Biblioteca Pública Piloto. Un Puente Entre Tiempos

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Colección Medellín entre líneas La colección Medellín entre líneas busca dar la palabra y exaltar el testimonio de tantos creadores de visiones y ficciones que nos muestran una Medellín invisible para la cartografía convencional. Una oportunidad para adentrarnos en novelas, cuentos, poemas, reportajes, investigaciones, crónicas y ensayos que tienen como motivo, disculpa y epicentro, este conglomerado de edificios y calles y personas que reconocemos como nuestra ciudad. Una buena ocasión para encontrar en las palabras muchas maneras de vivir mejor. Con este nuevo título, seguimos construyendo un cenáculo de autores de diversas generaciones, reunidos a través del tiempo por la magia del libro y la palabra. Porque las palabras funcionan.


Un puente entre tiempos


Biblioteca Pública Piloto: un puente entre tiempos / Biblioteca Pública Piloto. Edición numerada. Medellín : Alcaldía, 2018. 140 p. ISBN: 9789585463097 1. Bibliotecas - Antioquia 2. Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina – Historia. 3. Bibliotecas Públicas - Historia SCDD 027.48612

BIBLIOTECA PÚBLICA PILOTO DE MEDELLÍN UN PUENTE ENTRE TIEMPOS

© Alcaldía de Medellín, 2018 ISBN 978-958-5463-09-7 Primera edición, septiembre de 2018 Medellín, Colombia

Administración Municipal Alcalde de Medellín Federico Gutiérrez Zuluaga Secretaria de Cultura Ciudadana Lina Botero Villa Directora Biblioteca Pública Piloto Shirley Milena Zuluaga Cosme Subdirector de Contenidos y Patrimonio Carlos Arturto Montoya Correa Subdirectora Administrativa y Financiera Claudia Rodríguez Vélez

Integrantes consejo directivo a enero de 2018 Secretaria de las Mujeres Valeria Molina Gómez Gerente de Terminales de Transporte de Medellín S. A. Ovidio Antonio Buitrago Sierra Secretario de Educación Municipal Luis Guillermo Patiño Aristizábal Secretario de la Juventud Alejandro De Bedout Arango Rector Universidad Eafit Juan Luis Mejía Arango Presidente Comité Interinstitucional, Plan Municipal de Lectura Juan Pablo Hernández Carvajal

Coordinación editorial Esteban Duperly Posada Comité editorial Shirley Milena Zuluaga Cosme María Victoria Suárez Gutiérrez Carlos Uribe Uribe María Alejandra Mercado Calvachi Valentina Bustamante Cruz

Subdirectora de Planeación Ana María Hernández Quiros

Edición y diseño Tragaluz Editores

Secretario general Fabián Guarín Osorio

Impresión Marquillas SA

Archivos fotográficos Biblioteca Pública Piloto de Medellín Archivo Jairo Osorio

Gracias a Jorge Pérez Zabala por la expedición botánica alrededor de la biblioteca.

Convenciones para fotografías y documentos Archivo Fotográfico Biblioteca Pública Piloto: AF-BPP Archivo Institucional Biblioteca Pública Piloto: AI-BPP Sala Antioquia Biblioteca Pública Piloto: SA-BPP

La investigación titulada “Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina-60 años. Una biblioteca con ciudad”, de la investigadora Constanza Toro, fue fuente fundamental de consulta y suministro de datos para los autores que participaron en esta publicación y para la cronología.

Autores Alfonso Buitrago Álvaro Velarca Esteban Duperly Óscar Domínguez Lucía Donadío Claudia Ivonne Giraldo Carlos Mario González Luis Fernando González Federico Gutiérrez Pilar Gutiérrez Juan Diego Mejía Juan Luis Mejía María Alejandra Mercado Jairo Morales Mónica Palacios Ana Cristina Restrepo Elkin Restrepo Juan Carlos Restrepo María Cristina Restrepo Andrés Roldán Manuela Saldarriaga Juan Carlos Sánchez Reinaldo Spitaletta Carlos Uribe Gabriel Mario Vélez Juan Miguel Villegas Gustavo Vives Shirley Zuluaga

Distribución gratuita Esta es una publicación oficial del Municipio de Medellín. Se realiza en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley 1474 de 2011 (Estatuto Anticorrupción), que dispone la prohibición de la divulgación de programas y políticas oficiales para la promoción de los servidores públicos, partidos políticos o candidatos. Queda prohibida la reproducción total o fragmentaria de su contenido sin autorización escrita de la Secretaría General del Municipio de Medellín. Así mismo, está prohibida la utilización de características de la publicación que puedan crear confusión. El Municipio de Medellín dispone de marcas registradas, algunas citadas en la presente publicación con la debida autorización y protección legal. Derechos reservados de los autores para textos e imágenes, 2018. Hecho el depósito legal. Edición numerada del 001 al 500.


Servicios bibliotecarios en la dĂŠcada del 70. AI-BPP.


Pág. La Biblioteca Pública Piloto, centro y corazón cultural de Medellín

8

Un puente entre tiempos y entre ciudadanos

9

Línea de tiempo BPP

11

Qué significa ser una biblioteca piloto

17

La piloto que no fue

23

Una Piloto de vidas pasadas

24

La Piloto, en las mangas de Otrabanda

27

Las formas de una biblioteca

32

39

Viajes a lomo de libro

41

Libros cuesta arriba

46

Cronología de los talleres de escritura de la BPP

51

Y allí empezó todo

53

Miguel Escobar Calle

54 Luz Posada de Greiff 55

Manuel Mejía Vallejo

57

Gloria Inés Palomino


PÁGINAS

CONTENIDO

Pág.

140

Aquella visita a La Piloto

58

El sillón del forastero

64

La biblioteca de los niños

67

El piloto que abrió nuevos rumbos

72

Pluralismo, educación pública y libertad, valga decir, La Piloto

77

Mis amores con la Piloto

81

Una colección de arte en una biblioteca

85

Tres vestigios del arte en Antioquia con pintura, cal y barro

91

Una sala para leer a Antioquia

97

103 Joyas de la Sala Antioquia 113

La Torre de La Memoria y su atlas de instantáneas

118

Las musas sin jaula

124 Recuerdos de años felices 130 Reconocimientos a la BPP 133 Una biblioteca para crear 136 Volver a casa 138 Agradecimientos


Federico Gutiérrez Zuluaga Alcalde de Medellín

La Biblioteca Pública Piloto, centro y corazón cultural de Medellín os lugares que propician el encuentro

difusión y apropiación son la fuerza vital para

ciudadano, especialmente en torno al

la educación. La Piloto ha sabido desde siempre

conocimiento, han sido fundamentales

rescatar la memoria colectiva de nuestra socie-

en el desarrollo de Medellín. El diálogo, el trabajo

dad y organizar los medios para que se amplíe

comunitario y la articulación entre los distintos

nuestra historia oral. Es un orgullo para la ciu-

sectores de la sociedad permitieron que nuestra

dad ver cómo ha crecido y cambiado esta ins-

transformación se convirtiera en un referente glo-

titución que durante tanto tiempo ha llevado

bal de innovación social y crecimiento inclusivo.

con orgullo la bandera de la pluralidad, la cul-

Un puente entre tiempos

En este camino de construcción de ciudad a

8

tura y el conocimiento.

partir de la palabra (oral y escrita), la Biblioteca

La Biblioteca Pública Piloto de Medellín para

Pública Piloto ha sido una gran aliada. Más de

América Latina es un espacio para el saber y para

6 décadas palpitando con nuestros niños, jóve-

la experiencia, para la acción y la constante ins-

nes y adultos en un espacio para leer, hablar y

piración de las nuevas generaciones; en fin, es

escribir. Hace varias décadas, la Unesco vio en

un universo abierto. Y ahora, además, con más

Medellín la posibilidad de construir un futuro

fuerza y con más ganas, es el polo de encuen-

próspero con la ayuda de la cultura. Nos dieron

tro para que nuestra Medellín siga resurgiendo

su apoyo y los ciudadanos hemos agradecido

y escribiendo su historia. Que estos sean los pri-

esa decisión cada que vamos a La Piloto a hacer

meros 60 de muchos años de este emblema de

las tareas, oír una charla o prestar un libro…

ciudad, que allí permanezca nuestra memoria,

Las bibliotecas son centros de conocimiento y aprendizaje. Los libros, su discusión, su

que incentive el conocimiento y que se extienda dentro y fuera de nuestras montañas.


Shirley Milena Zuluaga Cosme Directora Biblioteca Pública Piloto de Medellín

Un puente entre tiempos y entre ciudadanos ay cientos de formas para describir

la decisión, escogí estar en una biblioteca don-

el sector cultural, pero me aventuro

de, desde hace más de dos años, me siento feliz

a elegir una desde la luz, porque esa

y con la responsabilidad de conservarla como el

puede ser la metáfora más cercana a lo que este

epicentro cultural que ha sido por décadas. Las

significa para una sociedad y los ciudadanos.

bibliotecas son lugares donde caben los niños y

Supongamos que se trata de frecuencias. Algo

los viejos, los jóvenes y los adultos, las familias

así como el espectro de la luz, que va desde el

y los amigos. En esa riqueza de los encuentros,

infrarrojo hasta el ultravioleta. Ahí, de manera

cada acción tiene impacto y las historias se es-

sucesiva, vamos a distribuir todas las manifesta-

criben a diario.

ciones y los escenarios culturales hasta llegar al

Pero, ¿eso mismo no sucede también, di-

límite superior, donde yo, luego de haber reco-

gamos, en un concierto o en un teatro? Claro;

rrido por años ese espectro, pongo a las biblio-

sin embargo, en una biblioteca pasa algo más.

tecas, pues por ellas pasan y caben todos.

El ejercicio es de largo aliento. Hay investiga-

Las ubico allí porque, según mis experiencias,

ción y curiosidad. Hay búsqueda de contexto.

son lugares en donde se logran transformacio-

Hay intercambio de saberes. Para seguir con el

nes íntimas y colectivas por medio de pregun-

ejemplo de los conciertos, en ellos hay aprecia-

tas, lecturas, encuentros y palabras que están

ción estética y disfrute, y en las bibliotecas hay

contenidas en libros, conversaciones, charlas,

preguntas –y, con suerte, respuestas– sobre los

talleres, tertulias y exposiciones. Todo lo que su-

autores de la música, sobre la historia de la mú-

cede en una biblioteca contribuye a la transfor-

sica; sobre lo que hay detrás. En suma, se tras-

mación humana. Por eso, cuando me enfrenté a

ciende, se transita hacia una concepción amplia

9


y generosa de aquello que nos interesa. La bi-

información, el bibliotecólogo o el bibliotecario

blioteca permite aventurarse a lo insondable.

es un asesor experto. Todo eso sin entrar siquie-

Las bibliotecas son el escenario natural de la

Un puente entre tiempos

búsqueda. Pero volvamos a las preguntas críti-

10

ra en la discusión de los formatos, porque las necesidades actuales no involucran solo libros.

cas: ¿eso no pasa, también, en internet? Des-

Una biblioteca como la BPP está llamada a

de luego. Ahí está el reto: devolverle a las bi-

ser el lugar más público entre lo público. Nues-

bliotecas su lugar estructurante en la sociedad.

tro plan estratégico a 2024 nos pone la respon-

Durante siglos fueron el sitio de reunión para

sabilidad de ser la institución social de Medellín

encontrarse y discutir. Eso que hoy llamamos

para América Latina. Nos guía a ser “un puente

tertulias, conferencias, conversatorios, y que

entre tiempos” y a consolidarnos como centro

tenemos que convocar con tanto esfuerzo, por

de discusiones e ideas. Nos invita a ser custo-

años sucedieron de manera natural en las bi-

dios y activadores de la memoria y del patrimo-

bliotecas. Nadie tenía que citar. Por lo menos en

nio de Medellín y Antioquia. A inspirar y pro-

nuestro caso, “nos encontramos en La Piloto”

mover aprendizajes y creación. Y, por último, a

fue una frase que se acuñó sola. Eso no pasa en

construir junto a otros modelos de contenidos

Google; ahí el ejercicio tiende a ser individual,

y proyectos que promuevan la incidencia social

mientras que lo colectivo, lo social, ocurre en

y cultural. Las transformaciones políticas, cívi-

una biblioteca. Y sabemos de sobra que cuando

cas, ambientales, es decir, las transformaciones

la gente se encuentra suceden cosas.

culturales, deben pasar por acá. Y acá deben

Lo anterior es importante porque rebasa

venir quienes las motivan, quienes las ponen en

la concepción de la biblioteca como un edifi-

discusión o quienes las hacen. Nosotros comen-

cio para prestar libros. Que también lo es. De

zamos una transformación que cobija todos

hecho, es la piedra angular del servicio. En ese

los ámbitos de la BPP. Por eso, la invitación es

sentido, quienes trabajamos en ellas nos enfren-

a encontrarnos de nuevo en La Piloto, ágora de

tamos a un panorama de curaduría. Hoy la pro-

Medellín y casa por naturaleza de creadores, es-

ducción de conocimiento es tan rápida y viene

critores, lectores, artistas, fotógrafos, académi-

de tantas fuentes que alguien tiene que separar

cos, historiadores, conversadores y ciudadanos

el trigo de la paja. En el grueso universo de la

de Medellín.


Línea de tiempo BPP NÚMERO

01

TÍTULO

AUTORA basada en la Cronología investigación Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina-60 años. Una biblioteca con ciudad de la historiadora Constanza Toro Botero.

1951

1950

La V Conferencia General de la UNESCO impulsa el desarrollo de bibliotecas públicas en América Latina.

Durante la Asamblea de Bibliotecarios de las Américas, realizada en Sao Pablo, la UNESCO expone los resultados obtenidos en India con el primero proyecto de bibliotecas piloto. En la VI Conferencia General de la UNESCO se decide un proyecto de biblioteca piloto para América Latina.

50 1954

1952

La resolución 4432, emitida en la VII Conferencia General de la Unesco, sienta las bases para la creación de un programa de biblioteca pública modelo en Colombia. 10 de noviembre. París. Se crea la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina.

1953

En abril se establece la primera Junta Directiva de la BPP.

En enero se posesiona el primer director de la BPP, Julio César Arroyave, en ese entonces secretario de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín. El 24 octubre, en el Palacio de Bellas Artes, sobre la Avenida la Playa, comienza a prestar servicio la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Ofrece un catalogo de 10.000 materiales entre libros, mapas, folletos, revistas, diapositivas, discos y películas. 25 de octubre, 8 a.m. Llega Lucio Calle, primer lector registrado de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. En diciembre se abre la primera filial BPP, en el barrio Villa Guadalupe.


50

1956

En enero se presentan para aprobación de la Unesco los planos de un edificio destinado a ser la sede principal de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.

1955

La BPP comienza a fomentar actividades culturales como conciertos, conferencias, exposiciones, tertulias, proyecciones cinematográficas, clubes de lectura y concursos literarios. Se crea la sala infantil. En julio comienza a rodar el Bibliobús, la unidad motorizada de los servicios de extensión. En octubre se crean las Cajas Viajeras, que llevan libros a municipios cercanos a Medellín.

En octubre, una niña llamada Teresita Gómez ofrece un concierto de piano en la BPP.

1957

En septiembre comienza la construcción del edificio de la sede principal en Otrabanda.

1958

Se crean cuatro filiales BPP con el auspicio del Plan de Bibliotecas Escolares de la Secretaría de Educación Municipal. De estas, la más duradera sería la de San Antonio de Prado.

1959

Se retira de la dirección Julio César Arroyave. El 1 de diciembre de ese año asume la dirección Rafael López Ruiz.

1960

60

La BPP comienza a asesorar la creación de proyectos bibliotecarios en Antioquia y otros departamentos. Abre nuevas filiales en la ciudad, algunas son de duración efímera.

1961 En junio se ocupa, aún en obra negra, el edificio de la sede principal, situado al frente de la autopista y de la calle Colombia. Después del traslado al nuevo edificio, el 2 de octubre se reinicia el servicio al público.

1962

Se crea la filial San Javier La Loma.

1963

La BPP realiza la XII Conferencia General de Bibliotecarios de América Latina.

1967

Se reciben para salvaguarda varios fondos patrimoniales del Archivo Histórico de Antioquia.

1968

La BPP experimenta dificultades económicas que merman de manera considerable los servicios bibliotecarios y obligan al cierre de varias filiales.


70 1976 1974

En febrero asume la dirección, Darío Alberto Restrepo Gallego. Luego de más de una década, finalmente se terminan las obras del edificio principal. El 12 de junio se reinaugura con la presencia de Fernando Botero y una exposición retrospectiva de su trabajo en la recién creada Sala de Arte. Durante la década de los años 70 exponen en la BPP los artistas más reconocidos del arte contemporáneo.

1975

Se crean talleres experimentales de grabado, danzas, teatro y apreciación musical, y un laboratorio de idiomas. En agosto se inaugura el auditorio, posteriormente llamado Manuel Mejía Vallejo. La entonces directora de comunicaciones, Gloria Inés Palomino, crea “Señales de humo”, un boletín informativo con las actividades académicas y culturales.

A partir de esta fecha, y por varios años, la BPP acoge las proyecciones de la cinemateca El Subterráneo.

1977

Asume la dirección, Alejandro González. En marzo, Fernando Botero dona el óleo “Pedro”. A partir de entonces la sala infantil recibe el nombre “Pedrito Botero”. Se crea la filial Carlos Castro Saavedra “Tren de papel”, en el barrio Florencia.

1978

Se crea el Taller de Escritores, con el acompañamiento de Alejandro González, director de la Biblioteca. Se crea el Fondo Editorial. Visita de Jorge Luis Borges.

1979

Asume la dirección, Juan Luis Mejía Arango.


80 90 1995

1983

Asume la dirección, Gloria Inés Palomino.

1980

El 16 de noviembre se inaugura el mural La inteligencia antioqueña de Pedro Nel Gómez. En abril, la Sala de Arte acoge por primera vez el Salón Nacional de Artes Visuales.

1981

El 4 de agosto se inaugura el mural Tierra, agua, aire y fuego del ceramista Pablo Jaramillo.

1982

Se adquiere el archivo del fotógrafo Benjamín de la Calle y se entrega en comodato a la Fundación FAES.

Se reactivan las Cajas Viajeras, esta vez llamadas Servicio Móvil de Lectura, en conjunto con la Fundación Ratón de Biblioteca.

1984

Se crean los talleres de escritura para niños y jóvenes.

1985

Se crea la Sala Antioquia. Comienza el taller de poesía, dirigido por Jaime Jaramillo.

1986

Comienza a operar la filial Juan Zuleta Ferrer en Campo Valdés.

1990

Se crea el Taller de Escritura para mayores de 60 años, llamado Amigos de las Letras.

1991

La BPP crea la Videoteca de Antioquia para reunir material audiovisual de la región.

1992

La BPP crea el Centro de Información Literaria de América Latina (CILAL), que desaparece en 1999.

1994

Los fondos patrimoniales que acogía la BPP desde 1967 regresan al Archivo Histórico de Antioquia.

Se crea oficialmente el Archivo Fotográfico BPP con la compra del archivo de la Fotografía Rodríguez y el regreso del archivo de Benjamín de la Calle.

1996

Se crea la publicación periódica “Escritos desde la Sala”, para divulgar colecciones patrimoniales.

1997

Se abre una filial en el barrio El Raizal, con énfasis en público infantil. Se crea la sección de Archivos Personales para la salvaguarda de los archivos de personajes destacados de Antioquia.

1998

El material fotográfico de la Fundación FAES se salvaguarda en calidad de comodato en el Archivo fotográfico.


2000

Se crean las cátedras que nutren la agenda académica, realizadas en asocio con varias universidades.

2002

Comienza a operar la consulta en línea de documentos patrimoniales.

2004

Se crea el ciclo de conferencias y seminarios Aula Abierta.

2005

Se crea el Concurso de cuento Pedrito Botero.

2006

Entra en funcionamiento la Torre de la Memoria, un edificio diseñado y construido para guardar las colecciones patrimoniales.

2007

La BPP comienza a operar el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín.

2012

El Archivo Fotográfico adquiere la condición de “Registro de memoria del mundo para América Latina y el Caribe” que otorga la UNESCO. La BPP es declarada Bien de Interés Cultural.

2015

Comienzan los trabajos de repotenciación y modernización del edificio de la sede central.

2016

Asume la dirección Shirley Zuluaga. Las colecciones y servicios de la Bpp iniciaron su recorrido por todo Medellín.

2017

Se formula un nuevo plan estratégico 2018-2024 adaptado a las necesidades contemporáneas.

00

La BPP se convierte en aliado y operador de Eventos del Libro y se crea el Salón La Piloto. El Centro de Documentación de Planeación Municipal llega a la Torre de la Memoria. La BPP establece un convenio marco de cooperación con el Fondo de Cultura Económica de México. La BPP se convierte en miembro de la IFLA. Se crea la cátedra Archivos, bibliotecas y ciudad.

2018

Se crean seis becas para uso creativo del patrimonio dentro de la Convocatoria de Estímulos para el Arte y la Cultura de la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín. La BPP gana convocatorias con los proyectos “Acceso al archivo sonoro” e “Inventario de patrimonio fotográfico mueble de Medellín”.



TÍTULO

Qué significa ser una biblioteca piloto

a designación real es Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América LatiNÚMERO

02

na, y seguro por eso, a lo largo de los años, los usuarios han preferido llamarla con términos que les resultan más fáciles, o más cor-

PÁGINAS

AUTOR

tos, o más cercanos. La Piloto es el más común y

07

Esteban Duperly

funciona como una suerte de “apócope cariñoso” y espontáneo. ¿Hay alguna razón para que

La gente le dice La Piloto. O también la be pe pe, la expresión fonética de la sigla del extenso Biblioteca Pública Piloto. ¿Cuál es

el nombre oficial sea tan extenso? Y en especial, ¿por qué Piloto?, ¿por qué América Latina? Todas esas preguntas tienen respuestas y están relacionadas con el origen de la Biblioteca, su creación y su vocación. La historia comenzó en 1952 en París y la documenta muy bien la historiadora Constanza Toro en un texto de 2015, escrito con motivo

la historia detrás de este

de los 60 años de la BPP. Allí cuenta que el 10

nombre largo y formal?

lombia y el director general de la Organización

de noviembre de ese año el Gobierno de Co-

“Nos encontramos en La Piloto”, fue una frase que acuñaron de manera espontánea usuarios y lectores. AI-BPP

17


de las Naciones Unidas para la Educación, la

campaña diplomática y política ante la Unesco

Ciencia y la Cultura (Unesco) firmaron un acuer-

para ganarles la puja a otros países opcionados

do*. Ese fue el momento exacto en el que na-

como Guatemala, Cuba, Chile, Costa Rica y Bra-

ció la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para

sil, y al final se quedó con el proyecto.

