que de Monesterio está todo por decirse y demostrarse. Sin duda, y esto es algo que es importante tener claro, la zona de influencia de la finca Monesterio y el Puente del Herreño, estaban en relación directa con el tránsito de la vía romana que descendía desde Collado Mediano. Que esta fuese realmente la Vía XXIV es algo que sólo podemos certificar por la presencia de un fragmento de miliario, inequívocamente fuera de contexto: pocas golondrinas aún para determinar la existencia de una primavera, ¿no?. Y por último, ¿cómo quedaría la configuración viaria en el contexto serrano a nuestro parecer atendiendo a los restos arqueológicos descubiertos?. En primer lugar debemos señalar, como ya hemos hecho en varias ocasiones (Jiménez Guijarro, 2006 a; 2006b; e.p.) nuestro convencimiento acerca de que la Vía XXIV fue un camino de segundo orden, bastante distante de lo que se tiene certeza que fueron los caminos principales del mundo romano en la provincia hispana. Es nuestra creencia además que el paso de esta vía de enlace entre la Meseta Norte y Sur, esto es, enlazando las cuencas del Tajo y del Duero, debía articularse en un panorama viario algo más complejo que lo definido hasta la actualidad. A modo de hipótesis no nos extrañaría, por los restos conservados en otros contextos geográficos, la existencia de un divertículo de enlace Este-Oeste y que uniese los territorios occidentales y orientales y los municipios en ellos comprendidos. Así, la red viaria romana quedaría definida, de un modo general, en el contexto del Norte de la Comunidad de Madrid de una forma más completa y articulada en torno al discurrir de las grandes cuencas fluviales atendiendo a su potencialidad económica: minería (cobre, plata, oro y piedra –granito y gabarro principalmente-) y pastos en el extremo centro-occidental y agricultura y piedra (caliza) en el oriental. Sin muchas evidencias al respecto hemos pensado alguna vez en una vía que enlazase
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Complutum con un hipotético camino hacia la Meseta Norte a través del puerto de Somosierra. Tan sólo la latinidad del término, un hallazgo monetario, aún inédito, en las inmediaciones de Somosierra, y la notable concentración de enclaves romanos en el espacio de influencia del curso medio y alto del Jarama nos permiten mantener esta hipótesis. La existencia de esta vía justificaría la necesidad de un divertículo que, bordeando la pre-sierra del eje Guadarrama-Somosierra, enlazase Collado Mediano –y la Vía XXIV- con Talamanca del Jarama. El divertículo meridional correspondería con la Vía XXIX –que enlaza la Lusitania con Zaragoza pasando por Titulcia-. Titulcia debió ser mansio importante puesto que era nodo de las vías XXIV, XXV y XXIX. Titulcia se encontraba, si los datos del Itinerario pueden tomarse con cierta fidelidad, a 24 millas de Toletum y Miaccum respectivamente, a 30 millas de Complutum y 18 millas de Vico Cuminario. Miaccum pasaría a ser de este modo una parada más en un camino alternativo para alcanzar Caesaraugusta. Si atendemos al criterio romano no sería difícil establecer la posibilidad de que su trazado viario hubiese sido establecido atendiendo al cuadriculado damero basado en ejes principales de orientación Norte-Sur y Este-Oeste, aproximados. Este planteamiento se asemeja a nuestra propuesta en la que, lamentablemente sólo contamos con los datos del Itinerario de Antonino, pero que aún así es de notable interés. Cabe suponer, aunque sea mucho suponer, la existencia, en la cara segoviana de la Sierra de Guadarrama, de un trazado paralelo al desarrollo de la sierra y por ello paralelo también a nuestra propuesta de divertículo en las inmediaciones de Collado Mediano y con evidencias en las tierras colmenareñas (Colmenarejo et alii, 2005). Este ramal, suponemos que también secundario, discurriría con un trazado similar al de la actual Nacional 110 y vendría corroborado por los abundantes restos arqueológicos localizados en los últimos años en su ámbito de influencia. Es por ello que, aun sin ser demasiado original, mantenemos la necesidad de seguir trabajando y profundizando en el análisis de la red viaria romana como una malla organizada tejida sobre los conocimientos geográficos, más o menos precisos, del momento. En cierto modo esta filosofía subyace en la teoría de los empalmes de Arias (1987) y en cierto modo se intuye en el mapa sintético realizado por Roldán. A nuestro modesto modo de ver
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sería importante dejar de lado las cuestiones personales y personalistas respecto a mansiones y trazados viarios y trabajar (científicamente, no con la lengua) en la búsqueda y comprensión de las cuestiones económicas (zonas de explotación y productos explotados, por ejemplo) que subyacen al establecimiento de una red viaria compleja.
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Titulcia, un enclave arqueológico aún por conocer Lorenzo Galindo San José Vicente Marcos Sánchez Sánchez-Moreno Arqueoestudio S. Coop. Esta publicación viene motivada por la realización en el año 2005 del proyecto "Estudio sobre el patrimonio arqueológico en el término de Titulcia", trabajo promovido y encargado por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, que incluía entre otros aspectos la prospección intensiva
conocer algunas características de la ocupación histórica de la ciudad. Bajo el actual casco urbano de Titulcia y en el entorno próximo, se localiza un yacimiento arqueológico de grandes proporciones, que cuenta con varias fases cronológicas. Evidentemente su localización, delimitación y caracterización cronológica, cultural y tipológica, vie-
Foto 1. Vista general del casco urbano de Titulcia
del término municipal, la revisión de las Áreas de Protección Arqueológica de las Normas Subsidiarias del año 2000 y el diagnóstico del Patrimonio Arqueológico enfocado a su posterior conservación y difusión, trabajo que continuaba y ampliaba el realizado en el año 2001 de "Revisión de la Carta Arqueológica del Termino Municipal de Titulcia", llevado a cabo por el mismo equipo. La existencia de restos arqueológicos bajo la actual ciudad de Titulcia es conocida desde antiguo, como atestigua la amplia bibliografía existente sobre el tema. Los resultados de las actuaciones realizadas verifican esta existencia, permitiéndonos
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ne condicionada por la dificultad que conlleva su ubicación bajo una zona urbanizada, donde la mayoría de la superficie se encuentra construida, asfaltada, o bajo una nivel de relleno (escombros o basura) de cronología contemporánea. Aún así son numerosos los restos materiales y evidencias que hemos podido documentar en diferentes puntos del casco urbano y en las zonas colindantes. El núcleo de poblamiento del territorio que compone el término municipal de Titulcia, lo constituye el espolón situado entre los ríos Jarama y Tajuña, emplazamiento del actual casco urbano. La elec-
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Fotos 2 y 3 Vistas generales de las nivelaciones realizadas en la parte sur del cerro
ción de este emplazamiento viene motivada por una serie de factores, principalmente naturales: buena visibilidad del territorio colindante, una delimitación natural del espacio urbano y una fácil defensa del mismo al contar con escarpes naturales, y dominio de las vegas, así como, la cercanía a rutas naturales de comunicación, como sin duda
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serían los amplios valles de los ríos. Es aquí donde se han documentado las cerámicas más antiguas del municipio, adscritas a la Edad del Bronce. La existencia de un oppidum carpetano en el espacio superior del espolón se encontraría atestiguada por una serie de evidencias localizadas principalmente en la parte más elevada del cerro, así
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como en la zona norte y noreste. Los restos delimitan un espacio comprendido por el Cordel de la Tranquila por el norte y nordeste, hasta alcanzar la Cañada Galiana, los limites naturales del cerro por el oeste, y las calles Palomar y Mirador por la zona sur. Dentro del casco urbano se han documentado varios perfiles en los que se diferencian estratos arqueológicos de este periodo, sobre los que posteriormente se realizaron viviendas rupestres, actualmente abandonadas, que han perdido en algunos puntos la parte construida exterior, y el revoco de las paredes, dejando al descubierto niveles de cenizas y arenas, con abundantes materiales cerámicos de esta cronología, caracterizada por la docu-
a la altura de la calle Mirador, que defendería el acceso por esta ladera, que junto con la ladera este, son las únicas accesibles. La existencia de numerosas viviendas excavadas en la roca, hoy día visibles, ha motivado la propuesta por algunos autores (URBINA, D., 2002) de su origen carpetano, principalmente aquellas localizadas en la ladera norte del cerro. Aunque como hemos mencionado anteriormente, aquellas actualmente accesibles y que presentan una estratigrafía asociada se encontrarían cortando a niveles de este periodo y por lo tanto serían de momento posteriores. Por tanto este yacimiento debemos de ponerlo en
Foto 4 Vista del interior de la "Cueva de la Entrada"
mentación de fragmentos con decoraciones pintadas de tipo geométrico y estampilladas, así como bordes de pico de pato. En los terrenos sin edificar, localizados al norte y noreste del casco urbano, con el límite de la Cañada Galiana, zona con protección de Reserva Arqueológica, encontramos también abundante material cerámico en superficie con las mismas características que las anteriormente descritas, así como restos de adobes. No son tantos los ejemplos inmuebles existentes, debido a la ocupación urbanística masiva y sin control que se realizó desde los años ochenta. El único resto inmueble de estos momentos corresponde con un paramento que interpretamos como parte de una muralla localizada en la ladera sur del cerro,
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relación con los yacimientos en altura de la segunda edad del Hierro de la Comunidad de Madrid como Cerro Redondo (Fuente del Saz del Jarama), el Llano de la Horca (Santorcaz) o el Cerro de la Gavia (Madrid). De este mismo momento se ha localizado otro yacimiento que se encontraría a una distancia de 900 m. lineales, en la margen izquierda del río Jarama en los límites de su plataforma de inundación. De éste sólo conocemos la presencia de abundantes restos cerámicos que presentan los mismos rasgos crono-culturales que los documentados en el castro, no pudiéndose interpretar la finalidad del mismo, pudiéndose tratar de necrópolis o hábitat en llano.
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El estudio del espacio urbano de época romana es el que más datos aporta. La ubicación e identificación de la Titulcia Romana es un tema de debate antiguo, que en la actualidad no se encuentra resuelto. Son numerosas las publicaciones sobre los hallazgos realizados tanto en el propio cerro como en sus cercanías, destacando sobre todo las referentes a la epigrafía y en especial al llamado "Arco o Monumento de Ciempozuelos" (CABALLERO ZOREDA, L., MARINÉ, M., 1982-83, MARINER BIGORRA, S., 1983 y STYLOW, A. U., VON HESBERG, H., 2004). Por medio de este trabajo no pretendemos resolver la controversia, sino tan sólo apuntar la existencia de un núcleo urbano de épo-
dum carpetano que sólo utilizaba la parte superior del cerro, llegando a ser, incluso, mayor que en la actualidad. La elección de esta ladera para el desarrollo urbanístico tiene grandes ventajas en las condiciones de habitabilidad, como son el mayor número de horas de insolación y una protección de los vientos fríos del norte. De momento poco se puede decir de la jerarquización urbana y de su estructura interna. Como decíamos, la planificación urbana en época romana se ha ideado mediante la generación de espacios aterrazados o nivelados, para los cuales sean realizando rebajes en la roca del cerro, sobre
Foto 5 Puerta excavada de acceso desde el río Jarama
ca romana de gran importancia, según indica el registro arqueológico, debajo de la actual Titulcia. Así la documentación de calles, casas rupestres y una puerta de acceso, conforman este núcleo que, como veremos más adelante, vértebra un espacio geográfico colindante. El desarrollo urbano en estos momentos genera una transformación del espacio muy importante, principalmente mediante la realización de aterrazamientos en la ladera sur del cerro, con el fin de poder ordenar los diferentes espacios en planos horizontales, a diferentes alturas y la generación de calles, que permiten la utilización urbanística de toda la ladera, ampliándose de esta forma el espacio urbano respecto al oppi-
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los que se construyen los viales o calles. Este modelo urbanístico se ha documentado al pie de la ladera sur. El abandono de estos viales urbanos han tenido como consecuencia la formación potentes rellenos con materiales de cronología romana, de los siglos I y II d.C., donde destaca la aparición de restos de estucos de pintura mural, junto con abundantes restos constructivos y cerámicos, destacando la presencia de Terra Sigillata Hispanica alto imperial y cerámicas comunes romanas. Otra de las característica principales es la existencia de arquitectura rupestre, bien atestiguada en algunas ciudades romanas asentadas sobre anti-
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guos oppida celtibéricos. Los ejemplos de este tipo de arquitectura los encontramos en ciudades como Tiermes, Iruña, Roa o Valeria. Arquitectónicamente se puede dividir en dos tipos: arquitectura rupestre retallada, en donde se realiza la base de los suelos, cimientos y arranques de las paredes tallándolas en la roca; y la excavada, en donde los espacios son excavados en las laderas de los cerros, principalmente habitaciones y corredores que pueden presentar hornacinas y lucernarios igualmente tallados en la roca. A este último tipo de arquitectura rupestre corresponden las casas documentadas en la parte norte de Titulcia ("Cueva de Vascos", "Cueva de la Mora" y "Cueva de la Entrada"), así
so, que permitiría el paso desde el río Jarama (desde la zona baja del páramo) hasta la zona alta del Cerrón. Este acceso aprovecharía un posible paso natural por un cortado, que habría sido ampliado y adaptado mediante la excavación en trinchera con sección cuadrangular en su tramo superior, que tendría la función de suavizar la pendiente, mientras que la parte inferior, que arrancaría desde el valle hasta enlazar con el tramo superior, se construiría utilizando la técnica del terraplén con muro de contención, desde aquí se enlazaría con la posible calzada que recorrería el valle del Jarama, debido
Foto 6 Foto área con circulo en torno al que se distribuyen los yacimientos sincrónicos
como muy posiblemente las documentadas en la parte inferior del cerro, en su ladera sur, casas que tendrían los accesos desde los viales retallados. En relación con este enclave arqueológico, se ha documentado también una posible puerta o acce-
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a la localización de algún tramo de vía muy deteriorada a la altura de Madrid, debajo del Antiguo Camino de Torrelaguna (REDONDO GÓMEZ, E et alli, en prensa), durante la excavación puntual del yacimiento arqueológico del Guijo, que uniría todo el conjunto de yacimientos rurales de esta crono-
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Fotos 7 y 8 Vista de la vía documentada en las cercanías de Titulcia
logía localizados entorno al río. El acceso en su parte superior se bifurca en dos, siguiendo uno de los tramos en el Cordel de la Tranquila, y el otro se dirige hacia el sur, con dirección hacia el pueblo. En este último camino, en los laterales se han documentado amontonamientos de piedras y cantos,
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y en menor medida restos de adobe y ladrillo que podrían corresponder con un cierre murario, además, en el entorno se observan perfiles que presentan abundante material cerámico, mayoritariamente carpetano y estructuras talladas en la roca.
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Este núcleo urbano de época romana, situado debajo de la actual Titulcia, actúa de punto focal del territorio circundante, articulándose entorno a él los demás yacimientos de cronología romana localizados en el municipio ("Casa del Campanario", "El Butarrón", "Chozos Bajo", "Los Arenales", "La Encomienda" y "Soto del Hinojar") y que, a priori, tendrían una funcionalidad rural. Todos estos yacimientos son sincrónicos y se distribuyen en torno a un círculo (con centro en el espolón donde se emplaza la ciudad) de aproximadamente 1.170 m. de radio estando, en la mayoría de los casos, separados unos de otros por la misma distancia. Estos datos nos atestiguan una planificación del territorio circundante. Los enclaves rurales documentados se sitúan sobre llano, en su mayoría en las cercanías de las riberas de los ríos Jarama y Tajuña, siendo aptos para la explotación agropecuaria de las fértiles vegas, con tamaños que oscilan entre 3 y 10 hectáreas. El yacimiento "La Casa de la Encomienda" parece tener características diferentes al resto por el abundante material latericio, principalmente fragmentos de ímbrices, y por su cercanía a una vía romana, que han dado pie a pensar que este correspondería con una necrópolis hispanorromana o con un centro industrial de material constructivo. La documentación de materiales cerámicos de época visigoda en la mayoría de los yacimientos, nos demuestra la existencia de una continuidad en la explotación del medio rural y del centro urbano. En cuanto a los viales, se localizó en la vega de la margen derecha del río Tajuña, al oeste del casco urbano de Titulcia, un espacio excavado en trinchera en una pequeña elevación que delimita la zona de vega, cuyas dimensiones son de 52 m de largo y 29 m de ancho, con orientación SW-NE y que interpretamos como parte de una calzada de época romana, realizada con una técnica habitual en la construcción de estas vías para salvar pequeños collados (MORENO GALLO, I, 2004) y que compartiría características con el tramo superior del acceso existente desde "El Cerrón" hasta la ribera del río Jarama. Este tramo enlazaría con una antiguo camino que vendría por la margen derecha del Tajuña desde el casco urbano de Titulcia y que parece continuar hacia el actual municipio de Chinchón. La documentación de esta vía, la fosilización de caminos históricos como la Cañada Galiana y el Cordel de los Manchegos, así como su situación
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privilegiada en la unión de los ríos Jarama y Tajuña hacen de este municipio un nudo de comunicación importante desde época antigua, haciendo del enclave del Cerrón un lugar idóneo para controlar las vías de comunicación del espacio sureste de la región de Madrid y que articularía el territorio de esta ciudad.
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Vías y restos romanos en la sierra de Guadarrama Alejandro Beltrán Ortega Archivo Epigráfico de Hispania La llamada «calzada romana» de Cercedilla es uno de los pasos naturales del Sistema Central, utilizado para comunicar ambas mesetas. El puerto de la Fuenfría, por el que discurre la calzada, tiene una altura de 1796 metros, similar a la de cotas adyacentes como Navacerrada o Navafría. Con el crecimiento de Madrid y su conversión en capital del Estado, la calzada se utilizaría para la comunicación entre Madrid y Segovia, y La Granja poco después con la dinastía borbónica, siendo sustituida después por el paso del puerto de Guadarrama o de Los Leones en el año 1741, durante el reinado de Felipe V, y por el paso del puerto de Navacerrada en 1788/90 de la mano de Carlos III1. Actualmente ninguna carretera moderna cruza la calzada en este tramo, llegando tan sólo a la zona de Las Dehesas, lo que ha facilitado su conservación. La parte conservada de la calzada pertenece a la cara sur del puerto de la Fuenfría, con una longitud de 2550 metros. Los tramos son largos y rectos, y en ocasiones con un desnivel muy alto, con un 15% de pendiente media, y llegando incluso a un 21% en su tramo final. Este enorme desnivel ha hecho dudar del origen romano de este tramo, planteándose la posibilidad de que este camino fuera una nueva ruta usada en época moderna. Su construcción data, supuestamente, del siglo I d.C2., y fue realizada con materiales de la zona, es decir gneis y granito. Estos materiales pudieron sacarse de una posible cantera hallada cerca del puente del Descalzo, en Cercedilla, según el descubrimiento de Cesario de Miguel3, si bien está sin estudiar ni corroborar. Los restos de la calzada romana de Cercedilla, comienzan a ser visibles al poco de pasar el puerto de la Fuenfría, en dirección sur, siguiendo el curso del arroyo de la Venta desde su nacimiento por su margen izquierda, hasta cruzarlo y quedar a su derecha tras el paso del puente de Enmedio, siguiendo así hasta el puente del Descalzo, donde ya desaparece de la vista, posiblemente tapada por la carretera de las Dehesas4, hasta aparecer de nuevo un trozo junto al arroyo. Estos restos visibles, que en un principio fueron catalogados como romanos pudieran no corresponder a esta épo-
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ca, sino a un camino posterior trazado en el siglo XVIII. La similitud de estos restos con los de la llamada «calzada de Riofrío» apoya esta tesis5. Un poco más adelante se encuentra otro nuevo puente, muy pequeño, que vuelve a cruzar el arroyo a la altura de la finca de Montes Claros, para volver a desaparecer bajo la carretera hasta la estación de ferrocarril de Cercedilla y llegar hasta otro puente, el del Reajo o del Molino, de gran tamaño y enorme belleza, que está en uso por la actual carretera junto al túnel del tren. Poco después deja la carretera, pasando por la colonia de los Prados y por la Ermita de Santa María de Natívitas, pero sin restos visibles. De aquí pasa a la calleja de Santa María, cruza el río de Las Puentes por un puente no romano, heredero de uno anterior, y pasa a coincidir con el camino viejo de El Escorial y con la carretera de Guadarrama al Ventorrillo, pasando por el límite con Collado Mediano, llegando hasta Alpedrete y Villalba, según el itinerario de Blázquez. Hasta entonces se había supuesto que el puerto era el punto de paso utilizado para la comunicación entre Segovia, Toledo y Alcalá de Henares, siguiendo las rutas 433/437 y 438/439 del Itinerario de Antonino, pero sin confirmar de ninguna manera su autenticidad. Por tanto, a partir de la obra de Blázquez6, es aceptado por todos los investigadores que la calzada de Cercedilla es romana y el paso utilizado para unir Segovia y la meseta sur, quedando la polémica para el itinerario exacto de la calzada a partir de su salida de Cercedilla7. Blázquez, y con él, De Miguel y Eced8, afirman que el itinerario es el anteriormente descrito, pero otros autores difieren notablemente de este recorrido. Blázquez afirmaba que la calzada, tras dejar Cercedilla y pasando por Los Molinos, bajaba hasta Villalba y Torrelodones para llegar a la Casa de Campo, junto al arroyo Meaques, donde él situaba Miaccum. Por tanto se trataría de dos calzadas, una que discurriría entre Mérida y Zaragoza, y otra que comunicaría Asturica Augusta, con Segovia y Castulo9. Sin embargo estudios recientes realizados por Gonzalo Arias10 intentan demostrar que el trazado de la calzada, que Blázquez y Sánchez-Albornoz no consiguieron encontrar y situaron básicamente bajo lo que hoy es la autovía
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A-6 (Madrid- A Coruña), en realidad continuaría bajo la actual carretera Guadarrama- El Escorial, siguiendo la misma dirección N-S que el trozo de calzada conservado. Según el estudio de Enrique Villagrasa11, a quien el director de las obras, José Rodríguez Lende, realizadas en la autovía en 1965, le informó de que primero se construyó la autovía paralela a la antigua carretera de A Coruña, y después se desmontó la antigua en varios tramos para hacerla de dos carriles, siguiendo el trazado Villalba - Torrelodones - Las Matas - Las Rozas. En estas obras, que provocaron que se removieran grandes cantidades de tierra para nivelar en altura la vía con la nueva carretera, no se halló ningún resto como miliarios, losas grandes, cimientos de calzada, sepulturas, monedas, etc. Lo que hace pensar, a algunos investigadores, que la calzada de la Fuenfría no continuaría por esta zona. Sin embargo los restos encontrados en las afueras de Galapagar12 demuestran que la vía pasaba por esta localidad, siguiendo después hacia Titulcia. Sin embargo, el propio Gonzalo Arias, sitúa la supuesta Vía del Esparto bajo la actual A-6, pero tan sólo en el tramo comprendido entre Madrid y Majadahonda, a partir de donde se desviaría hacia Colmenarejo para continuar hasta El Escorial13 y Peguerinos. Para Gonzalo Arias la vía, que él denomina de La Machota, llegaría hasta El Escorial para continuar después de cruzar un puentecillo romano identificado por él mismo sobre el río Aulencia, por la zona de Zarzalejo, casi de forma paralela a la vía del ferrocarril, quedando algunos trozos conservados con hitos para indicar el camino en caso de nieve, según los hallazgos de Rafael Perera14, bordeando el pico de La Machota, del cual recibe el nombre. A partir de aquí ya no hay restos visibles de la calzada. De aquí continuaría dirección Fresnedillas hasta llegar a la Torre de Esteban Hambrán y un poco más adelante hasta La Puebla de Montalbán, donde cruzaría el Tajo. Según este trazado, Gonzalo Arias sitúa Titultiam entre Villanueva de la Cañada y Brunete, y Miaccum15 entre Collado Mediano y Alpedrete. De esta forma se formaría un triángulo viario entre la Vía de la Machota, la Vía veinticinco del itinerario Antonio (que unía Emerita Augusta y Caesaraugusta) y la llamada Vía del Esparto (que uniría Cartagena y el Norte y no estaría mencionado en el Itinerario de Antonino, pero atestiguado por algunos restos y un miliario hallado en Murcia), cuyos vértices serían Madrid, La Torre de Esteban Hambrán y El
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De arriba abajo, dos vistas del firme de la calzada de Cercedilla, y de los restos excavados junto al cementerio de Galapagar
Escorial, quedando Titultiam situada prácticamente en el medio16. Este cruce de la vía hacia Corduba, con la que uniría el Levante, haría de Madrid, entonces despoblada, un punto estratégico y elevado que los musulmanes se apresuraron en fortificar durante la época medieval, y de esos caminos
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quedaría el vestigio del cruce de las calles Atocha/Santiago y Mayor. De este modo la Vía de La Machota, entre Segovia y El Escorial, sería en realidad la número 24 del Itinerario Antonio, que para unir Emerita Augusta y Caesaraugusta, describiría una especie de N, para pasar por Zamora y Madrid17, lo que hace pensar que en realidad se trate de una mezcla de vías distintas.
La vía alternativa del Puerto de la Fuenfría Un estudio de Rivas López y Rodríguez Morales18 propone un nuevo trazado para la calzada romana, que transcurriría por otra zona del puerto, distinta de la «calzada oficial»19, a partir de unos 100 metros al noroeste de la confluencia de los arroyos del Infierno y de la Venta. Este lugar se encuentra a unos 300 metros del lugar donde Blázquez halló un miliario20. El camino continúa sin apenas restos visibles entre los bosques de pinos, cruza dos carreteras y se topa con el actual edificio de los ingenieros de montes. A partir de ahí el trazado gira a la derecha y se pueden observar los primeros restos de empedrado y de muro lateral. Unos 500 metros después se cruza el arroyo de Pinolubero por un vado, sin restos de ningún tipo de paso artificial hasta cruzar de nuevo otro arroyo, el de Majavilán, donde los autores observaron posibles restos de un alcantarillado por el que se sumerge el arroyo durante un pequeño tramo. De nuevo se hallan en esta zona restos de empedrado, con las piedras más pequeñas amontonadas a los lados y las más grandes desaparecidas, posiblemente reutilizadas en otra zona. Tras esta zona se llega al cruce que conduce al Collado de Marichiva, donde se pierde el rastro de la calzada hasta llegar a la zona del Hoyuelo, donde la calzada aparece tallada en la roca del suelo por una trinchera que alcanza los 4 metros de profundidad en algunos tramos. Esta zona además es la única visible con la fotografía aérea. De nuevo se cruzan dos arroyos, el de la Barranca y el de la Peña, por vados naturales, si bien en este último se observan restos de una posible alcantarilla. Poco después, a un lado se aprecian restos de una posible cantera utilizada quizá para la construcción de los muros y parapetos laterales de este tramo. El camino sigue con trechos cortados por sedimentos de roca hasta cruzarse con otro camino a la derecha, ya atestiguado anteriormente21 y que
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quizá sirvió de camino auxiliar para llevar materiales hasta la calzada moderna. Tras este tramo se llega casi al final de la vía, con restos de empedrado hasta que se cruza con la vía oficial a unos 350 metros de la cima del puerto. El hecho de que este Camino Viejo a Segovia se introduzca por debajo de la «calzada oficial» puede ser una prueba de su mayor antigüedad22. Este camino alternativo tiene una anchura media de 4 metros y medio, oscilando en algunos tramos entre los 6 metros de anchura máxima hasta los 2,5-3 de los pasos estrechos. La pendiente media es del 11% frente a los 12,3 de la otra vía, y la longitud es de 4275 metros, frente a los 3825 de la anterior. La calidad del trazado parece superior al de la «calzada oficial» y sus capacidades como carretera mayores23. Esta alternativa cuenta además con otro dato a su favor, y es la correspondencia exacta con la cifra dada por el miliario encontrado cerca de su inicio. Este indica una distancia de XVII millas desde ese punto hasta Segovia, es decir 25175 metros, lo que da 17 millas de 1180 metros exactos. Desde el miliario hasta la mansio de Miaccum tendría que haber entre 7 y 12 millas (10,76-17,76 kms.) según la lectura que se haga del Itinerario Antonino o de los manuscritos. El yacimiento de Monesterio se sitúa en la milla 27, mientras que el lugar donde fueron hallados los dos epígrafes24 está en la milla 28,5. El camino transcurriría siguiendo la carretera M-966 hasta la estación de ferrocarril de Cercedilla25, se sigue bordeando la vía de tren hasta cruzar el río Guadarrama por el puente de Matasnos y se continúa hasta el cruce con la M-621, siguiendo la vía pecuaria llamada Cañada Real de Merinas o Cañada Real Segoviana. En este punto que hace de límite entre los términos municipales de Guadarrama y Alpedrete es donde quizá estuvieran los 3 hitos de piedra que se mencionaban en los archivos de la Villa de Guadarrama26 y que dio a conocer Blázquez27. En este tramo también se han hallado posibles restos de empedrado28. Desde aquí sigue por el puente del Herreño y siguiendo la M510 hasta Galapagar donde se hallan nuevos restos de la calzada29.
