Emoto Mashimesa / Akaneko
Volumen 03
CAPÍTULO 14
% ME CONVERTIRÉ EN UN APICULTOR -PARTE 1-
Cuando la nieve se derritió y aparecieron retoños de plantas en el suelo, marcó el inicio de la tan esperada temporada para la apicultura. De acuerdo a la investigación de papá, las abejas de miel pueden sobrevivir el invierno. Por lo visto, se amontonan y mueven sus alas para mantener la temperatura de la colmena a unos treinta grados centígrados. También almacenan miel para sobrevivir durante el invierno. Sin perder tiempo, tomé las colmenas y me dirigí al bosque. Hasta el momento solo he fabricado dos. Llevaba una con una soga y otra en mi mano. Sieg dijo que también me ayudaría, pero ya que el color de su cabello podría agitar a las abejas, opté por hacerlo solo. Conseguí cajas de madera de la dueña de la tienda para construir las colmenas. Por un costado hice agujeros cuadrados asemejando a ventanas, así como pequeños orificios para que las abejas pasaran por ellos. Luego coloqué una red por encima. Adentro de la colmena es necesario que contenga marcos sencillos para que las abejas asienten sus propios panales. Construí marcos cuadrados e instalé varitas de madera para formar una cruz. Había unos seis de ellos en el interior de cada colmena y servirá para evitar que los panales colapsen. Las abejas de miel crearán panales apoyándose de los marcos y allí reunirán la miel. Sin embargo, esa miel no será el producto final. El contenido de azúcar es bajo, pues solo es néctar de las flores. A partir de eso, la sustancia cambiará varias veces dentro de los cuerpos de las abejas, calentando y endulzando la miel. Solo entonces podré recolectar la miel terminada. El informe de papá tenía una descripción detallada sobre cómo recolectar la miel. Mencionaba una centrifugadora, en la cual se colocarían adentro los panales y se giraría para separar la miel de ellos. Suena realmente conveniente, pero no tengo información al respecto, así que no puedo fabricarla. Bueno, apenas es el primer año, así que decidí que mi objetivo sería conseguir miel. Coloqué las colmenas cerca de un campo de flores en el bosque. La luz del sol era buena y no soplaba mucho viento, así que era el lugar idóneo para hacer miel.
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