Colección Medellín entre líneas La colección Medellín entre líneas busca dar la palabra y exaltar el testimonio de tantos creadores de visiones y ficciones que nos muestran una Medellín invisible para la cartografía convencional. Una oportunidad para adentrarnos en novelas, cuentos, poemas, reportajes, investigaciones, crónicas y ensayos que tienen como motivo, disculpa y epicentro, este conglomerado de edificios y calles y personas que reconocemos como nuestra ciudad. Una buena ocasión para encontrar en las palabras muchas maneras de vivir mejor. Con este nuevo título, seguimos construyendo un cenáculo de autores de diversas generaciones, reunidos a través del tiempo por la magia del libro y la palabra. Porque las palabras funcionan.
Un puente entre tiempos
Biblioteca Pública Piloto: un puente entre tiempos / Biblioteca Pública Piloto. Edición numerada. Medellín : Alcaldía, 2018. 140 p. ISBN: 9789585463097 1. Bibliotecas - Antioquia 2. Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina – Historia. 3. Bibliotecas Públicas - Historia SCDD 027.48612
BIBLIOTECA PÚBLICA PILOTO DE MEDELLÍN UN PUENTE ENTRE TIEMPOS
© Alcaldía de Medellín, 2018 ISBN 978-958-5463-09-7 Primera edición, septiembre de 2018 Medellín, Colombia
Administración Municipal Alcalde de Medellín Federico Gutiérrez Zuluaga Secretaria de Cultura Ciudadana Lina Botero Villa Directora Biblioteca Pública Piloto Shirley Milena Zuluaga Cosme Subdirector de Contenidos y Patrimonio Carlos Arturto Montoya Correa Subdirectora Administrativa y Financiera Claudia Rodríguez Vélez
Integrantes consejo directivo a enero de 2018 Secretaria de las Mujeres Valeria Molina Gómez Gerente de Terminales de Transporte de Medellín S. A. Ovidio Antonio Buitrago Sierra Secretario de Educación Municipal Luis Guillermo Patiño Aristizábal Secretario de la Juventud Alejandro De Bedout Arango Rector Universidad Eafit Juan Luis Mejía Arango Presidente Comité Interinstitucional, Plan Municipal de Lectura Juan Pablo Hernández Carvajal
Coordinación editorial Esteban Duperly Posada Comité editorial Shirley Milena Zuluaga Cosme María Victoria Suárez Gutiérrez Carlos Uribe Uribe María Alejandra Mercado Calvachi Valentina Bustamante Cruz
Subdirectora de Planeación Ana María Hernández Quiros
Edición y diseño Tragaluz Editores
Secretario general Fabián Guarín Osorio
Impresión Marquillas SA
Archivos fotográficos Biblioteca Pública Piloto de Medellín Archivo Jairo Osorio
Gracias a Jorge Pérez Zabala por la expedición botánica alrededor de la biblioteca.
Convenciones para fotografías y documentos Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto: AF-BPP Archivo Institucional Biblioteca Pública Piloto: AI-BPP Sala Antioquia Biblioteca Pública Piloto: SA-BPP
La investigación titulada “Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina-60 años. Una biblioteca con ciudad”, de la investigadora Constanza Toro, fue fuente fundamental de consulta y suministro de datos para los autores que participaron en esta publicación y para la cronología.
Autores Alfonso Buitrago Álvaro Velarca Esteban Duperly Óscar Domínguez Lucía Donadío Claudia Ivonne Giraldo Carlos Mario González Luis Fernando González Federico Gutiérrez Pilar Gutiérrez Juan Diego Mejía Juan Luis Mejía María Alejandra Mercado Jairo Morales Mónica Palacios Ana Cristina Restrepo Elkin Restrepo Juan Carlos Restrepo María Cristina Restrepo Andrés Roldán Manuela Saldarriaga Juan Carlos Sánchez Reinaldo Spitaletta Carlos Uribe Gabriel Mario Vélez Juan Miguel Villegas Gustavo Vives Shirley Zuluaga
Distribución gratuita Esta es una publicación oficial del Municipio de Medellín. Se realiza en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley 1474 de 2011 (Estatuto Anticorrupción), que dispone la prohibición de la divulgación de programas y políticas oficiales para la promoción de los servidores públicos, partidos políticos o candidatos. Queda prohibida la reproducción total o fragmentaria de su contenido sin autorización escrita de la Secretaría General del Municipio de Medellín. Así mismo, está prohibida la utilización de características de la publicación que puedan crear confusión. El Municipio de Medellín dispone de marcas registradas, algunas citadas en la presente publicación con la debida autorización y protección legal. Derechos reservados de los autores para textos e imágenes, 2018. Hecho el depósito legal. Edición numerada del 001 al 500.
Servicios bibliotecarios en la dĂŠcada del 70. AI-BPP.
Pág. La Biblioteca Pública Piloto, centro y corazón cultural de Medellín
8
Un puente entre tiempos y entre ciudadanos
9
Línea de tiempo BPP
11
Qué significa ser una biblioteca piloto
17
La piloto que no fue
23
Una Piloto de vidas pasadas
24
La Piloto, en las mangas de Otrabanda
27
Las formas de una biblioteca
32
39
Viajes a lomo de libro
41
Libros cuesta arriba
46
Cronología de los talleres de escritura de la BPP
51
Y allí empezó todo
53
Miguel Escobar Calle
54 Luz Posada de Greiff 55
Manuel Mejía Vallejo
57
Gloria Inés Palomino
PÁGINAS
CONTENIDO
Pág.
140
Aquella visita a La Piloto
58
El sillón del forastero
64
La biblioteca de los niños
67
El piloto que abrió nuevos rumbos
72
Pluralismo, educación pública y libertad, valga decir, La Piloto
77
Mis amores con la Piloto
81
Una colección de arte en una biblioteca
85
Tres vestigios del arte en Antioquia con pintura, cal y barro
91
Una sala para leer a Antioquia
97
103 Joyas de la Sala Antioquia 113
La Torre de La Memoria y su atlas de instantáneas
118
Las musas sin jaula
124 Recuerdos de años felices 130 Reconocimientos a la BPP 133 Una biblioteca para crear 136 Volver a casa 138 Agradecimientos
Federico Gutiérrez Zuluaga Alcalde de Medellín
La Biblioteca Pública Piloto, centro y corazón cultural de Medellín os lugares que propician el encuentro
difusión y apropiación son la fuerza vital para
ciudadano, especialmente en torno al
la educación. La Piloto ha sabido desde siempre
conocimiento, han sido fundamentales
rescatar la memoria colectiva de nuestra socie-
en el desarrollo de Medellín. El diálogo, el trabajo
dad y organizar los medios para que se amplíe
comunitario y la articulación entre los distintos
nuestra historia oral. Es un orgullo para la ciu-
sectores de la sociedad permitieron que nuestra
dad ver cómo ha crecido y cambiado esta ins-
transformación se convirtiera en un referente glo-
titución que durante tanto tiempo ha llevado
bal de innovación social y crecimiento inclusivo.
con orgullo la bandera de la pluralidad, la cul-
Un puente entre tiempos
En este camino de construcción de ciudad a
8
tura y el conocimiento.
partir de la palabra (oral y escrita), la Biblioteca
La Biblioteca Pública Piloto de Medellín para
Pública Piloto ha sido una gran aliada. Más de
América Latina es un espacio para el saber y para
6 décadas palpitando con nuestros niños, jóve-
la experiencia, para la acción y la constante ins-
nes y adultos en un espacio para leer, hablar y
piración de las nuevas generaciones; en fin, es
escribir. Hace varias décadas, la Unesco vio en
un universo abierto. Y ahora, además, con más
Medellín la posibilidad de construir un futuro
fuerza y con más ganas, es el polo de encuen-
próspero con la ayuda de la cultura. Nos dieron
tro para que nuestra Medellín siga resurgiendo
su apoyo y los ciudadanos hemos agradecido
y escribiendo su historia. Que estos sean los pri-
esa decisión cada que vamos a La Piloto a hacer
meros 60 de muchos años de este emblema de
las tareas, oír una charla o prestar un libro…
ciudad, que allí permanezca nuestra memoria,
Las bibliotecas son centros de conocimiento y aprendizaje. Los libros, su discusión, su
que incentive el conocimiento y que se extienda dentro y fuera de nuestras montañas.
Shirley Milena Zuluaga Cosme Directora Biblioteca Pública Piloto de Medellín
Un puente entre tiempos y entre ciudadanos ay cientos de formas para describir
la decisión, escogí estar en una biblioteca don-
el sector cultural, pero me aventuro
de, desde hace más de dos años, me siento feliz
a elegir una desde la luz, porque esa
y con la responsabilidad de conservarla como el
puede ser la metáfora más cercana a lo que este
epicentro cultural que ha sido por décadas. Las
significa para una sociedad y los ciudadanos.
bibliotecas son lugares donde caben los niños y
Supongamos que se trata de frecuencias. Algo
los viejos, los jóvenes y los adultos, las familias
así como el espectro de la luz, que va desde el
y los amigos. En esa riqueza de los encuentros,
infrarrojo hasta el ultravioleta. Ahí, de manera
cada acción tiene impacto y las historias se es-
sucesiva, vamos a distribuir todas las manifesta-
criben a diario.
ciones y los escenarios culturales hasta llegar al
Pero, ¿eso mismo no sucede también, di-
límite superior, donde yo, luego de haber reco-
gamos, en un concierto o en un teatro? Claro;
rrido por años ese espectro, pongo a las biblio-
sin embargo, en una biblioteca pasa algo más.
tecas, pues por ellas pasan y caben todos.
El ejercicio es de largo aliento. Hay investiga-
Las ubico allí porque, según mis experiencias,
ción y curiosidad. Hay búsqueda de contexto.
son lugares en donde se logran transformacio-
Hay intercambio de saberes. Para seguir con el
nes íntimas y colectivas por medio de pregun-
ejemplo de los conciertos, en ellos hay aprecia-
tas, lecturas, encuentros y palabras que están
ción estética y disfrute, y en las bibliotecas hay
contenidas en libros, conversaciones, charlas,
preguntas –y, con suerte, respuestas– sobre los
talleres, tertulias y exposiciones. Todo lo que su-
autores de la música, sobre la historia de la mú-
cede en una biblioteca contribuye a la transfor-
sica; sobre lo que hay detrás. En suma, se tras-
mación humana. Por eso, cuando me enfrenté a
ciende, se transita hacia una concepción amplia
9
y generosa de aquello que nos interesa. La bi-
información, el bibliotecólogo o el bibliotecario
blioteca permite aventurarse a lo insondable.
es un asesor experto. Todo eso sin entrar siquie-
Las bibliotecas son el escenario natural de la
Un puente entre tiempos
búsqueda. Pero volvamos a las preguntas críti-
10
ra en la discusión de los formatos, porque las necesidades actuales no involucran solo libros.
cas: ¿eso no pasa, también, en internet? Des-
Una biblioteca como la BPP está llamada a
de luego. Ahí está el reto: devolverle a las bi-
ser el lugar más público entre lo público. Nues-
bliotecas su lugar estructurante en la sociedad.
tro plan estratégico a 2024 nos pone la respon-
Durante siglos fueron el sitio de reunión para
sabilidad de ser la institución social de Medellín
encontrarse y discutir. Eso que hoy llamamos
para América Latina. Nos guía a ser “un puente
tertulias, conferencias, conversatorios, y que
entre tiempos” y a consolidarnos como centro
tenemos que convocar con tanto esfuerzo, por
de discusiones e ideas. Nos invita a ser custo-
años sucedieron de manera natural en las bi-
dios y activadores de la memoria y del patrimo-
bliotecas. Nadie tenía que citar. Por lo menos en
nio de Medellín y Antioquia. A inspirar y pro-
nuestro caso, “nos encontramos en La Piloto”
mover aprendizajes y creación. Y, por último, a
fue una frase que se acuñó sola. Eso no pasa en
construir junto a otros modelos de contenidos
Google; ahí el ejercicio tiende a ser individual,
y proyectos que promuevan la incidencia social
mientras que lo colectivo, lo social, ocurre en
y cultural. Las transformaciones políticas, cívi-
una biblioteca. Y sabemos de sobra que cuando
cas, ambientales, es decir, las transformaciones
la gente se encuentra suceden cosas.
culturales, deben pasar por acá. Y acá deben
Lo anterior es importante porque rebasa
venir quienes las motivan, quienes las ponen en
la concepción de la biblioteca como un edifi-
discusión o quienes las hacen. Nosotros comen-
cio para prestar libros. Que también lo es. De
zamos una transformación que cobija todos
hecho, es la piedra angular del servicio. En ese
los ámbitos de la BPP. Por eso, la invitación es
sentido, quienes trabajamos en ellas nos enfren-
a encontrarnos de nuevo en La Piloto, ágora de
tamos a un panorama de curaduría. Hoy la pro-
Medellín y casa por naturaleza de creadores, es-
ducción de conocimiento es tan rápida y viene
critores, lectores, artistas, fotógrafos, académi-
de tantas fuentes que alguien tiene que separar
cos, historiadores, conversadores y ciudadanos
el trigo de la paja. En el grueso universo de la
de Medellín.
Línea de tiempo BPP NÚMERO
01
TÍTULO
AUTORA basada en la Cronología investigación Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina-60 años. Una biblioteca con ciudad de la historiadora Constanza Toro Botero.
1951
1950
La V Conferencia General de la UNESCO impulsa el desarrollo de bibliotecas públicas en América Latina.
Durante la Asamblea de Bibliotecarios de las Américas, realizada en Sao Pablo, la UNESCO expone los resultados obtenidos en India con el primero proyecto de bibliotecas piloto. En la VI Conferencia General de la UNESCO se decide un proyecto de biblioteca piloto para América Latina.
50 1954
1952
La resolución 4432, emitida en la VII Conferencia General de la Unesco, sienta las bases para la creación de un programa de biblioteca pública modelo en Colombia. 10 de noviembre. París. Se crea la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.
1953
En abril se establece la primera Junta Directiva de la BPP.
En enero se posesiona el primer director de la BPP, Julio César Arroyave, en ese entonces secretario de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín. El 24 octubre, en el Palacio de Bellas Artes, sobre la Avenida la Playa, comienza a prestar servicio la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Ofrece un catalogo de 10.000 materiales entre libros, mapas, folletos, revistas, diapositivas, discos y películas. 25 de octubre, 8 a.m. Llega Lucio Calle, primer lector registrado de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. En diciembre se abre la primera filial BPP, en el barrio Villa Guadalupe.
50
1956
En enero se presentan para aprobación de la Unesco los planos de un edificio destinado a ser la sede principal de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.
1955
La BPP comienza a fomentar actividades culturales como conciertos, conferencias, exposiciones, tertulias, proyecciones cinematográficas, clubes de lectura y concursos literarios. Se crea la sala infantil. En julio comienza a rodar el Bibliobús, la unidad motorizada de los servicios de extensión. En octubre se crean las Cajas Viajeras, que llevan libros a municipios cercanos a Medellín.
En octubre, una niña llamada Teresita Gómez ofrece un concierto de piano en la BPP.
1957
En septiembre comienza la construcción del edificio de la sede principal en Otrabanda.
1958
Se crean cuatro filiales BPP con el auspicio del Plan de Bibliotecas Escolares de la Secretaría de Educación Municipal. De estas, la más duradera sería la de San Antonio de Prado.
1959
Se retira de la dirección Julio César Arroyave. El 1 de diciembre de ese año asume la dirección Rafael López Ruiz.
1960
60
La BPP comienza a asesorar la creación de proyectos bibliotecarios en Antioquia y otros departamentos. Abre nuevas filiales en la ciudad, algunas son de duración efímera.
1961 En junio se ocupa, aún en obra negra, el edificio de la sede principal, situado al frente de la autopista y de la calle Colombia. Después del traslado al nuevo edificio, el 2 de octubre se reinicia el servicio al público.
1962
Se crea la filial San Javier La Loma.
1963
La BPP realiza la XII Conferencia General de Bibliotecarios de América Latina.
1967
Se reciben para salvaguarda varios fondos patrimoniales del Archivo Histórico de Antioquia.
1968
La BPP experimenta dificultades económicas que merman de manera considerable los servicios bibliotecarios y obligan al cierre de varias filiales.
70 1976 1974
En febrero asume la dirección, Darío Alberto Restrepo Gallego. Luego de más de una década, finalmente se terminan las obras del edificio principal. El 12 de junio se reinaugura con la presencia de Fernando Botero y una exposición retrospectiva de su trabajo en la recién creada Sala de Arte. Durante la década de los años 70 exponen en la BPP los artistas más reconocidos del arte contemporáneo.
1975
Se crean talleres experimentales de grabado, danzas, teatro y apreciación musical, y un laboratorio de idiomas. En agosto se inaugura el auditorio, posteriormente llamado Manuel Mejía Vallejo. La entonces directora de comunicaciones, Gloria Inés Palomino, crea “Señales de humo”, un boletín informativo con las actividades académicas y culturales.
A partir de esta fecha, y por varios años, la BPP acoge las proyecciones de la cinemateca El Subterráneo.
1977
Asume la dirección, Alejandro González. En marzo, Fernando Botero dona el óleo “Pedro”. A partir de entonces la sala infantil recibe el nombre “Pedrito Botero”. Se crea la filial Carlos Castro Saavedra “Tren de papel”, en el barrio Florencia.
1978
Se crea el Taller de Escritores, con el acompañamiento de Alejandro González, director de la Biblioteca. Se crea el Fondo Editorial. Visita de Jorge Luis Borges.
1979
Asume la dirección, Juan Luis Mejía Arango.
80 90 1995
1983
Asume la dirección, Gloria Inés Palomino.
1980
El 16 de noviembre se inaugura el mural La inteligencia antioqueña de Pedro Nel Gómez. En abril, la Sala de Arte acoge por primera vez el Salón Nacional de Artes Visuales.
1981
El 4 de agosto se inaugura el mural Tierra, agua, aire y fuego del ceramista Pablo Jaramillo.
1982
Se adquiere el archivo del fotógrafo Benjamín de la Calle y se entrega en comodato a la Fundación FAES.
Se reactivan las Cajas Viajeras, esta vez llamadas Servicio Móvil de Lectura, en conjunto con la Fundación Ratón de Biblioteca.
1984
Se crean los talleres de escritura para niños y jóvenes.
1985
Se crea la Sala Antioquia. Comienza el taller de poesía, dirigido por Jaime Jaramillo.
1986
Comienza a operar la filial Juan Zuleta Ferrer en Campo Valdés.
1990
Se crea el Taller de Escritura para mayores de 60 años, llamado Amigos de las Letras.
1991
La BPP crea la Videoteca de Antioquia para reunir material audiovisual de la región.
1992
La BPP crea el Centro de Información Literaria de América Latina (CILAL), que desaparece en 1999.
1994
Los fondos patrimoniales que acogía la BPP desde 1967 regresan al Archivo Histórico de Antioquia.
Se crea oficialmente el Archivo Fotográfico BPP con la compra del archivo de la Fotografía Rodríguez y el regreso del archivo de Benjamín de la Calle.
1996
Se crea la publicación periódica “Escritos desde la Sala”, para divulgar colecciones patrimoniales.
1997
Se abre una filial en el barrio El Raizal, con énfasis en público infantil. Se crea la sección de Archivos Personales para la salvaguarda de los archivos de personajes destacados de Antioquia.
1998
El material fotográfico de la Fundación FAES se salvaguarda en calidad de comodato en el Archivo fotográfico.
2000
Se crean las cátedras que nutren la agenda académica, realizadas en asocio con varias universidades.
2002
Comienza a operar la consulta en línea de documentos patrimoniales.
2004
Se crea el ciclo de conferencias y seminarios Aula Abierta.
2005
Se crea el Concurso de cuento Pedrito Botero.
2006
Entra en funcionamiento la Torre de la Memoria, un edificio diseñado y construido para guardar las colecciones patrimoniales.
2007
La BPP comienza a operar el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín.
2012
El Archivo Fotográfico adquiere la condición de “Registro de memoria del mundo para América Latina y el Caribe” que otorga la UNESCO. La BPP es declarada Bien de Interés Cultural.
2015
Comienzan los trabajos de repotenciación y modernización del edificio de la sede central.
2016
Asume la dirección Shirley Zuluaga. Las colecciones y servicios de la Bpp iniciaron su recorrido por todo Medellín.
2017
Se formula un nuevo plan estratégico 2018-2024 adaptado a las necesidades contemporáneas.
00
La BPP se convierte en aliado y operador de Eventos del Libro y se crea el Salón La Piloto. El Centro de Documentación de Planeación Municipal llega a la Torre de la Memoria. La BPP establece un convenio marco de cooperación con el Fondo de Cultura Económica de México. La BPP se convierte en miembro de la IFLA. Se crea la cátedra Archivos, bibliotecas y ciudad.
2018
Se crean seis becas para uso creativo del patrimonio dentro de la Convocatoria de Estímulos para el Arte y la Cultura de la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín. La BPP gana convocatorias con los proyectos “Acceso al archivo sonoro” e “Inventario de patrimonio fotográfico mueble de Medellín”.
TÍTULO
Qué significa ser una biblioteca piloto
a designación real es Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América LatiNÚMERO
02
na, y seguro por eso, a lo largo de los años, los usuarios han preferido llamarla con términos que les resultan más fáciles, o más cor-
PÁGINAS
AUTOR
tos, o más cercanos. La Piloto es el más común y
07
Esteban Duperly
funciona como una suerte de “apócope cariñoso” y espontáneo. ¿Hay alguna razón para que
La gente le dice La Piloto. O también la be pe pe, la expresión fonética de la sigla del extenso Biblioteca Pública Piloto. ¿Cuál es
el nombre oficial sea tan extenso? Y en especial, ¿por qué Piloto?, ¿por qué América Latina? Todas esas preguntas tienen respuestas y están relacionadas con el origen de la Biblioteca, su creación y su vocación. La historia comenzó en 1952 en París y la documenta muy bien la historiadora Constanza Toro en un texto de 2015, escrito con motivo
la historia detrás de este
de los 60 años de la BPP. Allí cuenta que el 10
nombre largo y formal?
lombia y el director general de la Organización
de noviembre de ese año el Gobierno de Co-
“Nos encontramos en La Piloto”, fue una frase que acuñaron de manera espontánea usuarios y lectores. AI-BPP
17
de las Naciones Unidas para la Educación, la
campaña diplomática y política ante la Unesco
Ciencia y la Cultura (Unesco) firmaron un acuer-
para ganarles la puja a otros países opcionados
do*. Ese fue el momento exacto en el que na-
como Guatemala, Cuba, Chile, Costa Rica y Bra-
ció la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para
sil, y al final se quedó con el proyecto.