Un puente entre tiempos

América Latina.

18

Naciones Unidas envió, entonces, a un ob-

Se trataba del segundo esfuerzo de la Unes-

servador argentino para que analizara el país

co para crear bibliotecas en países en desarro-

por unos meses y, al final, emitiera un concepto

llo. Unos años antes, la ONU había planteado

sobre qué ciudad debía acoger a la Biblioteca.

que un sistema de bibliotecas públicas gratui-

En un principio punteó Manizales, pero la So-

tas era una buena herramienta para luchar con-

ciedad de Mejoras Públicas de Medellín consi-

tra el analfabetismo y masificar la educación en

guió que el asesor externo cambiara de opinión

el mundo. La idea podía funcionar muy bien en

con un argumento cierto y potente: Medellín

casi toda Europa y en Estados Unidos, pero paí-

era un centro industrial y tenía una población

ses menos ricos y desarrollados planteaban re-

obrera bastante nutrida. Las características que

tos muy complejos. De ahí que surgiera la nece-

buscaba la Unesco apuntaban precisamente a

sidad de crear modelos diferentes para estados

ese espectro social, con todo lo que una clase

diferentes. El objetivo era este: si un modelo bi-

proletaria en aumento significaba: trabajadores,

bliotecario lograba ponerse en funcionamiento

niños y amas de casa con grandes necesidades

y operar en un país con limitaciones de recur-

de educación y esparcimiento.

sos e infraestructura, luego podría replicarse en

En 1952 Medellín representaba, en cierto

territorios con características similares. A estos

sentido, la ciudad próspera latinoamericana,

proyectos la Unesco los denominó bibliotecas

con todas su carencias e insuficiencias, pero

piloto.

también con más de 400 industrias, 14 libre-

La primera de todas se inauguró en Nueva

rías y una fuerte voluntad de desarrollo. Así

Delhi, India, en 1951. El modelo funcionó tan

fue como el proyecto piloto se le adjudicó a

bien que permitió establecer las bases para crear

la ciudad.

una réplica en el hemisferio occidental, concre-

El acuerdo planteaba que la Biblioteca Públi-

tamente en América Latina. Colombia inició una

ca Piloto de Medellín para América Latina debía

* En la investigación Constanza Toro dice: “documento firmado por José Manuel Mora Vásquez, delegado permanente del país ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,

en representación del Gobierno de Colombia y por el Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura; Jaime Torres Bodet en representación de esta institución”.


19

Reuniรณn de trabajo de directivas de la BPP en la primera sede del Palacio de Bellas Artes. AI-BPP.


1.

funcionar bajo la dirección de una junta directiva compuesta por representantes del Gobierno nacional y del departamental, de la Sociedad de Mejoras Públicas, así como dos miembros designados por la Unesco. Durante cinco años, entre 1952 y 1957, la Biblioteca estaría apadrinada, pero luego ella misma debía asumir toda la operación. La Unesco enviaría un asesor técnico externo durante 15 meses y el Gobierno nacional nombraría un director general, quien viajaría becado a otros países para aprender sobre el funcionamiento de las bibliotecas modernas. Luego regresaría a la ciudad para trabajar durante un tiempo en compañía del asesor. Julio César Arroyave, secretario de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, fue designado director en enero de 1954; en efecto, estuvo en Estados Unidos durante seis meses de ese año, cuando la Biblioteca se inauguró.

Un puente entre tiempos

Aunque ya había comenzado a operar a puerta

20

cerrada desde marzo, mientras se clasificaban

Latina’, que llevaba el escudo de la Unesco

10.000 títulos iniciales y se entrenaba al perso-

en neón azul, ‘Biblioteca Pública Piloto’ en

nal. Escribe Constanza Toro:

neón blanco y ‘de Medellín para América

“En el edificio de Bellas Artes, en la ave-

Latina’ en neón oro, mientras era remode-

nida La Playa con Córdoba (calle 52 con

lada una gran casona al frente que ocupó

carrera 42), se instaló un aviso luminoso

la sede de la Biblioteca por un quinque-

de una sola cara, con la leyenda ‘Bibliote-

nio, mientras se construía el cómodo edi-

ca Pública Piloto de Medellín para América

ficio que sirve de sede definitiva”.


2.

Los proyectos piloto de la Unesco terminaron

¿Y para el caso de América Latina? Pues la

por diluirse y perdieron fuerza. Aunque en 1958

Biblioteca Pública Piloto de Medellín ha conti-

se inauguró una tercera biblioteca, esta vez en

nuado operando sin interrupción desde 1954,

África, al parecer una vez terminado el período

que no es poco tiempo. Sin duda, es el ejemplo

de apadrinamiento y supervisión, las institucio-

más próspero y exitoso de aquellos tres principa-

nes quedaron abandonadas a su suerte. A la fe-

les proyectos bibliotecarios de la década del 50.

cha ni Nueva Delhi ni Enugu (en Nigeria) tienen

La Unesco los creó para que fueran replica-

la relevancia para la que fueron creadas.

dos en otros territorios. De manera que cabe

1.

2.

El letrero en neón blanco, oro y azul sobre la fechada de Bellas Artes. Gabriel Carvajal. Ca 1954. AF-BPP.

Vista del terreno donde se construiría el edificio para la sede principal para la BPP a principios de la década de 1960. AI-BPP.

21


preguntarse qué tanto cumplió Medellín. Solo

así como la de Sincelejo y la Universitaria de Car-

para nombrar algunos casos: en 1958, el depar-

tagena. Barranquilla, Montería, Bucaramanga y

tamento de Antioquia creó una red de biblio-

Pereira también han recibido asistencia técnica.

tecas rurales que estuvo asesorada por la BPP.

Y a lo largo de los años, muchísimos biblioteca-

Ha prestado asistencia técnica a Bello, Marinilla

rios latinoamericanos han visitado la Biblioteca

y Sonsón. Ha acompañado el montaje de bi-

Pública Piloto de Medellín para América Latina

bliotecas en cárceles y colegios. El Ministerio de

con el fin de conocer el modelo de operación y

Educación Nacional le encomendó la tarea de

llevar todos esos aprendizajes a sus países.

asesorar al departamento de Caldas. La Biblio-

bre largo, complejo y formal? Juzgue el lector.

Un puente entre tiempos

teca Pública de Santa Marta recibió su asesoría,

¿Le hace, entonces, justicia La Piloto a su nom-

El libro más antiguo es Las siete partidas de Alfonso X, un cuerpo normativo redactado en la Corona de Castilla en el siglo XIII.

22

La población infantil era uno de los segmentos a los que, desde sus inicios, le apuntó el proyecto piloto de la Unesco. AI-BPP.


NÚMERO

AUTOR

02-1

Esteban Duperly

TÍTULO

La piloto que no fue La Biblioteca Central Estatal de Enugu, Nigeria, fue el primer proyecto de la Unesco en África, y el tercero en el mundo. Esta ha sido su suerte. i bien un informe de la Unesco publica-

terminales de buses ruidosos que dificultan aún

do en 1961 dice que para la fecha el Go-

más las condiciones de lectura y estudio.

bierno de Nigeria estaba tan satisfecho

Esa, que en su momento fue la primera bi-

con el funcionamiento de la Biblioteca Central

blioteca pública de África y la mejor dotada de

Estatal de Enugu que había aprobado un plan

Nigeria, ya no es ni la sombra, y del impulso

de desarrollo bibliotecario en el norte del país

que le dio la Unesco hace 59 años apenas que-

(con una inversión de 500.000 libras), al día de

dan el recuerdo y unos ingratos reportajes es-

hoy la situación real de esa biblioteca dista mu-

critos en internet.

cho de aquel espíritu. El piloto africano es un proyecto fallido. En la actualidad es un edificio viejo, con mesas y sillas viejas y gastadas. Las colecciones bibliográficas no se han actualizado desde la década del 80 y para leer o consultar los usuarios a menudo deben llevar sus propios materiales. Tiene, además, problemas de circulación de aire, de agua y, no pocas veces, de electricidad. Como si fuera poco, está rezagada en tecnología y los 23

alrededores se convirtieron en parqueaderos y Foto tomada de Google Maps. Última consulta, marzo de 2018.


NÚMERO

AUTOR

02-2

Juan Miguel Villegas

TÍTULO

Una Piloto de vidas pasadas En Nueva Delhi, India, se mantiene en pie, y casi intacta, la segunda biblioteca pública piloto del planeta.

n la Biblioteca Pública de Delhi hay un

Está ubicada al frente de la estación de tre-

macaco que, si te alcanza, te puede

nes más vieja de la ciudad, en la que las locomo-

arrebatar las gafas, partirlas en dos

toras no paran de sonar las 24 horas. Y se con-

mitades y arrojarlas de vuelta. Así nos lo advir-

serva, por cierto, casi en el mismo estado en que

tió Sudha, la directora, mientras dábamos un

quedó cuando fue inaugurada, en aquel lejano

paseo por el jardín: un patio trasero con una

1951, por el primer ministro Jawaharlal Nehru.

franja de hierba bien podada, algunos árboles,

gar en los mismos cajones diminutos, llenos

Un puente entre tiempos

bancas... y un macaco.

Para encontrar un libro todavía se debe hur-

24

Los proyectos bibliotecarios de la Unesco planteaban servicios móviles. En Nueva Delhi el “bibliobus” aún continua rodando.


de cartulinas de colores, que uno usaba en La

encargados de llevar libros a los barrios más ale-

Piloto cuando era niño. Los periódicos más an-

jados y desprovistos. En la sala de periódicos,

tiguos se deshacen al abrir las cajas en las que

todos los días se leen diarios escritos en cuatro

se archivan. Y los libros del “depósito legal” se

lenguas distintas: hindi, urdu, bengalí e inglés.

apilan en estanterías enclenques en las que ya

Una pequeña sala de música le ofrece al público

no cabe una hoja más.

guitarra, violín, cítara, una pantalla plana, un

Por ningún lado parece haber el menor ras-

tocadiscos... y un gramófono. En las salas de

tro de modernización bibliotecaria. Salvo por al-

lectura y en los cubículos de estudio los lectores

gunos computadores. Y por la sala de internet,

mantienen un silencio ritual.

en la que casi ningún equipo funciona.

Si me preguntan qué pienso de La Piloto de

Pero, a pesar de todo esto, tiene dignidad.

la India, diría simplemente que es hermosa. O

No será un ejemplo de biblioteca contempo-

que creo que es una semilla. Pequeña, ordena-

ránea (en tiempos en los que las bibliotecas se

da, contenida. Una semilla que podría secarse

reinventan), pero puede decir con orgullo y pre-

en un descuido. O, si se la riega y estimula, po-

cisión que es una “bien conservada”. Tanto que

drá desdoblarse en brote, arbusto y árbol. En

uno se siente en un viaje de más de medio siglo

bosque... (¿te imaginás, macaco?), que es lo

hacia atrás en la máquina del tiempo.

que un país como la India se merece.

Es una biblioteca sorprendente. Aún man25

tienen rodando, por ejemplo, los Bibliobuses Carencias y atrasos experimenta hoy el antiguo proyecto de biblioteca piloto en la India. Pese a todo, sigue operando.

La BPP cuenta con un total de 402.438 materiales, entre libros, audiovisuales, recursos digitales y publicaciones seriadas.



TÍTULO

La Piloto, en las mangas de Otrabanda

ás allá, atravesando el río, a cuyas aguas cantó alguna vez el NÚMERO

poeta Epifanio Mejía, estaban las

03

soledades, los médanos, los cenagosos suelos de zancudos y tunas, la Otrabanda, que des-

PÁGINAS

AUTOR

de tiempos coloniales se formaba (y nombraba)

06

Reinaldo Spitaletta

desde El Guayabal hasta las inmediaciones del morro El Volador. Había quebradas y charcos, como La Iguaná, La Peña, Ana Díaz, La Hueso,

La Piloto se construyó

La Iguanacita…

al otro lado del río, en

Eran días en que esas tierras anchas con rastrojos y pantanos no eran aún de engorde.

ese entonces, un punto

Y eran comunes en la vida cotidiana nombres

lejano para los habitantes

como Aná, Anápolis, San Ciro, El Pedregal, El

de Medellín que andaban

da izquierda del Aburrá, la Otrabanda, tardaría

con libros debajo del brazo.

Salado de Correa y el llano de Belén. La banpara irse poblando hasta muy entrado el siglo XX, en un crecimiento inusitado que agregaría al paisaje chimeneas fabriles, hipódromos y

La ribera occidental del río Medellín, aún no urbanizada. Al fondo, al pie del cerro El Volador, los terrenos de Otrabanda. Andrés Ripol. Sf. AF-BPP

27


Un puente entre tiempos 28

estadios de fútbol, barrios de artesanos y clases

insinuaciones de Tomás Cipriano de Mosquera,

medias, y, cuando los años 60 aún eran jóve-

se planeaba un puente para conectar mundos

nes, una biblioteca.

tan disímiles. Las gentes atravesaban el río por

Eran puras mangas cuando se erigió el edi-

tramos vadeables mucho antes que Enrique

ficio de vitrales azules y traslúcidos que los cu-

Haeusler, carpintero y mecánico renano, cons-

riosos miraban desde los autos y buses, pocos

truyera el indispensable puente, que más tarde

por cierto, que circulaban por la autopista Sur,

se denominaría puente Colombia.

llena de jardines en sus separadores y que desde

Eran comunes las maromas, saltos, frena-

1945, a la altura del Naranjal, tenía una plaza

zos, mojadas de los que se atrevían a pasar las

de toros de estilo morisco que bifurcaba la vía.

aguas; sobre todo las muchachas, que tenían

Desde lejos se notaba el aviso con letras en re-

que alzarse las polleras y combinaciones para el

lieve: Biblioteca Pública Piloto de Medellín para

efecto. Cuando aún ningún negociante se incli-

América Latina.

naba a pensar que esa franja tuviese futuro, al

Era entonces una suerte de curiosidad en

que sí se le ocurrió comprar lotes fue al visiona-

medio de una que otra casa y abundantes

rio comerciante J. B. Londoño. Armó una finca

mangas con dormideras, mosquitos, batracios,

que después parceló para las construcciones de

grillos y uno que otro peregrino que se atre-

donde hoy está el complejo de Suramericana y

vía en las solitarias campiñas. La Biblioteca se

realizó transacciones con Sears, el Instituto de

erguía como un presagio de los días en que

Crédito Territorial (ICT) y con otros particulares.

advendrían habitantes, almacenes, edificios de

Entre tanto, La Piloto, con una apariencia de

apartamentos, colegios, bancos e hipermerca-

arca de Noé, convocaba a estudiantes y curiosos

dos. Para los años 50 ya estaba en sus inme-

de todos lados. A comienzos de los años 60, el

diaciones el gringo Sears, que cautivaba a los

ICT adquirió terrenos para levantar la urbaniza-

de la otra parte de la ciudad con sus pomposas

ción Carlos E. Restrepo. Se avizoraba más reno-

mercancías y vitrinas.

vación urbana. La ciudadela, vecina de la Biblio-

En tiempos más viejos, la Alameda (hoy ca-

teca, se convirtió en un vividero atractivo con

lle Colombia) unía a la plaza mayor o parque

valor ambiental gracias a sus frutales de níspe-

de Berrío con la Otrabanda. Desde 1847, y por

ros, naranjos, guayabos, mangos y guayacanes,


1.

2.

29 1.

2.

Las mangas de Otrabanda, reemplazadas por una de las primeras intervenciones urbanísticas de Medellín: los Jardines del Río. Gabriel Carvajal. Ca 1964. AF-BPP.

La Otrabanda, antes de ser tomada por la urbanización. Fotografía Rodríguez. Ca 1929. AF-BPP.



urapanes, palmas, pencas, y otras especies que

ya nadie podía decir que esa extensión de viejas

invitaban pájaros a granel.

mangas “quedaba muy lejos”. Los libros, los ta-

En ese barrio de murciélagos y búhos, de

lleres de literatura, las conferencias, la visita de

ardillas y gatos, estaba el kínder de Aurorita y

escritores extranjeros de alto nivel (Borges y Rulfo,

desde antes había una fábrica de salchichón.

por ejemplo) le dieron lustre intelectual al sector.

La zona se llenó de estaderos y bares, con tan-

Y hasta el nombre, que era más ancho y lar-

gos y músicas del recuerdo, y en los años 60,

go, que cubría más territorio, se estrechó y se

un edificio de avanzado diseño, el de Camacol,

quedó como referencia de los barrios Surame-

ya era una presencia emblemática en la Otra-

ricana, Carlos E. y, sobre todo, de ese fragmen-

banda, a la que después arribarían el cine El

to de tierra que La Piloto comenzó a colonizar

Subterráneo, el Museo de Arte Moderno, los

en los albores de los años 70. Otrabanda tiene

enamorados que se acurrucaban en las mangas

ecos de cantos de chicharras y de música de

de Suramericana, la escultura de Arenas Betan-

alas. Y es sinónimo de libros y lecturas, y del en-

cur. Y muchos lectores.

canto particular que consiste en no olvidar las

La Otrabanda, con La Piloto como guía y an-

palabras, que en este histórico lugar de aguas y

torcha de la cultura, abrazó festivales como Ba-

vientos siempre están presentes, activas, como

zarte, las ferias del libro, la bohemia estudiantil. Y

síntoma de civilización.

Se conservan 50 números de El Correo de Antioquia, primer diario noticioso del Departamento. Circuló entre febrero y abril de 1875. Costaba ¼ de centavo.

31

Puente de Colombia con la Autopista. Para la década de los 70, Otrabanda había perdido por completo todo su carácter bucólico. Gabriel Carvajal. 1973. AF-BPP.


TÍTULO

Las formas de una biblioteca

a sede inicial de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina NÚMERO

04

fue una casa provisional en la avenida La Playa, centro de la ciudad. Más tarde fue trasladada al Palacio de Bellas Artes, también

PÁGINAS

AUTOR

en La Playa con la carrera Córdoba, donde se

07

Luis Fernando González

habilitó un espacio para libros y mesas de lectura; este cambio estuvo precedido por una

La BPP fue el primer edificio

Un puente entre tiempos

de Medellín diseñado para

32

ser una biblioteca. Así fue

polémica fuerte, pues el proyecto de la Unesco desplazaba a la tradicional Biblioteca Santander Municipal, cuyos materiales se sacaron de allí y se anexaron a una sección de la biblioteca de la Universidad de Antioquia. El hecho detonó

construido este espacio

críticas, como bien se lee en una carta dirigida

pionero para los lectores.

se conserva en el Archivo Histórico de Medellín:

al alcalde, fechada el 22 de junio de 1954, que “Jamás había llegado a pasar por nuestras mentes el que la cultura de nuestra ciudad recibiera esta clase de golpe, ya que por el contrario nos


habíamos hecho a la idea de que la proyectada

tipología arquitectónica para tal fin. Si bien

Biblioteca Piloto vendría a ser un complemento

hay antecedentes de bibliotecas desde 1881

de la institución ya existente”.

(como la famosa Biblioteca de Zea), siempre

Mencionar este enfrentamiento de ideas es

fueron locales acondicionados o secciones

importante porque ilustra la concepción que

dentro de edificios que se disponían para al-

los dirigentes de entonces tenían sobre las bi-

macenar volúmenes o para leer. Pero jamás,

bliotecas: pensaban que no eran espacios cul-

hasta la aparición del proyecto de la Biblioteca

turales sino depósitos de libros que se podían

Pública Piloto para América Latina, se había

trasladar, como efectivamente hicieron con la

destinado un espacio específico. La BPP es la

Santander. Y es que en Medellín, hasta la déca-

primera biblioteca de Medellín en términos de

da de 1960, nunca se había desarrollado una

tipología arquitectónica.

Construcción de la BPP. Al fondo el puente monumental de la calle Colombia. AI-BPP.

33


La BPP es la primera biblioteca en Medellín en términos de tipología arquitectónica. Gabriel Carvajal. 1963. AF-BPP.



1.

2.

Esto, por supuesto, se refiere al edificio definitivo, cuya construcción se llevó a cabo en terrenos de Otrabanda, un sector que durante décadas fue sitio de poblamientos aislados con algunos núcleos de pequeña urbanización, pero Un puente entre tiempos

que para entonces había comenzado a ser llamado el “Medellín futuro”, pues allí se levantaban desarrollos urbanos muy notables y modernos, como el Estadio Atanasio Girardot, los colegios Jorge Robledo y San Ignacio, el liceo Marco Fidel Suárez, el almacén Sears y el puen-

36

te monumental de Colombia (inaugurado en 1.

2.

La sede central de la BPP, luego de demoras y algunas modificaciones, vino a inaugurarse en 1961. AI-BPP.

Maqueta del edificio para la sede central. Un auditorio, ubicado en el costado de la calle Colombia, no se construyó. AI-BPP.


