La Prensa en 7 Tardes 2022

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LA PRENSA EN 7 TARDES FERIA DE SEPTIEMBRE 2022 La Prensaen tardes7

SEPTIEMBRE 2022 3 LA PRENSA EN 7 TARDES FUNDACIÓN DEASOCIACIÓNLAPRENSA DEREGIÓNMURCIA ColegioEDITA Oficial de Periodistas de la Región de Murcia y Fundación Asociación de la Prensa Región de Murcia Gran Vía Escultor Salzillo, 5. Murcia -30004 Tlf. 968 22 51 06 Correo: colegio@perioditasrm.es Visita nuestra web: https://periodistasrm.es DIRECCIÓN: Juan Antonio De Heras y Tudela COORDINACIÓN: Miriam Salinas Guirao REDACCIÓN: Alberto Castillo, Arturo Andreu, Alfonso Avilés, Guillermo Lorente, José Enrique Moreno, José Francisco Bayona, Juan Antonio De Heras, Manuel Guillén, Marcos Ortuño, María Adela Díaz Párraga, María Luján, Miguel López Guzmán, Miguel Massotti, Miriam Salinas Guirao, Paco Ojados, Pascual García, Pedro José García Rex, Rafael Martínez Roldán, Ramón Sán chez-Parra, Rubén Juan Serna y Tomás García. FOTOGRAFÍAS: Fotografías de los autores, archivo Colegio Oficial de Periodistas de Pe riodistas de la Región de Murcia, Hemerotecas regionales y nacionales, Archivo Municipal de Murcia, Canito, Juan López, Museo del Prado, Rubén Juan Serna, Ulpiano Checa, Juan Fran cisco Moreno, Pablo Cobos, Bartolomé Bernal, Dupipuente, Juan Pelegrín.

IMAGEN DE PORTADA: Obra del pintor Álvaro Peña

DISEÑO Y MAQUETACIÓN: ADC Alternativas de Comunicación S.L. DEPÓSITO LEGAL: MU 808-2022 COLEGIO DE PERIODISTAS JUNTA DE GOBIERNO Decano: Arturo Andreu Andreu Vicedecanos: José Manuel Serrano, Dámaris Ojeda y Rubén Juan Serna Secretaría: Julia Uriol Tesorera: Marta Isabel García Vocales: Luis Alcázar, Beatriz Correyero, María José Centenero, Julián Mollejo, Carmen Guardia, Miguel Massotti, Carmen María Vicente, Santiago Cabrera, Sandra García y Francisco Javier Moñino. PRESIDENTE DE HONOR: Juan Antonio De Heras y Tudela SEPTIEMBRE Y TOROS 5 Marcos Ortuño Soto ARTE, CULTURA Y TOROS: LLEGA LA FERIA A MURCIA 6 Pedro José García Rex UN REENCUENTRO DE CATEGORÍA 8 Guillermo Lorente UN MANO A MANO Y UN REGRESO ESPERADO 11 José Francisco Bayona PACO UREÑA DEFIENDE EN MURCIA EL ‘TÍTULO’ DE TRIUNFADOR DE LAS DOS ÚLTIMAS FERIAS 12 Paco Ojados RAFAELILLO 15 Rafael Martínez Roldán MORANTE, REGRESO AL PASADO 16 José Enrique Moreno CÚCHARES Y UN SEÑOR DE MURCIA 20 Alberto Castillo Baños LA FIESTA NACIONAL 23 Alfonso Avilés Sánchez LA LEY DE MECENAZGO EN LA REGIÓN DE MURCIA Y SU APOYO A LA TAUROMAQUIA 25 Ramón Sánchez-Parra Servet A LAS CINCO DE LA TARDE… 26 Arturo Andreu Andreu ÁLVARO PEÑA: EL ARTISTA ORDENADO 28 Rubén Juan Serna DE TOROS POR MURCIA EN EL AÑO 1887 30 Tomás García Martínez y María Luján Ortega EN EL CENTENARIO DE RICARDO MARTÍNEZ ‘YECLANO’ 35 Manolo Guillén MURCIA EN RECUERDO 75 VECES INMORTAL DE ‘MANOLETE’ 37 Juan Antonio De Heras y Tudela LA MOJIGANGA 45 Miriam Salinas Guirao LA MARTINA 46 Mª Adela Díaz Párraga BUSCAR LA SUERTE 48 Pascual García 1997: EL VERANO DE SANDRO Y JOSELITO 50 Miguel Massotti Manzanares MARIO CABRÉ, EL ÚLTIMO TORERO TROVADOR 53 Miguel López-Guzmán ÍNDICE

ySeptiembretoros

# Marcos Ortuño Soto Consejero de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes de la CARM

eptiembre es sinónimo de vuelta, de nuevos retos y de disfrutar de la rutina. Pero antes de comenzar esa rutina, y para acumular las fuerzas necesarias con las que afrontar todo el cur so que queda por delante, en Murcia tenemos la posibilidad de parar en el oasis que es la feria taurina para todos los aficiona dos a la fiesta de los toros. Y es que los toros también son parte fundamental del inicio del curso en la capital murciana. Es difícil encontrar una excusa me jor que una comida para reen contrarte con los amigos que has dejado de ver durante el verano. Una comida que, ligada a una tarde de toros, siempre resultará excelente. No hay muchos sitios en el mundo en los que se viva como en Murcia y, para mantener esa esencia, Murcia necesita de su Feria Taurina de Septiembre, como el mundo de los toros ne cesita la luz y la alegría de esta tierra.Laalegría, la luz, la música, el arte, la vida, el valor y una con versación agradable son carac terísticas de esa tarde soñada por los buenos aficionados a los toros. Porque vivir una tar de de toros no es solo el tiempo de asistir físicamente a la plaza. Para un buen aficionado, una tar de de toros es soñar ese momen to con anterioridad, emocionarte con una faena sublime a un toro bravo y, por supuesto, paladear cada uno de los detalles que, como fotografías magistrales, quedarán impresos en la mente. Porque Murcia regresa en sep tiembre con la verdad de un na tural hondo y desmayado, la ale gría de una revolera, la elegancia escondida en una verónica, el va lor seco de un pase cambiado y la belleza rotunda del respetuoso silencio taurino. Por eso los toros no pueden faltar en una ciudad que es arte, que es luz y que es alegría.Asíque dispongámonos a vivir un nuevo curso con todo lo que la historia esté dispuesta a rega larnos al abrir la puerta de chi queros y disfrutemos -antes de recibir de nuevo a porta gayola a ese toro de la vida- de una gran feria taurina en esta hermosa ciudad llamada Murcia.

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Arte, cultura y toros: llega la feria a Murcia

a huele a Feria en Murcia, ya huele a mojado el albero de nuestra plaza de toros; ha llega do septiembre y con él llegan a Murcia los días de fiesta y rego cijo y de celebración de corridas, con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide. A las cinco de la tarde se lle narán de gente los tendidos y las gradas que conforman la arqui tectura circular de la plaza. Llega la fiesta por antonomasia, donde se come y se bebe, se ve y se es visto: la fiesta nacional o simple mente nuestra fiesta. El muro oc cidental de la tribuna proyectará su sombra hasta el centro del ruedo y al sonido de un clarín, tras la señal del presidente, dos alguacilillos montados a caballo y vestidos con uniformes del si glo XVII lo saludarán. Aplausos. La banda tocará un pasodoble, los alguacilillos trotarán por la arena para colocarse delante de los toreros llamados a la gloria de la tarde; ya saboreada en esta arena por Paco Ureña, Pedro Hernández 'El Cartagenero', Ga vira, Pepín Liria, Rafaelillo, José Ortega Cano entre tantos otros. Los toreros con sus cuadrillas y sus pesados trajes de luces, medias rosas y zapatillas de co lor negro formarán un conjunto luminoso bañado por el sol. El color se convertirá en luz y sus pasos en la insinuación de una geometría que se desliza por un universo partido entre el sol y la sombra de la plaza, una metáfora entre la vida y la muerte. Los toreros se santiguarán por última vez y saludarán al presi dente antes de colgar sus capo tes de paseo en la barrera. Todo ocurrirá de manera lenta, respe # Pedro José García Rex Concejal de Cultura, Turismo y Deportes del Ayuntamiento de Murcia

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tuosa. De nuevo llegará otra or den –un toque de clarín– e irrum pirá así en la arena del ruedo el primer toro de la tarde comen zando a escribir otra página de la historia a golpe de naturales, ve rónicas, chicuelinas, largas cam biadas, gaoneras, serpentinas y pases de pecho. Una historia que ya aparecía reflejada en una de las Cantigas de Santa María escritas por nues tro querido Alfonso X El Sabio. En concreto en la 144 donde se narra un milagro que tuvo lugar en una fiesta en la que estaba presente un toro. No sería el úni co; Federico García Lorca dejó escrito; “Creo que los toros es la fiesta más culta”; Hemingway se enamoró del arte y de la manera que tenían los toreros de enfren tarse a sus miedos en la lidia con el toro, y el propio Vargas Llosa lo comparó con la danza escri biendo: “En un baile produces algo que es absolutamente emo cionante, hermoso y al mismo tiempo efímero, al igual que en la corrida”.Yesque la tauromaquia no es solo un espectáculo público pro pio de una cultura o un país. Un país que pierda su cultura es un pueblo sin carácter, o mejor di cho, sin alma. El toro, y todo lo que conlleva, es fuente inspira dora del Arte y por lo tanto de la Cultura como podemos ver en la obra de Picasso, Dali, Manet, Goya, Fortuny, Sorolla, Botero, Zuloaga o Barceló en el cine de Almodovar, Barden Saura, Martín Patino o Berlanga; pero también, de Camarón a Calamaro y de Sa bina a Morente. El ‘arte torero’, que decían Gabinete Caligari, ha inspirado a músicos de todos los encastes y hechuras. Sin cambiar de tercio, creo que la tauromaquia en sí es el arte de las Artes, en la que se sinte tizan otras expresiones artísticas como la música, la escultura o la pintura; en la que el hombre al enfrentarse al toro crea una obra de arte al arriesgar su vida y plantar cara a la muerte. Entiendo que la fiesta de los toros haya convivido, desde su origen, con la polémica, y provo que grandes pasiones a favor y en contra; llama la atención cómo han ido cambiando los argumen tos con el paso del tiempo. Una situación que persistirá mientras exista el espectáculo y mientras haya aficionados que, como dijo el maestro Antonio Bienvenida: “Tengan más toros y toreros en la cabeza”. Ellos son los que la han defendido y mantenido a lo largo de la Parahistoria.mí,es difícil olvidar a las ganaderías que han paseado por Murcia, como la de Fuente Ym bro, Salvador Domecq, Jandilla, Fermin Bohorquez, las Ramblas, Victorino Martín, Olga Jiménez o Victoriano del Río y a grandes toros que dieron lo mejor en el albero de la plaza de La Condo mina bajo la atenta mirada de sus mayorales: como ‘Perdido’, indultado por el rejoneador Die go Ventura, o ‘Filósofo’, que co rrió la misma suerte de mano de EnriqueEfectivamentePonce. está cambiando la sensibilidad, pero permanece la esencia, que no es más que un toro bravo y un torero valiente; y mientras estos dos actores pro voquen emociones y pasiones, la fiesta y la Feria de Murcia se mantendrá, a pesar de la perma nente polémica entre defensores y detractores.Pararematar la faena, invito a todos los murcianos y murcianas que disfruten mano a mano con la Feria, pues si sienten la emo ción de una tarde de toros se convertirán en incondicionales. Yo he tenido la suerte de sentirla.

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l pasado año, por estas fe chas, la noticia de la cancela ción de la Feria taurina de Murcia caía como un jarro de agua fría sobre todos los aficionados. Un ferión de máxima categoría, que Ángel Bernal había confecciona do, se desvanecía como un cas tillo de naipes debido a aquello de los niveles de alerta sanitaria que estaban establecidos por la pandemia de la covid-19 llegados al 1 de septiembre. Mucha polé mica se generó entre los aficiona dos por la cancelación de la feria, pero lo cierto y verdad es que nos quedamos todos como ese niño que ve el inmenso pastel a través del escaparate de la confitería sin poder catarlo. Afortunadamente, la situación ha cambiado radical mente y este año, salvo que su ceda algo muy gordo –Dios no lo quiera- tendremos toros. Decíamos el año pasado que Ángel Bernal había confecciona do una de las mejores ferias de los últimos años, pero la de este año le supera. Con el mismo esquema de aquella, tres corridas de toros y una de rejones como grueso de la feria, este año se suma una novillada con picadores. Siendo fiel a sus señas de identidad, la feria de Murcia contará con las máximas figuras del toreo del momento, contará con la presen cia de los máximos exponentes del toreo murciano del escalafón superior como son Paco Ureña y ‘Rafaelillo’, dotará a la feria de un capítulo ‘torista’ con la presencia de la ganadería de Victorino Mar tín y sumará una novillada con picadores con exclusivo color murciano. Un puzle que ofrece un extraordinario menú taurino que abarca todos los gustos y prefe rencias del aficionado. Cinco carteles de máximo nivel que arrancarán el domingo, 11 de septiembre, con la novillada con picadores en la que se anuncian tres novilleros de la tierra. Por un lado Fran Ferrer, que vuelve a Murcia tras su presentación con picadores en la feria del año 2016 y que se ha ido forjando poco a poco en el circuito de las novilla das duras durante estas tempo radas. Cristóbal Ramos ‘Parrita’, otro de los toreros que ilusionan a la afición y que vuelve a Mur cia dispuesto a quitarse esa es pinita en su última comparecen cia en La Condomina donde no le acompañó el lote; y un Jorge Martínez del que todos hablan y que llega a La Condomina ava # Guillermo Lorente reencuentro de categoría E Parrita. Roca Rey (fotogalería del torero). Fran Ferrer. Imagen de Bartolomé Bernal.

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Un

lado por sus triunfos en Sevilla y Madrid, entre otros. La novillada lucirá el hierro de Núñez de Tarifa lo que es sinónimo de triunfo. La primera de las corridas de toros tendrá lugar el lunes 12 de septiembre con la presencia de ‘El Juli’, en estado de gracia y madurez, José María Manzanares y el regreso de un esperado Ale jandro Talavante ante reses del ganadero triunfador de la edición de 2019 como es Daniel Ruiz. El martes 13, día de la Romería, se anuncia un cartel de campanillas. Morante de la Puebla, máximo triunfador del ciclo 2019 en Mur cia y máximo exponente de la pa sada y actual temporada a nivel nacional; junto al lorquino Paco Ureña, máximo triunfador de la temporada española en 2019; y cerrando cartel otro de los tore ros del momento como es Roca Rey. La corrida lucirá el hierro de Núñez del Cuvillo que regresa a Murcia tras varios años de ausen cia.La feria salta al siguiente fin de semana y el sábado 17 de sep tiembre, tendrá lugar la Corrida de la Prensa que repite el cartel anunciado el pasado año. Regre san a Murcia, veinte años des pués, los toros de Victorino Mar tín que dotarán a la tarde de la emoción que requiere el mano a mano que disputarán el murciano ‘Rafaelillo’ junto a Antonio Ferre ra, íntimo amigo del murciano y el gran impacto de la feria murciana de 2019. Ambos, especialistas en este tipo de corridas, pondrán el broche a la feria en lo que al to reo a pie se refiere.

Presentación del Cartel de la Feria de Septiembre de 2022.

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Jorge Martínez en una fotografía de Juan Francisco Moreno.

Lea Vicens. Fotografía de Pablo Cobos.

La feria finalizará el domingo 18 de septiembre con la tradicional corrida de rejones con el mismo cartel de toros y caballeros que se confeccionó para la corrida de rejones del pasado año. Un car tel que presenta la gran novedad de la presentación en Murcia de la rejoneadora francesa Lea Vi cens. El cartel lo completan dos habituales: Sergio Galán y Diego Ventura, que es en la actualidad, la máxima figura en su escalafón. La corrida lucirá el hierro de Los Espartales.Elpasado año nos citábamos con cautela y con la duda de si nos veríamos en los tendidos de La Condomina, pero hoy, con tremenda ilusión, con infinitas ganas de disfrutar, y con mucha hambre de toros, si podemos de cirles aquello de: ¡Nos vemos en los toros!

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C Antonio Ferrera. Fotografía de Dupipuente. Rafaelillo. Imagen de Juan Pelegrín.

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uando Ángel Bernal presen tó la Feria de Murcia de 2021, la sensación fue la de estar ante los carteles más redondos del ciclo murciano en mucho tiem po, aunque luego las restriccio nes por la covid-19 impidieran su celebración. Con un año de retraso y ligeras variaciones, la de 2022 vuelve a ser una Feria de gran categoría. Y la Corrida de la Prensa, uno de sus grandes puntales: el regreso de Victorino a Murcia como giro ganadero de un ciclo de eminente filosofía to rerista; por la tardía celebración de las bodas de plata de ‘Rafae lillo’ como matador de toros (ya 26 años bajo su montera); y por el carácter amistosamente com petitivo (‘Rafaelillo’ y Antonio Ferrera son uña y carne, pero también orgullosos toreros), de un mano a mano que viene a re frescar la estructura conservado ra que siempre tuvieron las ferias del sello Bernal.

# José Francisco Bayona Un mano a mano y un regreso esperado

Murcia La presentación de Victorino como ganadero en Murcia se hizo esperar. Fue en la corrida concur so de la Feria del año 1986. Ma nolo Cascales pidió expresamen te un toro de Victorino para esa tarde, y al ruedo del coso de La Condomina saltó ‘Embrujado’, un toro tan serio como difícil y que llegó a voltear al torero murciano, que hizo un gran esfuerzo con él. Sin embargo, el debut de Victori no con una corrida de toros com pleta en Murcia no llegaría has ta el año 2000. La presencia de Pepín Liria como protagonista de la Feria provocó que Ángel Ber nal apostara por el tándem. Y la jugada salió bien y Pepín repetiría éxito al año siguiente. Pero cuan do el de Cehegín decidió tomar otro rumbo en la Feria, el cartel torista perdió fuelle y el nombre de Victorino desapareció del ci clo. Pepín seguiría enfrentándose a los toros de la A coronada has ta el final de su carrera (su despe dida de Sevilla fue memorable), y volvería a reencontrarse con un toro de Victorino en la Plaza de Murcia para decir adiós al toreo activo.