Un puente entre tiempos
América Latina.
18
Naciones Unidas envió, entonces, a un ob-
Se trataba del segundo esfuerzo de la Unes-
servador argentino para que analizara el país
co para crear bibliotecas en países en desarro-
por unos meses y, al final, emitiera un concepto
llo. Unos años antes, la ONU había planteado
sobre qué ciudad debía acoger a la Biblioteca.
que un sistema de bibliotecas públicas gratui-
En un principio punteó Manizales, pero la So-
tas era una buena herramienta para luchar con-
ciedad de Mejoras Públicas de Medellín consi-
tra el analfabetismo y masificar la educación en
guió que el asesor externo cambiara de opinión
el mundo. La idea podía funcionar muy bien en
con un argumento cierto y potente: Medellín
casi toda Europa y en Estados Unidos, pero paí-
era un centro industrial y tenía una población
ses menos ricos y desarrollados planteaban re-
obrera bastante nutrida. Las características que
tos muy complejos. De ahí que surgiera la nece-
buscaba la Unesco apuntaban precisamente a
sidad de crear modelos diferentes para estados
ese espectro social, con todo lo que una clase
diferentes. El objetivo era este: si un modelo bi-
proletaria en aumento significaba: trabajadores,
bliotecario lograba ponerse en funcionamiento
niños y amas de casa con grandes necesidades
y operar en un país con limitaciones de recur-
de educación y esparcimiento.
sos e infraestructura, luego podría replicarse en
En 1952 Medellín representaba, en cierto
territorios con características similares. A estos
sentido, la ciudad próspera latinoamericana,
proyectos la Unesco los denominó bibliotecas
con todas su carencias e insuficiencias, pero
piloto.
también con más de 400 industrias, 14 libre-
La primera de todas se inauguró en Nueva
rías y una fuerte voluntad de desarrollo. Así
Delhi, India, en 1951. El modelo funcionó tan
fue como el proyecto piloto se le adjudicó a
bien que permitió establecer las bases para crear
la ciudad.
una réplica en el hemisferio occidental, concre-
El acuerdo planteaba que la Biblioteca Públi-
tamente en América Latina. Colombia inició una
ca Piloto de Medellín para América Latina debía
* En la investigación Constanza Toro dice: “documento firmado por José Manuel Mora Vásquez, delegado permanente del país ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
en representación del Gobierno de Colombia y por el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; Jaime Torres Bodet en representación de esta institución”.
19
Reuniรณn de trabajo de directivas de la BPP en la primera sede del Palacio de Bellas Artes. AI-BPP.
1.
funcionar bajo la dirección de una junta directiva compuesta por representantes del Gobierno nacional y del departamental, de la Sociedad de Mejoras Públicas, así como dos miembros designados por la Unesco. Durante cinco años, entre 1952 y 1957, la Biblioteca estaría apadrinada, pero luego ella misma debía asumir toda la operación. La Unesco enviaría un asesor técnico externo durante 15 meses y el Gobierno nacional nombraría un director general, quien viajaría becado a otros países para aprender sobre el funcionamiento de las bibliotecas modernas. Luego regresaría a la ciudad para trabajar durante un tiempo en compañía del asesor. Julio César Arroyave, secretario de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, fue designado director en enero de 1954; en efecto, estuvo en Estados Unidos durante seis meses de ese año, cuando la Biblioteca se inauguró.
Un puente entre tiempos
Aunque ya había comenzado a operar a puerta
20
cerrada desde marzo, mientras se clasificaban
Latina’, que llevaba el escudo de la Unesco
10.000 títulos iniciales y se entrenaba al perso-
en neón azul, ‘Biblioteca Pública Piloto’ en
nal. Escribe Constanza Toro:
neón blanco y ‘de Medellín para América
“En el edificio de Bellas Artes, en la ave-
Latina’ en neón oro, mientras era remode-
nida La Playa con Córdoba (calle 52 con
lada una gran casona al frente que ocupó
carrera 42), se instaló un aviso luminoso
la sede de la Biblioteca por un quinque-
de una sola cara, con la leyenda ‘Bibliote-
nio, mientras se construía el cómodo edi-
ca Pública Piloto de Medellín para América
ficio que sirve de sede definitiva”.
2.
Los proyectos piloto de la Unesco terminaron
¿Y para el caso de América Latina? Pues la
por diluirse y perdieron fuerza. Aunque en 1958
Biblioteca Pública Piloto de Medellín ha conti-
se inauguró una tercera biblioteca, esta vez en
nuado operando sin interrupción desde 1954,
África, al parecer una vez terminado el período
que no es poco tiempo. Sin duda, es el ejemplo
de apadrinamiento y supervisión, las institucio-
más próspero y exitoso de aquellos tres principa-
nes quedaron abandonadas a su suerte. A la fe-
les proyectos bibliotecarios de la década del 50.
cha ni Nueva Delhi ni Enugu (en Nigeria) tienen
La Unesco los creó para que fueran replica-
la relevancia para la que fueron creadas.
dos en otros territorios. De manera que cabe
1.
2.
El letrero en neón blanco, oro y azul sobre la fechada de Bellas Artes. Gabriel Carvajal. Ca 1954. AF-BPP.
Vista del terreno donde se construiría el edificio para la sede principal para la BPP a principios de la década de 1960. AI-BPP.
21
preguntarse qué tanto cumplió Medellín. Solo
así como la de Sincelejo y la Universitaria de Car-
para nombrar algunos casos: en 1958, el depar-
tagena. Barranquilla, Montería, Bucaramanga y
tamento de Antioquia creó una red de biblio-
Pereira también han recibido asistencia técnica.
tecas rurales que estuvo asesorada por la BPP.
Y a lo largo de los años, muchísimos biblioteca-
Ha prestado asistencia técnica a Bello, Marinilla
rios latinoamericanos han visitado la Biblioteca
y Sonsón. Ha acompañado el montaje de bi-
Pública Piloto de Medellín para América Latina
bliotecas en cárceles y colegios. El Ministerio de
con el fin de conocer el modelo de operación y
Educación Nacional le encomendó la tarea de
llevar todos esos aprendizajes a sus países.
asesorar al departamento de Caldas. La Biblio-
bre largo, complejo y formal? Juzgue el lector.
Un puente entre tiempos
teca Pública de Santa Marta recibió su asesoría,
¿Le hace, entonces, justicia La Piloto a su nom-
El libro más antiguo es Las siete partidas de Alfonso X, un cuerpo normativo redactado en la Corona de Castilla en el siglo XIII.
22
La población infantil era uno de los segmentos a los que, desde sus inicios, le apuntó el proyecto piloto de la Unesco. AI-BPP.
NÚMERO
AUTOR
02-1
Esteban Duperly
TÍTULO
La piloto que no fue La Biblioteca Central Estatal de Enugu, Nigeria, fue el primer proyecto de la Unesco en África, y el tercero en el mundo. Esta ha sido su suerte. i bien un informe de la Unesco publica-
terminales de buses ruidosos que dificultan aún
do en 1961 dice que para la fecha el Go-
más las condiciones de lectura y estudio.
bierno de Nigeria estaba tan satisfecho
Esa, que en su momento fue la primera bi-
con el funcionamiento de la Biblioteca Central
blioteca pública de África y la mejor dotada de
Estatal de Enugu que había aprobado un plan
Nigeria, ya no es ni la sombra, y del impulso
de desarrollo bibliotecario en el norte del país
que le dio la Unesco hace 59 años apenas que-
(con una inversión de 500.000 libras), al día de
dan el recuerdo y unos ingratos reportajes es-
hoy la situación real de esa biblioteca dista mu-
critos en internet.
cho de aquel espíritu. El piloto africano es un proyecto fallido. En la actualidad es un edificio viejo, con mesas y sillas viejas y gastadas. Las colecciones bibliográficas no se han actualizado desde la década del 80 y para leer o consultar los usuarios a menudo deben llevar sus propios materiales. Tiene, además, problemas de circulación de aire, de agua y, no pocas veces, de electricidad. Como si fuera poco, está rezagada en tecnología y los 23
alrededores se convirtieron en parqueaderos y Foto tomada de Google Maps. Última consulta, marzo de 2018.
NÚMERO
AUTOR
02-2
Juan Miguel Villegas
TÍTULO
Una Piloto de vidas pasadas En Nueva Delhi, India, se mantiene en pie, y casi intacta, la segunda biblioteca pública piloto del planeta.
n la Biblioteca Pública de Delhi hay un
Está ubicada al frente de la estación de tre-
macaco que, si te alcanza, te puede
nes más vieja de la ciudad, en la que las locomo-
arrebatar las gafas, partirlas en dos
toras no paran de sonar las 24 horas. Y se con-
mitades y arrojarlas de vuelta. Así nos lo advir-
serva, por cierto, casi en el mismo estado en que
tió Sudha, la directora, mientras dábamos un
quedó cuando fue inaugurada, en aquel lejano
paseo por el jardín: un patio trasero con una
1951, por el primer ministro Jawaharlal Nehru.
franja de hierba bien podada, algunos árboles,
gar en los mismos cajones diminutos, llenos
Un puente entre tiempos
bancas... y un macaco.
Para encontrar un libro todavía se debe hur-
24
Los proyectos bibliotecarios de la Unesco planteaban servicios móviles. En Nueva Delhi el “bibliobus” aún continua rodando.
de cartulinas de colores, que uno usaba en La
encargados de llevar libros a los barrios más ale-
Piloto cuando era niño. Los periódicos más an-
jados y desprovistos. En la sala de periódicos,
tiguos se deshacen al abrir las cajas en las que
todos los días se leen diarios escritos en cuatro
se archivan. Y los libros del “depósito legal” se
lenguas distintas: hindi, urdu, bengalí e inglés.
apilan en estanterías enclenques en las que ya
Una pequeña sala de música le ofrece al público
no cabe una hoja más.
guitarra, violín, cítara, una pantalla plana, un
Por ningún lado parece haber el menor ras-
tocadiscos... y un gramófono. En las salas de
tro de modernización bibliotecaria. Salvo por al-
lectura y en los cubículos de estudio los lectores
gunos computadores. Y por la sala de internet,
mantienen un silencio ritual.
en la que casi ningún equipo funciona.
Si me preguntan qué pienso de La Piloto de
Pero, a pesar de todo esto, tiene dignidad.
la India, diría simplemente que es hermosa. O
No será un ejemplo de biblioteca contempo-
que creo que es una semilla. Pequeña, ordena-
ránea (en tiempos en los que las bibliotecas se
da, contenida. Una semilla que podría secarse
reinventan), pero puede decir con orgullo y pre-
en un descuido. O, si se la riega y estimula, po-
cisión que es una “bien conservada”. Tanto que
drá desdoblarse en brote, arbusto y árbol. En
uno se siente en un viaje de más de medio siglo
bosque... (¿te imaginás, macaco?), que es lo
hacia atrás en la máquina del tiempo.
que un país como la India se merece.
Es una biblioteca sorprendente. Aún man25
tienen rodando, por ejemplo, los Bibliobuses Carencias y atrasos experimenta hoy el antiguo proyecto de biblioteca piloto en la India. Pese a todo, sigue operando.
La BPP cuenta con un total de 402.438 materiales, entre libros, audiovisuales, recursos digitales y publicaciones seriadas.
TÍTULO
La Piloto, en las mangas de Otrabanda
ás allá, atravesando el río, a cuyas aguas cantó alguna vez el NÚMERO
poeta Epifanio Mejía, estaban las
03
soledades, los médanos, los cenagosos suelos de zancudos y tunas, la Otrabanda, que des-
PÁGINAS
AUTOR
de tiempos coloniales se formaba (y nombraba)
06
Reinaldo Spitaletta
desde El Guayabal hasta las inmediaciones del morro El Volador. Había quebradas y charcos, como La Iguaná, La Peña, Ana Díaz, La Hueso,
La Piloto se construyó
La Iguanacita…
al otro lado del río, en
Eran días en que esas tierras anchas con rastrojos y pantanos no eran aún de engorde.
ese entonces, un punto
Y eran comunes en la vida cotidiana nombres
lejano para los habitantes
como Aná, Anápolis, San Ciro, El Pedregal, El
de Medellín que andaban
da izquierda del Aburrá, la Otrabanda, tardaría
con libros debajo del brazo.
Salado de Correa y el llano de Belén. La banpara irse poblando hasta muy entrado el siglo XX, en un crecimiento inusitado que agregaría al paisaje chimeneas fabriles, hipódromos y
La ribera occidental del río Medellín, aún no urbanizada. Al fondo, al pie del cerro El Volador, los terrenos de Otrabanda. Andrés Ripol. Sf. AF-BPP
27
Un puente entre tiempos 28
estadios de fútbol, barrios de artesanos y clases
insinuaciones de Tomás Cipriano de Mosquera,
medias, y, cuando los años 60 aún eran jóve-
se planeaba un puente para conectar mundos
nes, una biblioteca.
tan disímiles. Las gentes atravesaban el río por
Eran puras mangas cuando se erigió el edi-
tramos vadeables mucho antes que Enrique
ficio de vitrales azules y traslúcidos que los cu-
Haeusler, carpintero y mecánico renano, cons-
riosos miraban desde los autos y buses, pocos
truyera el indispensable puente, que más tarde
por cierto, que circulaban por la autopista Sur,
se denominaría puente Colombia.
llena de jardines en sus separadores y que desde
Eran comunes las maromas, saltos, frena-
1945, a la altura del Naranjal, tenía una plaza
zos, mojadas de los que se atrevían a pasar las
de toros de estilo morisco que bifurcaba la vía.
aguas; sobre todo las muchachas, que tenían
Desde lejos se notaba el aviso con letras en re-
que alzarse las polleras y combinaciones para el
lieve: Biblioteca Pública Piloto de Medellín para
efecto. Cuando aún ningún negociante se incli-
América Latina.
naba a pensar que esa franja tuviese futuro, al
Era entonces una suerte de curiosidad en
que sí se le ocurrió comprar lotes fue al visiona-
medio de una que otra casa y abundantes
rio comerciante J. B. Londoño. Armó una finca
mangas con dormideras, mosquitos, batracios,
que después parceló para las construcciones de
grillos y uno que otro peregrino que se atre-
donde hoy está el complejo de Suramericana y
vía en las solitarias campiñas. La Biblioteca se
realizó transacciones con Sears, el Instituto de
erguía como un presagio de los días en que
Crédito Territorial (ICT) y con otros particulares.
advendrían habitantes, almacenes, edificios de
Entre tanto, La Piloto, con una apariencia de
apartamentos, colegios, bancos e hipermerca-
arca de Noé, convocaba a estudiantes y curiosos
dos. Para los años 50 ya estaba en sus inme-
de todos lados. A comienzos de los años 60, el
diaciones el gringo Sears, que cautivaba a los
ICT adquirió terrenos para levantar la urbaniza-
de la otra parte de la ciudad con sus pomposas
ción Carlos E. Restrepo. Se avizoraba más reno-
mercancías y vitrinas.
vación urbana. La ciudadela, vecina de la Biblio-
En tiempos más viejos, la Alameda (hoy ca-
teca, se convirtió en un vividero atractivo con
lle Colombia) unía a la plaza mayor o parque
valor ambiental gracias a sus frutales de níspe-
de Berrío con la Otrabanda. Desde 1847, y por
ros, naranjos, guayabos, mangos y guayacanes,
1.
2.
29 1.
2.
Las mangas de Otrabanda, reemplazadas por una de las primeras intervenciones urbanísticas de Medellín: los Jardines del Río. Gabriel Carvajal. Ca 1964. AF-BPP.
La Otrabanda, antes de ser tomada por la urbanización. Fotografía Rodríguez. Ca 1929. AF-BPP.
urapanes, palmas, pencas, y otras especies que
ya nadie podía decir que esa extensión de viejas
invitaban pájaros a granel.
mangas “quedaba muy lejos”. Los libros, los ta-
En ese barrio de murciélagos y búhos, de
lleres de literatura, las conferencias, la visita de
ardillas y gatos, estaba el kínder de Aurorita y
escritores extranjeros de alto nivel (Borges y Rulfo,
desde antes había una fábrica de salchichón.
por ejemplo) le dieron lustre intelectual al sector.
La zona se llenó de estaderos y bares, con tan-
Y hasta el nombre, que era más ancho y lar-
gos y músicas del recuerdo, y en los años 60,
go, que cubría más territorio, se estrechó y se
un edificio de avanzado diseño, el de Camacol,
quedó como referencia de los barrios Surame-
ya era una presencia emblemática en la Otra-
ricana, Carlos E. y, sobre todo, de ese fragmen-
banda, a la que después arribarían el cine El
to de tierra que La Piloto comenzó a colonizar
Subterráneo, el Museo de Arte Moderno, los
en los albores de los años 70. Otrabanda tiene
enamorados que se acurrucaban en las mangas
ecos de cantos de chicharras y de música de
de Suramericana, la escultura de Arenas Betan-
alas. Y es sinónimo de libros y lecturas, y del en-
cur. Y muchos lectores.
canto particular que consiste en no olvidar las
La Otrabanda, con La Piloto como guía y an-
palabras, que en este histórico lugar de aguas y
torcha de la cultura, abrazó festivales como Ba-
vientos siempre están presentes, activas, como
zarte, las ferias del libro, la bohemia estudiantil. Y
síntoma de civilización.
Se conservan 50 números de El Correo de Antioquia, primer diario noticioso del Departamento. Circuló entre febrero y abril de 1875. Costaba ¼ de centavo.
31
Puente de Colombia con la Autopista. Para la década de los 70, Otrabanda había perdido por completo todo su carácter bucólico. Gabriel Carvajal. 1973. AF-BPP.
TÍTULO
Las formas de una biblioteca
a sede inicial de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina NÚMERO
04
fue una casa provisional en la avenida La Playa, centro de la ciudad. Más tarde fue trasladada al Palacio de Bellas Artes, también
PÁGINAS
AUTOR
en La Playa con la carrera Córdoba, donde se
07
Luis Fernando González
habilitó un espacio para libros y mesas de lectura; este cambio estuvo precedido por una
La BPP fue el primer edificio
Un puente entre tiempos
de Medellín diseñado para
32
ser una biblioteca. Así fue
polémica fuerte, pues el proyecto de la Unesco desplazaba a la tradicional Biblioteca Santander Municipal, cuyos materiales se sacaron de allí y se anexaron a una sección de la biblioteca de la Universidad de Antioquia. El hecho detonó
construido este espacio
críticas, como bien se lee en una carta dirigida
pionero para los lectores.
se conserva en el Archivo Histórico de Medellín:
al alcalde, fechada el 22 de junio de 1954, que “Jamás había llegado a pasar por nuestras mentes el que la cultura de nuestra ciudad recibiera esta clase de golpe, ya que por el contrario nos
habíamos hecho a la idea de que la proyectada
tipología arquitectónica para tal fin. Si bien
Biblioteca Piloto vendría a ser un complemento
hay antecedentes de bibliotecas desde 1881
de la institución ya existente”.
(como la famosa Biblioteca de Zea), siempre
Mencionar este enfrentamiento de ideas es
fueron locales acondicionados o secciones
importante porque ilustra la concepción que
dentro de edificios que se disponían para al-
los dirigentes de entonces tenían sobre las bi-
macenar volúmenes o para leer. Pero jamás,
bliotecas: pensaban que no eran espacios cul-
hasta la aparición del proyecto de la Biblioteca
turales sino depósitos de libros que se podían
Pública Piloto para América Latina, se había
trasladar, como efectivamente hicieron con la
destinado un espacio específico. La BPP es la
Santander. Y es que en Medellín, hasta la déca-
primera biblioteca de Medellín en términos de
da de 1960, nunca se había desarrollado una
tipología arquitectónica.
Construcción de la BPP. Al fondo el puente monumental de la calle Colombia. AI-BPP.
33
La BPP es la primera biblioteca en Medellín en términos de tipología arquitectónica. Gabriel Carvajal. 1963. AF-BPP.
1.
2.
Esto, por supuesto, se refiere al edificio definitivo, cuya construcción se llevó a cabo en terrenos de Otrabanda, un sector que durante décadas fue sitio de poblamientos aislados con algunos núcleos de pequeña urbanización, pero Un puente entre tiempos
que para entonces había comenzado a ser llamado el “Medellín futuro”, pues allí se levantaban desarrollos urbanos muy notables y modernos, como el Estadio Atanasio Girardot, los colegios Jorge Robledo y San Ignacio, el liceo Marco Fidel Suárez, el almacén Sears y el puen-
36
te monumental de Colombia (inaugurado en 1.
2.
La sede central de la BPP, luego de demoras y algunas modificaciones, vino a inaugurarse en 1961. AI-BPP.
Maqueta del edificio para la sede central. Un auditorio, ubicado en el costado de la calle Colombia, no se construyó. AI-BPP.
