Revista El Perícano, nº 32, junio 2020

Page 34

der por él a estas comprometedoras preguntas, pero sí sé que eran cuestiones que lo agobiaron en sus últimos años de instituto. Unos dicen que su pesimismo acerca de que esta situación fuera a cambiar a corto plazo fue, efectivamente, la causa determinante de que el profesor K decidiera convertirse en, lo que él mismo llamaba, un desertor de la tiza. Otros, sin embargo, opinan que fue la profunda consternación que recientemente le produjo el inesperado fallecimiento de varios de sus compañe-

ros y amigos más queridos. Yo, por mi parte, creo que es posible que barruntara el inminente final de una forma de vivir la enseñanza que seguía siendo la suya, y decidiera no seguir contribuyendo más a su inexorable agonía. O, a lo mejor, un poco de todo esto. Nunca lo sabremos. O puede que sí. Porque, ¿era esa hoja vieja del cajón de su mesa su intento de explicación? ¿Era su carta de despedida? ¿Era simplemente basura olvidada? O, lo más probable quizás, ¿estaría preparan-

do, como cada año, un artículo para la revista del Centro, y luego cambió de opinión o se olvidó de entregarlo? Quién sabe. Yo, por si acaso, sintiéndome (ilusamente) como un improvisado Max Brod salvando del fuego Una hoja vieja de Kafka, voy a salvar esta otra del profesor K de la basura, y la voy a entregar en la redacción de la revista El perícano, a la que probablemente estaba destinada. A ver si hay suerte y la publican.

A 50 METROS* En la noche respiro el aire marinero y sueño con tocar el cielo, pero han pasado siglos y las estrellas siguen escapando al roce de mis ramas. Amanece y Sanlúcar se despierta entre magníficos monumentos que han visto pasar la historia en un suspiro. Son los que me mimaron cuando llegamos de América para echar raíces en esta plaza. Nosotras, araucarias, saludamos al Castillo de Santiago, a las Covachas, Iglesias y Conventos, al Palacio de Orleans y a la Parroquia de la O, que nos recuerda al Castillo de las siete torres que murió bajo la pisada del tiempo. “Abrid nuestras puertas de par en par a nuestros visitantes”. Anochece y mis ramas se vuelven hacia la playa porque el murmullo de la brisa del mar me mece al son de los cascos de los caballos corriendo entre el agua y la arena. De la lejanía llega el eco de Doñana

con su flora y fauna que bebe del Guadalquivir. Y me voy durmiendo en esta acogedora ciudad. *Este texto forma parte de un ejercicio de clase de lengua y literatura en el que se pidió, al semejanza de los que hacían los clérigos del mester de clerecía, que se eligiera un monumento o personaje de Sanlúcar para a partir de él atraer a los visitantes a nuestra ciudad. Ana Rocío Gascón. 1ºB.

34 | El Perícano digital | junio 2020


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.