Victorino La historia de la ganadería de Victorino Martín está íntimamen te ligada a Murcia. Más de lo que pudiera parecer. El 19 de julio pasado se cumplieron 40 desde que Ortega Cano lidió a ‘Bela dor’, el único toro indultado en la historia de la Plaza de Toros de Las Ventas. Un hito, el del indul to, que no se repetiría hasta el año 1998. En esa ocasión, el es cena.rio fue la Plaza de Toros de Olivenza. Y de nuevo José quien cuajaba a ‘Garboso’, que volvía al campo para perpetuar su bra vura. El 24 de junio del año 2000 otro murciano, Pepín Liria, indul taba a ‘Pelotero’ en Badajoz. Así que los tres primeros indultos de la historia de la ganadería tuvie ron como protagonistas a tore ros de la Región. No para ahí la historia: el 19 de abril de 2014, en una de las últimas aparicio nes públicas de Victorino Mar tín Andrés, Paco Ureña indultó a ‘Estudioso’ en la Plaza de Cieza, en el debut como empresario… de Ortega Cano. Victorino, que lidió la primera corrida de toros a su nombre en la Plaza de Ca lasparra, celebró los 50 años de la efeméride con otro indulto: ‘Plebeyo’, al que toreó soberbia mente Curro Díaz, volvió vivo a la ganadería tras dar un juego extraordinario en el coso de La Caverina.

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Plaza de toros de Murcia.

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ayó bien, diría que magnífi camente, la confección de la Feria Taurina de Murcia de este año, a tenor de la reacción de los asistentes a la presentación de los carteles en los bajos de la pla za de toros, el pasado 17 de junio.

Fueron muchos los que rompie ron en una espontánea ovación cuando el empresario Ángel Ber nal desgranaba las combinacio nes de toros y toreros y su encaje en la feria y anunció el cartel del día grande del mes de septiem bre en Murcia, el del martes de Romería. Lo cierto es que las tres corridas de toros tienen interés y anuncian a máximas figuras del toreo, incluyendo los dos diestros murcianos de más relevancia en la Meactualidad.gustaría centrarme en el cartel del martes, 13 de septiem bre, por lo rematado y por lo que supone para el torero más perju dicado por la pandemia de co ronavirus, que nos ha tenido dos años enteros con las puertas del coso de La Condomina cerradas para la celebración de festejos taurinos: me refiero a Paco Ureña.

Una ganadería en buen momento, de las que piden las élites del es calafón de matadores. Abre plaza una gran figura en su temporada más comprometida, como Mo rante de la Puebla, que celebra sus veinticinco años de alternati va, tomando como guía de su ca mino a su admirado José Gómez ‘Joselito El Gallo’, quien recibiera el sobrenombre de ‘rey de los to reros’. El de la Puebla del Río es el torero que se ha echado estas dos últimas temporadas a las es paldas, sin rehuir de ninguna res ponsabilidad que como figura del toreo tenga que asumir. Lo ha hecho anunciándose en cualquier plaza, junto a cualquier compa ñero y frente a toros de encastes diversos -sirva solo como botón de muestra la corrida de Miura en Linares, en el 75 aniversario de la muerte del monstruo de Córdo Ojados

El cartel lo tiene todo para dis frutar de una gran tarde de toros.

# Paco

Paco Ureña defiende en Murcia el ‘título’ de triunfador de las dos últimas ferias

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ba-. Cierra la corrida el torero de moda, el que en las últimas tem poradas se ha erigido en el que manda en las taquillas y en las ferias de todo el universo taurino, arrollando como un ciclón, como es el peruano Andrés Roca Rey. Entre ellos, entre esas máximas figuras, me quiero detener en el torero que completa la terna, en Paco Ureña. El de Lorca ha hecho méritos para estar en el reducido grupo de los elegidos y recorrer todas las ferias. De hecho, creo que cabe poner en valor que de todos los toreros que vienen a la Feria de Murcia, el que mejor justifica su presencia por méritos propios, habiéndoselo ganado en el ruedo del coso de la Ronda de Garay, es el de Lorca. Los he chos son tozudos y, como decía un anuncio de televisión de hace unos años de un producto de lim pieza: “El algodón no engaña”. Ureña es el triunfador de la última temporada completa celebrada en España y el gran protagonista de las dos últimas ferias celebra das en La Condomina, la de 2018 y la de 2019, en las que fue de clarado triunfador de la Feria de Murcia los dos años de manera consecutiva. Por desgracia para todos no pudimos comprobar si era capaz de repetir por tercer año consecutivo ni en 2020 ni el año pasado, al quedar suspendi da la feria por las restricciones de aforo impuestas por las adminis traciones debido a la pandemia. En 2018 Ureña cortó cuatro orejas la tarde del lunes 10 de septiembre, en una actuación deslumbrante, que no solo le va lió el principal trofeo por parte del jurado de los premios de la Feria Taurina de Murcia. También fue reconocido con los premios correspondientes a la faena más artística y al del mejor toreo de capote. Un año después, el de la gran temporada de Paco Ureña, el de Lorca volvió a proclamarse triunfador de la Feria, haciéndose acreedor también al trofeo al va lor. En esa ocasión, el lorquino se llevaría en el esportón tres ore jas, dando réplica el lunes 16 de septiembre, a una de las mejores de Morante de La Puebla de esa temporada.Comodigo, Paco Ureña es por méritos propios, y por lo hecho en La Condomina, torero indis pensable en esta feria, pero tam bién por lo realizado en 2019 en una temporada para enmarcar. El torero más perjudicado por la pandemia No se entiende muy bien el trato que está recibiendo Paco Ureña de las principales empresas del sector en este 2022. Después de ser el principal protagonista de la temporada 2019, con una sa lida apoteósica y multitudinaria por la puerta grande de Madrid, firmar tardes gloriosas, como la de Bilbao, donde cortó cuatro orejas, hazaña que nadie había conseguido en el coso de Vista Alegre en los últimos cuarenta Paco Ureña y El Juli, saliendo a hombros de la Condomina en la Feria de Septiembre de 2018.

Ureña repitió puerta grande en 2019, junto a Morante de la Puebla.

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años, y alzarse triunfador en fe rias de la relevancia de Valencia, Santander, Almería, etc., Ureña decidió cambiar de apoderados y dejar a Simón Casas por José María Garzón, un empresario que gestionaba varias plazas pero de manera independiente a las gran des casas del toreo. El invierno fue prolijo en contratos, con un año 2020 que se presumía el de la consolidación definitiva del to rero de Lorca entre las máximas figuras, en la cima del escalafón. El principio de la temporada lo colocaba en primera línea, con el nombre de Paco Ureña en los carteles de las principales ferias: Valencia, Sevilla, Madrid, y tres tardes en Las Ventas. Pero llegó la pandemia. En marzo de 2020 España quedó cerrada a cal y canto y hasta agosto no hubo atisbos de toros, rompiendo la relación de apoderamiento con Garzón una corrida en el Puerto de Santa María en la que Paco, el torero más perjudicado por la pandemia, se quedó fuera. Tore ro cotizado, llegó a un acuerdo de apoderamiento con la casa Lozano, una de las más grandes del toreo. Al finalizar la tempora da de 2021, Paco decidió tomar otro camino para reemprender viaje con su actual apoderado, el salmantino Juan Diego -per sona de confianza en la su gran temporada de 2019-. Los hechos, en lo que va de este 2022, de jan patente que la elección por la independencia no sentó bien entre las grandes empresas que manejan los hilos de las ferias y la temporada se puso cuesta arri ba desde su inicio para un torero que lo ha dejado todo en el rue do. Fuera de Valencia, a Sevilla fue por la vía de la sustitución y en Madrid tuvo que asumir el compromiso de matar seis to ros en solitario para no quedar excluido de la primera plaza del mundo. Trato injusto para el últi mo gran triunfador de San Isidro. Esa tarde de la actuación en so litaria, a plaza casi llena, cuajó un toro bajo la lluvia y, en lugar de valorarse el gesto en medida, pa reció que había interés, por parte de los que mandan en el sistema, de vender la gesta como todo contrario, creando una falsa idea de que todo lo que no fuera un triunfo rotundo de puerta gran de apoteósica como la de 2019, o sea otro milagro, no tenía va lor para devolver a Ureña al sitio que debe ocupar. La temporada, pasando por Pamplona, en julio, tiene citas importantes para el lorquino en agosto y septiembre, cuando tendrá que pisar plazas de primera como Málaga y el re greso a Bilbao, las francesas de Bayona y Nimes, Palencia -donde vuelve después de una grave cor nada en 2019-, San Sebastián de los Reyes, Logroño, etc.

Sin embargo, estoy convencido que hay dos fechas especiales para Paco Ureña en septiembre: Albacete, por ser su ciudad de residencia y por todo lo que con lleva La Chata para él y su familia, y Murcia, la principal plaza de su Región, donde querrá imponer de nuevo su ley, y salir triunfador de su feria, donde este año se le ha tratado como corresponde a susYaméritos.hademostrado su fuerza de voluntad y su capacidad de superación en otros momentos de extrema dureza. Hay plazas y citas para reivindicarse. Hay un concepto particular de la tauro maquia basado en la pureza, en la verdad y en una entrega total. En resumen, hay motivos para creer en Ureña.

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onozco a Rafaelillo desde que era un niño de 5 o 6 años. Soy amigo de su padre y por unas tertulias que había en el Barrio del Carmen, que es como Triana en Sevilla, la diferencia so lamente es que en Murcia el río Segura va en sentido contrario que el Guadalquivir en Sevilla. En estas reuniones fue donde conocí a Rafaelillo, hablaba con el niño, pues es lo que era, y me decía que le gustaban mucho los toros y que quería ser torero. Y yo le decía que cómo iba a ser to rero y con gracia daba un muleta zo gustándose. Ver a un niño con esa edad y con esas ganas de ser torero, verdaderamente, te moti vaba. Pasaron unos pocos años y Rafaelillo seguía erre que erre. Rafaelillo nació en el Barrio del Carmen y nació el día de la Festi vidad de la Virgen del Carmen, 16 de julio de 1979. Se fue un tiempo junto con Enrique Ponce a Navas de San Juan y allí fue forjándose torero bajo la atenta mirada de Juan Ruiz Palomares, por enton ces apoderado de Enrique Ponce. Tomó la alternativa en Murcia, el 14 de septiembre de 1996, con 17 años. Su padrino fue Enrique Ponce y su testigo Rivera Ordó ñez. Cortó una oreja a un toro de Salvador Domecq. Hace unos años estuvo un par de ellos sin torear en la Feria de Murcia y parece ser que alguien manipuló para que no toreara. En julio de 2020 sufrió una gra ve cogida en Pamplona. Un toro de Miura le fracturó un montón de costillas y él creía que moría. Este año ha vuelto a Pamplona y ha triunfado, cortando tres orejas a su lote y saliendo a hombros. El primer toro se lo brindó al médi co de la Plaza y que, según Ra faelillo, fue el que le salvó la vida. Su presencia en el cartel, junto a Morante de la Puebla y Curro Díaz, también ha sido parte del reclamo de Linares, el día 29 de agosto, fecha en la que se con memora el 75 aniversario de la muerte de Manolete, por el toro Islero.Yvuelve a Murcia, como la misma Feria. Será el día 15 de septiembre, en el mano a mano con Ferrera, con toros de Victo rino Martin y en la Corrida de la Prensa.Mucha suerte torero. # Rafael Martínez Roldán Rafaelillo C El diestro Rafaelillo fotografiado por Rubén Juan Serna.

SEPTIEMBRE 202216 LA PRENSA EN 7 TARDES El torero de ‘La Puebla’ recupera suertes y modos del toreo de otro tiempo en pleno siglo XXI # José Enrique Moreno alregresoMorante,pasado El par de la silla. La tijerilla.

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ue la pandemia ha afectado al toreo es más que eviden te. Mientras duró, limitó la cele bración de festejos y la presencia de público en las plazas. Obligó a la gente del toro, organizadores y toreros, a adaptarse a las circuns tancias, en muchos casos a hacer un esfuerzo común por no dejar pasar en blanco años realmente a los toreros, Morante ha sido uno de los que mejor han sabido gestionar este tiempo convulso: no toreó cuan do no había que torear y se echó el peso de la complicada temporada 2021 a sus espaldas, arrimando el hombro en todos aquellos lugares que querían dar todos y lo reclamaban, bajando incluso su caché en determina das plazas para que a los empre sarios les salieran las cuentas. Pero es que además Morante mostró su mejor cara, dio lo me jor de sí mismo y mantuvo una regularidad inusitada en toreros de este tipo, de los llamados ar tistas, una catalogación que el de ‘La Puebla’ poco a poco se ha en cargado de fulminar, demostran do lo que muchos teníamos claro desde hace tiempo: es el torero más capaz de todos los artistas (al menos los que mi generación ha conocido). La fórmula no falla: arte más capacidad más entrega, igual a torero para la historia. Y eso es lo que es Morante des pués de 25 años de alternativa: un torero en plenitud y todavía con ganas de hacer historia. Cómo si no se explica que se haya plan teado en esta temporada romper los números actuales del toreo -en los que una figura raramente pasa de las 50 corridas por tem porada- y torear por encima de las 100. Morante lo justificaba así antes de que comenzara su peri plo: “Me llaman de todas partes y me cuesta mucho trabajo decirle que no a esas empresas más mo destas que me quieren tener en las ferias de sus pueblos”.

Tanto es así que en la pasada Feria de Abril se dedicó a torear a la verónica con las manos al tas, tal y como hacían los toreros de principios del siglo XX, entre ellos Joselito y Belmonte, y fue profundamente incomprendido a pesar de hacerlo ante la docta afición de Sevilla. El público no asimiló bien el homenaje al toreo pretérito que quiso hacer Moran te esa tarde y algunos hasta le pi taron. Querían verónicas del siglo XXI.Mayor sorpresa causó en 2019 que Morante desempolvara el ga lleo del Bú, al parecer inventado por Paco Frascuelo, hermano del famoso Salvador Frascuelo, gra nadino, con el capote colocado sobre la espalda a modo de capa de andar por la calle o de sábana, emulando a un fantasma, ya que Q La verónica a manos altas. El adorno del pañuelo.

complicados.Siatendemos

Pero por debajo de esa razón subyace otra más de fondo que vuelve a destapar la fijación que tiene este torero por el toreo de otro tiempo y, en especial, con la figura histórica e irrepetible de Joselito ‘El Gallo’. Recuerden si no quién fue el primer torero de la historia en superar las 100 tardes en una misma temporada, en concreto en la temporada de 1915. El mismo ‘Joselito’, no podía ser otro. Suertes en desuso Morante sigue esos pasos. En su casa de La Puebla está el des pacho completo que utilizaba ‘Joselito’ en el cortijo de Pino Montano. Lo adquirió en 2015 en una subasta y sobre su mesa ha firmado contratos importantes como el que rubricó con Ramón Valencia para su vuelta a Sevilla en San Miguel del 2018, con Ma nolo Lozano como testigo, cuya foto acompaña a este texto. Ima ginamos a Morante sentado en este despacho repasando viejos libros de Tauromaquia donde se asoma a un mundo apasionante que luego quiere llevar a la plaza. Porque Morante se ha convertido en un auténtico rescatador de estéticas y suertes antiguas del toreo. Un estudioso del pasado y recuperador de sus formas de lante del toro.

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lo de ‘bú’ viene del nombre que se le daba en aquella época a los fantasmas. ‘Paquiro’ y ‘Guerrita’ recogían este galleo en sus tra tados sobre el toreo y ‘Gallito’ lo incorporó a su tauromaquia y lo ejecutó muchas tardes con la bri llantez que caracterizaba a este privilegiado del toreo. Morante hizo lo propio mirándose en el espejo de ‘Gallito’. Esa misma tarde nos dejó una imagen antigua, una auténtica estampa de La Lidia, al sacar un pañuelo de su chaquetilla y rozar con él la testuz del toro de Jandi lla en un adorno lleno de torería. Sin embargo, el gesto sirvió para que los supuestos animalistas se lanzaran contra el torero en las redes sociales por su sadismo ante la muerte de un animal. Des conocimiento absoluto, una vez más, pues Morante no había he cho más que rescatar un adorno de Curro Cúchares que en su día también hizo Joselito. También en Sevilla practicó la desusada suerte de las ‘tijerillas’, la ejecutó a modo de galleo para dejar al toro colocado en el caba llo. Esta suerte, descrita por Pepe Hillo en su Tauromaquia, también es llamada ‘a lo chatre’ y en ella el torero cita al toro de frente, como en la verónica, pero con los brazos cruzados a modo de aspa. También en esa tarde del 1 de octubre de 2021 sorprendió recibiendo al toro con tres ‘cam bios de rodillas’, suerte inventada por Fernando ‘El Gallo’, el padre de Rafael y ‘Joselito’, y que no hay que confundir con la larga cambiada o afarolada, ya que en el cambio no se suelta el capote y una de las manos pasa por el pecho del torero para resolver el lance como un recorte. El cambio de rodillas fue una suerte popular a principios del siglo XX y muy apegada a los Gallo.

Pero quizá la primera estampa antigua que nos regaló Morante fue la utilización de una silla para realizar distintas suertes, des de colocar un par de banderillas -como hizo en Ronda en 2013hasta torear con la muleta en el inicio de una faena como lo hizo en Nimes y El Puerto de Santa María, entre otras plazas.