1956), que actuaba como conector con la an-
características arquitectónicas finales evidencian
tigua villa, convertida en el centro de la ciudad,
que se cumplió con el objetivo pedido.
y posibilitaba el tránsito a barrios de occidente,
En lo espacial y material, el planteamiento
como el recientemente construido La Floresta,
arquitectónico del edificio era claro: un acceso
en los terrenos del antiguo hipódromo.
a nivel de la calle, fácil, que llamara la atención,
La primera piedra del edificio definitivo de
pero no fuera ostentoso. La disposición de la
la BPP se puso en un acto formal de octubre
entrada estaba cerca a los espacios infantiles y
de 1954, aunque la maqueta solo se presentó
a los lugares de préstamo. La flexibilidad en la
20 meses después y por la presión de la Unes-
distribución del espacio garantizaba, a su vez,
co a las entidades públicas comprometidas (los
la flexibilidad en el funcionamiento, dirección
gobiernos nacional, departamental y municipal)
e inspección, pero también una continuidad
para que iniciaran las obras con prontitud. No
espacial y una disposición central que se perci-
obstante la urgencia, el comienzo de la cons-
bía en la doble altura del volumen. Es notable
trucción real tardó mucho más debido a trabas
la inclusión de luz natural para la lectura, de
burocráticas y a vicisitudes. El edificio vino a in-
ahí que la fachada occidental sea más cerra-
augurarse finalmente en octubre de 1961, aun-
da, contrario a la oriental, que dispone de más
que aún sin terminar.
ventanales, que también se concibieron para
El proyecto fue desarrollado por el arquitec-
interesar y atraer. A todo esto se sumaron mo-
to colombiano Alberto Velásquez (hay certeza
biliarios con una disposición funcional y otra
de que fue el responsable de los planos). La
serie de indicaciones como la decoración y la
Junta Directiva de La Piloto colaboró ponien-
pintura. Teniendo en cuenta que la biblioteca
do a disposición del arquitecto antecedentes,
ya no se consideraba como un simple “almacén
bibliografía y “el asesoramiento de un técnico
de libros” y, por el contrario, debía ser un cen-
norteamericano”, Charles M. Mohrhardt, a la
tro social para la comunidad, para la educación
sazón director adjunto de la Biblioteca Pública
y la cultura, se construyeron espacios para ex-
de Detroit, en Michigan, quien como experto en
posiciones y talleres.
bibliotecología acompañó el diseño, como era
A la novedad tipológica y funcional que
usual en los proyectos piloto de la Unesco. Las
significó una biblioteca pública en Medellín, se
37
1.
sumó una organización formal que la emparen-
con los grandes ventanales al oriente, la suave
tó con la arquitectura de vanguardia que se de-
curvatura para adaptarse al lote, la columnata
sarrollaba entonces en la ciudad: aquella influida
que enmarca el acceso en la parte lateral sur
por los maestros de la CIAM (Congreso Interna-
(tanto al oriente como al occidente), los pilotis
cional de Arquitectura Moderna), evidenciada
o columnas redondeadas dispuestas de mane-
en su largo volumen horizontal de dos pisos,
ra ortogonal, esbeltas, todavía más en la doble
acentuada con la terraza de remate, las franjas
altura del espacio central, entre otros aspectos propios de la arquitectura del movimiento mo-
2.
derno. El edificio de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina se concibió en la década de los años 60 como un discreto pero adecuado volumen, implantado en una curva urbana donde, en aquel entonces, se levantaba el futuro arquitectónico de la ciudad. 1.
A partir de la entrada en operación, el edificio de la BPP se convirtió en un ícono de la ciudad. Gabriel Carvajal. 1963. AF-BPP. 2.
Cruce de la calle Colombia con la autopista. Detalle del plan regulador para Medellín. 1954. Archivo Histórico de Medellín.
TÍTULO
Viajes a lomo de libro
on la apertura de La Piloto se iniciaron en Medellín los servicios bibliotecarios NÚMERO
05
de extensión. Su lema, de acuerdo con el primer manifiesto para las bibliotecas públicas de la Unesco, fue “Llevar el libro al lector”. Esto
PÁGINAS
AUTORA
significaba llevar recursos bibliográficos a regio-
02
Gloria Inés Palomino
nes y espacios que carecían de ellos por razones geográficas, de seguridad, edad de las perso-
Desde sus comienzos, la BPP quiso ser un proyecto en movimiento. Libros que
nas, limitaciones físicas, recursos económicos, vías de comunicación, etcétera. Las sedes descentralizadas de la BPP (antes llamadas sucursales, hoy filiales) se crearon con ese propósito. Durante décadas han estado uni-
andan el camino que los
das a otros servicios descentralizados, como las
separa de los lectores.
bús, que, entre finales de los años 50 y comien-
Cajas Viajeras, los puestos de lectura y el Bibliozos de los 80, hicieron presencia en cerca de 30 barrios de la ciudad. En su tiempo, el Bibliobús paraba en 64 puntos de encuentro y más de
39
100 Cajas Viajeras llegaron por tierra, agua o
lucha, quiere mostrar el territorio que forzosa-
aire a municipios remotos de Antioquia. Estas
mente dejó. Por todos estos hechos, las biblio-
cifras han convertido a los servicios de extensión
tecas filiales y los servicios de extensión son, en
en el programa de mayor cobertura de la BPP.
sí mismos, buena parte de la razón de ser de la
Pero volviendo a las filiales, ellas tejieron en
BPP y están ya dentro de su historia.
la ciudad una red de servicios que, apropiada por la colectividad, ayudó a generar bibliotecas comunitarias, parroquiales, de cajas de compensación, etcétera. Hubo quienes supieron aprovecharlas y, llevados por la fascinación de los libros, alcanzaron sus expectativas de vida. Por ejemplo: en el Tren de Papel Carlos Castro Saavedra, en el barrio Florencia, dos vagones guardan la historia de jóvenes y niños consagrados que hoy son profesionales. En la filial Juan Zuleta Ferrer (en Campo Valdés), la comunidad, con una labor de formación artesanal y participación social, desterró la violencia, la prostitución y otros males que los aquejaban. La filial de San Antonio de Prado pasó años compartiendo
Un puente entre tiempos
espacio con el calabozo municipal. San Javier La
40
Loma ha ayudado a aliviar problemas en una zona de grandes conflictos. Otras tantas historias se cuentan en Villatina, El Raizal y La Esperanza. En todas estas filiales hay testimonios de niños y jóvenes desplazados que, con temor y sorpresa, encuentran su punto seguro en las bibliotecas. O el adulto que, tras una vida de Primera filial de la BPP, en Villa de Guadalupe. AI-BPP.
TÍTULO
Libros cuesta arriba
s una mañana soleada en las laderas de Medellín. Estudiantes y trabajadoNÚMERO
06
res bajan por las calles inclinadas del barrio Florencia de la comuna 5. A mano derecha, dos vagones de ferrocarril descansan en
PÁGINAS
AUTOR
una zona verde que rodea la parroquia de San
05
Juan Carlos Sánchez
Agustín. ¿Cómo es eso posible? Pues en 1979, a un jubilado de los Ferrocarriles Nacionales y
La historia de una biblioteca que funciona dentro de un tren detenido en una loma empinada.
vecino del sector se le ocurrió la idea de traerlos desde unos talleres abandonados en Bello, y subirlos cuesta arriba. La idea tenía sentido porque allí se crearía un lugar muy especial. Para entonces, la Biblioteca Pública Piloto tenía un reconocimiento amplio por los espacios singulares que habilitaba como puestos de lectura en fábricas y hospitales. Además, aún estaba fresco el recuerdo de un Blibliobús que se paseaba repleto de libros. El móvil metal recorría las calles anunciando el
41
préstamo de textos con la siguiente voz ampli-
demandó una logística de equipos y personal a
ficada por un megáfono: “Todas las semanas
tal punto que los vecinos vieron interrumpida su
vendrá a este lugar de la ciudad la Biblioteca
cotidianidad. La sorpresa fue inmensa cuando
Móvil y permanecerá aquí por dos horas con li-
vieron dos vagones de madera pintada escalan-
bros para prestarlos por 15 días a todos los que
do la pendiente. Así lo recuerda Gloria Londoño,
quieran leer y educarse. Para prestarlos por 15
habitante del barrio y testigo: “La gente abando-
días es necesario acercarse a la Biblioteca Mó-
nó lo que estaba haciendo y salió por ventanas
vil y registrarse como lector, obtener la tarjeta
y puertas a ver aquel espectáculo. Hasta dijimos
correspondiente y comprometerse a tratar bien
que no era para una biblioteca sino para una
los libros”.
estación de tren”.
De modo que cuando se planteó el proyecto de construir una filial BPP en aquel terreno vecino a la parroquia, la idea de ponerla a funcionar dentro de unos vagones de tren resultó bastante atractiva. Y ahí es donde entra en escena la feliz coincidencia del señor Saulo Jaramillo, el vecino que hizo todas las gestiones para contactar a los administradores de los Ferrocarriles Nacionales, otrora Ferrocarril de Antioquia. Con ellos se decidió y se acordó que la entidad cede-
Un puente entre tiempos
ría por comodato dos piezas ferroviarias de ma-
42
dera y metal (con todo y ruedas) y la parroquia de San Agustín aportaría y abonaría un terreno (un plano en plena loma escarpada) para la naciente biblioteca. Ahora bien, trasladar dos vagones desde la base del valle, desafiando la gravedad y la pendiente, no resultaba nada fácil. El operativo
1.
2.
43 1.
2.
Dos vagones recuperados del antiguo Ferrocarril de Antioquia fueron convertidos en sala de lectura. AI-BPP.
El entonces director de la BPP, Alejandro Gonzรกlez, inaugura la filial en el barrio Florencia. Fabio Restrepo. 1979. AF-BPP.
El nombre de la filial se extrajo de un prólogo que el poeta Carlos Castro Saavedra escribió para un texto del entonces director de la BPP, quien también escribía poesía. La cita decía así: “Parte, como en un tren de papel, hacia él mismo y hacia sus semejantes, hacia el mar y hacia las estrellas que casi nunca se pueden alcanzar”. Luego de eso, el maestro y neófito poeta prologado se reunieron, un sábado 3 de febrero de 1979, para bautizar a la pequeña biblioteca metida dentro de un tren. Desde entonces, como los nombres de un largo linaje, al pequeño habitáculo de libros se le conoce como Biblioteca Tren de Papel Carlos Castro Saavedra, filial de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina. Un tren sin puerto fijo, que zarpa y despega todos los días. Un tren cargado de libros, un tren de origami que se expande y se contrae con el tiempo. Desde entonces, sigue enclavando y
Un puente entre tiempos
sembrando palabras en la ladera occidental de Medellín. Tramo a tramo, verso a verso, sigue llenando de color y de ilusión la vida de todos los que tienen el placer de viajar en este tren de papel que llamamos libros.
44
A este pequeño habitáculo de libros se le conoce como “el Tren de papel”. AI-BPP.
NÚMERO
AUTOR
TÍTULO
45
Para los habitantes del barrio la visión de dos vagones de tren parqueados en una loma representó una gran novedad. AI-BPP.
NÚMERO
07 Cronología de los talleres de escritura de la BPP
78
En enero se anuncia en la prensa local la apertura de un taller de escritores en la BPP. La invitación estaba abierta para todos los interesados en aprender escritura literaria. La inscripción era gratis y comenzaría a funcionar en la segunda semana de febrero, cada miércoles a las 4 de la tarde.
Jaime Jaramillo, Mario Rivero y Manuel Mejía Vallejo, conversan en la dirección de la BPP. 1984. Archivo Jairo Osorio.
Taller de Escritores de la BPP
Alejandro González, entonces director, instala en febrero el taller bajo el nombre Taller de Escritores de la Biblioteca Pública Piloto y lo dirige.
Alejandro González entrega en marzo la dirección del taller a Juan Luis Mejía Arango. El taller es dirigido por Jairo Morales Henao desde junio del 78 a mayo del 79.
79
En mayo, por iniciativa de Gloria Inés Palomino, entonces directora de la Oficina de Comunicaciones y Extensión Cultural de la BPP, es llamado el escritor Manuel Mejía Vallejo para dirigir el taller. Durante 15 años el taller es dirigido por Mejía Vallejo.
94...
De julio a septiembre, el taller suspende actividades por enfermedad de su director. Por iniciativa de la directora general, Gloria Inés Palomino, Jairo Morales Henao es llamado en septiembre para dirigir de nuevo el taller. El taller ha sido dirigido por Jairo Morales Henao hasta la fecha actual.
· Claudia Ivonne Giraldo · “Esa historia de los talleres de escritura de La Piloto es muy importante por algo fundamental: fueron la razón para que otros talleres comenzaran a abrirse en la ciudad. Irradiamos una consciencia sobre la escritura y la lectura entre otros más jóvenes. Fuimos la cuna de toda una generación lectora”. “Nadie nos enseñaba nada. Íbamos aprendiendo con base en los errores y en los aciertos. Durante todos estos años por ahí han pasado muchos muchachos y muchachas. María del Rosario Escobar fue alumna mía, de uniforme de colegio. Y como editora en Eafit acabo de recibir una novela de una escritora que fue mi pupila en la BPP. Lo lindo de estos talleres es que lo que uno enseña retorna”. “Al principio llegaban cuatro o cinco alumnos, pero Gloria Inés me decía ‘no nos desanimemos, que esto no se ha hecho antes en la ciudad’. Luego llegué a tener 25 y hasta 30 alumnos en el taller”.
90
Verano Brisas crea el Taller de Escritura para mayores de 60 años, que inicialmente se llamó Amigos de las Letras. Verano Brisas lo dirige por dos años.
Taller de Escritura para mayores de 60 años
03 92 16 Claudia Ivonne Giraldo toma la dirección del taller.
Lucía Donadío recibe la dirección del taller.
Janeth Posada es nombrada directora. El taller sigue teniendo lugar en la BPP.
Taller de Escritura para Niños
85 91 87 Luis Fernando Macías crea el Taller de Escritura para Niños y lo dirige por dos años.
El poeta conocido como Verano Brisas recibe la dirección del taller.
Édgar Trejos recibe la dirección del taller. Lo dirige hasta 2001, cuando la Sala Infantil Pedrito Botero comienza a hacer otras estrategias de promoción de lectura.
Taller de Poesía
85
Lo crea y lo dirige hasta el día de hoy (abril 2018) Jaime Jaramillo Escobar.
· Lucía Donadío · “Creo que el taller de los viejos, como me gustó siempre llamarlo, es un espacio de gran importancia para los asistentes, el director y la BPP. Es un espacio de lectura de libros y conversación sobre ellos. Algunas personas escribían. Les gustaba mucho que yo les pusiera tareas de escritura. Al jueves siguiente llegaban muchos textos de memorias y humor y los leían como niños mostrando su tesoro. Los vínculos de amistad y
84
Claudia Ivonne Giraldo, alumna del taller de Manuel Mejía Vallejo, le propone a la directora de la BPP, Gloria Inés Palomino, la creación de un taller de escritura creativa para jóvenes. La acompaña en la dirección Emma Lucía Ardila durante un año. Claudia Ivonne lo dirige durante 22 años.
solidaridad que surgieron son fuertes y muy profundos”.
Taller de Escritura para Jóvenes
06
Jorge Iván Agudelo, alumno de Claudia Ivonne Giraldo, comienza a dirigir el taller. Este aún se dicta.
“Mujeres trabajadoras o amas de casa encontraban en los libros compañía y conocimientos de la vida. Algunas decían que aprendieron a leer de verdad en el taller; se atrevieron a subrayar los libros, a criticar a los autores, a decir cuáles no les gustaban. El taller no era una clase, sino una experiencia colectiva que, probablemente, muchas no habían experimentado antes, acostumbradas a la rigidez de la educación formal”.
TÍTULO
Y allí empezó todo
ilar Gutiérrez. Nos conocimos en el taller de los miércoles, el de Jairo MoraNÚMERO
les. Cuando yo llegué, Juan Carlos lle-
08
vaba ya unos años allí, tal vez dos. Un auditorio grande, muchas sillas y un señor serio, muy serio, ese era Jairo, el director del taller.
PÁGINAS
autores AUTORA
03
Pilar Gutiérrez y Juan Carlos Restrepo
Juan Carlos Restrepo. Allí iba desde 1997 no solo al taller de Jairo, sino también al de poesía
Una historia en las voces de dos lectores, escritores y editores. Nace una familia
de Jaime Jaramillo, dispuesto a explorar con lo que creaba. Yo cortejaba con la incertidumbre de dedicarme a escribir, a dibujar o a mezclarlo todo en mi formación de diseñador gráfico. Fue en La Piloto donde apareció Pilar, para admirar-
entre los estantes de una
la y amarla.
biblioteca.
parecía una pequeña muestra de la sociedad:
PG. Era un lugar realmente democrático, había jóvenes, viejos, punkeros, locos, cuerdos, desocupados, alcohólicos; todos allí, en paz, oyéndonos, respetándonos y conversando;
Las bibliotecas también son lugares para, simplemente, estar. Por años, la BPP ha sido un sitio de encuentro y reunión. Fachada de la BPP, década de 1980. AI-BPP.
51
eso era el taller, un espacio para pensar, para reflexionar, todo alrededor de la palabra.
PG. Fue también en el taller donde Juan Carlos y yo nos convertimos en pareja y empeza-
JCR. Íbamos para pulir la disposición artís-
mos a ser editores; nos corregíamos nuestros
tica, la chispa, el talento y el temperamento.
textos, oíamos las lecturas de los compañeros
Exponerse frente a todos leyendo “lo tuyo” era
y comentábamos, cada uno con su mirada, con
siempre muy atemorizante. A veces resultaba
su criterio. JCR. Todavía nos preguntamos qué pasó con
conmovedor y, otras, tedioso. PG. Llegar al taller era estar por fin en el lu-
ese mono talentoso que no volvió al final, qué
gar correcto: ya no éramos el raro o la rara, al
hizo la vida con la señora de las bellas palabras,
que le dio por escribir, no teníamos que dar ex-
cuántos se montaron en otro tren, esa… ¿dón-
plicaciones, el mismo interés nos había llevado a
de está?, y de aquel, ¿publicó?
todos a compartir esas dos horas y a tomarnos, más tarde, un café.
PG. Hoy, después de 19 años, cuando pasamos por la Pública Piloto, le decimos a nuestra
JCR. Veíamos el quehacer de una tropa entera y después supimos que la mirada crítica que
hija María: mira, aquí, en este edificio, empezó todo, aquí empezó Tragaluz Editores.
pulimos allá fue nuestra mejor formación para
Un puente entre tiempos
seguir escribiendo desde nuestras voces.
52
El primer libro adquirido por la BPP fue Los amigos de Toto de M. Baguer. Ingresó al sistema el 3 de mayo de 1954 con el número 001.
NÚMERO
AUTOR
09
Gustavo Adolfo Vives Mejía
TÍTULO
Miguel Escobar Calle
Director curador de la Sala Antioquia
iguel Escobar, llamado “Migue” por todos, fue un incansable y callado trabajador de la cultura que nunca buscó honores ni medallas. Tuvo múltiples intereses: era una autoridad en literatura antioqueña; conocía como pocos la vida y obra de León de Greiff y del pintor Francisco Antonio Cano; era experto en historia de la fotografía y de la navegación a vapor. Además de literatura y arte, sabía de caricaturas, de exlibris y hasta de
Fue editor por naturaleza. Corregía textos,
música. Su espíritu investigador y su insaciable
buscaba viñetas o ilustraciones, sacaba fotoco-
curiosidad le hacían abrir los ojos a otros cam-
pia de alguna imagen y la mejoraba, hacía re-
pos y escudriñarlos con rigor. Y siempre listo a
comendaciones y cargaba cajas llenas de libros.
compartir sus conocimientos con quienes inves-
“Migue” tenía una apariencia seria, casi adusta,
tigaban sobre un tema determinado y busca-
pero al entrar en contacto con él se descubría
ban su orientación antes de adentrarse en los
a un hombre amable, sencillo y dispuesto a ser
fondos bibliotecarios que conocía al dedillo. To-
útil. Se distinguía por su galantería, buen hu-
davía encuentro papelitos con notas suyas o fo-
mor y amena conversación. Fue un excelente
tocopias que dicen “Gus, esto te puede servir”.
contertulio.
Miguel Escobar, 1986. Archivo Jairo Osorio.
53
NÚMERO
AUTOR
010
Jairo Morales Henao
TÍTULO
Luz Posada de Greiff Bibliotecóloga
otas como estas, breves y precisas,
de un quehacer que revela en esas notas su es-
escritas a vuela pluma sobre la pá-
píritu laborioso, preciso, meticuloso, incluso co-
gina en blanco de la anteportada
herente con su concepción expresa de que “una
Un puente entre tiempos
o la portadilla de un libro, en las márgenes de
54
biblioteca no se termina de organizar nunca”.
un folleto, bajo un colofón, impuestas por la
Nació en Yarumal y es licenciada en Bibliote-
necesidad del momento en los afanes del día a
cología de la Escuela Interamericana de Biblio-
día de una biblioteca, que no es un lugar tan
tecología de la Universidad de Antioquia. Fue
apacible como muchos piensan desde afuera, y
asesora en la Sala Antioquia a raíz de su presen-
destinadas a advertir, recomendar o aclarar algo
cia en el equipo de investigadores a los que el
de afán sobre el documento en cuestión para
Banco de la República asignó en 1987, teniendo
cuando haya modo de volver sobre él con más
como base la Biblioteca Pública Piloto, la tarea
tiempo (una manera, pues, de adelantar traba-
de formar el inventario de caricaturas hechas
jo, un recorderis para ella misma o para el bi-
por antioqueños.
bliotecario que se lo topará luego por azar o en cumplimiento de sus funciones) y darle entonces el tratamiento, la ubicación y utilización adecuadas, han marcado el paso cotidiano de Luz Posada de Greiff en todas las bibliotecas donde ha trabajado; constituyen su estilo, la impronta Luz Posada de Greiff. AI-BPP.