1956), que actuaba como conector con la an-

características arquitectónicas finales evidencian

tigua villa, convertida en el centro de la ciudad,

que se cumplió con el objetivo pedido.

y posibilitaba el tránsito a barrios de occidente,

En lo espacial y material, el planteamiento

como el recientemente construido La Floresta,

arquitectónico del edificio era claro: un acceso

en los terrenos del antiguo hipódromo.

a nivel de la calle, fácil, que llamara la atención,

La primera piedra del edificio definitivo de

pero no fuera ostentoso. La disposición de la

la BPP se puso en un acto formal de octubre

entrada estaba cerca a los espacios infantiles y

de 1954, aunque la maqueta solo se presentó

a los lugares de préstamo. La flexibilidad en la

20 meses después y por la presión de la Unes-

distribución del espacio garantizaba, a su vez,

co a las entidades públicas comprometidas (los

la flexibilidad en el funcionamiento, dirección

gobiernos nacional, departamental y municipal)

e inspección, pero también una continuidad

para que iniciaran las obras con prontitud. No

espacial y una disposición central que se perci-

obstante la urgencia, el comienzo de la cons-

bía en la doble altura del volumen. Es notable

trucción real tardó mucho más debido a trabas

la inclusión de luz natural para la lectura, de

burocráticas y a vicisitudes. El edificio vino a in-

ahí que la fachada occidental sea más cerra-

augurarse finalmente en octubre de 1961, aun-

da, contrario a la oriental, que dispone de más

que aún sin terminar.

ventanales, que también se concibieron para

El proyecto fue desarrollado por el arquitec-

interesar y atraer. A todo esto se sumaron mo-

to colombiano Alberto Velásquez (hay certeza

biliarios con una disposición funcional y otra

de que fue el responsable de los planos). La

serie de indicaciones como la decoración y la

Junta Directiva de La Piloto colaboró ponien-

pintura. Teniendo en cuenta que la biblioteca

do a disposición del arquitecto antecedentes,

ya no se consideraba como un simple “almacén

bibliografía y “el asesoramiento de un técnico

de libros” y, por el contrario, debía ser un cen-

norteamericano”, Charles M. Mohrhardt, a la

tro social para la comunidad, para la educación

sazón director adjunto de la Biblioteca Pública

y la cultura, se construyeron espacios para ex-

de Detroit, en Michigan, quien como experto en

posiciones y talleres.

bibliotecología acompañó el diseño, como era

A la novedad tipológica y funcional que

usual en los proyectos piloto de la Unesco. Las

significó una biblioteca pública en Medellín, se

37


1.

sumó una organización formal que la emparen-

con los grandes ventanales al oriente, la suave

tó con la arquitectura de vanguardia que se de-

curvatura para adaptarse al lote, la columnata

sarrollaba entonces en la ciudad: aquella influida

que enmarca el acceso en la parte lateral sur

por los maestros de la CIAM (Congreso Interna-

(tanto al oriente como al occidente), los pilotis

cional de Arquitectura Moderna), evidenciada

o columnas redondeadas dispuestas de mane-

en su largo volumen horizontal de dos pisos,

ra ortogonal, esbeltas, todavía más en la doble

acentuada con la terraza de remate, las franjas

altura del espacio central, entre otros aspectos propios de la arquitectura del movimiento mo-

2.

derno. El edificio de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina se concibió en la década de los años 60 como un discreto pero adecuado volumen, implantado en una curva urbana donde, en aquel entonces, se levantaba el futuro arquitectónico de la ciudad. 1.

A partir de la entrada en operación, el edificio de la BPP se convirtió en un ícono de la ciudad. Gabriel Carvajal. 1963. AF-BPP. 2.

Cruce de la calle Colombia con la autopista. Detalle del plan regulador para Medellín. 1954. Archivo Histórico de Medellín.


TÍTULO

Viajes a lomo de libro

on la apertura de La Piloto se iniciaron en Medellín los servicios bibliotecarios NÚMERO

05

de extensión. Su lema, de acuerdo con el primer manifiesto para las bibliotecas públicas de la Unesco, fue “Llevar el libro al lector”. Esto

PÁGINAS

AUTORA

significaba llevar recursos bibliográficos a regio-

02

Gloria Inés Palomino

nes y espacios que carecían de ellos por razones geográficas, de seguridad, edad de las perso-

Desde sus comienzos, la BPP quiso ser un proyecto en movimiento. Libros que

nas, limitaciones físicas, recursos económicos, vías de comunicación, etcétera. Las sedes descentralizadas de la BPP (antes llamadas sucursales, hoy filiales) se crearon con ese propósito. Durante décadas han estado uni-

andan el camino que los

das a otros servicios descentralizados, como las

separa de los lectores.

bús, que, entre finales de los años 50 y comien-

Cajas Viajeras, los puestos de lectura y el Bibliozos de los 80, hicieron presencia en cerca de 30 barrios de la ciudad. En su tiempo, el Bibliobús paraba en 64 puntos de encuentro y más de

39


100 Cajas Viajeras llegaron por tierra, agua o

lucha, quiere mostrar el territorio que forzosa-

aire a municipios remotos de Antioquia. Estas

mente dejó. Por todos estos hechos, las biblio-

cifras han convertido a los servicios de extensión

tecas filiales y los servicios de extensión son, en

en el programa de mayor cobertura de la BPP.

sí mismos, buena parte de la razón de ser de la

Pero volviendo a las filiales, ellas tejieron en

BPP y están ya dentro de su historia.

la ciudad una red de servicios que, apropiada por la colectividad, ayudó a generar bibliotecas comunitarias, parroquiales, de cajas de compensación, etcétera. Hubo quienes supieron aprovecharlas y, llevados por la fascinación de los libros, alcanzaron sus expectativas de vida. Por ejemplo: en el Tren de Papel Carlos Castro Saavedra, en el barrio Florencia, dos vagones guardan la historia de jóvenes y niños consagrados que hoy son profesionales. En la filial Juan Zuleta Ferrer (en Campo Valdés), la comunidad, con una labor de formación artesanal y participación social, desterró la violencia, la prostitución y otros males que los aquejaban. La filial de San Antonio de Prado pasó años compartiendo

Un puente entre tiempos

espacio con el calabozo municipal. San Javier La

40

Loma ha ayudado a aliviar problemas en una zona de grandes conflictos. Otras tantas historias se cuentan en Villatina, El Raizal y La Esperanza. En todas estas filiales hay testimonios de niños y jóvenes desplazados que, con temor y sorpresa, encuentran su punto seguro en las bibliotecas. O el adulto que, tras una vida de Primera filial de la BPP, en Villa de Guadalupe. AI-BPP.


TÍTULO

Libros cuesta arriba

s una mañana soleada en las laderas de Medellín. Estudiantes y trabajadoNÚMERO

06

res bajan por las calles inclinadas del barrio Florencia de la comuna 5. A mano derecha, dos vagones de ferrocarril descansan en

PÁGINAS

AUTOR

una zona verde que rodea la parroquia de San

05

Juan Carlos Sánchez

Agustín. ¿Cómo es eso posible? Pues en 1979, a un jubilado de los Ferrocarriles Nacionales y

La historia de una biblioteca que funciona dentro de un tren detenido en una loma empinada.

vecino del sector se le ocurrió la idea de traerlos desde unos talleres abandonados en Bello, y subirlos cuesta arriba. La idea tenía sentido porque allí se crearía un lugar muy especial. Para entonces, la Biblioteca Pública Piloto tenía un reconocimiento amplio por los espacios singulares que habilitaba como puestos de lectura en fábricas y hospitales. Además, aún estaba fresco el recuerdo de un Blibliobús que se paseaba repleto de libros. El móvil metal recorría las calles anunciando el

41


préstamo de textos con la siguiente voz ampli-

demandó una logística de equipos y personal a

ficada por un megáfono: “Todas las semanas

tal punto que los vecinos vieron interrumpida su

vendrá a este lugar de la ciudad la Biblioteca

cotidianidad. La sorpresa fue inmensa cuando

Móvil y permanecerá aquí por dos horas con li-

vieron dos vagones de madera pintada escalan-

bros para prestarlos por 15 días a todos los que

do la pendiente. Así lo recuerda Gloria Londoño,

quieran leer y educarse. Para prestarlos por 15

habitante del barrio y testigo: “La gente abando-

días es necesario acercarse a la Biblioteca Mó-

nó lo que estaba haciendo y salió por ventanas

vil y registrarse como lector, obtener la tarjeta

y puertas a ver aquel espectáculo. Hasta dijimos

correspondiente y comprometerse a tratar bien

que no era para una biblioteca sino para una

los libros”.

estación de tren”.

De modo que cuando se planteó el proyecto de construir una filial BPP en aquel terreno vecino a la parroquia, la idea de ponerla a funcionar dentro de unos vagones de tren resultó bastante atractiva. Y ahí es donde entra en escena la feliz coincidencia del señor Saulo Jaramillo, el vecino que hizo todas las gestiones para contactar a los administradores de los Ferrocarriles Nacionales, otrora Ferrocarril de Antioquia. Con ellos se decidió y se acordó que la entidad cede-

Un puente entre tiempos

ría por comodato dos piezas ferroviarias de ma-

42

dera y metal (con todo y ruedas) y la parroquia de San Agustín aportaría y abonaría un terreno (un plano en plena loma escarpada) para la naciente biblioteca. Ahora bien, trasladar dos vagones desde la base del valle, desafiando la gravedad y la pendiente, no resultaba nada fácil. El operativo

1.


2.

43 1.

2.

Dos vagones recuperados del antiguo Ferrocarril de Antioquia fueron convertidos en sala de lectura. AI-BPP.

El entonces director de la BPP, Alejandro Gonzรกlez, inaugura la filial en el barrio Florencia. Fabio Restrepo. 1979. AF-BPP.


El nombre de la filial se extrajo de un prólogo que el poeta Carlos Castro Saavedra escribió para un texto del entonces director de la BPP, quien también escribía poesía. La cita decía así: “Parte, como en un tren de papel, hacia él mismo y hacia sus semejantes, hacia el mar y hacia las estrellas que casi nunca se pueden alcanzar”. Luego de eso, el maestro y neófito poeta prologado se reunieron, un sábado 3 de febrero de 1979, para bautizar a la pequeña biblioteca metida dentro de un tren. Desde entonces, como los nombres de un largo linaje, al pequeño habitáculo de libros se le conoce como Biblioteca Tren de Papel Carlos Castro Saavedra, filial de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina. Un tren sin puerto fijo, que zarpa y despega todos los días. Un tren cargado de libros, un tren de origami que se expande y se contrae con el tiempo. Desde entonces, sigue enclavando y

Un puente entre tiempos

sembrando palabras en la ladera occidental de Medellín. Tramo a tramo, verso a verso, sigue llenando de color y de ilusión la vida de todos los que tienen el placer de viajar en este tren de papel que llamamos libros.

44

A este pequeño habitáculo de libros se le conoce como “el Tren de papel”. AI-BPP.


NÚMERO

AUTOR

TÍTULO

45

Para los habitantes del barrio la visión de dos vagones de tren parqueados en una loma representó una gran novedad. AI-BPP.


NÚMERO

07 Cronología de los talleres de escritura de la BPP

78

En enero se anuncia en la prensa local la apertura de un taller de escritores en la BPP. La invitación estaba abierta para todos los interesados en aprender escritura literaria. La inscripción era gratis y comenzaría a funcionar en la segunda semana de febrero, cada miércoles a las 4 de la tarde.

Jaime Jaramillo, Mario Rivero y Manuel Mejía Vallejo, conversan en la dirección de la BPP. 1984. Archivo Jairo Osorio.

Taller de Escritores de la BPP

Alejandro González, entonces director, instala en febrero el taller bajo el nombre Taller de Escritores de la Biblioteca Pública Piloto y lo dirige.

Alejandro González entrega en marzo la dirección del taller a Juan Luis Mejía Arango. El taller es dirigido por Jairo Morales Henao desde junio del 78 a mayo del 79.


79

En mayo, por iniciativa de Gloria Inés Palomino, entonces directora de la Oficina de Comunicaciones y Extensión Cultural de la BPP, es llamado el escritor Manuel Mejía Vallejo para dirigir el taller. Durante 15 años el taller es dirigido por Mejía Vallejo.

94...

De julio a septiembre, el taller suspende actividades por enfermedad de su director. Por iniciativa de la directora general, Gloria Inés Palomino, Jairo Morales Henao es llamado en septiembre para dirigir de nuevo el taller. El taller ha sido dirigido por Jairo Morales Henao hasta la fecha actual.

· Claudia Ivonne Giraldo · “Esa historia de los talleres de escritura de La Piloto es muy importante por algo fundamental: fueron la razón para que otros talleres comenzaran a abrirse en la ciudad. Irradiamos una consciencia sobre la escritura y la lectura entre otros más jóvenes. Fuimos la cuna de toda una generación lectora”. “Nadie nos enseñaba nada. Íbamos aprendiendo con base en los errores y en los aciertos. Durante todos estos años por ahí han pasado muchos muchachos y muchachas. María del Rosario Escobar fue alumna mía, de uniforme de colegio. Y como editora en Eafit acabo de recibir una novela de una escritora que fue mi pupila en la BPP. Lo lindo de estos talleres es que lo que uno enseña retorna”. “Al principio llegaban cuatro o cinco alumnos, pero Gloria Inés me decía ‘no nos desanimemos, que esto no se ha hecho antes en la ciudad’. Luego llegué a tener 25 y hasta 30 alumnos en el taller”.


90

Verano Brisas crea el Taller de Escritura para mayores de 60 años, que inicialmente se llamó Amigos de las Letras. Verano Brisas lo dirige por dos años.

Taller de Escritura para mayores de 60 años

03 92 16 Claudia Ivonne Giraldo toma la dirección del taller.

Lucía Donadío recibe la dirección del taller.

Janeth Posada es nombrada directora. El taller sigue teniendo lugar en la BPP.

Taller de Escritura para Niños

85 91 87 Luis Fernando Macías crea el Taller de Escritura para Niños y lo dirige por dos años.

El poeta conocido como Verano Brisas recibe la dirección del taller.

Édgar Trejos recibe la dirección del taller. Lo dirige hasta 2001, cuando la Sala Infantil Pedrito Botero comienza a hacer otras estrategias de promoción de lectura.

Taller de Poesía

85

Lo crea y lo dirige hasta el día de hoy (abril 2018) Jaime Jaramillo Escobar.


· Lucía Donadío · “Creo que el taller de los viejos, como me gustó siempre llamarlo, es un espacio de gran importancia para los asistentes, el director y la BPP. Es un espacio de lectura de libros y conversación sobre ellos. Algunas personas escribían. Les gustaba mucho que yo les pusiera tareas de escritura. Al jueves siguiente llegaban muchos textos de memorias y humor y los leían como niños mostrando su tesoro. Los vínculos de amistad y

84

Claudia Ivonne Giraldo, alumna del taller de Manuel Mejía Vallejo, le propone a la directora de la BPP, Gloria Inés Palomino, la creación de un taller de escritura creativa para jóvenes. La acompaña en la dirección Emma Lucía Ardila durante un año. Claudia Ivonne lo dirige durante 22 años.

solidaridad que surgieron son fuertes y muy profundos”.

Taller de Escritura para Jóvenes

06

Jorge Iván Agudelo, alumno de Claudia Ivonne Giraldo, comienza a dirigir el taller. Este aún se dicta.

“Mujeres trabajadoras o amas de casa encontraban en los libros compañía y conocimientos de la vida. Algunas decían que aprendieron a leer de verdad en el taller; se atrevieron a subrayar los libros, a criticar a los autores, a decir cuáles no les gustaban. El taller no era una clase, sino una experiencia colectiva que, probablemente, muchas no habían experimentado antes, acostumbradas a la rigidez de la educación formal”.



TÍTULO

Y allí empezó todo

ilar Gutiérrez. Nos conocimos en el taller de los miércoles, el de Jairo MoraNÚMERO

les. Cuando yo llegué, Juan Carlos lle-

08

vaba ya unos años allí, tal vez dos. Un auditorio grande, muchas sillas y un señor serio, muy serio, ese era Jairo, el director del taller.

PÁGINAS

autores AUTORA

03

Pilar Gutiérrez y Juan Carlos Restrepo

Juan Carlos Restrepo. Allí iba desde 1997 no solo al taller de Jairo, sino también al de poesía

Una historia en las voces de dos lectores, escritores y editores. Nace una familia

de Jaime Jaramillo, dispuesto a explorar con lo que creaba. Yo cortejaba con la incertidumbre de dedicarme a escribir, a dibujar o a mezclarlo todo en mi formación de diseñador gráfico. Fue en La Piloto donde apareció Pilar, para admirar-

entre los estantes de una

la y amarla.

biblioteca.

parecía una pequeña muestra de la sociedad:

PG. Era un lugar realmente democrático, había jóvenes, viejos, punkeros, locos, cuerdos, desocupados, alcohólicos; todos allí, en paz, oyéndonos, respetándonos y conversando;

Las bibliotecas también son lugares para, simplemente, estar. Por años, la BPP ha sido un sitio de encuentro y reunión. Fachada de la BPP, década de 1980. AI-BPP.

51


eso era el taller, un espacio para pensar, para reflexionar, todo alrededor de la palabra.

PG. Fue también en el taller donde Juan Carlos y yo nos convertimos en pareja y empeza-

JCR. Íbamos para pulir la disposición artís-

mos a ser editores; nos corregíamos nuestros

tica, la chispa, el talento y el temperamento.

textos, oíamos las lecturas de los compañeros

Exponerse frente a todos leyendo “lo tuyo” era

y comentábamos, cada uno con su mirada, con

siempre muy atemorizante. A veces resultaba

su criterio. JCR. Todavía nos preguntamos qué pasó con

conmovedor y, otras, tedioso. PG. Llegar al taller era estar por fin en el lu-

ese mono talentoso que no volvió al final, qué

gar correcto: ya no éramos el raro o la rara, al

hizo la vida con la señora de las bellas palabras,

que le dio por escribir, no teníamos que dar ex-

cuántos se montaron en otro tren, esa… ¿dón-

plicaciones, el mismo interés nos había llevado a

de está?, y de aquel, ¿publicó?

todos a compartir esas dos horas y a tomarnos, más tarde, un café.

PG. Hoy, después de 19 años, cuando pasamos por la Pública Piloto, le decimos a nuestra

JCR. Veíamos el quehacer de una tropa entera y después supimos que la mirada crítica que

hija María: mira, aquí, en este edificio, empezó todo, aquí empezó Tragaluz Editores.

pulimos allá fue nuestra mejor formación para

Un puente entre tiempos

seguir escribiendo desde nuestras voces.

52

El primer libro adquirido por la BPP fue Los amigos de Toto de M. Baguer. Ingresó al sistema el 3 de mayo de 1954 con el número 001.


NÚMERO

AUTOR

09

Gustavo Adolfo Vives Mejía

TÍTULO

Miguel Escobar Calle

Director curador de la Sala Antioquia

iguel Escobar, llamado “Migue” por todos, fue un incansable y callado trabajador de la cultura que nunca buscó honores ni medallas. Tuvo múltiples intereses: era una autoridad en literatura antioqueña; conocía como pocos la vida y obra de León de Greiff y del pintor Francisco Antonio Cano; era experto en historia de la fotografía y de la navegación a vapor. Además de literatura y arte, sabía de caricaturas, de exlibris y hasta de

Fue editor por naturaleza. Corregía textos,

música. Su espíritu investigador y su insaciable

buscaba viñetas o ilustraciones, sacaba fotoco-

curiosidad le hacían abrir los ojos a otros cam-

pia de alguna imagen y la mejoraba, hacía re-

pos y escudriñarlos con rigor. Y siempre listo a

comendaciones y cargaba cajas llenas de libros.

compartir sus conocimientos con quienes inves-

“Migue” tenía una apariencia seria, casi adusta,

tigaban sobre un tema determinado y busca-

pero al entrar en contacto con él se descubría

ban su orientación antes de adentrarse en los

a un hombre amable, sencillo y dispuesto a ser

fondos bibliotecarios que conocía al dedillo. To-

útil. Se distinguía por su galantería, buen hu-

davía encuentro papelitos con notas suyas o fo-

mor y amena conversación. Fue un excelente

tocopias que dicen “Gus, esto te puede servir”.

contertulio.

Miguel Escobar, 1986. Archivo Jairo Osorio.

53


NÚMERO

AUTOR

010

Jairo Morales Henao

TÍTULO

Luz Posada de Greiff Bibliotecóloga

otas como estas, breves y precisas,

de un quehacer que revela en esas notas su es-

escritas a vuela pluma sobre la pá-

píritu laborioso, preciso, meticuloso, incluso co-

gina en blanco de la anteportada

herente con su concepción expresa de que “una

Un puente entre tiempos

o la portadilla de un libro, en las márgenes de

54

biblioteca no se termina de organizar nunca”.

un folleto, bajo un colofón, impuestas por la

Nació en Yarumal y es licenciada en Bibliote-

necesidad del momento en los afanes del día a

cología de la Escuela Interamericana de Biblio-

día de una biblioteca, que no es un lugar tan

tecología de la Universidad de Antioquia. Fue

apacible como muchos piensan desde afuera, y

asesora en la Sala Antioquia a raíz de su presen-

destinadas a advertir, recomendar o aclarar algo

cia en el equipo de investigadores a los que el

de afán sobre el documento en cuestión para

Banco de la República asignó en 1987, teniendo

cuando haya modo de volver sobre él con más

como base la Biblioteca Pública Piloto, la tarea

tiempo (una manera, pues, de adelantar traba-

de formar el inventario de caricaturas hechas

jo, un recorderis para ella misma o para el bi-

por antioqueños.

bliotecario que se lo topará luego por azar o en cumplimiento de sus funciones) y darle entonces el tratamiento, la ubicación y utilización adecuadas, han marcado el paso cotidiano de Luz Posada de Greiff en todas las bibliotecas donde ha trabajado; constituyen su estilo, la impronta Luz Posada de Greiff. AI-BPP.


NÚMERO

AUTOR

011

Elkin Restrepo

TÍTULO

Manuel Mejía Vallejo Director del taller de escritores

ay un Manuel que se fue superponiendo al otro, al conocido, al narrador y autor galardonado nacional e internacionalmente, y que, por momentos, le disputaba supremacía. El Manuel Mejía oral, aquel capaz de tener a su auditorio

nos presentó, a los amigos, al mayor de ellos,

y amigos prendidos a una historia quizá real,

al sobreviviente: Fabián Pimienta; hombre que

quizá inventada, o ambas cosas. No necesitaba

no escribía, pero su conversación, festiva y pica-

de mucho para entonarse: una silla, un vaso de

resca, raizal y sonora, propia solo de un paisaje

ron y el interés de aquellos que, al oírlo, sabían

pedregoso y de montañas, señalaba una fuente

que escuchaban el último grande de una tradi-

común. Aquella de la que manaba, y además lo

ción intelectual, quien moldeaba una anécdota

sostenía y daba cuerpo, el relato en Carrasqui-

o una historia con el desparpajo, la gracia y la

lla, Barba, León de Greiff, Fernando González,

imaginación del contador de cuentos pareci-

tan apegados todos a un habla provinciana, un

do a los rapsodas, que, no hacía mucho, iban

tesoro; pero también se servían, como hombres

de pueblo en pueblo y hacían de la arriería, el

de su época, de aquella que la modernidad, ur-

café o la plaza su estrado y de la exageración,

bana e industrial, su propio tiempo, les ofrecía.

el vocablo pintoresco, el giro inesperado o po-

De ahí ese extraordinario legado que, desaten-

pular su arte. Alguna vez, en Jericó, Manuel

tos, a veces pasamos por alto. Manuel Mejía Vallejo. AI-BPP.

