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La pequeña Haru y el Boogeyman Por Sergio Colin
E
n México conocido como “el Coco”, un gran miedo que le teníamos de niños, nuestras abuelas nos amenazaban sobre cómo nos comería si no nos acabábamos nuestro plato de verduras, el portarse mal era una sentencia segura para que acechara por debajo de nuestra cama, pero que todos al parecer, le perdimos el miedo al crecer. Un monstruo al que todos los niños del mundo le tienen miedo y alguna vez han escuchado de él, será cierto que nadie lo ha visto ¿Y si alguna vez nos lo encontramos debajo de nuestra cama, pero nuestro recuerdo fue bloqueado? Me llamo Sergio y tengo 22 años, un día como cualquier otro sufría de una horrible enfermedad llamada aburrimiento, sin más que hacer me puse a arreglar mi cuarto, saqué todas esas cosas viejas que ya no uso, en mi librero personal me fui a encontrar con un viejo libro de carros, era bastante viejo, con todas sus hojas cafés y lleno de polvo, su portada toda desgastada, ya ni se podía ver qué nombre tenía por título, a la mitad del libro entre sus páginas se encontraba un bulto, era una rosa roja, aplastada y desecada, al principio no tenía una idea cómo pudo haber llegado ahí. Tras larga meditación lo pude recordar, me la había regalado mi primera novia, mi novia de chocolate que tuve en el kínder, nos solíamos agarrar de la mano durante el receso, solo eso bastaba para ser novios en aquel entonces. Pero ¿Qué había sido de ella? ¿Qué fue de la buena Haru? Solo podía recordar que un día la dejé de ver y jamás volví a saber de ella.