La sexualidad está relacionada con el cuerpo, y con ella la identidad de género. Se sabe que el género es la construcción del conjunto de normas sociales que se asignan dependiendo del sexo y, como seres humanos, ese rol se va desarrollando a través de la socialización con la familia y con los demás círculos sociales. Es a través de este proceso de socialización que se da de forma paralela al crecimiento personal que cada persona va aprendiendo a identificarse y reconocerse, bien sea como hombre o como mujer. Cualquier acto que discrimine estos aspectos de la sexualidad y la reproducción atenta contra la dignidad humana. Entonces, cuando se reconoce que todas las personas tienen derecho a la sexualidad y la reproducción se debe de entender que estos son vulnerables. Por ejemplo, el derecho reproductivo es elegir si se quiere o no ser mamá o papá, cuántos hijos se quiere tener, el espaciamiento, entre ellos; hay personas que finalmente deciden no tener hijos, y por esa decisión basada en su libre derecho reproductivo se puede ser víctima de discriminación y blanco de señalamientos. También cabe la posibilidad, desafortunadamente, de que se trasgreda, por ejemplo, la parte más sexual. Uno de los derechos sexuales es el derecho a ejercer y disfrutar plenamente la sexualidad, a estar libre de cualquier tipo de violencia en el ejercicio de la vida sexual. Allí existen muchas vulnerabilidades, tal como lo afirmó la psicóloga, incluso, se ha aprobado históricamente el tema del acoso sexual callejero. Sin embargo, hay leyes específicas que sancionan este tipo de conductas tanto de hostigamiento o acoso sexual, como de abuso sexual y violación. En el caso de una agresión o abuso de tipo sexual, lo primero que se debe hacer es entablar una denuncia formal; los lugares designados por la Fiscalía General de la Nación para atender y dar seguimiento a estas situaciones son las Salas de Recepción de Denuncia, Grupos de Acción Unificada para la Libertad Personal – GAULA (en caso de secuestro y extorsión), estaciones de la Policía Nacional: DIJIN y SIJIN, Comisarías de Familia (en casos de violencia intrafamiliar), Centros de Atención Penal Integral a Víctimas – CAPIV, en las ciudades en donde exista este modelo de atención, o de forma escrita en las Oficinas de Asignaciones de la Fiscalía a nivel nacional. Otro lugar seguro al cual pueden acudir aquellas personas que hayan experimentado cualquier tipo de abuso sexual son los hospitales, en ese momento se activan unos protocolos rigurosos con el fin de prevenir embarazos no deseados, enfermedades o infecciones de transmisión sexual; todo un paquete preventivo indispensable luego de ser expuesta, una mujer o un hombre, a este tipo de situaciones. Hay un aspecto de la reproducción que sintetiza muy bien todo esto de los derechos sexuales y reproductivos y es la autonomía, es la libre decisión que toma cada persona referente a si hace o no uso de sus capacidades reproductivas. Esto también se garantiza desde la Corte Suprema de Justicia con el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, ley vigente en Colombia mediante la sentencia 355 de 2006, y se valida por tres causales: cuando existe peligro para la salud física o mental de la mujer, cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida extrauterina y en caso de acceso carnal violento, transferencia de óvulo fecundado o inseminación artificial no consentida. Para concluir, la profesora Jiménez expresó una breve reflexión sobre la importancia de conocer y entender los derechos sexuales y reproductivos, ya que tienen que ver con la toma de decisiones sobre el cuerpo y esto ayuda a construir ciudadanía. Interiorizar que «yo soy una persona que tiene derechos, que los ejerce, que están amparados por un marco de libertad y de dignidad» es fundamental como miembros de la sociedad, dado que genera condiciones para vivir en equidad, igualdad y paz. Seguidamente, se dio inicio a la intervención de la Dra. Marilena Márquez, la cual estuvo enfocada hacia la parte de la salud. Dando continuidad a la charla con el último tema abordado por la profesora Jiménez sobre autonomía, se comenzó dialogando sobre las posibilidades para la esterilización definitiva cuando un hombre o una mujer ya han decidido de manera terminante no tener hijos. La doctora explicó que estas son dudas muy frecuentes que reflejan los jóvenes y adultos desde hace unos pocos años, sin embargo, la tendencia que se está dando es precisamente esa, la de decidir no tener hijos. Esto puede encajar en una característica generacional de los Millennials y de las generaciones posteriores a ellos, debido a las condiciones de vida actuales y conceptos nuevos como la calidad de vida, entre otros posibles causales. Lo relevante es que todos tienen derecho a que se les brinde una atención integral en salud, que se debe hacer de una forma segura y para eso se debe tener conocimiento de las rutas de acceso a estos procedimientos médicos.