DE CUALQUIER MODO En el amor no se gana, cariño, tibieza de los días que arden como papeles inservibles. Es tan fácil entenderlo; como para el niño enfermar y para el limosnero extender la mano. Volverá el verano a espantar la vida; volverá un nido de golondrinas a engalanar el oscuro alero. Y otra galaxia –dos amantes en dócil sumisión en su centro– habrá explotado. Estaremos tú y yo sonrientes viendo la misma estrella; pero tan cerca de la Nada. Y en cada beso habrá el mismo polvo de los ancianos; y en cada suspiro se anticipará, hechicera, esa temida guadaña como la luz más perfecta. En el amor no hay victorias. Volveremos a pasear al borde del abismo, locos como colegiales, y correremos de la vida huyendo como cometas. Pero se abrirá de nuevo una boca al centro de las palabras y las devorará. Y otra vez mis manos entrarán a tu corazón como a una masa familiar y saldrán manchadas de sangre. Y volveremos a tocar la puerta y no habrá nadie.
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