55


Aquella noche, en aquel cafetucho de la zona

impulsaba su verbo era un privilegio. Manuel,

de abajo del pueblo, Manuel escuchó gozón a

seguro, hablaba como los viejos maestros. Así,

quien, pueblerino y afincado, le devolvía mucho

en sus reuniones con las amigas y amigos que

de lo suyo. Y, por supuesto, a quienes, a su lado,

lo visitaban en su casa de la calle Bolivia, debió

gozones también, reconocíamos de oído, de

hablar Carrasquilla y el Mago de Otraparte, y

adehala, que en esa oralidad, ingeniosa y viva,

para quienes tuvimos el gusto alguna vez de

resplandecía, como diría Canetti, una provincia.

escucharlo, cascajoso y tajante, el viejo León. El

La patria del hombre.

Manuel oral era de su estirpe y de la de tantos

Si aquel parecía un encuentro fortuito, no lo

otros que ponen y dan música al río del tiempo.

era. Sin embargo, por un azar extraordinario se

La vida, que es también irónica, lo fue con el

nos daba a nosotros, los presentes, la oportu-

escritor: le produjo una apoplejía que le afectó el

nidad de advertir un vínculo y de descubrir de

habla. A los 70 años ya no pudo volver a hablar

manera muy viva de dónde, prolongando una

ni a escribir y su talento se silenció. Un drama.

veta, en boca suya, Manuel, ese otro Manuel

Hoy no oigo quien, como en los viejos tiem-

que la gente se paraba a escuchar, con toda su

pos, hable así. Tal vez en la calle o en las plazas

espontaneidad, agudeza y risa franca, hacía ca-

de mercado, en el bullicio de los parques, que,

mino hasta nuestros días.

por cierto, para afinar el oído e insuflarles poder

Oír a Manuel alrededor de la mesa en aque-

visitar para mezclarse entre las gentes.

Un puente entre tiempos

llas mañanas en las que un ligero guayabo

a sus palabras, Fernando González no dejaba de

56

Manuel Mejía Vallejo charlando en el antiguo auditorio BPP, que luego llevó su nombre. AI-BPP.


NÚMERO

AUTORA

012

Claudia Ivonne Giraldo

TÍTULO

Gloria Inés Palomino

Directora de la Biblioteca 1983 - 2015

entí que era mi casa, una casa alegre, vital, amable. Las presentaciones, las ex-

hospitalario para los creadores, investigadores,

posiciones de arte y los lanzamientos de

estudiantes y lectores de Medellín y del país.

libros eran concurridos, magníficos. La Piloto era

Una casa con las puertas abiertas.

una ebullición y un imán cultural de la ciudad.

Durante casi 30 años, Gloria Inés Palomino,

Sus talleres de arte y de literatura fueron funda-

comunicadora social de la Bolivariana, dirigió la

cionales en Medellín. Las iniciativas que nos dic-

BPP sin pretensiones ni afanes de protagonis-

taba nuestro entusiasmo juvenil eran apoyadas y

mo. Su trato cordial, su presencia discreta im-

tenidas en cuenta.

ponían, sin embargo, una autoridad que todos

Y es que La Piloto era, ante todo, la gente:

reconocíamos.

don Manuel Mejía y el maestro Jaime Jaramillo;

Sabe, como pocos, de gestión cultural, de

Miguel Escobar, José Gabriel Baena, Jairo Mo-

promoción de lectura, de libros, de proyectos

rales y Vicky; María José, Olguita, Yaneth. Por

culturales. El Plan de Bibliotecas y las redes de

ellos, por todos allí, nuestra “casa” era una fies-

bibliotecas escolares no serían lo que son hoy

ta. Tal vez nada de esto hubiera sido posible si

sin su presencia y orientación.

la persona que dirigía esta alegría no hubiera

Esta mujer entrañable propició una época

tenido la sabiduría, la inteligencia y el tino para

de oro en nuestra Piloto, una época en la que

convertir a la institución en un referente nacio-

fuimos felices y que muy seguramente nunca se

nal de las bibliotecas públicas, y en un lugar

repetirá, o no de la misma manera.

Gloria Palomino en la Torre de la Memoria. 2014. Jaime Osorio. AI-BPP.

57


TÍTULO

Aquella visita a La Piloto

e mis incontables visitas a la Biblioteca Pública Piloto, aquella, sin duda, NÚMERO

013

fue la más importante, tanto, que a partir de ese momento la vida adquirió un nuevo rumbo. Recuerdo la tarde de agosto, so-

PÁGINAS

AUTORA

leada, calurosa. No había una nube en el cielo,

06

María Cristina Restrepo

las flores se doblaban marchitas en los floreros. Había terminado de corregir los ensayos de

Al cruzar la puerta de la BPP

Un puente entre tiempos

se encontraba un paisaje

58

que no se veía en ningún otro

mis alumnos, disponía de unas horas de ocio para hacer lo que quisiera. La caja con los libros elegidos por mi vecina con el fin de donarlos a una biblioteca esperaba al pie de las escalas el momento en que pudiera llevarla a

lugar de la ciudad. Tantos

La Piloto, donde mi amigo Miguel la abriría con

libros como tipos de lectores.

de descubrir algo de interés para los lectores.

una sonrisa de anticipación, sin ocultar el deseo Aprovecharía también para visitar allí mismo la exposición de fotografías de Juan Rulfo, que tanto anhelaba ver.


Le pedí al portero que me ayudara a bajar

Fenómeno Religioso, algo que ni el mismo Mi-

los libros. Luego de meterlos en el baúl del Re-

guel supo nunca muy bien qué era, pero nos

nault 4 verde pistacho, tomé la avenida del Río

había brindado la oportunidad de hacer intere-

sin sospechar lo que me esperaba. Se respiraba

santes lecturas y tener apasionadas discusiones

un ambiente de fiesta en mitad de la semana:

en torno a los más variados temas.

era miércoles y parecía domingo, quizás por el

Apenas estacioné en uno de los pocos

poco tráfico, por el alegre temblor de las hojas

parqueaderos libres, el señor que cuidaba

de los árboles en la brisa tibia, por la perspectiva

los carros se acercó. Tal vez me recordaba de

de tomarme un café con Miguel y recordar los

otras veces, tal vez pretendía que no lo olvidara

viejos tiempos, cuando había sido mi profesor

al momento de salir. Al igual que hice con el

en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma

portero, le pedí ayuda con la caja, tan pesada

universidad donde ahora yo dictaba Literatu-

como si llevara piedras dentro. Miguel espera-

ra. Una materia con un nombre rimbombante,

ba al pie de las escalas. Al vernos se acercó

Con el correr de los años las sillas y las mesas de lectura de La Piloto se convirtieron en íconos que los usuarios recuerdan con cariño. AI-BPP.

59


con su sonrisa característica, mezcla de timi-

ocupado por paneles de madera para exhibir el

dez, simpatía e intuición, como si alcanzara a

trabajo del artista. La baranda de hierro, pintada

comprender algo secreto en el alma de la per-

también de blanco, permitía asomarse al ir y ve-

sona que tenía al frente. Un joven vestido con

nir de los empleados y los usuarios en el primer

la chaqueta blanca de los empleados se acercó

nivel del edificio, donde un grupo de colegialas

a recibir los libros, que llevamos a la sala de

de uniforme azul oscuro y zapatos rojos se esfor-

la colección general. Los dejó sobre una mesa

zaban, sin lograrlo, en guardar silencio. Parecían

larga, de madera lacada. Miguel comenzó a

dudar, hasta que decidieron sentarse alrededor

sacarlos uno a uno, exclamando cada vez que

de la mesa de estudio. Una de ellas depositó

descubría una novela, un libro de poesía que

frente a las amigas un cerro de libros, pero, en

no estaba en los anaqueles.

lugar de abrirlos, comenzaron a cuchichear jun-

Un puente entre tiempos

Después de tomarnos un café, nos despe-

60

tando las cabezas.

dimos y subí al segundo piso, al lugar de las

Me alejé de la baranda para recorrer los pa-

exposiciones. Si por suerte la encontraba a la

neles con las inquietantes fotografías del mexi-

salida de su oficina, podría cambiar unas cuan-

cano, rodeadas de misterio y silencio, símbolos

tas frases con Gloria, la directora, siempre ata-

permanentes de un paisaje interior, la manifes-

reada, sonriente, dueña de una energía que

tación personal de una cultura. El trabajo de

hacía posible cualquier proyecto, contenta de

Rulfo estaba frente a mis ojos con descarnada

desempeñar una labor importante para la ciu-

ausencia de toda interpretación. Cada especta-

dad. Entraría a saludar a Jairo, celoso guardián

dor tenía la tarea de hacerlo sin más ayuda que

de los tesoros de la Sala Antioquia: primeras

su sensibilidad, sumada a la carga de emocio-

ediciones, libros colombianos editados en París,

nes allí plasmadas.

revistas culturales que hacía años habían dejado

Al fondo de la sala se abría la puerta de vidrio

de publicarse, folletos, proclamas, mapas, an-

del último salón del edificio, un espacio rectan-

tiguos volúmenes que en ocasiones enseñaba

gular rodeado de ventanas a través de las cuales

con orgullo de coleccionista.

alcanzaba a verse las montañas calcinadas por

La exposición de Rulfo estaba colgada en un

el sol. Unas 30 personas sentadas en pupitres,

amplio pasadizo con piso de granito blanco,

con un cuaderno abierto, una libreta de notas,

La gran sala de lectura, lugar donde se ofrece para consulta la colección general de la BPP. AI-BPP.



unas hojas impresas, miraban fijamente al fren-

escritores en ciernes comenzaron a salir solos o

te. Desde mi lugar se oía la voz inconfundible

en grupos, algunos con una sonrisa, otros con

de Manuel Mejía Vallejo haciéndole una obser-

aire abatido.

vación a un alumno. Recordé que era miércoles,

Manuel lo hizo de último. Llevaba una carpe-

día en que Manuel dictaba el Taller de Escritu-

ta bajo el brazo, el vaso en la mano derecha. Al

ra a un grupo de gentes de distintas edades y

pasar por mi lado se detuvo como si fuera a salu-

oficios, pero con un sueño en común: escribir.

darme. Tal vez pensaba que nos conocíamos. Una

Avancé un poco para mirar el perfil de Manuel,

leve sonrisa plegó su boca, hizo un gesto con la

los trabajos que comentaría puestos sobre una

cabeza y, amable, me dio las buenas tardes. Res-

mesita redonda, el vaso de ron al lado.

pondí sin devolverle la sonrisa, ansiosa, como si

Como no podía quedarme allí parada, regre-

esperara oír algo más, una voz que me dijera que

sé a las fotografías que enseñaban un muro de

ya era hora, que el momento había llegado. Lo vi

ladrillo cocido, un hombre joven, de espaldas,

alejarse caminando erguido junto a las fotogra-

sentado en un promontorio, un cactus que te-

fías de Rulfo, la espalda ancha, el paso potente de

nía como telón de fondo un árido llano en lla-

hombre de campo, la chaqueta marrón levemen-

mas abrasado por el sol, el campanario de una

te gastada. Sentí la confianza en sí mismo, en la

iglesia, el retrato de Rulfo, los ojos taladrantes,

vida bien vivida, la seguridad en la escritura hecha

la frente alta surcada de arrugas, las cejas enar-

con precisión, sin alardes, con un convencimiento

cadas como si se formulara una pregunta. La

sincero sobre la verdad de su oficio.

Un puente entre tiempos

fuerza sin alardes de su personalidad.

62

Una semana más tarde me encontraba sen-

Volví a oír la voz de Manuel. Caía la tarde

tada en uno de los pupitres de la sala al fondo

con reflejos rojizos que atravesaban las vidrieras.

de La Piloto. Llevaba conmigo un cuento. Des-

Pronto tendría que alejarme, regresar a casa,

pués de oír la manera como Manuel analizaba

a mis dos hijos adolescentes. Pero en lugar de

cada trabajo, las sugerencias que brotaban de

buscar la salida, reclamar el bolso y llegar al par-

sus labios con la facilidad de quien conoce, des-

queadero, me acerqué de nuevo a la puerta del

pués de oírle decir con una sonrisa, a propósito

taller. El rumor de las conversaciones, el ruido

de Hemingway, que “el que sabe sabe”, instan-

de los pupitres señalaba el fin de la sesión. Los

do a los alumnos a descubrir por sí mismos los


secretos de la escritura, supe que me atrevería a entregarle el relato. Al cabo de otra semana, bajo el sonido de la lluvia torrencial que clausuraba el verano, Manuel Mejía Vallejo me ordenaba tomar uno de los párrafos del cuento, tan corto que no llenaba ni media página, para escribir de allí una novela. Perpleja, le pregunté cómo lo haría. El encargo parecía imposible, necesitaba saber cuáles serían los pasos necesarios para construir un nuevo universo a partir de aquel brevísimo fragmento. Respondió llamándome “chica”. La tarea era mía, de nadie más. Debía averiguarlo por cuenta propia, a través de la constancia, de corregir lo escrito una y otra vez, de tener fe en el libro. Él esperaría el tiempo que fuera necesario, hasta que la novela estuviera escrita, para dar su opinión. Fue mi primera novela, la definitiva. La que abriría un camino.

En la Sala Antioquia se encuentra una edición de 1874 de El crimen de Aguacatal. Su autor, Francisco de Paula Muñoz, es pionero del reportaje en Colombia. 63

Los estudiantes, los lectores informales, los usuarios silenciosos. Imágenes típicas de un día cualquiera en la BPP. AI-BPP.


TÍTULO

El sillón del forastero

ran los primeros años de la década de los 80. No había Metro en Medellín NÚMERO

014

y el ícono del progreso todavía era el edificio de Coltejer. Para entonces yo ya había sido expulsado de varios paraísos. En un tiempo

PÁGINAS

AUTOR

seguí al pie de la letra las clases de Matemáti-

03

Juan Diego Mejía

cas en la Nacional y me entusiasmé al ver que podía llenar cuadernos con números y símbolos

Manuel Mejía Vallejo

Un puente entre tiempos

encabezaba una marcha

64

de escritores y aprendices

que significaban algo. Luego fui un caminante de las montañas, donde pregonaba las virtudes de la revolución. Cinco años fuera de la ciudad y alejado de la civilización me convirtieron en un desamparado que regresaba a casa y encontra-

que perseguían la luz de

ba que el mundo había cambiado.

los libros. A veces como

oportunidad para entregarle la vida después de

último recurso.

Yo buscaba un amor que me diera una nueva mi destierro. Los viejos conocidos que todavía creían en la revolución ya se veían cansados y tristones en los bares de la ciudad. Pero a otros Por años la gente encontró en la BPP un lugar para ver y escuchar a sus maestros. AI-BPP.



Un puente entre tiempos 66

les brillaban los ojos cuando hablaban de lo que

las frases, las historias. Al final de las sesiones

hacían para mantenerse vivos. Estaban en los ca-

quedábamos con ímpetus y algunos se iban

fés a cualquier hora del día. Unos contaban que

a los bares a torear al diablo. Yo me quedaba

hacían películas con el padre Luis Alberto Álva-

para completar la lección semanal en la ofici-

rez. También había quienes decían haber llegado

na de la Dirección de La Piloto. Siempre hubo

a niveles altos en la comprensión de la ciencia.

qué tomar mientras Manuel hablaba. Muchas

Escuché conversaciones de pintores y de músi-

veces llegaron pintores, músicos, escritores que

cos en Versalles en las que mencionaban teatros

visitaban la ciudad y se acomodaban alrededor

y galerías de Europa. Conocí a algunos poetas y

del brujo de la palabra. Así fue como se creó un

a otros que escribían cuentos y tenían el sueño

espacio en el que todos los interesados en las

de hacer una novela. No había dudas de que en

artes y en la cultura eran bien recibidos. Tal vez

esos años de ausencia Medellín se había trans-

lo que hizo Manuel fue lo anunciado en su be-

formado y a la actividad cultural se le sentía la

llo cuento “El sillón del forastero”: “Aserramos

respiración fuerte y ambiciosa.

el mejor tronco de roble y pulimos la madera

Pero fue el destino, ese demonio sabio, el

hasta dejar listo un macizo sillón, abiertos sus

que me llevó a un lugar donde sentí que se re-

brazos para recibir el cansancio de los errabun-

sumía la vitalidad que tanto me entusiasmaba.

dos. En el corredor delantero lo rodeamos de

Llegué a La Piloto con la timidez de un estudian-

varios taburetes que parecían escucharle algún

te pobre y me senté al lado de muchachos que

cuento de camino”.

llevaban tres años reuniéndose cada semana

En La Piloto se fundó una tradición de hos-

para oír a Manuel Mejía Vallejo. Todos quería-

pitalidad para el pensamiento. Siempre tuvie-

mos ser escritores y sabíamos que el maestro

ron espacio los creadores, los que cultivan las

podía guiarnos en la oscuridad de esos prime-

ciencias, los lectores, los que valoran la comuni-

ros años. No le perdíamos ni un solo gesto. Se

cación entre los seres humanos. En el cruce de

nos quedó grabada la manera en que se llevaba

la autopista con la calle Colombia, en medio del

el cigarrillo a la boca, el movimiento de la mano

vértigo de los tiempos, la Piloto sigue abierta

para apartar el humo, el sonido del ron con

al mundo, dispuesta a acoger a los errabundos

Coca Cola al pasar por su garganta, los dichos,

cansados.

Los autores más leídos por los usuarios son Gabriel García Márquez y Héctor Abad Faciolince.


TÍTULO

La biblioteca de los niños

n 1975, cuando la Biblioteca Pública Piloto empezaba a ser reconocida como NÚMERO

015

centro de encuentro de distintas expresiones ciudadanas alrededor de la cultura, destacados artistas nacionales comenzaron a

PÁGINAS

AUTORA

engrosar su colección de arte con la donación

05

Mónica Palacios Chamat

de obras. Uno de ellos fue el maestro Fernando Botero, quien donó el óleo que había dedicado

Desde hace décadas, en la sala Pedrito Botero leen los niños,

a su hijo Pedro, en un formato de 1,23 por 1,62 metros. Desde entonces, el nombre de esta obra ha identificado la Sala de Lectura Infantil de la Biblioteca. Dicen casi todos los grandes escritores y, por

los que tocan un libro

norma, todos los buenos lectores, que sus ini-

por primera vez.

la infancia, ya fuera a través de colecciones fami-

cios en el mundo de la literatura se remontan a liares privadas, lecturas obligadas o voluntarias de la etapa escolar, o de préstamos en las bibliotecas públicas. Durante muchos años La Piloto

67


Un puente entre tiempos

1.

68


2.

fue casi la única oferta de este tipo en Medellín. Esto llevó a que confluyera una amplia variedad de lectores de diferentes sectores de la ciudad, con distintos intereses y múltiples edades. Para los más pequeños está la Pedrito Botero. En esta sala los visitantes encuentran una colección de literatura infantil en constante crecimiento dirigida a niños desde los cero hasta los 17 años. Textos que pueden ser leídos en el lugar o que pueden ser llevados en préstamo mediante el sistema de afiliación. Pero no hay un solo camino para llegar a la literatura infantil, explica Kelly Johanna Marín, encargada de la sala. Para los primeros lectores la sala, ofrece La Hora del Cuento y el Taller de Iniciación a la Lectura. Así mismo, a partir de los siete años los niños pueden participar en un club de lectura para intercambiar su experiencia lectora con sus pares, igual que lo hacen los jóvenes y los adultos en sus correspondientes

colecciones, unos cojincitos tirados en el piso,

clubes de La Piloto. Otro camino para acercarse

unas carteleritas hechas a mano, pero eso era el

a los libros son los talleres de artes plásticas o

paraíso terrenal para muchos niños. Muchos de

música que se dictan en este entorno. Recuerda

ellos de La Iguaná, que les quedaba ahí cerca”.

la escritora Claudia Ivonne Giraldo, tallerista du-

Por fuera de la sala, la literatura infantil tam-

rante 22 años de literatura para jóvenes, que “la

bién encuentra formas para llegar a quienes

sala Pedrito Botero era una zona nuclear de la

quieran disfrutarla, ya sea en las filiales de la Pi-

Biblioteca porque era donde estaban los niños.

loto o mediante las actividades que los promo-

Yo la recuerdo en esa época, había poquitas

tores de lectura llevan a diferentes instituciones

1.

2.

Además de la lectura, la oferta infantil de la BPP también ha incluido exposiciones. AI-BPP.

Los clubes de lectura infantil comenzaron a formarse desde los primeros años de operación de la BPP. AI-BPP.

69


creaciones, de las narraciones que son capaces de hacer. Según Cruz Patricia Díaz, una de las gestoras del concurso, “hay situaciones narradas que lo llenan a uno de mucha felicidad y hay otras que son desgarradoras. Estos cuentos también permiten poner en evidencia lo que es la ciudad vista desde los niños. Si bien muchos se remiten a unas historias que son muy fantasiosas, hay otras que son como una catarsis o un descargo de lo que quieren decir y lo hacen expresándolo con la palabra”. Las salas de lectura infantil, la Pedrito Botero

Un puente entre tiempos

en particular, con sus actividades literarias y artís-

70

educativas. Una de estas actividades, que ha lo-

ticas dentro y fuera de ellas, establecen, enton-

grado involucrar a un público amplio, es el Con-

ces, ese primer acercamiento que puede poner a

curso de Cuento Infantil Pedrito Botero. Con la

tantos en el camino de la literatura desde sus pri-

creación de esta figura la Biblioteca encontró una

meros años. Afirma Claudia Ivonne: “Estoy se-

herramienta de promoción para la lectura y la es-

gura de que ese recuerdo de la salita tiene que

critura muy efectiva. La primera edición se realizó

ser entrañable para muchos adultos jóvenes de

en 2005 y participaron un poco más de 100 ni-

hoy, porque para muchos fue su refugio”; y lo

ños de instituciones educativas de Medellín y el

es en la actualidad, cuando el espacio continúa

Área Metropolitana. Hoy, 14 ediciones después,

fomentando en los niños la lectura, la escritura

el concurso cuenta con la participación anual de

y la imaginación.

entre 1500 y 3000 niños de toda Antioquia. La creciente y constante participación de los niños del departamento en este concurso es un útil medidor tanto de la apropiación que hacen de las lecturas a las que se acercan como de las La sala infantil fue nombrada luego de la donación de la pintura Pedrito, de Fernando Botero. AI-BPP.

Los libros más prestados son Crónica de una muerte anunciada de García Márquez, Crimen y castigo de Dostoievski, El secreto de Byrne y Álgebra de Baldor.