Puentes «romanos»: Los puentes romanos son muy frecuentes a lo largo de los recorridos de las calzadas, ya sea para superar grandes ríos como para pequeños arroyos
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o torrenteras. Estos puentes son una muestra del nivel tan alto alcanzado por la ingeniería romana. Los romanos solían construir los puentes apoyándolos sobre roca natural, tratando así de hacer más seguros y duraderos. Para ello se hacía un estudio del río que se quería superar, localizando el tramo idóneo para construir el puente, con lo que se demuestra que antes de la construcción de la calzada se estudiaba todo su trazado para elegir estos lugares. En el caso de los existentes en la calzada de Cercedilla, los puentes y terraplenes estaban protegidos por antepechos de un metro de espesor, hechos con piedra y mortero de cal de aproximadamente un metro de altura, con una tapa de piedra de veinticinco centímetros de espesor de una sola pieza, con un vuelo a cada lado30. La piedra exterior de los muros está en seco, sin rejuntar, si bien el relleno está constituido de hormigón ciclópeo de cal y piedra, normalmente cantos rodados del propio río. De esta manera se absorbía gran parte del empuje de los rellenos contra los muros, evitándose así la fatiga y el deterioro de los mismos. Los puentes de Cercedilla tienen unos diez metros de anchura de promedio, y responden todos a un mismo criterio constructivo. Los arcos son de medio punto, cerrados. La piedra está sin labrar, si bien tiene la forma adecuada su función dentro de la estructura del puente.
a) Puente del «Reajo» o del «Molino»: Este puente es quizá el más importante y hermoso de todos. Está construido para salvar el cauce del río de La Venta, que más tarde se convertirá en el Guadarrama, y actualmente está en servicio para el paso de la carretera comarcal M-110. El puente está sujeto por seis contrafuertes hexagonales de gran altura, ya que la distancia desde el cauce al antepecho es de 15,40 metros. El arco de medio punto se protege con cuatro contrafuertes, los de aguas arribas más fuertes para soportar la embestida de las aguas, iniciados en punta, y los otros dos de forma semi-hexagonal31. La construcción responde a tres fases visiblemente diferenciadas, la primera desde los paramentos hasta la línea horizontal del inicio del arco. La se-
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De arriba abajo: Otra vista de los restos hallados en Galapagar junto al cementerio, vista del trazado de la vía alternativa en la Fuenfría y restos de empedrado de la vía alternativa.
gunda corresponde a la parte del intrados del arco, continuando la elevación hasta la altura de la vía. La tercera y última fase es la construcción de las protecciones laterales.
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Puente del Reajo o del Molino: Vistas desde aguas abajo y desde aguas arriba
El puente tiene un llamativo esviaje respecto a la dirección del río, lo que hace pensar a De Miguel que los ingenieros romanos llegaron a desviar ligeramente la dirección del río32, según se deduce de las grandes piedras presentes en el fondo y en los laterales del río, que encauzan las aguas hacia el arco. Durante el estudio de este puente, este autor
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encontró restos de la calzada junto a él. Según Rivas López y Rodríguez Morales33 este puente sería del siglo XVIII, siendo construido para la calzada moderna.
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Puente de la Venta: Vista del puente aguas arriba y detalle del arco de medio punto aguas arriba
b) Puente de la «Venta»: Este puente, sobre el río del mismo nombre, se encuentra situado en la carretera del valle de la Fuenfría, poco antes de llegar a Las Dehesas, en la esquina de la finca de Montes Claros. Es el más pequeño de los existentes, pero sigue siendo utili-
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zado para el paso de vehículos. Ha sido restaurado y modificado en varias ocasiones, pero sigue manteniendo su estructura original «típicamente romana». Este puente parece ratificar la existencia de la calzada por debajo de la actual carretera. El retran-
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queo de la cimentación se encuentra enfoscado y la anchura del puente llega a los nueve metros. Sus proporciones, el material utilizado y la técnica constructiva es la misma que en los restantes puentes. Cerca de él, se encuentran dos contrafuertes sin identificar su función y una masa de hormigón superficial que podría corresponder a alguna tubería de agua34. c) Puente de «El Descalzo»: Este puente es el segundo en tamaño, cruzado también por la actual carretera, su estado de conservación es ideal, con el firme original y los paramentos laterales intactos. Su técnica de construcción es idéntica a los anteriores, con las piedras de la bóveda trabadas entre sí con mortero de cal. Este puente fue restaurado ante el peligro de ruina que amenazaba. Se encuentra casi al inicio de la zona conservada de calzada al comienzo de la subida al puerto. En una de las rutas alternativas este puente no se utiliza para subir el puerto35. d) Puente de «Enmedio»: Este puente es el que se encuentra a mayor altitud, a más de 1600 metros. Es el de peor estado de conservación, si bien recientemente se han acometido obras de restauración. La capa superficial es la más dañada por el uso del puente en el arrastre de troncos procedentes de la explotación forestal de la zona. La técnica constructiva vuelve a ser la misma que en los anteriores, si bien el lamentable estado de conservación hacen difícil el estudio de sus materiales y formas originales. Como el puente anterior, carece de sentido en uno de los trazados alternativos del camino romano36. e) Puente de «Matasnos»: Este puente se encuentra en el límite entre Cercedilla y Los Molinos. Se trata de un puente relativamente moderno, construido en la primera mitad del siglo XIX. Pero para algunos investigadores se trata de una sustitución de un antiguo puente romano, ya que al parecer la calzada discurriría en la dirección del puente, esto es N-S, para pasar a la izquierda de Los Molinos.
Puentes, afluente del Guadarrama, y parece construido en el mismo emplazamiento y cimentación que su precedente romano, incluso con su mismo diseño exacto. f) Puente «romano» de El Escorial: Este último puente es el hallado por Rafael Perera a las afueras de El Escorial. Se sitúa sobre el río Aulencia, y según Gonzalo Arias pertenecería a la vía de La Machota. Estaba en un deplorable estado de conservación, por lo que se acometió su restauración en 1982. Parece compartir las técnicas y materiales de los existentes en Cercedilla, si bien ha sido escasamente estudiado.
Inscripciones y miliarios relacionados con la vía romana de la Fuenfría: Alpedrete: 1. Ara votiva de granito con inscripción votiva decorada con molduras en su mitad inferior y con un creciente con dos árboles a los lados en su parte superior. Medidas: 145 x 50 x 43. Campo epigráfico: 51 x 42. Letras: 7-4. Fue hallada entre los términos de Collado-Villalba y Alpedrete, en el kilómetro 40 del ferrocarril Madrid-El Escorial. Se conserva en el Museo Arqueológico Nacional, inv. nº 16503. Cantaber / Elguism/iq(um) Luci f(ilius) / Marti / Magno /v(otum) s(olvit) a(nimo) l(ibens) «Cantaber, del clan de los Elguismios, hijo de Lucio, cumplió su voto a Marte el Grande con buen ánimo y de buena voluntad» En lín. 3 se ha leído también IO, lo que daría lugar al nombre Elguismio. En esta misma línea Hübner leyó P por F, dando lugar a Luci(i) p(uer). Es la única referencia a Mater Magno en esta zona. El cognomen indígena Cantaber es muy frecuente en la Península, con más de 15 testimonios, mientras que Elguismiq(um) tiene que ser el nombre de un clan, ya que no está atestiguado como antropónimo y su posible relación con otros nombres como Elgiano, Elguanus o Elguisteri es bastante forzada. Tampoco Cantaber indica un necesario origen cántabro37. Por la paleografía se puede datar a finales del siglo I d.C.
El puente supera el cauce del arroyo de Las
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Bibliografía: CIL II 3061 = 5870; ILER 224; LICS 181; ILCAM 69; Rada y Delgado, p. 506-507; Fernández-Guerra, p. 122; Rivero 15; Tovar, (1946-1947), 87, (1949), 87; Iglesias Gil, 35; Albertos, 171; Crespo, 132; González Rodríguez (1986 y 1986a), 121; Haley p. 102, g; Peralta, p. 225; Hurtado pp. 55-56; Hispania Epigraphica On Line 8891. 2. Ara de granito cuyo estado deteriorado y fragmentario, dificulta su lectura. Medidas: 72 x 28,5 x 26. Letras: 4,2-3,5. Interpunción: triángulo. Se encontró en el mismo lugar y circunstancias que la inscripción anterior. Se conserva en el Museo Arqueológico Nacional, inv. nº 16488. Lectura a): LICS, HEp 4, ILCAM Ami/a · Ael/ariq(um) / Lari/bus «Amia de los aelaricos a los Lares» Lectura b) CIL II, Rada y Delgado, FernándezGuerra, Iglesias Gil, González Rodríguez, Crespo, Peralta Ami/a · Ael/ariq(um) / Marti / v(otum) s(olvit) l(ibens) «Amia de los aelaricos a Marte, lo dedicó de buen grado» El cognomen Ammia, aquí Amia, es muy frecuente en la Península. El clan tan sólo se conoce por esta inscripción, aunque son frecuentes los nombres de clanes que comienzan por AEL en esta zona. Parece más clara la opción de Laribus en la lectura del teónimo, descartando la fórmula final que correspondería a la parte perdida de la inscripción. La pieza está localizada y por tanto no son correctas las afirmaciones de algunos autores que la sitúan en paradero desconocido. Por la paleografía se puede datar en el siglo II d.C. Bibliografía: CIL II 3062 = 5870; ILER 224; LICS 180; HEp 4, 1994, 527; ILCAM 68; Rada y Delgado, p. 507; Fernández-Guerra, p. 122; Rivero 16; Tovar (1946-1947), 87; Iglesias Gil, 86; Albertos, 170; Crespo, 131; González Rodríguez (1986), 53, (1986a), 12; Haley p. 102, g; Peralta, p. 115 y 225; Hispania Epigraphica On Line 8892.
Cercedilla 3. Miliario de granito que tan sólo conserva su tercio inferior y una parte de su plinto cuadrado.
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Medidas: (145) x 50 diám. Letras: 7-4,5. Interpunción: redonda. Fue hallado en 1911 en las inmediaciones (unos 700 metros) del puente de la Venta o de Santa Catalina, durante el transcurso de unas obras de mantenimiento de la calzada romana. Se conserva actualmente en el Museo Arqueológico Nacional, inv. nº 38.30538. a) Lectura de Blázquez y Delgado Aguilera (Brah LVIII, 142-147) VSPNL QILU / CIDII D. AUG. TRIB. / C[. . .] VII [...] b) Lectura de Fita (Brah LVIII, 148) [Imp. Nerva Caes/ar. Aug. Traian]/3us. Germ. p. m. trib. / [potest. IIII p. p.] / c[os] IIII. [restitu/6it a Miaco / XL] c) Lectura del MPT (nº 108) [Imp/erator) Caes(ar) C(aius) Iul(ius) Verus Maximinus P(ius) F(elix) Aug(ustus) Germ(anicus) max(imus) Dacic(us) max(imus) Sarmat(icus) max(imus) pontif(ex) max(imus) trib(unicia) potest(ate) V imp(erator) VII p(ater) p(atriae) co(n)s(ul) proco(n)s(ul) et C(aius) Iul(ius) Verus Maximus nobilissimus Caes(ar) Germ(anicus) max(imus) Dacic(us) Max(imus) Sarmat(icus) max(imus) princeps iuventutis fil(ius) d(omini) n(ostri) Imp(eratoris) C(aii) Iul(ii) Veri Maximini P(ii) F(elicis) Aug(usti) vias et pontes tempore vetustatis conlapsos restituerunt curan(te) Q(unito)] Decio leg(ato) Aug(ustorum) pr(o) pr(aetore) [c(larissimo v(iro) ¿a Segovia? M(ilia)] p(assum) XVII d) Lectura de Stylow - - - - - - ?/ [- - - ? vias et pontes tempore vet]us(tate) cor/[ruptos restituerunt curante Q.] Decio leg. Aug. Pr. p. [- - -/- - -?]+ p. XVII Este miliario ha sido atribuido a diferentes emperadores, desde Vespasiano o Trajano hasta las actuales hipótesis que lo atribuyen a Maximino y Máximo, dándole una fecha entre el 1 de enero y mayo-junio del año 238. las millas indicadas (XVII) coinciden en la distancia en línea recta desde el puente de la Venta hasta Segovia, unos 25,5 kms. Desde luego la reconstrucción del MPT parece muy hipotética, ya que los renglones parecen demasiado largos como para haber tenido cabida en el miliario. También omite las letras CO+ encima de la mención a Decio y añade c(larissimo) v(iro) tras pr(o) pr(aetore) cuando parece innecesario. La lectura más correcta parece sin duda la proporcionada por Stylow, si bien el valor fundamental de este miliario es que haya conservado la cifra de millas, en la que coinciden los dos últimos autores.
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Puente del Descalzo: Vistas del puente desde aguas arriba y aguas abajo
Bibliografía: Blázquez LVIII, 144 y 148; De Miguel y Eced, 15; MPT 108; Stylow, 581-590, nº II; AE 1994, 1055; HEp 5, 1995, 550; C. Caballero – S. Fernández – A. Martín, 2002, ILCAM 125. 4. Miliario de granito partido en dos partes. La mitad inferior conserva parte del basamento.
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Medidas: 94 x 26 diám. Letras: 8-7. Como el ejemplar anterior fue hallado en 1911 en las cercanías del puente de La Venta Se conserva en el Museo Arqueológico Nacional inv nº 38.30639. - - - - - - / IP[- - -] / Nob(ilissimus) /3Caes(ar) / - - - --
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Vista del firme restaurado del puente de El Escorial
Su mal estado de conservación impide una reconstrucción fiable del texto del miliario. Por la paleografía, el título y las medidas se puede fechar en el siglo IV.
nep(os) Ant(onini) [- - - /pro]nep(os) [Hadria]ni a[b]nep(os) [- - - / Tra]ian[i - - -] Nervae a[d]n[ep(os) - - - / - - - F]el(ix) Aug(ustus) [- - -/- - p]ontif(ex) m(aximus) [- - - /- - -] co(n)s(ul) IIII [- - -]
Bibliografía: BRAH LVIII, 144; Stylow, p. 582, nota 24; HEp 5, 1995, 551; C. Caballero – S. Fernández – A. Martín, 2002; ILCAM 126.
La inscripción corresponde al cuarto consulado del emperador Caracalla, entre los años 213 y 217. En esta pieza resulta curiosa la falta de adscripciones divinas de los emperadores que aparecen en el texto. Es una lástima que no se haya conservado la cifra de millas que tendría el miliario, ya que hubiera sido de gran ayuda para la localización exacta de los establecimientos de Titultiam y Miaccum.
Galapagar 5. Miliario muy fragmentado y sin restos de inscripción hallado en las afueras del pueblo y que tan sólo conocemos por una referencia de Stylow. Bibliografía: Stylow, p. 587. 6. Miliario de granito muy desgastado. Medidas: 130 x 50 diám. La pieza fue hallada en el casco urbano al realizar unas obras. Se conserva en las dependencias del Ayuntamiento de la localidad40. Hasta hace poco tiempo tan sólo teníamos la referencia de Stylow que a su vez se basaba en una mención del LICS, l. c. 9 con nº 32, que lo sitúa en la vía de Ávila a Complutum, que seguiría el actual trazado del ferrocarril; sin embargo, recientemente Caballero, Fernández y Martín (2002) aportaron la lectura e interpretación siguientes: Imp(erator) [C]a(esar) [Sev]eri [Pii F- - -] /Anto[nini]
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Bibliografía: Stylow, p. 587; C. Caballero – S. Fernández – A. Martín, 2002; LICS, p.9, 141-142, 2001; HEp 11, 2001, 325. Torrelodones 7. Miliario de granito muy desgastado. Medidas: 165 x ?. La pieza no conservaba inscripción y aunque parece que fue adquirido por el Museo Arqueológico Nacional está actualmente en paradero desconocido. El testimonio de Blázquez nos hace situarlo en Torrelodones, ya que fue hallado «a 800 metros aproximadamente, al otro lado del río Guadarrama, sobre el camino que va de Torrelodones a Galapagar». Bibliografía: Blázquez – Sánchez Albornoz, 1920,
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10-11; Rivero 115; MPT 229; Stylow, pp. 586-587; ILCAM 128. Robledo de Chavela 8. Miliario anepígrafo. Medidas: 160 x 34. Este miliario no conserva inscripción y según su descubridor correspondería a la vía que unía Móstoles y Ávila. La pieza conserva parte del basamento, pero no está entero ni por arriba ni por abajo. Bibliografía: Rodríguez Morales, J., «Un puente abulense y un miliario madrileño», El Miliario Extravagante 76, 2001, 40.
Conclusiones: Es indudable que el puerto de la Fuenfría fue el paso utilizado en época romana para unir Segovia con el territorio de la actual Comunidad de Madrid. Así lo demuestran tanto los miliarios hallados en la zona, como los restos arqueológicos viarios que transcurren por el puerto. Los estudios más recientes muestran el verdadero trazado de época romana que transcurre desde la zona de las Dehesas hasta casi la cima del puerto por otra diferente a la que cruza la «calzada oficial». Esta sería entonces un camino construido en el siglo XVIII abandonándose lo que actualmente sería el Camino Viejo a Segovia y que es el verdadero itinerario romano. Así pues los conocidos «puentes romanos» que cruzan esta vía a partir de las Dehesas serían obras de época moderna, si bien seguían una estética y un patrón de construcción romano. A partir de este punto la calzada transcurriría bajo la actual carretera a Guadarrama, llegando hasta este municipio y posteriormente pasando por los límites de Alpedrete, dónde podemos situar Miaccum, como lo atestiguan las lápidas funerarias halladas en esta zona. Posteriormente la calzada se dirigiría hasta Galapagar, donde se ha hallado un miliario y restos de empedrado. Desde aquí se dirigiría hasta Titulcia, cuya situación y trazado exacto sobrepasa los límites de este artículo.
Notas: 1) MARINÉ, M., Excavación en la calzada romana del Puerto de Fuenfría (Cercedilla, Madrid), Noticiario Arqueológico Hispánico. 2) Para esta fecha hemos de admitir su origen romano 3) DE MIGUEL Y ECED, C., La vía romana a su paso por Cercedilla, Madrid, 1980, 29. 4) DE MIGUEL Y ECED, C., 1980, 17. 5) FERNÁNDEZ ESTEBAN, S. – JIMÉNEZ SANZ, C. – MARTÍN ESPINOSA, A., Valoración arqueológica de la
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Miliario conservado en el Ayuntamiento de Galapagar calzada de Riofrío (La Granja, Segovia), Revista de obras públicas 3370, 1997, 73-74. 6) BLÁZQUEZ Y DELGADO AGUILERA, A., Vía romana del Puerto de la Fuenfría, Boletín de la Real Academia de la Historia LVIII, 1911, 142-147 y «Vías romanas de Botoa a Mérida. Mérida a Salamanca. Arnaca a Sigüenza. Arriaca a Titulcia. Segovia a Titulcia y Zaragoza al Bearne», Memorias de la Junta Superior de excavaciones arqueológicas 21, 1918. 7) Parece claro que el puerto de la Fuenfría fue utilizado como paso hacia Segovia en época romana, otro asunto es si los restos «oficiales» son realmente de época romana o si la calzada original discurría por otra zona del puerto. 8) DE MIGUEL Y ECED, C., 1980, 20. 9) DE MIGUEL Y ECED, C., 1980, 14. 10) ARIAS, G. Repertorio de caminos de la Hispania romana, Madrid, 1987, 380-383. 11) VILLAGRASA, E. , El Miliario Extravagante 13, 1967. 12) VALLESPÍN GÓMEZ, O. – CABALLERO CASADO, C. – CONEJO GARCÍA, Á., Calzada romana de Galapagar (Madrid), Apuntes de Arqueología 69, 1995, 24-25 13) Si bien Gonzalo Arias admite la existencia de unos posibles restos de calzada hallados en Las Rozas de Madrid, si bien él los ajusta a un hipotético desvío de la Vía de La Machota a la altura de Guadarrama o ago más al sur, que pasaría por esta localidad hasta Madrid desde donde se dirigiría hacia Guadalajara y de ahí, a Valencia. Arias, G. 1987. 14) PERERA, R., El Miliario Extravagante 9, 1965. 15) Otros estudios sitúan Miaccum al suroeste de Boadilla del Monte, en una zona llamada La Vega Sagrilla, ZAPICO MAROTO, L., El inagotable tema de Miacum y Titulcia, El Miliario Extravagante 81, 2002, 42. 16) ARIAS, G. 1987, 380-383. 17) ARIAS, G. 1987, 384. El autor propone dos alternativas para situar Miaccum en el llamado Cerro del Castillo de Alpedrete o en el yacimiento de El Beneficio, a unos 2 kilómetros de Collado Mediano.
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18) Ya lo apuntaba RIVAS LÓPEZ, J. en un primer artículo (El Camino viejo a Segovia en el Valle de la Fuenfría, El Miliario Extravagante 74, 2000, 35) que luego completaría. RIVAS LÓPEZ, J. – RODRÍGUEZ MORALES, J., Una nueva calzada romana en el valle de la Fuenfría, El Miliario Extravagante 75, 2000, 24-29. Este primer trabajo dio lugar a una polémica por la supuesta falta de rigor arqueológico del estudio, como se observa en FERNÁNDEZ, S. _ CABALLERO, C., La intuición, ¿una innovación metodológica a las puertas del nuevo milenio?, El Miliario Extravagante 77, 2001, 18-19. 19) MARTÍN ESPINOSA, A. – OREJA MARTÍN, J. G. – RAMOS ALTAMIRA, J. – SÁNCHEZ GARCÍA-ARISTA, M., Vía secundaria en la calzada romana del puerto de la Fuenfría (Cercedilla), Apuntes de Arqueología 69, 1995, 23-24. En este pequeño artículo ya sé hablaba sobre un sondeo en una vía alternativa a la calzada oficial. El sondeo, muy modesto, confirmó la inexistencia de preparación en el tramo estudiado y halló algunos restos
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metálicos que no aportaban cronología. Sin embargo al final del artículo se aventura un posible origen medieval o moderno para esta vía alternativa por las dificultades de recorrido que suponía la vía oficial.
20) Vid. infra nº 3. 21) M. MARINE, 1988. 22) RODRÍGUEZ MORALES, J. – MORENO GALLO, I., La vía del puerto de la Fuenfría, 2000, Cimbra 345 23) RODRÍGUEZ MORALES, J. – MORENO GALLO, I., 2000. En algunos párrafos de su artículo los autores consideran inequívoco este trazado alternativo como el verdaderamente romano, llegando a acusar de considerar a la «calzada oficial» como obra de ingenieros romanos un «menosprecio a la inteligencia humana».
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24) Vid. infra nº 1 y 2. 25) RIVAS LÓPEZ, J., Un viejo mapa de Cercedilla y otros datos, El Miliario Extravagante 83, 2002, 27-28. En este artículo y basándose en un mapa antiguo y posibles restos arqueológicos el autor propone un trazado alternativo al tramo de calzada a su paso por la localidad de Cercedilla, por el llamado Camino de Matalavieja, diferente al propuesto por De Miguel, que cruzaba innecesariamente dos veces el arroyo de la Venta. 26) Vid. Infra nº 3 y 4. Quizá fueran estos los hitos, pero su identificación no es segura. 27) BLÁZQUEZ Y DELGADO AGUILERA, A., Vías romanas de Botoa a Mérida. Mérida a Salamanca. Arnaca a Sigüenza. Arriaca a Titulcia. Segovia a Titulcia y Zaragoza al Bearne, Memorias de la Junta Superior de excavaciones arqueológicas 21, 1918, 15. 28) RIVAS LÓPEZ, J., Otro tramo de calzada en la pre-Sierra madrileña, El Miliario Extravagante 71, 1999, 34-35. 29) VALLESPÍN GÓMEZ, O. – CABALLERO CASADO, C. – CONEJO GARCÍA, Á., 1995, 24-25. Este pequeño estudio halló varios tramos de calzada romana en esta zona, siguiendo durante un tiempo la Cañada Real Segoviana, hasta el Guijo, donde cruzaría el Guadarrama a la altura del puente del Herreño hacia la Fuenfría. En dirección opuesta se han hallado posibles restos cerca de la Iglesia Parroquial y a la salida del pueblo, donde cruzaría de nuevo el Guadarrama en las cercanías del puente de Alcanzorla. Hay que señalar, por otra parte, la posible presencia de minas romanas en Galapagar, explotadas hasta el siglo V (SUJA, E. Las minas de Galapagar, El Miliario Extravagante 79, 2001, 26). 30) DE MIGUEL Y ECED, C. 1980, 27-29. 31) DE MIGUEL Y ECED, C. 1980, 34-35. 32) DE MIGUEL Y ECED, C. 1980, 38. 33) RIVAS LÓPEZ, J. – RODRÍGUEZ MORALES, J., Una nueva calzada romana en el valle de la Fuenfría, El Miliario Extravagante 75, 2000, 28. 34) DE MIGUEL Y ECED, C. 1980, 42. 35) RIVAS LÓPEZ, J., 2000, 35. 36) RIVAS LÓPEZ, J., 2000, 35. 37) Así lo pensaron PERALTA LABRADOR (2000, p. 225, nota 2018) entre otros, que señala este ara como dedicada por un cántabro a Marti Magno, pero sin justificar el porqué del origen del personaje. Anteriormente otros como Rada y Delgado también habían señalado este origen para el dedicante, así interpretaban la inscripción como «El cántabro Elguísi mo, hijo de Lucio…», que parece incorrecta. 38) Actualmente en el Museo Arqueológico
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Regional [N. del Ed.] 39) Actualmente en el Museo Arqueológico Regional [N. del Ed.] 40) Quiero agradecer la colaboración del personal del Excelentísimo Ayuntamiento de Galapagar que amablemente me permitieron y ayudaron a fotografiar y estudiar tanto el miliario como a localizar los restos de la calzada.