De otro tiempo Tengo un amigo que repite cons tantemente que no se siente un hombre de este tiempo, que se identifica más con los usos y los comportamientos del pasado, cuando la honradez, la palabra, la rectitud y los principios eran nor mas no escritas de relacionarse entre las personas. Puede que a Morante le pase algo similar. No es un torero de este tiempo y quiere transportarse a otra época de oro del toreo. Quiere sentir las cosas que sentía ‘Joselito’.

Tanto es así que hasta incorpo ra detalles del torero de Gelves en su forma de vestir. De torero y de calle. Observen si no la nueva montera de Morante y compá renla con la de ‘Joselito’ cuando iba en la cuadrilla de los niños to reros. O las medias blancas que lució en Sevilla la pasada Feria. O incluso los últimos trajes cortos que se ha hecho. Vayan más al detalle y miren debajo del corba tín cuando va vestido de luces. La botonadura que usa es idéntica a la que ‘Joselito’ llevaba cuando vestía lujosamente de corto… Son muchos detalles que denotan el gusto por el pasado en el fondo y en las formas. Una manera de rendir homenaje a los toreros que le precedieron y que iniciaron el camino que ahora recorre el de LaPeroPuebla.hay más. En los últimos El escritorio de Joselito.El famoso escritorio de Joselito, adquirido por Morante.

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años, Morante ha encontrado una fórmula para crear expecta ción que al mismo tiempo es un tributo a toreros históricos. En la Feria de Abril de 2021 -que luego el virus obligó a pasar a septiem bre- se apuntó a la corrida de Miura en Sevilla como homenaje a ‘Joselito’, torero que se prodi gó con esta ganadería. Este año repite el gesto en Linares en un claro homenaje a ‘Manolete’, que perdió la vida en esta plaza con un toro de esta legendaria gana dería. Siempre con la historia del toreo en la mente. La última incorporación deci monónica al repertorio morantis ta la vimos este año en Sevilla. La tarde del 29 de abril recuperó una suerte popularizada por el torero sevillano Antonio Reverte Jimé nez en el siglo XIX. Con el capote doblado sobre su antebrazo, citó al toro y vació su embestida por alto en una especie de recorte al que se le dio en su día el nom bre de ‘Revertina’. Este torero de Alcalá del Río llegó a enlazar esta suerte, ligando una con otra y convirtiéndola en un quite por revertinas, que en realidad eran como pases de pecho con el ca pote apoyado en el brazo del to rero.Ypara rematar la lista de tribu tos morantistas no hay que olvi dar el que el cigarrero dedicó a Pepe Luis Vázquez con motivo del centenario de su nacimiento. Andaba Sevilla de conmemora ciones recordando al rubio de San Bernardo en actos y exposi ciones y Morante quiso poner su granito de arena el pasado 6 de mayo en el ruedo maestrante ini ciando la faena de muleta con el ‘cartucho de pescao’, suerte que inmortalizó Pepe Luis y que es una imagen icónica del llamado toreo sevillano. Sin olvidar que Morante últimamente gusta de acudir a la plaza acompañado por su cuadrilla en una calesa ti rada por dos mulos en la que no falta detalle, botijo incluido… La mente de Morante viaja con facilidad a otros tiempos del to reo. El de La Puebla se alimenta del pasado al tiempo que escri be la que puede ser la página más gloriosa del toreo de nues tro tiempo. Ver a Morante es una continua sorpresa. También un privilegio que este año va a tener Murcia y toda su afición. Cuando vayan a verle, no pierdan detalle. En cualquier momento, Morante nos puede transportar al siglo XVIII, XIX o a la edad de Oro del toreo por arte de birlibirloque. Son las cosas del de La Puebla… Morante mirando al toro haciendo 'el cartucho'.

SEPTIEMBRE 202220 LA PRENSA EN 7 TARDES # Alberto Castillo Baños PresidentePeriodista de la Asamblea Regional de Murcia deyCúcharesunseñorMurcia Francisco Arjona 'Cúchares'.

SEPTIEMBRE 2022 21 LA PRENSA EN 7 TARDES n clara referencia a la comedia de don Miguel Mihura, “Ninette y un Señor de Murcia”, titu lo así el presente artículo para hacer referencia a la gran amistad que tuvie ron dos grandes figuras del siglo XIX. Ambos han pasado a la historia. Uno en el teatro, el otro en los toros. Tuvieron vidas similares, especialmente durante la dura infancia que les tocó vivir y al fi nal sus vidas se cruzaron con admiración mutua y sincera amistad. Esta es, en síntesis, la historia que unió las vidas de Cú chares y Julián Romea. El matador de toros, figura indispensable en los rue dos en la segunda mitad del siglo XIX y, en esos mismos años, el actor murciano como máxima figura del teatro español. Ambos tuvieron una gran amistad y algo que, prác ticamente se desconoce, la gran afición del mur ciano a los toros y segui dor incansable del torero madrileño.Sedanmás circunstancias que no dejan de ser curiosas. Tenían casi la misma edad. Julián Ro mea era cuatro años mayor que Arjona y murieron el mismo año 1868. Julián Romea en Madrid, en agosto, de una grave insuficien cia coronaria y Curro Cúchares en La Habana, en diciembre, tras haber contraído la fiebre ama rilla también conocida como ‘el vómito negro’. El torero había firmado una serie de contratos por toda Hispanoamérica aquella temporada que empezaba en la capital cubana pero que no pudo realizar porque la muerte le sor prendió al poco de desembarcar en la isla caribeña. Fue enterrado en aquella ciudad, pero sus res tos mortales fueron trasladados a Sevilla casi veinte años después y reposan en la parroquia de San Bernardo de la capital hispalense. Se ha tenido y se tiene a Fran cisco Arjona Herrera ‘Cúchares’ como torero sevillano pero ha bía nacido en Madrid. Era hijo del banderillero Manuel Arjona ‘Cos turas’ si bien al poco de nacer, la familia se trasladó a Sevilla don de el padre trabajaba en el ma tadero municipal y fue allí don de aquel niño tuvo los primeros contactos siendo muy pequeño con el mundo del toro. Huérfano a muy temprana edad, con ape nas diez años, tuvo que buscarse la vida como buenamente pudo y a los doce entró a formar par te de la ‘Escuela de Tauromaquia’ sevillana donde sería su maestro nada más y nada menos que al celebérrimo Pedro Romero. El maestro rondeño, según dijo, es taba maravillado de ver las con diciones físicas y el arte de aquel chaval que tenía como aprendiz delMientras,oficio. en la plaza de Santa Catalina de Murcia, había nacido cuatro años antes un niño al que pusieron Julián en la pila del bautismo. Segundo de los seis hijos que tuvo el matrimonio formado por Mariano Romea e Ig nacia Yanguas. El padre, aragonés, era el adminis trador general de los bie nes de los marqueses de Espinardo. Con apenas tres años, la familia se trasladó a Alcalá de He nares, pero el padre su frió pena de destierro por su pasado liberal y tuvo que huir a Portugal. Su mujer, entonces, regresa con sus hijos a Murcia en 1823 y es en nuestra ciu dad donde el futuro ac tor estudia humanidades en el Seminario Mayor de San Fulgencio inter viniendo en obritas de teatro que escenificaban grupos murcianos de afi cionados.En1827 vuelve el pa dre del destierro y cuatro años después vuelven a Madrid donde se desa rrolló la extraordinaria carrera teatral del inmor tal actor. Ya podemos ver, como indica ba al principio, que tanto Cúcha res como Romea tuvieron una infancia de sobresaltos y aconte cimientos que fueron cruciales en la vida y el desarrollo de ambos. Mientras el actor murciano triunfaba en todos los teatros de España, al matador de toros le ocurría lo mismo y era la figura clave en todas las plazas de nues tro país. De aquellos años surge la tremenda rivalidad con Paqui ro que durará poco tiempo pues en realidad la verdadera rivalidad que dividió a las aficiones fue la que mantuvo durante muchísi mo tiempo con ‘El Chiclanero’. Si bien, meses antes de su trági ca muerte, Cúchares sufriría una seria lesión de rodilla que mer mó sus facultades físicas aunque mantuvo, pese a esas trabas, su puesto como número uno del es calafón.Julián Romea conoció al dies E Julián Romea.

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tro en Madrid y desde el primer momento surgió entre ellos una relación de amistad y admira ción mutua. El actor murciano se abonó a una barrera en la plaza de toros madrileña, en aquellos años la de la Puerta de Alcalá, y cuando podía, y sus compro misos teatrales se lo permitían, seguía al torero allí donde era anunciada su presencia. Hago un inciso en esta historia para llamar la atención del desconocido lec tor y hacerle saber que aquella plaza de toros madrileña fue la más antigua y la que más tiem po se mantuvo abierta. Fueron ciento veinticinco años. Concre tamente desde 1749 a 1874. Des pués vendría la De la Fuente del Berro y ya, en tiempos recientes, la Monumental de las Ventas in augurada en 1934. En aquel coso de la Puerta de Alcalá sería don de Cúchares conseguiría su ma yores tardes de gloria y donde nuestro paisano Julián Romea asistía siempre para ver torear al amigo.Enalgunas crónicas periodísti cas de la época se cita la presen cia del actor en la inauguración de la plaza de toros de Carta gena ya que aquella tarde del 5 de agosto de 1857, la plaza de la ciudad trimilenaria, fue inaugura da por los hermanos Francisco y Manuel Arjona. Si bien, este dato, es un tanto ‘oscuro’ pues en una crónica se refiere su presencia en una de las barreras del flamante coso y en otras no se dice nada al respecto. Nada extraño por otro lado ya que el inmortal actor car tagenero Isidoro Máiquez influyó muchísimo en la vida de Julián Romea, ya que su maestro fue el gran Carlos Latorre, discípulo de Máiquez, y Romea siempre se declaró fiel seguidor y admirador del actor aunque nunca le cono ció pues había muerto en 1820 cuando Julián tenía apenas siete años. Tanto es así que el monu mento que se levanta en Grana da a Isidoro Maiquez fue costea do por Julián Romea y su esposa Matilde Díez para recordar que fue en la ciudad de la Alhambra donde había fallecido el extraor dinario actor cartagenero. El debut de Cúchares en Ma drid se produjo el 27 de abril de 1840 con reses del Duque de Veragua y Manuela de la Dehesa y dos años más tarde, en 1842, tomó la alternativa en la misma plaza aunque según las cróni cas “no hubo cesión de trastos”. Por cierto, que fue ya, esa tarde, donde comenzó la rivalidad con Paquiro. Ese mismo año, Julián Romea es el Director del Teatro del Príncipe y se ha convertido en toda una autoridad en el mun do de las letras españolas pues a sus dotes como actor suma las de dramaturgo y autor de obras de teatro consideradas como fiel exponente del llamado Romanti cismo español. Por cierto que una dura crítica a una de sus obras daría lugar a un suceso que corrió como la pólvora no solo por Madrid sino por toda España. Un año antes, 1839, el crítico Ignacio Escobar publicó una durísima columna contra Julián Romea, este, al ver se agraviado y ofendido, retó al periodista a un ‘duelo a muerte con pistola’, pero, como ambos eran pésimos tiradores y jamás habían tenido un arma de fue go en sus manos, erraron el tiro y nada les ocurrió, aunque una ‘bala perdida’ del actor murciano impactó de lleno en el pecho de uno de los padrinos producién dole la muerte en el acto. Aquel suceso se mantendría en boca de todo Madrid durante muchísimo tiempo.Mientras Curro Cúchares sigue triunfando por las plazas de Es paña y la amistad con Julián Ro mea se va fortaleciendo. Ambos se admiran. Y si Romea es abo nado a la Plaza de la Puerta de Alcalá, Cúchares también lo es del Teatro del Príncipe y acude, siempre que puede, a ver actuar a su amigo sobre los escenarios deYEspaña.ahora viene una curiosa anécdota que protagonizaron ambos amigos en la plaza de to ros madrileña en el año 1867, jus to un año antes de la muerte de ambos.Selidiaba una corrida de la Viuda de Zalduendo y figura ban en los carteles Cúchares y el Chiclanero. La expectación era máxima y el coso se llenó hasta la bandera con las aficiones, por supuesto, divididas en favor de uno y de otro. Julián Romea ocu paba su barrera habitual. Uno de los toros que le tocó en suerte a Arjona era un toro difícil, com plicado y peligroso. Buscaba ‘el bulto’ y se desentendía de los en gaños. La faena de capote pasó sin pena ni gloria pues el torero madrileño apenas si ‘se dejó ver’. El toro demostró mansedumbre en los caballos y causó la muer te de dos de ellos. Apenas si le pudieron poner banderillas. Y al llegar la faena de Muleta, Cúcha res, que no salía al ruedo. Que no quería ni verlo. El escándalo esta ba servido. La plaza le increpaba, le insultaba e incluso arrojaban objetos al callejón manifestan do abiertamente su protesta. Al acabar la corrida, el diestro diría en su descargo que le molestaba mucho la lesión de rodilla. Pero el respetable no perdonaba aquel acto que consideraban de cobar día máxima. En un momento de terminado, cuando más fuertes eran las protestas, Cúchares pasó por delante del asiento de Julián Romea y éste se dirigió a él para decirle cómo tenía que lidiarlo que no tuviera miedo, que saliera a por todas, que él podía… En fin, esas cosas que se suelen decir para dar ánimos al matador. Y fue en ese momento cuando Cúcha res se volvió rápidamente hacia Julián Romea y, alterado, le dijo: “No me jodas, Julián, que tu te mueres muy bien de mentiras en el teatro pero el bicho este mata de verdad y al que mata es a mí” . Anécdotas, curiosidades, vi das paralelas y con muchísimas similitudes entre dos personajes imprescindibles de la cultura y las artes del pasado siglo XIX: el murciano Julián Romea y el ma drileño Francisco Arjona ‘Cúcha res’.

¡Qué Dios reparta suerte! Club Taurino de Murcia La Fiesta Nacional Real Club Taurino de Murcia.

E El

# Alfonso Avilés Sánchez Presidente del Real

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s innegable que las crisis económicas y los modos de enfrentarlas desde el liberalismo puestos en práctica por los parti dos hegemónicos, han provocado una especie de catarsis popular que está haciendo replantearse muchos de los pilares en los que se asienta nuestra sociedad. De entre ellos, el omnipresen te papel de la política partidaria en todos los ámbitos de la vida social del estado español pare ce uno de los más cuestionados. Mucha gente se ha percatado -o ha interiorizado de alguna mane ra- de que la partitocracia se ha convertido en un problema y en un freno a la democracia. Pero las ansias de cambio también es tán poniendo en cuestión temas mucho más simbólicos. La rela ciones del poder con la iglesia católica, la propia existencia de la monarquía y hasta la tauroma quia están en discusión pública estos días en los mentidero po líticos, mediáticos y tabernarios. Sí, incluso la sacrosanta Fiesta Nacional está de capa caída. Mu chos nuevos ayuntamientos han decidido dejar de inyectar dinero público al espectáculo taurino, con una u otra excusa. La tauromaquia en los medios de comunicación está olvidada, casi por completo. El medio de comunicación más potente en general sigue siendo la televi sión. Y si hablamos de las gene ralistas y la información taurina nos podemos echar a llorar. Para las cadenas privadas, los toros simplemente no existen, excep to si hablamos de percances o incidencias, con tal de levantar polémica. En los telediarios, la información taurina, brilla por su ausencia. En prensa escrita, el tratamiento depende del sesgo editorial del periódico. Y en la ra dio está casi Finalmente,desaparecida.enloquese refie re a medios digitales, en especial en redes sociales, cada hijo de vecino se autotitula periodista y emite sus juicios, unos mejor in tencionados que otros, sobre el espectáculo taurino que presen cie. Y ahí encontramos mucho caldo de cultivo para las fake news.Endefinitiva, la tauromaquia ha dado un cambio total en el siglo XXI y no para mejor, sino para es tar cada vez más arrinconada. En la fiesta brava, la corrida de toros agrupa una serie de acto res. El torero, que por su idiosin crasia y narrativa biográfica hace una interpretación de la técnica y el rito y crea su propia expre sión, su tauromaquia; el público, que es actor en una plaza de to ros y pertenece a una colectivi dad, cuya idiosincrasia se llega a ver reflejada en sus expresiones durante la corrida, y que, auna da a su carga biográfica, le hace partícipes de la fiesta brava des de diferentes posiciones: como aficionado, como torerista, como torista y como feriante. La tauromaquia es una for ma socialmente establecida de transformación, que llega oca sionalmente a la transgresión del orden social establecido, de ahí que se considere un ejercicio li berador de tensiones y represio nes. La fiesta tiene la cualidad de generar estructuras simbólicas de códigos verbales y no ver bales que le son propios; es un fenómeno que permite la preser vación de las tradiciones, para al mismo tiempo evolucionar según las condiciones de la sociedad contemporánea.Latauromaquia es un elemen to constitutivo de nuestra propia y particular identidad social, tras el cual subyace toda una con cepción del mundo que nos es propia, que expresa nuestro pri vativo modo de ser, de entender y de estar en el mundo. Que da cuenta de nosotros mismos, de nuestra singular e irrenunciable identidad en un mundo cada vez más uniforme. De nuestra cultu ra en el sentido más profundo y más auténtico del término, sin la cual, sencillamente, no seríamos nosotros mismos.

a fiesta de los toros es un es pectáculo sin ningún tipo de ideología al que acuden millones de personas, perteneciendo a to dos los Seamospueblos.ono aficionados a la fiesta de los toros, es indiscutible que la tauromaquia es parte del patrimonio cultural e histórico de España.Además, tiene una indudable trascendencia como actividad económica y empresarial, de da ción de bienes y servicios al mer cado, produciendo un flujo eco nómico que se traduce en miles de puestos de trabajo. La tauromaquia constituye un sector económico de primera magnitud, con una tangible in cidencia en ámbitos diversos y dispersos como son el empre sarial, fiscal, agrícola-ganadero, el medioambiental, el social, el alimentario, el industrial o el tu rístico. También es el conjunto de actividades que se conecta directamente con el ejercicio de derechos fundamentales y liber tades públicas amparadas por nuestra Constitución, como son el pensamiento y expresión de producción y creación literaria, artística, científica y técnica. De ahí que se requiere como acti vidad cultural y artística la pro tección y fomento por parte del Estado y de las Comunidades Autónomas. Dentro de ella te nemos la crianza y selección del toro de lidia que es la expresión relevante de la cultura tradicio nal española formando parte de nuestro Patrimonio Cultural In material. Además la tauromaquia no recibe ningún tipo de subven ción, siendo también un elemen to turístico que genera millones deAprobadaeuros. por el Pleno de la Cámara en la Asamblea Regional de la Región de Murcia, en sesión celebrada el 8 de junio de 2022, la ley de Mecenazgo fue propuesta por el Grupo Parlamentario Po pular, votada favorablemente por todos los grupos a excepción del grupo de Podemos. Implica la modificación del Decreto Legis lativo 1/2010 de 5 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de las Disposiciones legales vigentes en la Región de Murcia en materia de tributos ce didos.Supropósito no es otro que el de fomentar y estimular las parti cipaciones privadas en el apoyo, impulso y financiación de pro yectos culturales, artísticos, cien tíficos, tecnológicos, sociales, medio-ambientales y deportivos. Los mecenas podrán deducir se hasta un 50 por ciento de lo aportado en el tramo autonómi co del IRPF y las empresas hasta el 40 por ciento. De manera expresa, en su arti culado, la legislación que ha sali do adelante incluye la tauroma quia que, de este modo, puede beneficiarse el apoyo corporati vo y empresarial de las entidades que realicen aportaciones para su fomento y desarrollo, mejo rando la imagen pública del me cenas, al margen del estímulo o beneficio fiscal.

