3.1.3 Entretejer las historias Las historias son un barco para navegar por los recuerdos, y al estar inmersa en medio de ellas durante varios meses, (o años si tengo en cuenta de que este proyecto surgió mucho antes de que yo tomara consciencia de el) no pude evitar navegar en mis propios recuerdos, que se mezclan con los de mis abuelos y reflejan un anhelo de volver al pueblo, una nostalgia por el compartir y una tranquilidad que solo se alcanza al estar en el “hogar”. No hay una forma ordenada de narrar los recuerdos, porque estos responden al más puro deseo de contarlos de acuerdo a la emoción que queramos evocar. Por esta razón, durante el proceso fui anotando en pequeñas orillas de mi diario, frases de los testimonios, frases propias que surgían durante o después de las conversaciones y frases que oía resonar en medio de los paseos fotográficos. No había, como dije, una forma de ordenarlas y sin embargo yo me atreví a irlas cantando en medio de mis rutinas diarias. Cantar, era mi forma de acceder a ellos y darles una cadencia que era coherente con la emoción que despertaban. Fue en medio de esos cantos, que decidí que una parte de la instalación debía ser un reflejo del acto de hilar y entretejer que ocurre al contar una historia y por ello comencé a transcribir mis cantos (Fig. 40) y a convertirlos en una composición lírica titulada “Yo, decidí quedarme”.
Figura 40 Imagen extraída de mi diario con frases que fueron insumo para la construcción lírica “Yo decidí quedarme”. Fuente: Elaboración propia.