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La calzada romana entre Emerita Augusta y Caesar Augusta a su paso entre Complutum y Segontia Elena Martín Blas El presente trabajo es un resumen de lo presentado en el X Encuentro de Historiadores del Valle del Henares. La infraestructura viaria romana desarrollada durante el Imperio no sólo fue un importante éxito, sino también un hecho de profundo significado. Proporcionó la base para establecer y mantener un Imperio con la máxima durabilidad de la Historia Europea. Así mismo establece las líneas por las que mercaderes, población, soldados, etc., intercambiaron ideas, cultura y formas de vida, otorgando una mayor homogeneidad al Imperio. Además determinó la localización de algunos de los grandes centros urbanos europeos, hoy en día aún vigentes. Los romanos aprendieron de los etruscos la habilidad de construir carreteras. Los etruscos, desde el siglo IX a.C., dejaron testigos en la actual Toscana que demuestran su habilidad como ingenieros1. Fueron ellos quienes enseñaron a los romanos a construir acueductos, puentes, carreteras,… pero los romanos dieron un paso más: pavimentaron milla a milla de cada una de sus vías principales. Otro factor fundamental en el impulso de la red viaria romana fue el cursus publicus o correo estatal, implantado en el siglo III a.C., que adquiere con la llegada del Imperio unas dimensiones desconocidas hasta el momento en ninguna civilización. En cada una de las provincias romanas dos o tres ciudades servían como nudos en las vías de comunicación. En Hispania tenemos a Caesar Augusta, Corduba y Emerita Augusta. La economía del Imperio romano dependía directamente de las carreteras, esta infraestructura otorgaba una facilidad expansiva mayor. El último paso en la construcción de una calzada es la colocación de miliarios. Se colocaban cada milla, en Italia cada uno de ellos contenía una inscripción dando la distancia desde Roma o desde la ciudad donde la carretera comenzaba. En cambio, en las provincias, los miliarios mostraban la distancia entre ciudades, entre la cabecera de la carretera,…ocasionalmente contenían más información
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como las distancias entre tres o cuatro puntos principales de la calzada o la distancia de un extremo a otro de la misma. Estos miliarios eran muy útiles y necesarios para un viajero o transeúnte de la calzada, que quisiese conocer cuanto camino le quedaba, donde podría comer o donde descansarían los animales. La política viaria romana llegó hasta Hispania, estableciéndose numerosas vías principales que unían las diferentes urbes y zonas importantes de la península, entrelazándose a su vez con otras de carácter secundario. Tal fue la obra realizada, que la península quedó totalmente comunicada entre sí, y con el resto del Imperio, sobretodo con la capital: Roma. En el caso de Hispania observamos que la continuidad de estas vías llega hasta el mismo siglo XIX, incluso en la actualidad, muchas de las carreteras nacionales que la surcan corren paralelas a antiguas calzadas romanas. Gracias a diferentes fuentes epigráficas y literarias, nos ha llegado hasta la actualidad una visión de lo que representaron estas calzadas, y a su vez una ayuda para poder continuar nuestras investigaciones acerca de las mismas. Una de estas fuentes principales2 para el estudio es el "Itinerario de Antonino", un recorrido detallado por las principales rutas de Hispania con los puntos de descanso y cambio de postas, en cada una de ellas y las distancias parciales entre los mismos. Existen varios problemas acerca de esta fuente, ¿quién era Antonino? Se supone que se refiere a uno de los emperadores Antoninianos pero es algo hipotético, ¿Cuál era el fin de este documento?,…preguntas sin respuesta lo que la convertiría en una fuente poco fiable pero la realidad es que es de las pocas con las que se cuenta para el estudio de las calzadas romanas en Hispania, algunos autores lo fechan en los años ochenta del siglo III, en época de Diocleciano. Otra fuente es el Anónimo de Rávena, una cosmografía del mundo conocido hasta entonces, realizada supuestamente en el siglo VII d.C., perteneciendo a un autor cristiano lo que se nota en la
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obra. Se piensa que se fundamenta en la Tabula Peutingeriana y en otros mapas realizados por geógrafos anteriores. Ya en época Renacentista contamos con las obras de Ambrosio de Morales, cronista de Felipe II y Antonio Agustín, personaje de gran importancia, estudiosos de la numismática y de la toponimia peninsular. Sus obras beben de fuentes antiguas, principalmente de las obras de Estrabón, Mela, Ptolomeo, Avieno, Itinerario de Antonino,…3 Dentro de este amplio tema, el objeto de esta exposición no es más que intentar ofrecer toda la información posible acerca del tramo entre Complutum y Segontia, etapa perteneciente a la vía encargada de comunicar Emerita Augusta (Mérida) con Caesar Augusta (Zaragoza). Si tomamos un mapa de Hispania en época imperial con sus trazados de vías observaremos rápidamente que la mayoría de estas se encontraban situadas en las costas, recorriendo las principales urbes costeras y uniéndolas entre sí. Este tipo de calzadas serian denominadas como Viae Publicae, es decir, vías que comunicaban ciudades principales y estaban a cargo del Estado. La vía Augusta o Heraclea unía la mismísima capital del imperio, Roma, con la otra punta del mismo, de forma literal, Gades, el recorrido de esta queda bien explicado de forma detallada en los famosos Vasos de Vicarello, pasando por todo la costa mediterránea peninsular. La Vía de la Plata se trazaba entre Emerita Augusta y Asturica Augusta, uniendo la provincia de Sur a Norte. Otra vía importante sería la del norte, recorriendo la etapa comprendida entre Astorga y Tarragona, atravesando ciudades importantes como Clunia, Numantia o Caesar Augusta. Todas estas vías se unirían en diferentes puntos entre si para de esta manera poder acceder a todos los puntos de la provincia Hispana. Aún así si nos fijamos en el mapa resultante del recorrido de estas vías nos daremos cuenta que el interior peninsular quedaría supuestamente incomunicado. Pero el "Itinerario de Antonino" nos habla de una vía4 muy importante que atravesaba de suroeste a noreste la Península, partiendo de Emerita Augusta y llegando hasta Caesar Augusta. Recorrería numerosos puntos siempre siguiendo una técnica constructiva muy depurada, saltando
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los impedimentos orográficos que ofrece la geografía peninsular. Esta calzada estaría dentro del grupo de las vías principales ya que une dos de las principales ciudades romanas hispanas. Al llegar a la etapa Complutum-Segontia, tras pasar por diferentes zonas, tomaba el corredor del Henares como paraje natural que ofrece una forma sencilla de paso y así facilitar el tránsito. Aquí el principal guía del camino es el Río Henares. Podemos observar cómo los romanos eran verdaderos ingenieros de caminos, no solo tenían una desarrollada técnica constructiva sino que también sabían aprovechar los pasos naturales que les eran ofrecidos. Entre las dos mansiones Complutum y Segontia, la vía tomaría el Río Henares como recorrido y seguiría su trazado a lo largo del Valle5, como explica topográficamente Abascal Palazón en su libro sobre las vías de comunicación romanas en la provincia de Guadalajara, intentando ofrecer una hipotética visión del paso de esta calzada por tierras alcarreñas. El camino en esta zona toma un perfil longitudinal, ofreciendo una capacidad portante con lo cual estaríamos ante una calzada de rodadura, que facilitaría el paso de mercancías. Lo cuál queda comprobado al aparecer materiales procedentes de otros lugares del Imperio en el centro peninsular, tales como cerámicas o mármoles exóticos. En la primera etapa del tramo, nos encontramos con la mansión de Complutum. Algunos autores explican al estudiar más detenidamente el Itinerario de Antonino, que esta mansión está escrita en caso acusativo concluyendo que Complutum estaría cerca del paso de la calzada6. Una realidad es que en el siglo III d.C., la ciudad de Complutum se trasladó desde el Cerro del Viso a su localización actual, más cerca del propio Río Henares, y si tomamos las indicaciones dadas por Abascal, sobre la situación y paso de la calzada por Complutum, más los miliarios encontrados7, podríamos llegar a pensar de que realmente la vía llego a pasar por Complutum, además contamos con varios datos arqueológicos que demuestran el paso de ésta cerca de la ciudad. El cambio de localización de la misma podríamos achacarlo a un interés económico más que geográfico, ya que la nueva zona de expansión elegida añade un problema de agua, es decir, a menos
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de un metro bajo el suelo se encuentra agua, entonces ¿porqué este traslado desde una zona con un suelo mejor para poder construir? Posiblemente por la causa anteriormente mencionada, un interés económico, ya que al situarse en un cruce de caminos y en el paso de una vía importante como lo era esta, se diera el empujón necesario para que Complutum se desarrollara como urbe importante dentro de Hispania y dentro del Imperio, así como una forma de dar salida, más fácilmente a sus productos comerciales.
muestra un factor importante para demostrar la importancia de esta calzada a nivel comercial y económico.
A partir de Complutum y saliendo de la ciudad por el antiguo Camino de los Afligidos, de época visigoda, la vía continuaría paralela al curso del río Henares, recorriendo numerosos enclaves hasta
Cabe mencionar, que en la actualidad a tres kilómetros de Azuqueca de Henares, en el pueblo de Alovera, se están realizando trabajos arqueológicos, dando en primera instancia unos resultados que hacen pensar en procedencia romana11. Situados en una zona cercana a las vías del ferrocarril y dentro del marco territorial de las villas romanas encontradas en Azuqueca de Henares, mencionadas anteriormente. Además de numerosos asentamientos que han ido apareciendo según se va industrializando el corredor.
La otra cercana al río Henares y dentro de la propiedad privada de la Finca Acequilla, perteneciente al Marqués del Valle de la Colina10. Aquí, aparte de vestigios que demuestran la existencia de una villa romana, se encontraron varios elementos de acepción visigoda pertenecientes a varios ajuares funerarios.
Esto plantea la hipótesis de que en la etapa entre Complutum y la siguiente mansión Arriaca, existía una amplia densidad poblacional demostrada con los últimos descubrimientos realizados, llegando a la conclusión de un yacimiento romano cada 2’5 kilómetros en esta zona12.
El sector Complutum - Segontia de la vía Emerita Augusta - Caesar Augusta, según Roldán.
llegar a la siguiente mansión mencionada por Antonino, Arriaca. A lo largo de este trazado intermedio, numerosos vestigios arqueológicos nos demuestran el paso de la calzada, a la altura de Azuqueca de Henares, ya en la provincia de Guadalajara, se encontraron y se excavaron dos villas romanas, las dos con una cronología del siglo II d.C. pero en diferentes enclaves geográficos. Una de ellas en el polígono industrial Comendador, situada paralelamente al recorrido del ferrocarril (Madrid-Barcelona)8. Se encontraron varias estancias construidas con muros así como varios materiales, entre ellos cabe destacar unos fragmentos de terra sigillata hispánica, cuyo estudio podría confirmar la relación con los alfares riojanos9, cuyas producciones llegaron a casi toda la Península Ibérica, incluyendo el corredor del Henares, lo que
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El trazado verdadero de la vía en esta zona es bastante desconocido, aunque se encontraría posiblemente en el camino central que dejan estas villas y asentamientos, en el recorrido actual de la carretera Nacional II, que transcurre dirección Madrid -Barcelona. Siguiendo el camino marcado en el itinerario de Antonino, la siguiente parada sería Arriaca. Identificada por algunos autores con la actual Guadalajara, aunque algunos restos encontrados hace pensar que su verdadero emplazamiento se encontraría en el triangulo formado por las poblaciones de Usanos, Marchamalo y Fontanar. A partir de esta zona, la vía seguiría el cauce del río Henares hasta llegar a Caesada, en la actualidad perteneciente al municipio de Espinosa de Henares, donde en 1980 hubo una excavación con resultados que demuestran la existencia romana en la zona, además el perímetro urbano de dicho yacimiento coincide con las 46 millas mencionadas por Antonino desde Complutum13. El
camino
desde
Caesada
hasta
Segontia
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(Sigüenza), parece bastante incierto, ya que continuaría por el margen del Río Henares, hecho bastante complicado por la geografía de la zona. Llegaría hasta el pueblo de Matillas y abandonaría el Río Henares para continuar por el Río Dulce, exactamente por el margen derecho del mismo, seguidamente seguiría su trazado por un camino paralelo o cercano a la carretera entre Mandayona y Sigüenza, así hasta llegar a Segontia14. En realidad no se ha encontrado ningún camino o prueba que demuestre la existencia del paso de esta vía por la zona. Con lo cual cualquier afirmación acerca del trazado original del paso de la calzada entre Arriaca y Segontia parece bastante aventurada e hipotética, solo se pueden realizar
varías lápidas funerarias romanas, datadas alrededor del siglo II d.C. Entre ellas destacan: a) [Va]lerius / [Vale]rianus / Segontinus / annor(um) XXII / h(ic) s(itus) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis)15 En este caso estamos ante un Segontinus, un topónimo inusual, ya que solo existen dos inscripciones más, una encontrada en Tarraco16 y otra en Azuqueca de Henares17 (Guadalajara). Este topónimo normalmente se identifica con la actual Sigüenza, en este caso es una solución factible ya que según el Itinerario de Antonino Segontia se encontraba a 63 millas de Complutum, coincidiendo con la localidad de Sigüenza, pero no hay que olvidar que Ptolomeo, Plinio y Estrabón sitúan el
Vista de la ciudad de Sigüenza; la ruta 24 del Itinerario de Antonino discurriría a espaldas de la ciudad, quedando en segundo plano en la imagen
suposiciones por el momento. En cambio si que se han encontrado pruebas epigráficas que documentan el paso de personas por la zona. Estas pruebas son inscripciones funerarias encontradas a lo largo de la etapa explicada, estos personajes fallecidos a su paso por las diferentes zonas de la calzada se caracterizan porque en su lápida se especificó su lugar de origen. Por ejemplo, en la fachada de la Catedral Magistral de Alcalá de Henares se encontraron
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mismo topónimo entre los arévacos, en la rivera del Duero. Si fuera así, Segontia no dependería del conventus caesaraugustanus sino de Clunia. b) D(is) M(anibus)/ Corelli(o) / Saturnino / ann(orum) XXX/ Corell[i]us / limicus fra/tri piissimo / s(it) t(ibi) t(erra) l(evis) 18 Aquí nos encontramos ante un limicus, topónimo que pasa a engrosar la larga lista de foráneos que aparecen en las inscripciones de Complutum.
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c) Herculi / sacrum / G(aius!) Annius et/ Magia Atia/ Clun(ienses) ex vot(o) 19 d) L(ucio) Sepronio Lovi/ [filio] an(orum)/ ux[a]mensi/ [P]er [pe]na/ [f(aciendum)] c(uravit) Dos ejemplos de clunienses encontrados en Complutum. Normalmente los celtibéricos elegían como lugar de migración los territorios situados al oeste, pero también los de la Meseta Sur Oriental, siendo Complutum un lugar de paso obligado20. Este segundo caso destaca porque los habitantes de Uxama Argaela destacan por su capacidad migratoria21. Cabe mencionar también la pieza encontrada en Azuqueca de Henares cuyo protagonista es otro seguntino y que fue encontrada siguiendo la vía en dirección Arriaca, cerca del curso del Río Henares: e) Dis Man(ibus) / M(arco) Messio Abscanto / Seguntino / Iulia Scinti(l)a Marito / Pientisimo et sibi22 La zona estudiada en profundidad ofrece numerosos datos que demuestran el continuo paso de transeúntes y mercancías por la calzada. Varios ejemplos citados con anterioridad de asentamientos romanos aparecidos y estudiados, situados en las cercanías de esta etapa de la calzada, además de numerosas inscripciones de personajes que perecieron en el camino y que fueron enterrados junto a su correspondiente lápida, dejando un testigo de su paso por la calzada. Además no hay que olvidar que el recorrido entre Emerita y Caesar Augusta era una forma de atravesar el centro peninsular, por un camino relativamente llano y por consiguiente relativamente fácil, que a través del Valle del Ebro, cuya situación natural hacen de él un camino con salida hacia el mar y por lo tanto con posible dirección al centro del imperio Roma. Todos estos datos expuestos a lo largo del documento ofrecen una visión primaria de lo que pudo ser y significar el corredor del Henares en época romana, lógicamente solo son pequeñas pinceladas dentro de un lienzo que aún queda por terminar de determinar, y de encajar todas las piezas.
Notas 1) Casson, Lionel, Travel in the Ancient World, The Johns Hopkins University Press, London, 1994.
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2) Roldán Hervás, J.M., Itineraria Hispania. Fuentes antiguas para el estudio de las vías romanas en la península ibérica, Dep. de Hª Antigua, Universidad de Valladolid, Madrid, 1975. 3) V.V.A.A., Rutas, ciudades y monedas en Hispania, Archivo Español de Arqueología, Anejos de AEspa XX, Madrid, 1999. 4) Se trata de la vía número 25 según la división realizada por Antonino. 5) Abascal Palazón, J. M., Vías de comunicación romanas de la provincia de Guadalajara, Guadalajara, 1982. 6) Arias, Gonzalo, Repertorio de caminos de la hispania romana, 1987. 7) CIL II, 4912, Imp(erator) Nerva / Caesar Aug(ustus) / Traianus Ger(manicus) / pont(ifex) max(imus); CIL II, 4913, Imp(erator) Nerva Cae/sar Au[g(ustus)] Trai/anus Ger(manicus) pont(ifex) / max(imus) trib(unicia) pot(estate) / [II]II p(ater) p(atriae) co(n)s(ul) I[I] res/tituit a / Compl(uto) 8) Balbín, R y Valiente, J., Carta Arqueológica de la provincia de Guadalajara, Arqueología de Guadalajara, Patrimonio Histórico-Arqueológico, Castilla- La Mancha, Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-la Mancha, Toledo, 1995. La denominación de esta excavación es "Polígono Industrial UG-XVI" 9) Cardín López, Isabel y Cuadrado Prieto, Miguel Ángel, Una casa romana en el polígono industrial de Azuqueca de Henares (Guadalajara), Actas VIII Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, Alcalá de Henares, 2002. 10) Vázquez de Parga, L., Informe provisional sobre las excavaciones arqueológicas en Azuqueca (Guadalajara), Noticiario Arqueológico hispánico, VII, 1963. 11) En el último Congreso de Musealización de Yacimientos Arqueológicos (Santiago de Compostela, noviembre de 2006), se presentó un primer avance de los resultados de la excavación dirigida por Ernesto Agustí, en Val de la Viña, donde, efectivamente, se documentó una zona productiva de una villa romana [N. del Ed.] 12) Cardín López, I. y Cuadrado Prieto, M. Á., Una casa romana..., Actas VIII Encuentro de Historiadores del Valle del Henares, Alcalá de Henares, 2002. 13) Abascal Palazón, J.M., Vías de comunicación romanas de la provincia de Guadalajara, Guadalajara, 1982. 14) Ibidem n. 13 15) HEp I, 460. 16) CIL VI, 3853. 17) Abascal Palazón, J.M., Epigrafía romana de la Provincia de Guadalajara, Wad-Al-Hayara 10 (1983), pp.69-71, n.15. 18) CIL II, 3034. 19) CIL II, 5855. 20) Gómez-Pantoja, J., Inscripciones romanas de la catedral magistral de Alcalá de Henares, en C. Alonso del Real et al. (eds.), Urs Aeterna (Actas y colaboraciones del coloquio internacional "Roma. Entre la literatura y la historia. Homenaje a la Prof. Carmen Castillo) Pamplona: 2003, pp. 493-511. 21) Haley, E.W., Migration and Economy in Roman Imperial Spain, Barcelona 1991, p.87. 22) Abascal Palazón, J.M., Vías de comunicación romanas de la provinca de Guadalajara, Guadalajara, 1982.
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Revisión 2006 de la A-24 Enrique Suja Los arcanos que oculta el recorrido de la A-24 a su paso por la Comunidad de Madrid parecen destinados a convertirse en un siempre inconcluso estudio. Los más de ellos los hemos perdido definitivamente con el pasar de la vida, algunos otros los hemos atisbado in extremis y, los que aún corrían libres por el campo se han encontrado con un reciente depredador de corazón mecánico y gasolina en vez de sangre que está desprendiendo rápidamente los cuarzos del empedrado: las motos, los quads y los 4 x 4. Confiemos en la buena disposición de los viatores para poder completar su estudio antes de que no quede ningún vestigio del interesante poblamiento romano en el oeste de la Comunidad de Madrid.
Descendemos hacia el sur por el camino de los Palacios, actualmente carretera entre Colmenarejo y Villanueva del Pardillo, pasamos por la Universidad Carlos III en cuyo entorno se encontraba el "caño viejo", un manantial en las resecas lomas a 20 metros del camino. Cuando lo vi semienterrado estaba protegido por grandes piedras no demasiado antiguas.
El tramo de esta vía comprendido entre el puerto de la Fuenfría y el pueblo de Galapagar viene siendo estudiado desde antiguo y ya nos ha desvelado muchos de sus secretos: el miliario de Cercedilla hallado por Blázquez en 1916 o el "Miaccum" de Collado Mediano descubierto apenas en el año 2005, los tres hitos de piedra que se encontraban en 1630 junto al Camino Real en el término de Guadarrama, los magníficos restos en Monesterio, la piedra miliaria y la posible ara de Galapagar, etc. Entre Galapagar y Colmenarejo el camino del Prado de Marinero parece la mejor posibilidad.
Las vetas de mineral corren entre Colmenarejo y Galapagar donde también existen minas de este metal. Y no resulta difícil asociar el nombre de este segundo pueblo con las tortas del metal fundido conocidas como galápagos.
El tramo de ruta que vamos a describir comienza en Colmenarejo, se acerca al río Aulencia, cruza el casco urbano de Villanueva del Pardillo, circunda el despoblado del Retamar y lo perdemos en el Km. 21,700 de la autopista de A Coruña. Unos 19 Km., unas 13 millas. Se trata de un camino empedrado con cuarzos y pegmatitas que conserva un ancho estable de 4 metros a lo largo de todo este recorrido. Recordamos que cuatro metros es también el ancho del camino en Collado Mediano. Nosotros encontramos el camino empedrado al sur del pueblo de Colmenarejo, allí donde se encontraba la "Piedra de las Mozas" que se perdió durante la urbanización de la zona. Según me dijeron se trataba de una piedra con letras que se encontraba clavada en uno de los prados junto al camino.
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A los dos kilómetros sale a la izquierda un camino que nos llevará a la "Mina Pilar", abandonada en los primeros años del siglo XX, cuyos filones de cobre ya fueron beneficiados por romanos y visigodos. Grañeda, et. al. 1944, dice que "la mina de Colmenarejo fue explotada ya en época romana y por la fuerza tuvo que serlo por los visigodos"1.
Continuamos 1 Km. más sobre el asfalto hasta que encontrarnos, a la derecha, con la colada Cabeza Aguda. Allí, en un altillo, se encuentra un monolito que señala el Coto Real en 1793. Según descendemos hacia el río Aulencia vamos viendo amplios tramos del camino empedrado a nuestra izquierda (foto 1) hasta encontrarnos con una bifurcación en el camino. Se trata del punto Titultiam de la A-24, del que nos ocuparemos más adelante. Desde este punto comienza a girar al S-E durante 1.500 m. hasta encontrarse con el arroyo Valbellido a 200 metros del río Aulencia. A partir de aquí toma una clara dirección Este, manteniéndose visible 1.500 metros más. Estos tres últimos kilómetros se encuentran dentro de la Finca Garnica (Garnica, como sabemos, fue un contador de Hacienda con Felipe II que acabó siendo señor de Valdetorres). Las propias "casas de Garnica" se encuentran ubicadas sobre un mirador terraplenado sobre el río, la civitas y su molino harinero. Situadas a 300 metros del camino empedrado parecen una buena propuesta para una villa. La huella del camino perdido entre los sembrados acompaña, al norte, la M-503 durante 1.000 metros hasta llegar al arroyo de Los Palacios. El arroyo sólo se llama así en ese lugar y me parece una clara referencia a las edificaciones romanas que debieron
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De arriba abajo y de izquierda a derecha, (1) El camino en Colmenarejo, (2) El camino en Villanueva del Pardillo, (3) El Vado del Guadarrama y (4) El camino en Las Rozas
existir en la suave loma que asciende hasta el actual casco urbano de Villanueva del Pardillo, estas edificaciones debieron de ser el origen de este pueblo. Gregorio de Andrés hace derivar Pardo de la voz latina paries = pared, de donde se derivan parietinas = casa con paredes sin techo y pardia = ruinas de un edificio2. En la fotografía del vuelo del 38-39 y en los fotoramas de la zona que podemos visualizar en Google Earth vemos que la ruta atraviesa en diagonal el casco urbano con dirección N-O, entra en el pueblo por la calle del Caño Nuevo, pasa junto a la iglesia y sale por la calle Severo Ochoa que es en realidad el camino del retamar urbanizado, la A-24. A los pocos metros del último hormigón aparece nuevamente el camino empedrado con cuarzos que sigue manteniendo el ancho de cuatro metros. (Foto 2). A 1.500 metros del pueblo, en un promontorio, se
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encuentra la "casa del Cerro Martín"; el camino que conduce a ella arranca de la propia vía y presenta el mismo aspecto del empedrado. Unos 1.500 metros más adelante llegamos al río Guadarrama que cruzamos mediante un vado. Lamento con esta noticia decepcionar a los que buscaron un puente durante tanto tiempo pero, al menos, queda resuelto este arcano. Este vado (foto 3) resulta naturalmente un lugar emblemático; actualmente en él se encuentra el mojón jurisdiccional de tres términos municipales: Villanueva del Pardillo, Galapagar y Las Rozas y, seguramente existió durante mucho tiempo otro muy polémico que separaba el Alfoz de Madrid de las tierras de Segovia. Quinientos metros después de cruzar el río, ya en la margen izquierda, término municipal de Las Rozas, ascendemos a una amplia terraza donde se encuentran los restos del antiguo despoblado del Retamar donde se veneraba la imagen de
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Nuestra Señora del Vado. Este poblamiento tendrá seguramente un origen romano. Ceán Bermúdez en el Sumario de Antigüedades Romanas en España, supongo que refiriéndose al lugar, escribe: "En su recinto aún se perciben algunos vestigios al parecer de la antigua ciudad de Miacum en la Carpetania y, al decir de otros arqueólogos también son descubiertos restos romanos, cimientos de antiguas construcciones, pedazos de argamasa endurecida por la acción de los siglos y fragmentos de barros colorados de los que se designan con el nombre de saguntinos"3. Ceán Bermúdez cita Miaccum pero yo prefiero evocar los nombres de Egelesta o Ilarcuris.
Madrid con Alfonso VI, a quien el rey entregó tierras y escudo5. La ruta circunda el despoblado por el norte para cruzar la C-505 Las Rozas-El Escorial muy cerca de la rotonda del puente del Retamar, siendo visible unos ciento cincuenta metros más (foto 4), se dirige al oeste durante cuatro kilómetros atravesando los lugares de la Viña Tapia, Nava de los Santos y Fuente del Cura, todos ellos desaparecidos bajo las urbanizaciones de El Cantizal, Monte Rozas y el Parque Empresarial. Perdemos el camino definitivamente junto al Km. 21,7 de la autopista de A Coruña, cerca del apeadero de Pinar, allí donde el mapa dice "coto caído", precisamente6.
El lugar del Retamar fue en 1312 de García
Cordel de la Despernada
Fernández, nieto de Donna Silocha4, quien fuera también propietario de El Forcajo antes de ser Villafranca del Castillo o Castillo de San Andrés, ambas tierras fronterizas. Tal vez este personaje sea descendiente de aquél capitán segoviano del mismo nombre que se distinguió en la toma de
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Todo este recorrido debe de haber sido utilizado para el desplazamiento de las monterías de Alfonso XI en 1342. Finalmente, si unimos el último tramo de la A-29 Chapinería-Titultiam con el tramo de la A-24 Titultiam-Complutum obtenemos un camino festo-
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neado de enclaves habitados que cruza la Comunidad de Madrid con dirección O-E. En el punto Titultiam que dejamos atrás debía de existir un cipo indicador del viario aún en el siglo XV, como se desprende de la lectura de las Relaciones7 …"y en el mojón de este bosque y dehesa estaba puesta una estatua de piedra en figura de mujer, en medio del Camino Real"…"va desde Segovia a Toledo y pasa por medio de este lugar"…"y pasando gente le arrojaban piedras de tal suerte que acertaron a romper una de las piernas". Una estatua muy interesante teniendo en cuenta la proximidad de la civitas, desde entonces este tramo de vía que une este punto con el final de la A-29 en Villanueva de la Cañada se conoce
de Peguerinos. Debió de tener cinco ojos y se conservan dos tajamares y las dos rampas de acceso. El total de la obra supera los 30 metros de largo con un ancho de cuatro. Parte del material original se encuentra reciclado en las posteriores construcciones del entorno. Trescientos metros aguas abajo se encuentran los restos de una represa cuyas aguas estaban destinadas a poner en funcionamiento la mola acuaria. Las ruinas de este molino forman parte de un puente, actualmente caído, en el camino antiguo de Madrid a Robledo de Chavela que pasaba por este lugar en 1499. Es muy posible que estas tres construcciones, el pontón, la represa y el puente, fueran destruidas durante la batalla de Brunete en julio de 19378.