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De este modo, la Región de Murcia promueve con esta Ley de Mecenazgo, la puesta en marcha de mecanismos favo recedores de la participación ciudadana mediante procesos colaborativos. La aprobada en nuestra Asamblea Regional es una de las legislaciones más avanzadas y completas de toda España, así como de nuestro en torno europeo. Se trata igualmente de una ley pionera en la Región de Mur cia, además de un compromiso cumplido, por cuanto así había sido expresado por el presiden te López Miras. Ante todo, es una ley necesaria y valiente, que implica sin duda un esfuerzo de las arcas públicas que tiene ple no sentido, por cuanto incentiva y recompensa el esfuerzo de la iniciativa privada. Estamos, pues, de enhorabuena. Ramón Sánchez-Parra Servet Diputado Regional del Grupo Parlamentario Popular

La Ley de Mecenazgo en la Región de Murcia y su apoyo a la tauromaquia L

SEPTIEMBRE 202226 LA PRENSA EN 7 TARDES Sánchez Mejías (primera fila, centro, con sombrero) y Lorca (arriba a la derecha), con Salinas, Guillén, Aleixandre y otros coetáneos (C M Lorca). # Arturo Andreu Andreu Decano del Ilustre Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia Presidente de la Fundación Asociación de la Prensa A las cinco de la tarde…

e podría pensar, y de hecho tengo la impresión de que así piensan bastantes aficionados a la fiesta, que los toros y la músi ca son dos mundos que caminan íntimamente unidos, pues no se concibe una tarde de toros sin una banda que interprete los pa sodobles de rigor. Parece sin em bargo que se trata de una apre ciación incorrecta, o al menos es lo que deduzco tras la lectura de un artículo de Ángel Fernando Mayo, musicógrafo y socio de la Peña taurina ‘Los de José y Juan’, publicado en 1983 bajo el título de La música en el toreo. “El toreo –escribe Ángel Fer nando Mayo– ha inspirado mucho a las artes plásticas, que intentan retener el tiempo en el espacio, pero ha inspirado poca música. Los pasodobles son costumbris mo. Tres o cuatro obras relativa mente importantes no hacen sino confirmar la pobreza. Sí, ya sé, Carmen. Pero no, la ópera de Bi zet no es de tema taurino. El toro no está presente en el drama. La corrida es aquí un tópico español. Telón de fondo, pintoresquismo”. Mi gozo en un pozo, pues había pensado centrar este artículo en el tema de los toros y la música. Aunque no hay mal que por bien no venga, como reza el re frán, y tal circunstancia me ha obligado a bucear en busca de puntos de unión entre el mundo taurino y las bellas artes, hasta descubrir que quizás la más pro funda relación entre ambos mun dos se da en la poesía. ¿recuer dan el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca, una de las más hermosas elegías que se han escrito nunca, según afirma Felipe Benítez Reyes en su artículo Sánchez Mejías y algunos poetas del 27, publicado en el nú mero 11 de la Revista de Estudios Taurinos?Gerardo Diego, que, a decir de Ángel Fernando Mayo, es el más taurino de nuestros poetas y el más musical de nuestros tauró filos, le dedicó a Sánchez Mejías uno de los poemas que compo nen su libro La suerte de la muer te. Si los poetas de la Generación del 27 acercaron la tauromaquia a sus versos y sus versos a la tau romaquia, Gerardo Diego hizo del tema taurino una constante a lo largo de su obra, en verso y en prosa. Fueron un total de 107 poemas los que dedicó a la tau romaquia vista desde la fiesta en sí misma, desde el drama vivido en los ruedos con las cogidas, o desde las cuadrillas y los distin tos lances de las tardes de toros. Fue la amistad del torero Igna cio Sánchez Mejías con muchos de ellos lo que contribuyó al en tusiasmo de los poetas de la Ge neración del 27 por el mundo del toro y todo lo que lo rodeaba y lo rodea. Los versos de bastan tes poetas de esta importante generación quedaron impregna dos por el espíritu taurino, es pecialmente en la obra de Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vi cente Aleixandre, Luis Cernuda, Emilio Prados y Manuel Altola guirre.Pero los inicios de la poesía taurina en España se remontan hasta la poesía lírica, épica o dra mática, incluso a los cancioneros del Siglo XV, como la Crónica del Cid, el Poema de Fernán Gonzá lez o Las Cantigas del Rey Sabio entre otros.

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A partir de esas primeras mani festaciones, la poesía taurina –yo prefiero decir la poesía dedicada o relacionada con la tauromaquia, una idea más extensa– alcanzó su máximo esplendor a finales del siglo XIX e inicios del XX, tiempo en el que casi todos los poetas de la Generación del 98, la Gene ración del 14 y la Generación del 27 encontraron en el mundo del toro y el ambiente que lo impreg na una fuerte inspiración para sus creaciones literarias. Todo esto lo cuenta mucho me jor que yo, y con más extensión y detalle, José María de Cossío en su libro Los toros en la poe sía castellana, editado en 1931 por la Compañía Iberoamerica na de Ediciones y reeditado por la Secretaría General Técnica del Ministerio del Interior en 1990. Dos interesantes volúmenes con prólogo de Ignacio Varela. Quien sienta el gusanillo de profundi zar en la relación entre el mundo taurino y la poesía castellana, ahí tiene un tesoro. Y termino. Pero no sin desear que Dios reparta suerte en esta vuelta de la fiesta al coso de La Condomina tras los años más ri gurosos de la pandemia. Cuíden se, sin embargo, pues el virus si gue ahí.

S A las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida a las cinco de la tarde. Lo demás era muerte y solo muerte a las cinco de la tarde. ¡Que no quiero verla! Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena. ¡Que no quiero verla!

Aficionado desde niño al có mic, reconoce tener pasión por el cómic europeo y, en concreto, por las historias de Tintín y As # Rubén Juan Serna

l pintor murciano Álvaro Peña –autor de la obra que figura en la portada de esta re vista– no responde al estereoti po de artista bohemio y descui dado, es una persona presumida y coqueta, con cierto aire de to rero, por ello no extraña conocer que es un maniático del orden, y que esa peculiaridad se vea re flejada en una pintura definida, muy marcada. Me recibe en su casa y aprovecho para conocer mejor al artista, a la persona que hay detrás y al lugar en el que deja volar la imaginación para transformar ideas en líneas y co lores.No sólo su apariencia física y el orden de su taller confirman ese ‘antiartista’, sino que su tra yectoria se aleja de la habituales. Peña estudió Ciencias Políticas y Sociología y trabaja como fun cionario del Ayuntamiento de Murcia en donde ha sido respon sable del área de artes plásticas. Reconoce no ser aficionado a la tauromaquia pero ha tenido cierta relación con el mundo del toro al haber ilustrado páginas y portadas para la revista A porta gayola. “Me interesa la figura hu mana, las posiciones en el toreo, ese momento en el que el torero con el estoque agarrado busca al toro. De este me interesa la mus culatura”, señala el pintor.

E Álvaro Peña junto a sus obras. En la página siguiente, el artista en dos rincones de su casa. Fotografías de Rubén Juan Serna.

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Álvaro Peña: el artista ordenado

térix y es precisamente esa in fluencia la que puede observarse en muchas de las obras de Peña. “Ese tipo de cómic tiene mucha más carga cultural e histórica que el americano”, nos indica. Su afición le llevó a trabajar desde muy joven, siendo aún un ado lescente, en revistas nacionales, fanzines e ilustrando portadas deEllibros.uso de colores potentes, cercanos al flúor, “pero atrayen tes, no ridículos”, y una línea fuertemente marcada son fácil mente reconocibles en él. Cuan do habla de sus influencias no recurre a los manidos clásicos, ni siquiera a los grandes Velázquez y Goya, sino que cita a Toulou se-Lautrec y viaja a la Austria modernista, en la que el movi miento conocido como secesión vienesa dio lugar a artistas como Gustav Klimt y Egon Schiele. Precisamente este último es el más reconocible en el uso de la línea de Álvaro Peña. Pero no llega Peña a ese lugar de golpe, sino que como él mismo indica “uno pasa por todos los géneros tradicionales como el bodegón, el paisaje, etcétera, pero va acer cándose a otros lugares con tu propia personalidad, donde uno se encuentra con su pasión”, nos explica.Siguiendo con su perfil de ar tista atípico tampoco su taller puede denominarse así, sino que más bien es un despacho abarro tado de obras y libros y en don de no encontramos pigmentos al óleo, acrílicos ni pinceles, sino que asoman los rotuladores y las tintas. Su obra no requiere la ob servación del natural ni la salida al aire libre sino que es fruto de la imaginación y la reflexión. Eso llevó a Peña a trabajar durante un tiempo la abstracción, que ha dejado aparcada para volver a la figuración. “Mi estilo rompe con lo establecido, siempre he pen sado que aunque hay que fijar se en los academicistas hay que romper con la tradición y eso es lo que hace al espectador disfru tar”, zanja.

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La construcción de la nueva plaza de toros de Murcia fue un acontecimiento increíble ya que se levantó en menos de un año. Los trabajos comenzaron en oc tubre de 1886, la nueva plaza sur menos que una plaza como esa, necesitaba esta Región, poder reunirse alguna del Toros. Diario de Murcia. de septiembre de 1887, p. 1.

para

on el 135 aniversario de la inauguración de la plaza de toros de Murcia, se pone de re lieve la importancia que tienen los festivales taurinos en nuestra Región. A través de este artícu lo, donde se recogen las impre siones que se publicaron en la prensa histórica, se quiere dar a conocer algunas fechas signifi cativas del año 1887, momento clave para la historia de la tau romaquia en Murcia. Las plazas de toros se difunden en todas las ciudades española como edifi cio exento y autónomo durante la segunda mitad del siglo XIX. Las edificaciones responderían a la tradición de la arquitectura del momento, como búsqueda de unos espacios representativos para la fiesta nacional, desvincu lada de la trama urbana y separa da de la plaza pública, como un elemento singular y un eje orde nado para el ensanche urbano.

LA PLAZA NUEVA DE LA CONDOMINA Los preámbulos La plaza nueva se edificó por las gestiones de la Sociedad Coope rativa de Empleados, constituida a tal efecto. El coso taurino fue realizado por el arquitecto Jus to Millán Espinosa (Hellín, 18431928) y en cuya construcción se empleó la técnica de la mampos tería y los materiales de ladrillo, hierro, madera, zinc y piedra de Lorca para la sillería. A finales del siglo XIX las novedades de la ar quitectura del hierro condicionan parcialmente el proyecto arqui tectónico y mejoran la técnica constructiva. El perímetro de la plaza es de forma poligonal pro yectada en tres pisos; el primero dedicado a tendidos, con unas 11.000 localidades; el segundo formado por gradas con unas 3.000 localidades y el tercero formado con los palcos y anda nadas, con el mismo número de localidades. La prensa nacional informaba en algunos rotativos: “El redondel tiene un metro me nos de diámetro que la plaza de Madrid”, ensalzando la importan cia del coso murciano. En su ex terior existían 18 puertas, siendo 30 el número de escaleras para dar acceso a las diferentes loca lidades. En su arquitectura tenía un espacio destinado para dos caballerizas, suficiente por aquel entonces para abastecer “las tres corridas que se dan en feria”. En sus chiqueros había 19 departa mentos, teniendo un amplio co rral para los toros. La estructura arquitectónica la formaban otras dependencias propias de una plaza importante: enfermería, ca pilla y sala de toreros.

vez” 1 # Tomás García Martínez # María Luján Ortega C Diario de Murcia. 07-09-1887 1 Lo

7

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día.

De toros por Murcia en el año 1887 “Nada

Posteriormente se convertiría en un monumento jerarquizador de una parte de la nueva trama orto gonal, proyectándose como una manzana exenta y cualificándola en los años posteriores, con una serie de calles y avenidas condu ciendo a ella.

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Diario de Murcia 19 de enero de 1887 página 3.

gía como un deseo de la llama da Cooperativa de Empleados, formada por funcionarios del Ayuntamiento de la capital. En septiembre de 1886, tras las co rridas de Feria, empezaron a pu blicarse noticias2 referentes a la futura plaza de Toros de Murcia, de esta forma el Diario de Mur cia informaba a sus lectores: “Se ha devuelto a Agustín Hernán dez del Águila, favorablemente, informada por el gobernador, la instancia presentada pidiendo autorización para construir una plaza de toros en el partido de la Condomina”, emplazamiento ubicado cerca de las calles de la Gloria y San José (Barrio de San Juan). De igual forma, esta Coo perativa se reunió en el Teatro Romea para autorizar a la direc tiva e iniciar el proyecto, con un objetivo claro: celebrar la prime ra corrida de toros en septiembre del año 1887. Y así fue, a los po cos días de la reunión se colocó la estaca que marcaría el centro del ruedo.3 El padre y creador del coso murciano fue el arquitecto provincial de Murcia, Justo Millán y Espinosa, un enamorado de su profesión, arquitecto con una ex tensa y variada obra creada por las provincias de Murcia (Teatro Romea, Teatro Circo – Villar, la Cárcel de Totana, etc.) y Alba cete (cementerio de Hellín, pala cio provincial de Albacete, etc.) Desde el punto de vista taurino, Justo Millán construyó 5 plazas de toros a lo largo de su historia, siendo la de Murcia la más impor tante y la que más repercusión profesional le causó. En 1886, la Cooperativa de Em pleados ponía en conocimiento sobre la contratación de obras para la presentación para su ad misión de proposiciones para “el relleno de mampostería del cimiento” correspondiente a la futura plaza4, la subasta para las obras de cimentación se celebró el 1 de octubre de 1886, donde fueron presentados ocho plie gos5. A las espaldas de la plaza de toros había una senda que transitaba hacia la huerta, jun to a ella, un azarbe. Los días de monda (limpieza del cauce), el fango y la suciedad procedente de dicho cauce se depositaban sobre el quijero de la senda, lle gando a provocar su inhabilita ción6: “La senda que hay a las espaldas de la plaza de toros ha quedado intransitable”, debido a la volumetría de la obra. A pesar de los problemas arquitectónicos y los provocados por la lluvia7, la creación de este nuevo inmueble era señal de júbilo “algunos veci nos de la parroquia de San Juan, particularmente los de las calles próximas donde se va a hacer la nueva plaza de toros, han hecho una cuestación para solemnizar Cartel de la inauguración de la Plaza de Toros de Murcia.

La Paz de Murcia. 4-9-1887.

2 Diario de Murcia. 24 de septiembre de 1886, p. 2 y 3. 3 SOLER, P.: “Increíble: la plaza de toros de Murcia se construyó en menos de un año”. El Capote. Murcia: M. Caballero Comunicación, 2012. 4 Diario de Murcia. 25 de septiembre de 1886, p. 2. 5 Diario de Murcia. 2 de octubre de 1886, p. 3. 6 Diario de Murcia. 3 de octubre de 1886, p. 3. 7 “La zanja abierta para el cimiento exterior de la plaza de toros estaba ayer embalsada con el agua de la lluvia; lo cual hará que en tres o cuatro días estén suspendidos los trabajos”. Diario de Murcia. 3 de noviembre de 1886, p. 3.