NÚMERO
AUTOR
011
Elkin Restrepo
TÍTULO
Manuel Mejía Vallejo Director del taller de escritores
ay un Manuel que se fue superponiendo al otro, al conocido, al narrador y autor galardonado nacional e internacionalmente, y que, por momentos, le disputaba supremacía. El Manuel Mejía oral, aquel capaz de tener a su auditorio
nos presentó, a los amigos, al mayor de ellos,
y amigos prendidos a una historia quizá real,
al sobreviviente: Fabián Pimienta; hombre que
quizá inventada, o ambas cosas. No necesitaba
no escribía, pero su conversación, festiva y pica-
de mucho para entonarse: una silla, un vaso de
resca, raizal y sonora, propia solo de un paisaje
ron y el interés de aquellos que, al oírlo, sabían
pedregoso y de montañas, señalaba una fuente
que escuchaban el último grande de una tradi-
común. Aquella de la que manaba, y además lo
ción intelectual, quien moldeaba una anécdota
sostenía y daba cuerpo, el relato en Carrasqui-
o una historia con el desparpajo, la gracia y la
lla, Barba, León de Greiff, Fernando González,
imaginación del contador de cuentos pareci-
tan apegados todos a un habla provinciana, un
do a los rapsodas, que, no hacía mucho, iban
tesoro; pero también se servían, como hombres
de pueblo en pueblo y hacían de la arriería, el
de su época, de aquella que la modernidad, ur-
café o la plaza su estrado y de la exageración,
bana e industrial, su propio tiempo, les ofrecía.
el vocablo pintoresco, el giro inesperado o po-
De ahí ese extraordinario legado que, desaten-
pular su arte. Alguna vez, en Jericó, Manuel
tos, a veces pasamos por alto. Manuel Mejía Vallejo. AI-BPP.
55
Aquella noche, en aquel cafetucho de la zona
impulsaba su verbo era un privilegio. Manuel,
de abajo del pueblo, Manuel escuchó gozón a
seguro, hablaba como los viejos maestros. Así,
quien, pueblerino y afincado, le devolvía mucho
en sus reuniones con las amigas y amigos que
de lo suyo. Y, por supuesto, a quienes, a su lado,
lo visitaban en su casa de la calle Bolivia, debió
gozones también, reconocíamos de oído, de
hablar Carrasquilla y el Mago de Otraparte, y
adehala, que en esa oralidad, ingeniosa y viva,
para quienes tuvimos el gusto alguna vez de
resplandecía, como diría Canetti, una provincia.
escucharlo, cascajoso y tajante, el viejo León. El
La patria del hombre.
Manuel oral era de su estirpe y de la de tantos
Si aquel parecía un encuentro fortuito, no lo
otros que ponen y dan música al río del tiempo.
era. Sin embargo, por un azar extraordinario se
La vida, que es también irónica, lo fue con el
nos daba a nosotros, los presentes, la oportu-
escritor: le produjo una apoplejía que le afectó el
nidad de advertir un vínculo y de descubrir de
habla. A los 70 años ya no pudo volver a hablar
manera muy viva de dónde, prolongando una
ni a escribir y su talento se silenció. Un drama.
veta, en boca suya, Manuel, ese otro Manuel
Hoy no oigo quien, como en los viejos tiem-
que la gente se paraba a escuchar, con toda su
pos, hable así. Tal vez en la calle o en las plazas
espontaneidad, agudeza y risa franca, hacía ca-
de mercado, en el bullicio de los parques, que,
mino hasta nuestros días.
por cierto, para afinar el oído e insuflarles poder
Oír a Manuel alrededor de la mesa en aque-
visitar para mezclarse entre las gentes.
Un puente entre tiempos
llas mañanas en las que un ligero guayabo
a sus palabras, Fernando González no dejaba de
56
Manuel Mejía Vallejo charlando en el antiguo auditorio BPP, que luego llevó su nombre. AI-BPP.
NÚMERO
AUTORA
012
Claudia Ivonne Giraldo
TÍTULO
Gloria Inés Palomino
Directora de la Biblioteca 1983 - 2015
entí que era mi casa, una casa alegre, vital, amable. Las presentaciones, las ex-
hospitalario para los creadores, investigadores,
posiciones de arte y los lanzamientos de
estudiantes y lectores de Medellín y del país.
libros eran concurridos, magníficos. La Piloto era
Una casa con las puertas abiertas.
una ebullición y un imán cultural de la ciudad.
Durante casi 30 años, Gloria Inés Palomino,
Sus talleres de arte y de literatura fueron funda-
comunicadora social de la Bolivariana, dirigió la
cionales en Medellín. Las iniciativas que nos dic-
BPP sin pretensiones ni afanes de protagonis-
taba nuestro entusiasmo juvenil eran apoyadas y
mo. Su trato cordial, su presencia discreta im-
tenidas en cuenta.
ponían, sin embargo, una autoridad que todos
Y es que La Piloto era, ante todo, la gente:
reconocíamos.
don Manuel Mejía y el maestro Jaime Jaramillo;
Sabe, como pocos, de gestión cultural, de
Miguel Escobar, José Gabriel Baena, Jairo Mo-
promoción de lectura, de libros, de proyectos
rales y Vicky; María José, Olguita, Yaneth. Por
culturales. El Plan de Bibliotecas y las redes de
ellos, por todos allí, nuestra “casa” era una fies-
bibliotecas escolares no serían lo que son hoy
ta. Tal vez nada de esto hubiera sido posible si
sin su presencia y orientación.
la persona que dirigía esta alegría no hubiera
Esta mujer entrañable propició una época
tenido la sabiduría, la inteligencia y el tino para
de oro en nuestra Piloto, una época en la que
convertir a la institución en un referente nacio-
fuimos felices y que muy seguramente nunca se
nal de las bibliotecas públicas, y en un lugar
repetirá, o no de la misma manera.
Gloria Palomino en la Torre de la Memoria. 2014. Jaime Osorio. AI-BPP.
57
TÍTULO
Aquella visita a La Piloto
e mis incontables visitas a la Biblioteca Pública Piloto, aquella, sin duda, NÚMERO
013
fue la más importante, tanto, que a partir de ese momento la vida adquirió un nuevo rumbo. Recuerdo la tarde de agosto, so-
PÁGINAS
AUTORA
leada, calurosa. No había una nube en el cielo,
06
María Cristina Restrepo
las flores se doblaban marchitas en los floreros. Había terminado de corregir los ensayos de
Al cruzar la puerta de la BPP
Un puente entre tiempos
se encontraba un paisaje
58
que no se veía en ningún otro
mis alumnos, disponía de unas horas de ocio para hacer lo que quisiera. La caja con los libros elegidos por mi vecina con el fin de donarlos a una biblioteca esperaba al pie de las escalas el momento en que pudiera llevarla a
lugar de la ciudad. Tantos
La Piloto, donde mi amigo Miguel la abriría con
libros como tipos de lectores.
de descubrir algo de interés para los lectores.
una sonrisa de anticipación, sin ocultar el deseo Aprovecharía también para visitar allí mismo la exposición de fotografías de Juan Rulfo, que tanto anhelaba ver.
Le pedí al portero que me ayudara a bajar
Fenómeno Religioso, algo que ni el mismo Mi-
los libros. Luego de meterlos en el baúl del Re-
guel supo nunca muy bien qué era, pero nos
nault 4 verde pistacho, tomé la avenida del Río
había brindado la oportunidad de hacer intere-
sin sospechar lo que me esperaba. Se respiraba
santes lecturas y tener apasionadas discusiones
un ambiente de fiesta en mitad de la semana:
en torno a los más variados temas.
era miércoles y parecía domingo, quizás por el
Apenas estacioné en uno de los pocos
poco tráfico, por el alegre temblor de las hojas
parqueaderos libres, el señor que cuidaba
de los árboles en la brisa tibia, por la perspectiva
los carros se acercó. Tal vez me recordaba de
de tomarme un café con Miguel y recordar los
otras veces, tal vez pretendía que no lo olvidara
viejos tiempos, cuando había sido mi profesor
al momento de salir. Al igual que hice con el
en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma
portero, le pedí ayuda con la caja, tan pesada
universidad donde ahora yo dictaba Literatu-
como si llevara piedras dentro. Miguel espera-
ra. Una materia con un nombre rimbombante,
ba al pie de las escalas. Al vernos se acercó
Con el correr de los años las sillas y las mesas de lectura de La Piloto se convirtieron en íconos que los usuarios recuerdan con cariño. AI-BPP.
59
con su sonrisa característica, mezcla de timi-
ocupado por paneles de madera para exhibir el
dez, simpatía e intuición, como si alcanzara a
trabajo del artista. La baranda de hierro, pintada
comprender algo secreto en el alma de la per-
también de blanco, permitía asomarse al ir y ve-
sona que tenía al frente. Un joven vestido con
nir de los empleados y los usuarios en el primer
la chaqueta blanca de los empleados se acercó
nivel del edificio, donde un grupo de colegialas
a recibir los libros, que llevamos a la sala de
de uniforme azul oscuro y zapatos rojos se esfor-
la colección general. Los dejó sobre una mesa
zaban, sin lograrlo, en guardar silencio. Parecían
larga, de madera lacada. Miguel comenzó a
dudar, hasta que decidieron sentarse alrededor
sacarlos uno a uno, exclamando cada vez que
de la mesa de estudio. Una de ellas depositó
descubría una novela, un libro de poesía que
frente a las amigas un cerro de libros, pero, en
no estaba en los anaqueles.
lugar de abrirlos, comenzaron a cuchichear jun-
Un puente entre tiempos
Después de tomarnos un café, nos despe-
60
tando las cabezas.
dimos y subí al segundo piso, al lugar de las
Me alejé de la baranda para recorrer los pa-
exposiciones. Si por suerte la encontraba a la
neles con las inquietantes fotografías del mexi-
salida de su oficina, podría cambiar unas cuan-
cano, rodeadas de misterio y silencio, símbolos
tas frases con Gloria, la directora, siempre ata-
permanentes de un paisaje interior, la manifes-
reada, sonriente, dueña de una energía que
tación personal de una cultura. El trabajo de
hacía posible cualquier proyecto, contenta de
Rulfo estaba frente a mis ojos con descarnada
desempeñar una labor importante para la ciu-
ausencia de toda interpretación. Cada especta-
dad. Entraría a saludar a Jairo, celoso guardián
dor tenía la tarea de hacerlo sin más ayuda que
de los tesoros de la Sala Antioquia: primeras
su sensibilidad, sumada a la carga de emocio-
ediciones, libros colombianos editados en París,
nes allí plasmadas.
revistas culturales que hacía años habían dejado
Al fondo de la sala se abría la puerta de vidrio
de publicarse, folletos, proclamas, mapas, an-
del último salón del edificio, un espacio rectan-
tiguos volúmenes que en ocasiones enseñaba
gular rodeado de ventanas a través de las cuales
con orgullo de coleccionista.
alcanzaba a verse las montañas calcinadas por
La exposición de Rulfo estaba colgada en un
el sol. Unas 30 personas sentadas en pupitres,
amplio pasadizo con piso de granito blanco,
con un cuaderno abierto, una libreta de notas,
La gran sala de lectura, lugar donde se ofrece para consulta la colección general de la BPP. AI-BPP.
unas hojas impresas, miraban fijamente al fren-
escritores en ciernes comenzaron a salir solos o
te. Desde mi lugar se oía la voz inconfundible
en grupos, algunos con una sonrisa, otros con
de Manuel Mejía Vallejo haciéndole una obser-
aire abatido.
vación a un alumno. Recordé que era miércoles,
Manuel lo hizo de último. Llevaba una carpe-
día en que Manuel dictaba el Taller de Escritu-
ta bajo el brazo, el vaso en la mano derecha. Al
ra a un grupo de gentes de distintas edades y
pasar por mi lado se detuvo como si fuera a salu-
oficios, pero con un sueño en común: escribir.
darme. Tal vez pensaba que nos conocíamos. Una
Avancé un poco para mirar el perfil de Manuel,
leve sonrisa plegó su boca, hizo un gesto con la
los trabajos que comentaría puestos sobre una
cabeza y, amable, me dio las buenas tardes. Res-
mesita redonda, el vaso de ron al lado.
pondí sin devolverle la sonrisa, ansiosa, como si
Como no podía quedarme allí parada, regre-
esperara oír algo más, una voz que me dijera que
sé a las fotografías que enseñaban un muro de
ya era hora, que el momento había llegado. Lo vi
ladrillo cocido, un hombre joven, de espaldas,
alejarse caminando erguido junto a las fotogra-
sentado en un promontorio, un cactus que te-
fías de Rulfo, la espalda ancha, el paso potente de
nía como telón de fondo un árido llano en lla-
hombre de campo, la chaqueta marrón levemen-
mas abrasado por el sol, el campanario de una
te gastada. Sentí la confianza en sí mismo, en la
iglesia, el retrato de Rulfo, los ojos taladrantes,
vida bien vivida, la seguridad en la escritura hecha
la frente alta surcada de arrugas, las cejas enar-
con precisión, sin alardes, con un convencimiento
cadas como si se formulara una pregunta. La
sincero sobre la verdad de su oficio.
Un puente entre tiempos
fuerza sin alardes de su personalidad.
62
Una semana más tarde me encontraba sen-
Volví a oír la voz de Manuel. Caía la tarde
tada en uno de los pupitres de la sala al fondo
con reflejos rojizos que atravesaban las vidrieras.
de La Piloto. Llevaba conmigo un cuento. Des-
Pronto tendría que alejarme, regresar a casa,
pués de oír la manera como Manuel analizaba
a mis dos hijos adolescentes. Pero en lugar de
cada trabajo, las sugerencias que brotaban de
buscar la salida, reclamar el bolso y llegar al par-
sus labios con la facilidad de quien conoce, des-
queadero, me acerqué de nuevo a la puerta del
pués de oírle decir con una sonrisa, a propósito
taller. El rumor de las conversaciones, el ruido
de Hemingway, que “el que sabe sabe”, instan-
de los pupitres señalaba el fin de la sesión. Los
do a los alumnos a descubrir por sí mismos los
secretos de la escritura, supe que me atrevería a entregarle el relato. Al cabo de otra semana, bajo el sonido de la lluvia torrencial que clausuraba el verano, Manuel Mejía Vallejo me ordenaba tomar uno de los párrafos del cuento, tan corto que no llenaba ni media página, para escribir de allí una novela. Perpleja, le pregunté cómo lo haría. El encargo parecía imposible, necesitaba saber cuáles serían los pasos necesarios para construir un nuevo universo a partir de aquel brevísimo fragmento. Respondió llamándome “chica”. La tarea era mía, de nadie más. Debía averiguarlo por cuenta propia, a través de la constancia, de corregir lo escrito una y otra vez, de tener fe en el libro. Él esperaría el tiempo que fuera necesario, hasta que la novela estuviera escrita, para dar su opinión. Fue mi primera novela, la definitiva. La que abriría un camino.
En la Sala Antioquia se encuentra una edición de 1874 de El crimen de Aguacatal. Su autor, Francisco de Paula Muñoz, es pionero del reportaje en Colombia. 63
Los estudiantes, los lectores informales, los usuarios silenciosos. Imágenes típicas de un día cualquiera en la BPP. AI-BPP.
TÍTULO
El sillón del forastero
ran los primeros años de la década de los 80. No había Metro en Medellín NÚMERO
014
y el ícono del progreso todavía era el edificio de Coltejer. Para entonces yo ya había sido expulsado de varios paraísos. En un tiempo
PÁGINAS
AUTOR
seguí al pie de la letra las clases de Matemáti-
03
Juan Diego Mejía
cas en la Nacional y me entusiasmé al ver que podía llenar cuadernos con números y símbolos
Manuel Mejía Vallejo
Un puente entre tiempos
encabezaba una marcha
64
de escritores y aprendices
que significaban algo. Luego fui un caminante de las montañas, donde pregonaba las virtudes de la revolución. Cinco años fuera de la ciudad y alejado de la civilización me convirtieron en un desamparado que regresaba a casa y encontra-
que perseguían la luz de
ba que el mundo había cambiado.
los libros. A veces como
oportunidad para entregarle la vida después de
último recurso.
Yo buscaba un amor que me diera una nueva mi destierro. Los viejos conocidos que todavía creían en la revolución ya se veían cansados y tristones en los bares de la ciudad. Pero a otros Por años la gente encontró en la BPP un lugar para ver y escuchar a sus maestros. AI-BPP.
Un puente entre tiempos 66
les brillaban los ojos cuando hablaban de lo que
las frases, las historias. Al final de las sesiones
hacían para mantenerse vivos. Estaban en los ca-
quedábamos con ímpetus y algunos se iban
fés a cualquier hora del día. Unos contaban que
a los bares a torear al diablo. Yo me quedaba
hacían películas con el padre Luis Alberto Álva-
para completar la lección semanal en la ofici-
rez. También había quienes decían haber llegado
na de la Dirección de La Piloto. Siempre hubo
a niveles altos en la comprensión de la ciencia.
qué tomar mientras Manuel hablaba. Muchas
Escuché conversaciones de pintores y de músi-
veces llegaron pintores, músicos, escritores que
cos en Versalles en las que mencionaban teatros
visitaban la ciudad y se acomodaban alrededor
y galerías de Europa. Conocí a algunos poetas y
del brujo de la palabra. Así fue como se creó un
a otros que escribían cuentos y tenían el sueño
espacio en el que todos los interesados en las
de hacer una novela. No había dudas de que en
artes y en la cultura eran bien recibidos. Tal vez
esos años de ausencia Medellín se había trans-
lo que hizo Manuel fue lo anunciado en su be-
formado y a la actividad cultural se le sentía la
llo cuento “El sillón del forastero”: “Aserramos
respiración fuerte y ambiciosa.
el mejor tronco de roble y pulimos la madera
Pero fue el destino, ese demonio sabio, el
hasta dejar listo un macizo sillón, abiertos sus
que me llevó a un lugar donde sentí que se re-
brazos para recibir el cansancio de los errabun-
sumía la vitalidad que tanto me entusiasmaba.
dos. En el corredor delantero lo rodeamos de
Llegué a La Piloto con la timidez de un estudian-
varios taburetes que parecían escucharle algún
te pobre y me senté al lado de muchachos que
cuento de camino”.
llevaban tres años reuniéndose cada semana
En La Piloto se fundó una tradición de hos-
para oír a Manuel Mejía Vallejo. Todos quería-
pitalidad para el pensamiento. Siempre tuvie-
mos ser escritores y sabíamos que el maestro
ron espacio los creadores, los que cultivan las
podía guiarnos en la oscuridad de esos prime-
ciencias, los lectores, los que valoran la comuni-
ros años. No le perdíamos ni un solo gesto. Se
cación entre los seres humanos. En el cruce de
nos quedó grabada la manera en que se llevaba
la autopista con la calle Colombia, en medio del
el cigarrillo a la boca, el movimiento de la mano
vértigo de los tiempos, la Piloto sigue abierta
para apartar el humo, el sonido del ron con
al mundo, dispuesta a acoger a los errabundos
Coca Cola al pasar por su garganta, los dichos,
cansados.
Los autores más leídos por los usuarios son Gabriel García Márquez y Héctor Abad Faciolince.
TÍTULO
La biblioteca de los niños
n 1975, cuando la Biblioteca Pública Piloto empezaba a ser reconocida como NÚMERO
015
centro de encuentro de distintas expresiones ciudadanas alrededor de la cultura, destacados artistas nacionales comenzaron a
PÁGINAS
AUTORA
engrosar su colección de arte con la donación
05
Mónica Palacios Chamat
de obras. Uno de ellos fue el maestro Fernando Botero, quien donó el óleo que había dedicado
Desde hace décadas, en la sala Pedrito Botero leen los niños,
a su hijo Pedro, en un formato de 1,23 por 1,62 metros. Desde entonces, el nombre de esta obra ha identificado la Sala de Lectura Infantil de la Biblioteca. Dicen casi todos los grandes escritores y, por
los que tocan un libro
norma, todos los buenos lectores, que sus ini-
por primera vez.
la infancia, ya fuera a través de colecciones fami-
cios en el mundo de la literatura se remontan a liares privadas, lecturas obligadas o voluntarias de la etapa escolar, o de préstamos en las bibliotecas públicas. Durante muchos años La Piloto
67
Un puente entre tiempos
1.
68
2.
fue casi la única oferta de este tipo en Medellín. Esto llevó a que confluyera una amplia variedad de lectores de diferentes sectores de la ciudad, con distintos intereses y múltiples edades. Para los más pequeños está la Pedrito Botero. En esta sala los visitantes encuentran una colección de literatura infantil en constante crecimiento dirigida a niños desde los cero hasta los 17 años. Textos que pueden ser leídos en el lugar o que pueden ser llevados en préstamo mediante el sistema de afiliación. Pero no hay un solo camino para llegar a la literatura infantil, explica Kelly Johanna Marín, encargada de la sala. Para los primeros lectores la sala, ofrece La Hora del Cuento y el Taller de Iniciación a la Lectura. Así mismo, a partir de los siete años los niños pueden participar en un club de lectura para intercambiar su experiencia lectora con sus pares, igual que lo hacen los jóvenes y los adultos en sus correspondientes
colecciones, unos cojincitos tirados en el piso,
clubes de La Piloto. Otro camino para acercarse
unas carteleritas hechas a mano, pero eso era el
a los libros son los talleres de artes plásticas o
paraíso terrenal para muchos niños. Muchos de
música que se dictan en este entorno. Recuerda
ellos de La Iguaná, que les quedaba ahí cerca”.
la escritora Claudia Ivonne Giraldo, tallerista du-
Por fuera de la sala, la literatura infantil tam-
rante 22 años de literatura para jóvenes, que “la
bién encuentra formas para llegar a quienes
sala Pedrito Botero era una zona nuclear de la
quieran disfrutarla, ya sea en las filiales de la Pi-
Biblioteca porque era donde estaban los niños.
loto o mediante las actividades que los promo-
Yo la recuerdo en esa época, había poquitas
tores de lectura llevan a diferentes instituciones
1.
2.
Además de la lectura, la oferta infantil de la BPP también ha incluido exposiciones. AI-BPP.
Los clubes de lectura infantil comenzaron a formarse desde los primeros años de operación de la BPP. AI-BPP.