NÚMERO

AUTOR

TÍTULO

71

Actividades artísticas como la pintura ayudan a facilitar los primeros acercamientos con la literatura. AI-BPP.


TÍTULO

El piloto que abrió nuevos rumbos

mediados del siglo pasado Medellín era el centro industrial de Colombia: con más de 400 industrias y una poNÚMERO

016

blación obrera de más de 25.000 trabajadores. Su desarrollo universitario y cultural iban en auge, pero el acceso a los libros era restringido

PÁGINAS

AUTOR

05

Alfonso Buitrago Londoño

para las clases sociales menos privilegiadas. Había 14 librerías, pero carecía de una biblioteca pública que satisficiera la creciente deman-

Los artistas de Medellín

Un puente entre tiempos

vieron en La Piloto

72

la oportunidad de tener un refugio. ¿Es capaz una biblioteca de albergar toda la cultura de una ciudad?

da y prestara material bibliográfico a cualquier persona que buscara instrucción o entretenimiento. Los trabajadores, los niños y las amas de casa no contaban con un lugar abierto que fomentara la lectura. La inauguración de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina, el 24 de octubre de 1954, significó una verdadera revolución cultural y democrática en el paisaje de producción fabril y de agitación comercial de la capital de Antioquia.


1.

2.

3.

4.

5.

1.

Jorge Luis Borges en el auditorio colmado de la BPP en 1978. AI-BPP. 2.

Manuel Mejía Vallejo y Fernando Vallejo de tertulia durante la década del noventa. AI-BPP.

3. Atrás, fuera de foco, Gloria Palomino, Manuel Mejía y Elkin Obregón. En primer plano Antonio Caballero y Juan José Hoyos, que tapa a Jaime Jaramillo. Reunión después de un ciclo de literatura dictado en la BPP. 1985. Archivo Jairo Osorio. 4.

El periodista Carlos Bueno junto a los escritores Gustavo Álvarez Gardeazábal y Juan Rulfo. 1979. Archivo Jairo Osorio. 5. Camilo José Cela, en las oficinas de la BPP, invitado por la Alcaldía de Medellín. 1979. Archivo Jairo Osorio.

73


danza, tertulias, reuniones de clubes de autores, de cine y de fotografía. En 1955 se inauguró la sala de arte con la “Exposición colectiva de pintores antioqueños”, con 22 cuadros de artistas como Eladio Vélez, Horacio Longas y Luis Vieco. A partir de esa fecha, y luego con dos salas de exposiciones, fue el nido donde se incubaron importantes bienales. Y empezaron a aparecer nombres que marcarían una época: la niña Teresita Gómez, tocando piano; el maestro Pedro Nel Gómez, dando cátedra de arquitectura; Héctor Abad Gómez e Ignacio Vélez Escobar, hablando de la misión social de la universidad; y Manuel Mejía Vallejo, de literatura y de la cultura de los países centroamericanos.

Un puente entre tiempos

Dice el escritor Juan Diego Mejía, quien mu-

74

Si en estas tierras de topografía difícil y de

chos años después sería director de la Fiesta del

pensamiento rígido los gestores culturales tuvie-

Libro de Medellín, que el año 1980 partió su

ran la misma preponderancia social de los inge-

vida en dos. A finales de ese año llegó al Taller

nieros, Julio César Arroyave, el primer director de

de Escritores que Manuel Mejía Vallejo dirigía

la BPP, sería tan famoso como Alejandro López

en La Piloto desde 1979. “Es mi historia funda-

o Francisco José Cisneros, adalides del Ferrocarril

cional”, dice Mejía. Allí encontró su “verdadero

de Antioquia. No es exagerado decir que la aper-

amor” y decidió convertirse en escritor.

tura de la BPP fue como atravesar otro túnel de La Quiebra, pero en el terreno intelectual.

En ese taller, que había sido creado en febrero de 1978 por iniciativa de Alejandro González,

Pronto fue el centro neurálgico de la cultu-

quien había hecho una residencia de escritores

ra antioqueña. Había conciertos, teatro, coro,

en Iowa, Estados Unidos, aparecieron otros

Antigua Sala de Arte. AI-BPP.

La Biblioteca Pública Piloto se inauguró el 24 de octubre de 1954, en la sede de la avenida La Playa (calle 52 n.o 42-37).


como Luis Fernando Macías, Jairo Morales, Ser-

ferias y fiestas del libro que conocemos hoy y la

gio Viera, Margarita María Santamaría, Édgar

Piloto se convirtió en el lugar ideal para recibir a

Trejos, Orlando Gallo y Lucía Victoria Torres.

escritores e intelectuales nacionales y extranjeros.

Atraídos por el magnetismo de Mejía Vallejo,

Jairo Morales, quien fue monitor del taller

quien ya había ganado el Premio Nadal (1963),

desde sus inicios y quien lo dirige desde 1994

por su taller también pasaron escritores reco-

(cuando Mejía Vallejo tuvo que abandonarlo

nocidos como Leonel Góngora, R. H. Moreno

por razones de salud), recuerda la presencia de

Durán, Fernando Cruz Kronfly y Álvaro Cepeda

escritores como Jorge Luis Borges, Juan Rulfo,

Samudio. No existían entonces en la ciudad las

Camilo José Cela, Manuel Puig. “Rulfo era muy

Las exposiciones de arte pictórico y escultórico han nutrido por años la agenda cultural de la BPP. Fabio Restrepo. 1977. AF-BPP.

75


silencioso, Cela muy exuberante y Puig muy

La Piloto fue una vitrina abierta donde alber-

chistoso”, dice Morales y destaca la importan-

gar, compartir y exhibir parte del conocimiento

cia del Fondo Editorial de la BPP, que cuenta

del mundo. Un ombligo piloto para América

con un catálogo de más de 150 títulos y fue

Latina que ataba a Medellín a una matriz uni-

donde se publicó por primera vez la produc-

versal. La demostración de que una biblioteca

ción del taller.

puede cambiar el rumbo de una ciudad.

Impresos Boletín Los días uno tras otro: órgano informativo mensual de la Oficina de Comunicaciones y Asuntos Culturales, fundado y dirigido por Jairo Osorio Gómez, director entonces de esa oficina. El primer número se publicó en junio de 1987 para cubrir mayo-junio, y su última entrega, la número 17, salió a la luz en marzo de 1989, cubriendo los meses de febrero y marzo. Aunque su carácter era esencialmente informativo, agregaba aquí y allá comentarios sobre las exposiciones artísticas individuales y colectivas, los ciclos de conferencias y de lecturas, las representaciones teatrales, ciclos de

Un puente entre tiempos

cine, muestras de videos, conciertos, recitales poéticos, exposiciones biblio-

76

gráficas, presentaciones de libros, talleres literarios y audiciones de pedagogía musical. Le daba espacio también a las reseñas de libros de autores colombianos, además de divulgar la actividad normal de la biblioteca y de sus diferentes secciones.


TÍTULO

Pluralismo, educación pública y libertad, valga decir, La Piloto

omos tantos en esta ciudad los que tenemos atravesada La Piloto en la me-

NÚMERO

017

moria de nuestros primeros y juveniles escarceos con la cultura y luego a lo largo de toda nuestra vida. Sin exageración y sin alaban-

PÁGINAS

AUTOR

zas fáciles, he de decir que ninguna institución

04

Carlos Mario González

pública es tan entrañable para la gente de Medellín que ha frecuentado sus modestas insta-

Íntimamente pública, esa podría ser una descripción de la BPP. Desde siempre

laciones (¡nada que ver con la majestuosidad, solemnidad y belleza de muchas grandes bibliotecas del mundo!) como nuestra siempre querida Piloto. Decimos su nombre como lo más familiar, sin extrañarnos de él, sin la sorpresa de

ha estado abierta a quien

un amigo mío recién llegado a Medellín, quien

quiera entrar.

“¿Qué quiere decir eso de ‘Piloto’ para una bi-

sin poder entender preguntó sin ambages: blioteca?”. Nada, nosotros nos referimos a algo muy propio y cercano cuando decimos a alguien “¡listo!, nos vemos en La Piloto en la tarde”, sin

77


Un puente entre tiempos 78

preguntarnos por el origen del nombre de nues-

La Piloto!; aquí se ven niños ante sus libros de

tra preciada Biblioteca.

literatura infantil, desempleados haciendo buen

Pero a La Piloto no la queremos y le guar-

uso de su tiempo, jubilados de cara a un texto

damos gratitud caprichosamente; todo lo con-

que copa sus horas, estudiantes de escuela, de

trario: es en gracia a su tenaz, perseverante y

colegio, de universidad realizando una consul-

casi silenciosa labor en pro de la formación de

ta, el asistente habitual que lee el periódico, el

las personas de la ciudad sin discriminación de

animado por la voluntad de erudición leyendo

nadie, por su continua labor, por elevar el nivel

su enésimo libro del mes, los que en la sección

de sensibilidad y reflexión de los habitantes de

de préstamos presentan los libros que van a lle-

Medellín y de quienes la siguen virtualmente.

var a casa o los que van a devolver, porque La

Una de las características de La Piloto que

Piloto es un testimonio permanente de confian-

más profundamente me ha impresionado es su

za en la gente, no solo por facilitarle el ingreso

carácter verdaderamente público, es decir, su

libre a quien quiera, sino por prestar sus libros

disposición a acoger a todo aquel que quiera

o materiales con el único requisito de un do-

traspasar sus puertas, sin exigir más que el de-

cumento de identidad y un número telefónico

seo del visitante para estar allí. ¡Cuán diferente

de un conocido, sin discriminación ni elitismo.

el paisaje humano que uno observa en La Pi-

Por eso La Piloto es pública de verdad y por eso

loto en comparación con, por ejemplo, el que

contribuye a la cualificación cultural de la pobla-

se contempla en las bibliotecas universitarias de

ción; así cumple un verdadero cometido social,

la ciudad! Mientras las universidades, cerradas

cosa que otras instituciones con más recursos

como un fortín a la población, llenas de vigi-

no hacen por el espíritu de élite que las rige.

lantes, controles y exigencias, con perentorias

Pero hay otro aspecto del papel social (y

normas que solo facilitan sus libros y materia-

cuando digo social digo, en este caso, la ciudad

les a quienes formen parte de la institución,

sin exclusión) que juega La Piloto y que es obli-

repelentes de todo aquel que no pertenezca a

gatorio destacar. Se trata de la función formado-

ella, solo ofrecen a la vista la rutinaria imagen

ra que lleva a cabo por medio de eventos que se

de profesores doctos y estudiantes en vías de

conciben como continuos en el tiempo. Cuando

serlo, ¡cuán diferente es el paisaje humano en

se habla de educación, se habla de procesos que

Lucio Calle fue el primer lector registrado en la base de datos, el 25 de octubre de 1954.


79

Afiches y programaciones culturales y acadĂŠmicas de la BPP. SA-BPP.


se despliegan de forma perseverante e hilada,

que explica por qué es una institución que ha

pues es lo que permite que se conforme un au-

ganado en aprecio y valoración tanto en nuestra

ditorio habitual que siga, física o virtualmente,

ciudad como fuera de ella. Se trata de su inde-

una temática definida, gracias a lo cual puede

clinable respeto por la libertad de pensamiento y

avanzar y profundizar progresivamente en dicha

de expresión. Exigente en cuanto al rigor teórico

temática o conocer diversas perspectivas desde

de lo que ofrece en sus espacios, es, al tiempo,

donde es abordable. En 2017, por poner un

real garante de ese principio democratizador por

ejemplo, en La Piloto se realizaron programas

excelencia del lazo social: la liberad de decir lo

continuos tales como Diálogos en la Ciudad,

que se piensa, de hacer pública la concepción

Conmemoremos, Cátedra Luis Antonio Restrepo

de la que se es portador, sin más requisito que la

y Aula Abierta (estos dos últimos del Instituto de

solvencia teórica y argumentativa para sustentar

Filosofía de la Universidad de Antioquia). Estos

lo que se expone.

programas atraen un público heterogéneo y asi-

En fin, por su irrestricto pluralismo, por la

duo que consigue hacerse a elementos de juicio

seriedad de su labor educativa y por su fidelidad

a propósito de la temática desarrollada a lo lar-

con la libertad de pensamiento, La Piloto se ha

go del año, de donde deriva un efecto educativo

sabido ganar siempre un lugar en el afecto de

que contribuye a elevar el nivel de conocimiento,

quienes algo hemos tenido que ver con ella; por

reflexión y crítica de los asistentes fieles.

todo lo dicho, la valoramos como una institu-

Pero al carácter pluralista y a la función edu-

Un puente entre tiempos

cativa La Piloto suma una tercera característica,

80

ción ejemplarmente democrática en una sociedad como la nuestra, frágil y restringida.

La BPP tiene 207.623 libros. Esto equivale a más de la mitad del total de materiales disponibles en distintos formatos.


TÍTULO

Mis amores con La Piloto

esde niño tengo relaciones íntimas con una biblioteca, La Piloto. Soy un NÚMERO

018

deudor moroso (y amoroso) de sus servicios. En 1954, cuando empezó a culturizar gente llevando libros a los barrios en los famo-

PÁGINAS

AUTOR

sos Bibliobuses, yo era uno de los usuarios. Los

04

Óscar Domínguez G.

extraños carros de La Piloto, que parecían venidos de otros mundos, llegaban a la cuadra y,

Por años, la BPP fue la única biblioteca pública de la ciudad y, al mismo tiempo,

en plena calle, dejaban en manos infantiles o adultas el maná de la lectura. 15 días después repetían el ritual. Prestaban libros como quien regala el pan y la leche, artículos de primera necesidad… como los libros. La gente era buena

biblioteca personal de miles

como el pan. O la leche que dejaban en botellas

de lectores.

que los legítimos dueños las retiraban.

en la puerta de las casas. Allí permanecían hasta Dicho con el poeta-tallerista Jaime Jaramillo Escobar, La Piloto era la biblioteca personal de cada uno de nosotros. Entonces, como ahora,

81


Los jugadores de ajedrez, de manera anecdótica y sin proponérselo, llenaron de personalidad la sala de lectura Pedro Nel Gómez. AI-BPP.


las casas se hacían sin espacio para los libros, es decir, para lo importante. En esto no hemos evolucionado mucho. No faltaban, eso sí, los libros de la Alegría de leer de Evangelista Quintana, el eterno best seller. A la Alegría llegábamos después de aprender a juntar vocales y consonantes de la mano de alguna maestra, soltera perpetua. Tampoco faltaba el Catecismo del padre Astete, que nos aprendíamos con preguntas y respuestas. Y como el mundo estaba tierno, muchos de los libros nos entraban por los oídos. Los escuchábamos en radionovelas como Lejos del nido de Juan José Botero, o El derecho de nacer de Félix B. Caignet. Obras que nos esperaban en La Piloto. Por esas calendas (años 50), cuando tenía la sede en La Playa, la montaña de libros iba a nosotros. Desde 1974 nosotros vamos a la montaña en su actual enclave entre la autopista y la calle Colombia, en el barrio Carlos E. Restrepo, convertido en pulmón y zona de distensión cultural. Rompe el paisaje una funeraria que nos recuerda nuestra condición de mortales. Nada que ver con la vocación de eternidad que tienen las novelas. Un pajarito me contó que los personajes de los libros que habitan La Piloto vivieron dos años El famoso Bibliobus llevaba los servicios bibliotecarios a muchos barrios de la ciudad. AI-BPP

83


más aburridos que una cacatúa, sin nadie que

Un tallerista, Jairo Morales Henao, recuerda

los leyera. Don Quijote y Sancho se desespera-

que al comienzo de los trabajos “veía uno a esos

ban en su forzoso sabático. Estaban que tiraban

usuarios caseros, tradicionales, rondando frente

la toalla a la espera de que concluyeran las ne-

a la entrada, sumidos en la ‘güerfandá’, según

cesarias tareas de latonería y pintura a que fue

decía el viejo Carrasquilla”. Morales Henao dicta

sometida la vieja estructura.

su taller en la Torre.

La Torre de la Memoria le ha dado una mano

Cierro el departamento de citas con Janeth

a la hermana mayor. No tiene cara de torre, pero

Posada, que heredó de Lucía Donadío la con-

tiene la memoria de Funes, el personaje de Bor-

ducción de otro taller de creación que funciona

ges: alberga la Sala Antioquia y el Archivo Foto-

en Los Colores: “… quizás las puertas abiertas

gráfico. Ah, y nunca ha dejado ser el auditorio

de uno de los símbolos de desarrollo cultu-

que tiene a la entrada, temporalmente, el bron-

ral de Medellín nos devuelvan un poquito de

ce de Barba Jacob, obra de Óscar Rojas. Cerca

esperanza”.

está el de Otto Morales de Arenas Betancur. En los alrededores de La Piloto me parece ver deambulando a Montaigne, Wilde, Molière, Víctor Hugo, Aristófanes, Dumas, Verne, Salgari, Carrasquilla, Mejía Vallejo, García Márquez y otros creadores que han hecho mejores nuestros propios mundos. Estos inmortales se confunden

Un puente entre tiempos

con otros desparchados: anónimos lectores de la

84

prensa diaria y revistas, talleristas y jugadores de ajedrez que se han tomado locales vecinos para no faltar a las citas con la diosa Caissa los martes y jueves, fans de películas del Hitchcock, Fellini, o del oeste, las mismas que veíamos en los cinemas paradisos de nuestra infancia, la única época en la que todos somos inmortales. Los lectores de prensa, otros de los personajes habituales de la BPP. AI-BPP.


TÍTULO

Una colección de arte en una biblioteca

a importancia de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín en el desarrollo y NÚMERO

019

dinámica de las artes visuales en Antioquia se remonta a los años 70 del siglo pasado. Ante la ausencia en la ciudad de un museo de

PÁGINAS

AUTOR

arte moderno, la BPP concentró durante una dé-

06

Carlos Uribe

cada la atención de artistas, galeristas y críticos, quienes encontraron en sus salas de exposicio-

La BPP fue también casa de artistas, a falta de otros espacios. Las obras siguen

nes y en la amplitud del edificio la mejor plataforma para programar muestras. Exposiciones individuales de creadores representativos como Fernando Botero, Alejandro Obregón, Ómar Rayo, Pedro Nel Gómez, Dora

ahí, para acudir a ellas

Ramírez, Maripaz Jaramillo, León Ruiz, Édgar

como a los libros.

Antonio Suárez, Nadín Ospina y el Taller Cuatro

Negret, Germán Botero, María Teresa Cano, José Rojo, por mencionar solo algunos, dan fe de la importancia cultural de la BPP en el contexto de la vanguardia plástica nacional. Además, fue

85


Ethel Gilmour, Aníbal Gil, Aníbal Vallejo, Saturnino Ramírez y Mario Arango. Ese mismo año se presentó una exposición del innovador Taller Central de la carrera de Artes de la Universidad Nacional, sede Medellín. Esta exposición contó con 40 pinturas y obras gráficas de Juan Cristóbal Aguilar, Luis Fernando Escobar, Alba Cecilia Gutiérrez, Marta Lucía Ramírez, Ana Libia Vélez, Francisco Aníbal Correa, Álvaro Ceballos, Germán Uribe, Juan Luis Mesa sede del 1. Salón Regional de Artistas Colom-

y María José Morales. Servir de espacio simultá-

o

bianos de la zona Occidente en 1976, del 2.

neo de confrontación para los jóvenes y exper-

en 1978, del 3. en 1980 y del 4. y último en

tos, así como de sede de talleres experimentales

1985, cuando fue relevada por el naciente Mu-

en artes plásticas para las jóvenes generaciones,

seo de Arte Moderno de Medellín, vecino en el

convocó a lo más notable de la escena visual.

sector Carlos E. Restrepo.

Ejemplo de esto es el recordado Taller de Gráfica

er

Un puente entre tiempos

o

86

o

La BPP fue igualmente un laboratorio de

Experimental que formó a promesas del arte lo-

experimentación y puesta en escena de nuevas

cal como Julián Posada, Carlos Echeverri, Adolfo

tendencias: en 1980, la exposición “Artistas jó-

Bernal, Beatriz Jaramillo, entre otros.

venes de Antioquia” reunió parcialmente nom-

La presencia de estos artistas y de otros no

bres y obras de artistas que trazaban su labor

mencionados facilitó que la BPP iniciara una co-

creadora en el medio con riesgo y proyección.

lección, por adquisición o donaciones, que hoy

Entre los seleccionados estaban Juan Camilo

alberga 348 obras de arte de diferentes géneros

Uribe, Félix Ángel, Francisco Valderrama, Javier

y técnicas. Sin pretensiones, es un compendio

Restrepo, Marta Elena Vélez, Jorge Cárdenas,

del arte contemporáneo de la región y contie-

Rodrigo Callejas, Hugo Zapata, Óscar Jaramillo,

ne valiosas piezas que cualquier museo desearía

Dora Ramírez, Pascual Ruiz, Humberto Pérez,

para su guion museológico. Las siguientes resu-

Álvaro Marín, John Castles, Armando Londoño,

men la diversidad y valor de esta colección:

La Sala de Arte, donde se exhibió la obra de Omar Rayo. AI-BPP.


1.

2.

87 1.

2.

Carro I y Carro II (1983), Javier Restrepo; acrílico sobre tela (díptico).

BPP fachada (1961), Aníbal Gil; óleo sobre tela.


Un puente entre tiempos

Serie Retratos: Bolívar, Nariño, Santander (1975), Guillermo Cuartas; acrílico sobre tela.

88

Mata de maíz (1983), Antonio Caro; serigrafía sobre papel.

Hierba (1981), Luis Fernando Valencia; fotografía positivo b/n.

Caricaturas (1920), Ricardo Rendón; litografía sobre cartón.


La vida y la muerte caminando por aquí, por allá (1987), Jean Gabriel Thenot; óleo sobre lona.

89

Paisaje (1984), Rodrigo Callejas; óleo sobre lona.

Porfirio Barba Jacob (1979), Óscar Rojas; bronce.


1.

2.

Un puente entre tiempos

3.

90

1.

Pedro (1974), Fernando Botero; óleo sobre tela.

2.

Homenaje (1976), Juan Camilo Uribe; collage.

3.

Autorretrato (1973), Dora Ramírez; óleo sobre tela.


