UNA REVALUACIÓN DE LAS PLANTAS
5.2.3. La toma de decisiones Decidir: conservar o arriesgar. Los animales cambian la estrategia de riesgo: son conservadores en época de abundancia y toman más riesgos durante la escasez (cuando no hay mucho para perder). Las plantas también lo hacen. /// Por ejemplo, los caracoles de estanque pueden alterar sus preferencias alimentarias en caso de hambruna. Un estudio determinó que la elección ocurre en las neuronas centrales mediante la hormona dopamina que toma decisiones de riesgo a medida que aumentan los niveles de inanición. Cuando se bloquearon las neuronas que contienen dopamina se logra un fenotipo de animal hambriento. Se encontró que los caracoles con aversión al riesgo apostaron por comer una sustancia comestible pero que no les apetece. /// Pero las plantas no tienen neuronas, ni dopamina y aun así, muestran capacidad de tomar decisiones. Por ejemplo, la planta de Arvejas (Pisum sativum) tiene “sensibilidad al riesgo” mediante una toma de decisiones adaptativa en base al cambio ambiental. En un estudio se cultivaron plantas con sus raíces divididas entre dos macetas. Cuando los nutrientes eran constantes producían más raíces en la maceta con mayores niveles. Luego se cambió la estrategia con igual concentración, pero una maceta con nivel constante y la otra con nivel variable. Con niveles de nutrientes bajos (menos a 0,01 gramo/litro) prefirieron la maceta variable (mostrando propensión al riesgo) pero con niveles altos (0,15 gr/lt) elegían la maceta constante (aversión al riesgo). Es la mejor estrategia, porque con niveles inferiores al de subsistencia, la opción variable al menos ofrece la oportunidad de “apostar” a una racha de buena suerte. Es una respuesta adaptativa ante el riesgo y para explotar oportunidades
de manera eficiente. Esto hace suponer que usan la detección y evaluación de las diferentes condiciones en las macetas, lo que requiere información y memoria. Las raíces, puestas ante una situación cambiante, toman una decisión. Los botánicos tradicionales dicen que el verbo “decidir” y “memoria”, son inapropiados en este contexto, ya que decidir implica el libre albedrío (aunque también está en discusión para los humanos). La opinión opuesta dice que los óptimos biológicos pueden ser logrados por mecanismos psicológicos o fisiológicos, como en las plantas. Decidir: latencia o germinación. La biología celular recurre a la naturaleza aleatoria de los procesos bioquímicos (estocasticidad). Por ejemplo, cuando se decide germinar, las semillas lo hacen en diferentes momentos para protegerse contra los desafíos ambientales. /// En Arabidopsis, los estudios encontraron dos grupos de células que toman la decisión entre permanecer en latencia o germinar. La decisión se basa en el antagonismo de las fitohormonas giberelina (GA) y ácido abscísico (ABA). Algo similar ocurre en el cerebro animal ante alternativas como permanecer o huir. /// Un estudio con Arabidopsis creó un atlas digital de las 3.000 a 4.000 células en los embriones (semillas). Luego se mapeó la localización de las fitohormonas y se encontró una acumulación en la punta de la raíz embrionaria (25 a 40 células). Un grupo de células producía GA lo que promueve la germinación, y el otro grupo sintetizaba ABA que fuerza la latencia. Las condiciones del ambiente externo determinan cuál hormona predomina. Las fluctuaciones de temperatura permiten a la semilla percibir qué tan profundas están 357