Titultiam y su entorno viario
como Cordel de la Despernada (Mapa 1). Conserva la orientación N-S y va a ser el nexo de unión entre las vías 24, 25 y 29, además de permitir el acceso al enclave aulentino. Bordeando los cerros en nuestro descenso hacia el río Aulencia nos encontramos con el único tramo conservado en este recorrido, felizmente en buen estado, construido mediante cuarzos apisonados y encajados por sendos bordillos de piedras. El ancho de la obra es aquí de cinco metros, lo que permite la especulación. Ya en el lecho del río nos hallamos con los restos de un pontón al uso de los
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Esta zona conserva el topónimo Politomena, de politus y de mena, Apolitomena en un documento de 1845 donde el prefijo apo sería griego. Las colinas de la margen derecha del río son ricas en vetas de caolín y feldespatos, que seguramente fueron beneficiadas por los romanos al mismo tiempo que las de cobre ya que el caolín resulta un elemento fundamental en el barniz de la cerámica sigillata. A los pocos metros de cruzar el río desaparece el camino, perdido en la frenética actividad industrial
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que desarrolló la Fábrica de Loza de Valdemorillo para la extracción de los feldespatos de la zona en la segunda mitad del siglo XIX, pero el trazado actual es el mismo. A un kilómetro al sur del citado pontón, a la izquierda, un diverticulum empedrado que ahora se dirige hacia el Este nos va a llevar directamente a la "puerta norte" de la civitas, siendo éste el único acceso. Algo más de dos mil metros al Sur se encontraba la Venta de la Hidalga o Venta del Molinillo, situada en el cruce de la vía con el camino de Matamoros que unía el despoblado del Villarejo con el pueblo de Valdemorillo y que debió de estar en uso durante mucho tiempo. El camino continúa unos trescientos metros más hasta perderse junto al "Cerro Lijar" bajo el asfalto de la M-600 con dirección a Villanueva de la Cañada, antiguamente La Despernada. Este camino intercambiador deberá de terminar en las primeras casas de este pueblo, allí donde se encuentra la calle empedrada: el punto Titultiam de la A-29. A partir de aquí el camino se bifurca y tiene otra nomenclatura: hacia el Poniente se llama Camino de Quijorna, la CL 3 del Mapa Índice de El Miliario Extravagante, y hacia el Sur el Balat Humayd o el carril de Tirabuey nos llevará seguramente al punto Titultiam de la A-25. Entiendo que en todo este entramado viario se cumple la teoría de los empalmes de G. Arias. En cuanto a Titultia ¿qué decir? Sigue siendo "la niña de mis ojos" en todo este estudio, siempre la he protegido. Luché y peleé por su honra cuando fue descarnada y lo que hoy escribo es en su beneficio. Baste entonces con un ramillete de consideraciones sobre su desaparición, entendiendo que su situación geográfica en el centro del importante nudo viario la convierten necesariamente en un gran almacén. Las Relaciones9 nos informan sobre los tesoros hallados en el lugar en tiempos de Juan II y Enrique IV de Trastámara, los sepulcros con ajuares, la propia estatua Despernada y el gran circuito de casas, ya despoblado en el siglo XV, asolado y sembrado con viñas a partir del siglo XVI. El agricultor que quedaba en la zona nos contó en una ocasión que después de la Guerra del 36 fue recogido todo el metal que se encontró por el campo para venderlo como chatarra; también nos dijo que la piedra de la zona se había recogido con carros
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para utilizarla en el firme de la M-503 y del puente sobre el río. Aún me produce escalofrío pensar que los deseados mármoles de la civitas puedan estar bajo el asfalto. Las graveras, con el correr del tiempo, se han engullido varias hectáreas del enclave y algún chalet ha crecido en la temporada de setas. Hace mucho tiempo que no visito la zona por temor a encontrarme con nuevos desmanes y he dejado la custodia del arcano a los pies de Aulentina, la ninfa del lugar.
Addenda De los cuatro puntos Titultiam que cita el Itinerario de Antonino, A-24, A-25, A-26 y A-29, dos han quedado al descubierto: A-24 Y A-29 y un tercero parece que está en fase de maduración: A-25. Solamente nos queda por situar al que se encuentra en la lejana A-26. Aquí es donde cedemos el uso de la palabra a los viatores que han estudiado esta ruta, de seguro que tienen una propuesta para esta localización.
Notas 1) Arquitectura y Desarrollo Urbano. Tomo VI. C.A.M. 1999; Libro Blanco de la Minería de la Comunidad de Madrid 1995; Las Minas de Cobre de Colmenarejo. Un trabajo de Luis Jord Bordehore, Octavio Puche Riart y Luis Felipe Mazadiego Martínez 2) Gregorio de Andrés. Las Cacerías en la Provincia de Madrid en el siglo XIV. Anales del Instituto de Estudios Madrileños. Tomo XV 3) Página Web del Ayuntamiento de Las Rozas 4) Tomás Domingo Palacios. Archivo General de la Villa de Madrid. Tomo I. 1888 5) Diego de Colmenares. Historia de Segovia. Cap. XI 6) He utilizado los mapas del Topográfico Nacional 1:25.000. Hojas: Galapagar 533-IV 558-II, Navalagamella 558-I y el Mapa Topográfico de la Comunidad de Madrid 1:5.000 7) Relaciones de Felipe II para la Despernada. Cap. I. 1575 8) La ofensiva sobre Segovia y la Batalla de Brunete. Monografías de la Guerra de España nº 7. Editorial San Martín. Madrid 1972 9) Relaciones de Felipe II para la Despernada. Cap. 49
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Los Beatles y Segóbriga :Algunas curiosidades y datos inéditos sobre las excavaciones en el teatro de Segóbriga en la década de los 60 del siglo XX. Santiago Palomero Plaza. La consulta de las Actas del Patronato Arqueológico Provincial que desembocaron en la creación del primer Museo de Cuenca nos proporcionó una serie de datos inéditos y curiosos sobre las primeras excavaciones en Segóbriga en la década de los 60 y sus resultados. Estas actas escri-
¡Qué podemos decir de aquellos tiempos de la Dictadura para que nadie se moleste, la última vez que les puse el color gris hubo alguna queja, así que lo dejaremos "en blanco y negro" y que cada uno interprete lo que quiera! Pero sí, presidia el Excmo. Gobernador Civil de la Provincia las reuniones y en
Vista aérea de Segobriga (Foto: Archivo Fotográfico del Museo de Cuenca)
tas de puño y letra por D. Francisco Suay Fernández nos han permitido un acercamiento profesional y humano a la figura de este conservador honorífico del Museo de Cuenca, gracias al cual el Museo hoy es una realidad y además nos permite asomarnos a aquellos dificiles primeros tiempos de la arqueología conquense.
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esta década los nombres fueron el de D. Eugenio López y López y el de D. Mariano Nicolás García, al que yo recuerdo vestido de civil-militar con aquella casaca blanca o de azul falangista en ocasiones señaladas; las reuniones se celebraban la mayoría en la Sala de Juntas del Gobierno Civil y estaban presentes los respectivos Presidentes de la Diputación (D. Guillermo Ruipérez) y Alcaldes
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de Cuenca (D. Rodrigo Lozano y D. Andrés Moya); como vocal figuraba D. Julio Larrañaga y los jefes del servicio económico de Ayuntamiento y Diputacion, que eran los órganos gestores de dicho Patronato, siendo secretario Paco Suay. Por aquellos tiempos y para que nos hagamos una idea en otros paises de Europa había democracia, con mayúsuculas y sobre todo "buenas vibraciones", por ejemplo en el Reino Unido los Beatles iniciaban desde la Caverna, el mítico local del grupo en Liverpool, su carrera musical. En 1962, cuando los Beatles componían y editaban "Love me do", nuestra Junta decretraba "se-
En el año 1963 en que los Beatles sacaban a la luz "With the Beatles" en nuestra junta de Patronato se informan de los primeros resultados de las excavaciones llevadas a cabo en el teatro de Segóbriga: La zona excavada corresponde al teatro, dejando descubierta una cuarta parte del mismo, encontrándose en muy buen estado de conservación, lo que será motivo para que, una vez totalmente excavado, se inicie su reconstrucción. Los resultados no han podido ser más halagüeños, junto con una buena cantidad de fragmentos de esculturas, en buen estado de conservación, han aparecido capiteles, fustes, epigrafía y gran cantidad de elementos decorativos y arquitectónicos, buena prueba del éxito y riqueza de la
Anfiteatro de Segobriga (Foto: Archivo Fotográfico del Museo de Cuenca)
sión ordinaria" en aquel frío febrero (¿es politicamente correcto decir que en la Dictadura hacía frío o hay que hablar de clima subtropical con fauna y vegetación subsahariana?). Pues bien sea como fuere lo reseñable es que en aquella Junta se solicita por medio de instancia al Sr. Director General de Bellas Artes una ayuda económica de 50.000 pesetas para realizar la primera campaña de excavaciones en la ciudad de Segóbriga, siendo Director del Museo de Cuenca y del Museo Arqueológico Nacional el prof. D. Martín Almagro Basch.
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antigua Segóbriga. Se ha recuperado asimismo un vaso romano de plata de gran valor arqueológico y una figurita de bronce... Igualmente se propone el desplazamiento de un escultor para que, con cargo a los fondos del Patronato, se proceda a la restauración de las estatuas y nadie mejor que el sr. Llopis, escultor al servicio del Museo Arqueológico de Barcelona, dependiente de la Excma. Diputación Provincial de Barcelona, para lo cual el Exmo. Gobernador realizará las gstiones oportunas para su desplazamiento. Tanto para ésta como para otras excavaciones se utilizan fondos del paro, concedidos por el Gobernador, que
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También en este año se adquieren dos peanas de piedra de Novelda para sustentar dos de los capiteles aparecidos en las excavaciones.
a la que faltan cabeza y brazos, en buen estado de conservación, capiteles, fustes, epigrafía y gran cantidad de cerámica muy fragmentada. Asimismo se deja al descubierto parte de la "muralla ibérica" (sic) al este de la ciudad, apareciendo al pie de la misma 16 enterramientos de niños de corta edad entre tégulas y urnas de ofrenda a su lado. Todos estos materiales han sido depositados en el Museo Arqueológico Provincial.
Se solicitan otras 50.000 pesteas a la Dirección General de Bellas Artes para el año 64 en Marzo continuar las excavaciones, mientras que el Gobernador Civil concede 55.000 para el mismo año 63 con cargo a los fondos del paro.
El Director de la excavación y del Museo Arqueológico, D. Martín Almagro resalta la necesidad de realizar una nueva campaña a finales de año para imprimir mayor ritmo a la excavación, para lo que sería preciso solicitar una nueva subven-
además servirán para señalizar Segóbriga en la carretera Madrid-Valencia y el arreglo de un tramo de un Km. de longitud del emplame entre la citada carretera y Segóbriga, ya que en épocas de lluvia se pone intransitable.
Termas de Segobriga (Foto: Archivo Fotográfico del Museo de Cuenca)
Entre el año 63 y 64 los Beatles editan "A Hard Day,s Night" y "Beatles for Sale" y en las actas del Patronato se recogen los resultados de la segunda campaña de excavaciones en el teatro de Segóbriga, realizados por el Director de la primera campaña, el Señor Díaz Martos, debidamente autorizado por la Dirección general de Bellas Artes. Como se esperaba, los resultados han sido tan buenos como en la primera campaña, excavándose aproximadamente la mitad de la "scaena" y "cavea" del teatro, encontrándose entre otros materiales de menos importancia una figura femenina
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ción a la Dirección General de Bellas Artes, una vez presentada la correspondiente memoria, ya que así lo exige dicho Organismo en reciente comunicación, la tercera campaña. El Sr. Almagro propone sean colocadas a ambos lados de la carretera nacional Madrid-Valencia, carteles y señales sobre Segóbriga y un panel explicativo al pie de la excavación de la importancia de la ciudad tanto en época romana como celtibérica. Por otro lado el Jefe de Servicio de Relaciones
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Exteriores de la Delegación Nacional de la Juventud, D. Gonzalo Alonso Santos, visita las excavaciones de Segóbriga con el fin de proponer allí la instalación de un Campo de Trabajo, similar al de las ruinas de Ampurias. Se consigue colocar indicadores en el tamaño autorizado por el MOPU en la carretera MadridValenica con la siguiente inscripción: "Ruinas de Segóbriga a 3 km. Cabeza de la Celtiberia (Plinio, XXI)" y otras dos flechas con el nombre de Segóbriga en la carretera de Saelices a Villamayor de Santiago.
del Museo, D. Francisco Suay, que a partir de ese momento, se hará cargo de las excavaciones, siendo desde entonces habitual su presencia y la de su familia en los veranos segobricenses. Por estos años entra en la historia de la arqueología peninsular uno de su pesos pesados actuales, D. Martín Almagro Gorbea, que realiza las primeras campañas en la que fue su primera excavación; La Necrópolis Celtibérica de "las Madrigueras" en Carrascosa del Campo, Cuenca. Lo sé muy bien porque entonces yo era un niño y esa sigue siendo la finca familiar hasta el día de hoy. Mi iniciación a la arqueología fue por "tradición oral" porque oí en mi casa como el hijo del panadero, Maximino, le
Segobriga, teatro (Foto: Archivo Fotográfico del Museo de Cuenca)
En el año 1965 vino la revolución de "Help" y el mundo "hippie" de amor y flores de los Beatles que se contrapone a la realidad nacional de los "25 años de paz" del eslogan franquista que un helicóptero del ejército arrojó sobre mi pequeño pueblo. Por aquel entonces se recoge de las actas del Patronato la realización de la correspondiente memoria de las excavacioes de Segóbriga para cuyo fin la señorita Elena Losada, Directora de la tercera campaña de Excavación, se traslada al Museo Arqueologico de Cuenca junto con el conservador
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contaba a mi padre, Maestro Nacional y amigo de Paco Suay, cómo junto al rio, en nuestra finca aparecían unas urnas de barro "que se le deshacían en las manos"; aquello me pareció muy poético y por eso quise desde ese momento ser arqueólogo. En el 66 los Beatles editan "Revolver" y en el 67 el muy famoso "Sargent's Peppers Lonely Hearts Club Band" y Martín Almagro, hijo, realiza la tercera campaña de excavaciones en Las Madrigueras, siendo los resultados tan interesantes como en las campañas anteriores. Han aparecido gran canti-
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dad de tumbas con ajuares que servirán para estudiar con todo detalle la vida del pueblo de los olcades. Y como ha sido tradición a lo largo de su carrera D. Martín Almagro Gorbea escribe su primera gran monografía, sobre las Madrigueras, que todos los estudiantes posteriores hemos manejado alguna vez, y más un servidor, que la tiene dedicada. Con cargo a los presupuestos ordinarios del Patronato conquense se realiza una pequeña campaña en el teatro romano con el fin de dejar libre de tierras todo el graderío, siendo para ello conveniente el empleo de una pala mecánica.
Beatles. Y qué decir del famoso Mayo francés, pues bien las actas del Patronato del Museo Arqueológico Provincial, que por cierto son las últimas que se conservan en el Museo y que hemos podido consultar, siguen impertérritas a lo suyo y ajenas al mundanal ruido revolucionario: Este es el año en que aparece el mosaico de Salvacañete y D. Julio Larrañaga, Delegado Provincial de Excavaciones Arqueológicas y Paco Suay, conservador del Museo realizan allí unas pequeñas catas, confirmando el hallazgo. También es el año en que el propio Profesor
Segobriga. Otra vista del teatro durante el proceso de excavación (Foto: Archivo Fotográfico del Museo de Cuenca)
El año 68 es un año mítico para nuestros Beatles porque sacan el conocido en el mundillo beatlemaniaco como "El Blanco"; todavía eran tiempos en que esos grandes LPs rodaban con la ayuda de una aguja, proporcionando eses siseo y silbido especial que los actuales CDs o MP 3 no producen siendo dificil de olvidar ese tonillo del "Obladi, Oblada" que ya forma parte de la memoria colectiva de la Humanidad y del Patrimonio Inmaterial con que la UNESCO debería distinguir a los
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Almagro se desplaza un par de semanas a Villar del Humo para estudiar, fotografiar y sacar los calcos de la zona de Selva Pascuala. Se realizan excavaciones arqueológicas en el ala derecha del teatro de Segóbriga, procediendo primero a retirar la tierra vegetal para llegar al estrato arqueológico, quedando la zona en condiciones óptimas para su investigación.
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Y no habiendo más asuntos que tratar la Presidencia del Pleno del Patronato levantó el acta de la sesión a las trece horas del 25 de febrero del 68, de todo lo cual como Secretario Paco Suay certificó... Luego ya la historia se olvida de este Patronato con la creación del Museo de Cuenca, su traslado desde el antiguo Pósito, su inauguración, su paso al Patronato Nacional de Museos y una historia que nació con el humilde museo de Paco Suay en Valeria hoy está a punto de presentar su renovado Proyecto Museológico de la mano de Ángel Fuentes, que esperemos vea la luz esta misma legislatura, 30 y pico años después de su puesta en funcionamiento. Qué decir de lo leido del viejo Patronato salvo subrayar la habilidad de D. Martín Almagro y Paco Suay para obtener fondos para museos en tiempos tan dificiles, siendo las Dictaduras poco proclives, por definición a aventuras culturales. Curiosamente 40 años después la necrópolis de la zona de Las Madrigueras en Carrascosa del Campo vuelve a ser noticia nacional porque la aparición de un poblado celtibérico, en las cercanías de la Fuente del Juncar, ha supuesto la paralización de un MacroProyecto Urgente de canalización y creación de un "pantano" en la zona con
el fin de dar agua a La Mancha desde el propio trasvase. El teatro de Segóbriga forma parte afortunadamente, aunque a mi juicio con demasiadas pegas, de un proyecto europeo de representación de teatro clásico por estudiantes de Bachillerato que inunda mayo y junio de una juventud que debía ser bienvenida a los museos y áreas culturales, pero que es no muy bien tratada y por el contrario vigilada a golpe de pito por empresas privadas de seguridad que atentan con esa actitud contra el buen gusto y la cultura. Esperemos que triunfe el sentido común y los estudiantes de clásicas dejen de ser tratados como borregos porque son personas más cultas que la media....Ahora Segóbriga es un Parque Arqueológico y mi amigo Gerardo, el viejo guarda, fue galardonado con la Medalla de Castilla la Mancha por el mérito a su trabajo. Y bueno, todos saben que los Beatles desparecieron, que un imbécil mató a John Lenon, pero que éste a cambio nos dejó "Imagine"...
Nota: [Los editores quieren expresar su agradecimiento al Museo de Cuenca, de cuyo Archivo Fotográfico proceden las cinco primeras imágenes que ilustran este texto, por la cesión de estos documentos históricos sobre las primeras excavaciones en Segobriga]
Imagen actual del Anfiteatro de Segobriga (Foto: Creative Commons)
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El camino de Albacete al Pozo de la Peña, Chinchilla de Montearagón (Albacete) Noticia preliminar de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo. F. Javier López Precioso, Rocío Noval Clemente, Maria Teresa Molina Torralba, Antonia Collados Jiménez. La oportunidad que hemos tenido durante el mes de agosto de 2006 para poder excavar lo que se ha venido denominado como la vía romana C-1 del catálogo de Arias Bonet, nos ha permitido poder evaluar arqueológicamente una calzada que comunicaba en el ámbito geográfico comarcal la ciudad de Chinchilla con la de Albacete. Dicha calzada se viene denominado catastralmente como Carretera Vieja de Madrid a Valencia y también como el camino de Albacete al Pozo de la Peña si atendemos a los planos cartográficos de escala 1:50.000. Dicha oportunidad viene dada por la construcción sobre unas 120 hectáreas de una urbanización residencial con un área dotacional. La deducción apriorística por la que se afirmaba que ese tramo de calzada era de origen romano ha llevado a una intensa confusión mediática y a una cierta presión que en ningún caso era aconsejable para el buen desarrollo de los trabajos de evaluación en el campo de la prospección superficial y de documentación arqueológica intensiva y extensiva en un segundo caso. Por ello establecimos una estrategia de trabajo que siempre nos ha funcionado: la total independencia de criterio profesional y la documentación en dos niveles básicos: la estricta metodología ar-
queológica, sustentada en el método Harris, complementada por un extenso equipo de trabajo y unos medios materiales de primer orden, y una intensiva consulta a los repertorios, artículos y libros sobre caminería española, de tal manera que no nos viéramos "contaminados" por la supuesta romanidad de la vía y pudiéramos trabajar en una amplísima banda cronológica que llega hasta nuestros días. Por otra parte hemos de decir que lo que aquí se escribe está sujeto a una revisión posterior, ya que el trabajo de consulta no ha finalizado y nos espera una ingente tarea de consulta en archivos y bibliotecas. La propia dinámica de la excavación nos ha permitido establecer una estrategia de trabajo donde ha sido importante el descubrimiento de una línea de documentación bibliográfica que tiene en cuenta las carreteras del siglo XVIII y XIX, que se expresa en diversas publicaciones de la Revista de Obras Públicas, iniciada en 1853 y en reuniones y congresos de caminería, obras publicas e historia de la construcción que han sido obviadas muchas veces. La excavación arqueológica constó de ocho grandes sondeos, la suma de los cuales arroja una superficie de intervención de 2.346,7 m2.
Figura 01. Sondeo 04. Tramo oriental de la calzada. Unidades estratigráficas.
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Relación de sondeos con sus medidas y superficie.
De todos ellos los sondeos 04 y 05 son los que han arrojado un mayor nivel de información sobre el estado de la calzada, a lo que debemos sumar el sondeo 02, lugar en el que ha parecido una gran tajea. Por el contrario los sondeos 06, 07 y 08, aquellos localizados más al norte y más cerca de Albacete, han arrojado menor información debido al alto nivel de destrucción por la continuadas labores agrícolas que han ido ocupando sistemáticamente la calzada, hasta reducir el camino a su mínima expresión. En el caso del sondeo 01, la calzada estaba totalmente desaparecida debido a la roturación del bancal de secano por donde discurría antiguamente. El sondeo 02 es el que ha dado una importante información estructural, ya que en él se descubrió una tajea de cuatro luces can aletas laterales y tajamares y una serie de unidades estructurales muy numerosas que permiten definir esta obra como compleja.
(2). Sondeo 05. Vista general con orientación N-S de la calzada. Bordillo oriental careado y obra pequeña de paso (tajea). (3). Sondeo 05. Vista parcial de la tajea. Orientación WE. Unidades estratigráficas. (4) Sondeo 06. Vista Sur-norte de la calzada. Unidades estratigráficas.
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En lo que se refiere a las consideraciones finales que hemos deducido de la intervención arqueológica hemos de hacer notar que estamos ante una noticia preliminar, por lo que estas conclusiones están sujetas a una revisión profunda, algo que ocurre con las definiciones de estructuras y estratigrafías son también preliminares. También queremos resaltar que usamos indistintamente los términos calzada, vía, camino o carretera a la hora de citar el eje de comunicaciones que hemos documentado y que no tienen valor cronológico sino que son sinónimos. Para nosotros tiene el mismo valor histórico una vía romana que
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un camino de ruedas del siglo XVI o que una carretera del siglo XVII o XIX. Se trata de una carretera con las siguientes características técnicas: Bordillos laterales de piedra caliza, formados por piedras de tendencia rectangular con acabado en la parte exterior. La distancia entre bordillo y bordillo es de 6,70 metros. La capa de rodadura se caracteriza por ser muy compacta y estar apisonada, es de color gris blanquecino, está compuesta de diversas capas de áridos, la más fina encima y es posible que sea asociable a los que se denomina como capa "macadam". Por otra parte creemos haber documentado restos de empedrado muy degradado en el sondeo 05. Existen dos obras de fábrica, una en el sondeo 05, denominada "tajea menor" y otra en el sondeo 02, denominada "tajea mayor". Dichas obras de fábrica están construidas con sillares de arenisca muy compacta. En uno de los sillares de la "tajea mayor se ha localizado una letra "A" tallada. En la revisión de la bibliografía de carreteras de época moderna y contemporánea, es decir entre los siglos XVI y XIX, hemos encontrado un esquema de la sección de las carreteras de los años 20 del siglo pasado muy ilustrativo, ya que es similar al que nosotros hemos documentado, con un ancho de vía de 6 metros. Ahora bien, la medida de 6,70 metros que nosotros hemos documentado corresponde más bien a caminos de primer orden del siglo XVIII. En lo que atañe a la cronología de la obra, la falta de datos que teníamos al principio ha ido supliéndose con diversas referencias que nos permiten pensar en estos momentos que el camino que nosotros hemos reconocido existe desde el siglo XVI al menos, y que estructuralmente es reformado en profundidad en la época de Carlos III, durante el mandato del Conde de Floridablanca. (5) Sondeo 07. Vista general sur-norte. Bordillo
Uriol Salcedo en su trabajo "Apuntes para una historia del transporte en España (II)", en la Revista de Obras Públicas, de Agosto de 1978, pp. 625 y ss., dice lo siguiente: "Completando los párrafos de Floridablanca con sus descripciones en los diferentes recorridos que hicieron por nuestro país, puede darse una idea bastante aproximada de la red española de carreteras al finalizar el reinado de Carlos III: a las carreteras construi-
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oriental; (6). Sondeo 07. Sección del corte 7. Unidades estratigráficas; (7). Sondeo 07. Vista nortesur de la calzada. Unidades estratigráficas.
das en tiempos de Fernando VI, de Reinosa a Santander y del puerto de Guadarrama, hay que añadir, casi siempre como mejoras de los caminos de ruedas preexistentes, los caminos, de Vitoria a Irún y a Pamplona, de Bilbao a Pancorbo, de
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de la Sierra de Guadarrama por el alto del León y por Somosierra, el tramo de Burgos a Vitoria en la carretera de Irún, varios tramos de las carreteras de Galicia y Extremadura, el tramo de Murcia a Cartagena, y de Lorca a Águilas, la comunicación con Antequera y Vélez Málaga..." Por tanto tenemos claro que la obra de fábrica que se ve y que nosotros hemos excavado puede fijarse cronológicamente en el último tercio del siglo XVIII, y que la cronología última de los restos estructurales de la carretera que hemos documentado se debe ubicar entre los siglos XIX y acaso principios del XX, aunque este último extremo se encuentra pendiente de confirmación, y que es denominada como "Carretera Vieja de Madrid a Valencia", tal y como figura en los planos catastrales del municipio de Chinchilla, y que hoy en día discurre al este de la que se usa. Es la que se denomina en tiempos de la Ilustración como "Carretera de Madrid a Valencia por Fuente de la Higuera", que después pasa a ser la N-430, y ser hoy la A-31 y la A-35. Los pequeños restos de empedrado localizados en la zona 05, sin una clara definición, pueden ayudar a fijar su uso en el siglo XVIII, pero el tamaño del mismo es muy reducido en comparación con la totalidad de la traza documentada. Por el contrario la capa de rodadura que se ve en superficie y que nosotros asociamos preliminarmente al tipo "macadam" habla de su uso continuado hasta finales del siglo XIX al menos. Tal y como hemos comentado más arriba es evidente que tiene su origen al menos en el siglo XVI y que puede ser el recuerdo de la vía romana que unía Cartagena (Carthago Nova) con el centro de la Península Ibérica, pasando por Saltici (Chinchilla). No tenemos datos para determinar que el uso de este tramo se inicie en época romana, si bien se considera que la vía C-1 del repertorio de Arias Bonet, dentro del ámbito de la provincia romana cartaginense, pasa a los pies de Chinchilla, fundamentándose en diversos trabajos antiguos. (8). Sondeo 08. Vista general del corte. Orientación Sur-Norte; (9). Sondeo 01. Vista general. Orientación E-W; (10). Sondeo 02. Obra de fábrica –Tajea-. Orientación E-W. Unidades estratigráficas.