TÍTULO

Tres vestigios del arte en Antioquia con pintura, cal y barro n 1954, en el hemisferio occidental se replicó lo que acababa de ocurrir NÚMERO

020

en la India: se construyó una Biblioteca Pública Piloto. Cuando ese bellísimo golpe de suerte ocurría en la Conferencia General de

PÁGINAS

AUTORA

la Unesco, celebrada en París, se ignoraban las

06

Manuela Saldarriaga

coincidencias que tendría en relación con el desarrollo artístico de Medellín. Esta pequeña ciu-

La piel de la biblioteca son los libros, y también los murales que los artistas

dad asentada en un ramal andino, en la esquina noroeste de Suramérica, se distinguiría, entre otras cosas, por ser un estrado de exposición de arte de vanguardia en Colombia. Ya en 1870 la Biblioteca Soberana del Esta-

pintaron para darle la

do de Antioquia había visto la luz. También la

apariencia que se merecía

las artes estaban en procura de dar respuesta a

Escuela de Artes y Oficios. A finales del siglo XIX

por ser el corazón cultural

una identidad menos arraigada al campesinado

de la ciudad.

nica. La carpintería y la pintura esbozaban las

y con miras a una formación artesana más téc91


particularidades del arte que se produciría en

con espectadores asiduos entre el ambiente de

Medellín. Se hablaba de una veintena de pin-

estantes.

tores a principios del XX y de un nombre en

Un puente entre tiempos

especial: Francisco Antonio Cano.

92

Un primer mural aparece en 1969 con Dora Ramírez, quien, con 17 niños de su taller de pin-

En 1964 ese experimento de cultura social

tura, crea El mundo que nos rodea. Luego, entre

que era la Piloto se traslada de La Playa al sec-

1975 y 1977, crea otros murales con sus pu-

tor de Otrabanda, hoy Suramericana. En 1974,

pilos, de los que actualmente solo queda el de

10 años después, Darío Alberto Restrepo asu-

la sala general, sobre Colombia precolombina.

me la dirección e inaugura una sala de arte

Martha Calad, consultora de moda y quien ha

con una exposición de tintas, acuarelas, car-

estado vinculada por años al mundo del diseño,

boncillos, óleos, collages y pasteles de Fernan-

recuerda haber formado parte de esos murales:

do Botero, y con una exposición de Alejandro

“Yo tenía siete u ocho años y recibía clases de

Obregón. Tres años después, en 1977, escribe

pintura los sábados en la mañana con Dora Ra-

Botero desde el mismísimo corazón de París

mírez. Un día nos dice al grupo que íbamos a

anunciando que regalaría el cuadro Pedro para

hacer un mural en la Biblioteca, y como iba a ser

la pinacoteca de la Biblioteca.

algo que iba a quedar por mucho tiempo, nos

En 1975, para la celebración del tricentena-

pidió que nos inspiráramos en el futuro. No sé

rio de Medellín, Restrepo, el director, junto con

de dónde, pues yo estaba muy pequeña, pinté

Darío Ruiz Gómez y Dora Ramírez, presenta

un ‘computador’. La idea fue pintar una máqui-

una exposición con más de 100 obras de Dé-

na llena de botones y colores contrastantes. Me

bora Arango, quien desde la década del 50 no

angustié mucho, pues quería que quedara claro

pintaba. Después de Botero y Obregón, pinto-

qué era ese aparato y le puse el nombre. El pro-

res como Enrique Grau, Pedro Nel Gómez, Luis

blema fue que no me cupo en el espacio y que-

Caballero, Augusto Rendón, Beatriz González,

dó “comput”. Sin embargo, ella me dijo que no

Rodolfo Abularach (Guatemala), –estos últi-

me preocupara, que no había ningún problema.

mos expuestos bajo la curaduría de Alberto Sie-

El mural lo hicimos durante varios sábados”.

rra– y Félix Ángel, entre otros, formaron parte

En 1980, cuando Juan Luis Mejía dirige la

del paisaje virtuoso de la época y expusieron

Biblioteca, Pedro Nel Gómez hace un segundo


1.

2.

3.

1.

La posibilidad de leer y estudiar rodeado de obras de arte. AI-BPP.

2. Antonio Caro frente al mural de Pedro Nel. Montaje de la exposición conjunta con Alicia Barney y Carlos Echeverri, en las Sala de Arte de la BPP. 1985. Archivo Jairo Osorio. 3.

Restauración al mural “Homenaje a la inteligencia antioqueña” de Pedro Nel Gómez. AI-BPP.

93


Un puente entre tiempos 94

mural en conmemoración de los 25 años y gra-

juego visual, están compuestos por esquemas

cias al Acuerdo municipal nº. 15 de 1979, que

de pares que, por ser de barro, conservan la

obligaba a realizar una obra de arte a quienes

textura corrugada sobre una superficie plana.

construyeran determinadas áreas. El fresco, que

Paralelo a este mural, el artista Jaramillo expuso

tiene por nombre Homenaje a la inteligencia

30 cerámicas.

antioqueña, hace alusión más a un anhelo que

La memoria plástica que ha conservado en

a un reconocimiento de la sociedad, y propone

sus instalaciones durante más de medio siglo la

la educación como camino a la emancipación

Biblioteca Pública Piloto expresa con cal y can-

de un pueblo.

to, en suma, las aspiraciones de una época en

El mismo año, en agosto, se alza generoso

avance sin contención y, define una afición vital

el tercer mural. Este fue una intervención del

por la apreciación y análisis del desarrollo so-

ceramista Pablo Jaramillo, llamada Tierra, agua,

cial, de lo que se entendió por identidad y de lo

aire y fuego. Como el de Ramírez y sus niños,

que el arte produjo sobre una idea de progreso,

se inspiró en la disposición estética de figuras

así como lo que la idea de progreso produjo

precolombinas atadas al simbolismo de los ele-

sobre el arte.

mentos. Sus cuerpos sólidos, que proponen un Dora Ramírez supervisa la pintura del gran mural de la sede central. 1975. Fabio Restrepo. AF-BPP.


1.

2.

95 1.

2.

Mural titulado El mundo que nos rodea, hecho por Dora RamĂ­rez y sus alumnos. AI-BPP.

Colombia precolombina el mural que domina actualmente la sala general. AI-BPP.


Un puente entre tiempos 96

Mural alegรณrico a los cuatro elementos del universo elaborado por Pablo Jaramillo, ubicado en la entrada de la Biblioteca. AI-BPP.


TÍTULO

Una sala para leer a Antioquia

a Sala Antioquia se abrió al público en abril de 1985. Contaba en ese comienNÚMERO

021

zo con 1.500 libros, 1.000 ejemplares de revistas reunidos en 100 títulos, 500 folletos. Este fondo documental había sido conformado

PÁGINAS

AUTOR

por el bibliófilo antioqueño Bernardo Montoya

05

Jairo Morales Henao

en años de tozudos rastreos por librerías anticuarias colombianas y también de Quito, La Paz,

La Sala Antioquia no solo reúne la obra de autores antioqueños sino todo

Lima, Buenos Aires y capitales centroamericanas. Enterado de la existencia de esa colección, el doctor Juan Luis Mejía Arango se propuso que fuera adquirida por la Biblioteca Pública Piloto. Con el apoyo de Antonio Álvarez Restrepo,

lo que se ha escrito sobre

miembro de la Junta Directiva del Banco de la

el Departamento y sus vecinos

tural de la entidad, fue comprada por el Banco,

Caldas, Quindío y Risaralda.

República, y Juan Manuel Ospina, director culque la regaló a la Biblioteca Pública Piloto en 1984, y la fue entregada ese mismo año a su directora, Gloria Inés Palomino.

97


temática, en la que cabían obras de autores que se ocuparan de la región, así fueran originarios de otros lugares. Esas características definían el público para el que se destinaba la Sala Antioquia: investigadores y estudiantes universitarios, principalmente, interesados en cualquiera de las temáticas que conforman la totalidad de las áreas del conocimiento, pero enfocadas a la región antioqueña. 31 años después de aquel inicio, el inventario realizado en el año 2016 da cuenta de la existencia de 27.367 libros, correspondientes a 18.724 títulos; 2.883 folletos, recogidos en 2.212 títulos; 21.374 ejemplares de revistas, agrupadas bajo 2.079 títulos; 2.606 títulos de catálogos de arte y 737 mapas y planos. Tam-

Un puente entre tiempos

bién se cuenta con dos colecciones personales

98

A partir de entonces la BPP se propuso con-

notables: la del poeta León de Greiff, con 3.793

solidar una sección patrimonial cuyo propósito

libros relativos a 3.727 títulos, y la de su her-

fuera recuperar, conservar, organizar y difundir

mano, el poeta, musicólogo y traductor Otto

el patrimonio bibliográfico de la región antio-

de Greiff, con 7.283 ejemplares, recogidos en

queña, entendiéndose por esta al territorio de

3.431 títulos, a lo que habría que agregar su

Antioquia y los departamentos de Caldas, Quin-

colección discográfica.

dío y Risaralda.

La Sala Antioquia ha ido adquiriendo una va-

Desde un comienzo la sección desplegó su

liosísima colección de fondos personales e institu-

actividad con base en otro criterio diferencia-

cionales. Del total de 31 de estos fondos, mencio-

dor: se concebía, más que como una biblioteca

namos, en aras de la brevedad, los de Adel López

de autores antioqueños, como una biblioteca

Gómez, Manuel Mejía Vallejo, José Restrepo

Catálogo impreso para Exposición de Joyas Bibliográficas, Sala Antioquia 10 años, publicado en 1995. SA-BPP.


Jaramillo, Carlos Castro Saavedra, el movimien-

Antioquia, uno de sus más notables, continuó

to Nadaísta, Ciro Mendía, Diego Calle Restrepo

desarrollándose hasta contar hoy con un total

y Efe Gómez.

aproximado de 10.000 caricaturas, en diferen-

Otras colecciones sobresalientes son las de

tes formatos. En 2015 se hizo una exposición

revistas culturales de los siglos XIX y XX, como

gráfica que fue acompañada por un catálogo

Alpha, La Miscelánea, El Montañés, El Reperto-

titulado Panorama de la caricatura en Antioquia

rio, Lectura y Arte, Vida Nueva, Claridad, Panida,

en el siglo XX.

Cyrano, Sábado y Antioquia. Y de periódicos de

Otra área documental de gran utilidad para

los mismos siglos, como El Correo de Antioquia,

toda clase de consultas es el Archivo Vertical

La Organización, El Bateo, El Correo Liberal, El

(conformado en lo fundamental por recortes de

Heraldo de Antioquia y El Diario.

prensa). Contiene cerca de 450 temas, de índole

En 1987 el Banco de la República le enco-

muy diversa, como barrios y calles de Medellín,

mendó la BPP la coordinación del inventario

municipios de Antioquia, Ferrocarril de Antio-

de caricaturas publicadas por antioqueños en

quia, colonización antioqueña, minería, café,

diferentes épocas y medios, principalmente du-

historia del transporte, plazas de mercado, Gua-

rante el siglo XX. El resultado fue una recopi-

yaquil, Festival de Poesía, teatro, cine, etc.

lación de cerca de 2.000 caricaturas, entre ori-

Todo ese acervo documental ha sido utiliza-

ginales, reproducciones fotográficas, negativos,

do por investigadores y estudiantes de la ciu-

e impresas. El Fondo de Caricaturas de la Sala

dad, la región, el país, y aun fuera de Colombia.

Alojada inicialmente en el edificio principal, la Sala Antioquia fue traslada luego a la Torre de la Memoria. AI-BPP.

99


Un puente entre tiempos 100

Artículos, tesis de grado, libros, reediciones fac-

Anteriormente, en 1994, y con el apoyo de la

similares, videos, obras de teatro y colecciones

Secretaría de Educación y Cultura de Antio-

completas como la Biblioteca Básica de Mede-

quia, el Museo Histórico, la Casa Museo Fer-

llín, editada por el Instituto Tecnológico Metro-

nando González y la Dirección de Extensión

politano, encontraron allí su primer estímulo, y

Cultural de la Biblioteca Pública Piloto, se ha-

en muchas ocasiones, acompañaron de princi-

bía editado el catálogo Viaje a la Presencia de

pio a fin el desarrollo completo de la obra.

Fernando González.

Con motivo de los 10 años de funciona-

A partir de 1996 se comenzó a publicar el Bo-

miento de la Sala Antioquia, entre 1995 y

letín Cultural y Bibliográfico Escritos desde la Sala,

1997 se editaron catálogos sobre Adel López

que divulga la historia y la cultura de la región

Gómez, Los Panidas, Botánicos Antioqueños,

antioqueña. Colaboran en él personas expertas

Joyas Bibliográficas de la Sala Antioquia, José

en diferentes temas, externas a la institución y

María Bravo Márquez y José Restrepo Jaramillo.

también pertenecientes a ella, como su editor

Escritos desde La Sala. Boletín cultural y bibliográfico coleccionable de la Sala Antioquia que circula desde 1996. SA-BPP.


general y quienes han trabajado en su diseño, especialmente José Gabriel Baena (q.e.p.d).

Miguel Escobar Calle fue el curador de la Sala Antioquia y han prestado sus servicios en ella

Y con motivo de los 25 años se editaron

Luz Posada de Greiff, Yohem Taborda, Cristina

15 entregas de un plegable temático titulado

Silva, Patricia Cataño, Juan de Dios López Cano,

“Coleccionables”, donde divulgaron colecciones

Teresa Naranjo, Luz Daris Escobar, María Elena

con temas como prensa alternativa, cocina, car-

Palacio, Alejandra Quintero y quien esto escribe.

tillas de lectura, revistas de empresas, etc.

Jairo Morales Henao.

Impresos Boletín cultural y bibliográfico Escritos desde la Sala: este medio de difusión y construcción de nuestra identidad cultural regional, adscrito a la Sala Antioquia de la BPP, surgió por iniciativa del coordinador de esa sección, Jairo Morales Henao, quien ha sido su editor. Su primera entrega apareció en septiembre de 1996. Desde entonces se han publicado 24 entregas; la más reciente fue en julio de 2018. Este boletín acoge artículos de colaboradores de la institución y externos a ella sobre la historia y la cultura de la región antioqueña, relacionados con temas de arquitectura, urbanismo, música clásica y popular, artes plásticas, fotografía, caricatura, poesía, narrativa, crítica literaria, arte religioso, botánica, publicaciones periódicas, folclor, librerías, libros antiguos y nuevos de autores antioqueños, bibliotecas patrimoniales, genealogías, personajes, entre otros. 101


Un puente entre tiempos 102

Mosaico de libros, partituras, documentos y caricaturas que se salvaguardan en la Sala Antioquia. SA-BPP.


TÍTULO

Joyas de la Sala Antioquia: libros raros, documentos especiales y objetos curiosos NÚMERO

022

PÁGINAS

AUTOR

010

Carlos Uribe

Disponibles para quien los quiera encontrar, estos son los tesoros que alberga la BPP. a BPP ha atesorado desde 1977 cerca

procedencias o por diferentes intereses, y han

de dos millones de piezas patrimonia-

nutrido sus unidades patrimoniales. La Sala An-

les: fondos y colecciones de fotografía

tioquia es una de estas unidades y opera desde

histórica, libros incunables, bibliografía, docu-

abril de 1985 como una plataforma de consulta

mentos manuscritos, mecanografiados y digita-

física y digital para interesados e investigadores

les, objetos de arte invaluables para la historia

en contenidos históricos de la cultura regional.

local y para la memoria regional ante el mundo.

Los documentos patrimoniales se clasifican

Estos bienes materiales de carácter docu-

cronológicamente y en su valoración se esti-

mental y archivístico, que por su valor irrepe-

ma su aporte histórico o patrimonial (único

tible e irremplazable son denominados hitos,

e irrepetible, si lo fuere), su carácter estéti-

emblemas o legado de la ciudad y la nación,

co, sociocultural y la importancia de su autor

o sea, son testimonios originales y delegatarios

en el contexto del pensamiento de la época.

de nuestra memoria como sociedad, han in-

Esta es una selección de los emblemas más

gresado históricamente a la BPP desde diversas

representativos:

103


Memoria científica sobre el cultivo del maíz en los climas cálidos del Estado de Antioquia, 1872. Primera edición publicada como homenaje a Gregorio Gutiérrez González en el año de su muerte. El libro, editado en Bogotá, trae una notica, introducción o prólo-

Las siete partidas del rey don Alfonso el Sabio, 1781.

go del Tuerto Camilo Antonio Echeverri y puede catalo-

Un puente entre tiempos

garse como una curiosidad

104

Redactadas por el rey Alfon-

tres ediciones con que cuenta

so X, el Sabio, entre 1256 y

la BPP corresponden a los dos

1265, están entre las obras

libros de la Quarta partida y

más importantes de la Edad

la Quinta partida, publicados

Media. Conocidas también

en 1767, y un tercero de la

como Las partidas, abarcan

Quarta, que incluye el índice

todo el saber jurídico de la

de las leyes y glosas de las

época dentro de una visión

siete partidas, editadas por el

unitaria, por eso se consideran

licenciado y editor de la Coro-

una summa del derecho. Las

na, Gregorio López, en 1789.

bibliográfica.


Pensamientos de un viejo de Fernando González. Primera edición, 1916. Autografiada para el periodista Horacio Franco, cará-

Cuadros de la naturaleza y Curso compendiado de historia natural, 1912.

tula de Ricardo Rendón y prólogo de Fidel Cano, este libro representa el momento

De la fecunda y novedosa

1912, 1924; y El niño natura-

fundacional de la producción

producción de Joaquín Anto-

lista, 1935, 1944, 1958. Estas

filosófica, literaria y ensayísti-

nio Uribe están las distintas

publicaciones nos permiten

ca de González.

ediciones de Cuadros de la na-

un panorama sobre el desa-

turaleza, 1912, 1920, 1930,

rrollo de las ciencias naturales

1958, 1985; Curso compen-

en Colombia a lo largo de

diado de historia natural,

poco más de un siglo.

105


Maízopolis: monografías de los distritos antioqueños de Jorge Rodríguez. Editorial El Correo Liberal, 1915.

Un puente entre tiempos

La Constitución del Estado de Antioquia, 1812.

106

Editada en la imprenta de

y del departamento del Nor-

Bruno Espinosa en Bogotá

deste; firmaron la Constitu-

por don Nicomedes Lora,

ción el 23 de marzo y el 3 de

es la declaración previa a

mayo de 1812 fue aceptada

la independencia del estado,

por el pueblo. El proyecto

que se dio el 7 de febrero de

fue elaborado cuidadosa-

1813. Esta carta constitucio-

mente por los representantes

nal fue expedida en Rione-

antioqueños al Congreso de

gro por 19 constituyentes

las Provincias Unidas, José

elegidos entre los principales

Manuel Restrepo y Juan del

habitantes de las ciudades de

Corral, con la colaboración

Antioquia y Rionegro, de las

de José Antonio Gómez

villas de Medellín y Marinilla

Londoño.

Álbum de afectos íntimos de Fabricio Villa (manuscrito), 1880-1883.


Antioquia Literaria, colección de las mejores producciones de los escritores antioqueños desde 1812 hasta hoy, publicadas e inéditas, con reseñas bibliográficas, 1878. Compilada por el literato

Independencia, tradición

Juan José Molina e impresa

que se encontraba dispersa

por la Imprenta del Estado,

en múltiples publicaciones de

no es ninguna exageración

autores diversos, y le dio vida

decir que la importancia

a un estudio concreto sobre

cultural de esta obra es ex-

el panorama literario en la

cepcional dentro de las letras

región. El criterio de selección

Fue el primer periódico diario

antioqueñas. Representa el

fue amplio en materia de

que se publicó en el departa-

primer esfuerzo sistemático

géneros y autores: discursos,

mento. Dentro de su peque-

por darle cuerpo a lo que

poemas, ensayos, cuadros de

ño formato (12 cm de ancho

ya constituía una tradición

costumbres, notas de viajes

por 14 cm de alto) y muy

de casi 70 años desde la

y 86 escritores incluidos.

reducida letra (5 puntos), este

Primera edición de El Correo de Antioquia, 1875.

precursor de nuestra prensa fue un fiel y acucioso testigo de los acontecimientos, sueños y proyectos del pueblo antioqueño. A lo largo de sus escasos 50 números (desde el 15 de febrero de 1875 hasta el 21 de abril de 1875), siguió el ideario conservador y reformista del gobernador del estado Pedro Justo Berrío.

107


Diccionario abreviado de galicismos, provincialismos y correcciones del lenguaje de Rafael Uribe Uribe. Primera edición, Medellín. Imprenta del Departamento, 1887.

Un puente entre tiempos

Primera edición de Frutos de mi tierra de Tomás Carrasquilla, 1896.

108

Esta obra es la primera nove-

los Alzate, representados por

la de Tomás Carrasquilla y fue

Augusto, Filomena, Mina y

editada en Bogotá por la Li-

Nieves, hermanos entre sí y

brería Nueva. En esta el autor

de origen humilde; a pesar

revela sus extraordinarias do-

de ser huérfanos, con discipli-

tes de creador de personajes

na y tenacidad se convierten

y sus virtudes en el manejo

en comerciantes solventes;

del lenguaje. A lo largo de 30

y la de Martín Gala, joven

capítulos Carrasquilla cautiva

rico que asume las poses

al lector en un intrincado

del cachaco bogotano para

mundo de pasiones huma-

lograr el amor de la hermosa

nas. Son dos historias: la de

y esquiva Pepa Escandón.


El crimen de Aguacatal, 1874. Escrita por Francisco de Paula

esta convirtieron este crimen

Muñoz y publicada por la

en una leyenda. La minucio-

Imprenta del Estado en Me-

sidad de las descripciones, la

dellín. Aunque esta imprenta

reproducción de los diálogos y

ya había dado a luz muchos

la detallada reconstrucción de

documentos, este es el primer

los hechos hacen de este libro

libro propiamente dicho salido

un documento imprescindible

de sus prensas. “El crimen de

de la época, de la historia

Aguacatal” (o la historia de

de nuestro periodismo y de

Daniel Hachero, como em-

nuestra literatura. Ese mismo

pezó a denominársele con el

año apareció una segunda

paso de los años), conmovió

publicación de carácter oficial,

a toda Antioquia y a buena

que, con los aportes del exfis-

parte del país. El número

cal 1° del Circuito de Medellín,

de víctimas de una misma

describe el paso a paso de

familia, la brutalidad con la

la sentencia y el protocolo

que se cometió la masacre y

jurídico con el que se procedió

la aparente arbitrariedad de

a juzgar a los implicados.

El paso de La Quiebra en el Ferrocarril de Antioquia, tesis de grado del ingeniero Alejandro López, publicada en los Anales del Colegio de Zea, 1899.

Revista Lectura y Arte, 12 números. Medellín, n.o 1, julio de 1903, a n.o 12, febrero de 1906.