SEPTIEMBRE 202232 LA PRENSA EN 7 TARDES con música y cohetes el princi pio de las obras del futuro circo taurino”, así lo contaba el Diario de Murcia a 6 de octubre de 1886. Las obras comenzaban a los po cos días, los trabajos fueron rea lizados por un buen número de braceros. A la misma vez, hom bres, mujeres y muchachos “en traron a tala con los naranjos y demás árboles de aquellos ban cales desgajando y cortando a discreción”. La banda de música encargada de recorrer las inme diaciones del barrio de San Juan, fueron al emplazamiento para animar a los trabajadores8. Desde el Ayuntamiento de Murcia se re organizaba el entramado urbano cercano al coso taurino, de igual forma la Cooperativa de Emplea dos invirtió una importante can tidad económica en la compra y compensación de terrenos. Tras las lluvias de finales de aquel octubre (1886), se iniciaron los trabajos de acarreo de sillares. La expectación se hizo eco en la prensa nacional, de esta forma el rotativo El Toreo, anunciaba a sus lectores madrileños sobre el avance de las obras y el car tel de inauguración para la Feria de 1887. A primeros de diciembre del año 18869, La Paz de Murcia publicó el nombre del contratis ta encargado de poner el zócalo de sillería, el adjudicado fue Juan de Dios Coll Carrión, comprome tido “a facilitar la sillería labrada y colocada a 25 pesetas metro cuadrado”. Las obras avanzaban a buen ritmo y durante el últi mo mes del año, se construía un horno para cocer cal y una casita para depositarla10 Consolidación de la obra. Año 1887 La Sociedad que tenía arrendada la plaza vieja de toros acordaba, a mediados11 de febrero de 1887, “desistir de preparar las corri das de feria” para ese año. Los diarios locales de Murcia hacían cábalas, ya que si eso era cierto, la Cooperativa de Empleados de la nueva plaza debía impulsar las obras para que Murcia tuviera sus actos taurinos con motivo de la Feria. La situación publicada por el Diario de Murcia no fue acerta da, ya que al día siguiente en el mismo periódico, fue publicada una carta aclaratoria, firmada por Francisco Martínez, indicando que las noticias trasmitidas no eran del todo ciertas. La socie dad Taurina de la vieja plaza de toros de Murcia había desistido en programar los festejos para la Feria de 188712, ya que no estaban dispuestos a dejar a los aficiona dos al toro sin festejos “de este modo, señor director, que la so ciedad arrendataria de la plaza vieja de toros, lejos de desistir de dar las corridas de toros, ha acor dado el continuar gestionando para darlas, por si acaso ocurre la eventualidad de no estar ter minada la que se encuentra en construcción”. El 12 de marzo se transportaba desde la estación de ferrocarril, al emplazamiento donde se estaba construyendo la plaza de toros, el material de hierro procedente de Barcelona13, destinado para la edificación del embovedado de los tendidos. Las obras continuaban por buen camino, era contratado más per sonal, se necesitaba más hierro, así a primeros de abril salía a su basta la licitación para construir los antepechos de hierro para los palcos de la plaza, siendo adju dicado al maestro José Antonio Pérez. De igual forma salía a li citación la carpintería, quedan do favorablemente para Mariano Cánovas14. La importancia15 de las obras hizo que, a finales de mayo, el contratista aumentara el número de operarios para termi 8 Diario de Murcia. 12 de octubre de 1886, p. 3. 9 La Paz. 1 de diciembre de 1886, p. 1. 10 A finales de febrero de 1887 se construía otra calera ya que no era suficiente con la que había en funcionamiento. Diario de Murcia. 25 de febrero de 1887, p. 3. 11 Diario de Murcia. 17 de febrero de 1887, p. 2. 12 Diario de Murcia. 18 de febrero de 1887, p. 2. 13 Diario de Murcia. 13 de marzo de 1887, p. 3. 14 Diario de Murcia. 12 de abril de 19987, p. 3. 15 Diario de Murcia. 27 de mayo de 1887, p. 3. Juan Ruiz 'Lagartija'. La Condomina en 1891.

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La inauguración. Septiembre de 1887 Para la esperada inauguración de la plaza de toros de La Condo mina se celebrarían tres corridas en los días 6, 7 y 8 de septiem bre de 1887 coincidiendo con la feria. Los días previos se publicó el Reglamento de Espectáculos Taurinos22, aprobado por el Go bernador Civil, presentado por la Sociedad Cooperativa de la construcción de la plaza y redac tado por Antonio Ibáñez Gon zález. Dos días antes de la inau guración, los socios fundadores de la Cooperativa de Empleados Municipales podrían ir a recoger las invitaciones para ver enchi querar23 a los toros. Pero la duda estaba en la calle, en los cafés y en los corrillos, se hablaba de si se iba a llenar la plaza, ya que ex hibía unas grandes dimensiones, con un aforo de 18.000 personas.

nar las obras lo antes posible. De igual forma, se inició la instala ción de la piedra de los tendidos, “la cual es tan blanca que el circo por dentro va a resultar suma mente alegre”. Algunos diestros, como ‘Lagartija’, manifestaban a la sociedad Cooperativa, el deseo de asistir a la inauguración de la nueva Plaza de Toros. El arqui tecto del nuevo coso taurino, el señor Millán, viajó a Barcelona, junto a Enrique Villar16, para hacer un seguimiento de las columnas que debían colocarse en los pal cos de dicha plaza, ya que había premura en terminar el ruedo17 Durante el mes de agosto18, y tras varios incidentes, llegaban más columnas a la plaza de toros para ser instaladas por la multitud de obreros que trabajaban en el in mueble “el entusiasmo cunde, y como todos van a una, se acaba rá la plaza para la próxima feria”. Como tal acontecimiento histó rico, la plaza de toros fue docu mentada gráficamente a través de las fotografías realizadas por Rivera. En agosto de 1887 acudió a la plaza de toros para tomar imágenes con los trabajadores a efectos de exponer la obra en la feria de Murcia19 El 28 de agosto de 1887, se in auguraba la cantina de la nueva Plaza, con motivo de tal aconte cimiento, hizo acto de presencia la banda de música de Raya, sir viendo por parte de los emplea dos de mencionado estableci miento horchata, limón y helados variados. La inauguración fue aceptable para los presentes, re visando todas las dependencias de la Plaza. Con motivo de tal acontecimiento, se informó a los lectores del diario La Paz, que el 28 de agosto iba a ser el último día de entrada libre para visitar el coso20. Los periodistas de Murcia anunciaban en sus rotativos so bre los diferentes actos progra mados para la Feria, anécdotas, carencias, etc. Entre las informa ciones mostradas, cabría desta car la publicada por el Diario de Murcia, donde apuntaba a 2 de septiembre de 188721: “Ayer se estaba arreglando la capilla de la plaza de toros, que parece llevará el nombre Nuestra Señora de la Consolación”.Mientrasse preparaba la inau guración de la nueva plaza de to ros de Murcia, los actos y espec táculos seguían sucediéndose en la denominada como antigua pla za de toros de Murcia.

Otros vaticinaban que por inau gurarse este año la plaza “y los varios festejos anunciados en su programa de feria, hará que la provincia en masa24 se traslade a Murcia en estos días”. Lo que es taba siendo objeto de discusión, 16 Empresario que impulsó también la construcción del Teatro Circo de Murcia inaugurado en el año 1892. 17 La Paz. 7 de julio de 1887, p. 4. 18 Diario de Murcia. 13 de agosto de 1887, p. 1 19 Diario de Murcia. 20 de agosto de 1887, p. 3. 20 La Paz. 27 de agosto de 1887, p. 1. 21 Diario de Murcia. 2 de septiembre de 1887, p. 2. 22 Diario de Murcia. 6 de septiembre de 1887, p. 3. 23 Diario de Murcia. 4 de septiembre de 1887, p. 3. “Esta mañana de 9 a 12, en la Depositaria del Ayuntamiento, y por la tarde en la plaza de toros, podrán recoger los socios de la Cooperativa de Empleados, las entradas para ver enchiquerar los toros”. 24 Diario de Murcia. 8 de septiembre de 1887, p. 1. Luis Mazzantini. Plaza de Toros. Fábrica de postales Casa Reyes. Granada.

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Se sabía que la inauguración de la plaza de toros iba a ser un éxito. Empresarios de otras par tes del país viajaron a Murcia como González Ferrer, gerente de la Real Fundición Asturiana26, constructora de la crestería de la plaza, para no se perdieron el acontecimiento. La feria taurina tuvo una gran acogida así lo de mostraba la venta de entradas, según las crónicas, muchos eran los visitantes que se acercaban a contemplar el coso desde el ex terior, se vivía un espectacular bullicio en las calles con el au mento de afluencia de foraste ros, que llegaban en trenes para permanecer varios días, aunque algunos tuvieron que regresar a sus respectivos pueblos, termi nada la primera corrida, pues no encontraban alojamiento, ni en fondas ni en posadas. Se creaba la necesidad de nuevas infraes tructuras debido al nuevo equi pamiento cultural de la ciudad, donde se daba cabida a nuevos teatros como el Romea (1862) o el Teatro Circo (1892) y ahora un coso taurino. La plaza de toros se convier te en un edificio específico para espectáculos, cuyo modelo re mite al antiguo circo o anfitea tro romano. La vida de la plaza de toros comenzó con la corrida del 6 de septiembre de 1887. Para presenciar el espectáculo acudió toda la sociedad del levante, en la plaza se sentía una ambien te de jolgorio, en los palcos27 se divisaba una marea de mantillas blancas, las gradas estaban ador nadas por pintorescos mantones de Manila donde se asentaba la “clase media distinguida28” y las “desahogadas artesanas, que lucían los excesos de la salud” se situaban en los tendidos. En aquella circunferencia estaba re presentada toda la “Región de Levante” donde se podían escu char “el valenciano de Alicante, el seseo cartagenero y el mal castellano huertano, con la mia jica del pimentoneo murciano en sus iquios y repuñeflas”. Con la nueva infraestructura cultural in augurada, el periodista del Diario de Murcia declaraba en su cró nica que “nada menos que una plaza como esa necesitaba esta región, para poder reunirse algu naLavez29”.corrida inaugural comenzó a las cuatro de la tarde, con un fuerte aplauso dedicado a su ar quitecto a Justo Millán, el presi dente era Julián Pagán, alcalde de Murcia, por aquel entonces. Los toros fueron de la ganadería de María Dolores Monje, viuda de Murube con distintivo negro y en carnado, para los diestros Rafael Molina ‘Lagartijo’, Juan Ruiz ‘La gartija’, torero del barrio de San Antolín y Luis Mazzantini, con sus cuadrillas respectivas. Pero la co rrida, según las crónicas, fue un poco deslucida, debido a que los toros “grandes, hermosos, bien plantados, bien armados y bien puestos, pero no correspondie ron con sus hechos a lo que podía esperarse de su arrogancia exte rior”, los nombres de los morla cos en orden de aparición fueron: Naranjito, Cochinito, Malospelos, Huerfanito, Cocinero y el sexto Favorito; “ninguno de ellos mere ció las moñas30 lujosísimas y de mucho gusto con que les ador naron” que fueron regaladas, siguiendo el orden, por Agus tín Ruiz, Agustín Hernández del Águila, presidente de la Sociedad de Empleados; Enrique Villar, te sorero; Enrique Clavijo, Manuel Fernández y Prudencio Soler. Los banderilleros, en general, fueron los que estuvieron mejor según indica la prensa de la época.

25 Diario de Murcia. 7 de septiembre de 1887, p. 2. 26 Diario de Murcia. 10 de septiembre de 1887, p. 3. “[…] ha venido a Murcia con objeto de inspeccionar las obras, y de ver las corridas inaugurales”.

28 Lo del día. Toros…. 29 Lo del día. Toros…. 30 Las moñas. La Paz. 7 de septiembre de 1887, p. 1. Rafael Molina 'Lagartijo'.

GARCIA AYLLON, S.: “La evolución urbana de la ciudad de Murcia en re lación con el río Segura”. Revista de Obras Públicas. Murcia: 2012.

BELTRÁN CORBALÁN, D.: La Plaza de Toros de Murcia. Murcia: Asocia ción Patrimonio Siglo XXI, 1998.

se aclararía de inmediato, pues a las doce del día 6 de septiembre ya no quedaba ninguna entrada para el tendido de sol, y menos de sombra, en ninguno de los “despachos de la ciudad” y a la una y media, no quedaban entra das en la taquilla de la plaza de toros, “es, pues, incalculable el número de taurófilos que no vie ron la corrida por llegar tarde25”.

ORTEGA PAGÁN, N.: Callejero mur ciano. Murcia: Ayuntamiento de Mur cia, 1973.

PRENSA HISTÓRICA Archivo Municipal de Murcia; Criterio Murciano; Diario de Murcia; El Toreo; La Paz.

27 Lo del día. Toros. Diario de Murcia. 7 de septiembre de 1887, p. 1.

BIBLIOGRAFÍA

BLÁZQUEZ GARCIA, J.: Propiedad y poder en Murcia: el patrimonio como agente del cambio social en la transi ción del antiguo régimen a la socie dad de los individuos. Murcia: Univer sidad de Murcia, 2015.

l pasado 30 de julio se cum plieron cien años del falle cimiento del primer matador de toros con que contó la ciudad de Yecla, Ricardo Martínez Muñoz, que se anunciaba en los carte les como ‘Yeclano’. Mucho se ha hablado de la vaquilla que mató accidentalmente al celebérrimo Antonio Bienvenida y muy poco se sabe de uno de los nuestros que murió a consecuencia de los golpes que le dio otra becerra, en uno de los festejos benéficos que él mismo promovía. Murió relativamente joven, con cincuenta años de edad después de una vida llena de curiosida des: la llama de la afición se le encendió durante su estancia en Cuba, donde cumplía el servicio militar. Allí se convirtió en ídolo de la tropa cuando dominó un toro que se había desmandado en una finca aledaña y ponía en riesgo la integridad de sus com pañeros. Es obligatorio recordar que Cuba llegó a inaugurar una veintena de plazas de toros, aun que hace ya mucho tiempo que carece de toda actividad taurina.

La presentación tuvo lugar el 7 de abril de 1901 en la plaza de Ye cla, donde estoqueó como único espada cuatro ejemplares de Hi ginio Flores. Encontró el aliento de Cristóbal Martínez ‘Cohete’, promotor de festejos taurinos en la Ciudad del Mueble, que apo yado en los éxitos de ‘Yeclano’ le proporcionó la oportunidad de rodarse por un puñado de cosos de Levante, Reino de Valencia y también en plazas castellanas. Así hasta que en 1902, después de ilusionantes actuaciones en Talavera de la Reina, Navalcarne ro y Murcia, se planteó retos ma yores como el de su presentación en la plaza de Madrid, que se pro dujo el 17 de agosto. Allí despa charía junto a ‘Cocherito de Bil bao’ y el madrileño ‘Mazzantinito’ un encierro de Miura muy duro, con mucho peligro y que propi ció un accidentado festejo. Recibió ‘Yeclano’ un puntazo en la rodilla al entrar a matar citando en la suerte de recibir. A pesar del percance, las reseñas de su pre sentación madrileña fueron muy dispares: unos contaban que fue “aclamado” y otros de su “jinda”.

Tomó la alternativa en dos oca siones, para, después, volver a participar en novilladas, con total normalidad. Cuando no existía ese triunfo grande que permi

En el centenario de Ricardo ‘Yeclano’Martínez

Una vez cumplidos los deberes con la patria marchó Ricardo a tierras mexicanas, donde en 1899 se enroló en la cuadrilla del no villero español Juan Arregui ‘El Guipuzcoano’, al lado de quien aprendió el oficio a sus órdenes como banderillero. Por aquel entonces se conocía a Ricardo como ‘El Murciano’. Dos años más tarde regresó a España para presentarse como novillero, ya con cuadrilla propia, y anunciándose como ‘Yeclano’.

# Manolo Guillén E Ricardo Martínez, 'el Yeclano'.

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tía la consolidación definitiva en el escalafón superior era algo, digamos, habitual en aquellos tiempos lo de intercalar corridas y novilladas. Aunque también se decía de quienes volvían a torear novilladas que habían renuncia do a la alternativa. La primera vez que recibió los entorcha dos de matador de toros fue el 3 de septiembre de 1903 en Vi llarrobledo, donde Manuel Lara ‘Jerezano’ le cedió la muerte de un toro de la vacada de Valentín Flores. Quince días más tarde, el 18, actuando en una novillada en la población madrileña de Col menar de Oreja, sufrió uno de los mayores percances de su carrera cuando se disponía a practicar su habitual salto de la garrocha. No era la primera vez que le he rían los toros, porque incluso en su etapa americana resultó gra vemente corneado en Orizaba. Al año siguiente, después de un periplo en el que llegó a par ticipar en una novillada sin pica dores en Cartagena, acabó to mando su alternativa definitiva el 15 de agosto de 1904, esta vez en Jumilla de manos de Miguel Báez Quintero ‘Litri’ y de nuevo con ganado de Flores. ‘Yeclano’ siguió toreando con cierta regu laridad aunque, salvo en ocasio nes aisladas, el perímetro de sus actuaciones fue siendo cada vez más reducido. En 1907 se casó, tuvo tres hi jos, pero ninguno de ellos siguió sus pasos. Sí lo había hecho su hermano Josualdo, que fue ban derillero y se le conocía como ‘El Moreno’. A raíz de haber for mado una familia, entremezcló, Ricardo, actuaciones en las que mostraba su arrojo, basado en desplantes de rodillas y tocan do las testuces de los toros, con otras comparecencias menos afortunadas. Y en las crónicas de los festejos, donde actuaba, dejaron de aparecer los saltos de la garrocha, que tantos éxitos le habían proporcionado años atrás.Apartir de ahí siguió actuando como matador, ya en plazas de menor categoría. Unas veces en novilladas, otras como sobresa liente de espadas y rejoneado res, o también en algunos fes tivales, como el que tuvo lugar en 1911 en Calasparra en el que obtuvo un triunfo de dos orejas. La cuesta abajo de su carrera coincidió con la decadencia de la plaza de Yecla, que a esas al turas se encontraba en estado semirruinoso. Se cortó la coleta el 15 de septiembre de 1915 en el coso yeclano. Posteriormente trabajó como enólogo y también como cobrador del Banco de Cartagena, a la vez que regenta ba un bar familiar. Fue amigo del poeta Corbalán y del antitaurino Eugenio Noel. Siguió ‘poniéndose delante’ en los festejos con que pretendía animar a la afición del Altipla no. Así hasta que a los cincuen ta años de edad, los golpes de una vaquilla, mientras hacía una dirección de lidia, le costaron la vida hace ahora justo cien años.