69
creaciones, de las narraciones que son capaces de hacer. Según Cruz Patricia Díaz, una de las gestoras del concurso, “hay situaciones narradas que lo llenan a uno de mucha felicidad y hay otras que son desgarradoras. Estos cuentos también permiten poner en evidencia lo que es la ciudad vista desde los niños. Si bien muchos se remiten a unas historias que son muy fantasiosas, hay otras que son como una catarsis o un descargo de lo que quieren decir y lo hacen expresándolo con la palabra”. Las salas de lectura infantil, la Pedrito Botero
Un puente entre tiempos
en particular, con sus actividades literarias y artís-
70
educativas. Una de estas actividades, que ha lo-
ticas dentro y fuera de ellas, establecen, enton-
grado involucrar a un público amplio, es el Con-
ces, ese primer acercamiento que puede poner a
curso de Cuento Infantil Pedrito Botero. Con la
tantos en el camino de la literatura desde sus pri-
creación de esta figura la Biblioteca encontró una
meros años. Afirma Claudia Ivonne: “Estoy se-
herramienta de promoción para la lectura y la es-
gura de que ese recuerdo de la salita tiene que
critura muy efectiva. La primera edición se realizó
ser entrañable para muchos adultos jóvenes de
en 2005 y participaron un poco más de 100 ni-
hoy, porque para muchos fue su refugio”; y lo
ños de instituciones educativas de Medellín y el
es en la actualidad, cuando el espacio continúa
Área Metropolitana. Hoy, 14 ediciones después,
fomentando en los niños la lectura, la escritura
el concurso cuenta con la participación anual de
y la imaginación.
entre 1500 y 3000 niños de toda Antioquia. La creciente y constante participación de los niños del departamento en este concurso es un útil medidor tanto de la apropiación que hacen de las lecturas a las que se acercan como de las La sala infantil fue nombrada luego de la donación de la pintura Pedrito, de Fernando Botero. AI-BPP.
Los libros más prestados son Crónica de una muerte anunciada de García Márquez, Crimen y castigo de Dostoievski, El secreto de Byrne y Álgebra de Baldor.
NÚMERO
AUTOR
TÍTULO
71
Actividades artísticas como la pintura ayudan a facilitar los primeros acercamientos con la literatura. AI-BPP.
TÍTULO
El piloto que abrió nuevos rumbos
mediados del siglo pasado Medellín era el centro industrial de Colombia: con más de 400 industrias y una poNÚMERO
016
blación obrera de más de 25.000 trabajadores. Su desarrollo universitario y cultural iban en auge, pero el acceso a los libros era restringido
PÁGINAS
AUTOR
05
Alfonso Buitrago Londoño
para las clases sociales menos privilegiadas. Había 14 librerías, pero carecía de una biblioteca pública que satisficiera la creciente deman-
Los artistas de Medellín
Un puente entre tiempos
vieron en La Piloto
72
la oportunidad de tener un refugio. ¿Es capaz una biblioteca de albergar toda la cultura de una ciudad?
da y prestara material bibliográfico a cualquier persona que buscara instrucción o entretenimiento. Los trabajadores, los niños y las amas de casa no contaban con un lugar abierto que fomentara la lectura. La inauguración de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina, el 24 de octubre de 1954, significó una verdadera revolución cultural y democrática en el paisaje de producción fabril y de agitación comercial de la capital de Antioquia.
1.
2.
3.
4.
5.
1.
Jorge Luis Borges en el auditorio colmado de la BPP en 1978. AI-BPP. 2.
Manuel Mejía Vallejo y Fernando Vallejo de tertulia durante la década del noventa. AI-BPP.
3. Atrás, fuera de foco, Gloria Palomino, Manuel Mejía y Elkin Obregón. En primer plano Antonio Caballero y Juan José Hoyos, que tapa a Jaime Jaramillo. Reunión después de un ciclo de literatura dictado en la BPP. 1985. Archivo Jairo Osorio. 4.
El periodista Carlos Bueno junto a los escritores Gustavo Álvarez Gardeazábal y Juan Rulfo. 1979. Archivo Jairo Osorio. 5. Camilo José Cela, en las oficinas de la BPP, invitado por la Alcaldía de Medellín. 1979. Archivo Jairo Osorio.
73
danza, tertulias, reuniones de clubes de autores, de cine y de fotografía. En 1955 se inauguró la sala de arte con la “Exposición colectiva de pintores antioqueños”, con 22 cuadros de artistas como Eladio Vélez, Horacio Longas y Luis Vieco. A partir de esa fecha, y luego con dos salas de exposiciones, fue el nido donde se incubaron importantes bienales. Y empezaron a aparecer nombres que marcarían una época: la niña Teresita Gómez, tocando piano; el maestro Pedro Nel Gómez, dando cátedra de arquitectura; Héctor Abad Gómez e Ignacio Vélez Escobar, hablando de la misión social de la universidad; y Manuel Mejía Vallejo, de literatura y de la cultura de los países centroamericanos.
Un puente entre tiempos
Dice el escritor Juan Diego Mejía, quien mu-
74
Si en estas tierras de topografía difícil y de
chos años después sería director de la Fiesta del
pensamiento rígido los gestores culturales tuvie-
Libro de Medellín, que el año 1980 partió su
ran la misma preponderancia social de los inge-
vida en dos. A finales de ese año llegó al Taller
nieros, Julio César Arroyave, el primer director de
de Escritores que Manuel Mejía Vallejo dirigía
la BPP, sería tan famoso como Alejandro López
en La Piloto desde 1979. “Es mi historia funda-
o Francisco José Cisneros, adalides del Ferrocarril
cional”, dice Mejía. Allí encontró su “verdadero
de Antioquia. No es exagerado decir que la aper-
amor” y decidió convertirse en escritor.
tura de la BPP fue como atravesar otro túnel de La Quiebra, pero en el terreno intelectual.
En ese taller, que había sido creado en febrero de 1978 por iniciativa de Alejandro González,
Pronto fue el centro neurálgico de la cultu-
quien había hecho una residencia de escritores
ra antioqueña. Había conciertos, teatro, coro,
en Iowa, Estados Unidos, aparecieron otros
Antigua Sala de Arte. AI-BPP.
La Biblioteca Pública Piloto se inauguró el 24 de octubre de 1954, en la sede de la avenida La Playa (calle 52 n.o 42-37).
como Luis Fernando Macías, Jairo Morales, Ser-
ferias y fiestas del libro que conocemos hoy y la
gio Viera, Margarita María Santamaría, Édgar
Piloto se convirtió en el lugar ideal para recibir a
Trejos, Orlando Gallo y Lucía Victoria Torres.
escritores e intelectuales nacionales y extranjeros.
Atraídos por el magnetismo de Mejía Vallejo,
Jairo Morales, quien fue monitor del taller
quien ya había ganado el Premio Nadal (1963),
desde sus inicios y quien lo dirige desde 1994
por su taller también pasaron escritores reco-
(cuando Mejía Vallejo tuvo que abandonarlo
nocidos como Leonel Góngora, R. H. Moreno
por razones de salud), recuerda la presencia de
Durán, Fernando Cruz Kronfly y Álvaro Cepeda
escritores como Jorge Luis Borges, Juan Rulfo,
Samudio. No existían entonces en la ciudad las
Camilo José Cela, Manuel Puig. “Rulfo era muy
Las exposiciones de arte pictórico y escultórico han nutrido por años la agenda cultural de la BPP. Fabio Restrepo. 1977. AF-BPP.
75
silencioso, Cela muy exuberante y Puig muy
La Piloto fue una vitrina abierta donde alber-
chistoso”, dice Morales y destaca la importan-
gar, compartir y exhibir parte del conocimiento
cia del Fondo Editorial de la BPP, que cuenta
del mundo. Un ombligo piloto para América
con un catálogo de más de 150 títulos y fue
Latina que ataba a Medellín a una matriz uni-
donde se publicó por primera vez la produc-
versal. La demostración de que una biblioteca
ción del taller.
puede cambiar el rumbo de una ciudad.
Impresos Boletín Los días uno tras otro: órgano informativo mensual de la Oficina de Comunicaciones y Asuntos Culturales, fundado y dirigido por Jairo Osorio Gómez, director entonces de esa oficina. El primer número se publicó en junio de 1987 para cubrir mayo-junio, y su última entrega, la número 17, salió a la luz en marzo de 1989, cubriendo los meses de febrero y marzo. Aunque su carácter era esencialmente informativo, agregaba aquí y allá comentarios sobre las exposiciones artísticas individuales y colectivas, los ciclos de conferencias y de lecturas, las representaciones teatrales, ciclos de
Un puente entre tiempos
cine, muestras de videos, conciertos, recitales poéticos, exposiciones biblio-
76
gráficas, presentaciones de libros, talleres literarios y audiciones de pedagogía musical. Le daba espacio también a las reseñas de libros de autores colombianos, además de divulgar la actividad normal de la biblioteca y de sus diferentes secciones.
TÍTULO
Pluralismo, educación pública y libertad, valga decir, La Piloto
omos tantos en esta ciudad los que tenemos atravesada La Piloto en la me-
NÚMERO
017
moria de nuestros primeros y juveniles escarceos con la cultura y luego a lo largo de toda nuestra vida. Sin exageración y sin alaban-
PÁGINAS
AUTOR
zas fáciles, he de decir que ninguna institución
04
Carlos Mario González
pública es tan entrañable para la gente de Medellín que ha frecuentado sus modestas insta-
Íntimamente pública, esa podría ser una descripción de la BPP. Desde siempre
laciones (¡nada que ver con la majestuosidad, solemnidad y belleza de muchas grandes bibliotecas del mundo!) como nuestra siempre querida Piloto. Decimos su nombre como lo más familiar, sin extrañarnos de él, sin la sorpresa de
ha estado abierta a quien
un amigo mío recién llegado a Medellín, quien
quiera entrar.
“¿Qué quiere decir eso de ‘Piloto’ para una bi-
sin poder entender preguntó sin ambages: blioteca?”. Nada, nosotros nos referimos a algo muy propio y cercano cuando decimos a alguien “¡listo!, nos vemos en La Piloto en la tarde”, sin
77
Un puente entre tiempos 78
preguntarnos por el origen del nombre de nues-
La Piloto!; aquí se ven niños ante sus libros de
tra preciada Biblioteca.
literatura infantil, desempleados haciendo buen
Pero a La Piloto no la queremos y le guar-
uso de su tiempo, jubilados de cara a un texto
damos gratitud caprichosamente; todo lo con-
que copa sus horas, estudiantes de escuela, de
trario: es en gracia a su tenaz, perseverante y
colegio, de universidad realizando una consul-
casi silenciosa labor en pro de la formación de
ta, el asistente habitual que lee el periódico, el
las personas de la ciudad sin discriminación de
animado por la voluntad de erudición leyendo
nadie, por su continua labor, por elevar el nivel
su enésimo libro del mes, los que en la sección
de sensibilidad y reflexión de los habitantes de
de préstamos presentan los libros que van a lle-
Medellín y de quienes la siguen virtualmente.
var a casa o los que van a devolver, porque La
Una de las características de La Piloto que
Piloto es un testimonio permanente de confian-
más profundamente me ha impresionado es su
za en la gente, no solo por facilitarle el ingreso
carácter verdaderamente público, es decir, su
libre a quien quiera, sino por prestar sus libros
disposición a acoger a todo aquel que quiera
o materiales con el único requisito de un do-
traspasar sus puertas, sin exigir más que el de-
cumento de identidad y un número telefónico
seo del visitante para estar allí. ¡Cuán diferente
de un conocido, sin discriminación ni elitismo.
el paisaje humano que uno observa en La Pi-
Por eso La Piloto es pública de verdad y por eso
loto en comparación con, por ejemplo, el que
contribuye a la cualificación cultural de la pobla-
se contempla en las bibliotecas universitarias de
ción; así cumple un verdadero cometido social,
la ciudad! Mientras las universidades, cerradas
cosa que otras instituciones con más recursos
como un fortín a la población, llenas de vigi-
no hacen por el espíritu de élite que las rige.
lantes, controles y exigencias, con perentorias
Pero hay otro aspecto del papel social (y
normas que solo facilitan sus libros y materia-
cuando digo social digo, en este caso, la ciudad
les a quienes formen parte de la institución,
sin exclusión) que juega La Piloto y que es obli-
repelentes de todo aquel que no pertenezca a
gatorio destacar. Se trata de la función formado-
ella, solo ofrecen a la vista la rutinaria imagen
ra que lleva a cabo por medio de eventos que se
de profesores doctos y estudiantes en vías de
conciben como continuos en el tiempo. Cuando
serlo, ¡cuán diferente es el paisaje humano en
se habla de educación, se habla de procesos que
Lucio Calle fue el primer lector registrado en la base de datos, el 25 de octubre de 1954.
79
Afiches y programaciones culturales y acadĂŠmicas de la BPP. SA-BPP.
se despliegan de forma perseverante e hilada,
que explica por qué es una institución que ha
pues es lo que permite que se conforme un au-
ganado en aprecio y valoración tanto en nuestra
ditorio habitual que siga, física o virtualmente,
ciudad como fuera de ella. Se trata de su inde-
una temática definida, gracias a lo cual puede
clinable respeto por la libertad de pensamiento y
avanzar y profundizar progresivamente en dicha
de expresión. Exigente en cuanto al rigor teórico
temática o conocer diversas perspectivas desde
de lo que ofrece en sus espacios, es, al tiempo,
donde es abordable. En 2017, por poner un
real garante de ese principio democratizador por
ejemplo, en La Piloto se realizaron programas
excelencia del lazo social: la liberad de decir lo
continuos tales como Diálogos en la Ciudad,
que se piensa, de hacer pública la concepción
Conmemoremos, Cátedra Luis Antonio Restrepo
de la que se es portador, sin más requisito que la
y Aula Abierta (estos dos últimos del Instituto de
solvencia teórica y argumentativa para sustentar
Filosofía de la Universidad de Antioquia). Estos
lo que se expone.
programas atraen un público heterogéneo y asi-
En fin, por su irrestricto pluralismo, por la
duo que consigue hacerse a elementos de juicio
seriedad de su labor educativa y por su fidelidad
a propósito de la temática desarrollada a lo lar-
con la libertad de pensamiento, La Piloto se ha
go del año, de donde deriva un efecto educativo
sabido ganar siempre un lugar en el afecto de
que contribuye a elevar el nivel de conocimiento,
quienes algo hemos tenido que ver con ella; por
reflexión y crítica de los asistentes fieles.
todo lo dicho, la valoramos como una institu-
Pero al carácter pluralista y a la función edu-
Un puente entre tiempos
cativa La Piloto suma una tercera característica,
80
ción ejemplarmente democrática en una sociedad como la nuestra, frágil y restringida.
La BPP tiene 207.623 libros. Esto equivale a más de la mitad del total de materiales disponibles en distintos formatos.
TÍTULO
Mis amores con La Piloto
esde niño tengo relaciones íntimas con una biblioteca, La Piloto. Soy un NÚMERO
018
deudor moroso (y amoroso) de sus servicios. En 1954, cuando empezó a culturizar gente llevando libros a los barrios en los famo-
PÁGINAS
AUTOR
sos Bibliobuses, yo era uno de los usuarios. Los
04
Óscar Domínguez G.
extraños carros de La Piloto, que parecían venidos de otros mundos, llegaban a la cuadra y,
Por años, la BPP fue la única biblioteca pública de la ciudad y, al mismo tiempo,
en plena calle, dejaban en manos infantiles o adultas el maná de la lectura. 15 días después repetían el ritual. Prestaban libros como quien regala el pan y la leche, artículos de primera necesidad… como los libros. La gente era buena
biblioteca personal de miles
como el pan. O la leche que dejaban en botellas
de lectores.
que los legítimos dueños las retiraban.
en la puerta de las casas. Allí permanecían hasta Dicho con el poeta-tallerista Jaime Jaramillo Escobar, La Piloto era la biblioteca personal de cada uno de nosotros. Entonces, como ahora,
81
Los jugadores de ajedrez, de manera anecdótica y sin proponérselo, llenaron de personalidad la sala de lectura Pedro Nel Gómez. AI-BPP.
las casas se hacían sin espacio para los libros, es decir, para lo importante. En esto no hemos evolucionado mucho. No faltaban, eso sí, los libros de la Alegría de leer de Evangelista Quintana, el eterno best seller. A la Alegría llegábamos después de aprender a juntar vocales y consonantes de la mano de alguna maestra, soltera perpetua. Tampoco faltaba el Catecismo del padre Astete, que nos aprendíamos con preguntas y respuestas. Y como el mundo estaba tierno, muchos de los libros nos entraban por los oídos. Los escuchábamos en radionovelas como Lejos del nido de Juan José Botero, o El derecho de nacer de Félix B. Caignet. Obras que nos esperaban en La Piloto. Por esas calendas (años 50), cuando tenía la sede en La Playa, la montaña de libros iba a nosotros. Desde 1974 nosotros vamos a la montaña en su actual enclave entre la autopista y la calle Colombia, en el barrio Carlos E. Restrepo, convertido en pulmón y zona de distensión cultural. Rompe el paisaje una funeraria que nos recuerda nuestra condición de mortales. Nada que ver con la vocación de eternidad que tienen las novelas. Un pajarito me contó que los personajes de los libros que habitan La Piloto vivieron dos años El famoso Bibliobus llevaba los servicios bibliotecarios a muchos barrios de la ciudad. AI-BPP
83
más aburridos que una cacatúa, sin nadie que
Un tallerista, Jairo Morales Henao, recuerda
los leyera. Don Quijote y Sancho se desespera-
que al comienzo de los trabajos “veía uno a esos
ban en su forzoso sabático. Estaban que tiraban
usuarios caseros, tradicionales, rondando frente
la toalla a la espera de que concluyeran las ne-
a la entrada, sumidos en la ‘güerfandá’, según
cesarias tareas de latonería y pintura a que fue
decía el viejo Carrasquilla”. Morales Henao dicta
sometida la vieja estructura.
su taller en la Torre.
La Torre de la Memoria le ha dado una mano
Cierro el departamento de citas con Janeth
a la hermana mayor. No tiene cara de torre, pero
Posada, que heredó de Lucía Donadío la con-
tiene la memoria de Funes, el personaje de Bor-
ducción de otro taller de creación que funciona
ges: alberga la Sala Antioquia y el Archivo Foto-
en Los Colores: “… quizás las puertas abiertas
gráfico. Ah, y nunca ha dejado ser el auditorio
de uno de los símbolos de desarrollo cultu-
que tiene a la entrada, temporalmente, el bron-
ral de Medellín nos devuelvan un poquito de
ce de Barba Jacob, obra de Óscar Rojas. Cerca
esperanza”.
está el de Otto Morales de Arenas Betancur. En los alrededores de La Piloto me parece ver deambulando a Montaigne, Wilde, Molière, Víctor Hugo, Aristófanes, Dumas, Verne, Salgari, Carrasquilla, Mejía Vallejo, García Márquez y otros creadores que han hecho mejores nuestros propios mundos. Estos inmortales se confunden
Un puente entre tiempos
con otros desparchados: anónimos lectores de la
84
prensa diaria y revistas, talleristas y jugadores de ajedrez que se han tomado locales vecinos para no faltar a las citas con la diosa Caissa los martes y jueves, fans de películas del Hitchcock, Fellini, o del oeste, las mismas que veíamos en los cinemas paradisos de nuestra infancia, la única época en la que todos somos inmortales. Los lectores de prensa, otros de los personajes habituales de la BPP. AI-BPP.
TÍTULO
Una colección de arte en una biblioteca
a importancia de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín en el desarrollo y NÚMERO
019
dinámica de las artes visuales en Antioquia se remonta a los años 70 del siglo pasado. Ante la ausencia en la ciudad de un museo de
PÁGINAS
AUTOR
arte moderno, la BPP concentró durante una dé-
06
Carlos Uribe
cada la atención de artistas, galeristas y críticos, quienes encontraron en sus salas de exposicio-
La BPP fue también casa de artistas, a falta de otros espacios. Las obras siguen
nes y en la amplitud del edificio la mejor plataforma para programar muestras. Exposiciones individuales de creadores representativos como Fernando Botero, Alejandro Obregón, Ómar Rayo, Pedro Nel Gómez, Dora
ahí, para acudir a ellas
Ramírez, Maripaz Jaramillo, León Ruiz, Édgar
como a los libros.
Antonio Suárez, Nadín Ospina y el Taller Cuatro
Negret, Germán Botero, María Teresa Cano, José Rojo, por mencionar solo algunos, dan fe de la importancia cultural de la BPP en el contexto de la vanguardia plástica nacional. Además, fue
85
Ethel Gilmour, Aníbal Gil, Aníbal Vallejo, Saturnino Ramírez y Mario Arango. Ese mismo año se presentó una exposición del innovador Taller Central de la carrera de Artes de la Universidad Nacional, sede Medellín. Esta exposición contó con 40 pinturas y obras gráficas de Juan Cristóbal Aguilar, Luis Fernando Escobar, Alba Cecilia Gutiérrez, Marta Lucía Ramírez, Ana Libia Vélez, Francisco Aníbal Correa, Álvaro Ceballos, Germán Uribe, Juan Luis Mesa sede del 1. Salón Regional de Artistas Colom-
y María José Morales. Servir de espacio simultá-
o
bianos de la zona Occidente en 1976, del 2.
neo de confrontación para los jóvenes y exper-
en 1978, del 3. en 1980 y del 4. y último en
tos, así como de sede de talleres experimentales
1985, cuando fue relevada por el naciente Mu-
en artes plásticas para las jóvenes generaciones,
seo de Arte Moderno de Medellín, vecino en el
convocó a lo más notable de la escena visual.
sector Carlos E. Restrepo.