Celebración del 2° centenario de la fundación de la villa de Medellín (folleto), 1875.

109


Correspondencia y documentación epistolar personal e institucional. Entre los emblemas de las

toda su pléyade de epígonos,

colecciones bibliográficas

al igual que las emitidas o

y hemerográficas de la

recibidas por Manuel Mejía

Sala Antioquia y el acervo

Vallejo, Carlos Castro Saave-

de bibliotecas de autor se

dra, Efe Gómez, Adel López

incluye además una valiosa

Gómez, Porfirio Barba Jacob,

correspondencia pertene-

León de Greiff, Otto de

ciente a Manuel Uribe Ángel,

Greiff, Ciro Mendía, Belisario

Elías González, Luis Lalinde,

Betancur, Joaquín Antonio

Andrés Ripol, Fernando

Uribe, Lorenzo Uribe, Mar-

González, Camilo C. Restre-

celiano Posada, Coriolano

po, Pastor Restrepo, Próspero

Amador, Pedro Pablo Betan-

El ejemplar existente de Rosas

Restrepo y Marceliano Restre-

cur, José Restrepo Jaramillo,

negras, impreso en Ciudad

po. Asimismo, los interesados

Joaquín Pérez Villa, Haydee

de Guatemala, forma parte

pueden encontrar postales

Eastman, Inés Peláez Mejía y,

de una escasa y perseguida

y cartas de los fundadores

recientemente, del periodista

edición (perseguida por los

del movimiento nadaísta y

y escritor Óscar Hernández.

Rosas negras de Porfirio Barba Jacob. Primera edición, 1933.

Un puente entre tiempos

bibliófilos) que preparó en

110

1932 Rafael Arévalo Martínez y que publicó sin autorización del poeta. La carátula es un diseño exquisito de Arce y Valladares, uno de los más reconocidos dibujantes y caricaturistas centroamericanos.


Mapoteca y planoteca. Diversos planos y mapas,

propiedad de los hermanos

privados y estatales, se

Eliseo y Antonio María Cuar-

ofrecen a los investigadores

tas, fechado en 1913, lote

para analizar las dinámicas

donde opera el Aeropuerto

económicas de la región

Enrique Olaya Herrera, y

antioqueña y el desarrollo

el mapa del departamento

urbano de Medellín y su área

de Antioquia dibujado por

La Sala Antioquia conserva

metropolitana, principalmen-

Arturo Longas en 1926 para

igualmente partituras origi-

te. Se destacan por su ca-

promocionar empréstitos

nales de singular importancia

rácter patrimonial y estético

para el Ferrocarril de Antio-

de maestros como Gonzalo

el plano de Las Playas, finca

quia en Europa.

Documentación del género musical y partituras de piezas musicales.

Vidal, José María Tena, Carlos Vieco Ortiz, José María Bravo Márquez, entre otros.

111


Un puente entre tiempos 112

Antiguos empaques para papel fotogrรกfico y placas (negativos) de vidrio que se conservan en el Archivo Fotogrรกfico. AI-BPP.


TÍTULO

La Torre de La Memoria y su atlas de instantáneas a Biblioteca Pública Piloto de Medellín inició en 1978 su colección de imágeNÚMERO

023

nes fotográficas. Pasados casi 40 años, hoy los datos estadísticos asombran: 1.700.000 imágenes organizadas en 35 fondos fotográfi-

PÁGINAS

AUTOR

cos y 25.000 imágenes disponibles en la página

06

Gabriel Mario Vélez

web; además, un intervalo de tiempo que va desde 1848, que corresponde casi a la fecha de la

Gran parte del patrimonio fotográfico de Antioquia se reúne en un solo lugar

llegada de la fotografía a Colombia, hasta 2005. Sin que sea este un argumento central, los números respaldan la certidumbre de encontrarnos ante una de las colecciones patrimoniales más importantes de América Latina y el mundo.

dedicado a mantener vivas

Y aunque esta afirmación no se justifica sola-

las historias del pasado.

sí nos sirven de indicadores para decir que la

mente en las cifras, valores tan sorprendentes relevancia se sustenta en la concentración del trabajo visual de un conjunto muy representativo de fotógrafos locales, de muy distinta índole,

113


1.

cuya obra fue puesta en custodia y al alcance de investigadores y público en general. Esta es la razón por la que la Unesco en noviembre de 2012 declaró la colección Registro Regional de Memoria del Mundo, una dignidad no solo justa, sino necesaria. En el mismo tenor, la Biblioteca se inventó un concepto aglutinante puesto en operación como una declaración de principios: la Torre de la Memoria. Al amparo de un referente arquitectónico, cuyo propósito es proteger y custodiar, se resguardan las huellas del pasado a la manera de un baluarte patrimonial para permitir que el encuentro con el presente cobre sentido. La colección del Archivo Fotográfico comenzó con el rescate de la obra de Benjamín de la Calle, fotógrafo que retrató a Medellín en un

2.

período comprendido entre 1898 y, por lo menos, las primeras dos décadas del siglo XX. Sabemos que de los más de 200.000 negativos producidos en su estudio se rescataron apenas Un puente entre tiempos

7.000. El resto se perdió por el reciclaje del soporte en vidrio y el borrado de la imagen. Una pérdida que no hay manera de compensar y que, a la postre, opera como un patrón. Por eso mismo, que la colección fotográfica de la Piloto haya iniciado su existencia bajo la lógica

114

del rescate es ciertamente un síntoma. Porque 1.

2.

Estanterías, llamadas “colmenas” en lenguaje archivista, donde se conserva material del Archivo Fotográfico. AI-BPP

Primeros años del Archivo Fotográfico BPP, antes de ser trasladado a la Torre de la Memoria. AI-BPP.


3.

el rescate, una medida que debería ser excepcional en los proyectos de valoración y conservación patrimonial, en la Torre de la Memoria ha sido una pauta regular, situación generalizada, por cierto, en colecciones similares de toda América Latina. Pero es un síntoma que no solo revela la manera como se gestó la colección BPP, sino que evidencia el vínculo que nosotros, los herederos, tenemos con nuestro propio pasado. Porque, a diferencia de lo que ocurre en otros 4.

entornos con una consciencia más interiorizada sobre el valor del patrimonio, en la lógica de la antropofagia de Andrade1, en América Latina, y particularmente en Colombia, las demandas del presente se imponen con tanto apremio (una suerte de matriz generadora en permanente construcción y transformación) que el espacio

5.

para la revisión del antes apenas tiene cabida. En contraste, cuando una colección extensa logra cobrar forma, como es el caso del Archivo Fotográfico de la Torre de La Memoria, nos damos cuenta del poder que concentra, porque en cada una de las imágenes hay lugares y personajes en la total singularidad de su existencia. 1 Osvaldo Andrade, en su “Manifiesto antropófago” de 1928, habla de “la capacidad de América para devorar todo lo ajeno e incorporarlo para crear así una identidad compleja” (De Sousa, 2002, p. 9). Este manifiesto fue publicado originalmente en la Revista d’ Antropofagia 1, Diario de Sao Paulo (1928). Sobre Andrade ver: A utopia antropofágica (Globo,1990).

115

3.

4.

5.

Ferrotipo de autor anónimo conservado en el Archivo Fotográfico. AF-BPP.

Fotografía estereoscópica que producía la sensación de tridimensionalidad. Mausoleo de José María Amador. Pablo Emilio Restrepo. 1895. AF-BPP.

Ambrotipo, uno de los primeros procedimientos fotográficos realizados en el siglo XIX. AF-BPP.


Cada uno de ellos, en potencia, es un deto-

forma a un sofisticado inventario que constru-

nador de experiencias cuyo blanco previsto es

ye, siguiendo a la Unesco, el Registro Regional

particular, pero en el conjunto son el registro

de Memoria del Mundo.

documental del paso del tiempo en cada lugar

La sentencia del saber popular así lo traduce:

donde estos personajes dejaron huella. Es en

“La fotografía recuerda lo que la mente olvida”.

esta doble dimensión donde su relevancia es in-

Pero no porque la fotografía sea el paliativo para

valuable: en la afectación íntima de los sujetos

la enfermedad del olvido, sino justamente por-

y en el reconocimiento como legado histórico

que reivindica la paradoja de un Atlas mnemosy-

que nos identifica como colectivo en una tem-

ne (a la manera de Aby Warburg). Un invento

poralidad y en un entorno cultural singular.

concebido para recuperar la historia (la propia)

La Torre de la Memoria es, en este sentido, un dispositivo especular que nos devuelve las

y, a través del “como si” del juego, plagarla de mitos para que vuelva a ser parte de la vida.

miradas de los sujetos que participaron en la construcción de lo que hoy es nuestra sociedad: Rodríguez, que recoge toda la saga de Melitón, su hermano, y sus descendientes; el ejercicio de Horacio Gil, que, sumado al extenso trabajo de Diego García, Digar, evidencia las distintas fórmulas en las que se puede, con toda justicia, invocar el rol del reportero gráfico; la construc-

Un puente entre tiempos

ción de la imagen con fines publicitarios, una

116

de las prácticas en las que Gabriel Carvajal fue pionero; las 54.000 fotografías realizadas por León Ruiz, entre las que se incluyen “El viaje por el río Magdalena” y aquellas que realizó a bordo de la emblemática fragata Gloria. Todos ellos, sumados a otros también reconocidos y a otro montón de imagineros anónimos, le dan Cámara de estudio de finales del siglo XIX que se cargaba con placas negativas de vidrio. AF-BPP.


El fotĂłgrafo Gabriel Carvajal junto al investigador Jaime Osorio, recibiendo y organizando el archivo Carvajal en la Biblioteca PĂşblica Piloto. 1999. AI-BPP.


TÍTULO

Las musas sin jaula (Divagaciones sobre bibliotecas e ideas, e ideas sobre bibliotecas)

espués de la Gran Depresión, el presidente Franklin D. Roosevelt pro-

NÚMERO

024

mulgó medidas de emergencia para sacar adelante a la gente más pobre de Estados Unidos. Entre sus proyectos estaban las bibliote-

PÁGINAS

AUTORA

carias de Kentucky, una brigada de mujeres a ca-

06

Ana Cristina Restrepo Jiménez

ballo que llevaba libros a las zonas montañosas, las más azotadas por la crisis y el aislamiento.

Las bibliotecas son proyectos

Un puente entre tiempos

que persiguen a los lectores,

118

especialmente aquellos

Entre 1935 y 1943, las amazonas de Kentucky cabalgaron por la lectura, y hacia 1940 el programa contaba con 30 bibliotecas y había prestado libros a 100.000 lectores. Historias como la de las amazonas de Ken-

interesados en formar

tucky o la del Biblioburro de Luis Soriano son

a otros lectores.

cendencia no es comercial. ¿Acaso no merece

esquivas al radar de los grandes medios. Su trasuna oda la travesía de Consuelo Marín y Pedro Agudelo, la promotora de lectura y el bibliotecólogo que recorrieron a pie el morro del Che,


La Escombrera y Belencito Corazón para conquistar nuevos lectores? Marcel Proust hablaba de la biblioteca como el recinto donde se practica la “gimnasia intelectual”. ¿Es la biblioteca un lugar físico, limitado entre paredes?, ¿cómo nombrar aquellas colecciones de libros peregrinos, a caballo, en burro, a pie?, ¿de qué maneras se han redefinido las bibliotecas públicas a través de la historia, de nuestra historia? En el imaginario colectivo, las bibliotecas albergan relatos e ideas consignados en libros, ¿qué tipo de ideas y relatos evocamos en torno a las bibliotecas?, ¿cómo percibimos a esos personajes que son el bibliotecólogo (formación académica) y el bibliotecario (empírico)? *** Mi mamá es bibliotecóloga. En los años 70, cuando apenas trazaba mis primeras planas escolares, asistía con ella a algunas clases en la entonces joven Escuela Interamericana de Bibliotecología, fundada en la Universidad de Antioquia en 1956. Ella solía dejar sobre la mesa del comedor algunos libros infantiles nuevos, pendientes de clasificación, ficha y forro. Tal vez los ubicaba estratégicamente a manera de “carnada” 119

para invitarnos a la lectura a mi hermano y a Biblioteca Nacional de Colombia. Gabriel Carvajal. 1963. AF-BPP.


1.

2.

mí, pero supongo que, al mismo tiempo, que-

he visto desdibujarse a las bibliotecas públicas

ría verificar si su elección literaria infantil había

como sitios “sagrados”.

sido acertada. ***

Un puente entre tiempos

En mi memoria también permanece una

120

escena de la serie The paper chase: su prota-

En la Antigüedad se decía que las bibliotecas

gonista, el estudiante James Hart, entra por pri-

eran la jaula de las musas. Zenódoto, Aristó-

mera vez a la biblioteca de la Escuela de Leyes

fanes de Bizancio e Hiparco, bibliotecarios de

de Harvard a la media noche y casi a hurtadillas.

Alejandría y guardianes de los escritos de Ho-

Necesita estudiar un caso judicial para el temi-

mero, permanecen como una suerte de canon

do profesor Kingsfield. El gesto de asombro en

del oficio.

Hart confirmaba mis sospechas de niña: las bibliotecas son lugares sagrados.

En La biblioteca de los libros perdidos, el crítico Stuart Kelly narra que Ptolomeo I, el Conser-

No obstante, ha sido en la cátedra abier-

vador, y su hijo Ptolomeo II lograron reunir en

ta Bibliotecas, Archivos y Ciudad, una serie de

la maravilla del mundo que fue la Biblioteca de

diálogos que he moderado en La Piloto, donde

Alejandría los más refinados saberes.


3.

Ptolomeo II entendió algo fundamental en

***

su tiempo: mantener la biblioteca requería paz.

La Conferencia Intergubernamental sobre Políti-

Y por eso selló tratados con romanos y le entre-

cas Culturales en Europa, convocada en Helsinki

gó en matrimonio a su hija, Berenice, a Antíoco

en 1972, determinó:

II de Siria, enemigo de Egipto por excelencia.

“La cultura no es ya solo una acumulación

La historia recuerda a Ptolomeo III como

de obras y de conocimientos que una mino-

el responsable de la catalogación de más de

ría selecta produce, recoge y conserva para

200.000 papiros. Después de descubrir que el

ponerla al alcance de todos, o que un pue-

faraón no tenía escritos de Esquilo, logró ne-

blo rico en pasado y en patrimonio ofrece a

gociar con los atenienses el préstamo del único

todos como un modelo del que les habría

ejemplar de sus obras completas.

privado su historia; que la cultura no se limi-

Luego, todo terminó en llamas. Infinidad de

ta al acceso a las obras de arte y a las huma-

conocimientos, relatos y saberes se han perdido

nidades, sino que es al mismo tiempo ad-

por falta de protección, de cuidado, de aten-

quisición de conocimientos, exigencia de un

ción, del juicio de un bibliotecario.

modo de vida y necesidad de comunicación;

1.

2.

3.

Biblioteca Reyes. Fotografía Rodríguez. 1912. AF-BPP.

Biblioteca de la Universidad de Antioquia. Francisco Mejía. 1938. AF-BPP.

Biblioteca Joaquín Uribe de Sonsón. León Ruíz. 1975. AF-BPP.

121


que no es territorio que ha de conquistarse

personas más interesantes de los siglos pasados

o poseerse, sino una manera de compor-

que fueron sus autores”. Gracias a los bibliote-

tarse consigo mismo, con sus semejantes y

cólogos y bibliotecarios esa charla es cada vez

con la naturaleza, que no es solamente una

más abierta y amplia, y la biblioteca pública se

esfera que conviene todavía democratizar;

consolida como ágora.

sino que se ha convertido en una democracia que es necesario poner en marcha”.

Los bibliotecarios y bibliotecólogos en el Valle de Aburrá son ejes de la democratización

A través de las bibliotecas públicas, la cul-

del conocimiento, difusores culturales cuya ac-

tura es democracia en marcha. Regresemos al

ción se ha redefinido en los entornos no solo

morro del Che, a La Escombrera y a Belencito

por la fuerza del conflicto armado, sino por las

Corazón: eran los días de las operaciones Maris-

dinámicas sociales propias de un país diverso,

cal y Orión. Desde el Caguán llegaban guerrille-

de una nación muy joven que todavía se esfuer-

ros de las FARC, que se topaban con comandos

za para comprender la importancia de su his-

armados, el ELN, y paramilitares. La biblioteca

toria… y del papel que las bibliotecas públicas

pública de la comuna 13, plural, sin sesgo polí-

ocupan en ella.

tico ni religioso, era el punto de encuentro: allí

En la cátedra abierta Bibliotecas, Archivos y

estudiaban los hijos de los milicianos, sus ma-

Ciudad, al calor de conversaciones sobre asuntos

dres recibían talleres de costura. Los violentos la

como “alfabetización informacional, biblioteca

respetaban porque allí, también, departían sus

pública y ciudadanía”, “información y género”,

seres amados.

“repositorios y colecciones patrimoniales”, “li-

Un puente entre tiempos

bro impreso vs. libro digital” o “libros y lectura

122

***

para jóvenes”, los guardianes de “la jaula de las

No, las bibliotecas públicas no son recintos ni

musas” se revelaron como líderes sociales cuyo

son sagradas. Son espacios de diálogo, de cons-

papel supera la conquista de lectores: su fun-

trucción, de humanización, cuyas fronteras físi-

ción esencial es la formación de más y mejores

cas son trazadas por cada comunidad.

ciudadanos. Vigilan que aquella que otrora fue

Según Descartes, “la lectura de todos los buenos libros es como una conversación con las

considerada “jaula” permanezca con las puertas (¡los pensamientos!) abiertas.


1.

2.

123 1.

2.

Biblioteca Instituto Pascual Bravo. Diego García (Digar). 1962. AF-BPP.

Los viejos ficheros catalográficos para realizar búsquedas de materiales. AI-BPP.


TÍTULO

Recuerdos de años felices

ebió ser a principios de 1978. Un día me encontré con Alejandro González NÚMERO

025

Jaramillo, quien por entonces se desempeñaba como director de La Piloto y a quien había conocido en el Colegio San Ignacio. En

PÁGINAS

AUTOR

ese encuentro Alejandro me contó que acababa

06

Juan Luis Mejía Arango

de regresar de Estados Unidos donde había realizado una estancia en el taller de escritores de

Testimonio de un tallerista,

Un puente entre tiempos

director, lector y testigo del

124

crecimiento y consolidación de la BPP.

la Universidad de Iowa y, sin más preámbulos, me propuso crear un taller semejante en la biblioteca. En un acto de absoluta irresponsabilidad, acepté y de inmediato procedimos a hacer la convocatoria a los aspirantes a escritor. Tal vez el único antecedente nacional lo constituía el grupo que Gustavo Álvarez Gardeazábal había formado en Cali, pero de resto no había ningún referente sobre el funcionamiento, los objetivos o las metodologías de un taller para escritores. Me puse entonces a leer


fuentes de la más disímil procedencia: la expe-

poco tiempo se unió al grupo Juan Diego Mejía,

riencia de Iowa, que se asemejaba a una beca

quien venía de hacer la revolución en la costa.

de creación; los talleres cubanos de Casa de las

Cada martes en la tarde nos reuníamos a co-

Américas y los nicaragüenses de Ernesto Car-

mentar los textos propios y ajenos y cada quince

denal; y, por supuesto, los textos clásicos sobre

días invitábamos a algún escritor que compar-

cómo escribir un cuento: Cortázar, Quiroga, etc.

tía su método y experiencia con nosotros. Una

Y con ese frágil soporte conceptual nos lan-

vez, influenciados quizá por Blacamán el bue-

zamos a la aventura y en poco tiempo teníamos

no, llevamos un culebrero real, con boa inclui-

conformado un grupo de jóvenes bisoños y en-

da, como ejemplo de la rica literatura oral de

tusiastas: Luis Fernando Macías, Jairo Morales,

nuestro medio.

Lucía Victoria Torres, Sergio Vieira, José Libar-

Pero el momento culmen ocurrió en no-

do Porras y “Chengue”, poeta y halterista. Al

viembre del 78 cuando el alcalde Jorge Valencia

Juan Luis Mejía dirigió la BPP al despuntar los años 80. Las dificultades económicas no impidieron que siguiera siendo un importante centro cultural del país. AI-BPP.

125


Un puente entre tiempos 126

Jaramillo promovió la segunda visita de Jorge

Al finalizar el año 1979 me llamó de nuevo

Luis Borges a Medellín. Esa mañana el audito-

Alejandro González y me comunicó que dejaba

rio de la Biblioteca estaba colmado de público.

La Piloto pues le habían ofrecido la dirección del

Mucha gente quedó afuera sin poder escuchar

periódico Vanguardia Liberal, en Bucaramanga,

al autor de El Aleph. Fue un diálogo con los es-

y que si me apetecía ser el nuevo director. De

critores de la ciudad. Yo era el último, sentado

inmediato, y a pesar del malestar que la deci-

en una esquina no alcancé a salir en la famosa

sión provocó en mi papá, quien consideraba

foto de Jairo Osorio. Cuando me correspondió

que echaba por la borda un futuro promisorio

el turno de preguntar, lleno de nervios, farfu-

en la industria textil, acepté y el 10 de diciem-

llé algo así como: “¿Se considera un escritor

bre de 1979 me posesioné como director de la

para escritores?”. No recuerdo qué respondió el

Biblioteca Pública Piloto de Medellín para Amé-

maestro, pero sí me sonrojo cada que evoco esa

rica Latina.

intervención tan obvia. Luego de aquel diálogo,

Ya sentado en la silla del director me enteré

que más bien fue un monólogo, fuimos a al-

de las inmensas dificultades por las que atrave-

morzar al restaurante Salvatore, en los bajos del

saba la institución. Dado su origen en un acuer-

edificio de Suramericana de Seguros.

do internacional suscrito entre la Unesco y el

Aquella aventura duró poco más de un año

Estado colombiano, nominalmente la Biblioteca

hasta que, debido a mis afugias económicas,

era un organismo del orden nacional adscrito al

me vinculé a una empresa textil, y debido al

Ministerio de Educación Nacional. En efecto, la

horario y a los frecuentes viajes, debí retirar-

Piloto era el último de los sesenta y tantos insti-

me del flamante taller de escritores de La Pilo-

tutos adscritos a ese ministerio. Esa invisibilidad

to, que gracias a la buena prensa que generó

orgánica la sometía a ser la última de las prio-

Isaías Peña Gutiérrez, desde su columna en el

ridades presupuestales del Estado, pero como

periódico El Tiempo, se había convertido en un

contrapartida positiva la mantenía ajena a los

referente nacional. En buena hora el director de

apetitos burocráticos de la política.

la Biblioteca convenció a Manuel Mejía Vallejo

Pese a las penurias económicas, encontré un

para que asumiera la dirección del taller y allí se

grupo de personas con una gran mística de tra-

inició la época de esplendor de esta experiencia.

bajo, entregadas en cuerpo y alma a su labor,


127

Juan Luis Mejía, Manuel Mejía Vallejo y Elkin Restrepo de tertulia. Ca. 1978. AI-BPP.