Madrid a los Reales Sitios, el camino de Madrid a Cádiz, casi en su totalidad, el de Madrid a Valencia por Fuente de la Higuera, varias leguas, desde Barcelona, en los caminos hacia Zaragoza y Valencia, los caminos desde Madrid a los pasos
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Ahora bien, lo que sí es cierto es que Saltici existe y que está comunicada con otras poblaciones romanas de la provincia de Albacete. Es posible y casi cierto que el yacimiento romano conocido como el Pozo de la Peña sea esa Saltici y que la red viaria siempre pase por sus cercanías, por ello esta calzada que hemos documentado es el recuerdo de ese eje viario de época romana. Otro aspecto que queremos resaltar es que no se han realizado trabajos intensivos de prospección
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viaria por la zona y que todo parecen ser noticias vagas y difusas, y que la excavación arqueológica realizada por nosotros en esta zona es la única que nos puede ayudar a entender la red viaria antigua de la provincia de Albacete en este territorio chinchillano. También aparece una referencia en el repertorio de caminos de Villuga de 1.543, y de una manera muy sintomática: una pequeña raya recta que enlaza Cingila, es decir Chinchilla, con Albacete. Es claro que esta base es la que sirve de apoyo para establecer la red de caminos reales, que después pasará a ser la Red de Carreteras en el siglo XIX. Lo que nosotros hemos documentado es un tramo sensiblemente recto que enlaza el Pozo de la Peña con el centro de Albacete, tal y como se aprecia en la foto aérea, que enlaza con una calzada de alta calidad dos poblaciones muy significativos, por una lado la ciudad más importante de esta zona del Reino de Murcia, que después será capital provincial y por otro la ciudad histórica de Chinchilla. El que la carretera local B-12, que sale del Pozo de la Peña, aproveche parte del trazado para ser reasfaltada y que exista otro tramo de carretera que va desde el enlace con la autovía hasta Albacete nos hace pensar también que es una carretera conocida hasta tiempos relativamente actuales y que se reaprovecha en algunos tramos para dar servicio a edificaciones actuales. De todo lo anterior se deduce que hemos realizado una excavación arqueológica en un tramo de carretera que se usó hasta tiempos relativamente recientes, que tiene su origen al menos en el siglo XVI y que fue profundamente reformada en el siglo XVIII. No es descartable que sea el recuerdo de un eje viario de época romana, pero de este momento no hemos encontrado restos evidentes que lo puedan corroborar, pero es lógico pensar que así sea. Los resultados de la excavación han permitido establecer una serie de recomendaciones por las cuales se propone a la administración competente en materia de patrimonio histórico que se conserven los tramos documentados en los sondeos 04 y 05 y que se conserve la tajea del sondeo 02, liberando aquellas otras zonas en donde los restos viarios están muy degradados. Hemos de reseñar por otra parte la notable actuación de los técnicos de patrimonio histórico de la Delegación de Cultura de Albacete, que han colaborado en todo momento con los técnicos que han llevado a cabo la inter-
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(11). Sondeo 08. Vista parcial de la obra de fábrica. Orientación oeste. Unidades estratigráficas; (12). Sondeo 03. Vista parcial. Unidades estratigráficas; (13). Sección de carretera. Tomado de Manuel Aguilar "Secciones transversales de carreteras con afirmado de macadam ordinario". Revista de Obras Públicas, 1923, 71, tomo I (2387): 133-134.
vención arqueológica, realizando las visitas informativas y de control pertinentes.
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Abascal, J. M. (1990): Inscripciones romanas de la provincia de Albacete. IEA, serie I, no 51. Albacete, 1991. Arias Bonet, G. Catálogo de Vías romanas de Hispania. Versión final recapitulativa de todo lo publicado en las cuatro épocas de El Miliario Extravagante (1963-2004) y de lo publicado en los números 0 a 2 de El Nuevo Miliario (2005-2006). Blánquez Pérez, J. J. (1990): La vía Heraklea y el camino de Aníbal. Nuevas interpretaciones de su trazado en las tierras del interior. La red viaria en la Hispania romana, pp. 65 y ss. Zaragoza. Blázquez y Delgado, A. y Blázquez y Jiménez, A. (1921): Vías romanas de Albacete a Zaorejas, de Quero a Aranjuez, de Meaques a Titulica, de Aranjuez a Toledo y de Ayamonte a Mérida. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, 40. Madrid. Carrasco Serrano, G. (1988): Comunicaciones romanas de la provincia de Albacete en los itinerarios de época clásica. Al-Basit, nº 23, pp. 35-42. Carrasco Serrano, G. (1995): Aportación al análisis del poblamiento romano de la provincia de Albacete. Caesaraugusta, nº 71, pp. 241-255. Carrasco Serrano, G. (1999): La ocupación del territorio provincial de Albacete en época romana: ciudades y villae, Homenaje al profesor Montenegro: estudios de historia antigua, pags. 521-530. Carrasco Serrano, G. (2000): En relación a las vías romanas y mansiones del Territorio provincial de Albacete, Espacio, tiempo y forma, serie II. Historia antigua, nº 13, pp. 241-255.
(14) Sondeo 02. Tajea mayor. Letra A. Detalle; (15) Sondeo 05. Restos de posible empedrado. (16) Detalle del mapa de Pero Juan Villuga (1546)
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La calzada de La Losilla (Albacete) José Luis Fernández Montoro, Jesús Rodríguez Morales, Isaac Moreno Gallo
A mediados de la década de los años noventa, la realización de una serie de exploraciones a lo largo de un eje NW-SE, cuyos extremos se sitúan en las inmediaciones del pueblo conquense de Pozoamargo y la ciudad albaceteña de Chinchilla de Montearagón, nos había permitido comprobar la similitud de una variedad de restos viarios localizables a lo largo del mismo. Respaldados por la historiografía y la bibliografía existente, determinamos que su desarrollo debía de formar parte del trayecto de la vía romana que enlazó las ciudades de Carthago Nova y Segobriga. Esta calzada, cuyo trazado no está recogido en el Itinerario de Antonino, llevaba siglos llamando la atención de naturales y eruditos, esencialmente por la magnitud y apariencia de sus vestigios, entre los que cabe destacar la presencia de un terraplén elevado y de unos bordillos característicos, además de las noticias sobre restos arqueológicos asociados a la calzada y la existencia de aljibes de aprovisionamiento a lo largo de su recorrido. Comprobado el inmejorable trazado, además de la inexistencia de restos en los trayectos alternativos -vagamente sugeridos por otros investigadores-, se ha podido establecer también la relación entre el hábitat romano y la vía de comunicación, pero no únicamente en base a una distribución espacial y coherente de yacimientos, si no como puntos reales de apoyo al tránsito viario, al pie y junto a la misma calzada. Metidos de lleno en la revisión de la red de calzadas romanas en la Provincia de Albacete y sus aledaños, siempre refiriéndonos a las que presentan signos evidentes de infraestructura, ratificamos las impresiones adquiridas entre Albacete y Pozoamargo, en cuanto a similitud de técnicas constructivas y apariencia de los restos, máxime cuando son idénticas a las que tiene el otro gran vial del SE manchego: el Camino de Aníbal. Es decir, nos encontrábamos ante una obra que respondía a las características de una calzada romana de primer orden, manifestándose como una carretera dotada de importantes avances técnicos, cuya construcción tenía un notable afán de perdurabilidad.
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Mientras se completaban los datos del trayecto en cuestión tuvimos noticia, a principios del presente año, del comienzo de las obras de construcción de una urbanización de grandes proporciones en el paraje de La Losilla, ubicado entre las localidades de Chinchilla de Montearagón y Albacete. Dicho proyecto afectaba de lleno a los restos que se conservaban de la calzada y que no habían sido reflejados en el informe de impacto ambiental previo a la obra. Ante la premura de tiempo, en abril se improvisó una alegación particular dirigida a la Consejería de Cultura, a través de su Delegación de Albacete, y se hicieron todas las comunicaciones posibles, enviadas a diversas entidades administrativas, políticas, medios de comunicación y grupos sociales, así como a personas particulares y profesionales, que tuvieran interés en la conservación y estudio del Patrimonio. Todas estas intervenciones se realizaron de la forma más rápida posible, a través de Internet, mientras se procedía a publicar en la Web toda información digna de interés. Entre tanto la asociación CARRAQUINEA valoró los restos y decidió apoyar la defensa de la calzada, enviando una serie de notas a los medios de comunicación que, por primera vez, acusaron la problemática en titulares periodísticos y noticias radiofónicas, dirigiéndose además la Plataforma, por escrito, a la Presidencia de la Comunidad Autónoma. Ambos requerimientos, el particular y el de CARRAQUINEA, obtendrán respuesta casi al unísono (16 y 17 de mayo respectivamente), confirmando el Gobierno de Castilla-La Mancha la necesidad del estudio de los restos y la voluntad de llevarlo a cabo. Durante el mes de agosto se ha realizado la campaña de excavaciones, sin que hayamos sido avisados ninguno de los denunciantes, en principio motivadores de la misma. Los trabajos desarrollados han consistido en seis catas de limpieza de la superficie del camino conservado, más el desenterramiento del Puente de
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De arriba abajo, (1) El Pontón de Cansalobos, después de la excavación; (2) Alcantarilla de La Losilla, cercana a Albacete; (3) El corte marcado indica donde se desmontó el camino antiguo para la elevación del terraplén y la construcción de la alcantarilla que permitiera pasar sobre el pequeño arroyo.
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Cansalobos y de la alcantarilla de La Losilla, un poco más cerca de Albacete, los cuáles hemos visitado posteriormente. Nuestra opinión está motivada únicamente por el interés en la conservación de la calzada y es ajena, por lo tanto, a cualquier intención descalificadora. Aún así debemos resaltar que presenta, desde nuestro punto de vista, ciertas carencias y excesos, en cuanto a la aplicación de la metodología arqueológica adecuada para la excavación de una vía. Las carencias, desde nuestro punto de vista, están en la ausencia de catas de corte transversal de la calzada, con lo que no habrá sido posible averiguar mucho sobre las distintas capas del firme, de cimentación, intermedias y rodadura. La existencia de reparaciones o rehabilitaciones modernas de la calzada y otro tipo de cuestiones cuya lectura se efectúa inmejorablemente a partir de la sección transversal. En cuanto a los excesos, en función de lo observado, es más que probable que en algunos puntos se hayan retirado las capas de granulometría más fina, las de rodadura de la vía. Hemos conocido que el informe de la excavación interpreta los restos exhumados como "pertenecientes al Camino Real del s. XVIII", pero sospechamos que se ha extendido indebidamente la cronología de las obras de drenaje, claramente modernas, probablemente del s. XVIII y en perfecto estado de conservación, a toda la calzada. Sin embargo, el tramo en cuestión (ChinchillaAlbacete), reúne características estructurales en el firme de la calzada y sobre todo evidencias topográficas de trazado, que le enmarcan perfectamente como carretera romana rehabilitada en época moderna, con lo que ha sido utilizado con idéntico trazado desde el mundo romano hasta comienzos del siglo XX.
Madrid con Levante, pasando por Albacete. Sabemos que el ramal que se dirigía a Valencia fue realizado a mediados del XVIII; pero es muy posible que en muchos tramos sólo fuera reacondicionado para un tránsito cómodo. La vía romana Carthago Nova-Segobriga rebautizada como "Vía del Lapis Specularis", que según nos indican los miliarios, recibió especiales atenciones durante las etapas de madurez y esplendor en la explotación de las minas, fue castigada con el paso de los siglos y privada de mantenimiento; aún así permaneció el testimonio de su compostura en los tramos abandonados, donde declinaron ciudades y economías y por los que ya solo circulaban ganados y campesinos. Los trayectos que se incorporaron a la vital movilidad de la Nación, sufrieron remociones y alteraciones en sectores, tiempos y niveles de cronología difícil de establecer y, si estos van a ser objeto de estudio, deberían ser cotejados y analizados en profundidad. Nuestra impresión sobre la aparente cronología tardía de la carretera, que debería ser corroborada por los arqueólogos autores de la intervención, es que el camino anterior quedó desmantelado en profundidad precisamente en las zonas donde se construyeron las nuevas obras de fábrica. El pavimento, formado en esas zonas de un conglomerado de piedras con cal, depositado sobre una capa arcillosa, no es el mismo que se puede apreciar en otros puntos del camino. Para poder dar una cronología segura a la vía, habría que sondearla en otros puntos seccionándola hasta el terreno natural, dejando al descubierto las distintas capas y posibles reparaciones de otras fases de su utilización. Mientras esto no se haga así nadie podrá estar seguro de su origen y habremos perdido una ocasión única para conocer bien una infraestructura en aparente buen estado que documentalmente se remonta a un época muy antigua.
En 1789 el Conde de Floridablanca se jactaba ante el Rey de que durante los nueve años de su Superintendencia, había fabricado 322 nuevos puentes y 1.049 alcantarillas, ¿hemos de suponer por ello que también había construido todos los caminos y carreteras correspondientes? Conocemos bien carreteras, base época borbónica esfuerzo recayó
la atención que la red radial de de la actual, recibió durante la y que parte importante de ese sobre la carretera que unía
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La triste e increíble historia de la cándida (Eréndira) calzada Carthago Nova - Segobriga (a su paso por "La Losilla" Chinchilla, Albacete)... y un par de inventos de eruditos patrios Por "D. Quixote y Sancho" los "Hernández y Fernández" de la fraternidad detectivesca miliaria, a los que usted puede enviar cualquier queja relacionada con la posible destrucción de nuestro legado de caminería antigua.
Decíamos ayer que íbamos a tener mucho trabajo y mira por dónde ahora que estábamos ya hechos al "apatrullamineto territorial" manchego albaceteño y en concreto en la futura urbanización de "La Losilla" (Chinchilla) en torno a un "camino antiguo", hemos tenido que realizar sendas excursiones de fin de semana y hacer horas extraordinarias ora aquí ora allá por este siempre maltrecho territorio nacional. Pero empecemos por "La Losilla", en Chinchilla, de la que ya hablamos en el editorial del número anterior y en la que solicitábamos lo que era lógico: la realización de un estudio previo, arqueología incluida, que preservase los restos de un "camino antiguo" que se presumía importante y que se observa perfectamente en las fotos aéreas. Por eso fueron allí destacados los miliarios "007 con licencia para criticar" en plena canícula veraniega. Este es el relato de su crónica apresurada: En concreto durante el mes de Agosto, asistimos expectantes a la realización de una excavación arqueológica que este viejo camino necesitaba como "agua de Mayo" y en la que, ya que estábamos allí, fuimos contratados de botijeros, honesto oficio que ensancha el corazón (por las idas y venidas a por el agua), ameniza el idílico espíritu campestre (por los gorgoritos) y refresca la garganta, el cuerpo y en esas fechas hasta el alma. Por eso, por nuestra constante presencia, que no pasó inadvertida ni para las autoridades del Seprona, ni para la Delegación de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, podemos certificar que D. Javier López Precioso realizó una excavación de la que ha tenido la amabilidad de enviarnos una nota preliminar para tranquilidad de la galaxia miliaria, que reproducimos literalmente en páginas siguientes, cuyas principales conclusiones podrían ser: La realización de 8 sondeos; la excavación de 2.346 metros cuadrados; el descubrimiento de una "carretera" moderna con bordillos laterales de piedra caliza y una capa de rodadura, compuesta de diversos áridos, compactada, apisonada y de 6,70 metros; el hallazgo de dos obras
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de fábrica del XVIII y la fijación de la cronología de la "carretera" entre los siglos XIX y XX; el origen de este "camino antiguo" lo remonta F. Javier López Precioso al menos al siglo XVI, aunque "puede ser el recuerdo de la vieja vía romana" entre Carthago Nova y Segobriga, pero "de momento no hemos encontrado restos del viejo viario romano que puedan corroborar esta hipótesis"; la recomendación de conservar los tramos documentados en los sondeos 4 y 5, "liberando aquellas otras zonas donde los restos viarios están muy degradados". Pero como quiera que además de nosotros, miliarios vigilantes, había personas desde hace tiempo preocupadas por la posible destrucción de este "camino antiguo" de La Losilla, ellas mismas que son mayorcitas y además, caso de Isaac Moreno de mucho conocimiento ingenieril sobre vías romanas en España, visitaron la Losilla en Agosto en pleno proceso de excavación y nos han enviado asimismo un pequeño texto con fotos que también reproducimos tan "íntegramente" como el "informe oficioso preliminar" anterior en páginas siguientes. Las principales conclusiones serían la "detección de ciertas carencias y excesos en cuanto a la aplicación de una metodología arqueológica adecuada para la excavación de una vía"; en concreto se quejan, (nosotros también creemos que con razón), de la ausencia hasta el momento de cortes transversales del "camino antiguo" que podrían haber permitido averiguar la existencia de otros caminos anteriores a los de época moderna; en cuanto a los "excesos es más que probable que en algunos puntos se hayan retirado las capas de granulometría mas fina, que pertenecerían a la capa de rodadura de la vía"; discrepan también de la cronología única (XVIII-XX) propuesta para el tramo Chinchilla- Albacete, "ya que ese tramo reúne características estructurales en el firme de la calzada y sobre todo evidencias topográficas de trazado, que la enmarcan perfectamente como carretera romana rehabilitada en época moderna, con lo que ha sido utilizado con idéntico trazado desde el
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mundo romano hasta comienzos del siglo XX". Ese es en líneas generales el "estado de la cuestión" y desde El Nuevo Miliario lo que proponemos con toda claridad son dos cosas: Primera, realizar esos cortes arqueológicos transversales para estudiar mejor la historia del camino intentando que los niveles medievales y romanos salgan a la luz; segundo, mantener todo "el camino antiguo" fuese cual fuese su cronología , como una unidad de la memoria caminera del paisaje manchego, sin "liberar" ninguna zona por muy deteriorados que estén los restos, porque "incluso rotos" forman parte de la memoria colectiva histórica de los transportes y comunicaciones en la zona, así como de la cultura, porque una parte de este camino fue ruta del Quijote. Por tanto la futura urbanización de "la Losilla" debe respetar esa línea recta en una longitud y anchura suficiente para que la Humanidad recobre su Patrimonio, pudiendo ser usado de forma pedestre, en bicicleta o a caballo, con el fin de que algún día podamos contar a nuestros herederos que ese "camino antiguo" por el que vamos paseando tiene más de 2000 años de antigüedad y fue recorrido por los romanos, visigodos árabes y cristianos convirtiéndose después en Camino Real (XVI) y también literario con Don Quijote; las posteriores remodelaciones de obras de fábrica del XVIII e incluso las "carreteras" del XIX y XX afectaron a esta antigua ruta, pero no tanto como para que no seamos capaces de reconocer, recuperar y disfrutar del legado de nuestros antepasados y transmitirlo, si se puede, en mejores condiciones a nuestros herederos. Aparte de "apatrullar" La Mancha, los miliarios detectives tuvimos que trasladarnos, por supuesto rigurosamente camuflados de viajeros en un "Supra" a las míticas tierras leonesas y allí mientras nos alimentábamos exclusivamente de mantecadas de Astorga, comprobamos en el terreno si era verosímil que la idea de un erudito local, Grande del Brío, bastase para fijar a fuego la peregrina invención en los años 70 de un camino romano, tal como denuncia Isaac Moreno Gallo en la nota que reproducimos a continuación de los artículos sobre La Losilla. Los políticos regionales, muchas veces con buena voluntad, corren mas deprisa que los técnicos a la hora de presentar a la prensa un descubrimiento o a la hora de invertir en un presunto bien patrimonial sin valorar ni contrastar científicamente dichos bienes. Es el caso de un "presunto camino romano" por Corrales del Vino, que Grande del Brío ha hecho suyo, pero que resulta, después de los rigurosos estudios
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científicos (y no solo historiográficos), de Isaac Moreno, que dicho camino ni es de "Plata", ni es vía romana, ni va por allí, sino que se acerca a Villalazán, por lo que, si no se quiere hacer el ridículo, se deberá trasladar la promoción de la por otra parte muy honrada Cañada de ganados la Vizana a lo que fue Ocelo Duri en el Alba de Villalazán. Y lo mismo que decimos de presuntos caminos romanos, vale para "presuntos puentes romanos" como sucedió en el muy noble lugar de Villarta de San Juan en Ciudad Real, donde un muy noble puente de época moderna, muy bien estudiado por el arqueólogo Luis Benítez de Lugo, le ha valido al "sufrido arqueólogo" la damnatio memoriae no sabemos si local, provincial o regional por haber tenido la desfachatez de negar a la misma concejala de cultura la "romanidad del puente", que por supuesto tiene un hermoso folleto en la Oficina Municipal titulado "Puente Romano de Villarta", así como un no pequeño cartel con el logotipo de la Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha en el que se informa de la inversión realizada para el arreglo del "Puente Romano". Afortunadamente el mejor investigador de puentes romanos de España, el ingeniero Manuel Durán, no sólo no lo ha recogido entre los 36 puentes fetén sino que en su reciente intervención en el Congreso de Ciudad Real lo fechó en época moderna. Por supuesto el puente es espléndido y merece una visita... aunque sea moderno. Y miren, si se trata de inventar hay que reconocer que en Castilla La Mancha "hemos estado finos", nada de "Caminos de Santiago" por aquí y por allá, lo nuestro es mucho mejor, una Ruta del Quijote que por ser liteararia, puede ir por donde a cada pueblo le dé la gana e incluso dar vueltas circulares como las cronos de la carrera ciclista... Pues eso, lo dicho, que seguiremos "apatrullando" la España Profunda y el Fary, seguirá siendo nuestro único entretenimiento... ¡Ay, vaya torito, el torito bravo!..
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Los Congresos Internacionales de Caminería: el paradigma de la diversidad VIII Congreso Internacional de Caminería Hispánica (Pastrana, junio de 2006) y Actas del VII Congreso Internacional de Caminería Hispánica (Madrid – París, 2004), edición en CD-Rom del Ministerio de Fomento, Madrid, 2006: crónica y comentario Con un calor en la calle que derretía las ideas, y un frío polar en la sala impropio de estos tórridos veranos del siglo XXI, tuvo lugar, fundamentalmente en la entrañable sede primigenia de Pastrana, la VIII edición de los Congresos Internacionales de Caminería. Ante todo, por tanto, un hecho es digno de destacar: que el empeño capitaneado por Manuel Criado de Val en los primeros años 90 alcanza ya la muy notoria cifra de ocho ediciones y, poco a poco, ha acabado por ser un foro distinto para los camineros. Sin embargo, el paso del tiempo, que ha contribuido a engrandecer el prestigio (y el tamaño…) de estas reuniones bienales, ha perpetuado también algunos de sus defectos, en particular la enorme dispersión temática de las comunicaciones presentadas. Afortunadamente, hace ya años se optó por fragmentar las mañanas de los congresos camineros y, de este modo, la subdivisión en diferentes comisiones consagra como compartimentos estancos los variados temas centrales en que se organiza el Congreso, lo que hace de las sesiones matinales un ir y venir de congresistas de una sede a otra, para coincidir tan sólo en las vespertinas sesiones. Concebido como un congreso a la manera tradicional, con comunicaciones de variado pelaje, sucesión de actos públicos y recepciones de autoridades, programa de acompañantes, etc., el foro caminero se movió un año más por aquellos terrenos en los que se encuentra a gusto, con una especial presencia de la llamada "caminería literaria", abanderada por los filólogos de los que partió la idea original de organizar estas reuniones. Entre ellas se encuentran, sin duda, algunas comunicaciones realmente notables, como la ponencia inaugural, a cargo de Manuel Criado de Val, en la que se trató de establecer el hiato entre la arqueología y la caminería, o la leída por David Darst acerca de "San Agustín, Santo Tomás, y el Camino a Dios en la poesía de Fray Luis de León". El congreso, en fin, incidió en otros aspectos quizás algo alejados de la temática de El Nuevo Miliario, aunque sin duda es justo resaltar algunos trabajos de gran nivel, como el presentado por
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Cecilia García Antón en torno a los habitantes de los caminos (arrieros y bandoleros), el de Robert Fiore titulado "La postura metafísica y política del auto sacramental", el de Ioannis Kioridis centrado en "Ciudades e itinerarios en el Cantar del Mío Cid y Diyenis Akritis" o el de Dolores López titulado "El lenguaje publicitario: el camino de la aculturación". Sirva, en fin, esta breve reseña de media docena de comunicaciones notables para evidenciar, de paso, la variada temática de este foro. No obstante, la sección que más se acerca a la temática de esta revista es, sin duda, la denominada "Caminería física" a la que, como siempre, se incorporaron algunas comunicaciones apreciables, entre ellas varios trabajos sobre vías romanas y, en particular, dos sobre la célebre vía per loca maritima, presentados por Rosa Franco y Raúl Villanueva (que contribuye en este número de El Nuevo Miliario con un resumen de sus planteamientos), y uno acerca de la vía romana entre Castulo y Mentesa Bastia, de Martín Jiménez. Hubo, además, una conferencia realmente memorable a cargo del profesor José María Blázquez quien, con su inconfundible estilo, dictó una charla magistral sobre "Puertos y calzadas en la Hispania romana". En épocas posteriores se centraron Pablo Guerra, que habló del Camino Real de Segovia, Elisa Álvarez Llopis y Esther Peña, que disertaron acerca del camino medieval entre Laredo y Burgos, o Sonia Fernández, que contribuyó con una visión de la evolución de la ciudad de Madrid a partir de la red viaria desde época romana hasta los últimos anillos de circunvalación. La caminería cervantina, en fin, tuvo también su hueco, ocupado por nuestro colaborador Jesús Sánchez Sánchez y por Justiniano Rodríguez Castillo, del mismo modo que hubo espacio para las cañadas y su relación con la toponimia y los caminos romanos, en concreto en las zonas de Soria (presentada por Darío Álvarez) y Guadalajara (con dos contribuciones de José Ramón López de los Mozos y José Antonio Ranz).
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El Nuevo Miliario, por su parte, más que contribuir al congreso consiguió hacerse un hueco para hacer un resumen sobre la "Historiografía de las vías romanas en España: de los orígenes a El Nuevo Miliario" (que estará disponible en la página web de la revista próximamente), que sirviera a la vez de puesta al día de los estudios precedentes y de presentación en sociedad de la nueva revista, y quiere agradecer al profesor Criado de Val y a la organización del Congreso el haber abierto un hueco para nuestra revista en el programa de comunicaciones. Hubo, por qué no decirlo, algunas intervenciones anómalas, como la de Dolores Borrell que, no se sabe bien si por falta de tiempo o de definición de objetivos, se limitó a dar unas pinceladas someras y difusas, como de aficionado a estas cosas, acerca de un asunto que, sin duda, daba mucho más juego ("Vía Augusta, Ciudades Mediterráneas, y Orden Político de Roma en Hispania"), o la dadaísta exposición de Gregorio Paniagua, que cerró una de las jornadas, con una intervención titulada "Ya por aquí no hay camino, que para el justo no hay ley (con interpretación directa al violoncello)", cosa ésta última que, ciertamente, se produjo, para estupefacción y asombro de los presentes.
en España, que aporta una visión distinta a la modestamente ofrecida por quienes hacemos esta revista en el Congreso celebrado en 2006. A pesar de la enorme dispersión que caracteriza la temática de estas reuniones, y lo difícil que resulta seguir un congreso de tamañas dimensiones para quienes limitan su interés a aspectos muy concretos de la caminería, es preciso concluir que, con el tiempo, la mayor aportación del profesor Criado de Val a la historiografía de los caminos no ha sido agrupar los diferentes estudios bajo el neologismo de la caminería, sino reunir a muchos estudiosos en un foro con periodicidad fija y con algunas intervenciones realmente notables.