'El Yeclano' entrando a matar. Ricardo Martínez, 'el Yeclano' haciendo el 'cartu cho de pescao'.

Murcia en recuerdo 75 veces inmortal de ‘Manolete’

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L # Juan Antonio De Heras y Tudela Manolete en La Condomina. Foto Juan López. Archivo Municipal de Murcia.

inares, 28 de agosto de 1947. Se han cumplido este verano tres cuartos de siglo de una fecha grabada a sangre. Una tarde maldita que acabó con el hombre, no así con su leyenda, glosada desde entonces en ter tulias infinitas, libros enteros, pá ginas de imprentas agotadas de tanto proclamar que Manolete es, y será, Quizáeterno.fuera más gesta vivir como lo hizo, desde su melan colía aparente. Porque Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, cuyo apodo heredó de su padre, también torero, sabía de siem pre que la existencia se reviste de pitones y que estos, tarde o temprano, encuentran la manera de burlar el engaño y apuntar al triángulo de Scarpa. Siendo tal el destino, queda entre tanto la determinación de afrontarlo con la dignidad intacta y sin rendirse. Nada de lo anterior estaba es crito, no obstante, el día en que el libro número 28 de Bautismos de la Iglesia Parroquial de San Miguel, de Córdoba, inscribió el de un niño nacido a la una y media de la madrugada del día 4 de julio de 1917, en la casa nú mero 2-A de la calle Torres Ca brera. Su madre, doña Angustias, ya había aprendido a vestir de negro cuando la enfermedad le arrebató a ‘Lagartijo Chico’ –su primer marido–. De negro con trajo segundas nupcias y de ne gro maldijo su suerte y hasta la profecía de su propio nombre, cuando la enfermedad la dejó de nuevo viuda con cinco hijas –dos del primer matrimonio– y con el pequeño Manuel como único va rón.Quedar huérfano de padre con tan solo cinco años, en el seno de la dificultad de una familia nu merosa que debía salir adelante, hizo a Manuel crecer deprisa en sus intenciones. Su tío, al que en vida llamaron ‘Bebé Chico’, había sido también un matador valiente y, según le contaban, habilidoso. Una dolencia le retiró de los ruedos sin amasar fortuna. Falleció un año antes que su pro genitor, por lo que pocos recuer dos le quedaban de él, salvo lo que se hablaba en casa. En ese hogar, pues ciertamente lo era, nada podía comprenderse sin la tauromaquia. El abuelo Manuel, el primer ‘Manolete’, llegó a ser banderillero; el hermano de este, el tío abuelo José, había sido nada menos que ‘Pepete’, el ma tador que se grabó en la historia al recibir, en una tarde madrile ña de toros, la primera cornada mortal de un Miura. Con él em pezaría la maldición, a todos los efectos.Conesos recuerdos y con esas ausencias que lo llenaban todo –menos la exigua despensa– Ma nuel, que se hizo hombre siendo niño, cogió los primeros trapos que su imaginación transformó

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Apenas dos meses bastarían para que ‘Manolete’, por fin, alcanzara el grado máximo en su profesión. Fue ‘Chicuelo’ el encargado de pasarle los trastos, con ‘Gitanillo de Triana’ como testigo.

Aquella tarde del 2 de julio, la Maestranza de Sevilla lució un aspecto espléndido. La Corri da había sido organizada por la Asociación de la Prensa. De nue vo, los periodistas a través de su organización profesional, como sucedió en Murcia en 1914 cuan do Belmonte se presentó en la Condomina en la primera Corrida de la Prensa, habían sido los en cargados de configurar el cartel, negociar con la ganadería de Don Clemente Tassara (antes de Par ladé) y dar salida a un taquillaje que respondió con entusiasmo al acontecimiento. Además, los pe riodistas donaron dos mil pese tas de las doce mil que cobraría el torero cordobés, cerrándose el acuerdo de honorarios con su apoderado José Flores González ‘Camará’ en el Bar Jerezano, que regentaba el padre del torero Juan Luis de la Rosa. Muchas son las anécdotas que se vivieron ese día. ‘Manolete’ vistió de heliotropo y oro, cosido en la hispalense sastrería Man fredi. El morlaco con el que iba a doctorarse cambió de nombre. El inicial no pareció apropiado y razones no faltaban, pues no era otro que ‘Comunista’. Con acier to salió de toriles rebautizado como ‘Mirador’. A la postre lo fue, un mirador privilegiado desde el que asomarse al comienzo de una trayectoria inconmensurable que, en ese toro, se premió con dos orejas. Tanto el traje de luces iniciático como la cabeza del as tado, feliz y recientemente res taurada por el ayuntamiento de Córdoba, pueden contemplarse hoy en el museo taurino de esa ciudad.Trasel éxito de la alternativa, y otras muchas tardes de esta tuarios y ‘manoletinas’, de pases de tanto riesgo como belleza, de magnetismo y naturalidad, la confirmación no se haría espe rar. Llegaría de manos de Marcial Lalanda en la Corrida de la Bene ficencia, celebrada en Madrid el día de la Hispanidad de 1939. Una de las escasas fotografías de Manolete con sus padres, doña Angustias y Manuel Rodríguez. Manolete a la edad de 12 años.

en capotes y muletas hasta que, con doce años, el sueño hereda do le llevó a la cordobesa finca ‘Lobatón’ y lo situó delante de sus primeras becerras. Desta có ahí y en la Escuela Taurina de Montilla. Pronto vendrían los festivales y un año después, en 1930, el esperado vestido de lu ces estrenado en Arles (Francia) con el espectáculo itinerante de toreo Los Califas. El 16 de abril de 1933, Domingo de Resurrección, la plaza de Cabra vio su debut como novillero, y el 1 de mayo de 1935 le llegó la oportunidad con picadores en la Plaza de Tetuán de las Victorias, en Madrid. Tal vez habría se habría docto rado antes, de no estallar la Gue rra Civil. Por su edad y residencia, quedó alistado como soldado raso en el Regimiento de Artillería número 1, asentado en Córdoba, en la zona nacional. Tanto en esta, como en la republicana, los toros se abrían paso entre las bom bas, pues la afición no entendía de ideologías ni de bandos y allá donde surgía una oportunidad, se organizaba una corrida o un festi val benéfico. En 26 ocasiones, to reó el prometedor novillero hasta el fin de la contienda. Alternativa con la Asociación de la Prensa El primero de abril de 1939, el parte firmado por Franco daba paso al inicio de la posguerra.

La huella murciana Su particular y personalísimo es tilo, su valor cada vez más admi rado por el respetable, le llevó a torear más de 50 festejos por año en los siguientes. El 18 de ju lio de 1940 se anunció en Murcia, en un mano a mano con Domi go Ortega y toros de la vacada de Terrones, de Salamanca. Era su presentación en La Condomi na y el reclamo consiguió llenar la sombra, porque el sol de julio no animó a mayor asistencia. De los tres toros caídos en suerte, el segundo le permitió una faena memorable. “Solo en medio del ruedo, a los sones de la música, entre olés y palmas, recetando una serie inmensa de pases de asombrosa factura, metido en los terrenos del rival. Cuando se har tó de torear muy bien, entrando como manda el toreo digno, co bró una estocada superiosísima, que mató sin puntilla”, rezaba la crónica publicada en el diario Lí nea1, destacando que dicha faena se había saldado con dos orejas, rabo y vuelta, con salida a los me dios. La crítica del diario La Ver dad fue más parca en alabanzas: “A ‘Manolete’ le ocurre con el toro como al baturro con el tren: se pone en su camino y no se apar ta. Si el toro pasa lejos, lejos se queda. Pero si le roza la faja, no se mueve. Esto no deja de tener sus entusiastas aficionados. Pero a nosotros nos parece que no es suficiente para considerarse figura cumbre” –escribía el cro nista quien, en cualquier caso y a pesar de ello hubo de reconocer que “en Murcia se ha ganado un cartel y las corridas de feria”2 Y así fue, pues hasta doce pa seíllos realizaría ‘Manolete’ en el coso de la capital del Segura. Murcia quería a ‘Manolete’ y ‘Ma nolete’ quería agradar en Murcia. Con especial ganas lo deseaba hacer cuando regresó en 1941, tal vez empujado por el recorte de prensa de aquellas palabras que se convertían en un desafío: llegar a ser considerado una fi gura cumbre. Sin embargo, en la primera corrida septembrina no tuvo suerte. Había formado parte de la terna del domingo 7 junto a Juan Belmonte y Pepe Luis Váz quez. La tarde de expectación hizo válido el dicho, acabando en tarde de decepción. La de ‘Ma nolete’ fue máxima, por cuanto siendo una de sus virtudes la de ser muy hábil con el estoque, en su segundo y quinto de la tarde llegó a precisar ocho descabe llos, lo que le valió un aviso y los pitos de la afición.

1 Diario Línea (19/07/1940) (pág. 2).

2 La Verdad de Murcia (19/07/1940) (pág. 2).

Primer paseíllo de Manolete, en su debut como novillero y junto a Juanita Cruz. Plaza de Toros de Cabra, 16 de abril de 1933. Pepe Luis Vazquez y Manolete en la penúltima novillada del diestro, el día de San Juan de 1939, en Cabra. Manolete recibió la alternativa de manos de Chicuelo, en La Maestranza.

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Como si de una segunda parte se tratara, el lunes 8 de septiem bre se repetía el cartel, al que se sumaba el caravaqueño Pedro Barrera, que había tomado la alternativa el 25 de julio en Va lencia. Este era, sin duda, el día grande de la Feria y el de más tra dición taurina, por coincidir con la festividad de la Natividad de la Virgen que, en Murcia, se celebra ba por todo lo alto. El ambiente en la ciudad era bullicioso y ale gre. Se habían desplazado miles de visitantes, unos conduciendo sus propios vehículos y muchos en las líneas de transporte públi co, pese a que el tiempo andaba revuelto y la lluvia decidió a ha cer acto de presencia hasta poco después de iniciarse el festejo.

Manolete con Lupe Sino en Fuen telencina (Guadalajara) - Verano de 1946. Fotografía publicada en el semanario El Ruedo, 30 de Agosto de 1962.

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Cornada que sufrió Manolete en Murcia. Foto Juan López.Manolete y su cuadrilla en la Condomina. Colección Fotos Juan López. Archivo Municipal de Murcia.

Empezó este puntual, a las cuatro y media de la tarde, con la banda de música de la Casa de la Miseri cordia, institución señera que en el mes de marzo había comenza do a ser administrada por mi tío abuelo, Julián Tudela Martínez. Tras ella desfilaron los matado res. Todos fueron recibidos con una ovación; la más intensa se le ofreció a Pedro Barrera, tanto por el paisanaje como por tratar se de su presentación en la pla za. La presidencia la ocupaba el inspector de policía García Díaz y en los palcos, cuajados de au toridades, sobresalía la presencia del almirante Bastarreche, jefe del Departamento Marítimo de Cartagena. Los tendidos estaban llenos –como tradicionalmente sucedía en esta fecha– y las ba rreras habían sido salpicadas por el colorido de los mantones de Manila.Había en el respetable mu chas ganas de disfrutar, más aún después del sabor agridulce del domingo. Los toros de Concha y Sierra dieron juego desigual, pero sirvieron. Belmonte logró cortar dos orejas y rabo; Vázquez se llevó ovación, al fallar con la espada; Barrera lo hizo bien y el público se lo agradeció con tres orejas y rabo, siendo el triunfador de la tarde. El percance y el susto, vino con ‘Manolete’. Había entendido muy bien el diestro cordobés la embestida de su primer toro. Con los pies clavados en la arena inició una faena de escalofrío. Los pases se alternaban por la derecha y la izquierda, a cual más ceñido. Decidió entonces ir a por todas y se lo llevó a los medios. Lo ci taba haciendo el estatuario, enar deciendo al tendido. Al salir de un pase por alto, el delgadísimo cuerpo del torero acabó siendo derribado, sin nadie cerca para que le asistiera. Cuando el qui te llegó, ‘Manolete’ ya sangraba

Manolete y Lupe Sino en la finca de Fuentelencina, con Luchy Bronchalo y su marido Juan Padilla, matrimonio al que Manolete apadrinó en la ceremonia - Verano de 1946, Fotografía publicada en el semanario El Ruedo, 11 de Septiembre de 1947.

Tras de sí, la leyenda había cre cido a base de proezas. En el 43 ya se había ganado el título de ‘IV Califa del Toreo Cordobés’ y el apelativo de ‘Monstruo’, que le otorga el crítico taurino jienense Ricardo García, más conocido por ‘K-Hito’. En 1944 había torea do en 92 ocasiones, entre ellas en Las Ventas el 6 julio, en la Corrida de la Prensa. Ahí apareció el toro soñado, del hierro portugués de Pinto Barreiros. Era un sobrero, de nombre ‘Ratón’, con el que firmó la faena más completa de su carrera, cortando dos orejas y saliendo por la Puerta Grande. Aquel año, a la postre, sería Manolete y Lupe en La Alcarria. Matías Prats le hace a Manolete la última entrevista de radio antes de su muerte.

Cantinflas fue gran admirador de Manolete. En Méjico con frecuencia ejercía de anfitrión organizando veladas en su casa.

Con ella vivió años felices, en un noviazgo que el entorno del to rero rechazaba sin disimulo. Sos tenían que tal oposición era para protegerlo, juzgando la relación como poco apropiada y cargan do contra la fama y las intencio nes de quien llegaron a apodar ‘LaDecididoserpiente’.a seguir sus propios pasos, pocas cosas se volvieron más apetecibles para aislarse que el sosiego estival de Fuentelenci na, un pequeño pueblo de Gua dalajara. Allí compartieron ve ranos enteros no siendo el mito, sino tan solo Manuel Laureano, el hombre cuya sonrisa franca aso maba entre sus gemelas cicatri ces en las noches estrelladas de La Alcarria, en el paraíso de las conversaciones intrascendentes, de las partidas de cartas sin ma yores pretensiones y de los ba ños refrescantes junto a Antonia en las pozas del arroyo de Valde fuentes.Unremanso oculto y a salvo de la presión creciente, porque de ‘Manolete’ ya no se esperaba más que la perfección y el sacrifi cio extremo. Se le exigía con una vara muy dura de medir. Y el to rero se vaciaba, no por temor a ser juzgado, sino porque quería y porque se respetaba más que nadie. Así las cosas, en su mente, la idea de retirarse empezaba a cobrar sentido.

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Malos augurios Ni estos ni otros dolorosos gajes del oficio, cambiaron en ‘Manole te’ su forma de concebir el arte de Cúchares. Seguía enamorado de su profesión, como lo estuvo, perdidamente, de la actriz Lupe Sino o más bien de quien, bajo ese nombre artístico, seguía sien do Antonia Bronchalo, la mujer que fue capaz de hacerle sonreír.

profusamente por la mejilla de recha, que había sido desgarrada por un pitón que, por fortuna, se conformó con dejar impreso su recuerdo en forma de hendidura, momento que inmortalizó el fo tógrafo Juan López. Evacuado a la enfermería, el doctor Emilio Sánchez-Parra apreció la gravedad suficiente como para impedirle volver al ruedo. No era nada de lo que no se pudiera reponer en cuestión de días, pero no convenía jugársela. En esos terrenos, la prohibición facultativa es la que manda. Así pues, de su paso por la feria de septiembre de 1941 no habría de llevarse ‘Manolete’ otra cosa que una pronunciada cicatriz. Cada vez que se afeitaba, cada vez que miraba su reflejo, cada fotografía desde entonces, le devolvía el re cuerdo de su percance en Murcia. Un año más tarde, el 16 de agosto de 1942, a la huella murciana le apareció una rival, esta vez en el lado izquierdo de la cara, esta vez con firma de un toro de Saltillo li diado en San Sebastián.

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Tal vez por eso en el 46 solo re gresó para torear la corrida de la Beneficencia. En el 47 no quiso comprometerse salvo unos esca sos meses, los justos para pasar por los cosos más emblemáticos e importantes para él, entre ellos ‘El Chofre’, la recordada plaza de San Sebastián que años más tar de sería demolida por motivos urbanísticos. Fue en ese ruedo, en uno de sus burladeros, don de concedió su última entrevista en directo a un joven locutor de Radio Nacional, Matías Prats, que retransmitía la lidia. Era el 16 de agosto y las cosas no estaban sa liendo bien. “Me piden más de lo que puedo dar. Sólo he de decir que tengo muchas ganas de que llegue el mes de octubre”, con fesó el diestro en un ejercicio de sinceridad.Murciatambién se encontraba entre los carteles escogidos. No deseaba faltar a la feria de sep tiembre, ni tampoco ausentarse de la lorquina plaza de Sutullena. Parece contrastado que ‘Mano lete’ solo iba a intervenir en una de las dos tardes que se iban a programar en La Condomina. Fue ahí cuando Camará, su apo derado, entró en acción. Puesto en contacto con los empresa rios Alegre, Puchades y Barceló, les pidió que cedieran los Miura que habían sido reseñados para Murcia, para que pudieran ser li diados en Linares. A cambio, se comprometía a que el ‘Monstruo’ toreara las dos tardes de feria, tanto la del día 7, frente a toros de Alipio Pérez Tabernero y con Luis Miguel Domínguín y ‘Parrita’; como la del 8 de septiembre, con toros de Galacha y compartiendo el festejo con Luis Miguel y Pa quitoJuntoMuñoz.aeste trueque –gana dería a cambio de una segunda tarde en Murcia–, el destino tenía aún guardadas otras cartas, mar cadas todas ellas con tintes de Fotografía de Canito que inmortalizó el momento en que Manolete es llevado a la enfermería tras ser corneado por Islero. Manolete, Luis Miguel Dominguín y Gitanillo de Triana antes de comenzar la corrida en Linares en la que murió Manolete. Cartel inicial de la feria de septiembre de Murcia - Anuncio publicado en Linea el 28 de agosto de 1947, el mismo día en que Islero cogería a Manolete en Linares.