Ejemplo de esto es el recordado Taller de Gráfica
er
Un puente entre tiempos
o
86
o
La BPP fue igualmente un laboratorio de
Experimental que formó a promesas del arte lo-
experimentación y puesta en escena de nuevas
cal como Julián Posada, Carlos Echeverri, Adolfo
tendencias: en 1980, la exposición “Artistas jó-
Bernal, Beatriz Jaramillo, entre otros.
venes de Antioquia” reunió parcialmente nom-
La presencia de estos artistas y de otros no
bres y obras de artistas que trazaban su labor
mencionados facilitó que la BPP iniciara una co-
creadora en el medio con riesgo y proyección.
lección, por adquisición o donaciones, que hoy
Entre los seleccionados estaban Juan Camilo
alberga 348 obras de arte de diferentes géneros
Uribe, Félix Ángel, Francisco Valderrama, Javier
y técnicas. Sin pretensiones, es un compendio
Restrepo, Marta Elena Vélez, Jorge Cárdenas,
del arte contemporáneo de la región y contie-
Rodrigo Callejas, Hugo Zapata, Óscar Jaramillo,
ne valiosas piezas que cualquier museo desearía
Dora Ramírez, Pascual Ruiz, Humberto Pérez,
para su guion museológico. Las siguientes resu-
Álvaro Marín, John Castles, Armando Londoño,
men la diversidad y valor de esta colección:
La Sala de Arte, donde se exhibió la obra de Omar Rayo. AI-BPP.
1.
2.
87 1.
2.
Carro I y Carro II (1983), Javier Restrepo; acrílico sobre tela (díptico).
BPP fachada (1961), Aníbal Gil; óleo sobre tela.
Un puente entre tiempos
Serie Retratos: Bolívar, Nariño, Santander (1975), Guillermo Cuartas; acrílico sobre tela.
88
Mata de maíz (1983), Antonio Caro; serigrafía sobre papel.
Hierba (1981), Luis Fernando Valencia; fotografía positivo b/n.
Caricaturas (1920), Ricardo Rendón; litografía sobre cartón.
La vida y la muerte caminando por aquí, por allá (1987), Jean Gabriel Thenot; óleo sobre lona.
89
Paisaje (1984), Rodrigo Callejas; óleo sobre lona.
Porfirio Barba Jacob (1979), Óscar Rojas; bronce.
1.
2.
Un puente entre tiempos
3.
90
1.
Pedro (1974), Fernando Botero; óleo sobre tela.
2.
Homenaje (1976), Juan Camilo Uribe; collage.
3.
Autorretrato (1973), Dora Ramírez; óleo sobre tela.
TÍTULO
Tres vestigios del arte en Antioquia con pintura, cal y barro n 1954, en el hemisferio occidental se replicó lo que acababa de ocurrir NÚMERO
020
en la India: se construyó una Biblioteca Pública Piloto. Cuando ese bellísimo golpe de suerte ocurría en la Conferencia General de
PÁGINAS
AUTORA
la Unesco, celebrada en París, se ignoraban las
06
Manuela Saldarriaga
coincidencias que tendría en relación con el desarrollo artístico de Medellín. Esta pequeña ciu-
La piel de la biblioteca son los libros, y también los murales que los artistas
dad asentada en un ramal andino, en la esquina noroeste de Suramérica, se distinguiría, entre otras cosas, por ser un estrado de exposición de arte de vanguardia en Colombia. Ya en 1870 la Biblioteca Soberana del Esta-
pintaron para darle la
do de Antioquia había visto la luz. También la
apariencia que se merecía
las artes estaban en procura de dar respuesta a
Escuela de Artes y Oficios. A finales del siglo XIX
por ser el corazón cultural
una identidad menos arraigada al campesinado
de la ciudad.
nica. La carpintería y la pintura esbozaban las
y con miras a una formación artesana más téc91
particularidades del arte que se produciría en
con espectadores asiduos entre el ambiente de
Medellín. Se hablaba de una veintena de pin-
estantes.
tores a principios del XX y de un nombre en
Un puente entre tiempos
especial: Francisco Antonio Cano.
92
Un primer mural aparece en 1969 con Dora Ramírez, quien, con 17 niños de su taller de pin-
En 1964 ese experimento de cultura social
tura, crea El mundo que nos rodea. Luego, entre
que era la Piloto se traslada de La Playa al sec-
1975 y 1977, crea otros murales con sus pu-
tor de Otrabanda, hoy Suramericana. En 1974,
pilos, de los que actualmente solo queda el de
10 años después, Darío Alberto Restrepo asu-
la sala general, sobre Colombia precolombina.
me la dirección e inaugura una sala de arte
Martha Calad, consultora de moda y quien ha
con una exposición de tintas, acuarelas, car-
estado vinculada por años al mundo del diseño,
boncillos, óleos, collages y pasteles de Fernan-
recuerda haber formado parte de esos murales:
do Botero, y con una exposición de Alejandro
“Yo tenía siete u ocho años y recibía clases de
Obregón. Tres años después, en 1977, escribe
pintura los sábados en la mañana con Dora Ra-
Botero desde el mismísimo corazón de París
mírez. Un día nos dice al grupo que íbamos a
anunciando que regalaría el cuadro Pedro para
hacer un mural en la Biblioteca, y como iba a ser
la pinacoteca de la Biblioteca.
algo que iba a quedar por mucho tiempo, nos
En 1975, para la celebración del tricentena-
pidió que nos inspiráramos en el futuro. No sé
rio de Medellín, Restrepo, el director, junto con
de dónde, pues yo estaba muy pequeña, pinté
Darío Ruiz Gómez y Dora Ramírez, presenta
un ‘computador’. La idea fue pintar una máqui-
una exposición con más de 100 obras de Dé-
na llena de botones y colores contrastantes. Me
bora Arango, quien desde la década del 50 no
angustié mucho, pues quería que quedara claro
pintaba. Después de Botero y Obregón, pinto-
qué era ese aparato y le puse el nombre. El pro-
res como Enrique Grau, Pedro Nel Gómez, Luis
blema fue que no me cupo en el espacio y que-
Caballero, Augusto Rendón, Beatriz González,
dó “comput”. Sin embargo, ella me dijo que no
Rodolfo Abularach (Guatemala), –estos últi-
me preocupara, que no había ningún problema.
mos expuestos bajo la curaduría de Alberto Sie-
El mural lo hicimos durante varios sábados”.
rra– y Félix Ángel, entre otros, formaron parte
En 1980, cuando Juan Luis Mejía dirige la
del paisaje virtuoso de la época y expusieron
Biblioteca, Pedro Nel Gómez hace un segundo
1.
2.
3.
1.
La posibilidad de leer y estudiar rodeado de obras de arte. AI-BPP.
2. Antonio Caro frente al mural de Pedro Nel. Montaje de la exposición conjunta con Alicia Barney y Carlos Echeverri, en las Sala de Arte de la BPP. 1985. Archivo Jairo Osorio. 3.
Restauración al mural “Homenaje a la inteligencia antioqueña” de Pedro Nel Gómez. AI-BPP.
93
Un puente entre tiempos 94
mural en conmemoración de los 25 años y gra-
juego visual, están compuestos por esquemas
cias al Acuerdo municipal nº. 15 de 1979, que
de pares que, por ser de barro, conservan la
obligaba a realizar una obra de arte a quienes
textura corrugada sobre una superficie plana.
construyeran determinadas áreas. El fresco, que
Paralelo a este mural, el artista Jaramillo expuso
tiene por nombre Homenaje a la inteligencia
30 cerámicas.
antioqueña, hace alusión más a un anhelo que
La memoria plástica que ha conservado en
a un reconocimiento de la sociedad, y propone
sus instalaciones durante más de medio siglo la
la educación como camino a la emancipación
Biblioteca Pública Piloto expresa con cal y can-
de un pueblo.
to, en suma, las aspiraciones de una época en
El mismo año, en agosto, se alza generoso
avance sin contención y, define una afición vital
el tercer mural. Este fue una intervención del
por la apreciación y análisis del desarrollo so-
ceramista Pablo Jaramillo, llamada Tierra, agua,
cial, de lo que se entendió por identidad y de lo
aire y fuego. Como el de Ramírez y sus niños,
que el arte produjo sobre una idea de progreso,
se inspiró en la disposición estética de figuras
así como lo que la idea de progreso produjo
precolombinas atadas al simbolismo de los ele-
sobre el arte.
mentos. Sus cuerpos sólidos, que proponen un Dora Ramírez supervisa la pintura del gran mural de la sede central. 1975. Fabio Restrepo. AF-BPP.
1.
2.
95 1.
2.
Mural titulado El mundo que nos rodea, hecho por Dora RamĂrez y sus alumnos. AI-BPP.
Colombia precolombina el mural que domina actualmente la sala general. AI-BPP.
Un puente entre tiempos 96
Mural alegรณrico a los cuatro elementos del universo elaborado por Pablo Jaramillo, ubicado en la entrada de la Biblioteca. AI-BPP.
TÍTULO
Una sala para leer a Antioquia
a Sala Antioquia se abrió al público en abril de 1985. Contaba en ese comienNÚMERO
021
zo con 1.500 libros, 1.000 ejemplares de revistas reunidos en 100 títulos, 500 folletos. Este fondo documental había sido conformado
PÁGINAS
AUTOR
por el bibliófilo antioqueño Bernardo Montoya
05
Jairo Morales Henao
en años de tozudos rastreos por librerías anticuarias colombianas y también de Quito, La Paz,
La Sala Antioquia no solo reúne la obra de autores antioqueños sino todo
Lima, Buenos Aires y capitales centroamericanas. Enterado de la existencia de esa colección, el doctor Juan Luis Mejía Arango se propuso que fuera adquirida por la Biblioteca Pública Piloto. Con el apoyo de Antonio Álvarez Restrepo,
lo que se ha escrito sobre
miembro de la Junta Directiva del Banco de la
el Departamento y sus vecinos
tural de la entidad, fue comprada por el Banco,
Caldas, Quindío y Risaralda.
República, y Juan Manuel Ospina, director culque la regaló a la Biblioteca Pública Piloto en 1984, y la fue entregada ese mismo año a su directora, Gloria Inés Palomino.
97
temática, en la que cabían obras de autores que se ocuparan de la región, así fueran originarios de otros lugares. Esas características definían el público para el que se destinaba la Sala Antioquia: investigadores y estudiantes universitarios, principalmente, interesados en cualquiera de las temáticas que conforman la totalidad de las áreas del conocimiento, pero enfocadas a la región antioqueña. 31 años después de aquel inicio, el inventario realizado en el año 2016 da cuenta de la existencia de 27.367 libros, correspondientes a 18.724 títulos; 2.883 folletos, recogidos en 2.212 títulos; 21.374 ejemplares de revistas, agrupadas bajo 2.079 títulos; 2.606 títulos de catálogos de arte y 737 mapas y planos. Tam-
Un puente entre tiempos
bién se cuenta con dos colecciones personales
98
A partir de entonces la BPP se propuso con-
notables: la del poeta León de Greiff, con 3.793
solidar una sección patrimonial cuyo propósito
libros relativos a 3.727 títulos, y la de su her-
fuera recuperar, conservar, organizar y difundir
mano, el poeta, musicólogo y traductor Otto
el patrimonio bibliográfico de la región antio-
de Greiff, con 7.283 ejemplares, recogidos en
queña, entendiéndose por esta al territorio de
3.431 títulos, a lo que habría que agregar su
Antioquia y los departamentos de Caldas, Quin-
colección discográfica.
dío y Risaralda.
La Sala Antioquia ha ido adquiriendo una va-
Desde un comienzo la sección desplegó su
liosísima colección de fondos personales e institu-
actividad con base en otro criterio diferencia-
cionales. Del total de 31 de estos fondos, mencio-
dor: se concebía, más que como una biblioteca
namos, en aras de la brevedad, los de Adel López
de autores antioqueños, como una biblioteca
Gómez, Manuel Mejía Vallejo, José Restrepo
Catálogo impreso para Exposición de Joyas Bibliográficas, Sala Antioquia 10 años, publicado en 1995. SA-BPP.
Jaramillo, Carlos Castro Saavedra, el movimien-
Antioquia, uno de sus más notables, continuó
to Nadaísta, Ciro Mendía, Diego Calle Restrepo
desarrollándose hasta contar hoy con un total
y Efe Gómez.
aproximado de 10.000 caricaturas, en diferen-
Otras colecciones sobresalientes son las de
tes formatos. En 2015 se hizo una exposición
revistas culturales de los siglos XIX y XX, como
gráfica que fue acompañada por un catálogo
Alpha, La Miscelánea, El Montañés, El Reperto-
titulado Panorama de la caricatura en Antioquia
rio, Lectura y Arte, Vida Nueva, Claridad, Panida,
en el siglo XX.
Cyrano, Sábado y Antioquia. Y de periódicos de
Otra área documental de gran utilidad para
los mismos siglos, como El Correo de Antioquia,
toda clase de consultas es el Archivo Vertical
La Organización, El Bateo, El Correo Liberal, El
(conformado en lo fundamental por recortes de
Heraldo de Antioquia y El Diario.
prensa). Contiene cerca de 450 temas, de índole
En 1987 el Banco de la República le enco-
muy diversa, como barrios y calles de Medellín,
mendó la BPP la coordinación del inventario
municipios de Antioquia, Ferrocarril de Antio-
de caricaturas publicadas por antioqueños en
quia, colonización antioqueña, minería, café,
diferentes épocas y medios, principalmente du-
historia del transporte, plazas de mercado, Gua-
rante el siglo XX. El resultado fue una recopi-
yaquil, Festival de Poesía, teatro, cine, etc.
lación de cerca de 2.000 caricaturas, entre ori-
Todo ese acervo documental ha sido utiliza-
ginales, reproducciones fotográficas, negativos,
do por investigadores y estudiantes de la ciu-
e impresas. El Fondo de Caricaturas de la Sala
dad, la región, el país, y aun fuera de Colombia.
Alojada inicialmente en el edificio principal, la Sala Antioquia fue traslada luego a la Torre de la Memoria. AI-BPP.
99
Un puente entre tiempos 100
Artículos, tesis de grado, libros, reediciones fac-
Anteriormente, en 1994, y con el apoyo de la
similares, videos, obras de teatro y colecciones
Secretaría de Educación y Cultura de Antio-
completas como la Biblioteca Básica de Mede-
quia, el Museo Histórico, la Casa Museo Fer-
llín, editada por el Instituto Tecnológico Metro-
nando González y la Dirección de Extensión
politano, encontraron allí su primer estímulo, y
Cultural de la Biblioteca Pública Piloto, se ha-
en muchas ocasiones, acompañaron de princi-
bía editado el catálogo Viaje a la Presencia de
pio a fin el desarrollo completo de la obra.
Fernando González.
Con motivo de los 10 años de funciona-
A partir de 1996 se comenzó a publicar el Bo-
miento de la Sala Antioquia, entre 1995 y
letín Cultural y Bibliográfico Escritos desde la Sala,
1997 se editaron catálogos sobre Adel López
que divulga la historia y la cultura de la región
Gómez, Los Panidas, Botánicos Antioqueños,
antioqueña. Colaboran en él personas expertas
Joyas Bibliográficas de la Sala Antioquia, José
en diferentes temas, externas a la institución y
María Bravo Márquez y José Restrepo Jaramillo.
también pertenecientes a ella, como su editor
Escritos desde La Sala. Boletín cultural y bibliográfico coleccionable de la Sala Antioquia que circula desde 1996. SA-BPP.
general y quienes han trabajado en su diseño, especialmente José Gabriel Baena (q.e.p.d).
Miguel Escobar Calle fue el curador de la Sala Antioquia y han prestado sus servicios en ella
Y con motivo de los 25 años se editaron
Luz Posada de Greiff, Yohem Taborda, Cristina
15 entregas de un plegable temático titulado
Silva, Patricia Cataño, Juan de Dios López Cano,
“Coleccionables”, donde divulgaron colecciones
Teresa Naranjo, Luz Daris Escobar, María Elena
con temas como prensa alternativa, cocina, car-
Palacio, Alejandra Quintero y quien esto escribe.
tillas de lectura, revistas de empresas, etc.
Jairo Morales Henao.
Impresos Boletín cultural y bibliográfico Escritos desde la Sala: este medio de difusión y construcción de nuestra identidad cultural regional, adscrito a la Sala Antioquia de la BPP, surgió por iniciativa del coordinador de esa sección, Jairo Morales Henao, quien ha sido su editor. Su primera entrega apareció en septiembre de 1996. Desde entonces se han publicado 24 entregas; la más reciente fue en julio de 2018. Este boletín acoge artículos de colaboradores de la institución y externos a ella sobre la historia y la cultura de la región antioqueña, relacionados con temas de arquitectura, urbanismo, música clásica y popular, artes plásticas, fotografía, caricatura, poesía, narrativa, crítica literaria, arte religioso, botánica, publicaciones periódicas, folclor, librerías, libros antiguos y nuevos de autores antioqueños, bibliotecas patrimoniales, genealogías, personajes, entre otros. 101
Un puente entre tiempos 102
Mosaico de libros, partituras, documentos y caricaturas que se salvaguardan en la Sala Antioquia. SA-BPP.
TÍTULO
Joyas de la Sala Antioquia: libros raros, documentos especiales y objetos curiosos NÚMERO
022
PÁGINAS
AUTOR
010
Carlos Uribe
Disponibles para quien los quiera encontrar, estos son los tesoros que alberga la BPP. a BPP ha atesorado desde 1977 cerca
procedencias o por diferentes intereses, y han
de dos millones de piezas patrimonia-
nutrido sus unidades patrimoniales. La Sala An-
les: fondos y colecciones de fotografía
tioquia es una de estas unidades y opera desde
histórica, libros incunables, bibliografía, docu-
abril de 1985 como una plataforma de consulta
mentos manuscritos, mecanografiados y digita-
física y digital para interesados e investigadores
les, objetos de arte invaluables para la historia
en contenidos históricos de la cultura regional.
local y para la memoria regional ante el mundo.
Los documentos patrimoniales se clasifican
Estos bienes materiales de carácter docu-
cronológicamente y en su valoración se esti-
mental y archivístico, que por su valor irrepe-
ma su aporte histórico o patrimonial (único
tible e irremplazable son denominados hitos,
e irrepetible, si lo fuere), su carácter estéti-
emblemas o legado de la ciudad y la nación,
co, sociocultural y la importancia de su autor
o sea, son testimonios originales y delegatarios
en el contexto del pensamiento de la época.
de nuestra memoria como sociedad, han in-
Esta es una selección de los emblemas más
gresado históricamente a la BPP desde diversas
representativos:
103
Memoria científica sobre el cultivo del maíz en los climas cálidos del Estado de Antioquia, 1872. Primera edición publicada como homenaje a Gregorio Gutiérrez González en el año de su muerte. El libro, editado en Bogotá, trae una notica, introducción o prólo-
Las siete partidas del rey don Alfonso el Sabio, 1781.
go del Tuerto Camilo Antonio Echeverri y puede catalo-
Un puente entre tiempos
garse como una curiosidad
104
Redactadas por el rey Alfon-
tres ediciones con que cuenta
so X, el Sabio, entre 1256 y
la BPP corresponden a los dos
1265, están entre las obras
libros de la Quarta partida y
más importantes de la Edad
la Quinta partida, publicados
Media. Conocidas también
en 1767, y un tercero de la
como Las partidas, abarcan
Quarta, que incluye el índice
todo el saber jurídico de la
de las leyes y glosas de las
época dentro de una visión
siete partidas, editadas por el
unitaria, por eso se consideran
licenciado y editor de la Coro-
una summa del derecho. Las
na, Gregorio López, en 1789.
bibliográfica.
Pensamientos de un viejo de Fernando González. Primera edición, 1916. Autografiada para el periodista Horacio Franco, cará-
Cuadros de la naturaleza y Curso compendiado de historia natural, 1912.
tula de Ricardo Rendón y prólogo de Fidel Cano, este libro representa el momento
De la fecunda y novedosa
1912, 1924; y El niño natura-
fundacional de la producción
producción de Joaquín Anto-
lista, 1935, 1944, 1958. Estas
filosófica, literaria y ensayísti-
nio Uribe están las distintas
publicaciones nos permiten
ca de González.
ediciones de Cuadros de la na-
un panorama sobre el desa-
turaleza, 1912, 1920, 1930,
rrollo de las ciencias naturales
1958, 1985; Curso compen-
en Colombia a lo largo de
diado de historia natural,
poco más de un siglo.
105
Maízopolis: monografías de los distritos antioqueños de Jorge Rodríguez. Editorial El Correo Liberal, 1915.
Un puente entre tiempos
La Constitución del Estado de Antioquia, 1812.
106
Editada en la imprenta de
y del departamento del Nor-
Bruno Espinosa en Bogotá
deste; firmaron la Constitu-
por don Nicomedes Lora,
ción el 23 de marzo y el 3 de
es la declaración previa a
mayo de 1812 fue aceptada
la independencia del estado,
por el pueblo. El proyecto
que se dio el 7 de febrero de
fue elaborado cuidadosa-
1813. Esta carta constitucio-
mente por los representantes
nal fue expedida en Rione-
antioqueños al Congreso de
gro por 19 constituyentes
las Provincias Unidas, José
elegidos entre los principales
Manuel Restrepo y Juan del
habitantes de las ciudades de
Corral, con la colaboración
Antioquia y Rionegro, de las
de José Antonio Gómez
villas de Medellín y Marinilla
Londoño.
Álbum de afectos íntimos de Fabricio Villa (manuscrito), 1880-1883.
Antioquia Literaria, colección de las mejores producciones de los escritores antioqueños desde 1812 hasta hoy, publicadas e inéditas, con reseñas bibliográficas, 1878. Compilada por el literato
Independencia, tradición
Juan José Molina e impresa
que se encontraba dispersa
por la Imprenta del Estado,
en múltiples publicaciones de
no es ninguna exageración
autores diversos, y le dio vida
decir que la importancia
a un estudio concreto sobre
cultural de esta obra es ex-
el panorama literario en la
cepcional dentro de las letras
región. El criterio de selección
Fue el primer periódico diario
antioqueñas. Representa el
fue amplio en materia de
que se publicó en el departa-
primer esfuerzo sistemático
géneros y autores: discursos,
mento. Dentro de su peque-
por darle cuerpo a lo que
poemas, ensayos, cuadros de
ño formato (12 cm de ancho
ya constituía una tradición
costumbres, notas de viajes
por 14 cm de alto) y muy
de casi 70 años desde la
y 86 escritores incluidos.
reducida letra (5 puntos), este
Primera edición de El Correo de Antioquia, 1875.
precursor de nuestra prensa fue un fiel y acucioso testigo de los acontecimientos, sueños y proyectos del pueblo antioqueño. A lo largo de sus escasos 50 números (desde el 15 de febrero de 1875 hasta el 21 de abril de 1875), siguió el ideario conservador y reformista del gobernador del estado Pedro Justo Berrío.
