José Ovejero Humo Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2021 144 páginas, 15.90 €
José Ovejero hace señales de Humo Por MICHELLE RODRÍGUEZ El desamparo de la frágil condición humana contenido en la imagen de una mujer y un niño que conviven en una cabaña aislada en el bosque después de una catástrofe es el punto de partida de Humo, la novela más reciente de José Ovejero (Madrid, 1958). Personajes y situaciones encarnan en esta obra la deshumanización producto de la soledad en un ambiente fuera del tiempo histórico, lo cual crea la sensación de estar ante una antigua leyenda clásica. La intención mítica de la obra se manifiesta en personajes unidos por las circunstancias y no por un vínculo consanguíneo, de quienes no se sabe nada, ni siquiera cómo han llegado hasta allí, y también en la narración sin ambages, en donde el autor se limita a contar cómo se mantienen con vida. Llamo «intención mítica» a la necesidad de encarCUADERNOS HISPANOAMERICANOS
nar un aspecto universal que tiene la mejor literatura, aquella sustentada en un proyecto autoral sólido, que busca representar algo crucial del presente. Por un tiempo, una gata llamada Miss Daisy acompaña a la mujer y al niño y, a veces, un hombre aparece con provisiones, pero ninguno de ellos se queda lo suficiente para establecer vínculos duraderos. «Cada vez me refiero al niño y a mí como un nosotros y supongo en él sensaciones parecidas a las mías. Con el hombre nunca llegó a haber un nosotros. Éramos dos cuerpos que se juntaban y se separaban», dice Ovejero en la voz de la narradora-protagonista: «Yo siempre dejé claras las fronteras. He aprendido que cuando abres tus límites se te instalan dentro y se adueñan del territorio. Nadie se resigna a estar de visita. Al menos
422