Si los retiros estivales habían ins talado en ‘Manolete’ la certeza de que la felicidad era posible, in cluso para un cuerpo maltrecho como el suyo, aquejado de do lencias gástricas y cada vez más delgado, el paso por América –especialmente sus estancias en Méjico, donde se presentó el 9 de diciembre de 1945– no hizo sino confirmar que, lejos de la presión de haberse convertido en España en un “héroe nacional” todo re sultaba más apacible, ello pese a que en su presentación mejicana el segundo toro le propinó una importante cornada.

recordado también como el de los malos augurios. Como siem pre, había acudido a Linares a la Feria de San Agustín. A la salida del hotel Cervantes, el gentío se agolpaba delante del coche de la cuadrilla. El vehículo no pudo es quivar a una niña, llamada Anita, que se cruzó en el camino. Cuan do terminó el festejo, ‘Manolete’ acudió al hospital de los Marque ses de Linares a interesarse por la pequeña, que en el atropello se había fracturado el fémur. Tras ser informado, apreciando la cali dad de las instalaciones y tal vez empujado por la alegría de que la salud de la chiquilla no corriera peligro, exclamó: “Este hospital es estupendo, entran ganas de morirse en él…”. La frase se con virtió en un maleficio.

Nada que ver con el personaje tímido, serio y encorsetado que tantas veces se veía obligado a representar por estas latitudes.

Allí, al otro lado del Atlántico, se atrevía incluso a cantar fan dangos con Lupe, que quedaron grabados en discos de pizarra que no hace mucho –tras su di gitalización– se han conocido.

Islero, Murcia y el destino

SEPTIEMBRE 2022 43 LA PRENSA EN 7 TARDES fatalidad. Llegada la fecha para la corrida jienense, tras confec cionar los lotes y realizar el sor teo, los apoderados de ‘Gitanillo de Triana’ y de ‘Manolete’, de manera amistosa, convinieron intercambiarse los lotes. Fue así como, ese 28 de agosto de 1947, unos toros que no estaban desti nados a Linares y un lote que no le había correspondido, coloca ron al torero sin remedio delante de“No‘Islero’.esbueno. Échale la mule ta abajo y procura dominarlo”, le advirtió ‘Camará’ cuando apreció que aquel toro huesudo, largo, negro y algo bragado, llevaba 495 kilos de veneno en canal. Ramón Atienza, el picador de la cuadrilla, dándose también cuenta, lo ha bía intentado castigar, restándole fuerza para la muleta –lo llega ron a multar por exceso de celo–. ‘Manolete’, cosa rara en él, no ha bía pedido el cambio de tercio, probablemente convencido de que nada bueno traía aquel man so consigo. No obstante, lo toreó sacando, del quinto de la tarde, pases meritorios por la derecha y ajustadas ‘manoletinas’, entre los olés del público. Tal vez para que no se distrajera, quiso culmi nar a la suerte contraria. Lo hizo al volapié, muy despacio, pero Islero arrancó en ese momento, clavándole el asta derecha en la pierna que había quedado al al cance del pitón. Aún ensartado se lo llevó arriba, le dio la vuelta y lo tiró al suelo, antes de pasarle por encima e irse a doblar a las tablas. Antonio Labrador ‘Pin turas’, el gran subalterno arago nés, corrió cuanto pudo hasta el maestro para hacer el quite tras la cornada. “Observé extrañado que se quejaba, cosa que nunca había hecho”, recordaría tiem po después, como también que ‘Manolete’ preguntó si le habían concedido la oreja. “Las dos y el rabo”, le contestó el ex-matador y compañero en la cuadrilla ‘Car nicerito de Málaga’, que fue tam bién el encargado de llevárselas. El fatídico instante en el que ‘Islero’ atravesaba el alma de los presentes, con la plaza enmu decida porque todo apuntaba a gravedad extrema, fue únicamen te fotografiado por Canito. Cum plió el gráfico con su misión, con la angustia de quien, antes que otra cosa, era amigo personal de Manuel Laureano ‘Manolete’. Ese día había pasado por su habita ción mientras el torero se vestía y, tras apretar el disparador que capturó la foto más citada de su carrera –por la que nunca cobró nada–, fue el primero en correr hacia la enfermería. “Estuve, más que profesionalmente, para po der ayudar en lo que hiciera falta al maestro, pero allí había un lío de gente de mucho cuidado. Bas ta decir que la primera vez que le dejaron sobre la cama se cayó al suelo porque el lecho no tenía el fleje preparado y le tuvieron que trasladar a otro» recordaría en una entrevista concedida al pe riódico El Norte de Castilla”.3 El destrozo en la femoral ha bía provocado una tremenda hemorragia, hasta tal punto que la sangre traspasaba el colchón y caía, gota a gota, hasta una cuña situada bajo la cama que, en cada impacto, sonaba a tañi do fúnebre. Trasladado al Hospi tal de los Marqueses de Linares –seguro que sin ganas de morir se en él–, fue intervenido por el doctor Fernando Garrido y se le practicaron diversas transfusio nes. Pareció con ellas recuperar

3 Entrevista de Javier Fernández a Canito. El Norte de Castilla, 17 de noviembre de 2007. Manolete con su gran amor, Lupe Sino. Lupe Sino solo pudo entrar a la habitación una vez certifica da la muerte de Manolete, momento que recogió la cámara de Canito, también presente. Esquela de Manolete publicada en los periódicos de Murcia.

SEPTIEMBRE 202244 LA PRENSA EN 7 TARDES se algo. Tuvo ocasión de confesar, de preguntar cómo había ido la corrida e incluso de pegarle tres caladas, con pulso tem bloroso, a un cigarro que le facilitó su primo her mano y banderillero más antiguo de la cuadrilla Rafael Saco ‘Cantimplas’. Fue entonces cuando lle gó desde Madrid el doc tor Giménez Guinea, en quien ‘Manolete’ confiaba ciegamente. Había salido a su encuentro Gitanillo de Triana, que lo esperó en Manzanares, porque su coche era mucho más rápido que el del médi co. Siguiendo sus indica ciones, las transfusiones fueron suspendidas para aplicarle en su lugar plas ma noruego, del que se disponía porque la de tonación de un polvorín en Cádiz había motivado que se importaran par tidas para atender a los más de 5.000 heridos que, con todo, tuvieron mejor suerte que las 150 personas que habían per dido la vida en la brutal deflagra ción.Fue el hijo del doctor Garrido quien, en 1997, contó que la co gida podría no haber sido letal ya que, tras recibir el plasma, es cuando apareció la muerte. Afue ra, aguardaba Lupe Sino, que había viajado a la carrera desde Lanjarón, donde le sorprendió la noticia. Ni el apoderado ni par te de la cuadrilla le permitieron entrar en la habitación. Alegaron que el médico había recomen dado descanso. Se ha publicado que la razón pudo ser el temor a que se casaran in articulo mortis. Lo cierto es que, ni tan siquiera en esto, Manuel tuvo el derecho de ser libre. A las cinco y siete minutos de la madrugada, pro nunció sus últimas palabras: “¡No veo nada!”. Expiró el hombre y se agrandó el mito, el ídolo, la leyen da de quien cambió el rumbo de la historia taurina, mas no pudo escapar a su destino. Solo enton ces Lupe pudo entrar a despedir se. También lo hizo Canito. “Lloré más su muerte que la de mi propio padre” me llegó a decirme el veterano fotógrafo, cuando en alguna ocasión tuve oportunidad de preguntarle, al coincidir con él en el callejón de la Condomina, por el que se siguió paseando, con su cáma ra colgada del cuello y su gorra blanca, en la que añadía, tras la fecha escrita de su nacimiento, unos puntos suspensivos que se mantuvieron así hasta 2016. Y es que a ‘Manolete’ se le lloró, y mucho, desde entonces. Murcia lo hizo tan pronto conoció la des gracia. Fue la pizarra del diario Línea, como un precoz Twitter del pasado siglo, quien escribió con tiza el titular, antes de llevarse a rotativa: “‘Manolete’ ha muerto”. Los telegramas de pésame se prodigaron. Lo expresó la propie dad de la plaza de toros de Mur cia, la Asociación de la Prensa y hasta el Al mirante Bastarreche. El 8 de septiembre, a iniciativa del Sindicato Provincial del Espec táculo, la empresa de la Plaza de Toros y el Real Club Taurino de Murcia, se celebró un funeral por el eterno descanso de su alma en la Iglesia de San Juan deeltoloslaprimerayro,Bienvenida,compusieronquedeentradolillaplazainauguralelhabíaLuisLlegóBautista.septiembre.MiguelDomingínresultadoheridodía6enlacorridadelanuevadetorosdeMe–enlaquehabíaensustitución‘Manolete’–,porloloscartelesseredeltodo.EscudeelNiñodelBarrioParritatorearonladeferiayensegundalohicierondosúltimosjunaPaquitoMuñozyrejoneadorDuquePinohermoso.En

la Condomina, todos ellos lucie ron crespones negros. En Murcia entera, en España y el mundo, más allá del taurino, junto al luto, quedó patente la dimensión de la pérdida, esa que solo se nota cuando ya es demasiado tarde. Han pasado 75 años desde entonces y la huella inmortal de ‘Manolete’, sigue viva. Aún hoy hay quien, aún sin haberlo co nocido, lo sigue juzgando con ligereza. Se han llevado al cine versiones de su vida construidas con ficción y mal gusto. Vanos intentos, pues el pueblo es sabio, aunque no siempre sea justo.

Estadística publicada por La Verdad el 2 de septiembre de 1947.

¿Quién mató a ‘Manolete’? La respuesta es sencilla: da lo mis mo. Lo importante es saber y querer respetar su memoria; en esto no cabe escurrir el bulto, ni faenas de aliño. Sirvan estas lí neas, en lo que valgan, para ese intento. Sin mayor pretensión y sin menor compromiso.

La mojiganga persiste en nues tro siglo con connotaciones más carnavalescas y teatrales que an taño, formando parte de la idio sincrasia de muchos pueblos que en sus fiestas recogen la tradi ción de aquellos que, ataviados con más ganas y hambre que cualquier otra cosa, recorrían los ruedos.

La Paz de Murcia, 5 de octubre de 1879. Función de mojiganga de Goya. Museo del Prado.

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1 Información extraída de Plaza de intercambios. Elementos para una historia interconectada de la tauromaquia y otros espectáculos en España (siglos XVIII y XIX), de Mauricio Sánchez Menchero La mojiganga Guirao

el espectáculo, forjando a valientes expuestos a los vi sitantes, del dominio de la fina atención del público, de personas, ataviadas de sueños, en el ruedo, interpretando la mojiganga. Nacida como una obra teatral muy breve, de carácter cómico, la mojiganga se encumbró como fiesta popular en la que se utiliza ban disfraces estrafalarios y per mitía a los participantes realizar números ecuestres, acrobáticos o de¿Dóndeinterpretación.secelebraban las re presentaciones? Como sucedía con las novilladas o los números circenses, los artífices del espec táculo igualmente solicitaban permisos para realizar la función en plazas de toros, como autori zaciones para crear circos1 La mojiganga, de origen es pañol, aunque nacida en siglos anteriores, tomó forma a finales del siglo dieciocho. De la pose carnavalesca, a los bailes con disfraces, pasando a sumar con notaciones religiosas y festejos taurinos. Espacio distendido en la forma, pero preparadísimo en su concepción, que permitió a pica dores y novilleros, sin renombre, ganarse unos duros. Quedan en las hemerotecas re cuerdos de aquellos espectácu los en la Región de Murcia. En La Paz de Murcia (5 de octubre de 1879) se daba noticia del “noble y extraordinario espectáculo” ela borado por “la acreditada y muy aplaudida compañía acróbata que dirigen los ‘Sres. Teresa y Ve lázquez’, compuesto de variados ejercicios gimnásticos, acrobáti cos, pantomímicos, mojiganga y lidia de dos bravos novillos”. La compañía de los ‘Sres. Teresa y Velázquez’ actuó también el 21 de septiembre en la Plaza de Toros de Murcia con un completo pro grama que incluía las habilida des del “doble de Washington”, el “tonel ondulante”, “los recreos orientales” o “la gran rotación de la bola esférica”. En El Eco de Cartagena (10 de febrero de 1896) relataban la “fiesta taurina” celebrada en el barrio de Peral: “La mojigan ga que preparó la empresa de la plaza de toros resultó entreteni da e hizo reír al público, porque los torillos pegaban y las suertes de caída se hacían con extrema da limpieza”. Mención destacada, aunque no para bien, hacía este relato de las mujeres en la mo jiganga. No hay que pasar por alto que este tipo de espectá culos fue un espacio de trabajo incuestionable para muchas per sonas que podían acceder con mayor facilidad a un oficio, dada la apertura creativa de las funcio nes. Continuando con la crónica de El Eco de Cartagena: “A las pi cadoras se les acababa el burro a cada momento, quedándose de a pie. Y a propósito de toreros hembras: suprímalas la empresa de la plaza de toros en las fiestas sucesivas, porque el espectáculo de esas ‘desgraciadas olvidadas’ de todo, no es muy edificante. Ayer se quedó una de ellas poco menos que desnuda”, clamaba el periódico ensuciando la labor de decenas de participantes que solo trataban de ganarse el pan. Pasados unos años, la moji ganga en Murcia gozaba de una amplia afición, tanto es así que los padres jesuitas tuvieron que mover la procesión celebrada en junio de 1911 para que “el público pudiera asistir a las dos cosas”, (El Liberal de Murcia, 19 de junio).

# Miriam Salinas

La Martina en el centro en una instantánea junto a sus compañeras.

SEPTIEMBRE 202246 LA PRENSA EN 7 TARDES # Mª Adela Díaz Párraga ues sepan ustedes que, allá por el siglo XVII, apareció en España un fenómeno, que en aquella época era impensable. Las mujeres toreras, que con más valor del que hace falta para en frentarse a un miura, hicieron frente al cliché de que el lugar de la mujer era la cocina y la alcoba. Hubo muchas, aunque por des gracia no se ha guardado memo ria de todas. De entonces a aquí, muchas mujeres han luchado, al gunas han muerto por defender el derecho a la igualdad. Imagí nense ustedes un tiempo en que no podían ni siquiera abrir una cuenta en el banco, en la que el marido pasaba a ser dueño de los caudales de su esposa, incluso herencias, y de un plumazo, podía dejarla arruinada. La prohibición de torear no estaba legalizada, pero se consideraba ‘indecoro so’ que una mujer toreara; unas veces, admitiéndolo, y otras, po niendo trabas. Llegó por fin una Real Orden del ministro Juan de la Cierva, el 2 de mayo de 1908, prohibiendo legalmente el toreo a pie femenino. En el año 1974 se levantó en España este veto, gra cias a los esfuerzos de una mujer, la torera Ángela Hernández, pero su interesante historia será para otroHoydía.les quiero contar algo so bre una mujer que, en pleno siglo XIX, toreó más de cincuenta co rridas. Se llamaba Martina García y se la conocía como ‘La Martina’, también como ‘La Intrépida Mar tina’ y la ‘Lagartijo mujeril’. Para muchos era ‘La Maestra’. Nació Martina un 25 de julio de 1814, ¿dónde? hablando taurinamente, hay división de opiniones. Mien tras unos dicen que en Colme nar de la Oreja, otros aseguran que fue en la sevillana Guillena y los hay que afirman que fue en Cienpozuelos. En fin, el lugar es lo de menos. El caso es que fue una figura indiscutible del siglo XIX, una pionera, porque según dicen, fue la primera mujer que toreó reses bravas. Martina se quedó huérfana a los siete años, nadie sabe cómo pudo salir adelante con tan poca edad, pero a los catorce tomó el camino de Madrid, dispuesta a ganarse la vida. Primero, trabajó como niñera y, más tarde, entró como cocinera en un bar de la ca lle Hortaleza. Sus mejores parro quianos eran los empleados de la plaza de toros de la Puerta de Alcalá, con los que pronto hizo Martina gran amistad. A ellos les hacía gracia la afición de la chi ca por los toros y entre bromas y veras, acabaron convenciéndo la para que toreara, aunque de primeras lo hizo dentro del toreo cómico, que tenía mucha acep tación.Porfin, el 15 de enero de 1837, La Martina

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Cartel del 16 de agosto de 1874.Mujeres vestidas de luces en el siglo XIX. debutó como banderillera, ves tida de manola, actuación que repitió, con las picadoras Mag dalena y Antonia Garcia. El 18 de febrero, toreó por primera vez como matadora en una mo jiganga, una novillada festiva de carácter carnavalesco, que tenía sus orígenes en el siglo XVI. Se hacían antes de las corridas y tenían un público incondicional. Martina llevaba su propia cuadri lla, toda de mujeres, y dicen que cobró doscientos reales, que en aquellos tiempos era un dineral. En estas mojigangas participó en varias ocasiones. En enero de 1845, compartió cartel con Teresa y Magdalena Garcia, y como ban derilleras en cestos, Rosa Inard y Manuela Renaud. Y por fin, en febrero de 1849, actuó en Madrid vestida de luces, compartiendo cartel con María ‘La Gitana Can tarina’, su gran rival en los ruedos. En diciembre de 1873, actuó en la última mojiganga como espada, con picadoras sobre burros. Nunca tuvo un apoderado, era ella misma quien gestionaba sus actuaciones Y toreó bastante: novillos, toros embolados, en puntas… Y los críticos se hacían lenguas de su coraje y de lo se rena e intrépida, de ahí le vino uno de sus apodos, que se la veía impasible ante el toro. No todo fueron flores: también tuvo sus detractores, que la calificaban de “infortunada matadora anciana”. Mucho valor, decían, pero poco arte, aunque cobraba un dineral, tanto como las figuras de la épo ca. Benito Pérez Galdós afirmaba que llegó a cobrar catorce duros por actuación. El propio Curro Cuchares, con el que llegó a ac tuar en algunas corridas, decía de ella que “tenía un gran atrevi miento, pero mucho desconoci miento en la técnica del toro”. Y una de las veces que actua ron juntos, se acercó y le dijo al oído: “Martina, si lo que te sobra de valentía, lo tuvieras de cono cimiento, serías tanto como yo”. Y era verdad. Triunfaba porque ofrecía esa mezcla de emoción, valentía y arrojo ante el peligro, esa falta de miedo. Por su habili dad la comparaban con ‘Lagarti jo’, de ahí lo de ‘Lagartijo mujeril’, y por su trayectoria y lo largo de su carrera, con Pedro Romero. En agosto de 1874, alternando con José Giraldez Jaqueta, toreó en el último festejo que se celebró en la Plaza de la Puerta de Alcalá, que derribaron al día siguiente. Se retiró ese mismo año, en un festejo en el que tuvo como pica doras montadas en burro a Toma sa Prieto y Juana López, aunque volvió a las plazas tres años des pués. Su última aparición fue en la plaza de la Carretera de Aragón en 1880, ¡tenía 66 años!. El 27 de julio de 1882 murió en Madrid, la que fue una adelantada en la defensa de algunos dere chos de la mujer.