Un puente entre tiempos 128

que mantenían encendida la llama de los idea-

“humedecía la palabra”, como eufemísticamen-

les altruistas con los cuales se habían creado las

te se promocionaba un café de la ciudad. Poco

bibliotecas piloto del mundo. Tantos nombres

a poco llegaban Darío Ruiz, Fernando González,

vienen a la memoria: Gloria Inés, María José,

Elkin Restrepo, Óscar Jaramillo, Luis Fernando

Olga Luz, Mario Vargas, Emigdio… Sería largo

Peláez, José Manuel Arango, Miguel Escobar…

enumerarlos, pero estas palabras quieren exal-

y tantos y tantos que continuábamos la noche

tar a todos aquellos silenciosos trabajadores de

en La Camerata, en el Jordán, en Finalle.

las instituciones culturales de Colombia que,

También alrededor de La Piloto, institución

pese a todas las adversidades, mantienen a flote

pionera en el costado occidental del río Mede-

las frágiles embarcaciones que transmiten, pre-

llín conocido como Otrabanda, se fue constitu-

servan y diseminan la cultura.

yendo una confederación de instituciones que

Pero hacia fuera, La Piloto encarnaba (y en-

en un trabajo conjunto empezaron a jugar un

carna), los ideales de una biblioteca pública:

papel preponderante en la vida cultural de la

sus salas siempre atiborradas de lectores, colec-

ciudad: la Universidad Nacional, con Marta

ciones que rotan no sé cuántas veces al año,

Elena Bravo en la Dirección de Extensión Cul-

presencia en los barrios más periféricos, talleres

tural; Suramericana de Seguros, desde la vice-

culturales para todas las edades, etc. De ahí que

presidencia de Nicanor Restrepo Santamaría; y

la Biblioteca se convirtiera en el epicentro de la

el recién fundado Museo de Arte Moderno de

vida cultural de la ciudad.

Medellín. Ese trabajo conjunto llevó a la crea-

Recuerdo aquellos años en permanente

ción de la primera asociación de entidades cul-

ebullición, tiempos plenos de ideas, de proyec-

turales de la ciudad, denominada Asencultura,

tos. Y con una figura central de toda aquella

que sirvió luego de modelo para la creación de

efervescencia: Manuel Mejía Vallejo. Él, en un

los Consejos de Cultura en el ámbito nacional.

bus de la empresa Transunidos La Ceja, bajaba

De aquel activismo quedan algunos resulta-

los miércoles de Ziruma, su casa en El Retiro,

dos de indudable impacto cultural como el Cen-

para dirigir el taller de escritores entre la cuatro

tro de Memoria Visual de Medellín. Su génesis

y las seis de la tarde. De allí en adelante seguía

fue la siguiente: en 1981 se realizó la IV Bienal

una larga, muy larga conversación, en la que se

de Arte de la ciudad. Los organizadores pidieron


a las instituciones culturales realizar alguna acti-

(FAES) sobrevivieron apenas unos años luego

vidad concomitante con la gran exposición, que

de la desaparición de sus fundadores, Jorge

permitiera a los visitantes palpar el dinamismo

Rodríguez Arbeláez y Luis Ospina Vásquez. En

de Medellín. En La Piloto decidimos realizar una

cambio La Piloto, bajo otra estructura organiza-

exposición sobre la historia de la fotografía en

cional, permanece en pie y con plena vigencia,

Antioquia, dado que era un tema sobre el que

pues está incrustada en el alma profunda de la

nada se había investigado hasta entonces. Con

ciudad de Medellín.

un apoyo de treinta mil pesos que aportó Al-

Un jueves de enero de 1983 un infarto

macenes el Mar, que cumplía 30 años de exis-

fulminante puso fin a los días de Eddy Torres,

tencia, pudimos hacer la exposición Cien años

intelectual de reconocida influencia en la vida

de fotografía en Antioquia. Nos pifiamos por

política y cultural del país y que por entonces

más de tres décadas. Pero sirvió para descubrir

ejercía el cargo de director de la Biblioteca Na-

que algunos de los archivos de los pioneros aún

cional de Colombia. Al domingo siguiente, en

existían. En noviembre de 1982 logramos com-

una llamada telefónica, el entonces presidente

prar el archivo de Benjamín de la Calle y luego

de la República Belisario Betancur me ofrecía el

fueron ingresando el de Melitón Rodríguez, el

cargo dejado por Torres. Esa llamada inespera-

de Gabriel Carvajal, el de Horacio Gil Ochoa, el

da puso fin a mi paso por la Biblioteca Pública

de León Ruiz.

Piloto de Medellín.

Otros eventos de gran repercusión, como

Estas palabras han tratado de recuperar algu-

Bazarte, fueron devorados por la vorágine que

nos recuerdos de los años más felices de mi vida.

entonces se apoderó de la ciudad. También instituciones que jugaron un papel preponderante en aquellos años se fueron marchitando. La Escuela Popular de Arte, la recordada EPA, con la que realizamos el inolvidable Encuentro Folclórico Nacional, se fue diluyendo en la burocracia local. El Instituto de Integración Cultural y la Fundación Antioqueña de Estudios Sociales

84.100 usuarios están afiliados al sistema de préstamo y renovación (al 31 de agosto de 2017). 129


TÍTULO

Reconocimientos a la BPP con la cual se hace público reconocimiento a las personas e instituciones que prestan servicios excepcionales y benéficos a la educación y difusión de las bellas artes dentro de la comunidad antioqueña. NÚMERO

026

El Municipio de Medellín le concedió, también en 1992, la Medalla al Mérito Cultural Porfirio Barba Jacob, categoría oro.

PÁGINAS

AUTOR

La labor de la Biblioteca es ejemplo de gestión en cultura. Su mayor mérito es seguir multiplicándose en miles de lectores.

En 1997, el gobernador de Antioquia le otorgó, en honor al mérito, la presea Estrella de Antioquia, en grado oro. En el año 2002, la Gobernación de Antioquia le otorgó el Escudo de Antioquia, categoría oro, por sus 50 años de fundación.

Un puente entre tiempos

En 1977, el alcalde de Medellín le otorgó a

130

En ese mismo año, la Asamblea de Antio-

la BPP la condecoración Hacha Simbólica por

quia le concedió la Orden al Mérito Cívico y

sus entonces 25 años de trabajo por la cultura.

Empresarial Mariscal Jorge Robledo en grado

El Concejo de Medellín le otorgó, en ese mismo año, el Cordón del Tricentenario en grado plata también por sus 25 años de servicios. En el año 1992 se le confirió la Condecoración al Mérito Educativo Pedro Justo Berrío,

oro también con motivo de sus 50 años de vida institucional. En el año 2003 se le otorgó la Orden Cámara de Comercio de Medellín en reconocimiento a su labor cultural, artística y pedagógica, a su


valiosa contribución a la educación, crecimien-

En el año 2009, el proyecto HiperBarrio y sus comunidades obtuvieron el Premio Golden

to y desarrollo de Antioquia y del país.

Nica en la categoría de comunidades digita-

La Condecoración Orquídea Concejo de Medellín se le otorgó en el año 2003 para

les en el Festival Prix Ars Electronica, en Linz,

exaltar sus acciones sobresalientes a favor de la

Austria.

ciudad y del país en sus 50 años de existencia. El Senado le concedió la Orden Mérito a la Democracia en 2004 como reconocimiento por sus permanentes aportes e impulsos al desarrollo

En el año 2012, el Archivo Fotográfico de la BPP fue declarado por la Unesco como Registro Regional de Memoria del Mundo. En el año 2013, la Gobernación de Antio-

artístico y cultural de Antioquia y de Colombia.

quia y la Alcaldía de Medellín la declararon ins-

La Gobernación de Antioquia le otorgó

titución emblemática en la conmemoración de

un reconocimiento en ese mismo año por su

los 200 años de la Independencia de Antioquia.

importante contribución al desarrollo cultural

En 2014, la filial La Loma recibió el Premio Public Library Innovation Award (EIFL) por el

de Antioquia.

desarrollo del programa de mapeo social y

En el año 2007, HiperBarrio, un proyecto de la filial San Javier La Loma, ganó la 1.

comunitario llevado a cabo por la comunidad

Convocatoria Internacional de Medios Ciuda-

de práctica ConVerGentes.

a

danos realizada por Global Voices (en Estados

La Agencia para el Desarrollo de las Comu-

Unidos) para participar en Rising Voices. De

nicaciones (APC) de Barcelona le otorgó en el

esta forma, se convirtió en uno de los prime-

año 2014 el Premio Chris Nicol de software

ros cinco proyectos globales en periodismo

libre a ConVerGentes por su proyecto Nuestra

ciudadano y comunitario.

Red: LaLoLib.

131


Un puente entre tiempos

NÚMERO

TÍTULO

132 AUTOR


TÍTULO

Una biblioteca para crear

Las bibliotecas contemporáneas buscan trascender y ser más activas en las dinámicas culturales y del conocimiento. En ese sentido, la BPP es un lugar para construir relaciones sociales, crear y experimentar en ambientes de aprendizaje enriquecidos con herramientas que promueven experiencias diversas, y que cuenta con escenarios incluyentes y participativos donde la comunidad puede conectarse

NÚMERO

027

y estimular la apropiación de conocimientos. El proyecto de creación de ambientes para el aprendizaje fue realizado en conjunto por un

PÁGINAS

AUTOR

equipo interdisciplinario de la BPP y el Parque

04

Andrés Roldán, Director Parque Explora

Explora. En 4.000 metros cuadrados se gestionaron y desarrollaron nuevos ambientes educativos, culturales, tecnológicos, científicos y de investigación donde se integran experiencias que combinan colección de libros, talleres, salas de exhibición, sala infantil, sala audiovisual, salas de lectura, hemeroteca, y un museo llamado “Cámara de Maravillas”, desarrollado a partir de las extensas colecciones patrimoniales que se salvaguardan en la Biblioteca. La BPP se transformó para ser un escenario abierto, patrimonial, activo, acogedor para el aprendizaje, la inspiración, el encuentro y la creatividad.

Entre 2015 y 2018 la sede central de la BPP fue renovada. La fachada del edificio se conservó intacta. AI-BPP.

133


Cámara de Maravillas Un lugar acondicionado para el aprendizaje, nutrido con objetos e imágenes de nuestras colecciones patrimoniales. Aquí la memoria documental será pretexto para contar la historia de nuestra región.

Sala infantil La sala infantil será un espacio acondicionado para la lectura y el disfrute de nuestras colecciones infantiles. Los más pequeños disfrutarán de un lugar lleno de magia y color. El lugar preciso para dejar volar la imaginación.

Sala general de lectura

Un puente entre tiempos

Las tradicionales vidrieras seguirán siendo

134

la fiel compañía de nuestros lectores. Un espacio más amplio y dispuesto para hacer de la lectura un maravilloso viaje.


Sala audiovisual La Sala audiovisual ofrecerá conferencias en audio y video, archivo sonoro y archivo comercial de películas, asimismo colecciones de la Cinemateca Municipal.

Hall exterior Un espacio pensado para el encuento ciudadano, conversación, café y lectura. Una sala de exposiciones y un aula múltiple complementan esta zona donde el horario se extenderá para el disfrute pleno de nuestros servicios.

135


TÍTULO

Volver a casa a pasado tanto tiempo que seguramente sobreviven pocos testigos del origen del Fondo de Cultura Económica (FCE) en Colombia y se ha borrado de la memoria que los primeros libros del sello que llegaron al país lo hicieron vía Medellín. Por eso, los vínculos que unen a la editorial con la capital antioqueña son mucho más fuertes de NÚMERO

028

lo que pensamos. En su libro Historia de la Casa, Víctor Díaz Arciniega explica que en 1942, apenas ocho años

PÁGINAS

02

AUTOR

Álvaro Velarca Hernández, Director general Fondo de Cultura Economica Colombia

La nueva biblioteca viene

Un puente entre tiempos

acompañada de una gran

136

noticia: el regreso del Fondo

después de su fundación en México, el Fondo inició operaciones en Latinoamérica con sus primeros distribuidores en Perú, Argentina, Uruguay y Colombia, atendiendo a su visión como institución más que mexicana, latinoamericana. En palabras de Díaz Arciniega, su proyección era, primerísimamente, “crear y fortalecer el sentimiento de comunión nacional y, en forma

de Cultura Económica

natural, cristalizar el sueño de Bolívar: unificar a

a Medellín.

ramos al decir que el Fondo es tan colombiano

todos los países hispanoamericanos”. No exagecomo mexicano, o tan argentino como chileno. En sus Memorias de un librero, Rafael Vega Bustamante, fundador de la legendaria Librería Continental, cuenta que, a mediados de 1943,


el peruano Juan Mayoral se estableció en Medellín como agente del Fondo. En esos primeros tiempos las novedades del FCE que le llevaba Mayoral, aunque sumamente interesantes, le parecía que podrían resultar desconocidas a los lectores. No obstante, él mismo constataba con sorpresa que, no bien se ponían en las vitrinas, alguien entraba a comprarlos. Los estudiantes

asentadas en dos países que han enfrentado el

de la recién creada Facultad de Economía de

flagelo del crimen organizado, y que demues-

la Universidad de Antioquia y los de Filosofía y

tran que por medio de la cultura y las letras se

Letras de la Bolivariana y el Colegio Mayor de

puede reconstituir el tejido social.

Antioquia fueron los primeros clientes.

La apuesta que el Fondo ha hecho en Co-

El FCE continuó operando desde Medellín has-

lombia ha sido redituada con creces. Nos llena

ta que en 1975 se constituyó formalmente una

de satisfacción conocer la información referente

agencia en Bogotá, y esto dio paso a una subsi-

a los índices de lectura en este país y atestiguar

diaria, figura que permanece hasta nuestros días.

que el esfuerzo para formar lectores ha dado

De modo que abrir una librería del Fondo

frutos. Tan es así, que el mercado colombiano

en Medellín es regresar a casa. Y regresar de la

representa para nuestro sello el principal mer-

mano de la Biblioteca Pública Piloto no es una

cado de los diez en los que opera el FCE fuera

casualidad, sino que obedece a las muchas coin-

de México. Al momento de escribir estas líneas,

cidencias que nos unen: ambos tenemos como

uno de cada tres ejemplares que publica la Casa

misión la promoción y difusión de la lectura, la

Matriz y que se comercializan fuera de México,

formación de lectores críticos y creativos, ser

se venden en Colombia.

centros culturales que estimulen la proyección

Celebramos, pues, no solo la apertura de

y creación artística, y la conservación y difusión

esta librería sino la posibilidad de seguir con-

del patrimonio formativo e informativo de la

tribuyendo, desde nuestro ámbito, al esfuerzo

humanidad, entre muchos otras.

que hacemos todos los países latinoamericanos

Esta alianza con La Piloto no podría iniciar en un contexto más oportuno. Somos instituciones

para que “democratizar la lectura” no sea un simple eslogan más.

137


Agradecimientos Muy poco se logra cuando se camina en solitario. Seis décadas lleva la Biblioteca Pública Piloto de Medellín recorriendo el camino difícil y complejo de incentivar la lectura y de servir de hogar para la cultura, en el sentido más extenso de la palabra. Así, en el andar de tantos años, hemos compartido la marcha con los que están en nuestra misma brega, o nos hemos cruzado con los que ya vienen de vuelta, o nos hemos apoyado en otros, así como el caminante lo hace en el bordón. O también, hemos servido de apuntale para aquellos que nos ven como compañeros de viaje en quienes se puede confiar. Ahora, que es la oportunidad de recapitular, queremos recordar y reconocer a todos los que han caminado con nosotros. Pero la memoria no es infalible y la relación es larga y además no queremos ser culpables del ejercicio involuntario de exclusión en que termina convertida toda lista. Por eso, con cariño y aprecio, la Biblioteca Pública Piloto de Medellín quiere reconocer y agradecer la compañía por más de sesenta años de: ministerios, gobernaciones, alcaldías y secretarías, de todos los directores, empleados y consejos directivos que ha tenido, de otras bibliotecas, centros de lectura y cultura, universidades públicas y privadas, de academias y escuelas de arte, de profesores,

Un puente entre tiempos

estudiantes, editoriales, de libreros y librerías, de escritores, de museos y curadores, de periódicos, la

138

televisión y la radio local, de periodistas, de la empresa privada, fundaciones e institutos de cultura, de las embajadas y consulados, de las alianzas y centros culturales extranjeros, de las cajas de compensación, de los teatros, de las litografías, de los operadores logísticos, fotógrafos, y de quienes se han acercado a hacer donaciones de libros, revistas, fotos, cartas, manuscritos o películas, de sus empleados y servidores públicos. Y, en especial, de los lectores y usuarios que le dan la razón de existir.


Adrián Fernando Prado Pereañez Agustín Evelio Echeverri Jiménez Aleida Hurtado Montenegro Alejandra Yaneth Quintero Cardona Alejandro Osorio Carmona Álvaro Sierra Jones Amalia Londoño Duque Ana Carolina Montoya Ana María Bermúdez Ana María Grisales M. Ana María Hernández Quiroz Ana Patricia García Ortega Ángela Miriam Henao Pulgarín Aracelly Rodríguez Loaiza Blanca Ruth Cano Herrera Carlos Mario Aguirre Carlos Uribe Uribe Carlos Andrés Arroyave Velásquez Carlos Andrés Montoya Valencia Carlos Arturo Montoya Correa Carlos Julio Atehortúa Célimo Romaña Caicedo Claudia del Socorro Rodríguez Vélez Claudia Elena Duque Moreno Claudia Patricia Ortiz Peña Claudia Vásquez Vargas Cruz Patricia Díaz Cardona Daniel Zapata Hincapié Deisy Piedrahíta Berrio Deneiber Sady Mesa Paniagua Diana Beatriz Morales Diana María Orozco Aguinaga Diana Patricia Quiroz Martínez Didier Antonio Gómez Vélez Edgar de Jesús Pavas Álvarez Eduardo Arroyave Élkin Darío Duque Franco

Élkin de Jesús Holguín Élkin Fabián Urrego Montoya Esnélida Pérez Mejía Esteban Duperly Posada Fabián Alveiro Guarín Osorio Felipe Bernal Henao Francis Haneth Cadena Ospina Gabriel Jaime Vanegas Montoya Gloria Aleida Soto Villegas Gloria Johana Gaviria Gloria Liria González Roldán Gloria Patricia Cataño Hoyos Gonzalo Cárdenas Muñoz Guillermo Cardona Marín Guillermo León Gómez Pérez Hernando Villafradez Abello Herman Montoya Gil Humberto Zapata Osorio Isabel Cristina Uribe Gómez Jackeline García Chaverra Jaime Jaramillo Escobar Jeicy Martínez Jhon Freddy Almanza Jhon Harol Zapata Soto John William Jaramillo Tejada Jorge Daniel Pérez Jorge Eduardo Arbeláez Rojas José Antonio Gaviria Gallego José Jairo Morales Henao Juan Carlos Sánchez Restrepo Juan Diego Mejía Juan Felipe Restrepo Escobar Juan Guillermo Ramírez Juan Pablo Hernández Posada Kelly Johana Marín Sánchez Laura Carolina Pavón Sánchez Leidy Johana Ruiz Jiménez

Luisa Fernanda Hinestroza Martínez Luz Carime Claros Rodríguez Luz Estela Peña Gallego Luz Jenny Giraldo Arredondo Luz Marina Vanegas Samper Mari Elena Caro Lora María Alejandra Garavito Posada María del Pilar Pérez Gómez María Eugenia Gutiérrez Flórez María Victoria Suárez Gutiérrez María Yohem Taborda Cardona Mario Andrés Ceballos Quintero Marisol Echeverri Díaz Marleny de Jesús González Vergara Martha Cecilia Gómez Calle Natalia Tamayo Bernal Nicolás Darío Ríos Mejía Noemy Martínez Palacio Nora Elena Vásquez Óscar Willians Herrera Herrera Paola Andrea Sepúlveda Quiceno Paula Andrea Duque Agudelo Paula Andrea Ocampo Castaño Sara María Balcázar Rengifo Sebastián Roldán Senia Luz Vargas Góngora Shirley Milena Zuluaga Cosme Sigifredo Antonio Vasco M. Teresa de Jesús Naranjo Narváez Valentina Bustamante Cruz Vibiana Yaneth Jaramillo Madrid Vicente Emiro Sepúlveda López Víctor Manuel Ramírez Valencia Walter Jairo Echeverri Jiménez Yakelin Vanegas Morales Yuli Andrea Álvarez Molina Yuverlán Gutiérrez Pastrana

139


Este libro se terminĂł de imprimir, mientras caĂ­an las flores de los guayacanes, en septiembre de 2018 en MedellĂ­n, Colombia. Ejemplares numerados del 001 al 500.




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Articles inside

Una biblioteca para crear

2min
pages 135-137

Agradecimientos

3min
pages 140-144

Volver a casa

3min
pages 138-139

Recuerdos de años felices

7min
pages 126-131

Las musas sin jaula

6min
pages 120-125

Joyas de la Sala Antioquia

9min
pages 105-114

Una colección de arte en una biblioteca

15min
pages 87-104

Mis amores con la Piloto

3min
pages 83-86

Y allí empezó todo

2min
pages 53-54

La biblioteca de los niños

14min
pages 69-82

Gloria Inés Palomino

12min
pages 59-68

Cronología de los talleres de escritura de la BPP

4min
pages 48-52

Libros cuesta arriba

3min
pages 43-47

La Biblioteca Pública Piloto, centro y corazón cultural de Medellín

1min
page 10

Una Piloto de vidas pasadas

7min
pages 26-33

Línea de tiempo BPP

7min
pages 13-18

La piloto que no fue

1min
page 25

Viajes a lomo de libro

2min
pages 41-42

Qué significa ser una biblioteca piloto

6min
pages 19-24

Un puente entre tiempos y entre ciudadanos

3min
pages 11-12

Las formas de una biblioteca

5min
pages 34-40
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