C.C.
Paralelamente, tuvo lugar la presentación de las Actas del Congreso anterior, celebrado en 2004 en Madrid y París y editadas (felizmente) en CD – Rom, circunstancia que, por cierto, suscitó la surrealista crítica de algún congresista, que anunció su intención de no presentar su comunicación para su edición dado que no iba a salir en papel. La edición ha estado esta vez a cargo del Ministerio de Fomento, a través del CEDEX. Conocidas las intervenciones desde el anterior congreso, llamamos la atención ahora tan sólo sobre alguna de ellas, como la aportación sobre calzadas de Lusitania debida a José María Álvarez Martínez y Trinidad Nogales, el estudio sobre la red viaria romana en el entorno de Gaucín (Serranía de Ronda), a cargo de Salvador Martín de Molina, la exposición sobre caminos de época moderna en el guipuzcoano barranco de Aritzaga (de Fermín Leizaola), el trabajo sobre la construcción del Canal del Manzanares (de María Teresa Fernández Talaya), o la exposición acerca de Roncesvalles como encrucijada en las andanzas de Carlomagno, debida a Caridad Rosa Posada, y que aborda temas similares a los tratados por Guillermo García Pérez en el número inaugural de El Nuevo Miliario. Cabe, en fin, destacar también la contribución de Enrique Gozalbes sobre los estudios de las vías romanas
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Ingenieros contra arqueólogos: no existe tal lugar III Congreso de las Obras Públicas Romanas (Nuevos elementos de ingeniería romana), Astorga, octubre de 2006: crónica y comentario El que la sigue, la consigue: se celebró en Astorga la III edición de la serie de congresos de Obras Públicas romanas que, por iniciativa de Isaac Moreno, organiza desde 2002 el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, y vaya cuanto antes el resumen: fue un congreso de los de antes, es decir, una reunión espléndida, de gran nivel científico. Con su intervención inaugural acerca de la minería en el Teleno (y en el entorno de Las Médulas), Roberto Matías encendió una polémica tan innecesaria como estéril, al agitar un supuesto enfrentamiento latente entre arqueólogos e ingenieros. Tal polémica no existe, si acaso sólo desencuentros puntuales, véase como muestra de que la colaboración es posible la Jornada de presentación del libro sobre patrimonio arqueológico y paleontológico en la ampliación del Metro de Madrid, una reunión de arqueólogos, paleontólogos e ingenieros que tuvo lugar recientemente en el Colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid. No obstante, transcurrido el tiempo y visto el poso dejado por esos tensos momentos de discusión (abanderada, del lado de los ingenieros, por el propio Matías, y del de los arqueólogos, por Javier Sánchez Palencia), el episodio pareció más bien el enfrentamiento entre alguien que se siente discriminado por investigar en solitario y quienes se consideran marginados por otros investigadores por representar a la llamada ciencia oficial, y no un enfrentamiento entre profesionales de distintos ámbitos, o entre profesiones que están cada vez más llamadas a entenderse. Desde El Nuevo Miliario, en fin, entendemos que no existe tal enfrentamiento, y que no debería de haber foros donde se alimentara. Pasados los calores de la sesión inaugural, los congresistas fueron igual de calurosamente recibidos por el Alcalde de Astorga, Juan José Alonso quien, ante un abarrotado Salón de Plenos, hizo un encendido epítome de la historia asturicense, tomando como pie de su discurso cuatro lápidas conmemorativas con los más singulares acontecimientos vividos por la ciudad. Fue un episodio inenarrable, una muestra de erudición y sabiduría inesperada y, a la larga, una suerte de segunda conferencia inaugural del ciclo.
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Al día siguiente, Santiago Feijóo, del Consorcio Arqueológico de la Ciudad de Mérida, abrió la sesión de la mañana con una más afinada exposición de sus argumentos acerca del origen post romano de los pantanos de Proserpina y Cornalvo (véase el número 0 de El Nuevo Miliario). Al siempre cercano Feijóo siguió el siempre arrollador Isaac Moreno, quien abrumó a la concurrencia con datos e imágenes sobre las vías romanas en el entorno de Astorga, para acabar concluyendo que, al norte de Salamanca, no existe un camino que pueda denominarse "Vía de la Plata". Sorprende, por cierto, que esta conclusión, tan ajustada a derecho como a los datos históricos disponibles, fuera el centro de una de las más virulentas polémicas de la mesa redonda del final del día, donde Moreno hubo de sacar a relucir la principal característica que se atribuye a los naturales de su lugar de residencia, para dejar bien sentado que ésa era su opinión y que su opinión se fundaba en los datos disponibles, "lo digo por última vez", añadió. El ingeniero Manuel Durán, recién llegado en la mañana, sustituyó a Carlos Nárdiz con una magistral exposición (ampliada en la edición impresa) sobre las bóvedas de los puentes romanos. Fue de tanta enjundia y tan instructiva, que entre el público se lamentaba que Durán se hubiera ajustado tan bien al tiempo asignado por la organización e implacablemente controlado por José María Fraile. La sesión de la mañana concluyó, en fin, con las intervenciones de Milagros Burón, que expuso asépticamente los impresionantes avances en el conocimiento de la arqueología de la ciudad de Astorga, y de Javier Sánchez Palencia, que eludió (con buen criterio) prolongar la sin duda poco satisfactoria polémica del día anterior y, en su nombre, y en el de otros componentes de su equipo, ausentes por diferentes razones (Almudena Orejas, Inés Sastre), pormenorizó el desarrollo de distintos procesos relacionados con la minería del oro e investiga dos a raíz del gran proyecto que, desde hace 20 años, este equipo multidisciplinar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas viene realizando en la zona. La suerte de lidiar el duro toro de la sesión de tarde correspondió a José Manuel de la Peña y Santiago Ferrer, doble mérito el de ambos por
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cuanto hubieron de enfrentarse a un auditorio que batallaba por entonces contra los vapores de la digestión del espectacular cocido maragato ofrecido a los congresistas por la organización. De la Peña hizo un repaso a la administración romana relacionada con las obras públicas, repaso quizás prolijo en exceso, pues se remontó a los tiempos míticos ab Vrbe condita, mientras que Ferrer trató de resumir en cuarenta minutos las diferentes tipologías de los casi 600 miliarios recopilados por ellos (Rodríguez Colmenero, Álvarez Asorey y el propio Ferrer) en el volumen Miliarios e outras inscricións viarias romanas do Noroeste hispánico (Conventos Bracarense, Lucense e Asturicense), recientemente publicado en Compostela por el Consello da Cultura Galega. La mesa redonda, en cambio, supo a poco. El cargado programa aconsejó suprimir los debates después de cada ponencia, concentrándolos en la mesa redonda de clausura con el noble ánimo de discutir tan sólo aquellos asuntos que resultasen aún candentes después de pasar por el filtro de las horas. La idea, sin embargo, no fue buena; el debate se centró en las últimas intervenciones de la tarde (en particular, en la de Santiago Ferrer), y eludió aspectos polémicos tratados en la mañana (exceptuando la cuestión local de la vía de la Plata y Astorga, ya mencionada), y olvidó singularmente la propuesta de Santiago Feijóo de poner en entredicho el origen romano de las presas emeritenses. Quizá pueda deducirse de esa ausencia de debate que la idea de Feijóo ha cuajado entre los investigadores y ha acabado por ser admitida, pero los corrillos anteriores y posteriores al debate confirman que, pese a la contundencia y claridad de sus argumentos, para algunos se plantean aún algunas dudas que, por las circunstancias expuestas, no fueron desarrolladas en el debate. La mesa redonda, en fin, contó con la pintoresca intervención, desde las últimas filas del público, del profesor Rodríguez Colmenero, obligado por la organización, al constatarse su presencia en la sala, a ocupar el lugar que, como miembro de la comisión científica del congreso, le correspondía en ese momento, es decir, una silla en la mesa redonda. Otro lunar, en fin, que cabe descubrir en el excelente congreso de Astorga fue la surrealista entrega de una placa como "premio a la mejor ponencia". Quienes nos embarcamos en extrañas empresas de difusión (véase El Nuevo Miliario) somos conscientes de que resulta fácil ceder a la
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tentación de un patrocinio, sea cual sea la forma en que éste se presente. Sin embargo, esta peculiar iniciativa de premiar a la mejor ponencia pareció fuera de lugar tanto por el momento elegido para la entrega del premio (instantes antes de la clausura), como por el hecho de destacar a una de todas las ponencias presentadas dentro de una serie de altísimo nivel: al premiado (da igual cuál sea) no le da más ese siempre discutible reconocimiento de un jurado, pero sí alimenta sin objeto polémicas inútiles. Sugerimos, modestamente, a la organización, que olvide para próximas ediciones tan anómala iniciativa. Terminó, en fin, la reunión con una visita al yacimiento de Las Médulas y con una comida de despedida en el Palacio de Canedo. El Nuevo Miliario que, porque la vida es como es, no pudo estar presente en este último día del congreso, quiere sin embargo agradecer sinceramente a la organización las invitaciones cursadas para poder estar en esta inolvidable reunión científica. La edición de las Actas no coincidió, por apenas unas horas, con el inicio del Congreso. Tanto daba, ya que estamos todos acostumbrados a que las actas tarden meses – y aún años – en ver la luz, si es que no se produce el desastre de que permanezcan para siempre en unas injustas tinieblas, de modo que no cabe sino agradecer a la organización (es decir, al Comité Científico, formado por Moreno, Matías, Sánchez Palencia, Rodríguez Colmenero y Durán), al Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas y a la Junta de Castilla y León el esfuerzo realizado. El volumen, además de las ponencias leídas en las sesiones, se enriquece con varios trabajos más, sobre la vía de Italia in Hispanias (de Á. Palomino, M. Arbizu y Mª.J. Negredo), caminos del Alto Bierzo (de M. Olano), el acueducto de Uxama Argaellae (de C. García Merino) o las obras hidráulicas en el campamento originario de León (por E. Campomanes), además de una nueva entrega de imágenes aéreas de yacimientos sin excavar, realizadas por Julio del Olmo. Es particularmente satisfactorio comprobar cómo, con tan sólo tres ediciones, este foro ha conseguido afianzarse entre los lugares ineludibles para quienes estudian diversos aspectos de la ingeniería romana y, especialmente, para quienes, lejos de ir a los congresos para discutir, acuden a ellos sólo para seguir aprendiendo.
C.C.
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La Vía de la Plata en la historiografía moderna Isaac Moreno Gallo Los argumentos publicados por Ramón Grande del Brío en la Opinión de Zamora, en defensa de la existencia del Camino de la Plata y de un supuesto Iter romano por Corrales del Vino (30/10/06) y reproducidos con entusiasmo por el Alcalde de Astorga, en el Diario de León (07/11/06), no hacen si no retrotraer el invento de ese trozo en concreto del Camino de la Plata hasta el siglo XIX, en lugar del siglo XX en que yo suponía inventado todo él. Aún reconociendo el leve adelanto de fechas para ese punto, tengo que suponer también que cierto espíritu corporativista historiográfico, si no de intereses meramente turísticos, se mueve en estas notas porque, científicamente, no tienen sustento, ni son prueba de ningún Iter romano por donde se pretende. Sería necesario relativizar estas noticias hasta su justo punto. Grande del Brío, como historiador, sabe mejor que nadie, o debería, que los diccionarios del siglo XIX se realizaban mediante informaciones procedentes de encuestas y formularios enviados y transmitidos gracias a la estructura eclesiástica del momento. Tal es el del Sr. Miñano y otros muchos que en España se confeccionaron en este siglo. Cuando Miñano habla del camino de arrieros con expresiones como "siguiendo con poca desviación por la famosa ruta militar de los romanos, llamada Camino de la Plata" estamos claramente ante la nota erudita que el informador de los Corrales envió al editor, que normalmente era el párroco. La copia exacta de la expresión, por Madoz, que manejaba la documentación vigente en su momento y su nuevo aprovechamiento por Mellado años más tarde, no hacen si no probar que estamos ante una labor meramente historiográfica, mala, pero historiográfica, y no ante una prueba histórica ni toponímica. Además, no serían muy buenas esas pruebas si quien más escribió sobre la Vía de la Plata y con mayores consecuencias, Roldán Hervás, no las utilizó para nada. No solo no las utilizó si no que "su vía de la Plata" no pasa por Corrales, ni tan siquiera por su término municipal.
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¿Tal vez cada historiador propondrá su propia vía de la plata sin que ninguno encuentre los restos materiales de ninguna vía romana? Si el Sr. Grande quiere convencernos de que la toponimia alude a la Vía de la Plata en cualquier camino entre Salamanca y Zamora, y si quiere hasta Astorga, debería utilizar documentos más serios y contundentes como el Catastro de Ensenada. Allí aparecen documentados con rigor todos los topónimos del municipio a mediados del siglo XVIII. De esa forma nadie refutará sus tesis y reconoceremos su parcela de gloria correspondiente. Pero es cierto que, antes del siglo XX, nadie se atrevió a llamar Camino de la Plata a toda la Cañada de la Vizana al norte de Salamanca y nada menos que hasta Astorga. El Sr. Roldán tituló su famoso trabajo como "Iter ab Emerita Asturicam", con un nombre inventado que no figura en ningún documento clásico y menos en el Itinerario de Antonino y con el que nos quiere hacer comulgar el Sr. Grande mencionándolo así expresamente. Y lo subtituló como "el Camino de la Plata", porque le pareció bonito y punto. Bien es cierto que en Extremadura y hasta Salamanca la vía romana se ha conocido como Camino de la Plata desde hace siglos. Así aparece citado en una carta de Cristóbal Colón a su hijo en 1502 y en 1510 Elio Antonio de Nebrija (en su Repetición sexta sobre las medidas, según la traducción de Jenaro Costas Rodríguez, en la edición facsímil de la Universidad de Salamanca, 1981) dice lo siguiente: "También pertenece a la misma Lusitania una vía famosísima, llamada vulgarmente ‘de la plata’. El pontífice Licinio fue el primero que la construyó, después la rehizo César Trajano y a continuación la restauraron Elio Pertinax y otros emperadores, como se deduce por los mojones, a los que separan mil pasos. Fue trazada desde Mérida, pasando por Cáceres, hasta Salamanca, donde comienza a desaparecer en la parte externa del puente y ya no se ve rastro alguno de aquella vía". Debería haberse informado también el Sr. Grande
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de que, en Astorga, se presentaron fotografías y pruebas de la vía romana que comunicaba Salamanca con el Duero, hasta el gran yacimiento de Villalazán. Carretera romana que no coincide para nada con la cañada de la Vizana, ni con la "Vía de la Plata del Sr. Roldan", ni con ningún camino de los tratados hasta hoy. También se mostraron muchas fotografías procedentes de prospecciones arqueológicas aéreas que muestran el mayor yacimiento romano de esa parte de la región, lo que fue la ciudad romana de Ocelo Duri, en el Alba de Villalazán, así como otros muchos vestigios más, de esta y otras vías romanas de Astorga.
tores que inventaron el camino o pedir pruebas de mayor peso de su existencia, supuesta romanidad y valor histórico.
Se expusieron los argumentos de por qué la Cañada de la Vizana no es vía romana de ningún tipo ni posee ningún valor histórico especial, llegándose a afirmar que, de mantenerse la promoción que hoy disfruta, estaremos ante una estafa cultural de grueso calibre.
Y qué decir del Camino de Santiago, de las varias alternativas con que goza el Camino Francés y de los muchos que nacen cada día desde todos los sitios en dirección a Santiago, entre ellos, como no, la manida Vía de la Plata. Pero: ¿qué pueblo que se precie hoy en España no tiene un Camino de Santiago (y un puente romano)?. Desgraciadamente, es costumbre que la élite de la historiografía universitaria no se queje nunca de estas situaciones, mientras que no faltan historiadores de cabecera que avalan estas promociones turísticas, bien por ignorancia o por mera necesidad de buscarse la vida, que ambas son malas consejeras.
Nuevas investigaciones y excavaciones, que se emprenderán en breve, certificarán aún más todo ello y esperemos que en aras de la verdad, aunque no perezca que vayan a afectar a la vergüenza de los historiadores que defienden un camino inventado sin pruebas y aún se empeñan en mantenerlo. Respecto a la preocupación que muestran los municipios afectados, por la falta de valor histórico de la llamada hoy Vía de la Plata, entiendo que deberían pedir las explicaciones pertinentes a los au-
Y no es que me parezcan nada excepcional este tipo de engaños, más bien al contrario. De hecho, al norte de Benavente hoy se promocionan ya dos Vías de la Plata, una por Villabrázaro y Maire y la otra por Torre del Valle y Pobladura, ambas sobre viejas cañadas y caminos reales y ninguna con derecho a llamarse así, ni a contar con crédito especial de valor histórico pero, eso sí, perfectamente señalizadas.
Supongo que la ciudadanía deberá tener al menos el derecho de protesta por ello.
Señalización de la Vía de la Plata en el Puerto de Béjar (Foto: Santiago Bayón)
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Un segundo comentario a la obra de Manuel Durán Fuentes, con motivo de la segunda edición de su libro "La construcción de Puentes Romanos en Hispania": De lo que aconteció a un Quijote gallego (Manuel Durán) y un Sancho manchego (Santiago Palomero) en una Venta y de un Final Feliz. Santiago Palomero Plaza Fue en Toledo y no en otro sitio, donde tuvo lugar el feliz hallazgo de la Segunda Parte del Quijote y el presunto responsable un tal Cide Hamete Benengeli, el que encontró el manuscrito nada más y nada menos que en el Alcaná (Mercado junto a la Catedral) de Toledo, entre judíos, trujumanes y lazarillos. Pues bien igual que las segundas partes del Quijote no sólo fueron buenas, sino mejores, lo mismo podemos decir de la segunda edicción de la obra de nuestro amigo Manuel Durán Fuentes, desprovista del "lujo" de la primera y del prólogo de D. Manuel Fraga, casi diríamos que se vende todavía mejor, pues son sus textos, sus planos, sus fotos y su contenido los que la siguen haciendo obra obligada de consulta. Esta segunda y afortunada edición de 2005, corregida y aumentada, y editada por Galaxia, sigue teniendo el mismo resultado que la primera, o sea que todo el que quiera investigar sobre puentes romanos tiene que empezar por aquí. Ya en el número 1 de El Nuevo Miliario hacíamos una crítica razonada de los muchos aciertos de este trabajo, que empezó por Galicia y se extendió después a toda Hispania y que hoy la hacen obra obligada de consulta y de aprendizaje de casi todos los aspectos relacionados con la construcción de puentes en época antigua. También expresamos en el citado número algunas paradojas; por ejemplo yo había protestado respecto al número de puentes romanos en Hispania, por lo que entendía era un "numerus clausus" de 35, pero Manuel Durán en realidad tampoco lo daba por un número cerrado y él mismo me indicó que ya había descubierto en Portugal otro puente que habría que añadir a la lista. Lo que si es indudable y eso hay que agradecerselo a Durán es haber "desmitificado" por completo la masiva existencia de puentes romanos en Hispania, esa historia de que "todo puente de sillares" es romano, después de su trabajo, "ha pasado a la historia" y calculabamos los dos en el calor de la venta manchega en que habrá que hacerse a la idea de no más de 50 puentes de carácter constructivo "romano" en toda Hispania.
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El hecho de conservarse más en la mitad occidental que en la oriental, es, para Durán una consecuencia de los propios cursos hidrológicos. En este sentido cabe equiparar la obra de Durán para puentes con la de Isaac Moreno para calzadas y vías romanas, dos obras eminentemente prácticas y realizadas desde el punto de vista de la ingeniería, pero de indudable valor para los arqueólogos. La lección parece clara y evidente: Se abre un horizonte común de intereses entre ambas profesiones; por eso desde esta revista se va a trabajar por el sentido común y el entendimiento y no por el falso enfrentamiento, pues creemos que se puede y se debe aprender unos de otros. Pero volvamos a las paradojas, porque Manuel Durán, vino a Ciudad Real para presentar una ponencia sobre "Ingeniería hidraúlica romana en Castilla la Mancha: Los Puentes" y aunque no conocemos el texto escrito, en la intervención simplemente se limitó a señalar que una buena parte de los citados en Castilla La Mancha como puentes romanos son "prácticamente de antes de ayer" (se refiere a los clásicos puentes de sillares de las cercanías de muchos de nuestros pueblos, cuyo topónimo de Puente Romano se debe más a una admiración por la durabilidad de las construcciones romanas que a la romanidad misma de las obras de fábrica). Respecto a algunos más conocidos como el de Alcántara, en Toledo, a pesar de ser un candidato, Durán no ve casi ninguna de las 14 características técnicas, por lo que no se inclina a considerarlo ni siquiera como de "tradición romana", asunto que choca con algunos sillares con inscripciones romanas, aunque bien es verdad, que las refacciones en época califal y taifa, así como las posteriores remodelaciones medievales cristianas y renacentistas, debieron afectar mucho a la construcción primitiva. Durán hizo un recorrido, a nuestro juicio demasiado rápido (en su favor hay que reconocer que venir de Galicia hasta la Castilla Profunda y Extensa a buscar puentes en invierno es todo un mérito) por la Región y sin criterios cronológicos claros, salvo el de negar la romanidad de casi todos: Nos hubiera gustado mejor obtener de él una pequeña "Historia del Puente" en la región, con un ejemplo claro
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de puente romano, medieval, moderno, ilustrado o contemporáneo, que una negación romana general a la mayor, que es lo que hubo. Asuntos interesantes en los famosos 14 características técnicas para distinguir la romanidad, según Durán, son las marcas de cantero (nunca las hay en puentes romanos), las muescas de palanca, los tipos de cimentación y las simetrías o asimetrías de los tajamares, el uso del hormigón romano y los característicos sillares "a hueso", entre otras. Y es que esta es otra de mis paradojas, no me acabo de fiar "sólo" de las características técnicas, considerando sin embargo algunas muy importantes como las marcas de cantero , las muescas de palanca, los sillares a "hueso" y el "opus caementicium", porque el atender las famosas 14 características a rajatabla es algo así como aceptar que los romanos fabricaban los puentes "como los churros en el aceite , en dos tamaños o pequeños o grandes" y perdonen la expresión. Me da la sensación que la construcción, incluso de una calzada con miliarios, como la de Cartago-Nova a Segóbriga (la Losilla, Chinchilla, por ejemplo) nos proporcionará todavía muchas sorpresas tanto a arqueólogos como a ingenieros y lo mismo digo de los puentes . A Manuel Durán y a mí, aparte de muchos amigos gallegos comunes, nos une haber sido partícipes de la serenidad que se manifiesta en el puente medieval de Allariz (muy bien restaurado por él)en Orense, en el que a pesar del tráfico rodado, todavía hoy uno puede sentir esa "seguridad" de puente antiguo y esa emoción de entrada y salida, de antes y después. Como buen gallego, se definió en la Mancha Profunda como "un aprendiz", reconoció no ser "historiador", ni visitador excesivo de "archivos" pero sí un pertinaz estudioso de la técnica constructiva. Azote desmitificador y Quijote de puentes romanos, Maleus Maleficarum de eruditos "herejes", pero a la vez, con su postura iconoclasta, "pontificó sobre puentes", como un revolucionario, en el mejor sentido de la palabra. A un tipo así, no puede por menos que regalársele un "puente metafórico paradójico" como final feliz, que se merece por haber logrado remover un mundo tan estático. Sólo otro ingeniero, Rafael Sánchez Ferlosio, podría hacerlo desde el Primer Libro de la Historia de las Guerras Barcileas, trasunto de lo contado en mas amplitud en "El Testimonio de Yarfoz":
tes: los Grágidos y los Atánidas. Era un río caudaloso, peligroso, de impróvidos deshielos, largos estiajes y muy enrevesado, sirviendo de límite más o menos aceptado entre los dos pueblos. Dotado de un servicio de balsas permanente a través del Vado de la Bola, acabó, con el tiempo, por albergar el primer puente de la historia barcilea, construido en la Tercera Paz, en la que Los Príncipes Concordes de uno y otro pueblo, decidieron en un Paseo por el vado de la Bola, construir un Puente que uniese ambas orillas. La condición era que cada pueblo hiciese su proyecto independientemente, al arbitrio y gusto de los maestros constructores de cada nación. Pero fueron los "problemas técnicos"los que frenaron el proyecto inicial, pues según los Maestros grágidos el puente había de tener 56 ojos, mientras que según los cálculos atánidas debían ser 64. Pero eso fue solo el principio, pues cuando ambas Comisiones se mostraron recíprocamente los Proyectos se vió que no sólo eran distintos en los materiales, aparejo y estructura, sino que ni la altura sobre el nivel del agua, ni la anchura entre pretiles eran las mismas. Al final, Estagecio por los grágidos y Ispifús por los atánidas fueron encargados de consturir su mitad, con arreglo al proyecto de cada pueblo, repartiéndose los ajustes necesarios, subsanando la incongruencia de medidas con suplementos extraños a la obra misma y siempre postizos y desmontables, como la rampa de macizo entarimado desmontable que permitiría salvar a los carruajes el escalón que había de quedar en el punto de contacto, un desnivel, por lo demás, no excesivamente grande". El que quiera saber el cogollo de esta historia deberá leer a Ferlosio, un placer por otro lado, pero algunas pistas, útiles además para el Final Feliz, dedicado a Manuel Durán, dejaremos en el camino. Por ejemplo, el ingeniero Ispifús, dijo: "No jugamos aquí a ver quien termina antes, sino a hacer una obra buena, hermosa y duradera...no es el tiempo en construirlo el que debe preocuparnos, sino el tiempo que el puente haya de perdurar después". Esperamos que el final feliz haya sido digno de la gran obra de Durán y que sea nuestro común amigo, Xosé Carlos Sierra, el que pueda contar y cantar esta historia, como Homero, acompañando los ditirambos con un cayado, desde lo alto del puente de Allariz y acabemos dándole todos la razón a Fernández Ordoñez, que siempre citaba a Palladio, para demostrar la "iustitia" de los puentes bien construidos y los libros bien hechos, ayer y hoy.
