UNA REVALUACIÓN DE LAS PLANTAS
días y pierden las hojas. Es la consecuencia importante del insomnio aun en las plantas. /// Un estudio midió el movimiento del sueño en abedules usando fotografía mediante escaneo láser. Se evitó la fotografía para no iluminar a los árboles, lo que podría afectar el resultado. Además, se realizó en noches tranquilas para evitar los efectos del viento y en el equinoccio para asegurar una longitud similar de la noche. Se midió en Finlandia y Austria. Los resultados mostraron que todo el árbol se inclina durante la noche (cambio de posición de hojas y ramas). Son movimientos pequeños (unos 10 cm en árboles de 5 metros de altura), pero resultan sistemáticos. Las hojas y las ramas caen poco a poco, con la posición más baja un par de horas antes del amanecer. Por la mañana, los árboles vuelven a su posición original en unas pocas horas. No se sabe si fueron “despertados” por el sol o por su propio ritmo interno. El efecto de caída es causado por la pérdida de la presión interna del agua dentro de las células de la planta (presión de turgencia) que es influida por la fotosíntesis.
Las ramas y tallos de las hojas son menos rígidas y más propensas a la caída por su propio peso. La fotosíntesis se detiene en la oscuridad y las ramas se inclinan. Durante el día, las ramas y hojas están en ángulo superior lo que permite atrapar más luz solar y reducir el sombreado sobre hojas inferiores. /// Otro estudio usó láser para escanear 22 especies de árboles en condiciones sin viento y sin luz. Se midió el movimiento de las copas por la noche. En siete especies, las ramas se movieron en ciclos de tres a cuatro horas. Se encontró que el bombeo de agua lleva un ritmo de algunas horas. Es decir, no solo responden a la evaporación en las hojas para “tirar” el agua hacia arriba. Sino que, además, hay un bombeo activo por etapas entre secciones. Esto produce un ahorro de energía ya que debe superarse la presión hidrostática de una sección y no el total del árbol. Se sugirió que el tronco puede exprimir suavemente el agua, empujándola hacia arriba en el xilema. Esto estaría apoyado por mediciones que muestran que los troncos pueden encogerse por la noche en 0,05 mm.
5.1.2. Respuesta al tacto y sonido La sensibilidad al tacto. Para algunos la sensibilidad de las plantas a la energía acústica debe considerarse en un contexto ecológico. Se trata de sonidos de insectos, del agua, del viento. La audición funciona de forma muy parecida al sentido del tacto. Las plantas interactúan con el contacto de animales. Por ejemplo, las plantas carnívoras de jarra reflejan la ecolocalización de los murciélagos. /// Un estudio encontró que muchos de los genes que se activan en respuesta a las heridas lo hacen también al tacto. Se trabajó con variantes de Arabidopsis que no podían producir jasmonato y se las sometió al doblaje suave de las ramas varias
veces al día. Las plantas que no producían jasmonato no modificaron el crecimiento. Pero, en las plantas normales se retrasó la floración, los tallos florales eran más cortos y los grupos de hojas eran más pequeños. Las plantas que fueron tocadas tenían heridas más pequeñas por infección de hongos y las larvas de la polilla que se alimentaban de las plantas crecían menos. Cuando se trabajó con plantas que producían jasmonato en forma permanente, eran más resistentes a las plagas, incluso crecían mejor, aunque no se tocaban. /// En Arabidopsis se encontró que al menor contacto se activa una respuesta defensiva genética. A los 30 minutos 339