LA PRENSA
EN 7 TARDES
El toro que resultó ser dios # Texto y fotos: Rubén Juan Serna
sueños cobran vida y la vida, en ocasiones, se convierte en sueño. González Beltrán es de esos artistas murcianos que ha decidido que su hogar y su estudio se encuentren en el mismo sitio, aunque separados, y quizá porque su vida no es separable de su trabajo, que no es un oficio sino una pasión y una forma de vivir. El escultor de los ícaros, ese personaje que escapó junto a Dédalo del laberinto del minotauro, es el autor de la obra que protagoniza la portada de esta publicación. “Ícaro” es también el nombre de un veterano caballo al que Pablo Hermoso de Mendoza ha montado en numerosas tardes, y gloriosas, y que ha destacado por su habilidad y valor en el tercio de banderillas. Los talleres de escultura son museos sin visitantes, son exposiciones sin halógenos dirigidos ni cartelas en las paredes. Así es el taller de González Beltrán, en donde la bienvenida, además de él, la ofrece una escultura a tamaño real de Pepín Liria, uno de los toreros a los que más ha admirado el escultor. “Sufro mucho en los toros, sobre todo si torea un amigo”. Así se refiere a su emoción en la plaza, en donde disfruta del ambiente y de la carga espiritual de la fiesta, pero reconoce sus humanos temores por la integridad de los toreros, y más si hay un vínculo de amistad entre ellos.
El artista González Beltrán.
Entrar en el estudio de un artista es pisar un santuario en el que se reconoce la espiritualidad
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sin conocer a los dioses. Se respira la quietud y el silencio de los espacios sagrados, en donde los
Gran dibujante y pintor González Beltrán es un gran dibujante y pintor. No sé si él se reconoce así, pero la galería de bocetos que adornan su estudio dan buena muestra de ello, aunque sea la escultura, y en concreto la escultura en bronce la que caracteriza su obra.
SEPTIEMBRE 2021