"El rio Barcial separaba desde los tiempos más antiguos los territorios de hecho de los dos pueblos contendien-
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LO QUE SE DICE... LO QUE SE DICE EN… ARCHPORT Archport es la más importante lista de correo de arqueología de la Península Ibérica. Con 621 mensajes en 6 meses rompe todos los records de participación. Para apuntarse esta lista basta con visitar http://www.uc.pt/pag_uc/lista_archport.html y seguir las instrucciones. Éstos son los asuntos más destacados, separados temáticamente, tratados entre mayo y octubre de 2006: Reuniones científicas: En los días 24-26 de mayo hubo una reunión científica llamada Sidereum Ana I: el Guadiana en época post-orientalizante organizada por el Instituto de Arquología de Mérida. El FERCAN (Fontes Epigraphicae Religionis Celticae Antiquae) celebró su VII reunión científica en Cascais los días 25-27 de mayo. En el 7-8 de junio tuvo lugar en Montemor-o-Novo el II Congresso Internacional sobre Etnografia. El 6-7 de julio se celebró en Elche el congreso internacional con el tema "La Dama de Elche en la oikoumene mediterránea". Los días 26-28 de octubre se celebró el III Encontro de Arqueologia do Sudoeste Peninsular en Aljustrel. En esos mismos días, en Gijón, tuvo lugar el IV Colóquio Internacional sobre Arqueología con el tema "Las villae tardorromanas en el Occidente del Imperio: arquitectura y función". José d’Encarnação nos informó de la celebración del 4º Encontro de Arqueologia do Algarve, celebrado los días 24-25 de noviembre, y dedicado a homenajear a Estácio da Veiga. También el 23-25 de noviembre tuvo lugar el XXXI Congreso de GIREA con el título "Resistencia, sumisión e interiorización de la independencia" en Salamanca. Ya se ha anunciado la reunión 2007 de CAA (Computer Applications in Archaeology), con el título "Layers of perception: advanced technological means to illuminate our past", a celebrar en Berlín entre el 2 y el 6 de abril (www.caa2007.de). Nuevas publicaciones: El número 8 del Journal of Iberian Archaeology será una colección de artículos con el título Approaching Prehistoric and Protohistoric Architectures of Europe from a "Dwelling Perspective", editado por V. O. Jorge et al. También sale a la luz una nueva revista electrónica llamada Praxis Archaeologica (www.praxisarchaeologica.com), publicada por la Associação Proffisional de Arqueólogos. Otra nueva revista es
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Museal, dedicada a los museos del Algarve. También nuevo el volumen Migrare-La Formation des Élites dans l'Hispanie Romaine, editado por Caballos Rufino y Démougin. Rodríguez Neila publicó "Tabulae Publicae" (Archivos Municipales y Documentación Financiera en las Ciudades de le Bética) (ISBN 84-9772-767-3). También d’Encarnação Epigrafia - As Pedras que Falam (ISBN: 972-8704-67-4). Vallejo Ruiz ha empezado a publicar los resultados de su proyecto sobre antroponimia lusitana, con un anejo de Veleia (Series Minor 23) llamado Antroponimia indígena de la Lusitania Romana (ISBN 84-8373-746-9). Ya se pueden descargar por el eMule todos los volúmenes de Roman Imperial Coinage, para los amantes de la numismática. Caballos Rufino repite en este número con su publicación El Nuevo Bronce de Osuna y la Politica Colonizadora Romana (ISBN 84-472-1049-9). Sartori y Valvo han editado un libro llamado Hiberia – Italia / Italia – Hiberia (ISBN 88-323-6051-9), sobre las relación entre Hispania e Italia en tiempos romanos. De especial interés para nuestros lectores será la obra editada por Sande Lemos, Roteiro Geira / Via Nova na Serra do Gerês. De Bracara Augusta a Asturica Augusta, enmarcado en el proyecto Interreg IIIA, y que cubre la Via Nova milla a milla y con gran detalle. Esta vía, por cierto, está siendo actualmente excavada. También, Mayet ha reunido diversos textos de Robert Étienne, con el título de Itineraria Hispanica, que será de gran interés para nuestros lectores. Otros asuntos: Jacqueline Periera dio a conocer un nuevo blog sobre arqueología basado en cuestiones teóricas y con muchos links de utilidad (http://arqueoblog.blogspot.com/). Desde este blog se dio impulso a la idea de crear un TAG (Theoretical Archaeology Group) nacional en Portugal, para promover la discusión teórica en el país vecino. También el Centro CIL II de la Universidad de Alcalá de Henares, ha actualizado y puesto a disposición del público su base de datos on-line: http://www2.uah.es/imagines_cilii/ La fatalista intervención de João Paulo Pereira sobre el yacimiento de Conimbriga y su estado actual suscitó muchas reacciones y controversias sobre si realmente está a la altura de lo que se publicita. Virgílio Hipólito Correia zanjó la cuestión con una
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larga explicación. La terrible noticia de la amenaza a la capital visigoda que suponía el ensanche urbanístico de Toledo también llamó la atención de los archportianos. Además, hubo alguna polémica con los concursos de contratación para plazas de funcionarios en el campo de la arqueología. Pedro Barros llamó la atención sobre un probable trozo de calzada romana descubierta en Messines (concelho de Silves). En una época bastante reivindicativa, hubo un conato de indignación en relación a la explotación laboral y económica de los arqueólogos. Sin embargo, la virulencia de los atacantes y su anonimato animó a d’Encarnação, siempre vigilante, a amonestarles. Sin embargo el debate siguió entre los anónimos y el resto, poniendo en tela de juicio desde la hombría de unos hasta la cobardía de otros. Vamos, un espectáculo. Curiosamente acabó convirtiéndose en un tema de resolución de cuestiones de ortografía. Finalmente d’Encarnação tuvo que volver a intervenir "em nome do bon senso" y la cosa quedó allí. No hay como tener tablas. Un asunto más liviano fue el que comentaba chistoso un artículo de 9 páginas con 15 autores, aparecido en un curriculum. Esto derivó en un debate sobre la importancia de consignar los equipos, como forma más adecuada que enumerando los autores individualmente. Murió durante su labor como arqueólogo Armando Sabrosa, de 42 años, pérdida muy lamentada en el foro de Archport, ya que fue tan buen profesor como profesional. También murió José Luis Cunchillos Ilarri, a los 70 años, célebre filólogo orientalista. João Carlos Lázaro Faria, "João Alentejano", gran especialista en Salacia, también nos dejó a los 46 años. Alicia Canto alertó de dos bajas: Carmen Gasset Loring, presidenta de la Fundación de Estudios Romanos de Mérida, y Christian Ewert, especialista en el mundo la arquitectura islámica hispana.
G.S.R. LO QUE SE DICE EN… ARQUEOHISPANIA Arqueohispania ha renacido de sus cenizas. La idea original, que data de 1997, era de una web que centraría y ordenaría todo tipo de información sobre arqueología. Sin embargo, los avatares y la
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pérdida de su dominio ha hecho que tan solo ofrezca un servicio de lista de correo (aunque puede decirse que Terrae Antiqvae hace las veces de supersite arqueológico: http://terraeantiqvae.blogia.com). Es un boletín de novedades y noticias de arqueología hispana, como bien indica su nombre, y para suscribirse no hace falta más que remitir el e-mail en la dirección http://runas.cap.gva.es/mailman/listinfo/arqueohispania.
Teniendo en cuenta que Arqueohispania se caracteriza por ofrecer un torrente de noticias sobre hallazgos arqueológicos en la península, estas son las principales novedades publicadas en ella entre mayo y octubre de 2006. Publicaciones: Pablo Ozcáriz nos anunció la publicación de su libro "Los conventos de la Hispania Citerior", especializado en la administración de la cercana Hispania, dentro de una colección de ciencias jurídicas. Alberto Plata también hizo publicidad de su nuevo libro "El ciclo productivo de la sal y las salinas reales a mediados del siglo XIX". Noticias: Juan Llantada Sacramento comunica que se ha descifrado una épica ibera en un vaso, encontrado en La Serreta, cerca de Alcoi, gracias a la labor de Ricardo Olmos e Ignasi Grau. Deobrigense denunció la destrucción parcial del yacimiento de Arce-Mirapérez, en Miranda del Ebro, con la construcción de una rotonda en una zona de protección arqueológica. Este hecho fue debidamente alertado a todas las autoridades, y poco después ya hubo control arqueológico de la obra, para enhorabuena de todos. Juan Llantada también notificó el descubrimiento de un gran pecio cerca de Villajoyosa, en Bou-Ferrer. Beatriz Alonso volvió a alertar sobre el terrible destino que está teniendo el yacimiento del Carambolo en Camas (Sevilla), tema que, por una vez, inspiró reacciones de otros colisteros. Una reflexión de la editorial: A pesar del ánimo que impulsa esta lista, el trabajo de Joaquín Salmerón. También a pesar del apoyo y profusión del consistorio ciezano, con una vida cultural refrescantemente dinámica. A pesar de todo ello, y sin dejar de animar a los lectores a suscribirse a esta lista de correo, estimamos que los contenidos no se adecuan a esta sección. Es por ello que a partir de ahora no seguiremos editando Lo que se dice en… Arqueohispania.
G.S.R.
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LO QUE SE DICE EN… TRAIANVS TRAIANVS es un conocido foro sobre ingeniería romana instalado dentro de Rediris, una website diseñada para el intercambio de información en la investigación española. Para visitar la página de TRAIANVS dirigirse a http://traianus.rediris.es/. Presentamos aquí un breve resumen de los asuntos más destacados tratados en el foro, con las valiosas aportaciones de sus miembros, entre mayo y octubre de 2006. El Congreso de Astorga y la vía de la plata: El anunciado III Congreso de Obras Públicas Romanas de Astorga, celebrado los días 5-7 de octubre, tras gran expectación, acabó celebrándose con gran éxito y polémica (¿cómo puede ser uno sin el otro?). Isaac Moreno presentó los resultados en prensa de una reunión comentada in alter loco de este número. La Vía de la Plata volvió al candelero en un debate más de nombres, Santiago Palomero observó que los ingenieros estaban revitalizando el estudio de los caminos antiguos, y olé por eso. Lo que parece más claro que nunca es que esa calzada romana, llamada modernamente "de la Plata", no pasaría por Zamora, sino por Villalazán, donde importantes descubrimientos hacían creíble que fuese el Ocelo Duri de los itinerarios. Sin embargo el asunto no está libre de debate, como demostró la defensa de Ernest Loewinsohn del paso del Duero en Zamora. Mariceli anunció la ampliación de su Ábaco en un suplemento de esta revista, por considerarlo fundamental para dirimir algunas cuestiones relacionadas con la vía argentea. La arqueología de las vías-cañadas: El tema de la vía de la Plata también llevó a un debate más general sobre la arqueología de las calzadas. Por un lado se intentó dilapidar, por mano de Jesús Sánchez, la tradicional asociación de cañadas con antiguas vías. Sin embargo, Jesús Rodríguez, defendió el potencial de "fósil de vía" de una cañada antigua. En este tema, Isaac defendió la prudencia y la búsqueda de calzadas romanas probadas documentalmente para conocer su morfología. Otra consecuencia del congreso fue la denuncia de que el monte Teleno era campo de tiro artillero. Paradójicamente, este destino parecía hacer que se mantuviese relativamente intacto de actuación humana. La arqueología de las vías - estrategia: Carraquinea ha denunciado a las más altas instan-
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cias la destrucción de un visible y espectacular tramo de vía entre Chinchilla y Albacete. Sin embargo, parece que las reclamaciones surtieron su efecto y se paralizó la destrucción. ¡Olé por Carraquinea!. Mucho tiempo después volvió este asunto, ya después del citado congreso y enlazando con el debate sobre destrucción de calzadas y otros yacimientos por actuaciones antrópicas, con imágenes sobre la actuación arqueológica que había destruído la calzada. Arqueólogos, ingenieros y aficionados comentaron sobre qué problemas estructurales se enfrentan al tener que excavar un camino, y quizá como podría corregirse en el futuro. Realmente fueron unas semanas ejemplares sobre la función de estas listas de correo, y lo que se puede llegar a sacar con unos participantes activos, inteligentes, respetuosos y abiertos. Una verdadera delicia. Anuncios y rogativas: Isaac Moreno nos anunció la estupenda Tàrraco Viva, la VIII edición de una semana de divulgación de historia romana, con todo tipo de actividades y exposiciones. Maria Jesús Riaño nos invitó al V Encuentro de la Calzada Romana, un paseo por una vía entre Cerezo y Briviesca, guiada por Isaac Moreno y Manuel Durán. Por medio de Moncho Trigo, se produjo una petición de ayuda de una comunidad franciscana del Valle de Valcarce, que buscaba recuperar su aspecto románico. Los miembros de la lista dieron, como siempre, varios y valiosos consejos. Juan Gil, indignado, alertó del proyecto de construcción de una gran refinería en Tierra de Barros, en una propiedad por la que pasa la Vía de la Plata y Camino Mozárabe de Santiago. La asociación "Amigos de la Vía de la Plata" preparó por ello una gran movilización de protesta, que suscitó repetidas muestras de apoyo. Isaac Moreno dio noticia del descubrimiento de un nuevo acueducto en Sasamón. Anfiteatros: Ante las aportaciones de Carlos Sánchez-Montaña sobre el urbanismo de Asturica Augusta, Ernest Loewinsohn intentó aclarar su grado de seguridad respecto al emplazamiento del anfiteatro asturicense. Carlos hiló esto con un trabajo sobre anfiteatros en España, acompañado de fotografías aéreas de ellos. Muchas muy interesantes, otras un poco crípticas. A colación, Emilio Campomanes anunció que se había encontrado el anfiteatro de León en una excavación suya, y que pronto se harían saber los resultados de esa investigación. También nuestro coeditor Santiago
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Palomero anunció el descubrimiento, por fin, del Circo de Segobriga.
G.S.R. El Nuevo Miliario: entre el lirismo y la política. Carta de Jesús Sánchez Sánchez (4/08/2006) Estimado amigo: Tras lamentar el escaso tiempo de que dispuse para saludarte fugazmente en el Congreso de Caminería celebrado en Pastrana, te escribo las siguientes líneas relacionadas con EL NUEVO MILIIARIO (NM), que te envío en tu calidad de miembro del Consejo de Redacción y yo en la de suscriptor. Serán palabras un poco críticas que espero consideres constructivas. Han surgido como medio de expresar una primera impresión que me ha suscitado la lectura – superficial – del número 2, que acabo de recibir. Si tuviera que poner un título a esta carta, elegiría el de "El Nuevo Miliario: entre el lirismo y la política". Adelantaré que considero al lirismo como un elemento esencial de la vida de las personas y a la política como algo respecto de lo que es imposible vivir sin que nos afecte. Y, por lo tanto, no creo que sean entidades a las que haya que dar la espalda. Sin embargo, tal vez le sorprende a uno encontrarlas en textos donde no esperaría evidenciarlas. Me explicaré. Hablo de lirismo, en su acepción de "abuso de las cualidades características de la poesía lírica, o empleo indebido de este género de poesía o del estilo lírico en composiciones de otra clase". Y llamo aquí "política" simplemente a la expresión pública de valoraciones políticas. Me ha parecido detectar un cierto lirismo mezclado con política en varias páginas del nº 2 de NM. Por ejemplo, en la p. 3 aparece un "miliario" que nos cuenta en primera persona su peripecia quijotesca y peregrina. Relato que incluye valoraciones sobre los funcionarios públicos de los Ministerios de los años sesenta ("tristes funcionarios aduladores") y de su lugar de trabajo ("patio de Monipodio"). En la p. 6, esta vez el "anciano miliario" tras lamentar "los injustos años de ostracismo a que fui someti-
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do por la Dictadura" no duda en tomar partido al calificar de "felonía demagógica" la actitud reciente de "algunos ciudadanos capitaneados por su alcalde" a quienes acusa ("presuntos salvadores de archivos") de haber olvidado que "los papeles" "habían sido robados por la Dictadura" (p. 7). En la p. 39 es ahora un puente el que habla "cuando todavía el hormigón no ha fraguado entre mis arcos", el cual, sin embargo, también valora la actividad de cierta Comunidad Autónoma ya que "escogió apartar la vista" haciendo dejación de sus responsabilidades. También este puente relaciona sus cambios de aspecto con la intención de cierto alcalde de "impulsar aún más su brillante carrera política". En la p. 63 ocurre ahora otra presentación: "somos dos miliarios", pero realmente "somos los detectives 007, con licencia especial nombrados por la Comunidad Intermiliaria para mantener el orden"; pero además sorprendentemente disponen de "medios de locomoción": "Rocinante para mi señor y un rucio para un servidor". Y es que su misión es "apatrullar La Mancha" sin apenas distracción: "el Fary será su único entretenimiento" (p. 65). El lirismo se acentúa al observar la autoría de la colaboración: "Por ‘D. Quixote y Sancho’ los ‘Hernández y Fernández de la fraternidad detectivesca miliaria". (No aparecen otros datos sobre su autor). Pero no hemos terminado; nos faltan otros miliarios, esta vez con propiedades telepáticas: en la p. 5 se comunican entre ellos aunque estén "junto a la calzada, en un museo o en un viejo corral troceados". Como vemos, no todo el lirismo va unido a la política. También aparece el lirismo místico: el "Ábaco Maricelitano" es una herramienta que "nos permite acercarnos hasta Él" (p. XV de Suplemento número I). Si para el acceso a la divinidad necesitáramos el concurso de algunos monjes zen, podemos encontrarlos en la p. 5. Los dioses del Olimpo aparecen citados en la p. 3. Y repito que el lirismo en dosis adecuadas puede ser relajante, bien humorado y hasta didáctico para la edad infantil. Pero, ¿es necesario tanta acumulación de miliarios parlantes y telepáticos; de puentes que hablan y de esa inefable trinidad miliaria-quijotil-detectivesca, todos ellos bien reconfortados espiritualmente entre los monjes zen y el misticismo teresiano-maricelitano? En fin, comparto que NM aspire "a la gloria de la extravagancia" (p. 3), pero me gustaría que lo fuera aprovechando las lecciones de su antecesor, El
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Miliario Extravagante caracterizado por su rigor intelectual, su indudable libertad científica y total independencia de criterio. Y, particularmente, por su capacidad para permitir el debate y la confrontación de ideas. Lo que, en cambio, me parece menos edificante en NM es que algunas de las valoraciones políticas antes citadas aparezcan suscritas por los propios editorialistas de NM. Cabe pensar: ¿podría alguno de esos "ciudadanos capitaneados por su alcalde" (que han sido aludidos) exponer en turno de réplica en estas mismas páginas su versión sobre la valoración de sus actos como "felonía demagógica"? ¿O es que hay alguna posibilidad de llegar a la síntesis si no es contando con la antítesis? Y, en definitiva, ¿es deseable dar cabida en las páginas del NM al debate político? Me pregunto: ¿podrá el NM repetir la gesta del Miliario Extravagante viviendo libre, a la intemperie, sin el sometimiento a lo conveniente, sin padre ni patrón y sin pedir ni esperar la bendición de tal o cual corporación? En todo caso, me permitiría hacer un llamamiento para que en este "boletín sobre vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica" editorialistas y colaboradores nos centremos en la búsqueda de la verdad científica y releguemos un poco la lírica, la mística y, cómo no, las valoraciones políticas. Renovemos la utopía. Por cierto, el resto del contenido de este nº del NM me parece estupendo. Un cordial saludo.
Carta de Raúl Vega Cerezo (6/8/2006):
Estimado "miliarense": Ayer recibí el número dos (tres con truco) de El nuevo Miliario. Una ojeada rápida al contenido me ha causado buena impresión, en general; sabido es que, estando uno abierto a todo tipo de información y conocimientos, siempre hay temas más interesantes o aprovechables para la propia labor que otros. Bajando a lo particular, considero un exceso el sahumerio dedicado al "dolfos" salmantino. De todos los modos, no deja de ser útil conocer también su contenido para corroborar la sospecha de que el asunto del traslado del miliario bejarense estuvo
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relacionado con la polémica del Archivo, y que de no haberse producido este último contencioso lo del miliario podía haber dormido otros... y pico años. Había que buscar modos de congraciarse con la plebe local, buscar la foto (...)
Más sobre el miliario de Nuevos Ministerios (río Sangusín) Carta de Manuel Santonja (22/08/2006) (extractos) (...) veo en el número 2 -además de la entrevista con Caldera, que es jugosa- un comentario de Urbano Domínguez sobre la devolución del miliario que estaba en Nuevos Ministerios a su punto de origen [véase p. 22 de este número, N. del Ed.]. Ya no me sorprende casi nada de lo que pasa en Salamanca, pero es curioso comparar la que se montó para que no se llevaran a Cataluña el Archivo, y la reacción en este caso, sin que prácticamente nadie haya expresado públicamente el menor signo de satisfacción, ni de aprecio por el miliario, un documento histórico de bastante más importancia patrimonial para Salamanca que los famosos papeles. (...) Como pueden comprender los lectores de El Nuevo Miliario, nosotros -me refiero fundamentalmente a Nicolás Benet, entonces arqueólogo territorial de Salamanca, y a mí, responsables del emplazamiento elegido- también conocíamos el significado de las iniciales y el que antes hubiera estado en el centro del cauce del Sangusín. La alternativa era reponerlo en dicho sitio, orientando las iniciales de los tres pueblos hacia ellos (letras por cierto que están grabadas dañando la inscripción romana y que de medievales, lo siento, pero no tienen nada, se ven en bastantes más de los miliarios de la zona que delimitan términos municipales, demarcaciones que como casi todo el mundo sabe son bastante más modernas) o dar primacía a la inscripción antigua y emplazarlo cerca de donde estuvo -está ahora a unos 20 m-, pero en un lugar a salvo de crecidas y en el que el epígrafe romano se pudiera observar con comodidad. Nada garantiza, además, que el punto de ubicación precedente fuera el originario, puesto que bien pudo ser trasladado allí cuando se deslindaron los términos de estos municipios. Para nosotros la elección era obvia, y ya asumíamos que habría discrepantes, pero la verdad es
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que no me imagino una polémica en Barcelona por colocar en un estante o en otro los legajos devueltos desde Salamanca. Aquí somos más originales. Hay una cosa más que debe ser aclarada para que no quede recogida una información errónea en El Nuevo Miliario. La columna correspondiente a la milla 140 que se trasladó a Guijuelo a la vez que la de Nuevos Ministerios, y que Urbano Domínguez pide que se devuelva, ya se repuso en la calzada hace años, no recuerdo la fecha exacta, pero más de diez. La que queda en Guijuelo es un interesante ejemplar con el numeral de la milla 142 -la misma que la de "Nuevos Ministerios", y también llevada a Guijuelo cuando las otras dos- conservado, que pudiera corresponder a Nerón. De esta milla se conservan miliarios de Nerón, Trajano y Adriano (éste actualmente en un corral en Peromingo) y no estaría mal que alguna vez los tres volvieran a estar juntos en el paso del Sangusín. Espero que si ese día llega sea una satisfacción, sin reservas, para todos (...)
Caminos en Chiclana de la Frontera Carta de Francisco Vázquez Cañas
Alta", horno romano en el centro de la localidad Calle La Fuente, horno de el "Fontanal", utensilios hallados en la Loma del Puerco, etc.. que parecen atestiguar un poblamiento continuado al menos desde época fenicia. Que nada tiene que ver con la repoblación de 1303, que se ha utilizado de manera oficial como fundación de Chiclana. Una serie de preguntas se me plantea: No parece lógico que se localizara en el término de Chiclana la "mansión" Ad Herculem, recogida en el itinerario de Antonino. Pues quizás fuera razonable que esta mansion estuviera en tierra firme. ¿Es esto correcto? ¿No se tiene constancia de que la vía Heraclea, pudiera terminar en este punto y llegase hasta el Santuario de Melkart? Si esta datado por resto arqueológico un poblamiento romano, ¿no se tienen indicios de qué posible ciudad se pudiera tratar.? Esperando no serle causa de molestia, sino que pudiera atender algunas de estas dudas, les quedo muy agradecido de antemano.
Estimados Sres.: Recientemente, mi localidad Chiclana, se ha puesto de actualidad por el descubrimiento de un resto de muralla y poblamiento fenicio que parece es de bastante importancia. Dos posibles hallazgos casuales, con marea baja, en la zona de Sancti Petri, me han picado la curiosidad. El primero fue debajo de la fortificación del XVIII que está en el islote aparecen unos restos que pudieran ser romano, es algo conocido y que lo atestiguan en alguna publicación, el segundo fue hace escasas fechas al apreciar un posible resto de "calzada" igualmente con una gran marea baja, en la zona entre Torre Bermeja y el espigón de Sancti Petri. Es por ello por lo que me tomo el atrevimiento de consultar, por si me pudiese orientar acerca de lo siguiente: Los restos arqueológicos hallados en Chiclana hasta la fecha, independientemente de los hallados en Sancti Petri y expuestos en diferentes museos, son: lápidas funerarias romanas en "Huerta
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El galimatías maricelitano Carta de Gonzalo Arias Mariceli López Pascual siempre me ha sorprendido, y a menudo me ha hecho sentir un fuerte complejo de inferioridad. ¡Lo que sabe esta mujer, y con qué soltura se mueve entre los números! Si alguna vez me hubiera creído bien dotado para las ciencias exactas, bastaría el esfuerzo que últimamente he hecho tratando de entender a Mariceli para disuadirme de tal idea. Me refiero, evidentemente, a El ábaco maricelitano (Suplemento nº 1 de El Nuevo Miliario). En conjunto, su contenido, su interpretación y su utilidad constituyen para mí un arcano que no consigo penetrar. No voy pues a emitir un juicio crítico sobre el fondo de algo que me supera. Pero, pensando que a veces es útil que los ignorantes demos un toque de atención a los sabios -–y a las sabias—para instarles a ser más claros en sus exposiciones, voy a atreverme a hacer algunos comentarios sobre la forma de este curioso trabajo. Para empezar, observo que hay unas 4 páginas y media de texto y fotos frente a 9 páginas y media
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de tablas numéricas. El texto es claro y contiene unas cuantas informaciones generales sobre la métrica antigua, pero mi reparo es que no sirve en absoluto para aclarar o explicar las tablas numéricas, de las que está enteramente desvinculado. Veamos la primera tabla (páginas IV-V), en cuyas filas y columnas se despliegan no menos de 400 cifras. El título general es "Ábaco de unidades antiguas de medida", bajo el cual hay dos subtítulos que parecen mas bien atribuibles a las tablas siguientes. En la primera fila (y prescindiendo de la segunda columna, titulada "Pie-Codo-Braza, que resulta estar en blanco, así es que no sé a qué viene) se despliegan nada menos que 19 tipos de "leguas al grado", entre las que identifico la de 17,5 leguas por grado geográfico, llamada según Coello "de Camino Real", que tendría 22.508 pies (22.813,16 pies según los mapas provinciales de Coello), y también la de 20 leguas al grado, a la que se atribuye el valor de 5.572 metros (es sin duda la que el diccionario de la RAE da el valor de 5.572,7 metros). Pero estas referencias a Coello y a la RAE son mías y no de Mariceli, la cual renuncia expresamente a apoyar su nube de cifras en los "textos y manuales de obligada consulta" a los que se remite de manera genérica. Para los 19 tipos de legua se consignan también en esta tabla (¿para qué?) los valores (en Km, aunque no se diga) de su quinta parte, su cuarta parte y su tercio. Las cuatro líneas finales de la tabla parecen expresar, para cada tipo de legua, los valores kilométricos de su cuarta parte, su mitad, sus tres cuartos y su unidad (redondeada). Por este camino, evidentemente, el número de páginas que podrían rellenarse con cifras es inconmensurable. La tabla de las páginas VI-VII nos da por un momento la esperanza de llevarnos al terreno familiar de las vías romanas, pues en ella se hace referencia a la distancia León-Calahorra y, sobre todo, a la vía A-XXX (que yo prefiero llamar A30, pues es sabido que esta numeración no es de origen romano sino que la adoptó Saavedra en cifras arábigas). Pero hay aquí demasiadas cosas que me desconciertan. ¿Por qué las cifras antoninianas 95-27-24-44 aparecen perdidas en la tercera columna en un maremágnum de más de 700 ci-
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fras? ¿Por qué en la primera columna aparece con profusión la abreviatura "m.p." sin cifra alguna? ¿Qué significan las abreviaturas "*L.", "*Lugar", "*FI" en la primera columna? Un aficionado a los juegos de números puede entretenerse tratando de seguir los pasos de Mariceli. Por ejemplo, he visto que dividiendo cada uno de los números de fondo blanco por el dígito correspondiente de la segunda columna se obtiene el número de la fila superior con fondo gris. Seguro que hay otras combinaciones curiosas, pero no veo en qué medida esto nos puede acercar a la interpretación de los itinerarios o a la determinación del valor de la milla. Demostrada ampliamente mi incompetencia, renuncio a enfrentarme con las tablas de las páginas VIII-IX y X-XI. Para terminar, he aquí algunas dudas que me suscita la última tabla (págs. XIV-XV): ¿Por qué se consignan dos valores métricos distintos (184,69 y 184,72) para el estadio romano? ¿De dónde sale el valor 1.477,50 para la milla romana, cuando la práctica totalidad de los autores le atribuyen 1.480 ó 1.481 metros? ¿Por qué se cifran el estadio y la milla olímpicos en 192,4 y 1.539,3 m respectivamente? ¿Ignora Mariceli, suscriptora y colaboradora de El Miliario Extravagante, la determinación exacta del estadio olímpico en 192,27 m gracias a las excavaciones de arqueólogos alemanes en 1879-1881 (ME 75, 33-35)?