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n pedazo cortado de una de aquellas man tas que utilizaban en su pueblo para la recolección de la oliva, montado sobre una vara de almendro seca que el muchacho mismo había modelado con su na vaja a modo de estaquilla dor, constituía la flamante muleta; los alpargates de loneta negra y suela de cá ñamo, las zapatillas para andar el camino y sortear los envites del morlaco y unos vaqueros viejos y rotos, una camisa blanca y sucia y un pañuelo rojo, como vestido sin luces, y por montera, una gorrilla de cuadros que le había cogido a su padre cuando salió de su casa hacía ya un par de años. Claro que había pasado hambre por aquellos caminos de la sierra en los que no siempre encontró un alma caritativa que le diese pan o queso o tocino o cualquier otro alimento que le ayudara a proseguir la ruta y le permitiera mantener el entusias mo con el que se había provisto para llevar a cabo la aventura de querer ser torero, a toda costa, sin otro conocimiento que la pa sión, el arrojo y la escuela bronca de las fiestas patronales, en las aldeas, donde corrían toros viejos y vaquillas avisadas y donde una cornada podía costarte la muerte en unos minutos porque la casa de socorro más cercana distaba más de una hora por caminos de piedra y sendas impracticables.

# Pascual García

Buscar la suerte

Andrés no llevaba otra cosa en su alforja exigua que todas las ganas del mundo y la inconscien cia de un adolescente armado de coraje y con muy pocas co sas que perder. Dejaba atrás, en su pueblo, una familia humilde, trabajadores del campo, con los que algún año había ido a la ven dimia de Francia, mientras que sus abuelos se quedaban al cargo de Ramón, un paralítico cerebral, fruto de un parto problemático al que el muchacho quería de un modo particular. En realidad había sido por él por el que había dado el gran paso de echarse a los caminos de la sie rra y buscar la suerte en alguna capea, en algún encierro tradicional de reses bravas de aque lla zona, donde alguien pudiese verlo torear y lo ayudara a llegar más lejos. El dinero no era lo más importante, sal vo por el hecho de que su hermano necesitaba unos cuidados espe ciales que su familia no podía darle; otros ha bían sido toreros para agasajar a sus madres o a sus novias, para salir de la pobreza o para llevar a cabo una gesta que mereciera la admiración de alguna mujer. Andrés buscaba el triunfo para que los cuidados especiales de su hermano, y su bienestar, estu viesen asegurados. Lo veía todos los días tendido en el suelo sobre una manta acolchada que su ma dre cambiaba y lavaba, porque allí hacía todas sus necesidades y no tenía otra ayuda que la de su marido, jornalero del campo, cuyo salario apenas alcanzaba para la comida de los cuatro y de un abuelo que vivía a su cargo. El dinero lo cambiará todo, se había dicho desde muy pequeño, paga remos médicos, asistentes y una U

silla eléctrica para que Ra món se mueva a su antojo por la casa y por la calle, y ya lo estaba viendo con su rostro de listo y su sonrisa permanente entrando y saliendo de la casa con el flamante vehículo de dos ruedas que habían podido comprarle con el primer di nero que había ganado en la última feria; se contaba que algunos toreros, con forme cobraban la primera corrida, paraban el furgón de la cuadrilla en el primer concesionario de una fa mosa marca de coches y adquirían el más lujoso. En eso pensaba Andrés cuando lo revolcaban los cornúpetas por esos pue blos polvorientos de Dios, sin médico ni practicante para sutu rarle las heridas, que un barbero humilde cosía a su buen enten der y que nunca, había tenido mucha suerte en eso hasta ahora, se les habían infectado. No cabe duda de que seguía adelante por un propósito noble y que tenía más derecho que algunos otros a triunfar, pero él ignoraba los entresijos de los despachos, ape nas conocía a un par de ganade ros medianos y ni siquiera con taba con un traje y una corbata para lidiar en esos terrenos. La afición se le suponía, y el valor, porque uno no se pone delante de un animal con muchos años y toreado dispuesto a entregar el pellejo por una oportunidad que no llegaba nunca si no se tiene redaños para enfrentar el trago.

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Alguna vez, un viejo aficionado, de los que usan gomina y miran a las mujeres como si las estuvie ran tocando, le había hecho un comentario halagador a algún amigo suyo, pero nunca había pasado a mayores ni había llega do a ningún sitio. Para gastarse el dinero con un joven sin expe riencia que apenas sabe esbozar un derechazo hay que tener mu chas ganas de tirar los caudales, había dicho alguien una vez, cuyas palabras le habían lle gado a Andrés de una forma despreciativa, pero hay que reconocer que tiene arrestos y empuje y que gasta unas formas frescas y nuevas, había añadido aquel mismo hombre. Pero todo había quedado en meras tentativas, en un sueño de esperanza y en las imagi narias tandas de naturales que cada noche pegaba Andrés a un toro distinto, conformado según su prototipo particular, bajo, de cara cómoda y no de masiado grande que humilla ba, hacía el avión en el capote y llegaba hasta el final del lan ce, cogía la muleta por deba jo, y volvía una y otra vez con idéntico celo. En alguna de aquellas noches de fiebre y de ansias improba bles, las cosas habían salido bien, el toro se correspondía con el modelo imposible de las mejores tardes evocadas y él había res pondido a las expectativas del público; le vino en aquel trance una oleada desconocida de valor y de arrojo, notó la ligereza de su cuerpo como si estuviera a punto de echarse a volar y no le preocu para en absoluto la cercanía del animal. Era el instante sublime de echar la moneda al aire y jugarse el todo por el todo. Entonces sucedió el milagro. Monumento al maletilla en Ciudad Rodrigo.

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icen –y así lo ha comproba do, el que suscribe-, que los días de corrida, a los toreros, les crece más la barba del sufrimien to y la preocupación.El resto de mortales, diríamos que del “mie do”. Pero los toreros, por descar te, ni nombran a la “jindama”. Les crece más la barba; y si encadenan una corrida con otra en plena temporada, serán tam bién las uñas y el pelo, los que se desencadenen en un sobrecreci miento fuera de lo normal. El verano de 1997, Sandro Mi ller comprobó en cuerpo y alma, como es el sacerdocio del toreo. No existe en la Creación un ser más celoso que el toro para sus oficiantes; distráete un segun do y el de los rizos te levanta los pies del suelo y clava sus ojos y pitones en la seda bordada de tu taleguilla.JoséMiguel

Arroyo ‘Joselito’ es de los toreros que llevan corna das cicatrizadas a la vista del es pejo y del alma. El fotógrafo es tuvo un eterno agosto junto a él, rebanando fotos que, conforme partían el pan de la consagración taurina, iban sacando la esencia: alma, corazón y vida, del cuerpo y la sangre del dios Toro. Todo un verano de carretera, mucha carretera. De saltar de catre pensionista, a lujosa cama hotelera de postín. De la selecta copa del vino de la mejor añada, al peleón airado de la bota calen torra que te lanzan en la vuelta al ruedo. La cara y la cruz de la vida y la muerte jugados en tres ter cios de lidia y en un templo dis tinto cada tarde. Sandro Miller llegó a Joselito y a la Tauromaquia, con los cinco sentidos abiertos a las muchas sensaciones que nuestro patri monio ancestral y cultural le po dían desbordar. Los cauces de su estabilidad emocional estaban en juego. Es imposible explicar por qué un natural dormido de mano baja, arrastrando la muleta, nos puede conmover; o por qué el ca pote de Joselito, puede dar aire y alegría a un alma mustia, en el vuelo de una serpentina entreve rada de sol y sombra. ¿Por qué los despachos tauri nos suelen ser Brutus traicione ros, de los méritos obtenidos a sangre y fuego sobre la arena an fiteatra del coliseo?. Y ¿por qué los públicos intransigentes son capaces de abochornar al tore ro superado por la adversidad y borran de su memoria la colosal obra efímera de una faena para el recuerdo imperecedero del afi cionado?Hágase aquí un alto para re flexionar en la diferencia entre ‘público’ y ‘aficionado’. No es lo mismo pescatero que cena chero; manojo que biznaga; ni faro que Farola. El aficionado

# Miguel Massotti Manzanares

1997: El verano de Sandro y Joselito

El fotógrafo americano junto a una de sus imágenes de Joselito.

No es lo mismo pescatero que cenachero; manojo que biznaga; ni faro que Farola.

colecciona memoria selecta de suspiros animosos. Y el públi co colecciona espectáculos por decir que allí estuvo él. Como el Conde de Montecristo grababa su nombre en las paredes de la celda del penal. Pero sin ‘públicos’ no es posi ble mantener la Fiesta ni aspirar a las ganancias soñadas para convertir en realidad el sueño tópico de comprarse un Merce des, un cortijo con ganado bravo y un romance con una folclórica. Se necesitan los ‘públicos’ que llenen los tendidos para que los ‘aficionados’ se infiltren y extrai gan su exquisito alimento espi ritual, entre ruidos, voces y cla mores.Sandro –como le conocen en la profesión-, podría ser el Jose lito del retrato; como ‘El Mata dor’ podría ser el más brillante ojo avizor de la torería. Los dos dominan y administran su arte; conviven todo un verano en per fecta armonía respetuosa y al terminar, como si el destino qui siera unirlos al verano sangrien to de Hemingway, coinciden con la violenta muerte de Lady Di en un túnel de París (cogida absurda) en la última noche de aquel agosto. Cosas de la velo cidad que es mala compañera para sacar la instantánea precisa y mucho menos para torear. Las prisas son para los ladrones y los malos toreros. Se puede ver en las instantá neas los rostros afilados por el miedo (la jindama) del torero vestido de luces, sabiendo que va camino de la plaza. La soledad de la capilla y el rito de liarse en el capote de seda, antes de cam biarlo por el percal. La Soledad con mayúsculas. Soledad entre miles de personas (público ma yoritariamente). Y ya con el toro en el ruedo, Sandro deja abier to el objetivo, para que las fotos salgan movidas ‘a casico hecho’, para revelarnos la sensación de la obra efímera que inspira, ocu rre y desaparece para el público, pero no para el aficionado. Terminamos con el esfuerzo de la suerte suprema, el agota miento físico y la satisfacción del premio conseguido... Ya estamos para el arrastre. ¡Va por ustedes! Fotografía de la exposición El Matador, del fotógrafo norteamericano Sandro Miller, en el Centro Cultural La Malagueta de la Diputación de Málaga.

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DEREGIÓNMURCIA

La Fundación Asociación de la Prensa de la Región de Murcia es una institución que, bajo el patronato del Colegio Oficial de Periodistas, lleva a cabo numerosas acciones encaminadas a la defensa del derecho fundamental de información. Además, promueve la difusión de la cultura, en sus más diversos ámbitos, así como la formación y reciclaje profesional del colectivo al que el Colegio representa. Y convoca los ‘Laureles de Murcia’, premios de gran trayectoria y presti gio, con 60 años de historia, destinados a reconocer a las personas, empresas e instituciones más relevantes de la Región de Murcia. Fundamental para el desarrollo de estas acciones es la colaboración y apoyo de los Socios Protectores de la Fundación Asociación de la Prensa. Estrella de Levante, Hospital de Molina y Fundación Cajamur cia son las empresas e instituciones que lo hacen posible.

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DEASOCIACIÓNLAPRENSA

FUNDACIÓN

Comenzó a torear en 1934, con el apodo de ‘Cabrerito’, debutan do en la Plaza de Las Ventas de Madrid, el 10 de agosto de 1941. Dos años después tomó la al ternativa de manos de Domingo Ortega (otro virtuoso), en la Real Maestranza de Sevilla. El padri no fue ‘El Estudiante’, y el toro, ‘Negociante’, de la ganadería de Curro Chica. La confirmó en Las Ventas, de manos de Domingo Ortega y Antonio Bienvenida, con el toro ‘Cantito’, de V. Muriel. Siendo un torero elegante y valiente, con unas verónicas que hicieron historia, como ya he re ferido, no llegó a triunfar rotun damente debido tal vez a los múltiples talentos que conver gían en él como el gran polifacé tico que fue. Como poeta, sus obras Can to sin sosiego (Alfonsina, mar y muerte), la antedicha Danza mortal, ¡Manolete!, Pablo Ruiz Picasso, Peldaños de eternidad, Recortes de amor, escritas todas en español y no en catalán, le hi cieron conseguir en 1972, el Pre mio Ciudad de Barcelona por su Miramor. Retirado del toreo se dedicó a ser actor de cine. En la coproduc ción hispano-cubana, Una cubana en España con Blanquita Amaro, cantaba con acento andaluz y no exento de gracia, el bolero María Dolores. Otras películas fueron Pandora y el Holandés errante, con James Mason y Ava Gardner, que en 1951 dio lugar a su comen tado romance, Tercio de Quites, Misión en Buenos Aires, La novia, Nocturno 29, con Lucía Bosé, ya M # Miguel López-Guzmán

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Mario Cabré, el último torero trovador

Mario Cabré Esteve. Mario Cabré en el ruedo.

ario Cabré Esteve (Barcelo na 1916- 1990), procedía de una familia de artistas teatrales, en la que su madre era bailarina. Precoz en su sensibilidad artísti ca y en la torera, su primera obra poética fué Danza mortal, con prólogo de Jacinto Benavente, quien admitía con cierta picardía: “Más que los toros, me gustan los toreros”, y se refería a Mario Cabré como “un poeta que sabe torear”.Como torero, lo fue más de prestigio y esencias artísticas que de sumar muchas actuacio nes. Su manera de manejar el capote, con las manos muy ba jas, fue uno de los hitos del toreo de capa contemporáneo. Aportó al noble arte de la tauromaquia una verónica mágica llena de desmayo, fruto de la inspiración fugaz ante el toro. El cuerpo yer to, así como los brazos inertes, conducían la embestida con sin gularidad inconfundible. Torero elegante, pulcro, valiente, domi nador, de buena escuela. El de las supremas elegancias por su for ma de estar en la plaza, por sus destellos de torería, por su deli cado trato en la calle.

Y con un verso de Mario tras una noche compartida en S’Agaró: “El mar junto a la tierra, como el éxtasis que abrazo”. Posteriormente, Ava Gardner, en su inicial descenso a los infier nos del alcohol, se encontró con Luis Miguel Dominguín, que en su línea de fatuo y chulesco hom brecillo, alardeaba zafiamente de “su conquista” …Pero eso es otra historia.Lapenúltima etapa de Mario Cabré fué como presentador de la TVE en sus inicios, de Club Mi ramar con Federico Gallo, y de Reina por un día con José Luis Barcelona, en 1964-65. Cuando le preguntaban por Ava, decía: “Soy un caballero es pañol y jamás le reproché nada”. Este hombre apuesto, culto, distinguido y con grandes inquie tudes, acabó sus días víctima de un ataque hemipléjico, en su Bar celona natal, y en una cierta sole dad. ¿Recordando a Ava? Mario Cabré y Ava Gardner. Ava Gardner. Los conocidos actores posando frente a las cámaras.

SEPTIEMBRE 202254 LA PRENSA EN 7 TARDES enEl1968.papel de Don Juan Teno rio que tantas veces interpretó en la ficción, podría decirse que también lo vivió en la realidad, sus lances amorosos con Ivon ne de Carlo, Irene Papas, Ángela Tamayo, y con la gran Ava Gard ner, lo avalan. Para él, Ava Lavi nia Gardner, fue un gran amor, y para ella, no se sabe con certeza, ya que su simultánea relación con Frank Sinatra hizo que le quitara trascendencia, sobre todo por la reacción de celos desatados que llevó a Sinatra a volar a Tossa de Mar para recuperar a su novia, y lo hizo con una joya de esmeral das y diamantes y con el deseo de matar a Cabré. El escenario de la traición amorosa a Fran kie era Tosssa, S’Agaró, Palamós, etc… Ella quedó fascinada por el hombre y por el torero, y él afir maba que se enamoró “como un ceporro”. En una conversación de Ava con el escritor Peter Evans, para su biografía, ella afirmó: “Me acosté con Mario una vez. Era un diablo guapo” y Evans, dudoso, insistió: “¿Sólo una noche?”, y Ava respondió: “Para este libro, lo fué, cariño. Estaba borracha. Él era guapo”. Para ella fue un error, según afirmó en alguna ocasión, sobre todo al darse cuenta de la obsesión de Cabré hacia ella, plasmada en Diario Poético a Ava Gardner. Y cierro este relato con una es cena de la película: Cabré, de luces. Una verónica. El toro, negro y taciturno, el tore ro brinda el toro a Vítores.Pandora-Ava.

Cartel cinematográfico de la produc ción Pandora y el holandés errante.

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