Reporte SP 52. Noviembre 2020

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Morris Berman

Gramsci:

mente sobre materia 34 robado, muy bajo de estatura, y vivió bajo pobreza extrema buena parte de su vida. En breve, se trataba de un muy improbable candidato para abrir un enorme «espacio» dentro de la teoría marxista y la sociología en general, al grado de que ochenta años después de su muerte, el análisis gramsciano se aplica vigorosamente en teoría política, historia, estudios culturales y campos relacionados.1 Dado el fracaso del marxismo, es posible que los lectores se pregunten por qué he decidido ocuparme de un académico marxista. Por «fracaso» me refiero a que la predicción de Marx de una revolución proletaria en las naciones industrializadas jamás se materializó y, adicionalmente, el régimen comunista de la Unión Soviética se derrumbó estrepitosamente. Pero en realidad la versión gramsciana del marxismo explica dichos fracasos; y si bien la capacidad predictiva de Marx terminó El hombre es sobre todo mente, conciencia… por ser endeble, sus virtudes analíticas, al menos en cuanto Antonio Gramsci al capitalismo respecta, fueron maravillosas. Buena parte de El manifiesto comunista, publicado en 1848, se lee como si hubiera sido escrito ayer. Cuando Marx y Engels observan que l igual que en el caso de San Francisco de Asís y Mael capitalismo «no ha dejado en pie ningún nexo entre homquiavelo, tratar de mostrar una «instantánea» de Gramsci bre y hombre, más que el interés personal al desnudo» y ha es un reto muy complicado. Existe una gran bibliografía al ahogado todas las emociones humanas «en las heladas aguas respecto, principalmente en italiano, pues es uno de los hédel cálculo egoísta» describen al neoliberalismo en términos roes nacionales. Pero existe una complicación adicional con generales y a los Estados Unidos en particular (en un letrero Gramsci, en tanto su pensamiento no es sistemático sino que de luces de neón, podríamos añadir). Desde el punto de vista está fragmentado, debido a que el grueso de su obra —treinta analítico, no se trata de una teoría mohosa y avejentada que y dos cuadernos que componen casi tres mil páginas— fue debamos de descartar. Todo lo contraescrita dentro de una cárcel fascista, rio: ciento setenta años después, aún donde pasó diez años de su vida y ter- Los fantasmas formados en la tiene mucho que decirnos.2 minaría por morir en 1937, a los cuaEl concepto crucial de Gramsci, renta y seis años. Desde el punto de mente humana son también, vista corporal, su vida fue un intermi- necesariamente, sublimaciones aquél que rompió con el estricto determinismo económico marxista y por lo nable sufrimiento físico y emocional, tanto ofreció una más amplia comprencuestión que tampoco ayudó. Era jo- de sus procesos de vida materiales, que son empíricamente sión de los procesos sociales, es el de «hegemonía» (egemonia). Sin embargo, verificables y vinculados a antes de detallarlo será necesario decir premisas materiales. La mora- algunas palabras sobre la teoría marortodoxa, ante la cual Gramsci lidad, la religión, la metafísica xista reaccionaba. y el resto de la ideología y sus Como parecería indicar el epígrafe inicial de Marx, él consideraba que formas correspondientes de las actividades de los hombres y la conciencia dejan así de presen- sociedad operaban en dos niveles jerárquicos, que llamaba «base» y «sutarse como independientes. En la producción social que los hombres llevan a cabo entran en relaciones definitivas que son indispensables e independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden con una etapa definitiva de desarrollo de sus poderes materiales de producción. La suma total de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la fundación real, sobre la que se erigen superestructuras legales y políticas y a las que corresponden definitivas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material determina el carácter general de los procesos sociales, político y espiritual. No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia sino, al contrario, su existencia social lo que determina su conciencia. Karl Marx, Contribución a la crítica de la economía política

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