Continúa la polémica por las obras del Puente de Toledo (Madrid)... El ingeniero Leonardo Fernández Troyano, especialista en la construcción de puentes y en el estudio de puentes históricos, ha publicado en el número 143 de la revista Ingeniería Civil (octubre de 2006), editada por los Ministerios de Fomento y Medio Ambiente, un artículo titulado "La puente segoviana y la puente toledana" del que, por su interés, y agradeciendo al autor la autorización para reproducir su texto en este número de El Nuevo Miliario, extractamos a continuación los párrafos finales (págs. 46 y 47):
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"No conocemos el proyecto actual más que por los periódicos y por los folletos editados por el Ayuntamiento. Pero, de lo que hemos visto, podemos sacar algunos criterios generales, a partir de todo lo dicho anteriormente. Lo que más nos ha sorprendido es que se hable de una recuperación del río, y en ella no se incluya la recuperación del puente de Toledo, sino todo lo contrario. Se consolida "ad aeternum" la situación actual de la canalización [del río], que repetidamente denunció como bárbara Fernández Casado, y se hacen en el puente actuaciones irreversibles, como es romper parte de las pilas con los cajones que alojan la nueva autopista, y por ello estas pilas nunca podrán ya ser desenterradas. Quiero recalcar que se va a actuar sobre los basamentos de las pilas que en el proyecto de Pedro de Ribera quedaban vistos, y no sobre los cimientos, en zonas de ellas que estaban a la vista hace aproximadamente 60 años, hasta que se enterraron cuando se hizo la canalización. La Ley del Patrimonio Histórico Español, en su artículo 19, dice lo siguiente: "En los Monumentos declarados Bien de Interés Cultural no podrá realizarse obra interior o exterior que afecte directamente al inmueble o a cualquiera de sus partes integrantes o pertenencias, sin autorización expresa de los organismos competentes para la ejecución de esta ley". No conozco el proceso que se ha seguido en este caso, ni el organismo competente que ha dado la autorización, pero resulta sorprendente que haya permitido una actuación irreversible como la que se va a hacer en partes esenciales de un Monumento Nacional como son las pilas del Puente de Toledo. La existencia de una autorización para actuar de esta forma irreversible en las pilas del puente nos lleva a dudar de la competencia del Organismo que la haya dado, y si no existe esa autorización para actuar en las pilas, la obra no es legal. Sabemos también por los periódicos que se están haciendo actuaciones de consolidación y de recalce del puente de Toledo, pero no conocemos que se haya hecho un proyecto de actuación en el puente con todas las garantías que debe tener una intervención como ésta en un Monumento Nacional. Como resumen, podemos decir que en toda la historia de estos dos puentes madrileños, salvo
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en el ensanche, el Puente de Segovia ha salido siempre mejor librado que el de Toledo, y lo mismo pasa con la obra que se está haciendo actualmente: en el primero, la nueva autopista pasa por el mismo costado que la actual, y también bajo los cimientos de una pila del puente. No sabemos cómo va a pasar bajo esos cimientos, ni como se va a hacer la obra. Tengo confianza en que se va a hacer bien, pero a pesar de ser un ingeniero dedicado a los puentes y a las estructuras, o quizá por ello, da susto ver un cajón de grandes dimensiones debajo de los cimientos de una pila de un puente de piedra. En el puente de Toledo la nueva autopista pasa enterrada, pero con el techo de los cajones al nivel de la autopista actual, es decir, al nivel que dejó la canalización del Manzanares, que Fernández Casado calificó como desafuero, y con el agravante de que estos cajones afectan de manera irreversible a las pilas del puente. Da susto también, además de pena, ver los recortes que se van a hacer a las pilas para alojar los cajones de la autopista. No sabemos en qué estado se encuentra la obra de la nueva autopista y por tanto no sabemos si la pérdida del puente de Toledo es irremediable, o si todavía se está a tiempo de que sea la gran ocasión para recuperar el puente".
...y sigue también la de la Vega Baja, en Toledo Recientemente, el arqueólogo Jesús Carrobles publicó en el diario "El País" un artículo a propósito de las obras de urbanización de la Vega Baja, en Toledo, y de las repercusiones que de esos trabajos se derivan para el patrimonio arqueológico toledano y para la profesionalización de la arqueología. Puestos al habla con el autor del artículo, al objeto de pedirle su autorización para la reproducción parcial de lo publicado en "El País", Jesús Carrobles, a quien agradecemos su colaboración con esta revista, nos ha remitido la versión íntegra de aquel trabajo que, por problemas de espacio, no pudo ser publicado en el diario de tirada nacional, y que, por tanto, se incluye íntegramente en El Nuevo Miliario en las páginas siguientes.
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La Vega Baja de Toledo y la privatización de la arqueología española Jesús Carrobles Santos Arqueólogo
A lo largo del mes de julio pudimos leer en las páginas de El País una serie de artículos firmados por Patricia Ortega que dieron a conocer el peligro de destrucción de los restos arqueológicos conservados en la Vega Baja de Toledo. Desde entonces y gracias a la decisión del Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se pudo corregir una situación que ha ido perdiendo protagonismo en la prensa de ámbito nacional en la misma medida que ha venido protagonizando desde entonces la de carácter local. Por todo ello y pasado un tiempo prudencial, parece oportuno reflexionar sobre lo ocurrido y de paso sobre los procedimientos que vienen utilizándose en la protección de nuestro Patrimonio histórico. Para todos aquellos que desconozcan este importante yacimiento arqueológico, una parte inseparable de otro mayor que es la ciudad de Toledo, baste decir que en su subsuelo se conservan los restos de un circo romano junto al que fueron creciendo una serie de villas y construcciones ligadas al culto a algunos santos locales, que acabaron haciendo posible la existencia del complejo palatino de época visigoda. Sobre sus restos se construyó un arrabal islámico y luego toda una serie de ermitas, conventos y áreas industriales en los que trabajaron arquitectos de la talla de Covarrubias, Vergara o Sabatini.
que parece, son los únicos restos que deben conservarse. Pues bien de este yacimiento se ha hablado muy poco en la ciudad de Toledo. En estos meses y al margen de una parte de la sociedad que nunca estuvo de acuerdo con esta operación urbanística, promotores públicos y privados sólo parecen haberse preocupado por criticar la capacidad que tiene este periódico para alterar decisiones del denominado pueblo soberano de Toledo, incluyendo comentarios que hacen referencia a la ruptura de la democracia o a los perjuicios que causa el Patrimonio al futuro de nuestra ciudad. Ante esta situación hay que empezar a hacerse determinadas preguntas ¿Cómo es posible que en una ciudad que vive en buena parte de su pasado se haya llegado a esta situación? ¿Cómo es posible que desde la administración de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, se planteen las obras de construcción de un nuevo barrio sobre un yacimiento excepcional en terrenos de titularidad pública, sin tener en cuenta los restos allí conservados?.
Un lugar santo desde el siglo IV gracias a los enterramientos de personajes como Santa Leocadia o San Ildefonso, junto a los que se inhumaron algunos de los monarcas visigodos y que tuvo continuidad en los cementerios de las comunidades mozárabe, islámica y hebrea de la ciudad.
Las respuestas darían para escribir muchos artículos como éste. Ahora sólo podemos desarrollar uno de los aspectos que la "crisis" de Vega Baja ha puesto de manifiesto. Nos referimos al papel protagonizado por los profesionales de la arqueología implicados que, a pesar de su buen hacer y de estar trabajando durante más de un año en este sector de la ciudad, no han podido dar a conocer los hallazgos que han realizado. Una situación que viene provocada por el modelo de gestión en el que ha caído el Patrimonio arqueológico en la mayor parte de las comunidades autónomas, que son las administraciones competentes.
Entre los muros allí conservados, aunque sea de manera parcial como ocurre en todo yacimiento arqueológico, discurrió una buena parte de nuestra historia y todo ello independientemente de que hoy no existan en superficie grandes esculturas o mosaicos de incalculable valor artístico que, por lo
Desde finales de los años 80 hemos asistido al auge de la denominada arqueología de urgencia, que ha convertido a una disciplina hasta entonces científica y ligada a centros de estudio e investigación, en un mero tramite administrativo relacionado directamente con la obtención de la correspon-
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diente licencia.
Juanelo Turriano y a su famoso Artificio de Toledo desde el siglo XVI hasta hoy.
La figura clave en el desarrollo de esta nueva arqueología es la del promotor, que sin tener culpa alguna en la situación, todo hay que decirlo, se ha convertido en el personaje que dicta las prioridades y que selecciona y contrata al arqueólogo encargado de realizar unos informes que, en buena medida, determinan la posibilidad de llevar a cabo su proyecto. Todos podemos comprender que ante una situación así algo está fallando y un buen ejemplo es la Vega Baja de Toledo.
Los grandes hombres no son solamente de donde nacen sino también de donde mueren. Juanelo Turriano es, por derecho propio, un toledano singular que ha recibido muchos y merecidísimos elogios a lo largo de los últimos siglos por parte de los historiadores y de los investigadores de sus inventos. Este libro constituye un homenaje más que los autores rinden complacidos a su memoria.
Los arqueólogos, que al inicio de su trabajo deben firmar todo tipo de cláusulas de confidencialidad y a los que sólo se paga por excavar, nunca por investigar y menos por publicar, se han convertido en un instrumento administrativo que tiene como único fin obtener un determinado permiso, en vez de devolver a la sociedad la historia de su pasado, haciendo lo posible por conservar con un mínimo de lógica, es decir, sin extremismos militantes, los elementos que permitan conocerlo y disfrutarlo.
Los grandes hombres no son solamente de donde nacen sino también de donde mueren. Juanelo Turriano es, por derecho propio, un toledano singular que ha recibido muchos y merecidísimos elogios a lo largo de los últimos siglos por parte de historiadores e investigadores. Este libro constituye un homenaje más que los autores rinden complacidos a la memoria de este matemático, ingeniero, relojero, inventor… y "padre" del Artificio que se construyó en Toledo hace más de cuatro siglos para subir el agua desde el Tajo al Alcázar.
El caso de Vega Baja es paradigmático de la situación en la que se encuentra la mayor parte de la actividad arqueológica en nuestro país. Una nueva realidad que supone, en definitiva, la privatización de esta disciplina con todo lo que ello implica. Como resumen de todas estas reflexiones, parece evidente que en los últimos veinte años hemos conseguido convertir a cualquier yacimiento arqueológico, por excepcional o importante que este pueda ser, en un problema con una solución previsible. Esta vez, al menos, gracias a la presión ejercida por diferentes asociaciones cívicas e instituciones culturales y por el coraje y sensibilidad de alguno de nuestros máximos responsables políticos, se ha roto la cadena. ¿A lo mejor es la ruptura de un sistema que resulta bastante cómodo para algunos y no la paralización del proyecto de Vega Baja el origen de tanta y tan desafortunada crítica?
Este libro pretende dar una visión razonablemente completa de lo que fue una de las obras más célebres de la ingeniería europea en el siglo XVI, así como de las luces y sombras que la acompañaron. Se hacen algunas aportaciones novedosas y el libro es de fácil comprensión para cualquier tipo de lector, ya que completa su carácter divulgativo con suficiente información detallada y referencial para que, quienes encuentran placer en conocer más y mejor nuestro pasado, puedan profundizar en cualquiera de sus ramificaciones técnicas, sociales y económicas que permanecen abiertas. En este trabajo se ha querido reunir buena parte de la información y referencias conocidas por los autores sobre un personaje singular en el Toledo del siglo XVI y sobre su obra sin duda más importante: el artificio que subía agua desde el río Tajo hasta el palacio del rey.
Al lector:
Este palacio, el actual Alcázar de Toledo, está situado ladera arriba unos 100 metros más alto que el río, y el artificio de Juanelo subía hasta él el agua del Tajo sin más aporte de energía que la que el propio artificio obtenía de la corriente del río, tarea ésta nada fácil con la tecnología disponible en la época.
Quince o veinte libros, otros tantos folletos y centenares de artículos y reportajes se han referido a
La información básica para la elaboración de este trabajo ha sido el archivo que sobre Toledo ha ido
JUANELO Y SU ARTIFICIO. ANTOLOGIA, Ángel Moreno Santiago y Luis Moreno Nieto, Toledo, 2006: Comentario
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elaborando durante más de 70 años el cronista coautor del libro, complementado con el trabajo ingenieril y cartográfico del otro coautor. Para facilitar la tarea del lector se ha estructurado el contenido en los siguientes apartados: ~ Perfil biográfico. En que se recogen datos y referencias sobre la vida de Juanelo Turriano, así como sobre lo que era la ciudad de Toledo en la época en que Juanelo estuvo construyendo el artificio, viviendo con su familia y donde, finalmente, murió en 1585. ~ Juanelo y su artificio en la literatura. Son muy numerosas las referencias al artificio en los clásicos del Siglo de Oro y en escritores más modernos, expresando casi sin excepción sentimientos de asombro y maravilla por las dificultades vencidas. Es de suponer que la percepción de la gente de a pie fuera pareja con las opiniones manifestadas por todos ellos. ~ Los precedentes del artificio. La orografía de la ciudad de Toledo es especialmente adecuada para ser, como fue, capital del reino. Su situación sobre un peñasco que se eleva un centenar de metros sobre el nivel del río Tajo que, a su vez, la rodea casi por completo facilita extraordinariamente su defensa, que entonces había de limitarse a cubrir la zona norte, única en la que es accesible por tierra. Ventajas e inconvenientes son siempre caras de una misma moneda y la ventaja defensiva señalada conlleva el grave inconveniente de dificultar en gran manera el abastecimiento de agua a la población. Por una parte, no puede desviarse por gravedad desde el río y, por otra, el nivel freático necesario para que funcione un pozo se sitúa prácticamente al nivel del Tajo y el terreno a perforar, granito, no facilita precisamente la tarea. Este apartado se dedica a los varios intentos fracasados que precedieron al de Juanelo para subir el agua por procedimientos alternativos al de los azacanes o aguadores, quienes han sido, junto con la acumulación del agua de lluvia en aljibes, los proveedores básicos del líquido elemento a la ciudad de Toledo hasta bien entrado el siglo XX. ~ El contrato. Estos antecedentes fracasados generaron en los toledanos una notable desconfianza ante cualquier persona que prometiera resolver el, hasta entonces, irresoluto problema.
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De ahí que se exigiera a Juanelo hacerlo a su costa y se vinculara su pago a la consecución de resultados. No obstante, a pesar de haberse superado las previsiones de caudal de agua, el incumplimiento en los pagos convenidos amargó la vida de Juanelo hasta el día de su muerte, ocurrida cuatro lustros después de que comenzara a subir el agua a Toledo con su artificio. ~ Cómo era y cómo funcionaba el artificio. Partiendo de los documentos que se conservan y de los trabajos llevados a cabo por diferentes investigadores, se recoge en este apartado información que permite hacerse una idea bastante precisa de cómo era y cómo funcionaba el artificio. Al tiempo que anticipamos al lector que no hay conclusiones definitivas hasta ahora sobre esta materia, indicamos que en lo que se discrepa es en detalles técnicos, estando razonablemente establecido lo fundamental, que es el sistema básico para la elevación del agua y el de obtención y transmisión de energía para el funcionamiento del conjunto. El principal escollo que se encuentra en las líneas de investigación es que todos los análisis se basan en descripciones realizadas por personal no técnico, descripciones que admiten en muchos casos diferentes interpretaciones y que son contradictorias en otros. El apartado concluye con la descripción de las dos alternativas que se manejan como posibles y que, como se ha dicho, no son sino variantes constructivas de una misma idea que consiste en conseguir que el agua suba por la pendiente sin estar sometida en ningún momento a presión alguna. ~ La cartografía y el artificio. La carencia señalada de dibujos sobre el artificio nos ha inducido a recopilar y comentar los planos y dibujos de la ciudad de Toledo existentes desde el siglo XVI, dirigiendo la atención precisamente a la zona en que estuvo ubicado. ~ La reconstrucción del artificio. En 1985 se cumplieron 400 años de la muerte de Juanelo y, unos años después, el quinto centenario de su nacimiento. Estas circunstancias han animado varios intentos de reconstruir parcialmente el artificio en su ubicación original, solo o formando parte de un Museo de la Hidráulica, que iría como anillo al dedo en la ladera oriental de la ciudad en que estuvo
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el artificio, y que podría completarse con el puente de Julio Cesar con el que Juanelo salvó el paso del camino que discurría por la ladera. Hasta ahora ninguno de los intentos se ha llevado a cabo, pero somos muchos los que estamos seguros de que la idea tiene suficiente fuerza para que, antes o después, se convierta en realidad. ~ Otras actividades de Juanelo. Recoge información sobre otras actividades que desarrolló Juanelo no relacionadas con el artificio, entre las cuales una poco conocida es su aportación a la reforma del calendario solicitada por Gregorio XIII a Felipe II y que se llevó a cabo en la misma época de la construcción de la máquina de Juanelo en Toledo. ~ Galería de imágenes. A modo de apéndice gráfico se recoge un conjunto, ordenado por fechas, de algunos de los testimonios gráficos que se conservan de la obra civil del artificio y que permiten ver su evolución durante los últimos cuatro siglos. Finalmente, se incluye un índice cronológico de los principales hechos y documentos referidos al artificio de Juanelo. A lo largo de esta recopilación se ha seguido el criterio de recoger la información más relevante respetando en la mayor parte de los casos el texto, la ortografía y el idioma de los documentos originales (castellano, italiano y portugués antiguos). Incluimos también en su caso las traducciones, nada sencillas en ocasiones, para que así, con ambas, el lector pueda hacerse una idea cabal de lo que los documentos originales dicen. Los autores: LUIS MORENO NIETO: Escritor y periodista, Luis Moreno Nieto (Carpio de Tajo, 1917), falleció en Toledo en diciembre de 2005. Este libro es su última y póstuma aportación a una obra compuesta por más de 60 libros relacionados con Toledo y 15.000 artículos y reportajes también con Toledo como protagonista. Cronista Oficial de la Provincia de Toledo, fue entre otros cargos: Director de Servicios Culturales de la Diputación Provincial de Toledo, director de la revista Provincia, corresponsal de ABC y de la Agencia EFE en Toledo, concejal del Ayuntamiento toledano y diputado provincial. Obtuvo 18 galardones y premios periodísticos, Cruz de la Orden del Mérito Civil y miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias
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Históricas de Toledo. ÁNGEL MORENO SANTIAGO: Su hijo, Ángel Moreno Santiago (Toledo, 1944) es Doctor Ingeniero Electromecánico del ICAI y se encontró con Juanelo Turriano hace más de treinta años.
S.P.
Convocatorias La exposición ARTIFEX, en Barcelona El Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo (CEHOPU) del CEDEX (Ministerio de Fomento), en colaboración con el Museu d’Arquelogia de Catalunya, y la Generalitat de Catalunya abre la exposición Artifex del 19 de octubre de 2006 al 5 de febrero de 2007, en la sede del Museu en Barcelona. El CEHOPU en línea con su habitual actividad de difundir la historia de las obras públicas, esta realizando un especial esfuerzo durante este año para dar a conocer la ingeniería romana en España. Exposición Artifex. Ingeniería romana en España: Creada con el Ministerio de Cultura y la Fundación Juanelo Turriano, e inaugurada el 2002 en el Museo Arqueológico Nacional; tras haber estado en el M.º Arqueológico de Sevilla, el Puerto de Tarragona, y el Museo Hidráulico Los Molinos de Murcia, permanecerá en Barcelona hasta el 5 de febrero del año próximo. Seguidamente está programada su visita a Gerona, entre otros lugares en proyecto. La exposición Artifex. Ingeniería romana en España pretende dar a conocer el inmenso legado técnico del mundo romano; mostrando los saberes en diversos campos de la tecnología y, de manera particular, sus aplicaciones a la ingeniería civil en Hispania, con el acento puesto en los procedimientos y técnicas empleados por el artifex o artífice. Los materiales y maquinaria utilizados en la construcción de obras públicas, los sistemas de abastecimiento de agua a las ciudades, y la ejecución de infraestructuras para el transporte terrestre y
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marítimo son algunos de los temas que componen el recorrido expositivo. Se trata de una versión adaptada para la itinerancia de la muestra homónima presentada en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid en 2002, cuyo catálogo ha sido reeditado.
Exposición España en el Mediterráneo. La construcción del espacio
El 14 de diciembre, el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo del CEDEX, inauguró esta exposición en las salas de exposiciones temporales de la Biblioteca Nacional en Madrid. Con el objetivo de difundir los logros y el impacto en la Historia Moderna, y en el territorio del Mediterráneo occidental, de las realizaciones de los reinos hispánicos, el CEHOPU ha creado una exposición comisariada por el especialista Miguel Aguiló Alonso, documentada por importantes expertos en la materia, y con abundantes materiales del máximo interés histórico y artístico, procedentes de instituciones de prestigio internacional, como el Museo del Louvre, el Museo del Prado, el Museo de Capodimonte, el Archivo de Simancas, o la propia Biblioteca Nacional de España entre otras. España en el Mediterráneo. La construcción del espacio, permanecerá abierta hasta el 11 de marzo de 2007 en la Biblioteca Nacional. En ella se mostrará la presencia de España en el Mediterráneo occidental (Cerdeña, Nápoles, Orán, Milán, Bujía, etc.) desde los puntos de vista de la técnica, la ingeniería y el urbanismo; tratados aquí como elementos configuradores de un espacio común. La expansión por el Mediterráneo occidental de la Corona de Aragón primero y de la Monarquía hispánica después, supuso una relación, conflictiva muchas veces, pacífica otras, con el complejo mundo cultural y político italiano por un lado y con el adversario turco y berberisco por otro, junto a la permanente rivalidad con Francia, sin olvidar como telón de fondo, la Europa del Renacimiento y el Barroco, de la Reforma y la Contrarreforma.
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Últimos ejemplares del Historímetro de Gonzalo Arias Todavía es posible conseguir ejemplares del Historímetro, utilísimo instrumento que permite situar rápidamente cada acontecimiento en su contexto histórico. Los pedidos pueden realizarse al autor, gzlarias@jet.es, o en la web: www.gonzaloarias.net.
Nueva web sobre Tartessos y su relación con el Bajo Guadalquivir Francisco José Barragán ha actualizado la página "Tartessos en el entono de Caura-Orippo" en la web de la Universidad de Sevilla. Completada con nuevos contenidos, destaca el estudio del paleoestuario del río Guadalquivir, que permite al autor situar en esa zona el Golfo Tartésico y Lago Ligur, una idea que también había expuesto, con otros razonamientos, Gonzalo Arias. Desde El Nuevo Miliario recomendamos la visita a este sitio en la dirección: http://www.personal.us.es/fcojose/entornodetartessos.htm
Centro de Interpretación de las Vías de Comunicación – Castejón del Puente (Huesca) Es una satisfacción para El Nuevo Miliario poder anunciar que está a punto de ser inaugurado en Castejon del Puente (Huesca) el Centro de Interpretación de las vías de comunicación, que recorrerá la historia de esta localidad desde los tiempos del puente romano sobre el río Cinca hasta la actualidad a través de las diversas vías y rutas históricas que han atravesado el municipio. Ubicado en un edificio de estilo aragonés, su visita será obligada para todos los estudiosos de las vías de comunicación.
Exposición Arqueologia en Blanc i Negre: 80 años del Servei d’Investigació Prehistòrica de València Hasta el próximo 20 de mayo de 2007 permancerá abierta en el Museu de Prehistòria de València la Exposición Arqueologia en Blanc i Negre: la labor del SUIP 1927 - 1950, que conmemora el 80º aniversario del Servei d’Investigació Prehistórica de la Diputación valenciana, un organismo pionero en la investigación arqueológica española.
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HA LLEGADO EL MOMENTO DE RENOVAR LA SUSCRIPCIÓN Con el presente número 3 concluye el primer periodo de suscripción a El Nuevo Miliario, que ha cubierto los años 2005 y 2006. En el año 2007 se publicarán 2 números (el 4 y el 5); concluida la oferta de lanzamiento que incluía tres números al precio de 2, se mantendrán las tarifas vigentes en la actualidad. Será posible, igualmente, obtener ejemplares sueltos de los números ya publicados. En cuanto a la renovación de la suscripción, quienes hayan optado por la domiciliación bancaria no tienen que hacer nada, ya que la renovación será automática (salvo que indiquen lo contrario). En cuanto a los demás suscriptores, les agradeceríamos que renovasen la suscripción cuanto antes, mediante la forma de pago elegida, utilizando el boletín adjunto. Gracias a todos por vuestra colaboración.
Boletín de suscripción y petición de números atrasados Deseo suscribirme a la revista EL NUEVO MILIARIO hasta diciembre de 2007. Datos personales: Nombre y apellidos: Institución: Dirección de envío (vía pública, localidad, ciudad, provincia, Estado): Teléfono (opcional) Correo – e: Prefiero que las comunicaciones se realicen por correo electrónico (marcar con una x) Tarifas (indíquese la elegida): - Ordinaria: 20 - Institución: 30 - Pensionista, parado, estudiante no acaudalado: 10 - Números atrasados (12 /ud.): nº1 (dic.2005) ___
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PAUTAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ORIGINALES EN LA REVISTA
El Nuevo Miliario El boletín bianual El Nuevo Miliario acoge trabajos, noticias y comentarios sobre vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica de cualquier época, pero para la publicación de los textos se aconseja seguir las pautas que se describen a continuación: 1) Los trabajos tendrán preferentemente una extensión máxima entre 8 y 10 páginas tamaño DIN A-4, incluyendo ilustraciones y bibliografía. Cada página de texto tendrá unos 2.500 caracteres. 2) En El Nuevo Miliario pretendemos respetar el medio ambiente; por ello, como norma general, y para reducir el consumo de papel, los originales, siempre que sea posible, se enviarán exclusivamente en soporte informático, en CD – Rom en el que se incluirán el texto y, por separado, las imágenes (planos, mapas, fotografías, etc.). Únicamente en aquellos casos en que los autores consideren que los trabajos deben de ir maquetados de una forma concreta se enviarán los originales impresos en papel. 3) Del mismo modo, se aceptarán preferentemente las fotografías (preferiblemente no más de tres o cuatro por trabajo) enviadas en soporte digital, en formatos .jpg, .pct o .tif, con una resolución mínima de 300 ppp. Para los planos y mapas, que se enviarán como imágenes, se aceptará además el formato .pdf. Circunstancialmente se aceptará el envío de fotografías, mapas o planos originales para su reproducción, que serán, en todo caso, devueltos al concluir la maquetación del trabajo. 4) Las imágenes se acompañarán, si los autores lo consideran necesario, de sus correspondientes pies, que se presentarán en una relación al final del texto. 5) Los trabajos podrán incluir notas bibliográficas y notas a pie de página (aunque, preferiblemente, se evitarán estas últimas y, en todo caso, se publicarán como notas finales), mientras que la bibliografía se citará preferentemente recurriendo al Sistema Harvard, (Autor, año, título, lugar de edición) de este modo: -FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, P.F. (1987): Sobre el neolítico y otras antigüedades de la región de Murcia, Revista de Estudios Peninsulares, 17, Baracaldo. La fecha prevista de cierre del número 3 de El Nuevo Miliario estará en torno al 15 de mayo de 2007
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