CAPÍTULO 01
% ¡EL NUEVO RETO DE RITZHARD!
El día de hoy, mamá otra vez estaba trabajando duro desde la primera hora de la mañana. Preparó el desayuno con Ruruporon, cantó canciones de cuna para Arno mientras hacía mermelada, procesó el pescado que Sieg atrapó y lo secó, cuando acabó de almorzar, regresó a trabajar. Luego de que comenzara a vivir con mamá, inesperadamente no sabía qué hacer con el tiempo libre que tenía. Incluso cuando ofrecía ayudarla, me decía que descansara. Señalé que estaba trabajando mucho, pero mamá argumentó que era la carga usual. Cuando le pedí a Sieg que hablara con mamá, solo hizo una expresión complicada. De acuerdo a ella, mamá y yo somos muy parecidos. ¡No soy suavecito ni despreocupado como mamá! Cuando declaré eso, Sieg desvió la mirada hacia otro lado. Al escuchar lo que tenía que decir, indicó que tanto mamá como yo trabajamos muy duro y, al parecer, nosotros mismos no nos damos cuenta de eso. U~m, trabajamos mucho, ¿eh? Bueno, todo eso estaba bien ya que ahora tenía un poco de tiempo libre en nuestras vidas. Pensé en comenzar algo nuevo, así que saqué algo que había estado molestándome desde hace unos años del estudio donde papá guardaba sus documentos de investigación. Sobre la cubierta de uno de los documentos decía: «Apicultura en el País de la Nieve». La apicultura se trataba de criar abejas para obtener miel y cera. De acuerdo a la investigación de papá, la aldea se encontraba en la zona más al norte del hábitat de las abejas. Actualmente importábamos la miel de otros lugares. Había bastantes panales en el bosque, pero las personas no se molestaban con ellos, ya que solo se lastimaban si trataban de pelear contra las abejas. Probablemente había muchos aldeanos que nunca han probado la miel. Toda una desgracia, ya que es muy deliciosa. En lo personal, me gusta mucho la miel. Verter miel luego de poner un poco de mantequilla a derretir sobre un pan o pastel recién horneado, untar mucha miel en medio de panecillos crujientes, incluso añadir miel a la leche caliente era grandioso. La suave dulzura era insoportable. -6-