LA EVOLUCIÓN DE LAS PLANTAS EN EL TIEMPO PROFUNDO
1.2.4. Un mutualismo global: la geología y la vida La biósfera de Gaia. La hipótesis de Gaia surge en 1979 del proyecto de la NASA para descubrir vida en Marte. Lo que llamaba la atención eran las diferencias de la Tierra con los planetas más próximos y se postuló que la vida era la responsable de la atmósfera y de mantener las condiciones adecuadas. La vida autorregularía las condiciones esenciales (temperatura, composición química, salinidad en los océanos) por lo que tiende al equilibrio (homeostasis). Sin la vida, la Tierra debería estar en equilibrio químico y con 99 % de CO2 en la atmósfera (como Marte y Venus). No habría vestigios de oxígeno y nitrógeno, los que habrían reaccionado en su totalidad. Los argumentos principales que se esgrimían eran: la Tierra es un hábitat muy favorable para la vida; la vida alteró el ambiente planetario (química de la atmósfera y el mar); y el ambiente se mantuvo bastante estable a lo largo del tiempo geológico. Por ejemplo, la temperatura global terrestre permaneció dentro de parámetros aceptables para la vida a pesar del incremento en la energía solar. También la composición atmosférica y la salinidad de los océanos permanecen casi constantes. Se trata de un equilibrio que fluctúa entre los márgenes compatibles con la vida. Podría ser que el planeta tuviera desde un inicio las condiciones apropiadas para la vida. Pero Gaia propone lo opuesto: dadas las condiciones iniciales, la propia vida las modificó llegando a lo que es hoy día. Los nuevos ecosistemas. El movimiento de placas es único entre los planetas rocosos del sistema solar y quizás sea muy raro en el universo. ¿Por qué la vida necesitaría la tectónica de placas? (1) Un primer argumento es que el ciclo del agua incluye el hundi-
miento en la zona de subducción y la vuelta a surgir en los volcanes. El ciclo constante del agua y la coexistencia de superficies húmedas y secas resultó crucial para la vida. (2) La tectónica permite la regulación de la sal en los océanos. Las sales se lavan desde rocas erosionadas, pero la tectónica puede recuperarlas del mar. Por ejemplo, hace 6 Ma el Estrecho de Gibraltar fue bloqueado por la tectónica. El Mar Mediterráneo quedó aislado y se evaporó en 1 Ma. Se estableció un estrato de 3 km de espesor de sal sólida y bicarbonato, era un desierto tóxico. El 5 % de la sal oceánica global había desaparecido. De esta forma, los océanos regulan la salinidad en lugar de evolucionar a un estado cada vez más salado gracias al aporte continuo de rocas. (3) La formación y ruptura de supercontinentes genera nichos ecológicos nuevos y promueve climas y ambientes propicios para la biodiversidad. Un estudio determinó que las especies marinas tienden a ser más numerosos cuando los continentes se dividen. Se analizaron especies marinas en rocas sedimentarias y se correlacionó el grado de fragmentación continental con la biodiversidad. Durante y después de la fragmentación aumentó la diversidad marina. (4) Otro argumento dice que la disposición de los continentes determina las corrientes oceánicas y la circulación atmosférica. La diversidad marina ocurre en los bordes continentales y en los mares poco profundos. La fragmentación genera poblaciones aisladas en cada continente, con diferentes regímenes climáticos debido al efecto de borde (vecindad a las costas). Las corrientes oceánicas. Los océanos se estratifican en capas diferenciadas por temperatura y salinidad. Las capas se mue37