107
Diccionario abreviado de galicismos, provincialismos y correcciones del lenguaje de Rafael Uribe Uribe. Primera edición, Medellín. Imprenta del Departamento, 1887.
Un puente entre tiempos
Primera edición de Frutos de mi tierra de Tomás Carrasquilla, 1896.
108
Esta obra es la primera nove-
los Alzate, representados por
la de Tomás Carrasquilla y fue
Augusto, Filomena, Mina y
editada en Bogotá por la Li-
Nieves, hermanos entre sí y
brería Nueva. En esta el autor
de origen humilde; a pesar
revela sus extraordinarias do-
de ser huérfanos, con discipli-
tes de creador de personajes
na y tenacidad se convierten
y sus virtudes en el manejo
en comerciantes solventes;
del lenguaje. A lo largo de 30
y la de Martín Gala, joven
capítulos Carrasquilla cautiva
rico que asume las poses
al lector en un intrincado
del cachaco bogotano para
mundo de pasiones huma-
lograr el amor de la hermosa
nas. Son dos historias: la de
y esquiva Pepa Escandón.
El crimen de Aguacatal, 1874. Escrita por Francisco de Paula
esta convirtieron este crimen
Muñoz y publicada por la
en una leyenda. La minucio-
Imprenta del Estado en Me-
sidad de las descripciones, la
dellín. Aunque esta imprenta
reproducción de los diálogos y
ya había dado a luz muchos
la detallada reconstrucción de
documentos, este es el primer
los hechos hacen de este libro
libro propiamente dicho salido
un documento imprescindible
de sus prensas. “El crimen de
de la época, de la historia
Aguacatal” (o la historia de
de nuestro periodismo y de
Daniel Hachero, como em-
nuestra literatura. Ese mismo
pezó a denominársele con el
año apareció una segunda
paso de los años), conmovió
publicación de carácter oficial,
a toda Antioquia y a buena
que, con los aportes del exfis-
parte del país. El número
cal 1° del Circuito de Medellín,
de víctimas de una misma
describe el paso a paso de
familia, la brutalidad con la
la sentencia y el protocolo
que se cometió la masacre y
jurídico con el que se procedió
la aparente arbitrariedad de
a juzgar a los implicados.
El paso de La Quiebra en el Ferrocarril de Antioquia, tesis de grado del ingeniero Alejandro López, publicada en los Anales del Colegio de Zea, 1899.
Revista Lectura y Arte, 12 números. Medellín, n.o 1, julio de 1903, a n.o 12, febrero de 1906.
Celebración del 2° centenario de la fundación de la villa de Medellín (folleto), 1875.
109
Correspondencia y documentación epistolar personal e institucional. Entre los emblemas de las
toda su pléyade de epígonos,
colecciones bibliográficas
al igual que las emitidas o
y hemerográficas de la
recibidas por Manuel Mejía
Sala Antioquia y el acervo
Vallejo, Carlos Castro Saave-
de bibliotecas de autor se
dra, Efe Gómez, Adel López
incluye además una valiosa
Gómez, Porfirio Barba Jacob,
correspondencia pertene-
León de Greiff, Otto de
ciente a Manuel Uribe Ángel,
Greiff, Ciro Mendía, Belisario
Elías González, Luis Lalinde,
Betancur, Joaquín Antonio
Andrés Ripol, Fernando
Uribe, Lorenzo Uribe, Mar-
González, Camilo C. Restre-
celiano Posada, Coriolano
po, Pastor Restrepo, Próspero
Amador, Pedro Pablo Betan-
El ejemplar existente de Rosas
Restrepo y Marceliano Restre-
cur, José Restrepo Jaramillo,
negras, impreso en Ciudad
po. Asimismo, los interesados
Joaquín Pérez Villa, Haydee
de Guatemala, forma parte
pueden encontrar postales
Eastman, Inés Peláez Mejía y,
de una escasa y perseguida
y cartas de los fundadores
recientemente, del periodista
edición (perseguida por los
del movimiento nadaísta y
y escritor Óscar Hernández.
Rosas negras de Porfirio Barba Jacob. Primera edición, 1933.
Un puente entre tiempos
bibliófilos) que preparó en
110
1932 Rafael Arévalo Martínez y que publicó sin autorización del poeta. La carátula es un diseño exquisito de Arce y Valladares, uno de los más reconocidos dibujantes y caricaturistas centroamericanos.
Mapoteca y planoteca. Diversos planos y mapas,
propiedad de los hermanos
privados y estatales, se
Eliseo y Antonio María Cuar-
ofrecen a los investigadores
tas, fechado en 1913, lote
para analizar las dinámicas
donde opera el Aeropuerto
económicas de la región
Enrique Olaya Herrera, y
antioqueña y el desarrollo
el mapa del departamento
urbano de Medellín y su área
de Antioquia dibujado por
La Sala Antioquia conserva
metropolitana, principalmen-
Arturo Longas en 1926 para
igualmente partituras origi-
te. Se destacan por su ca-
promocionar empréstitos
nales de singular importancia
rácter patrimonial y estético
para el Ferrocarril de Antio-
de maestros como Gonzalo
el plano de Las Playas, finca
quia en Europa.
Documentación del género musical y partituras de piezas musicales.
Vidal, José María Tena, Carlos Vieco Ortiz, José María Bravo Márquez, entre otros.
111
Un puente entre tiempos 112
Antiguos empaques para papel fotogrรกfico y placas (negativos) de vidrio que se conservan en el Archivo Fotogrรกfico. AI-BPP.
TÍTULO
La Torre de La Memoria y su atlas de instantáneas a Biblioteca Pública Piloto de Medellín inició en 1978 su colección de imágeNÚMERO
023
nes fotográficas. Pasados casi 40 años, hoy los datos estadísticos asombran: 1.700.000 imágenes organizadas en 35 fondos fotográfi-
PÁGINAS
AUTOR
cos y 25.000 imágenes disponibles en la página
06
Gabriel Mario Vélez
web; además, un intervalo de tiempo que va desde 1848, que corresponde casi a la fecha de la
Gran parte del patrimonio fotográfico de Antioquia se reúne en un solo lugar
llegada de la fotografía a Colombia, hasta 2005. Sin que sea este un argumento central, los números respaldan la certidumbre de encontrarnos ante una de las colecciones patrimoniales más importantes de América Latina y el mundo.
dedicado a mantener vivas
Y aunque esta afirmación no se justifica sola-
las historias del pasado.
sí nos sirven de indicadores para decir que la
mente en las cifras, valores tan sorprendentes relevancia se sustenta en la concentración del trabajo visual de un conjunto muy representativo de fotógrafos locales, de muy distinta índole,
113
1.
cuya obra fue puesta en custodia y al alcance de investigadores y público en general. Esta es la razón por la que la Unesco en noviembre de 2012 declaró la colección Registro Regional de Memoria del Mundo, una dignidad no solo justa, sino necesaria. En el mismo tenor, la Biblioteca se inventó un concepto aglutinante puesto en operación como una declaración de principios: la Torre de la Memoria. Al amparo de un referente arquitectónico, cuyo propósito es proteger y custodiar, se resguardan las huellas del pasado a la manera de un baluarte patrimonial para permitir que el encuentro con el presente cobre sentido. La colección del Archivo Fotográfico comenzó con el rescate de la obra de Benjamín de la Calle, fotógrafo que retrató a Medellín en un
2.
período comprendido entre 1898 y, por lo menos, las primeras dos décadas del siglo XX. Sabemos que de los más de 200.000 negativos producidos en su estudio se rescataron apenas Un puente entre tiempos
7.000. El resto se perdió por el reciclaje del soporte en vidrio y el borrado de la imagen. Una pérdida que no hay manera de compensar y que, a la postre, opera como un patrón. Por eso mismo, que la colección fotográfica de la Piloto haya iniciado su existencia bajo la lógica
114
del rescate es ciertamente un síntoma. Porque 1.
2.
Estanterías, llamadas “colmenas” en lenguaje archivista, donde se conserva material del Archivo Fotográfico. AI-BPP
Primeros años del Archivo Fotográfico BPP, antes de ser trasladado a la Torre de la Memoria. AI-BPP.
3.
el rescate, una medida que debería ser excepcional en los proyectos de valoración y conservación patrimonial, en la Torre de la Memoria ha sido una pauta regular, situación generalizada, por cierto, en colecciones similares de toda América Latina. Pero es un síntoma que no solo revela la manera como se gestó la colección BPP, sino que evidencia el vínculo que nosotros, los herederos, tenemos con nuestro propio pasado. Porque, a diferencia de lo que ocurre en otros 4.
entornos con una consciencia más interiorizada sobre el valor del patrimonio, en la lógica de la antropofagia de Andrade1, en América Latina, y particularmente en Colombia, las demandas del presente se imponen con tanto apremio (una suerte de matriz generadora en permanente construcción y transformación) que el espacio
5.
para la revisión del antes apenas tiene cabida. En contraste, cuando una colección extensa logra cobrar forma, como es el caso del Archivo Fotográfico de la Torre de La Memoria, nos damos cuenta del poder que concentra, porque en cada una de las imágenes hay lugares y personajes en la total singularidad de su existencia. 1 Osvaldo Andrade, en su “Manifiesto antropófago” de 1928, habla de “la capacidad de América para devorar todo lo ajeno e incorporarlo para crear así una identidad compleja” (De Sousa, 2002, p. 9). Este manifiesto fue publicado originalmente en la Revista d’ Antropofagia 1, Diario de Sao Paulo (1928). Sobre Andrade ver: A utopia antropofágica (Globo,1990).
115
3.
4.
5.
Ferrotipo de autor anónimo conservado en el Archivo Fotográfico. AF-BPP.
Fotografía estereoscópica que producía la sensación de tridimensionalidad. Mausoleo de José María Amador. Pablo Emilio Restrepo. 1895. AF-BPP.
Ambrotipo, uno de los primeros procedimientos fotográficos realizados en el siglo XIX. AF-BPP.
Cada uno de ellos, en potencia, es un deto-
forma a un sofisticado inventario que constru-
nador de experiencias cuyo blanco previsto es
ye, siguiendo a la Unesco, el Registro Regional
particular, pero en el conjunto son el registro
de Memoria del Mundo.
documental del paso del tiempo en cada lugar
La sentencia del saber popular así lo traduce:
donde estos personajes dejaron huella. Es en
“La fotografía recuerda lo que la mente olvida”.
esta doble dimensión donde su relevancia es in-
Pero no porque la fotografía sea el paliativo para
valuable: en la afectación íntima de los sujetos
la enfermedad del olvido, sino justamente por-
y en el reconocimiento como legado histórico
que reivindica la paradoja de un Atlas mnemosy-
que nos identifica como colectivo en una tem-
ne (a la manera de Aby Warburg). Un invento
poralidad y en un entorno cultural singular.
concebido para recuperar la historia (la propia)
La Torre de la Memoria es, en este sentido, un dispositivo especular que nos devuelve las
y, a través del “como si” del juego, plagarla de mitos para que vuelva a ser parte de la vida.
miradas de los sujetos que participaron en la construcción de lo que hoy es nuestra sociedad: Rodríguez, que recoge toda la saga de Melitón, su hermano, y sus descendientes; el ejercicio de Horacio Gil, que, sumado al extenso trabajo de Diego García, Digar, evidencia las distintas fórmulas en las que se puede, con toda justicia, invocar el rol del reportero gráfico; la construc-
Un puente entre tiempos
ción de la imagen con fines publicitarios, una
116
de las prácticas en las que Gabriel Carvajal fue pionero; las 54.000 fotografías realizadas por León Ruiz, entre las que se incluyen “El viaje por el río Magdalena” y aquellas que realizó a bordo de la emblemática fragata Gloria. Todos ellos, sumados a otros también reconocidos y a otro montón de imagineros anónimos, le dan Cámara de estudio de finales del siglo XIX que se cargaba con placas negativas de vidrio. AF-BPP.
El fotĂłgrafo Gabriel Carvajal junto al investigador Jaime Osorio, recibiendo y organizando el archivo Carvajal en la Biblioteca PĂşblica Piloto. 1999. AI-BPP.
TÍTULO
Las musas sin jaula (Divagaciones sobre bibliotecas e ideas, e ideas sobre bibliotecas)
espués de la Gran Depresión, el presidente Franklin D. Roosevelt pro-
NÚMERO
024
mulgó medidas de emergencia para sacar adelante a la gente más pobre de Estados Unidos. Entre sus proyectos estaban las bibliote-
PÁGINAS
AUTORA
carias de Kentucky, una brigada de mujeres a ca-
06
Ana Cristina Restrepo Jiménez
ballo que llevaba libros a las zonas montañosas, las más azotadas por la crisis y el aislamiento.
Las bibliotecas son proyectos
Un puente entre tiempos
que persiguen a los lectores,
118
especialmente aquellos
Entre 1935 y 1943, las amazonas de Kentucky cabalgaron por la lectura, y hacia 1940 el programa contaba con 30 bibliotecas y había prestado libros a 100.000 lectores. Historias como la de las amazonas de Ken-
interesados en formar
tucky o la del Biblioburro de Luis Soriano son
a otros lectores.
cendencia no es comercial. ¿Acaso no merece
esquivas al radar de los grandes medios. Su trasuna oda la travesía de Consuelo Marín y Pedro Agudelo, la promotora de lectura y el bibliotecólogo que recorrieron a pie el morro del Che,
La Escombrera y Belencito Corazón para conquistar nuevos lectores? Marcel Proust hablaba de la biblioteca como el recinto donde se practica la “gimnasia intelectual”. ¿Es la biblioteca un lugar físico, limitado entre paredes?, ¿cómo nombrar aquellas colecciones de libros peregrinos, a caballo, en burro, a pie?, ¿de qué maneras se han redefinido las bibliotecas públicas a través de la historia, de nuestra historia? En el imaginario colectivo, las bibliotecas albergan relatos e ideas consignados en libros, ¿qué tipo de ideas y relatos evocamos en torno a las bibliotecas?, ¿cómo percibimos a esos personajes que son el bibliotecólogo (formación académica) y el bibliotecario (empírico)? *** Mi mamá es bibliotecóloga. En los años 70, cuando apenas trazaba mis primeras planas escolares, asistía con ella a algunas clases en la entonces joven Escuela Interamericana de Bibliotecología, fundada en la Universidad de Antioquia en 1956. Ella solía dejar sobre la mesa del comedor algunos libros infantiles nuevos, pendientes de clasificación, ficha y forro. Tal vez los ubicaba estratégicamente a manera de “carnada” 119
para invitarnos a la lectura a mi hermano y a Biblioteca Nacional de Colombia. Gabriel Carvajal. 1963. AF-BPP.
1.
2.
mí, pero supongo que, al mismo tiempo, que-
he visto desdibujarse a las bibliotecas públicas
ría verificar si su elección literaria infantil había
como sitios “sagrados”.
sido acertada. ***
Un puente entre tiempos
En mi memoria también permanece una
120
escena de la serie The paper chase: su prota-
En la Antigüedad se decía que las bibliotecas
gonista, el estudiante James Hart, entra por pri-
eran la jaula de las musas. Zenódoto, Aristó-
mera vez a la biblioteca de la Escuela de Leyes
fanes de Bizancio e Hiparco, bibliotecarios de
de Harvard a la media noche y casi a hurtadillas.
Alejandría y guardianes de los escritos de Ho-
Necesita estudiar un caso judicial para el temi-
mero, permanecen como una suerte de canon
do profesor Kingsfield. El gesto de asombro en
del oficio.
Hart confirmaba mis sospechas de niña: las bibliotecas son lugares sagrados.
En La biblioteca de los libros perdidos, el crítico Stuart Kelly narra que Ptolomeo I, el Conser-
No obstante, ha sido en la cátedra abier-
vador, y su hijo Ptolomeo II lograron reunir en
ta Bibliotecas, Archivos y Ciudad, una serie de
la maravilla del mundo que fue la Biblioteca de
diálogos que he moderado en La Piloto, donde
Alejandría los más refinados saberes.
3.
Ptolomeo II entendió algo fundamental en
***
su tiempo: mantener la biblioteca requería paz.
La Conferencia Intergubernamental sobre Políti-
Y por eso selló tratados con romanos y le entre-
cas Culturales en Europa, convocada en Helsinki
gó en matrimonio a su hija, Berenice, a Antíoco
en 1972, determinó:
II de Siria, enemigo de Egipto por excelencia.
“La cultura no es ya solo una acumulación
La historia recuerda a Ptolomeo III como
de obras y de conocimientos que una mino-
el responsable de la catalogación de más de
ría selecta produce, recoge y conserva para
200.000 papiros. Después de descubrir que el
ponerla al alcance de todos, o que un pue-
faraón no tenía escritos de Esquilo, logró ne-
blo rico en pasado y en patrimonio ofrece a
gociar con los atenienses el préstamo del único
todos como un modelo del que les habría
ejemplar de sus obras completas.
privado su historia; que la cultura no se limi-
Luego, todo terminó en llamas. Infinidad de
ta al acceso a las obras de arte y a las huma-
conocimientos, relatos y saberes se han perdido
nidades, sino que es al mismo tiempo ad-
por falta de protección, de cuidado, de aten-
quisición de conocimientos, exigencia de un
ción, del juicio de un bibliotecario.
modo de vida y necesidad de comunicación;
1.
2.
3.
Biblioteca Reyes. Fotografía Rodríguez. 1912. AF-BPP.
Biblioteca de la Universidad de Antioquia. Francisco Mejía. 1938. AF-BPP.
Biblioteca Joaquín Uribe de Sonsón. León Ruíz. 1975. AF-BPP.
121
que no es territorio que ha de conquistarse
personas más interesantes de los siglos pasados
o poseerse, sino una manera de compor-
que fueron sus autores”. Gracias a los bibliote-
tarse consigo mismo, con sus semejantes y
cólogos y bibliotecarios esa charla es cada vez
con la naturaleza, que no es solamente una
más abierta y amplia, y la biblioteca pública se
esfera que conviene todavía democratizar;
consolida como ágora.
sino que se ha convertido en una democracia que es necesario poner en marcha”.
Los bibliotecarios y bibliotecólogos en el Valle de Aburrá son ejes de la democratización
A través de las bibliotecas públicas, la cul-
del conocimiento, difusores culturales cuya ac-
tura es democracia en marcha. Regresemos al
ción se ha redefinido en los entornos no solo
morro del Che, a La Escombrera y a Belencito
por la fuerza del conflicto armado, sino por las
Corazón: eran los días de las operaciones Maris-
dinámicas sociales propias de un país diverso,
cal y Orión. Desde el Caguán llegaban guerrille-
de una nación muy joven que todavía se esfuer-
ros de las FARC, que se topaban con comandos
za para comprender la importancia de su his-
armados, el ELN, y paramilitares. La biblioteca
toria… y del papel que las bibliotecas públicas
pública de la comuna 13, plural, sin sesgo polí-
ocupan en ella.
tico ni religioso, era el punto de encuentro: allí
En la cátedra abierta Bibliotecas, Archivos y
estudiaban los hijos de los milicianos, sus ma-
Ciudad, al calor de conversaciones sobre asuntos
dres recibían talleres de costura. Los violentos la
como “alfabetización informacional, biblioteca
respetaban porque allí, también, departían sus
pública y ciudadanía”, “información y género”,
seres amados.
“repositorios y colecciones patrimoniales”, “li-
Un puente entre tiempos
bro impreso vs. libro digital” o “libros y lectura
122
***
para jóvenes”, los guardianes de “la jaula de las
No, las bibliotecas públicas no son recintos ni
musas” se revelaron como líderes sociales cuyo
son sagradas. Son espacios de diálogo, de cons-
papel supera la conquista de lectores: su fun-
trucción, de humanización, cuyas fronteras físi-
ción esencial es la formación de más y mejores
cas son trazadas por cada comunidad.
ciudadanos. Vigilan que aquella que otrora fue
Según Descartes, “la lectura de todos los buenos libros es como una conversación con las
considerada “jaula” permanezca con las puertas (¡los pensamientos!) abiertas.
1.
2.
123 1.
2.
Biblioteca Instituto Pascual Bravo. Diego García (Digar). 1962. AF-BPP.
Los viejos ficheros catalográficos para realizar búsquedas de materiales. AI-BPP.
TÍTULO
Recuerdos de años felices
ebió ser a principios de 1978. Un día me encontré con Alejandro González NÚMERO
025
Jaramillo, quien por entonces se desempeñaba como director de La Piloto y a quien había conocido en el Colegio San Ignacio. En
PÁGINAS
AUTOR
ese encuentro Alejandro me contó que acababa
06
Juan Luis Mejía Arango
de regresar de Estados Unidos donde había realizado una estancia en el taller de escritores de
Testimonio de un tallerista,
Un puente entre tiempos
director, lector y testigo del
124
crecimiento y consolidación de la BPP.
la Universidad de Iowa y, sin más preámbulos, me propuso crear un taller semejante en la biblioteca. En un acto de absoluta irresponsabilidad, acepté y de inmediato procedimos a hacer la convocatoria a los aspirantes a escritor. Tal vez el único antecedente nacional lo constituía el grupo que Gustavo Álvarez Gardeazábal había formado en Cali, pero de resto no había ningún referente sobre el funcionamiento, los objetivos o las metodologías de un taller para escritores. Me puse entonces a leer
fuentes de la más disímil procedencia: la expe-
poco tiempo se unió al grupo Juan Diego Mejía,
riencia de Iowa, que se asemejaba a una beca
quien venía de hacer la revolución en la costa.
de creación; los talleres cubanos de Casa de las
Cada martes en la tarde nos reuníamos a co-
Américas y los nicaragüenses de Ernesto Car-
mentar los textos propios y ajenos y cada quince
denal; y, por supuesto, los textos clásicos sobre
días invitábamos a algún escritor que compar-
cómo escribir un cuento: Cortázar, Quiroga, etc.
tía su método y experiencia con nosotros. Una
Y con ese frágil soporte conceptual nos lan-
vez, influenciados quizá por Blacamán el bue-
zamos a la aventura y en poco tiempo teníamos
no, llevamos un culebrero real, con boa inclui-
conformado un grupo de jóvenes bisoños y en-
da, como ejemplo de la rica literatura oral de
tusiastas: Luis Fernando Macías, Jairo Morales,
nuestro medio.
