La mujer en la ciencia
Linda R. Watkins Nace en Norfolk, Virginia (Estados Unidos). Estudia en la Universidad de Virginia, licenciándose en 1976, y doctorándose posteriormente en el Colegio Médico de Virginia (1980). Ha trabajado en numerosos centros como la Universidad de California en Davis y desde 1988 es profesora de la Universidad de Colorado en Boulder, en el departamento de Psicología y Neurociencia. Watkins es miembro de numerosas sociedades científicas como la Sociedad Internacional para el Estudio del Dolor, la Sociedad de Neurociencia o la Sociedad Americana del Dolor. También es miembro de distintos consejos de redacción de revistas científicas internacionales.
¿Está suficientemente valorada la situación de la mujer en el mundo actual? En una sociedad distópica, una chica no está segura de su destino hasta que conoce a un hombre que la entrena y consigue que vea claro su futuro, formando él parte de éste, por supuesto. Estas primeras frases resumen, de forma muy general, el argumento de la película “Divergente”, que probablemente todos conozcamos y que ha causado gran impacto en la juventud. Curiosamente, o quizás no tanto, la mayoría de películas de este género adolescente tratan de una mujer indecisa que aparentemente necesita la presencia de un hombre a quien amar para poder estabilizar su vida. Podría pensarse que la situación actual de la mujer está valorada, por eso hay tantas películas protagonizadas por ellas, e incluso algunas que dicen llamarse “feministas”, como “Mulán”. ¿Seguro? Re-
cordemos que, al final de la película, esta valiente chica asiática encuentra a un hombre y sí, se casa con él. Quizás no estemos en absoluto valoradas. Quizás lo que nos venda la gran pantalla sean cuerpos estereotipados, toneladas de maquillaje y sonrisas blancas. Sólo cuando el cine le pierda el terror a un argumento con una mujer soltera al final, con un cuerpo natural y una verdadera inteligencia, representándonos tal y como somos, entonces se podrá decir que estamos dando un paso hacia la valoración de la mujer como la persona que es. Porque quizás el amor que se nos muestra no sea más que un mito romántico para adormecernos y caer en la estupidez. Marina Eiriz. 2ºD.
Revista del IES Juan Sebastián Elcano | 19