LA CONDUCTA DE LAS PLANTAS
5.2.2. La memoria en las plantas Memoria: (i) los recuerdos… Como no pueden huir, las plantas deben detectar el peligro, adaptarse y enfrentarlo. Necesitan la memoria para retener información adquirida y recuperarla luego para actuar. Esta capacidad es una memoria química y epigenética, que sirve para aprender, almacenar y compartir la información. Por ejemplo, los árboles luego de una temporada de sequía recuerdan los efectos y en la siguiente temporada implementan medidas para ser menos vulnerables. Algunas plantas pueden recordar los efectos de la exposición a patógenos y producir químicos para protegerse en la próxima oportunidad. Los trasplantes obligan a las plantas a “habituarse” o “aclimatarse”, una expresión simple para la memoria epigenética. Habituarse significa cambiar el metabolismo en respuesta al nuevo entorno. Ciertas plantas florecen después de una exposición prolongada al frío. Pero si las condiciones no son las adecuadas, retrasará la floración hasta que la temperatura y la luz sean las correctas. Esto sugiere que las plantas “recuerdan” la exposición al frío en base al nivel de ciertas proteínas (memoria química). Se pueden tomar tejidos de esas plantas, hacer crecer una nueva planta, y se verá que también recuerdan la exposición al frío para florecer. También las semillas llevan el recuerdo de la planta madre. Memoria: los priones. /// Un tipo de proteína capaz de llevar memoria son los “priones”, que pueden plegarse de dos maneras: una forma normal y una forma priónica. Una vez que se pliega en forma priónica puede catalizar el cambio de plegamiento de otras proteínas y convertirlas en priones. Por ejemplo, las levaduras usan priones como 354
forma de memoria. Pueden ayudar al organismo a usar diferentes nutrientes y crecer en nuevos lugares. Esta habilidad persiste durante centenares de generaciones. Un estudio en Arabidopsis encontró cuatro proteínas involucradas en la floración que tenían porciones semejantes a secuencias de priones de la levadura. Fue la primera evidencia de una secuencia proteica similar a un prion en las plantas. Memoria: el suelo. La herbivoría incentiva la emisión de compuestos volátiles y solubles. Los volátiles se pierden, pero los solubles permanecen en el suelo y se convierten en una memoria. Los compuestos son específicos, pudiendo relacionarse con orugas devoradoras de hojas o insectos que comen raíces. Las futuras plantas que crecen en el mismo lugar pueden recoger aquellas señales del suelo y responder en forma diferente. /// En un trabajo se cultivaron plantas de Hierbabuena (Mentha spicata) en invernadero. Se las expuso a orugas en las hojas y raíces y se encontró que la composición de los hongos en el suelo cambió, dependiendo del tipo de insecto. Luego se cultivaron nuevas plantas en el mismo suelo y se las expuso a los mismos insectos. Los cambios afectaron el crecimiento y la química del nuevo lote de plantas. Por ejemplo, la palatabilidad (cualidad de ser grato al paladar) de las nuevas plantas reflejaba las condiciones de la planta anterior. Esto indica que los exudados de las raíces se convierten en información y memoria para otras plantas. El caso de Mimosa pudica. Esta planta es originaria de la América tropical y famosa por cerrar sus hojas cuando se la toca. Su sensibilidad es una conducta defensiva,