Lucía Victoria Torres, Sergio Vieira, José Libar-
Pero el momento culmen ocurrió en no-
do Porras y “Chengue”, poeta y halterista. Al
viembre del 78 cuando el alcalde Jorge Valencia
Juan Luis Mejía dirigió la BPP al despuntar los años 80. Las dificultades económicas no impidieron que siguiera siendo un importante centro cultural del país. AI-BPP.
125
Un puente entre tiempos 126
Jaramillo promovió la segunda visita de Jorge
Al finalizar el año 1979 me llamó de nuevo
Luis Borges a Medellín. Esa mañana el audito-
Alejandro González y me comunicó que dejaba
rio de la Biblioteca estaba colmado de público.
La Piloto pues le habían ofrecido la dirección del
Mucha gente quedó afuera sin poder escuchar
periódico Vanguardia Liberal, en Bucaramanga,
al autor de El Aleph. Fue un diálogo con los es-
y que si me apetecía ser el nuevo director. De
critores de la ciudad. Yo era el último, sentado
inmediato, y a pesar del malestar que la deci-
en una esquina no alcancé a salir en la famosa
sión provocó en mi papá, quien consideraba
foto de Jairo Osorio. Cuando me correspondió
que echaba por la borda un futuro promisorio
el turno de preguntar, lleno de nervios, farfu-
en la industria textil, acepté y el 10 de diciem-
llé algo así como: “¿Se considera un escritor
bre de 1979 me posesioné como director de la
para escritores?”. No recuerdo qué respondió el
Biblioteca Pública Piloto de Medellín para Amé-
maestro, pero sí me sonrojo cada que evoco esa
rica Latina.
intervención tan obvia. Luego de aquel diálogo,
Ya sentado en la silla del director me enteré
que más bien fue un monólogo, fuimos a al-
de las inmensas dificultades por las que atrave-
morzar al restaurante Salvatore, en los bajos del
saba la institución. Dado su origen en un acuer-
edificio de Suramericana de Seguros.
do internacional suscrito entre la Unesco y el
Aquella aventura duró poco más de un año
Estado colombiano, nominalmente la Biblioteca
hasta que, debido a mis afugias económicas,
era un organismo del orden nacional adscrito al
me vinculé a una empresa textil, y debido al
Ministerio de Educación Nacional. En efecto, la
horario y a los frecuentes viajes, debí retirar-
Piloto era el último de los sesenta y tantos insti-
me del flamante taller de escritores de La Pilo-
tutos adscritos a ese ministerio. Esa invisibilidad
to, que gracias a la buena prensa que generó
orgánica la sometía a ser la última de las prio-
Isaías Peña Gutiérrez, desde su columna en el
ridades presupuestales del Estado, pero como
periódico El Tiempo, se había convertido en un
contrapartida positiva la mantenía ajena a los
referente nacional. En buena hora el director de
apetitos burocráticos de la política.
la Biblioteca convenció a Manuel Mejía Vallejo
Pese a las penurias económicas, encontré un
para que asumiera la dirección del taller y allí se
grupo de personas con una gran mística de tra-
inició la época de esplendor de esta experiencia.
bajo, entregadas en cuerpo y alma a su labor,
127
Juan Luis Mejía, Manuel Mejía Vallejo y Elkin Restrepo de tertulia. Ca. 1978. AI-BPP.
Un puente entre tiempos 128
que mantenían encendida la llama de los idea-
“humedecía la palabra”, como eufemísticamen-
les altruistas con los cuales se habían creado las
te se promocionaba un café de la ciudad. Poco
bibliotecas piloto del mundo. Tantos nombres
a poco llegaban Darío Ruiz, Fernando González,
vienen a la memoria: Gloria Inés, María José,
Elkin Restrepo, Óscar Jaramillo, Luis Fernando
Olga Luz, Mario Vargas, Emigdio… Sería largo
Peláez, José Manuel Arango, Miguel Escobar…
enumerarlos, pero estas palabras quieren exal-
y tantos y tantos que continuábamos la noche
tar a todos aquellos silenciosos trabajadores de
en La Camerata, en el Jordán, en Finalle.
las instituciones culturales de Colombia que,
También alrededor de La Piloto, institución
pese a todas las adversidades, mantienen a flote
pionera en el costado occidental del río Mede-
las frágiles embarcaciones que transmiten, pre-
llín conocido como Otrabanda, se fue constitu-
servan y diseminan la cultura.
yendo una confederación de instituciones que
Pero hacia fuera, La Piloto encarnaba (y en-
en un trabajo conjunto empezaron a jugar un
carna), los ideales de una biblioteca pública:
papel preponderante en la vida cultural de la
sus salas siempre atiborradas de lectores, colec-
ciudad: la Universidad Nacional, con Marta
ciones que rotan no sé cuántas veces al año,
Elena Bravo en la Dirección de Extensión Cul-
presencia en los barrios más periféricos, talleres
tural; Suramericana de Seguros, desde la vice-
culturales para todas las edades, etc. De ahí que
presidencia de Nicanor Restrepo Santamaría; y
la Biblioteca se convirtiera en el epicentro de la
el recién fundado Museo de Arte Moderno de
vida cultural de la ciudad.
Medellín. Ese trabajo conjunto llevó a la crea-
Recuerdo aquellos años en permanente
ción de la primera asociación de entidades cul-
ebullición, tiempos plenos de ideas, de proyec-
turales de la ciudad, denominada Asencultura,
tos. Y con una figura central de toda aquella
que sirvió luego de modelo para la creación de
efervescencia: Manuel Mejía Vallejo. Él, en un
los Consejos de Cultura en el ámbito nacional.
bus de la empresa Transunidos La Ceja, bajaba
De aquel activismo quedan algunos resulta-
los miércoles de Ziruma, su casa en El Retiro,
dos de indudable impacto cultural como el Cen-
para dirigir el taller de escritores entre la cuatro
tro de Memoria Visual de Medellín. Su génesis
y las seis de la tarde. De allí en adelante seguía
fue la siguiente: en 1981 se realizó la IV Bienal
una larga, muy larga conversación, en la que se
de Arte de la ciudad. Los organizadores pidieron
a las instituciones culturales realizar alguna acti-
(FAES) sobrevivieron apenas unos años luego
vidad concomitante con la gran exposición, que
de la desaparición de sus fundadores, Jorge
permitiera a los visitantes palpar el dinamismo
Rodríguez Arbeláez y Luis Ospina Vásquez. En
de Medellín. En La Piloto decidimos realizar una
cambio La Piloto, bajo otra estructura organiza-
exposición sobre la historia de la fotografía en
cional, permanece en pie y con plena vigencia,
Antioquia, dado que era un tema sobre el que
pues está incrustada en el alma profunda de la
nada se había investigado hasta entonces. Con
ciudad de Medellín.
un apoyo de treinta mil pesos que aportó Al-
Un jueves de enero de 1983 un infarto
macenes el Mar, que cumplía 30 años de exis-
fulminante puso fin a los días de Eddy Torres,
tencia, pudimos hacer la exposición Cien años
intelectual de reconocida influencia en la vida
de fotografía en Antioquia. Nos pifiamos por
política y cultural del país y que por entonces
más de tres décadas. Pero sirvió para descubrir
ejercía el cargo de director de la Biblioteca Na-
que algunos de los archivos de los pioneros aún
cional de Colombia. Al domingo siguiente, en
existían. En noviembre de 1982 logramos com-
una llamada telefónica, el entonces presidente
prar el archivo de Benjamín de la Calle y luego
de la República Belisario Betancur me ofrecía el
fueron ingresando el de Melitón Rodríguez, el
cargo dejado por Torres. Esa llamada inespera-
de Gabriel Carvajal, el de Horacio Gil Ochoa, el
da puso fin a mi paso por la Biblioteca Pública
de León Ruiz.
Piloto de Medellín.
Otros eventos de gran repercusión, como
Estas palabras han tratado de recuperar algu-
Bazarte, fueron devorados por la vorágine que
nos recuerdos de los años más felices de mi vida.
entonces se apoderó de la ciudad. También instituciones que jugaron un papel preponderante en aquellos años se fueron marchitando. La Escuela Popular de Arte, la recordada EPA, con la que realizamos el inolvidable Encuentro Folclórico Nacional, se fue diluyendo en la burocracia local. El Instituto de Integración Cultural y la Fundación Antioqueña de Estudios Sociales
84.100 usuarios están afiliados al sistema de préstamo y renovación (al 31 de agosto de 2017). 129
TÍTULO
Reconocimientos a la BPP con la cual se hace público reconocimiento a las personas e instituciones que prestan servicios excepcionales y benéficos a la educación y difusión de las bellas artes dentro de la comunidad antioqueña. NÚMERO
026
El Municipio de Medellín le concedió, también en 1992, la Medalla al Mérito Cultural Porfirio Barba Jacob, categoría oro.
PÁGINAS
AUTOR
La labor de la Biblioteca es ejemplo de gestión en cultura. Su mayor mérito es seguir multiplicándose en miles de lectores.
En 1997, el gobernador de Antioquia le otorgó, en honor al mérito, la presea Estrella de Antioquia, en grado oro. En el año 2002, la Gobernación de Antioquia le otorgó el Escudo de Antioquia, categoría oro, por sus 50 años de fundación.
Un puente entre tiempos
En 1977, el alcalde de Medellín le otorgó a
130
En ese mismo año, la Asamblea de Antio-
la BPP la condecoración Hacha Simbólica por
quia le concedió la Orden al Mérito Cívico y
sus entonces 25 años de trabajo por la cultura.
Empresarial Mariscal Jorge Robledo en grado
El Concejo de Medellín le otorgó, en ese mismo año, el Cordón del Tricentenario en grado plata también por sus 25 años de servicios. En el año 1992 se le confirió la Condecoración al Mérito Educativo Pedro Justo Berrío,
oro también con motivo de sus 50 años de vida institucional. En el año 2003 se le otorgó la Orden Cámara de Comercio de Medellín en reconocimiento a su labor cultural, artística y pedagógica, a su
valiosa contribución a la educación, crecimien-
En el año 2009, el proyecto HiperBarrio y sus comunidades obtuvieron el Premio Golden
to y desarrollo de Antioquia y del país.
Nica en la categoría de comunidades digita-
La Condecoración Orquídea Concejo de Medellín se le otorgó en el año 2003 para
les en el Festival Prix Ars Electronica, en Linz,
exaltar sus acciones sobresalientes a favor de la
Austria.
ciudad y del país en sus 50 años de existencia. El Senado le concedió la Orden Mérito a la Democracia en 2004 como reconocimiento por sus permanentes aportes e impulsos al desarrollo
En el año 2012, el Archivo Fotográfico de la BPP fue declarado por la Unesco como Registro Regional de Memoria del Mundo. En el año 2013, la Gobernación de Antio-
artístico y cultural de Antioquia y de Colombia.
quia y la Alcaldía de Medellín la declararon ins-
La Gobernación de Antioquia le otorgó
titución emblemática en la conmemoración de
un reconocimiento en ese mismo año por su
los 200 años de la Independencia de Antioquia.
importante contribución al desarrollo cultural
En 2014, la filial La Loma recibió el Premio Public Library Innovation Award (EIFL) por el
de Antioquia.
desarrollo del programa de mapeo social y
En el año 2007, HiperBarrio, un proyecto de la filial San Javier La Loma, ganó la 1.
comunitario llevado a cabo por la comunidad
Convocatoria Internacional de Medios Ciuda-
de práctica ConVerGentes.
a
danos realizada por Global Voices (en Estados
La Agencia para el Desarrollo de las Comu-
Unidos) para participar en Rising Voices. De
nicaciones (APC) de Barcelona le otorgó en el
esta forma, se convirtió en uno de los prime-
año 2014 el Premio Chris Nicol de software
ros cinco proyectos globales en periodismo
libre a ConVerGentes por su proyecto Nuestra
ciudadano y comunitario.
Red: LaLoLib.
131
Un puente entre tiempos
NÚMERO
TÍTULO
132 AUTOR
TÍTULO
Una biblioteca para crear
Las bibliotecas contemporáneas buscan trascender y ser más activas en las dinámicas culturales y del conocimiento. En ese sentido, la BPP es un lugar para construir relaciones sociales, crear y experimentar en ambientes de aprendizaje enriquecidos con herramientas que promueven experiencias diversas, y que cuenta con escenarios incluyentes y participativos donde la comunidad puede conectarse
NÚMERO
027
y estimular la apropiación de conocimientos. El proyecto de creación de ambientes para el aprendizaje fue realizado en conjunto por un
PÁGINAS
AUTOR
equipo interdisciplinario de la BPP y el Parque
04
Andrés Roldán, Director Parque Explora
Explora. En 4.000 metros cuadrados se gestionaron y desarrollaron nuevos ambientes educativos, culturales, tecnológicos, científicos y de investigación donde se integran experiencias que combinan colección de libros, talleres, salas de exhibición, sala infantil, sala audiovisual, salas de lectura, hemeroteca, y un museo llamado “Cámara de Maravillas”, desarrollado a partir de las extensas colecciones patrimoniales que se salvaguardan en la Biblioteca. La BPP se transformó para ser un escenario abierto, patrimonial, activo, acogedor para el aprendizaje, la inspiración, el encuentro y la creatividad.
Entre 2015 y 2018 la sede central de la BPP fue renovada. La fachada del edificio se conservó intacta. AI-BPP.
133
Cámara de Maravillas Un lugar acondicionado para el aprendizaje, nutrido con objetos e imágenes de nuestras colecciones patrimoniales. Aquí la memoria documental será pretexto para contar la historia de nuestra región.
Sala infantil La sala infantil será un espacio acondicionado para la lectura y el disfrute de nuestras colecciones infantiles. Los más pequeños disfrutarán de un lugar lleno de magia y color. El lugar preciso para dejar volar la imaginación.
Sala general de lectura
Un puente entre tiempos
Las tradicionales vidrieras seguirán siendo
134
la fiel compañía de nuestros lectores. Un espacio más amplio y dispuesto para hacer de la lectura un maravilloso viaje.
Sala audiovisual La Sala audiovisual ofrecerá conferencias en audio y video, archivo sonoro y archivo comercial de películas, asimismo colecciones de la Cinemateca Municipal.
Hall exterior Un espacio pensado para el encuento ciudadano, conversación, café y lectura. Una sala de exposiciones y un aula múltiple complementan esta zona donde el horario se extenderá para el disfrute pleno de nuestros servicios.
135
TÍTULO
Volver a casa a pasado tanto tiempo que seguramente sobreviven pocos testigos del origen del Fondo de Cultura Económica (FCE) en Colombia y se ha borrado de la memoria que los primeros libros del sello que llegaron al país lo hicieron vía Medellín. Por eso, los vínculos que unen a la editorial con la capital antioqueña son mucho más fuertes de NÚMERO
028
lo que pensamos. En su libro Historia de la Casa, Víctor Díaz Arciniega explica que en 1942, apenas ocho años
PÁGINAS
02
AUTOR
Álvaro Velarca Hernández, Director general Fondo de Cultura Economica Colombia
La nueva biblioteca viene
Un puente entre tiempos
acompañada de una gran
136
noticia: el regreso del Fondo
después de su fundación en México, el Fondo inició operaciones en Latinoamérica con sus primeros distribuidores en Perú, Argentina, Uruguay y Colombia, atendiendo a su visión como institución más que mexicana, latinoamericana. En palabras de Díaz Arciniega, su proyección era, primerísimamente, “crear y fortalecer el sentimiento de comunión nacional y, en forma
de Cultura Económica
natural, cristalizar el sueño de Bolívar: unificar a
a Medellín.
ramos al decir que el Fondo es tan colombiano
todos los países hispanoamericanos”. No exagecomo mexicano, o tan argentino como chileno. En sus Memorias de un librero, Rafael Vega Bustamante, fundador de la legendaria Librería Continental, cuenta que, a mediados de 1943,
el peruano Juan Mayoral se estableció en Medellín como agente del Fondo. En esos primeros tiempos las novedades del FCE que le llevaba Mayoral, aunque sumamente interesantes, le parecía que podrían resultar desconocidas a los lectores. No obstante, él mismo constataba con sorpresa que, no bien se ponían en las vitrinas, alguien entraba a comprarlos. Los estudiantes
asentadas en dos países que han enfrentado el
de la recién creada Facultad de Economía de
flagelo del crimen organizado, y que demues-
la Universidad de Antioquia y los de Filosofía y
tran que por medio de la cultura y las letras se
Letras de la Bolivariana y el Colegio Mayor de
puede reconstituir el tejido social.
Antioquia fueron los primeros clientes.
La apuesta que el Fondo ha hecho en Co-
El FCE continuó operando desde Medellín has-
lombia ha sido redituada con creces. Nos llena
ta que en 1975 se constituyó formalmente una
de satisfacción conocer la información referente
agencia en Bogotá, y esto dio paso a una subsi-
a los índices de lectura en este país y atestiguar
diaria, figura que permanece hasta nuestros días.
que el esfuerzo para formar lectores ha dado
De modo que abrir una librería del Fondo
frutos. Tan es así, que el mercado colombiano
en Medellín es regresar a casa. Y regresar de la
representa para nuestro sello el principal mer-
mano de la Biblioteca Pública Piloto no es una
cado de los diez en los que opera el FCE fuera
casualidad, sino que obedece a las muchas coin-
de México. Al momento de escribir estas líneas,
cidencias que nos unen: ambos tenemos como
uno de cada tres ejemplares que publica la Casa
misión la promoción y difusión de la lectura, la
Matriz y que se comercializan fuera de México,
formación de lectores críticos y creativos, ser
se venden en Colombia.
centros culturales que estimulen la proyección
Celebramos, pues, no solo la apertura de
y creación artística, y la conservación y difusión
esta librería sino la posibilidad de seguir con-
del patrimonio formativo e informativo de la
tribuyendo, desde nuestro ámbito, al esfuerzo
humanidad, entre muchos otras.
que hacemos todos los países latinoamericanos
Esta alianza con La Piloto no podría iniciar en un contexto más oportuno. Somos instituciones
para que “democratizar la lectura” no sea un simple eslogan más.
137
Agradecimientos Muy poco se logra cuando se camina en solitario. Seis décadas lleva la Biblioteca Pública Piloto de Medellín recorriendo el camino difícil y complejo de incentivar la lectura y de servir de hogar para la cultura, en el sentido más extenso de la palabra. Así, en el andar de tantos años, hemos compartido la marcha con los que están en nuestra misma brega, o nos hemos cruzado con los que ya vienen de vuelta, o nos hemos apoyado en otros, así como el caminante lo hace en el bordón. O también, hemos servido de apuntale para aquellos que nos ven como compañeros de viaje en quienes se puede confiar. Ahora, que es la oportunidad de recapitular, queremos recordar y reconocer a todos los que han caminado con nosotros. Pero la memoria no es infalible y la relación es larga y además no queremos ser culpables del ejercicio involuntario de exclusión en que termina convertida toda lista. Por eso, con cariño y aprecio, la Biblioteca Pública Piloto de Medellín quiere reconocer y agradecer la compañía por más de sesenta años de: ministerios, gobernaciones, alcaldías y secretarías, de todos los directores, empleados y consejos directivos que ha tenido, de otras bibliotecas, centros de lectura y cultura, universidades públicas y privadas, de academias y escuelas de arte, de profesores,
Un puente entre tiempos
estudiantes, editoriales, de libreros y librerías, de escritores, de museos y curadores, de periódicos, la
138
televisión y la radio local, de periodistas, de la empresa privada, fundaciones e institutos de cultura, de las embajadas y consulados, de las alianzas y centros culturales extranjeros, de las cajas de compensación, de los teatros, de las litografías, de los operadores logísticos, fotógrafos, y de quienes se han acercado a hacer donaciones de libros, revistas, fotos, cartas, manuscritos o películas, de sus empleados y servidores públicos. Y, en especial, de los lectores y usuarios que le dan la razón de existir.
Adrián Fernando Prado Pereañez Agustín Evelio Echeverri Jiménez Aleida Hurtado Montenegro Alejandra Yaneth Quintero Cardona Alejandro Osorio Carmona Álvaro Sierra Jones Amalia Londoño Duque Ana Carolina Montoya Ana María Bermúdez Ana María Grisales M. Ana María Hernández Quiroz Ana Patricia García Ortega Ángela Miriam Henao Pulgarín Aracelly Rodríguez Loaiza Blanca Ruth Cano Herrera Carlos Mario Aguirre Carlos Uribe Uribe Carlos Andrés Arroyave Velásquez Carlos Andrés Montoya Valencia Carlos Arturo Montoya Correa Carlos Julio Atehortúa Célimo Romaña Caicedo Claudia del Socorro Rodríguez Vélez Claudia Elena Duque Moreno Claudia Patricia Ortiz Peña Claudia Vásquez Vargas Cruz Patricia Díaz Cardona Daniel Zapata Hincapié Deisy Piedrahíta Berrio Deneiber Sady Mesa Paniagua Diana Beatriz Morales Diana María Orozco Aguinaga Diana Patricia Quiroz Martínez Didier Antonio Gómez Vélez Edgar de Jesús Pavas Álvarez Eduardo Arroyave Élkin Darío Duque Franco
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Este libro se terminĂł de imprimir, mientras caĂan las flores de los guayacanes, en septiembre de 2018 en MedellĂn, Colombia. Ejemplares numerados del 001 al 500.